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16abr13


La zona militar controlada por España es una de las mayores productoras de opio


El informe anual de la ONU sobre el cultivo de opio en Afganistán ha revelado que en el país se está produciendo un incremento notable en la producción de droga, de forma paralela a la retirada de las tropas internacionales y después de unos años en los que se había conseguido que se redujera notablemente.

En este pesimista panorama, la provincia de Badghis, la principal zona de despliegue de las tropas españolas, presentes en ella desde 2005, es una de las que más opio cultiva y la principal productora en su región, en la parte más occidental del país. Según los datos del informe de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Crimen, en 2012 había en Badghis 2.363 hectáreas cultivadas con opio, cantidad muy superior a las que se registran en las tres provincias colindantes: Herat (1.080 hectáreas), Ghor (125) y Faryab (ninguna).

En el cómputo general del país, Badghis es la séptima provincia con más producción de opio de las 34 que tiene Afganistán. Está bastante lejos de las principales, que son las cuatro que componen el cinturón sur del país: Helmand (75.176 hectáreas), Farah (27.733), Kandahar (24.341) y Uruzgan (10.508). Pero está por encima de casi todas, incluyendo las 14 que están libres de opio y las 10 en las que el cultivo de la droga es bajo o insignificante.

España mantiene más de un millar de soldados en Afganistán, la mayoría de ellos en la capital de la provincia de Badghis, Qala-e-Now, epicentro de la misión española en el país. Pero por poco tiempo. Este año se está afrontando el repliegue a gran escala hacia la vecina Herat, de tal manera que el objetivo es abandonar la provincia en el otoño. Ya en 2014, el repliegue se completará con el regreso a España desde Herat.

En sintonía con la comunidad internacional, el Gobierno español da así por cumplida la misión, una vez que se ha conseguido formar unas fuerzas armadas afganas con decenas de miles de efectivos y, sobre todo, una vez que se han abandonado los ambiciosos objetivos de promoción de la democracia y los derechos humanos que las tropas extranjeras llevaron consigo cuando desembarcaron en Afganistán en 2001 y 2002.

La eliminación del cultivo de opio y de la imagen del país como un narco-Estado era uno de aquellos objetivos. Durante los primeros años de presencia internacional no se logró ningún avance. Luego, en el trienio 2008-2011, hubo un descenso de la producción de opio, pero a partir de entonces se ha vuelto a producir un gran incremento, según han constatado los sucesivos informes elaborados por la ONU.

En 2013, se prevé que los cultivos alcancen una extensión de 157.000 hectáreas, una cifra que supone volver a los niveles de 2008 y situar al país como el principal productor de adormidera del mundo. Se calcula que el 75% de la heroína que se consume a lo largo y ancho del planeta procede de Afganistán.

La provincia 'española' de Badghis no ha sido una excepción. El año pasado se produjo un incremento del cultivo de opio del 19%, alcanzando un volumen que la ONU prevé que se mantenga durante esta primavera, cuando se siembre la cosecha de este año. Según se detalla en el informe, la producción se concentra en los distritos de Bala Murghab y Ghormach, que son los que apenas cuentan con presencia militar ni de soldados de la OTAN ni del Gobierno afgano, y en los que los talibán ejercen un mayor control.

El informe llama la atención sobre esta evidente relación entre los grupos talibán y el cultivo del opio con el que financian sus acciones. Las zonas con un bajo nivel de seguridad son más propensas a plantar adormidera, tanto por las presiones que pueden recibir por parte de la insurgencia, como por la dificultad para que reciban las ayudas agrícolas que otorga el Gobierno afgano y los campesinos puedan tener una alternativa.

Claro que hay otra razón aún más poderosa: plantar opio es muy rentable. El precio que se paga por él es altísimo tras unos años de fuertes incrementos, y la ONU no tiene ninguna duda de que, además de la inseguridad, ésta es la principal razón del gran aumento de la producción. En marzo de 2013, en Badghis se pagaba el kilo de opio seco a 313 dólares. Una competencia imposible para los cultivos tradicionales: el kilo de arroz está a 1,25 dólares, el de trigo a 0,41 y el de maíz, a 0,31.

Los propios agricultores así lo reconocen. La Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen entrevistó a 546 líderes locales de zonas agrícolas durante el trabajo de campo, realizado en dos fases, de diciembre de 2012 a enero de 2013 la primera, y entre febrero y marzo de 2013 la segunda. De ellos, el 66% señaló a 'los altos precios del opio' como la principal causa de que en su localidad se cultivara la droga. Muy lejos de ese porcentaje, el 10% responsabilizó a la 'falta de apoyo del Gobierno' y el 9%, a la 'pobreza'.

[Fuente: Por Roberto Benito, El Mundo, Madrid, 16abr13]

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