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DERECHOS


25may05


Nos mintieron y nos siguen mintiendo


Posición de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos ante la Posible Ratificación del Tratado de Libre Comercio DR- CAFTA con los Estados Unidos de Norte América.

Nos dijeron en el primer quinquenio de la década del noventa que la privatización del sistema financiero democratizaría el crédito para todos los nicaragüenses. No fue así. Los bancos privados no le dieron crédito a los pequeños y medianos productores, individuales y cooperativizados, que poseían más 4 millones de manzanas de tierra, obligando a miles a vender por hambre a los mismos dueños de los bancos y sus allegados, produciéndose el más inmoral negocio que conoce la historia de Nicaragua con la propiedad agraria. Quince años después, la tierra que no fue sujeta de crédito antes, lo es ahora, en manos de los banqueros y sus allegados. Esta política violó el derecho humano al trabajo y la alimentación de millares de familias agrarias. Nos engañaron.

Nos dijeron que la educación se podía corregir, mejorar y masificar si se privatizaba, imponiéndonos el proyecto de la “Autonomía Escolar”. Quince años después, casi un millón de niñas, niños y jóvenes se quedan anualmente sin matrícula, porque sus padres no pueden asumir los costos del cobro “voluntario” en la educación; el analfabetismo ha crecido arriba del 35 %, la infraestructura educativa está en ruinas y el Ministerio de Educación se ha convertido en uno de los puntos de referencia de la corrupción en el país. Esta política violó el derecho humano a la educación. Nos engañaron.

Nos dijeron que necesitábamos privatizar el sistema de salud y de seguridad social para brindar una atención de mayor calidad y cobertura a las demandas de la población. Quince años después la implementación de esta política enriqueció a los dueños de las clínicas previsionales, bajando la cobertura y la calidad del servicio. Los hospitales y centros de salud se encuentran en estado calamitoso. En las áreas públicas no hay medicinas, los quirófanos están en mal estado. La atención en salud y la seguridad social nunca han estado en tan mala situación como hoy. Esta política violó el derecho humano a la salud. Nos engañaron.

Nos dijeron también que si privatizábamos la energía eléctrica tendríamos más y mejor servicio eléctrico y a menores precios. Quince años después la energía es cada vez más cara. Las facturas llegan alteradas a los consumidores y la población se encuentra en estado de indefensión. La transnacional dueña de la empresa eléctrica hace tropelías con la población. Esta política violó el derecho humano al servicio de energía eléctrica. Nos engañaron.

Nos mintieron, nos engañaron cuando nos dijeron que la privatización era la salvación de Nicaragua.

Nos dijeron también, después, cuando se aproximaba el nuevo siglo, que la salvación era además de la privatización, entrar a la “Iniciativa de Países Pobres Altamente Endeudados”, HIPC, y que para ello debíamos hacer sacrificios como país. Amarrarnos la faja. Cada año los organismos financieros internacionales nos impusieron en el Presupuesto General de la

República recortes en la inversión social, vale decir en la educación, la salud y el derecho al trabajo. Cero créditos para la pequeña y mediana producción agropecuaria, así como a la pequeña y mediana industria urbana. Durante varios años nos aplicaron políticas económicas crueles. Nos sacaron sangre para pagar la deuda externa, hasta lograr entrar a la HIPC, con la promesa de que habría más educación, más salud, más trabajo y mejores viviendas, etc. Hasta ahora no se vislumbra por ningún lado el bienestar que nos prometieron. Con estas políticas mentirosas continuaron violando los derechos humanos de los nicaragüenses. Nos engañaron.

Pero además estas políticas, hay que decirlo, han sido fuente de corrupción. Suman más de una docena entre Ministros y Ex-Presidentes Centroamericanos que están presos o andan prófugos de la justicia. Más de algún diplomático, también, salió de prisa con su equipaje rumbo a su país para no ser capturado. La danza de las coimas, comisiones y regalías.

Nos empiezan a decir hoy que si entregamos nuestros recursos hídricos en “concesión” a una empresa transnacional, tendremos más y mejor servicio de agua potable, como si desde ya, que no está privatizada, el agua que se vende embotellada no fuese más cara hoy día que la leche y el petróleo. Nos siguen mintiendo. Nos siguen engañando.

Nos dicen ahora con estridencia que la mejor solución para Nicaragua es el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de Norteamérica Dr-CAFTA, que ha firmado el Gobierno de Nicaragua y que pretenden lo ratifique la Asamblea Nacional. Nos vuelven a repetir, como en la década de los noventa con la privatización, que habrá “más inversión, más trabajo y desarrollo” y que el país saldrá de la pobreza. Y nos lo dicen los mismos que nos han estado diciendo que con la privatización y la HIPC íbamos a salir de la pobreza. Nos siguen mintiendo. Nos siguen engañando.

En la actualidad, sin Dr-CAFTA, las demandas de los trabajadores afectados del Nemagón reciben contrademandas de las transnacionales. ¿Que tal cuando se estén dirimiendo diferendos comerciales, ambientales y laborales en el marco de este Tratado, sometiéndonos a la administración supranacional que se establece en el mismo, donde las transnacionales tendrán el control y el poder para decidir contra los intereses nacionales? Nos continúan mintiendo y engañando.

La producción agropecuaria se enfrentará a las barreras no arancelarias, a los subsidios millonarios superiores a 18,000 millones de dólares que recibe hoy la producción agropecuaria norteamericana, y a la mayor capacidad tecnológica del planeta. En cambio, nuestros productores agropecuarios no reciben ni podrán recibir subsidios en el marco del Tratado. Esta asimetría vendría a liquidar nuestra producción agrícola mandando al desempleo y a la ruina a más de 150 mil familias campesinas.

México con una economía superior a la de Nicaragua, después de 11 años de implementado el NAFTA (equivalente al Dr-CAFTA), ha visto sensiblemente disminuida su producción agropecuaria y la exportación de la misma hacia Estados Unidos, convirtiéndose en un importador de maíz y frijol, y su población campesina ha duplicado su migración hacia el Norte buscando trabajo. El Dr-CAFTA por su esencia, al desvastar el campo, provocará una masiva migración de los pueblos del sur del río bravo hacia el norte americano. Fenómeno que alcanzará niveles tan alarmantes que las autoridades de migración norteamericanas tendrán que ampliar sus programas millonarios y represivos existentes, para frenar el flujo de mexicanos del campo, y lo mismo hace y continuará haciendo con los centroamericanos.

En Nicaragua los profetas del Dr-CAFTA, después de anunciarnos que protegerían la producción campesina, han comenzado a filtrar en los periódicos que con la firma del Tratado se acabarán los productores de maíz y frijol, augurando con descaro el inminente descalabro de la economía rural y la migración descontrolada a las ciudades y al exterior.

Una situación más grave se espera en materia de patentes que abarcan la vida animal, vegetal, los métodos quirúrgicos de diagnóstico y tratamientos, así como el abastecimiento al sistema de salud de medicamentos genéricos. El Dr-CAFTA establecerá para siempre la propiedad intelectual para patentar y tener el monopolio sobre productos de nuestra naturaleza, impidiéndonos utilizar libremente las semillas y cualquier otro producto de nuestra propia biodiversidad.

Nos están volviendo a mentir. Nos están queriendo engañar nuevamente. El Dr-CAFTA no es la solución como no lo fue la privatización. Tan es así que el senador demócrata Edward Kennedy ha tenido que señalar, respecto a las políticas sobre patentes de las medicinas promovidas en el marco del Dr-CAFTA, que esta: “[Es] una política escandalosa. La administración (Bush) ha convertido en política de Estados Unidos un bloqueo de medicinas accesibles que salven vidas para la gente con SIDA en América Central, porque sienten que es más importante proteger las ganancias de las compañías de medicinas de marca registrada”.

En razón de lo expuesto, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de Nicaragua expresa:

Las condiciones de la implementación del Dr-CAFTA con los Estados Unidos vulneran los derechos económicos, sociales y culturales de la población nicaragüense, en tanto su implementación lleva consigo el deterioro progresivo del derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a la salud y la educación, la alimentación, el derecho al trabajo y a la estabilidad laboral; en cuanto a los derechos civiles y políticos violenta el derecho a la identidad cultural y el derecho a la soberanía nacional, todos derechos humanos reconocidos en nuestra Constitución Política, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos ratificados por el Estado de Nicaragua. Por tanto nos oponemos a su ratificación.

Managua 25 de mayo de 2005

Omar Cabezas Lacayo
Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos


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small logoEste documento ha sido publicado el 11jul05 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights