Report by the Special Rapporteur on Torture and Other Cruel,
Inhuman, or Degrading Treatment or Punishment, Theo van Boven


Spain

1464. Por carta de fecha 14 de septiembre de 2004, el Relator Especial notificó al Gobierno que había recibido las siguientes alegaciones. El Gobierno respondió a dicha comunicación por carta fecha 10 de diciembre de 2004.

1465. Mikel Aiensa Laborda, un hombre de 28 años, habría sido detenido por agentes de la Guardia Civil el 21 de febrero de 2002 en Pamplona. Tras permanecer cinco días incomunicado, habría sido presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 1, en Madrid. Durante estos cinco días, habría sido golpeado repetidas veces. También habría recibido patadas y puñetazos. Durante los interrogatorios, los agentes habrían proferido amenazas contra su novia, familia y amigos. A lo largo de su detención habría escuchado gritos y gente llorando. Cuando vio al médico forense, le habría indicado que tenía dolor en la cabeza y el cuello y éste le habría dicho que tenía una contractura. Después de estos hechos, Mikel Aiensa Laborda habría interpuesto una denuncia por el trato recibido en custodia de la Guardia Civil. Actualmente se encontraría en prisión.

1466. El Gobierno informó de que no conocía de la existencia de denuncia interpuesta contra los funcionarios públicos encargados de la detención y custodia del afectado. Por lo tanto no se había iniciado ninguna acción de carácter disciplinario o penal que investigara la veracidad del presunto delito de tortura o malos tratos del que habría sido objeto el afectado durante los cinco días de incomunicación que siguieron a su detención. El informe elaborado por el médico forense de la Audiencia Nacional fue remitido al Magistrado competente y estaría amparado por el secreto profesional.

1467. Jon Otegi Eraso, un hombre de 24 años, habría sido detenido por agentes de la Guardia Civil el 8 de octubre de 2002 en Leaburua. Habría sido mantenido tres días en régimen de incomunicación y luego presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 4, en Madrid. En las dependencias de la Guardia Civil, habría sido golpeado varias veces, sobre todo en la cabeza, la espalda y las costillas, y amenazado con aplicarle electrodos y la bolsa. Se alega que mientras lo sometían a tocamientos, habría sido amenazado con ser violado. En el calabozo, habría sido forzado a permanecer de pie de cara a una pared o a mantener posturas extenuantes. Debido a una salmonelosis, habría sido llevado a un hospital, donde habría permanecido una noche. En el hospital también habría sido golpeado por guardias civiles que permanecieron alrededor de su cama. Después de estos hechos, Jon Otegi Eraso habría interpuesto una denuncia por el trato recibido en custodia de la Guardia Civil. Actualmente se encontraría en prisión.

1468. Harkaitz Melchor Hoces, un hombre de 24 años, habría sido detenido por agentes de la Guardia Civil el 15 de octubre de 2002 en Irún. Tras permanecer tres días en régimen de incomunicación, habría sido presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 5, en Madrid. Durante su detención, le habrían puesto un buzo, que los agentes llamaban “el traje del astronauta”, le habrían precintado el cuerpo y la cabeza y colocado una especie de corsé que le llegaba hasta la nariz. Le habrían obligado a tumbarse en un colchón y un guardia civil se habría sentado sobre su pecho. En esta postura, le habrían colocado repetidas veces una bolsa en la cabeza, mientras lo golpeaban en los testículos. Más tarde, lo habrían desnudado y encerrado en una sala donde la temperatura era muy baja. Los agentes se habrían referido a este lugar como “la nevera”. Seguidamente habría sido sometido de nuevo al “traje del astronauta” y a las bolsas. Se alega que cuando finalmente le quitaron la cinta adhesiva, no pudo mover los brazos, manos y piernas durante un rato y tenía fuertes dolores e hinchazones en distintas partes del cuerpo. Después de estos hechos, Harkaitz Melchor Hoces habría interpuesto una denuncia por el trato recibido en custodia de la Guardia Civil. Actualmente se encontraría en prisión.

1469. El Gobierno confirmó que había sido interpuesta una denuncia ante la Autoridad Judicial competente, la cual dio inicio a una causa penal que finalmente fue sobreseída y por tanto, concluida mediante el archivo de la causa, en relación con el caso de los Sres. Harkaitz Melchor Hoces y Jon Otegi Eraso. El Gobierno defendió la legalidad de las diligencias practicadas en la detención, incomunicación y posterior puesta a disposición del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional de los Sres. Harkaitz Melchor y Jon Otegi. La Administración no habría advertido el menor indicio de actuación indebida en el comportamiento de los funcionarios públicos que participaron en la detención y custodia del denunciante y los hechos alegados no habrían podido ser probados en el proceso penal. Tampoco consta que hubiera sido interpuesto recurso alguno contra la decisión de sobreseimiento adoptada. El Gobierno informó de que el detenido fue reconocido y atendido por el médico forense de la Audiencia Nacional, y que el informe elaborado a este respecto fue remitido al Magistrado competente y estaría amparado por el secreto profesional.

1470. Aingeru Cardaño Reoyo, un hombre de 24 años, habría sido detenido por agentes de la Ertzaintza el 17 de junio de 2003 en Bilbao. Habría permanecido cuatro días detenido en régimen de incomunicación y habría sido posteriormente presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 1, en Madrid. Durante su detención habría sido obligado a mantener posturas forzadas, tales como permanecer frente a una pared con las rodillas flexionadas, las piernas abiertas y las manos hacia arriba sin llegar a tocar la pared. Los agentes llamaban esta postura, “la postura de Spiderman”. Mientras estaba en esta postura, los agentes le habrían ido abriendo más las piernas con patadas en los pies hasta que se caía al suelo. Ello le habría provocado fuertes dolores en la espalda y las piernas. Se alega igualmente que un agente habría intentado asfixiarle cogiéndole del cuello. Seguidamente le habría tirado al suelo y otros agentes le habrían torcido las piernas. En otra ocasión, los agentes le habrían tocado las nalgas y los genitales haciendo comentarios humillantes e insultándole. También habrían intentado meterle la pata de una silla en el ano, sin llegar a penetrarle. Habría sido zarandeado de un lado al otro de la sala, cayéndose varias veces. Durante otro interrogatorio, habría sido inmovilizado, le habrían sujetado la cabeza hacia atrás y le habrían tapado la nariz. En esta postura, le habrían introducido agua en la boca hasta que estuviera a punto de ahogarse. De acuerdo con la información recibida, mientras era interrogado o sujeto a estos tratos, habría tenido que escuchar los gritos o lloros de otras personas detenidas e interrogadas. El Relator Especial también ha sido informado de que mientras estaba en dependencias policiales, habría solicitado ser reconocido por un médico. Durante su entrevista con el médico, no le habrían quitado las esposas y el médico se habría negado a reconocerle. Actualmente, Aingeru Cardaño Reoyo se encontraría en prisión. Desde su estancia en dependencias policiales y debido al trato supuestamente recibido, no habría podido realizar ejercicios físicos ni permanecer en determinadas posturas. Se habría presentado una denuncia en relación con estas alegaciones.

1471. Jose Miguel Etxeandia Meabe, un hombre de 45 años, habría sido entregado a la Guardia Civil por las autoridades mexicanas el 5 de julio de 2003. Habría permanecido cuatro días en régimen de incomunicación antes de ser presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 6, en Madrid. Durante estos días en el cuartel de la Guardia Civil habría sido golpeado repetidas veces, incluso con un listín de teléfonos o periódicos enrollados. Los agentes le habrían golpeado en la cara con las manos abiertas y llevando puestos guantes de látex. Se alega igualmente que le habrían colocado bolsas en la cabeza después de envolver su cuerpo con una manta, provocándole sensaciones de calor y asfixia. Habría sido obligado a permanecer en posturas forzadas y a realizar flexiones. En otra ocasión, lo habrían desnudado y obligado a permanecer de pie con los brazos levantados. Estando desnudo, lo habrían amenazado con introducirle un palo en el ano y lo habrían agarrado del pene. También lo habrían amenazado con electrodos. Habría permanecido la mayor parte del tiempo con un antifaz puesto, con los ojos cerrados, mirando al suelo o contra una pared. Habría sufrido dolores en la parte atrás de la cabeza. Se habría presentado una denuncia por el trato recibido en las dependencias de la Guardia Civil. Actualmente se encontraría en prisión.

1472. El Gobierno confirmó la existencia de una denuncia realizada en contra de los funcionarios públicos encargados de su detención y custodia, que dio inicio a una causa penal que en la actualidad se encontraría en su fase investigativa. La Administración no habría advertido el menor indicio de actuación indebida en el comportamiento de los funcionarios públicos que hubiera podido dar lugar a un eventual expediente disciplinario. El informe elaborado por el médico forense de la Audiencia Nacional fue remitido al Magistrado competente y estaría amparado por el secreto profesional.

1473. Joseba Compains Silva y Eneko Compains Silva, dos hermanos trillizos de 21 años, habrían sido detenidos por agentes de la Policía Nacional el 8 de octubre de 2003 en Pamplona. Habrían permanecido cuatro días detenidos en régimen de incomunicación y posteriormente habrían sido presentados ante el Juzgado Central de Instrucción número 5, en Madrid. Durante su detención en dependencias policiales, Joseba Compains Silva habría sido obligado a realizar ejercicios físicos hasta extenuación. Mientras hacía flexiones, le habrían golpeado con un objeto de plástico en el estómago. Más tarde, habría tenido que tocar el suelo con las manos y luego el techo, mientras contaba. También habría sido obligado a mantenerse en posturas forzadas, como agachado sin poder poner los talones al suelo, o de pie con los pies separados, las manos en una pared y la cabeza encima de las manos para luego ponerlas en la espalda y sostener todo el peso del cuerpo con la cabeza. En otra ocasión, habría recibido golpes en el pecho, que le provocaron un moratón. Habría sido objeto de varias amenazas, incluso de carácter sexual. Por su parte, Eneko Compains Silva habría recibido golpes en la cara, la espalda y el pecho. Habría sido obligado a mantener posturas forzadas hasta extenuación, con las rodillas un poco flexionadas y los brazos extendidos. Habría sido amenazado con una bolsa de plástico colocada en la cabeza y con cables colocados en la espalda y el cuello. En su celda, habría tenido que permanecer de pie de cara a una pared, con la luz casi permanentemente encendida. En algunas ocasiones los agentes la apagaban y encendían intermitentemente. Durante los interrogatorios de ambos hermanos, los agentes habrían hecho referencias vejatorias a su madre, quien murió de un cáncer y les dijeron que su padre también estaba enfermo y se moriría pronto. Se habría interpuesto una denuncia por el trato supuestamente recibido durante la detención de los dos hermanos.

1474. Jordi Purtí Planell, un hombre de 25 años, habría sido detenido por agentes de la Policía Nacional en Pamplona, el 8 de octubre de 2003. Habría permanecido cuatro días detenido en régimen de incomunicación y posteriormente presentado ante el Juzgado Central de Instrucción número 5, en Madrid. Seguidamente, habría sido trasladado a prisión. Durante su estancia en dependencias policiales, habría sido forzado a permanecer de pie con las rodillas flexionadas o a estar de rodillas en el suelo con los brazos en cruz mientras tenía que abrir y cerrar las manos o sujetar una botella llena de agua con cada mano. Le habrían dado sopapos en la boca y golpes con las manos y con un listín de teléfonos. Los agentes habrían amenazado con golpearle los testículos con un palo que habrían metido entre sus piernas. Una persona encapuchada le habría apuntado con una pistola y amenazado de muerte. Esta persona habría apretado el gatillo simulando una ejecución. Seguidamente, habría sido conducido al calabozo, donde habría tenido que mantenerse de pie. En uno de los interrogatorios, le habrían quitado la camiseta y le habrían enseñado un aparato parecido a una batería de coche y un contador de voltaje. Le habrían colocado unos cables en las orejas y en la espalda y amenazado con someterle a descargas eléctricas. En otras ocasiones, le habrían colocado una bolsa en la cabeza tapándole la boca con las manos. También habría sido levantado en el aire sujetado por la zona genital. Un agente habría pasado una porra con corriente eléctrica a escasos centímetros del cuerpo y la cara de Jordi Purti Planell, incluso cuando tenía una bolsa puesta en la cabeza. También habría sido sometido a vejaciones de carácter sexual. Se habría presentado una denuncia en relación con estas alegaciones. Se alega que el juez instructor habría archivado la causa basándose exclusivamente en informes médicos forenses y sin tener en cuenta la declaración del detenido.

1475. El Gobierno confirmó su detención e incomunicación en dependencias policiales en las fechas 8, 9 y 10 de octubre de 2003, en relación con el caso de los Sres. Joseba Compains Silva, Eneko Compains Silva y Jordi Purti Planell. Defendió la legalidad de las diligencias policiales practicadas y negó la existencia de torturas o malos tratos ejercidos por funcionarios públicos en contra de los detenidos. Aclaró que durante el periodo de incomunicación éstos fueron debidamente informados de la causa por la cual se encontraban bajo arresto y de los derechos constitucionales que los amparaban ante tal situación. Los detenidos fueron puestos posteriormente a disposición de la Audiencia Nacional en fecha 11 de octubre de 2003. Los derechos fundamentales de los detenidos habrían sido respetados, bajo estricto control judicial y con intervención directa del médico forense. Los tres se negaron a prestar declaración en presencia del abogado de oficio y sólo lo habrían hecho ante el Magistrado-Juez de la Audiencia Nacional. Respecto a las denuncias tramitadas por el Juez Instructor correspondiente, en el caso de los hermanos Compains Silva se desconocía la situación actual del trámite y en relación con Jordi Purti el Gobierno precisó que el caso por presunto delito de torturas fue archivado.

1476. Garikoitz Arruarte Santacruz, un hombre de 25 años, habría sido detenido el 24 de diciembre de 2003 en San Sebastián por agentes de la Policía Nacional. Habría permanecido cinco días en régimen de incomunicación antes de ser conducido ante el Juzgado Central de Instrucción número 1, en Madrid. Posteriormente, habría sido trasladado a prisión. Durante su detención, le habrían tirado al suelo y golpeado, sobre todo en las piernas y la cabeza. También habría sido amenazado repetidas veces con pistolas en la boca, los oídos y los ojos. Un agente se habría puesto de pie sobre su cabeza. En una ocasión, se habría mareado. Se habría dado un fuerte golpe contra una pared y se habría caído al suelo. Habría perdido el conocimiento. Al recomponerse, un agente le habría tirado del pelo y golpeado contra el suelo. Habría sido examinado en un centro de salud en presencia de una agente de la policía. El médico habría recomendado que le llevaran a un hospital. Le habrían puesto un collarín. Se alega que a causa de los golpes recibidos, especialmente en el momento de la detención, un esguince que había tenido anteriormente en el cuello se habría deteriorado. Actualmente, todavía padecería dolores y molestias en la zona del cuello y las cervicales. Se habría presentado una denuncia en relación con estos hechos.

1477. En relación con el caso de los Sres. Garikoitz Arruarte Santacruz y Gorka Loran Lafourcade, el Gobierno señaló que no existía constancia de que ninguno de los detenidos hubiera presentado denuncia, hecho o manifestación alguna ni ante la Policía ni ante la Autoridad Judicial competente por presuntos malos tratos. Precisó además que los detenidos fueron informados de sus derechos constitucionales, visitados por la Comisión Judicial y asistidos por el Médico Forense quien extendió los oportunos partes facultativos adjuntados a las Diligencias Instruidas. Durante el periodo de incomunicación habría sido recibida declaración en presencia del letrado de turno de oficio, en cumplimiento de la legalidad vigente. En la actualidad los informes emitidos por la Comisión Judicial y el médico forense de la Audiencia Nacional obrarían en poder del Juzgado Central de Instrucción Número 1 y habrían sido incorporados a las Diligencias Previas de dicho Juzgado.

1478. Por carta de fecha 14 de septiembre de 2004, el Relator Especial, juntamente con la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, notificó al Gobierno que recibido información sobre las alegaciones siguientes:

1479. Aiala Manrike Arbeo, una mujer de 23 años, habría sido detenida por agentes de la Policía Nacional en Vitoria, el 19 de febrero de 2003. Habría permanecido cuatro días detenida en régimen de incomunicación y habría sido posteriormente presentada ante el Juzgado Central de Instrucción número 5, en Madrid. Seguidamente, habría sido trasladada a prisión. Durante su estancia en dependencias policiales, habría tenido que quitarse la ropa y los zapatos y quedarse solamente con los pantalones y el sujetador. Habría sido zarandeada contra una pared y le habrían dado dos sopapos. Seguidamente, habría sido puesta contra una pared con los brazos en cruz y cada vez que se movía la golpeaban en la cabeza o la espalda. Más tarde la habrían llevado a un calabozo. En otra ocasión la habrían amenazado con abusar sexualmente de ella con una pistola o un palo si no firmaba la declaración policial. A lo largo de su detención, los agentes habrían proferido distintas amenazas contra familiares y amigos suyos. Se habría presentado una denuncia por el trato supuestamente recibido durante la detención. La juez instructora habría solicitado a la Dirección de Policía Nacional que se identificara a los policías que practicaron diligencias con Aiala Marike Arbeo. Sin embargo, se alega que después se archivó la causa sin que se practicara ninguna otra de las pruebas solicitadas.

1480. Por carta fecha 10 de diciembre de 2004, el Gobierno aclaró que no se había interpuesto denuncia alguna ni ante la policía ni ante la autoridad judicial competente por presuntos malos tratos. El Gobierno confirmó su detención e incomunicación por un periodo de cuatro días y defendió la legalidad de las diligencias policiales y judiciales practicadas. La detenida habría sido debidamente informada del motivo de arresto así como de sus derechos constitucionales, asistida por un letrado de oficio y atendida directamente por el médico forense de la Audiencia Nacional. Éste último emitió los informes correspondientes que en la actualidad obrarían en poder del Juzgado Central de Instrucción Número 5 e incorporados a las Diligencias Previas de dicho Juzgado.

1481. Naiara Mallabia Sanchez, una mujer de 22 años, habría sido detenida por agentes de la Ertzaintza (policía de la Comunidad Autónoma Vasca) en Bilbao, el 17 de junio de 2003. Habría permanecido cuatro días en régimen de incomunicación y posteriormente habría sido presentada ante el Juzgado Central de Instrucción número 1, en Madrid. Seguidamente, habría sido trasladada a prisión. Durante los interrogatorios habría tenido que permanecer con las manos levantadas y contra una pared, las piernas abiertas y las rodillas flexionadas. Otras veces habría tenido que permanecer con el cuerpo pegado a una pared, los brazos levantados y las manos abiertas. Durante estas posturas forzadas, un agente insistía en querer quedarse a solas con la detenida y habría proferido varias amenazas de carácter sexual. La situación le habría provocado dolores de estómago, vómitos, temblores y otros malestares, y habría sido conducida a un hospital. Durante su detención, también habría oído cómo se llevaban a su hermano mellizo, Unai Mallabia Sanchez, a rastras a un calabozo. Le habrían preguntado por alergias que su hermano podía tener, y en una ocasión, la habrían llevado a verle, cuando se encontraba tumbado en un calabozo. Se alega que para aumentar la presión, los agentes habrían declarado culpable a cada uno de los gemelos de la detención del otro. Se habría presentado una denuncia por el trato recibido por los dos hermanos durante su detención en dependencias policiales.

1482. Roberto Saiz Olmos, un hombre de 28 años, y su compañera, Ana Lopez Barrio, habrían sido detenidos por agentes de la Ertzaintza el 5 de septiembre de 2003 en Portugalete. Tras permanecer cuatro días detenidos en régimen de incomunicación, habrían sido presentados ante el Juzgado Central de Instrucción número 4, en Madrid. Seguidamente habrían sido trasladados a prisión. Durante su detención en dependencias policiales, Ana Lopez Barrio habría sido obligada a permanecer en el centro de una celda de espaldas a la puerta con las piernas flexionadas y las manos detrás, a pesar de que les habría informado de que tenía una hernia discal y no podía mantener este tipo de postura. Entonces un agente le habría dado patadas en las piernas y le habría apretado fuertemente la cabeza con las manos. Más tarde, cinco hombres con buzo negro habrían entrado en la celda y la habrían aplastado contra una pared. Uno de ellos le habría tocado el pecho. Habría sido igualmente obligada a escuchar música a alto volumen al mismo tiempo que se escuchaban golpes y gritos de dolor. Le habrían dicho que los gritos eran de su novio. Habría sido amenazada con ser violada. También la habrían amenazado con detener a su madre. Durante su detención, no habría podido dormir. En una ocasión, habría notado un fuerte dolor en el pecho y habría sido conducida a un hospital. Ante el juez habría denunciado malos tratos físicos y psíquicos, y vejaciones sexuales. Por su parte, Roberto Saiz Olmos habría sido obligado a permanecer en la “postura de Spiderman”. Ésta consiste en permanecer frente a una pared con las rodillas flexionadas, las piernas abiertas y las manos hacia arriba sin llegar a tocar la pared. Los agentes le habrían dicho que se trataba de una nueva forma de tortura, que tenía los mismos efectos que una paliza pero que no dejaba marcas. En esta postura y mientras sonaba una música muy fuerte, habría sido interrogado varias veces. Durante un interrogatorio habría sido amenazado con ser violado mientras unos agentes lo sujetaban y otro habría simulado el acto con la pata de una silla. En otra ocasión, mientras estaba manteniendo la “postura de Spiderman” contra una pared, le habrían tirado agua por encima y le habrían colocado un cable en la muñeca, haciendo pequeños espasmos y apagando las luces repetidas veces. Más tarde, cuando habría pedido ir al baño, le habrían dado un golpe en la vejiga que habría provocado que orinara. Los agentes habrían hecho repetidas menciones a su novia, diciéndole que podían abusar de ella. Roberto Saiz Olmos también habría denunciado el trato recibido durante su detención.

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small logo   This report has been published by Equipo Nizkor and Derechos Human Rights on July 27, 2005.