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7sep02


¡Alerta! Vuelven los militares "progresistas".

Por Andrés Capelán


El preámbulo de la dictadura que asoló Uruguay entre 1973 y 1985 fueron una serie de comunicados militares, en los que los ya entonces torturadores y desaparecedores hacían profesión de fe de "nacionalistas y progresistas." En efecto, los famosos "Comunicados 4 y 7" de las Fuerzas Armadas, hablaban de soberanía y desarrollo, criticaban la corrupción rampante, y -cuatro meses antes de dar el golpe de estado- hacían gala de un nacionalismo anti imperialista que -habiendo visto lo que sucedió luego- hubiera sido digno de mejor causa. Ahora, parecen estar de vuelta...

Pasada la dictadura y tras 17 años de normalidad, algunos de aquellos militares "nacionalistas" sobreviven nucleados en la logia denominada "Tenientes de Artigas." Dicha asociación ilegal tuvo siempre muy mal relacionamiento con el dos veces presidente Julio Sanguinetti, quien se preocupó especialmente de quitar el mando de tropas a sus adeptos, y los salteó escrupulosamente al momento de decretar ascensos. La misma política ha seguido el presidente Jorge Batlle. Es así que actualmente no hay ningún general que pertenezca a esta logia. Hay sí coroneles, y uno de ellos es su jefe, el coronel Carlos Silva, quién ahora pasó a retiro. Por ser el oficial de más alto rango y con más antigüedad en la fuerza, Silva debía pronunciar el discurso en el acto con el que todos los años se homenajea a los oficiales que se retiran. Por tratarse de una institución vertical como el ejército, el discurso debía contar con el visto bueno del comandante en jefe. En esta oportunidad, la singular pieza oratoria que había escrito Silva para la ocasión llamó la atención del comandante Carlos Daners, quien se la hizo leer al presidente Batlle. El presidente no dudó: prohibió el discurso por encontrarlo "inconveniente para los intereses nacionales."

Viendo el tenor del discurso (que ayer fue publicado íntegramente por el diario "La República") no se puede menos que coincidir con el presidente. Claro que ello no quita que el rebelde Silva tenga razón en muchas de las cosas que pretendía decir. El problema es que está estrictamente prohibido por la Constitución que los militares hagan declaraciones políticas. Demás está recordar lo que le pasó al país y su gente cuando hace una treintena de años esta norma fue violada (junto con muchas otras).

Según consigna el citado matutino: "Silva, ex integrante del Estado Mayor y jefe de la Logia Tenientes de Artigas, vio su carrera truncada en febrero de 2002 al no franqueársele el ascenso al generalato. De este modo, por primera vez desde su fundación el 25 de agosto de 1964, la otrora influyente logia militar dejó de revistar generales en sus filas." En el discurso censurado, Silva hace un breve análisis de situación, y maneja seráficamente los conceptos de "patria, independencia, integridad territorial, ética profesional, moral y dignidad," como si todos y cada uno de ellos no hubiera sido violado una y otra vez durante al menos 12 años por la institución que integra.

La pieza oratoria comienza dejando en claro que su pase a retiro "es sólo un hecho administrativo porque a este Ejército al que nos une la mayor parte de nuestra vida, no dejaremos nunca de pertenecer ni de trabajar por él." En ese sentido, también advierte que los militares retirados se mantendrán "igual de atentos, igual de comprometidos," y por supuesto "prestos a servir desde el lugar del que seamos más útiles o necesarios y cuando las circunstancias así lo ameriten." A continuación, Silva comienza la parte que seguramente produjo más escozor al presidente Batlle, dice: "Nuestro retiro se produce en momentos muy difíciles para la Patria. Estamos atravesando, posiblemente, la peor crisis de nuestra historia. Crisis que nos afecta en lo económico, pero que está afectando el tejido social de nuestra Nación como nunca antes sucedió."

Olvidado ya de los ministros de economía de la dictadura (notoriamente el Ingeniero Vegh Villegas), que hicieron punta en la entrega del país al Fondo Monetario Internacional, el coronel se atreve a opinar que "Algunos tecnócratas, presos de su dogmatismo economicista, hasta llegan a cuestionar la propia existencia de las FFAA. Afirman que los recursos son pocos, que habrían de utilizarse con otros fines y que no hay razón de mantenerlas ya que no podrían cumplir ninguna misión defensiva frente al poder militar de nuestros oponentes."

Silva (es decir: los Tenientes de Artigas) considera que "Estas expresiones, de fundamentalismo y autismo tecnocrático, sirven a los intereses de quienes buscan reducir la resistencia de las Naciones libres a la hegemonía de los poderes centrales. A ellos les decimos, que la fuerza moral, la valentía y la voluntad de vivir ha demostrado la superioridad del espíritu frente al materialismo que hoy parece reinar tiránicamente sobre todas las actividades humanas," y en su autismo militarista no se dá cuenta de que él también es un fundamentalista.

Como es de uso entre nuestros militares, en su frustado discurso Silva se equivoca de Pe a Pa cuando identifica con José Gervasio Artigas y su ejército popular a su cohorte de violadores irredentos de los derechos humanos y vulgares rapiñeros que asolaron el país durante más de una década. Se pregunta: "¿Que pensaría el Primer Jefe de los Orientales, el general Artigas, nuestro héroe Nacional, ante afirmaciones de esta naturaleza después de tanta sangre y sacrificio. Nuestro propio Ejército nace en la Batalla de Las Piedras en claro ejemplo de prevalencia del espíritu sobre la fuerza material?" El coronel parece desconocer la circunstancia de que todos los oficiales que fueron arte y parte de la dictadura, salieron de ella enriquecidos. Parece olvidar que Artigas se negó rotundamente a volver a su patria al verla gobernada por militares al servicio de los terratenientes y no del pueblo, como sería luego la norma hasta nuestros días.

Sin embargo, Silva tiene razón cuando dice que "En la actualidad, la soberanía es afectada de muchas formas, se nos pretende recortar nuestra libertad y autodeterminación por poderes externos. Tenemos muy cerca nuestro, claros ejemplos de modificaciones legales impuestas y acordadas en el exterior, en forma secreta y en clara violación al sistema democrático del pueblo afectado. Por un lado, se impulsa la democracia en los niveles internacionales y por el otro se presiona a los gobiernos democráticos para que tomen paradójicamente decisiones contrarias al interés de su mismo pueblo, sin la discusión efectiva dentro de sus instituciones y órganos correspondientes, como debe suceder en todo sistema democrático que se precie de tal."

En ese tramo de su discurso frustrado, los Tenientes de Artigas se refieren claramente a los pactos secretos que el gobierno del presidente Batlle realizó este año con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y hasta con los dueños extranjeros del Banco Comercial, y a la postura de los Estados Unidos frente al intento de golpe de estado que sufrió el presidente venezolano Hugo Chávez. Al respecto su jefe afirma que "Esta manipulación de la democracia, también incluye el silencio de los poderosos cuando se produce un golpe de estado, que los favorece en sus perspectivas estratégicas." Y se pregunta: "¿Habrá golpes buenos y golpes malos dentro de la concepción democrática que impulsan?" Silva debería saberlo, ya que la dictadura militar uruguaya contó con el apoyo explícito de los Estados Unidos, al igual que la de Pinochet, la de Videla, y tantas otras nacidas de "golpes buenos" (para el amigo americano).

Finalmente, olvidando que como militar uruguayo no tiene autoridad moral para hablar de estas cosas y mucho menos para exigir nada a nadie, Silva pontifica: "Para mantener nuestra libertad e independencia vamos a tener que luchar contra el concepto de soberanía limitada, contra el sometimiento económico a cualquier precio, contra el apetito de apátridas, contra los intentos de despojarnos de nuestros recursos naturales, contra los intentos de debilitar al Estado como forma organizada de la Nación Oriental, contra aquellas empresas internacionales que sólo buscan maximizar su rentabilidad a expensas del trabajo de nuestros compatriotas esclavizados, con las modernas técnicas de la inseguridad laboral y la concusión de sus derechos, contra los que nos venden sin comprarnos nada, contra los que comercian inescrupulosamente con el producido de mano de obra regalada haciéndonos llegar productos casi regalados para aumentar nuestro endeudamiento inmoral y nuestro sometimiento colonial."

Ya en el extásis de la paranoia, totalmente desatado, el militar miente descaradamente cuando afirma que "Las FFAA han sido y serán el sostén del sistema mientras existamos como Nación." Como si hubiéramos olvidado todo el sufrimiento que él y los suyos derramaron sobre nuestro pueblo durante 12 años; hambreándolo, coartando sus libertades, endeudándolo, robándolo, torturándolo, violándolo, asesinándolo, por si fuera poco escondiendo los cadáveres hasta el día de hoy; Silva se atreve a afirmar muy suelto de cuerpo que "Más allá de las diferentes interpretaciones que se pueden realizar de nuestra historia reciente, es un hecho que las FFAA fueron siempre las estabilizadoras de las Instituciones en todos los procesos convulsivos de nuestra historia." Tiene razón, empero, cuando dice que "las FFAA (...) siempre han estado presentes en toda y cada crisis que le ha tocado enfrentar a los Orientales, ocupando el lugar que cada situación exigía." El lugar del verdugo.

[Fuente: Andrés Capelan, Comcosur, Montevideo, Ury, 7sep02]

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