Con Matilde Rodríguez

No queremos cualquier verdad

La exdiputada nacionalista y viuda de Héctor Gutiérrez Ruiz sostiene que el momento es propicio para reclamar una "verdad histórica" sobre el período de la dictadura.

Por Nelson Cesin


-Qué significado adquiere en la presente coyuntura política el vigésimo aniversario del asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz?

-Espontáneamente el 20 de mayo, aunque fecha de la muerte de Zelmar y el Toba, ha sido tomado por el pueblo como la fecha de todos los muertos y desaparecidos de la dictadura. Es curioso, pero la fecha del vigésimo aniversario del golpe de Estado no despertó un clima que apunte a remover la verdad sobre el pasado como parece ocurrir en este momento. Percibo que este 20 de mayo tiene un significado especial, como si la gente se sintiera estimulada a esperar de esa fecha algo más que placas recordatorias en locales partidarios. Creo que es una expectativa influida por factores xternos, como lo que sucedió el año pasado en Argentina con el pronunciamiento del general Balza, pero que parecen favorecer un clima doméstico para que las Fuerzas Armadas tomen la iniciativa de reconocer los errores, y horrores, del pasado y asumir el compromiso del nunca más.

Tampoco soy ilusa, porque si analizamos el discurso militar del último 14 de abril, donde se dijeron cosas como si estuviéramos en dictadura, vemos que en la interna de las Fuerzas Armadas el reconocimiento del pasado aún está muy verde. En cuanto a lo demás, no me conforma lo que han dicho ni los reporteados por Posdata ni la carta de (Jorge) Tróccoli; ninguno de esos dos episodios me parece que sirvan para decir que se empieza a abrir la verdad, porque sólo nos cuentan cosas internas de los cuarteles y las repugnantes realidades que informan pueden ser contadas, con mayor veracidad, por boca de las víctimas o sus familiares. No queremos cualquier verdad

-Cuál verdad es la que se está buscando?

-La verdad histórica, ni más ni menos. Saber cómo fue posible que una dictadura se encarnizara contra un pueblo totalmente desarmado; por qué se practicó una sistemática represión desde el Estado. Nos mienten enormemente cuando equiparan la guerra sucia con la batalla de Aparicio Saravia o la Guerra Grande. Lo de ellos fue terrorismo de Estado, usaron las armas que el pueblo destinó a los defensores de la Constitución para aplastar a nuestra gente, para torturar. Esos métodos no se justificaban por la existencia de una guerrilla. No eran dos grupos armados en igualdad de condiciones. Y además los integrantes de la guerrilla pagaron, y con creces, durante 13 años encerrados en huecos inmundos, sin la más mínima posibilidad de un juicio justo. Entonces los testimonios que aparecieron están muy lejos de decir la verdad; por el contrario, creo que esos mensajes producen una gran dosis de confusión y tergiversación de valores en las nuevas generaciones que quieren conocer la historia. No obstante, creo que el clima está dado para que alguna verdad empiece a abrirse camino.

-Además de los factores externos, por qué cree que el reclamo de la verdad cobra fuerza en esta coyuntura?

-Habría que empezar por recordar que la votación de la ley de caducidad fue muy traumática para nuestro pueblo, tanto para los que la votaron como para quienes la rechazamos. Fueron especialmente traumáticos los dos años y medio transcurridos desde la recolección de firmas hasta el plebiscito de la ley. Y cuando ese período terminó el sistema político sintió que ese tema separaba tanto que era mejor no tocarlo. Había un bloqueo muy fuerte con respecto al punto, que en parte hoy creo superado; en ese sentido ayuda que sean otros los protagonistas, ayuda el que haya un poco más de libertad y menos miedo para expresarse.

-Cómo valora el papel que está jugando el sistema político con respecto al reclamo de la verdad?

-Creo que le va a pasar por encima la ola, porque ya no le quedan leyes para votar con el propósito de eludir el tema. Pero la verdad puede seguir abriéndose camino si hay voluntad entre la gente de conocerla; no hay ley que pueda contener eso. Por ahora veo al sistema político en falsa escuadra; hay un lío político planteado pero el sistema como tal no lo trata, le saca el cuerpo. Allí está el artículo 4 de la ley de caducidad esperando que el Poder Ejecutivo lo cumpla y el Poder Legislativo controle que así sea.


Con Elisa Dellepiane

Una sociedad sana no se basa en la mentira

Verdad, pasado, futuro, valores sociales, son algunos de los conceptos invocados por Elisa Dellepiane, viuda de Zelmar Michelini.

El 20 de Mayo de 1996: El hecho de que se cumplan 20 años del asesinato de Zelmar y el Toba es algo que nos conmueve a todos. Apenas mataron a Zelmar, una de las cosas que más me angustiaba era pensar todo el tiempo en que yo iba a vivir sin él. No me detenía a pensar en lo más inmediato, en lo mucho que lo necesitaba porque entonces tenía seis hijos chicos, sino en el dolor de una ausencia que iba a durar toda mi vida... Muchísimas cosas han pasado en lo político, menos la verdad sobre lo que ha ocurrido en los tiempos de la dictadura. Eso creo que es lo que a la gente hoy más le duele; le duele que pasen los años, los discursos, y sobre este tema no se avance nada. Pese a todo hay pruebas de que la necesidad de verdad perdura, de que se abre camino pase lo que pase. Yo no aspiro a una verdad filosófica, sino a confesiones que apunten a cosas concretas. Que nos digan el porqué de las muertes y qué pasó con los desaparecidos. Que nos digan por qué detrás de un niño encontrado no aparecen los padres, vivos o muertos. A quienes reclamamos esto nos hacen aparecer como victimarios en lugar de víctimas, pero la gente sabe de sobra que no nos anima la venganza sino evitar que los mismos males se repitan en el futuro. Qué lección heredan las generaciones que vienen cuando se reivindican como actos patrióticos algunos horrores del pasado?

De abril de 1989 al 20 de mayo de 1996: La gente preocupada por los derechos humanos no ha bajado los brazos después del plebiscito de la ley de caducidad. Es cierto que hubo un reflujo en el tema porque tampoco se puede vivir del pasado, se debe seguir adelante ya que hay muchas cuestiones positivas de las que ocuparse. Pero una cosa no quita la otra: uno puede seguir adelante pero al mismo tiempo luchar por valores fundamentales de la sociedad, como la justicia y la verdad. Muchos ejemplos existen de que no puede haber una sociedad sana basada en la mentira. Me parece muy mal la corrupción del dinero, pero mucho peor la corrupción de los valores humanos, verdad?


BRECHA. Edición del Viernes 17 de Mayo de 1996


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