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08mar14


Serguei Kruschov, hijo de Nikita Kruschov afirma: 'Mi padre les diría que vuelvan a Rusia'


Hay un apellido que estos días se maldice en Crimea con el desdén de quien da una patada a una lata tirada en la calle. El líder soviético Nikita Kruschov es para los historiadores el autor de la desestalinización. Para la televisión es el contrapunto de Kennedy en aquellos años 60 y el hombre que aporreó su mesa con un zapato en la ONU. Pero para la mayoría de los dos millones de habitantes de Crimea, Kruschov es el hombre que entregó a Ucrania esta península rusoparlante que fue rusa durante siglos. El hijo de Nikita Kruschov, Serguei Nikitich Kruschov, se ha jubilado como profesor de historia en EEUU y explica para EL MUNDO cómo un trámite administrativo ha provocado años después el que algunos consideran el mayor conflicto europeo del siglo XXI. Es falso, asegura, que fuese para compensar a Kiev por las hambrunas de Stalin o que la entrega fue un regalo de Nikita Kruschov a su mujer, que era del oeste de Ucrania.

Aquella cesión de Crimea a Ucrania fue en 1954, cuando la frontera que hoy se disputan Kiev y Moscú no importaba demasiado porque Rusia y Ucrania estaban englobadas dentro de la URSS. Seguei Kruschov no cree que estemos todavía ante la mayor crisis en Europa desde la última guerra, "pero podemos crearla, y depende todo de la sabiduría de Occidente, porque Ucrania se encuentra en un momento de inestabilidad y de revolución".

¿A qué teme tanto Crimea?

No quieren que suceda lo mismo que en la Maidán [la plaza central ocupada por los descontentos en Kiev] y que les impongan su autoridad allí. Por eso han pedido ayuda a Rusia, que ha intervenido porque tiene sus intereses. Esto es un jarro de agua fría para los que se levantaron en la Maidán.

¿Qué se puede hacer ahora?

Negociar. Rusia no quiere anexionarse Crimea. La aspiración de mucha gente de esta península es ser una república dentro de Ucrania, pero con un tratado especial que regule su relación con Kiev.

En Kiev ahora mismo se palpa el nacionalismo ucraniano y Crimea está desbordada por el sentimiento ruso. ¿En qué estaba pensando su padre cuando entregó esta península a los rusos?

No fue una cuestión política, sino negocios. En Ucrania había una gran reserva de agua que podía servir para regar una amplia zona árida en Crimea con agua del Dnieper. Las autoridades soviéticas de entonces pensaron que sería mucho mejor si el canal que debía unir estos puntos estaba dentro de la misma república. Era más fácil poner Crimea bajo control de Ucrania que poner Ucrania bajo control ruso... ¡Nadie podía imaginar por aquel entonces que la URSS se desintegraría y que Crimea quedaría en un país diferente!

¿Y no había tensión alguna entonces?

No había problemas con el idioma porque se podía hablar cualquier lengua: ruso o ucraniano. Yo vivía allí entonces y tenía seis clases en ucraniano por cada seis de ruso.

¿Ha percibido el resquemor hacia su padre cuando ha vuelto por Crimea?

No voy por ahí preguntando qué piensan de mi padre. Pero está claro que él no sabía que esto tendría estas consecuencias.

¿Qué diría su progenitor a todos esos vecinos de Crimea que se han movilizado asustados por supuestas amenazas de Kiev?

Les diría que vuelvan con Rusia, que voten en referéndum. Pero quien es responsable de esta situación es también [el fallecido ex presidente ruso] Boris Yeltsin. Cuando la URSS se desintegró en 1991, Kravchuk [primer presidente de la Ucrania independiente] le preguntó al presidente ruso qué iba a hacer con Crimea. "Puedes quedártela", dijo Yeltsin. Lo que hizo mi padre fue sólo arreglar una necesidad de entonces.

¿Está Putin intentando recrear la URSS?

¡No, eso es una fantasía norteamericana! No se puede recrear la URSS, es imposible. Putin hace lo que puede para crear una unión económica, pero nunca dijo que pudiese controlar estas regiones. Otra cosa es que Rusia tenga sus intereses: si se tuviese que marchar perdería el sitio para emplazar su flota. Lo mismo que si los americanos tuviesen que dejar sus bases en España.

Su padre sacó los tanques en 1956 en Hungría. Y en 1968, ya fuera del poder, dijo "en 12 años no hemos aprendido nada" al saber que Leonid Brezhnev había hecho lo mismo en Praga. En Kiev murieron el mes pasado casi 100 personas. ¿No aprendemos en Europa?

Pueden morir incluso más. Es una revolución lo que está en marcha. Han disuelto el Tribunal Constitucional y todo el orden establecido. Y yo no apoyo la idea de revolución, sino la de reforma. Mire, en todos los países hay extremistas. Y hay que excluirlos del poder. Porque esos extremistas pueden llevar al país a una guerra civil. Lo mismo que ha ocurrido en Siria puede pasar en Ucrania.

[Fuente: Por Xavier Colás, Simferopol, El Mundo, Madrid, 08mar14]

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