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14may16


Hizbulá culpa a grupos rebeldes de Siria de la muerte de su líder


Tras una rápida investigación sobre las causas de la explosión en su base cerca del aeropuerto de Damasco, el grupo chií libanés Hizbulá ha anunciado este sábado que los grupos rebeldes en Siria son los responsables de la muerte de su jefe militar, Mustafa Badreddine (55).

"El resultado de la investigación aumentará nuestra determinación y continuar nuestra lucha contra estas bandas criminales y doblegarlas. Es el deseo y esperanza de nuestro querido mártir y su testamento a sus hermanos luchadores de la Yihad", ha señalado el esperado comunicado de la milicia que apoya al régimen de Bashar Asad.

"La explosión que llevó a la muerte de Badreddine fue causada por un bombardeo de artillería de los grupos takfiríes (islamistas radicales)", ha asegurado en un comunicado descartando así las primeras informaciones de medios afines al grupo proiraní que responsabilizaron del ataque a la Fuerza Aérea israelí. Acusaciones que se toparon con el habitual silencio de Israel aunque esta vez acompañado de filtraciones desmarcándose de la muerte de uno de sus grandes enemigos y cerebro de numerosos atentados.

Conocido con el nombre de guerra 'Zulfiqar', oculto bajo varias identidades, con fama de 'playboy' y en el punto de mira de los servicios secretos occidentales y del Golfo Pérsico, Badreddine fue enterrado el viernes en un suburbio chií de Beirut entre gritos de venganza y odas al "gran líder yihadista". "Él dijo hace unos meses: no regresaré de Siria a menos que sea como mártir o llevando la bandera de la victoria. Y hoy regresa como mártir", recordó Hizbulá en un comunicado difundido este viernes en su cadena Al Manar.

Irán elogió la figura de Badreddine, del que dijo que "dedicó toda su vida a la lucha contra la injusticia y el terrorismo". Su muerte "encenderá la lucha contra Israel", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammed Yawad Zarif.

Badreddine tenía muchos enemigos. Desde grupos sunitas que le veían como brazo ejecutor del movimiento chií que apoya a Asad y a Irán en Siria hasta Arabia Saudí y Kuwait pasando por Israel y Estados Unidos. Hizbulá es considerado por estos países como un grupo terrorista.

El Tribunal Especial para el Líbano -creado por la ONU- le consideró uno de los máximos responsables del asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri. Este dirigente conocido por su oposición a la presencia siria en Líbano murió en el 2005 debido a un coche bomba en Beirut.

Badreddine tomó el relevo de Imad Mugniyha, víctima de la fuerte explosión de su blindado jeep en el centro de Damasco en febrero del 2008. El ataque contra este poderoso jefe de Hizbulá -perseguido desde hacía años por Israel y EE.UU por su participación en atentados- fue atribuido a una operación del Mosad. Según algunas informaciones, el servicio secreto israelí contó con el apoyo logístico de la CIA. Su muerte se consideró entonces como uno de los mayores golpes sufridos por este grupo financiado por Irán. También uno de los mayores éxitos del entonces jefe del Mosad, Meir Dagan. En esa ocasión, el jefe de Hizbulá, Hassan Nasralá, no tardó en acusar a Israel.

Siguiendo su política, el Ejército israelí no confirma o desmiente las informaciones difundidas este viernes en Siria y Líbano. Algunos analistas como Ron Ben Ishai comentan que "aunque Badreddine está detrás de varios graves atentados contra israelíes y judíos en el mundo, esta vez no parece que Israel sea responsable de su liquidación". El veterano comentarista militar de la web israelí YNET cita su "larga lista de enemigos". La respuesta se halla ahora en manos de la investigación anunciada por Hizbulá, un grupo cada vez más atrapado en el sangriento laberinto sirio.

Estados Unidos le vinculó al atentado en la base de los marines en Beirut que dejó 241 muertos en 1983 mientras Kuwait le condenó a muerte por varios ataques con coche bomba en su territorio. Como otros destacados miembros de la cúpula de la milicia libanesa, Israel le consideraba "jefe terrorista" responsable de ataques contra sus tropas y civiles en el norte del país así como de los atentados, junto a Irán, contra la embajada israelí y la sede de la comunidad judía en Buenos Aires en los años 90. Los grupos rebeldes en Siria le conocían también muy bien al ser uno de los cerebros de Hizbulá en el apoyo militar a Asad.

Siguiendo el discurso de los suyos, denunciaba que los grupos armados en Siria actuaban con el apoyo y aliento de Israel, Estados Unidos y Arabia Saudí para acabar con el presidente Asad y el eje chií formado por Siria, irán y Hizbulá. Un diputado de Hizbulá, Nawar Al Saheli, cree que el ejército israelí está detrás del ataque aunque señala que no quiere "adelantarse a los resultados de a investigación". "Es una guerra abierta", ha afirmado a la cadena del grupo Al Manar.

Ocho años después, ha acabado igual que su antecesor y su cuñado Mugniyah: muerto en una misteriosa explosión en Siria y enterrado como "mártir" en el Líbano.

[Fuente: Por Sal Emergui, Jerusalén, El Mundo, Madrid, 14may16]

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