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06sep18

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Texto de la exposición que Siria debió presentar en la 8332ª sesión del Consejo de Seguridad en relación con el tema del programa de trabajo titulado "La situación en el Oriente Medio"


Naciones Unidas
Consejo de Seguridad

S/2018/787

Distr. general
6 de septiembre de 2018
Español
Original: árabe

Carta de fecha 28 de agosto de 2018 dirigida a la Presidencia del Consejo de Seguridad por el Representante Permanente de la República Árabe Siria ante las Naciones Unidas

Le transmito por la presente la exposición completa que debí presentar en la 8332ª sesión del Consejo de Seguridad, celebrada el 28 de agosto de 2018 en relación con el tema del programa de trabajo titulado "La situación en el Oriente Medio", sobre el informe del Secretario General relativo a la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad 2139 (2014), 2165 (2014), 2191 (2014), 2258 (2015), 2332 (2016), 2393 (2017) y 2401 (2018) (S/2018/777) sobre la situación humanitaria en la República Árabe Siria.

Agradezco a la Presidenta que se haya referido a las dos cartas que dirigimos a la Presidencia y a los miembros del Consejo en relación con la cuestión de las armas químicas (S/2018/630), así como a la grave amenaza de que esas armas se vuelvan a emplear en Idlib. En respuesta a las preguntas que me formuló la Presidenta, quisiera señalar que hay numerosas cuestiones importantes que exigen aclaración.

A ese respecto comenzaré señalando lo siguiente:

  • Mientras se elaboraba el informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Emigración de Siria aprobó 2.700 solicitudes presentadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para prestar asistencia a las zonas liberadas y a otras regiones. El Ministerio citado ha aprobado la totalidad de esas 2.700 solicitudes.
  • En agosto distribuimos a los miembros del Consejo de Seguridad y a los Estados Miembros una explicación detallada sobre el sentido y los fines de la Ley núm. 10, lo que puso fin a todas las mentiras y la información errónea y tendenciosa que algunos venían distribuyendo sobre los propósitos de esa Ley. Esta cuestión, por tanto, se debe retirar del debate.
  • Todos los días y de forma incesante, la Media Luna Roja Árabe Siria, con la colaboración de sus asociados humanitarios locales e internacionales, presta asistencia y conduce decenas de convoyes a las zonas necesitadas. Nuestro problema con la OCAH es que el Sr. John Ging, Director de la División de Operaciones y Promoción, afirma que solo cuatro convoyes han sido autorizados, y eso es incorrecto. Nuestro problema con la OCAH, por tanto, es que su representante solo tiene en cuenta los convoyes en que participa la OCAH y no reconoce, por ejemplo, los del PMA, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Cruz Roja. Por ello, la OCAH ignora en sus informes mensuales cientos, incluso miles, de toneladas de ayuda enviadas a las zonas necesitadas. Por ese motivo, la OCAH solo menciona en su informe de este mes cuatro convoyes, lo que es incorrecto y confunde a los miembros del Consejo de Seguridad.

Hemos advertido en numerosas ocasiones de la presencia en el Salón de un elefante formidable y perturbado que amenaza los cimientos de nuestra labor conjunta y con sus pezuñas enormes pisotea muchas verdades para encubrir las violaciones de la Carta y del derecho internacional que perpetran determinados miembros permanentes.

Parece también que la obstinación en el error sigue siendo la tónica en las políticas y prácticas de los Gobiernos occidentales hacia mi país. Esos Gobiernos, en lugar de reconocer su culpa y asumir la responsabilidad política y jurídica que les concierne por librar una guerra terrorista contra Siria y su pueblo, y de corregir las desastrosas políticas que han seguido en nuestra región en general y en mi país en particular, perseveran en su política hostil y siguen empleando sus banderas negras, sus cascos blancos y sus líneas rojas. Ahora, además, preparan en las regiones noroccidentales de Siria la escenificación de nuevas representaciones sangrientas que incluyen el empleo de armas químicas para obstruir el proceso político en curso, justificar que los Gobiernos de los Estados occidentales miembros del Consejo ataquen mi país y ocupen parte de su territorio, y estimular la moral y la determinación de los grupos terroristas que allí quedan.

El Gobierno de mi país condena la forma y el fondo de la declaración que los Estados Unidos de América, Francia y el Reino Unido hicieron pública hace unos días. Siria ha señalado en innumerables ocasiones que considera inmoral y condena el uso de las armas químicas, con independencia del lugar y las circunstancias en que se empleen y de contra quién se empleen. Hoy, la República Árabe Siria reitera una vez más que no posee armas químicas y que cumplió todas sus obligaciones que le concernían en relación con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, lo que esta puso en conocimiento de los organismos internacionales, inclusive del Consejo de Seguridad. No veo por qué tengo que repetirles en todas las sesiones que el arsenal químico sirio fue destruido en el Mediterráneo por el buque estadounidense MV-Cape Ray mientras que seguimos esperando a conseguir la bendición del Consejo para librarnos del arsenal israelí de armas nucleares, químicas y biológicas.

Seguidamente quisiera proporcionarles información documentada sobre los preparativos que los terroristas del Frente Al-Nusra y sus grupos afiliados están llevando a cabo para utilizar armas químicas contra la población civil en la provincia de Idlib, acusar de ello a las fuerzas sirias y justificar así que los Gobiernos de los Estados que manejan a esos grupos terroristas lancen un ataque militar contra mi país, como ya ocurrió en el ataque estadounidense al aeropuerto de Al-Shairat y en el ataque tripartito de los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, ocurridos el 7 de abril de 2017 y el 14 de abril de 2018, respectivamente.

En el marco de los preparativos para ese crimen, cuya comisión exigimos que prohíban a sus agentes los países con influencia sobre esos grupos terroristas, se transportaron a la aldea de Haluz (provincia de Idlib) ocho contenedores de cloro con los que se escenificará un nuevo ataque químico. En ese ataque, los terroristas del Partido Islámico del Turquestán y del Frente Al-Nusra, a quienes los autores de los informes de la Secretaría General denominan "oposición armada no estatal", emplearán sustancias químicas tóxicas contra los civiles sirios, inclusive decenas de niños que fueron secuestrados hace días en las periferias de Alepo e Idlib, y posteriormente acusarán de ello al Gobierno de Siria para urgir a que sea injustamente atacado.

Cualquier agresión a mi país, si llega a producirse, atentará contra un Estado Miembro y fundador de las Naciones Unidas y contra la paz y la seguridad internacionales, y constituirá un acto de apoyo al terrorismo encaminado a socavar las iniciativas que para combatirlo hemos emprendido junto con nuestros aliados. Sepan los agresores que la iniquidad siempre retorna al injusto.

Mi Gobierno lamenta que los autores de los informes de la Secretaría General sigan adoptando un enfoque politizado, hostil, parcial y carente de profesionalidad. Por ejemplo, el 54� informe no contiene referencia alguna a la violación grave del acuerdo de separación de fuerzas cometida recientemente en el Golán sirio ocupado. El Gobierno de mi país no encuentra justificación a que la Secretaría General y el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz guarden silencio sobre la participación de Israel en la evacuación de los elementos terroristas afiliados a los Cascos Blancos y en su traslado ilícito a través de la línea de separación en el Golán sirio ocupado hasta Jordania y, de allí, hacia las capitales de los Estados occidentales que apoyan a esos terroristas. El Gobierno de mi país tampoco encuentra justificación a que el informe pase por alto que el Gobierno turco auspicia a los terroristas de los Cascos Blancos, el Partido Islámico del Turquestán, el Frente Al-Nusra y la Organización para la Liberación del Levante, así como a los terroristas uigures y uzbekos y a otros "moderados", y promueve de forma directa sus actividades en Siria.

El Gobierno de mi país condena y rechaza cualquier alabanza a Turquía que figure en el informe con motivo de la asistencia que ese país prestó en Afrin y otras regiones. Todos recuerdan la agresión militar turca contra Afrin, Yarablus, Al-Bab y Ayn al-Arab, así como contra otras regiones de Siria, que provocó el desplazamiento y los sufrimientos de cientos de miles de civiles. La presencia militar turca es una ocupación inequívoca que debe concluir y supone un respaldo para los grupos terroristas armados que se encuentran en esas zonas.

Al Gobierno de mi país no le conciernen las calificaciones de carácter político que emplean los autores del informe; por ejemplo, el cambio de "sitiadas" a "de difícil acceso" en la clasificación de determinadas regiones de Siria. Deseo subrayar que el Estado sirio atiende a sus ciudadanos como corresponde a su función nacional y con el afán de cubrir sin discriminación las necesidades que padecen. Todas las zonas que el Estado sirio ha liberado de los terroristas son ahora regiones abiertas y libres a las que las Naciones Unidas y sus asociados humanitarios pueden acceder para proporcionar a los sirios asistencia humanitaria verdadera y leal sin discriminación, restricciones o condiciones. La República Árabe Siria corrige a los autores del informe y señala que aún quedan zonas en Siria que se encuentran sitiadas por los grupos terroristas armados, que asedian a los civiles desde el interior y les impiden salir y recibir asistencia humanitaria. Es ahora el caso, por ejemplo, en Idlib, donde millones de civiles están sitiados desde el interior de la localidad.

El Gobierno de mi país, al igual que yo, señaló a la atención del Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia, Sr. Mark Lowcock, desde que asumió las responsabilidades de su cargo, la necesidad acuciante de abordar las repercusiones negativas derivadas de las medidas económicas coercitivas unilaterales impuestas al pueblo sirio por los Gobiernos de determinados Estados. Con la mayor franqueza y espíritu positivo le diré que todavía no hemos encontrado una justificación a que en el informe mensual sobre la situación humanitaria se incluyan cuestiones políticas y militares con el pretexto de que están comprendidas en las competencias consagradas en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, mientras que el mismo informe guarda silencio sobre las graves consecuencias adversas del bloqueo económico ilícito impuesto a Siria, que afecta de manera directa a las actividades de las Naciones Unidas y a las iniciativas desplegadas para cubrir las necesidades básicas de los ciudadanos sirios.

Exhorto a la Secretaría General y al Sr. Lowcock a que colaboren de forma diligente con el Gobierno sirio para iniciar una fase nueva y constructiva en la labor humanitaria en Siria que fomente la reconstrucción, el desarrollo y las iniciativas de recuperación, lejos del chantaje americano y occidental. Lo diré sin tapujos: ha llegado el momento de que la Secretaría General se desvincule del "documento secreto" en que figuran el programa y las recomendaciones del ex Secretario General Adjunto de Asuntos Políticos, Sr. Jeffrey Feltman, relativo a las directrices para la labor humanitaria en Siria, así como de los resultados de la Conferencia de Bruselas, que condicionaban la participación en el proceso de reconstrucción y desarrollo al cumplimiento de requisitos políticos incompatibles con los principios genuinos de la labor humanitaria y con el principio de "no dejar a nadie atrás" que rige las iniciativas en favor del desarrollo.

Por último, en respuesta a las recomendaciones formuladas por el Secretario General, le aseguro a él y a todos ustedes que nos tomamos muy en serio seguir el proceso político liderado solo por los sirios y libre de injerencias externas. Estamos decididos a restablecer la seguridad y la estabilidad, a preservar la soberanía y la independencia de la República Árabe Siria y su unidad e integridad territorial, y a velar por que todos los refugiados y desplazados sirios puedan regresar a sus zonas de origen y a sus hogares en condiciones de dignidad y seguridad. A tal efecto se ha establecido recientemente la Comisión de Coordinación del Retorno de las Personas Refugiadas y Desplazadas, que permitirá adoptar las medidas necesarias en esta esfera.

(Firmado) Bashar Ja'afari
Embajador
Representante Permanente


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