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02jul16


Akhmed Chatayev sería el organizador del ataque en Turquía


U extremista checheno planeó el triple atentado suicida en el aeropuerto de Estambul que mató a por lo menos 45 personas y se desconoce su paradero, reveló ayer un congresista estadounidense.

Michael McCaul, presidente de la Comisión de la Cámara de Representantes para Seguridad Nacional, dijo a la CNN que Akhmed Chatayev fue el cerebro que dirigió el ataque del martes por la noche contra el aeropuerto de Ataturk, uno de los más activos del mundo, y que también hirió a más de 230 personas.

Medios turcos y suecos también han identificado a Chatayev como el autor intelectual, a pesar de que las autoridades turcas no han confirmado su participación. El diario Sabah, que es cercano al gobierno, informó que la policía turca comenzó una cacería para atraparlo.

McCaul dijo que no está claro dónde está Chatayev, pero agregó que se sabe que trabajó como un lugarteniente importante del Estado Islámico (EI).

Aunque nadie ha reivindicado el triple atentado, se sospecha del Estado Islámico.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, repitió ayer que "muy probablemente" el EI estuvo detrás del ataque. El grupo se ha jactado de tener células en Turquía, entre otros países.

"Ellos no tienen ninguna conexión con el Islam. Su lugar está en el infierno", opinó Erdogan, quien habló en Estambul después de las oraciones de ayer.

Las víctimas "eran inocentes, niños, mujeres, ancianos; se embarcaron en un viaje sin saber que se encontrarían cara a cara con la muerte".

Las autoridades creen que los tres agresores suicidas del ataque -que recordó a la matanza de este año en el aeropuerto de Bruselas- procedían de Rusia y dos naciones de Asia central, Uzbekistán y Kirguistán. No proporcionaron más detalles sobre sus identidades.

Cerca de 7.000 personas originarias de países que pertenecieron a la Unión Soviética adhirieron a grupos yihadistas en Siria e Irak, según los servicios rusos de seguridad.

Entre ellos, unos 2.900 rusos, en su mayor parte originarios de inestables repúblicas rusas del Cáucaso, como Chechenia y Daguestán.

El diario Haber Turk afirmó en su sitio web que 11 sospechosos más -todos ellos extranjeros- fueron detenidos en otra operación en una vivienda de Estambul ayer por la mañana. El jueves habían sido detenidas 13 personas en tres barrios de la ciudad por sus posibles lazos con el atentado.

El EI, que ha utilizado a Turquía para establecerse en las vecinas Siria e Irak, ha amenazado varias veces al país en su propaganda. Turquía, miembro de la OTAN, ha atribuido al grupo varios atentados importantes en el último año tanto en Ankara como en Estambul.

Los explosivos utilizados en el atentado eran una mezcla "manufacturada" de RDX, TNT y PETN, según el ministro turco del Interior.

El químico y experto en explosivos de la Universidad de Rhode Island Jimmie Oxley describió las bombas como de calidad militar, lo que plantea la cuestión de cómo las consiguieron los agresores.

Turquía, que es un socio clave de la coalición liderada por Estados Unidos contra el grupo extremista, también enfrenta amenazas de seguridad de los rebeldes kurdos que reclaman más autonomía para la región sureste del país, así como de radicales de ultraizquierda.

Los rebeldes kurdos han realizado numerosos ataques con coches-bomba el año pasado, incluido el atentado del 17 de febrero en Ankara y otro atentado devastador en la capital el pasado marzo.

Mientras Turquía sigue investigando el ataque y buscando sospechosos, un funcionario turco afirmó que el ideólogo de un atentado suicida anterior había sido abatido. Las fuerzas de seguridad mataron a Mehmet Sirin Kaya en la localidad de Lice, en la provincia de Diyarbakir, de mayoría kurda, según afirmó ayer el funcionario.

Los suicidas de Estambul planeaban tomar más rehenes y masacrarlos

Los tres kamikazes del aeropuerto de Estambul, filmados por cámaras de vigilancia, podrían haber perpetrado una matanza aún mayor puesto que habían previsto tomar como rehenes a decenas de viajeros antes de hacerse estallar, informó ayer un diario turco.

Tres días después del triple atentado suicida que dejó 45 muertos y más de 260 heridos el martes en el aeropuerto internacional Ataturk, el ataque -el cuarto y el más sangriento en Estambul desde principios de año- no había sido aún reivindicado pero las autoridades apuntan al grupo Estado Islámico (EI).

Imágenes de las cámaras de vigilancia del aeropuerto muestran a tres hombres con camperas de color oscuro y, dos de ellos, ataviados con gorras de béisbol.

En una de las tomas, se ve a un policía en civil pidiendo a uno de los asaltantes sus documentos de identidad, y luego, a este mismo responsable de seguridad, arrodillado y amenazado por un arma de fuego ante los ascensores.

Los tres kamikazes, que se separaron antes de hacerse estallar en diferentes lugares del aeropuerto, también causaron víctimas al disparar con sus fusiles.

Según el diario Sabah, cercano al gobierno, el balance de la matanza pudo haber sido más elevado si los atacantes no hubieran sido interceptados, ya que inicialmente querían tomar a decenas de pasajeros como rehenes y hacerse explotar con ellos.

"Los abrigos que llevaban para ocultar sus cargas explosivas, pese al calor reinante, llamaron la atención de civiles y de un oficial de policía", indicó el diario.

Ayer, diplomáticos de una docena de países, vestidos de negro, rindieron homenaje a las víctimas del atentado en el aeropuerto.

"El terrorismo golpea otra vez aquí, en un país mayoritariamente musulmán", declaró Henri Vantieghem, cónsul general en Bélgica, cuyo país también ha sido objetivo de ataques. "Todo lo que pasa en Turquía afecta también a los países europeos", agregó.

En el marco de la investigación, se conoció que los tres asaltantes alquilaron un departamento en el barrio de Fatih, densamente poblado por sirios, palestinos, libaneses y jordanos, pagando un adelanto de 24.000 libras turcas (7.500 euros) por un año.

Una vecina, que nunca los vio, relató al diario que se quejó a las autoridades de los olores químicos que salían del apartamento después de medianoche.

"Fui a ver al Mujtar (responsable del barrio) que me envió a la municipalidad. La policía vino a verme tras los ataques. He vivido encima de bombas", dijo la mujer.

Cerca del lugar, se encontró una computadora en un tacho de basura, pero estaba deteriorada.

Turquía está sumida desde hace un año en un clima de violencia y proliferación de atentados en su territorio, reivindicados por el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) o el EI.

El pasado 17 de febrero murieron 29 personas en un atentado suicida contra personal militar en Ankara que fue reivindicado por una escisión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

[Fuente: Los Andes, Agencia, Mendoza, Arg, 02jul16]

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