Centro de Documentación e Información sobre Derechos Humanos en América Latina (DIML)
COMENTARIO DE LIBRO

Ian Buruma: La Culpa Heredada.

La superación del pasado en Alemania y Japón.


Carl Hanser Verlag.
Munich, 1994, 406 páginas.


Mientras los alemanes tienen un sentimiento de culpa a causa de los crímenes de guerra y el genocidio cometido, los japoneses sienten vergüenza. Con esta fórmula es posible explicar las diferencias de ambos pueblos en la superación del pasado, por los hechos de la segunda guerra mundial. El escritor holandés y especialista en el oeste asiático Ian Buruma, compara los procesos de superación del pasado en ambos países.

Con diversos detalles Buruma rechaza esta concepción que atribuye razones nacionales o culturales a la superación del pasado, como sí lo establece la Etnóloga estadounidense Ruth Benedikt, con su tesis sobre culpa ( Alemania como parte de la cultura occidental) y vergüenza (en la cultura japonesa).

El periodista Buruma, qien vive en Londres, comenta sobre autores japoneses como el premio nobel de Literatura Kenzaburo Oe, entre otros; compara su rol con el de Gunther Grass ; y escribe sobre algunos generales que en los últimos años reconocen que también son culpables; asi como sobre militantes del sindicato de maestros con una larga lucha para que los diversos crímenes de guerra sean escritos en los libros de educación pública. (Por ejemplo, la masacre en Nanking y Manila, los experimentos médicos con virus, y la prostitución forzada). "Cuanto más la izquierda japonesa dice esto, tanto más obstinada la derecha de japón niega estos hechos". Los paralelos entre Japón y Alemania son evidentes.

Buruma describe con todo detalle las diferencias. Las más evidentes son: La campaña alemana de destrucción de los judíos que pasó de una bárbara guerra de conquista a la indulgencia del tenno (?) por los triunfadores; los menos conocidos son: la presencia maciza en el Japón después de la guerra, de políticos que tenían funciones importantes antes 1945 o la ausencia de algún recuerdo público a las víctimas de la guerra japonesa en forma de monumentos.

También en Nuremberg Buruma se enfrentó con preguntas de un recuerdo público y de la reconstrucción. "El palacio de justicia en Nuremberg parece sólido, apenas destruido, en una ciudad que en general no hace este efecto. El casco azul, reconstruido de un estilo medieval, parece más bién como una escenificación como que Nuremberg solo sea el bastidor de una fantasía histórica". Sin embargo, el palacio en Tokio donde tuvieron lugar los procesos contra los criminales de guerra (como parte de una serie de 2000 procesos en la región pacífica) desde hace mucho tiempo ha cedido su lugar a un nuevo ayuntamiento. Lo que para el autor es un símbolo arquitectónico de represión: "El concepto de pedir cuenta de los líderes políticos y militares por sus hechos todavía fue más extraño a los japoneses que a los alemanes". Como consecuencia no había de parte de Japón ni una sola causa contra criminales de guerra . A la pregunta de un periodista radial por qué ahora mismo había una disculpa frente a las mujeres coreanas que fueron forzadas a la prostitución, el portavoz del gobierno enmudeció un minuto entero. ! Así lo relata Buruma!

Una llave para el entendimiento de las diferencias la encuentra Buruma en Hiroshima: El concepto "crímenes contra la humanidad" en Japón no corresponde al exterminio de los judíos, sino a los excesos "que hay en cada guerra". Y como víctimas de las bombas atómicas los derechistas nacionalistas y los izquierdistas antiimperialistas japoneses, no sólo debían aceptar una culpa moral, sino que tambíen podían decir a los norteamericanos: ustedes también son agresores.

Además de Hiroshima el autor visitó más "lugares santos" (como los llama) como Auschwitz o Nanking. Sus observaciones, conversaciones y reflexiones en estos lugares, un tipo de topografía social del terror, son la parte más palpitante de estos reportajes actuales. De su experiencia y su conocimiento profundo, sobre todo de la actual literatura japonesa, se desarolló un panorama convincente, sofocante y bien escrito de la controversia sobre la respectiva conciencia histórica.

(Otto B&oulm;hm - Miembro del Centro de Derechos Humanos de Nuremberg)


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