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Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica

Efectos psicosociales e interpretación sociocultural de la represión política vivida por los familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados mapunches y no-mapunches.

IX Región. Chile. (1973-90)




CAPITULO 13

Sentimientos de culpa

1. Aspectos conceptuales.

Definimos la culpa como la aparición de un sufrimiento psicológico asociado a pensamientos y emociones de tipo autoacusatorio en relación con la transgresión de una regla real o simbólica. Es decir:

1) La persona siente que ha transgredido una regla. Esta puede ser explícita o implícita, social o personal, pero siempre está presente esa ruptura. Así, la culpa por pegar a un hijo puede provenir de la ruptura de normas internas (romper la imagen de buen padre que uno se ha fijado como meta) o de normas externas (rechazo social al uso de la violencia en menores...).

2) La transgresión es dolorosa. Esa es la diferencia entre ser responsable de algo (determinado por la evidencia y las pruebas) y sentirse culpable de algo (determinado por el sentimiento).

3) Lo ocurrido compromete la imagen que la persona tiene de sí o a la que proyecta de sí a los demás. El grado de afectación dependerá en buena medida de los niveles de compromiso de la persona con su imagen. En este sentido y aunque la culpa afecta a casi todos los seres humanos, resultarán especialmente vulnerables a la culpa los dos extremos de la autoestima:

  • a. Las personas con una autoestima excesiva(A), por cuanto el error pone en entredicho la imagen de perfección que se quiere tener de sí mismo y que se intenta proyectar a los demás. La imagen se ha manchado.
  • b. Las personas con una baja autoestima1, ansiosas, inseguras y con miedo al ridículo, por cuanto el error cometido les enfrenta de nuevo a su historia.

4) En toda culpa hay siempre la presencia imprescindible del otro. Sin él no habría culpa. Ese 'otro' puede adoptar múltiples formas:

  • a) Testigos reales del suceso, que de un modo real o simbólico se constituyen en acusadores
  • b) Testigos imaginarios del suceso (¿qué pensaría él si supiera...?).
  • c) El otro presente en uno mismo. El acusado es a la vez juez y, como tal, portador de todos los determinantes culturales de su colectividad. Las reglas introyectadas en las primeras etapas del desarrollo reflejan la matriz sobre la que piensa - y, por tanto, juzga- la persona.

Este aspecto es fundamental en cuanto a qué determinará los aspectos culturales de la culpa. Se es culpable frente a ese otro imaginario con el que se comparten códigos éticos y normativos. Y así qué es considerado como transgresión dependerá de la cultura (el incesto frente al parricidio, la poliginia o la poligamia frente al adulterio y la lujuria, el robo de la propiedad privada frente al egoísmo de impedir el correcto uso comunitario de los bienes, el trabajo ocioso frente al trabajo excesivo etc etc etc). Las diferencias étnicas en la culpa vendrán dadas, cabe pensar, en esa matriz cultural que determinará las reglas reales o simbólicas que no deben transgredirse. La libertad individual podrá aceptarlas o rechazarlas, pero nunca será ajena a ellas.

5) Por último está el elemento reparador, también dependiente de la cultura. De la reparación simbólica al castigo, de la reparación positiva a la punitiva, la cultura recomienda un determinado patrón de reparación entre los posibles, y la persona escogerá según su criterio.

Luces y sombras en los sentimientos de culpa. El ser humano dispone de diversos mecanismos de alarma que le permiten aprender de sus experiencias. Cuando alguien acerca su mano al fuego y se quema, experimenta dolor. El dolor avisa al cuerpo de que hay una zona dañada. La culpa puede entenderse también como un mecanismo de alarma y protección. Avisa a la persona que su conducta ha creado un conflicto interno con consecuencias emocionales negativas. Se ha provocado un problema en el equilibrio respecto a nosotros, en la relación con un ser querido o en la relación con el grupo y esto provoca sentimientos aversivos de los que se quiere huir. Pero en ocasiones la culpa se vuelve un agente invalidante por excesiva, desmesurada o inútil y se debe intervenir para mitigarla con todos los medios de ayuda y apoyo a nuestro alcance.

Los sentimientos de culpa en la literatura sobre síndromes traumáticos. La culpa por haber sobrevivido a una situación de guerra o catástrofe ha sido ampliamente estudiada en veteranos del Vietnam, donde este síntoma apareció, según estudios, en entre un 15 y un 25% de los sobrevivientes(D). Esto contrasta tristemente con la culpa por haber cometido atrocidades en población civil que estaba presente en menos del 10% de los soldados. En ellos se pudo observar que había una serie de factores de riesgo: (a) La existencia de relaciones de protección mutua. Estas crearon la ilusión compartida de control sobre la seguridad de los miembros. Cuanto más intensa era esa actitud protectora, más fácilmente el veterano experimentaba después sentimientos de culpabilidad por haber sobrevivido. b) El ser un jefe de unidad excesivamente autoresponsabilizado por la suerte de sus subordinados. (c) Sobrevivir sin ningún rasguño mientras que otros fueron malheridos o murieron.

En los campos de exterminio nazi la culpabilidad entre los supervivientes se mantenía en algunos casos hasta 40 años después expresada, según estudios psiquiátricos, a través de sentimientos de depresión crónica o persecución imaginaria, rituales obsesivo-compulsivos, rasgos masoquistas o trastornos psicosomáticos.

La fenomenología europea ha dado tradicionalmente una gran importancia a las vivencias de culpa dentro de la descripción de los denominados síndromes de trauma psicológico. Por el contrario la escuela norteamericana ha tendido a negligirlas (B) . En la literatura psiquiátrica latinoamericana se ha pecado quizás en el sentido contrario. Los estudios sobre psicopatología en víctimas de la represión política están excesivamente centrados en el análisis de casos clínicos individuales o en descripciones de intervenciones grupales y se ha dado un gran peso a la culpa. Ello se debe a que las vivencias de culpa constituyen uno de los fenómenos más impactantes a los que debe enfrentarse el terapeuta, porque en la mayoría de casos se trata de emociones muy dolorosas que no responden a la lógica. La culpa se origina en el pasado, y como tal, en hechos que no admiten segunda oportunidad. Por ello el terapeuta puede sentirse con frecuencia compartiendo la angustia del paciente y esto se refleja en la selección de casos a discusión. En un encuentro internacional de trabajadores de salud mental y derechos humanos, un psiquiatra uruguayo decía enfáticamente: 'Deben ustedes hablar de la culpa. Es imposible hablar de lo que ha ocurrido en nuestros países sin abordar el tema central de la culpa'. Se trata de una afirmación probablemente abusiva porque el hecho de que los fenómenos de culpa sean tan impactantes no significa que sean el núcleo del problema. Es más, ni tan sólo que sean frecuentes. Lo que si es cierto es que, cuando aparecen, tienen una trascendental importancia.

Las vivencias de culpa en nuestro estudio.

Tres frases recogían estas vivencias. La primera reflejaba la culpa generada por la posible existencia de dificultades interpersonales con la persona fallecida (Yo no puedo dormir tranquila...), la segunda la creencia de que pudo haberse evitado la desaparición o la muerte (No hice todo...) y la tercera la culpabilidad por haber sobrevivido ( ¿Por qué estoy yo viva..?). En nuestro estudio hubo identificación con las frases que recogían estas vivencias en la proporción siguiente de personas mapunches y no mapunches:

Tabla 13.1. Sentimientos de culpa
. Inmediata Persistente Actual
Yo no puedo dormir tranquila, yo le reté esa mañana. Cuando se fue me miró muy triste y nos quedamos con esa amargura. 12.0 9.6 9.6
4.3 3.8 3.8
No hice todo lo que podría haber hecho para evitar lo que pasó. 10.0 9.8 7.8
31.9 20.8 13.2
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001

Fiabilidad de la respuesta. Pensando retrospectivamente en las entrevistas realizadas pensamos que estamos ante un sentimiento que probablemente se oculta en el caso de las dos primeras expresiones y se exagera en la tercera. Entre las razones para lo primero está:

a) La culpa es dolorosa. Cuando no es elaborada adecuadamente se va enterrando con el paso del tiempo. Aceptar la culpa es sacarle el polvo, reeditarla y revivirla. Es preferible negar rápidamente y pasar de puntillas al tema siguiente.

b) En algunas entrevistas (p.e. Ch0101) en que la persona negaba vigorosamente todo tipo de sentimiento de culpa, la gran cantidad de explicaciones de por qué no se tenía culpa hacían pensar que, bajo tantas racionalizaciones, existió (si no existía aún) un sentimiento de culpa.

c) Pese a que el entrevistador remarcaba: 'Por ilógico y absurdo que parezca hay gente que tiene a veces este tipo de ideas... ' y empezaba a leer, el hecho es que reconocer vivencias de culpa significa reconocer la posibilidad de ser culpable.

d) No es nunca del todo descartable que la culpa no sea ilógica. En este sentido, por ejemplo, Primo Levy en sus testimonios del horror nazi insinúa en algunos párrafos que en ocasiones no fue precisamente el azar el que decidió quienes fueron los pocos que sobrevivieron al exterminio. Y él fue un sobreviviente, así que sabe lo que dice.

Por tanto, en nuestra opinión, las cifras reales de frecuencia de las vivencias de culpa pueden ser algo superiores al valor que consta en la tabla para las dos primeras frases.

En el caso de la tercera ocurría lo contrario. Los entrevistadores tuvimos con frecuencia la sensación de que la persona afirmaba estar de acuerdo con la frase pero lo hacía sin implicación afectiva y expresando desde lo racional una respuesta socialmente bien vista. Creemos que es probable que en la tercera frase haya una exageración y que las cifras, ya de por sí bajas, lo sean aún más.

Análisis de contenido. Puede intentarse una aproximación a la lógica de los diferentes tipos de culpa que han surgido si aplicamos el esquema de análisis de la culpa que hemos hecho en la introducción. En la tabla 13.3 se han desglosado los tres tipos de culpa en función del origen simbólico de la acusación y la norma que se transgrede, la teleología de la culpa y el tipo de actitudes positivas o negativas que podrían aparecer. Vamos a ir caso por caso.

a) Problemas en los días previos a la desaparición:

En población no mapunche, éstos son algunos de los testimonios:

'Estábamos jugando a básquet. Me dijo algo y yo le contesté de mala forma. Siempre me acuerdo de eso'. (Ch1002). . 'Nos llevábamos mal con su familia. El quería casarse conmigo y discutía por eso con su familia... Me duele, porque no nos llegamos a casar y se pensará que no le quiero'. (M2602).

'Nunca fue político. A él lo mataron por el toque de queda. Tal vez tomó porque yo lo había retado y por eso lo mataron. El salió tarde de la casa. Debería haber alojado donde mi suegra en lugar de intentar regresar a casa. Volvía curado. Lo balearon los carabineros por caminar con toque de queda. Son cosas en las que una intenta no pensar'. (Ch0401).

'Teníamos diferencias de carácter. Era muy autoritario. Era 'el hombre de la casa', desde que mi padre nos dejó. Cuando murió, me hacía daño pensar eso. Me costó mucho asumir, al cabo de los años, que así es la vida y que a lo mejor ese era el destino de su vida'. (M2506).

En población mapunche son más infrecuentes, aunque también se producen:

'Cuando niño no nos llevábamos muy bien. Alguna vez me golpeaba o me retaba. No estábamos bien cuando se perdió' (M0804).

'Justo ese día nos habíamos peleado. Siempre las mujeres le atacábamos porque él era muy estricto con nosotras. Eso me repercutió mucho tiempo, me quedó mucho dolor por haber discutido. Ni siquiera recuerdo el problema, pero me quedó mucho dolor'. (M2508).

La acusación es realizada en el plano imaginario, por lo que es irrefutable. El principal elemento acusador (desde el imaginario del culpable) sería el propio Detenido-Desaparecido. La acusación provendría de presuponer qué es lo que el otro debe estar pensando, allí donde se encuentre, (en este mundo o en el otro). Junto a esto hay un elemento de reevaluación. Duele pensar en los motivos de algunas de las discusiones, en que muchas eran evitables o en que quizás se ven ahora como egoístas.

Por tanto, el dolor tiene que ver con un pensamiento irracional: 'Allí donde esté (vivo o muerto), debe pensar que no le quiero, o debe sentirse mal'. Si está muerto es un proceso irreversible. No nos pudimos disculpar, no nos pudimos despedir (C) .La realidad es que no estamos constantemente disculpándonos por todo ante todos y que la mayoría de las personas que queremos no necesitan casi nunca de una disculpa formal para olvidar un problema.

Tabla 13.2. Origen simbólico de las vivencias de culpa y algunas conductas que pueden aparecer derivadas de ella.
Tipo de culpa Yo le reté esa mañana. Cuando se fue me miró muy triste y nos quedamos con esa amargura
Origen simbólico de la acusación Pensamientos y sentimientos imaginarios que debe tener el DD-EP
Norma simbólica que se rompe o transgrede Debería ser siempre amable y afectuoso con la gente que quiero.
Origen de la irracionalidad Si no se muestra el cariño de manera explícita, es que éste no existe.

Las relaciones interpersonales han de ser, en todo momento, perfectas.

Tipo de actitudes positivas que podrían aparecer Mejorar las relaciones familiares.
Tipo de actitudes negativas que podrían aparecer Búsqueda de un ente con capacidad para perdonar: refugio exagerado en Dios o en creencias religiosas.

Evitar (de manera no necesariamente consciente) las relaciones de carácter íntimo como protección preventiva ante nuevas pérdidas que aumenten el dolor:

a) Provocando rechazo y ruptura cuando se da cuenta que se está llegando a un grado excesivo de intimidad. .

b) Pidiendo de manera más o menos encubierta garantías de que la otra persona no le va a abandonar o va a morir.

Tipo de culpa No hice todo lo que podría haber hecho para evitar lo que pasó.
Origen simbólico de la acusación Pensamientos y sentimientos que debe tener el DD-EP

Pensamientos y sentimientos imaginarios o reales de otros miembros de la familia, vecinos o amigos.

Norma simbólica que se rompe o transgrede Debería haber previsto cual iba a ser el curso de los hechos y haber encontrado la manera de cambiarlo.
Origen de la irracionalidad El azar no existe. Todo es previsible.

Existen palabras o actos mágicos que pudieran haber evitado lo que ocurrió.

Tipo de actitudes positivas que podrían aparecer Visitas al cementerio, flores, hablar con el ausente y recordarle.

Mayores niveles de compromiso social o político.

Tipo de actitudes negativas que podrían aparecer Conductas sustitutivas que compensen en otros lo que no se hizo por el ausente (militancia política (Síndrome de la Trinchera), vinculación intransigente a algún movimiento social o religioso...).

Sobrevaloración del ausente.

Lo opuesto: evitar actividades o situaciones que recuerden las causas de la desaparición Rechazar cualquier tipo de implicación o acto político.

Tipo de culpa Hay razones para que nos sintamos culpables: ¿Por qué estoy yo viva y él no?. Mejor hubiera sido irse.
Origen simbólico de la acusación Pensamientos y sentimientos imaginarios que debe tener el DD-EP

Una sociedad (imaginaria o real) que se pregunta por qué esa persona sobrevivió y los otros no y si hay razones no casuales.

Injusticia: Él era más valioso que yo. Yo nunca he hecho nada. No valgo lo que él/ella.

Norma simbólica que se rompe o transgrede Deben sobrevivir los mejores, los más necesarios.
Origen de la irracionalidad La muerte depende de los méritos personales de cada uno.
Tipo de actitudes positivas que podrían aparecer Esfuerzos por parecerse al familiar. Imitar sus valores humanos positivos y sus actitudes.

Mejorar las relaciones familiares.

Mayores niveles de compromiso social o político.

Tipo de actitudes negativas que podrían aparecer Actos autopunitivos directos (cortes, autoagresiones, mutilaciones... ).

Actos autopunitivos indirectos (conductas peligrosas, alocadas, 'suicidas', búsqueda irracional del riesgo).

Ascetismo desmesurado. Incapacidad para disfrutar las cosas ('la alegría es injusta y ofensiva')

Fuente: elaboración propia.

b) Se podría haber evitado la muerte. Aquí es donde aparecen las diferencias interétnicas de modo más marcado. Prácticamente el triple de mapunches que de chilenos tuvieron este sentimiento durante los primeros meses, y durante años más del doble creen que aún lo sentían así.

Al analizar los contenidos de las entrevistas vemos que en la gente que se identifica con esta expresión en realidad se mezclan varios temas:

•Por un lado hay un grupo que de algún modo tuvo que ver directamente con la posterior desaparición o muerte, algo que en ese momento, por supuesto, la persona no sabía.

En población chilena, por ejemplo, una familia recomendó a los hijos presentarse al Retén de carabineros a preguntar qué ocurría en lugar de huir al monte, como habían hecho inicialmente:. 'Salió un bando en que les llamaban a presentarse en el Retén. Mi padre y nosotras les aconsejamos que se fueran a presentar porque nada tenían que temer y era peor andar huido. Se presentaron, y ya no volvimos a saber de ellos.' (Ch2401)

El hermano de un desaparecido refería cómo vinieron varias veces a buscarle a él a la casa acusado de robos de animales, y él huía al ver acercarse a los carabineros a la casa. Tras ir varias veces a buscarle sin encontrarle, finalmente los carabineros se llevan al hermano: . 'Era a mí a quien querían, no a mi hermano (...). Él sólo me defendía cuando venían preguntando. Mi hermano nunca hizo nada. Yo sí que antes del golpe tenía antecedentes malos y había sido preso. A él lo tenían que haber soltado. Siempre he pensado que fue su vida por la mía, que yo soy el culpable porque a mí me buscaban.' (Ch1901).

Otro desaparecido que sabía que estaba bajo vigilancia quiso dejar la casa y el trabajo, pero la familia le presionó para que aguantara sobretodo por temas económicos:

'Sí, mucho. Lo hemos hablado a veces con mi madre, porque podíamos habernos cambiado de barrio. Podíamos hacerlo. El sintió deseos de irse y nos insistía, pero no hubo modo de encontrar trabajo y le decíamos que debía conservar el trabajo. Allí fue donde lo tomaron'. (Ch0501).

'A él lo presionamos mucho para que no renunciara a su trabajo ni se mandara a cambiar. Mi madre decía que había que pagar la casa, que debía aguantar. Además desde entonces le tengo rencor a mi madre porque tardó mucho en reclamar. Fue horrible porque un psicólogo me obligó a reconocerlo delante de mi madre en una terapia de familia. Esa tarde fue el quiebre definitivo de la familia. Ella no me quiere hablar.' (Ch0502).

En otro caso la mujer le hace volver al cuartel de donde lo acaban de soltar: 'A él lo tomaron preso y lo tuvieron varios días. Yo recuerdo que fui a preguntar por él y a llevarle una frazada y un termo con café. Me lo encontré por la calle que se regresaba a la casa. Lo habían soltado y él se venía. Y le pregunté: ¿Y el termo?. ¿Te lo dejaste allí?. Mejor vete a buscarlo... Él se regresó a buscar el termo y ya no lo vi nunca más'. (Ch2601).

En el caso de la población mapunche este tipo de vivencias de culpa también se han producido. Así, una madre reflexionaba: 'Lo podía haber mandado al extranjero, como después hice con sus dos hermanos' (M1201).

El hermano de un muchacho que murió mientras volvía a casa se sentía culpable por no haberle acompañado: 'Lo mataron a la salida de un partido de fútbol. En donde jugó él, estaba yo con vehículo y no lo traje conmigo. Siempre le esperaba. Pero ese día le dije: Nos vemos en casa. Y no le esperé.'. (M2402).

El de un ejecutado que tras varias semanas de andar huido y cambiando de un sitio a otro es finalmente capturado un día que se acerca a la casa familiar:. 'Tendría que haber insistido más en que no durmiera en la casa. No podía dormir en la casa sabiendo que le andaban buscando'. (M2606).

O el de un muchacho que viajó de Santiago a la casa en el campo en las semanas después del golpe:. 'Él estaba en Santiago, vivía conmigo. El padre lo llamó porque lo necesitaba para trabajar. Eran los días del golpe y yo le dejé ir. Debía haber insistido en que se quedara en Santiago y que no fuera para la comunidad. Cuando supe ya era tarde, y tampoco hicimos nada. No pudimos ir como hasta los tres meses' (M1004)

Quizás la mejor expresión de la importancia de la culpa dentro de las culturas de fuerte influencia católica, como lo es la latina y la mapunche más cercana al mundo latino es la de una joven, niña en aquella época, para quien la desaparición fue, durante años, el castigo de Dios, tal vez por alguna mala conducta:. 'Tenía siete años. Me sentía culpable. Por un lado yo veía el sufrimiento de mi mamá y no podía hacer nada. Como que yo me metía en mí por ver el sufrimiento de mi madre. Por otro lado sentía como que yo era culpable de lo que le había pasado a mi padre. De esos años es que dejé de creer en Dios, porque sentía que era un castigo de Dios lo que pasaba, que Dios me estaba castigando porque si no, por qué me pasaba todo eso a mí. Él era más importante que yo, yo estorbaba no más. Era yo quien debía haber muerto. A veces me volvía loca por la noche, soñaba mucho y tenía conductas extrañas y mi madre me llevó alguna vez al hospital y me mandaban calmantes. Estuve durante años con medicación.' (Ch3203)

•Por otro lado otros familiares sentían la culpa de un modo mucho más abstracto, refiriéndose a circunstancias del momento que pudieran haber influido en la muerte. Así, por ejemplo, una mujer chilena de clase baja que se casó con un intelectual de izquierda de Santiago de clase media-alta:

'Él tenía estudios, venía de Santiago. Si se hubiera casado con una de allí y no conmigo estaría vivo. La familia me tiene rencor porque él murió por mi culpa. Yo también lo siento así'. (Ch3001).

Mucha gente comparte la idea de que si en el momento de la detención hubieran estado presentes o se hubieran subido también al auto empeñándose en ir a cualquier precio, habrían conseguido salvar al familiar.

Esta idea aparece en cuatro testimonios chilenos y uno mapunche:

'Sentí la culpa de no haberle acompañado. Yo era muy niño. Podía haberme subido a la camioneta. Quien sabe. A lo mejor si lo hubiera acompañado... (Ch3002)

.No haberle seguido a donde lo llevaron, pero por temor en ese momento no atinaba a nada'. (Ch3703).

'Fue un telegrama que él recibió de Curacautín para ver a su mamá, y aquí lo esperaban...Eso fue y nunca más volvió. Si hubiera ido yo con él a Curacautín, a lo mejor no habría pasado'. (Ch4202).

. Ese día me atrasé. Siempre me lo reprocho. Quien sabe si al estar con su hermano pequeño no lo hubieran tomado' (Ch1002).

'No haberme ido junto a él cuando los uniformados se lo llevaron. Aunque me hubieran golpeado, al menos ahora sabría donde está'. (M2605).

Se trata de una situación seguramente ilógica, que tiene que ver, como decíamos, con lo simbólico:

'Me hizo sentir culpable no haber evitado que lo mataran. No sé como explicarlo, pero uno siempre dice de cómo poderlo evitar, pero uno no piensa en COMO podría evitarlo. No sé si me entiendes... Se queda uno en la sensación de que tendría que haberlo evitado'. (M2508).

•Y hay, por fin, un último grupo en el que las diferencias interétnicas son absolutas, marcando la significación estadística en este apartado. Entre la población mapunche, sobretodo la rural, hay vivencias de culpa porque, tras la detención, no se tuvo valor o confianza para ir a preguntar al cuartel y se esperó en casa. No así entre la población hispano-chilena donde no han aparecido este tipo de testimonios. En las entrevistas se refleja así:

'Reaccioné de manera cobarde. Cuando tomaron al papá pensamos: 'Déjalo nomás. No ha hecho nada y debe volver'. Como a los tres días de que no aparecía me acerqué a preguntar, con mucho miedo de que me tomaran a mí. Tardé tres días. No fui al tiro donde un abogado. Yo creo que también me callé porque a los mapunches los miran en menos porque el mapunche no sabe hablar. Por eso uno no reclama.' (M0601).

'No fuimos a preguntar. Esperamos.' (M0602).

'No hice nada en ese momento. No puedo decir una cosa... Tendría tantas cosas que haber hecho por mi hermano, pero quedé tan decaída. Mi primera reacción fue que me dieron ganas de suicidarme'. (M2603).

'Yo ya tenía hijos. No podía ir a reclamar. Tenía que pensar en mis hijos...' (M0301).

'No es que yo pudiera haber evitado nada, si no que no tuve nunca valor para ir a preguntar por él. Fueron las dos sobrinas. Ellas andaron a los días preguntando. Fue porque me aconsejaron. Me aconsejaron que mejor no fuera a preguntar. Yo siempre hago lo que me dicen, así es la mujer mapunche. Si hay un tema de una tierra yo dejo que digan. Lloro y nada más. La gente me humilla y no protesto. Lloré harto. Aún lo lloro. Nunca reclamé a mi hermano.' (M0603).

Entre las razones para explicar esta reacción podría estar (1) la tendencia de la cultura mapunche, de acuerdo a las normas ancestrales de lealtad a la tradición y a las jerarquías de la comunidad, a respetar a las autoridades -y en ese momento los militares, aunque impuestos, eran las autoridades, (2) la falta de manejo de los mecanismos de la ley chilena y (3) tener que manejarse en un ambiente que no es el suyo y en el que se sientenminusvalorados.

Apoya esto no sólo las anotaciones de las entrevistas, sino los datos numéricos. Este tipo de vivencia de culpa correlaciona con el máximo nivel de significación estadística con la idea que lo mataron por error, porque un mal vecino le denunció (r:0.7), nunca estuvo en política (r:0.76), hay que conformarse, porque así es la suerte del pobre (r:0.91)), para salir adelante lo más sabio es hacerse notar lo menos posible y decir sí (r:0.92), con no querer recordar lo ocurrido (6a [r:0.7], 6b [r:0.72]) y con trabajar como un modo de conseguirlo (7a [r:0.76], 7b [r:0.82])).

Siguiendo el esquema de comprensión de la tabla, defender la idea de que podía haberse evitado / previsto lo que iba a ocurrir (por ejemplo realizando un sobreesfuerzo físico, o habiendo dicho quien sabe qué palabras a los asesinos, o yendo a preguntar al retén desde el primer momento), desprecia el factor suerte y presupone que se debería sobrevivir en base a una lógica racional de los hechos. Más de un familiar que fue a preguntar inmediatamente desapareció a su vez y en aquellos momentos nada era lógico y era prácticamente imposible saber qué conducta era la más sensata, si callar y esperar o si protestar.

c) La culpa por haber sobrevivido sigue un patrón distinto. Se trata de un tipo de culpa que tiene una escasa correlación con las dos anteriores, y que aparece sobretodo en aquellas personas que tienden a magnificar y mitificar al ausente: 18d (Morir sería volver a encontrarme con él [r:0.8]), 23a (Ahora no tenemos a quien preguntarle, él era el pilar de la casa [r:0.86]).

En las transcripciones este tipo de culpa se refleja del siguiente modo:

'Yo en ese año estaba soltera, y él se acababa de casar y tenía una guagua de sólo dos meses. Durante bastante tiempo pensé en que mejor me hubiera muerto yo'. (Ch3801)

'Muchas veces pensé que mejor me hubiera ocurrido a mí' (M2501)

'Un hijo...es algo muy grande. Duele más que un marido. Desde que él murió, todos los años nuevos decía: Otro año que se va y no hice nada por él'. (Ch3302).

'Hubiera sido preferible que muriera yo. Siempre lo pienso'. (M2509).

'Claro, él era viudo, con una niña pequeña, mientras que yo, soltera... ¿qué se habría perdido?. Después, cuando crié a la niña como hija propia ya se me fue quitando esa idea, pero durante los primeros años no se me podía borrar' (Ch1402).

En población mapunche se expresa así:

'El entró en la casa. Volvía de casa de unos amigos sobre las 2 de la madrugada. Los milicos entraron detrás de él. Le dicen que me buscaban a mí. Yo no era activista, participaba en un grupo del colegio vinculado al MIR. Siempre hablaba del MIR, nos reuníamos, íbamos a manifestaciones... Él me retaba por eso, porque como fue militar sabía que las cosas estaban feas y podía haber un golpe. Los milicos no le buscaban a él. El les dice que salgan de la casa si no tienen orden. Se arma un forcejeo. Llegan más y más hombres, al menos doce...el resto ya lo sabe...Fue horrible. Muchas veces pensé en morirme y en suicidarme, porque era yo a la que buscaban (llora). Al contrario, él me retaba si se enteraba. Eso es lo que me tenía más enferma: pensar que lo mataron por mi culpa y que él me retaba si sabía que estaba en protestas o salía con los del MIR. A partir de lo que pasó, por mi propia culpa traté de olvidarme de todo lo que fuera política, porque era lo que él me recomendaba. Ahora pienso que eran cosas de adolescentes, que había buenos planes, pero que no sirvió de nada.' (M2506).

'Siempre hablo con mi hermano rezando, y le pido perdón... porque siempre se siente mucha culpa... por cualquier cosa se siente culpa, por el solo hecho de ver a tu madre enferma, de verla sufriendo, verla mal y ver como la familia se desune'. (M2508).

'Al principio, cuando estaba muy triste, si pensaba que mejor me hubiera muerto yo en lugar de él' (M2203).

Relación de las vivencias de culpa con otras variables. El primer y el segundo tipo de culpa están altamente correlacionados entre sí. Es decir, que dentro de cada persona habría una cierta tendencia a sentir o no culpa.

Si miramos las correlaciones de éstas expresiones con el resto, vemos cuales son las consecuencias psicosociales de la culpa. Ambas expresiones presentan correlaciones con el máximo nivel de significación estadística con: (a) Negación de la militancia (2a, 2b), (b) Actitud de conformidad (4a) y sumisión (5b). (c) Intentos de olvidar (6a), no querer recordar (6b), trabajar para no pensar (7a, 7b), (d) Imposibilidad para elaborar el duelo por ser el llanto humillante (8a) o afectar al resto de la familia (8b). (e) Falsos reconocimientos del ausente (10a), memoria exageradamente positiva del ausente (14c, 23a). ( f) Llanto por los recuerdos dolorosos (10c), sentimientos de odio (18e), (g) Intentos simbólicos de reparación, imaginando que todo vuelve a suceder pero que las cosas acaban bien (18c)

Otras vivencias de culpa.

Hay dos formas más de culpa que no se contemplaron en el cuestionario inicial, y que fueron saliendo a lo largo de las entrevistas.

1. Culpabilidad por tener una nueva pareja.

1. Ch3001. En un caso la compañera del desaparecido sólo lo buscó durante unas semanas. Tenía varios hijos pequeños y hubo de renunciar a la búsqueda. A los tres años de la desaparición empezó a convivir con otro hombre. A lo largo de la entrevista repite una y otra vez que este segundo hombre nunca reemplazó al primero, sino que la ha 'acompañado', pero nunca ha sido 'lo mismo': 'Fue como un convenio, digamos, porque si hubiera seguido sola hubiera tenido que internar a mis hijos por razón del dinero. Al estar con este hombre evitaba perderlos. Pero con él no hablo nada. Aunque él tiene un gran corazón y se lo agradezco mucho, porque ya son casi veinte años, y es el padre de mis dos hijas. Pero no es como el padre de mis dos mayores' (Ch3001).

Varias veces repite 'Nunca he conocido ni conoceré a nadie como él'.

Paradójicamente, y pese a esta aparente mitificación del primer cónyuge desaparecido, en muy pocas ocasiones ha hablado a los hijos de su verdadero padre.

Otra señora refería un sentimiento similar: 'Al cabo del tiempo tuve otro compañero, con el que vivo ahora. Fue casi siete años después. Me costó harto. Pero nunca fue lo mismo. Me sentía mal, como si le estuviera traicionando. Pensaba en él y le pedía perdón. Esto no hubiera sido así de haberle podido sepultar. Durante varios años.' (Ch2601).

2. Hemos observado algunos casos de vivencias de culpa al recibir la reparación:

'Esa plata es como si me hubieran pagado por haber matado a mi papá. Yo no necesito esa ayuda. Para salir adelante prefiero mi propia ayuda' (M2205).

'No me gusta recibir esa plata. Siento como si él, aún muerto, me estuviera mandando. Como si yo, que estoy viva, me beneficio de su muerte, no sé... Es difícil saber por qué me siento así'. (M2604)

'Por él tuvimos sueldo. El fue quien dio eso.' (M2502).

'No me gustó recibir la primera reparación, porque era como confirmar su muerte. Sobrevivo por él, sigo sobreviviendo por él y ni siquiera puedo agradecérselo. Despierta culpa.' (Ch3001).

'No quise nada del dinero.. Porque: ¿Cuánto me va a durar?. Una patada y luego se acabó. Yo quise seguir buscando a mi papá' (M3203).

'Cuando voy al Banco a pagarme, lo primero que me pasa es que me acuerdo de él. Siento que todo lo que saco es un regalo de él que viene. A veces me dan ganas de llorar'. (M1002).

'Cuando recibí la primera plata, unos quinientos mil pesos, me puse a llorar solo. Pensaba como si me quisieran comprar, como si quisieran cambiar a mi papá por esa plata'. (M2103).

3. Vivencias de culpa por cómo se reaccionó tras la muerte.

En un caso la persona no tiene sensación de culpa porque piense que pudiera haber hecho algo para evitar lo que pasó. Asume que nada podía hacerse, pero tal vez en esos momentos tuvo una actitud poco adecuada y luego siente la humillación o la culpa por esa actitud que tuvo:

'A él lo detuvieron y lo mataron a dos cuadras de la casa. Estábamos en la casa, oímos los disparos y ni siquiera salimos. No lo buscamos, porque asumimos que ha muerto. El miedo no se nos ha quitado...'(Ch0101).

En dos hermanas la culpa se refiere a la madre (esposa del desaparecido) y en un hermano respecto al padre. En ambos casos es por no haberles apoyado suficiente en el dolor y en las dificultades económicas que siguieron a la desaparición:

'Más que respecto a mi padre, la culpa la siento respecto a mi madre porque cada cual miró para su lado. Dos nos vinimos aquí a Argentina. Nos costó mucho radicarnos y durante varios años no enviábamos plata. Cuando volví, a los dos años, mi madre se estaba muriendo de tristeza. Las tierras no eran buenas para cultivar, sólo para talaje. A ella en todas partes le cerraban las puertas. Todo el mundo que podía le levantaba calumnias. Mi madre había vendido los animalitos, la casa estaba deteriorada... Regresé a la Argentina y cuando volví, a los años mi madre estaba en la extrema pobreza. No le quedaba nada en la casa. Siempre con la tristeza, porque ella confiaba en que algún día aparecerían y no quería dejar la casa. Cuando llegué no tenía ni con que tomar mate... Costó mucho hasta que la pudimos traer a Argentina. Cuántas veces no he pensado que por qué no la ayudaríamos más'. (M2106).

'Yo todo el dolor que he sentido no es por ellos, porque era muy pequeña, apenas seis años. Pero es con mi mamá, porque ella sufrió tanto por nosotros. Creo que si algún día me faltara mi mamá no me importaría morirme. Antes no, porque sería otro sufrimiento para ella'. (M2105).

'Debiéramos habernos movilizado, pero nos quedamos aquí, en Santiago, y su padre, el pobre viejo, fue el que tuvo que andar de aquí para allá. Me dolió más por mi padre, por lo que él sufrió y no se conformó (llora). Lo dejamos solo al viejito' (M1005) (b)

En resumen, los sentimientos de culpa son poco frecuentes, si bien cuando aparecen marcan la vida de las personas. Fueron más frecuentes entre la población mapunche, debido esencialmente a que en ésta hay una frecuencia mucho mayor de personas que no reaccionaron tras la muerte, no pudieron o no se atrevieron a ir a reclamar, y con los años esto les pesa. Han aparecido multitud de motivos para la culpa donde el elemento común es el imaginario simbólico del ausente. Difícil de reconocer, difícil de conversar, difícil de razonar, difícil de superar, la culpa ha atado a uno de cada cinco familiares. [volver]


Notas

(A) El concepto de autoestima alude a la valoración que uno hace de sí mismo como ser en el mundo, y se enmarca dentro de la terminología usada por la escuela cognitivo-conductual. Desde la escuela psicoanalítica puede hablarse de personas con déficit narcisista o con un exceso de narcisismo.

(B) Cuando se incluyó el Síndrome de Estrés Post-Traumático en la tercera edición del Manual Estadístico y Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-III) se consideró inicialmente a las Vivencias exageradas de culpa como un criterio diagnóstico básico. Este criterio desapareció a mediados de los 80 al aparecer las sucesivas revisiones de las clasificaciones (DSM-III-R en 1987 y DSM-IV en 1993) dentro de los esfuerzos norteamericanos por borrar los componentes intrapsíquicos, mutilando el tema de uno de sus elementos más relevantes.

(C). Aunque no competa al texto no podemos evitar una nota en este punto. Algunos terapeutas enfrentan este tema con técnicas directas de psicodrama, como la de la silla vacía. Se le explica a la persona que en una silla vacía que se le ha colocado enfrente está el desaparecido. Se le pide que se sumerja en la situación y que hable con la persona ausente para decirle todo aquello que no ha podido decirle. Como observadores hemos visto resultados terriblemente dolorosos y devastadores. Pensamos que se trata de una técnica muy peligrosa que no debe inferirse como corolario de nuestro análisis del origen de las vivencias de culpa

(D) Bibliografía

  • 51. Andreasen NC. Post-traumatic Stress Disorder. En Kaplan-Sadock. Comprehensive Textbook of Psychiatry (1987). Wilkinson and Wilkins. Baltimore. Londres. pp 918-924.
  • 52. Borus JF. Incidence of maladjustment in Vietnam returnees. Arch. Gen. Psychiatry (1974) 30:554-7.
  • 53.Glover H. Survival guilt and the Vietnam veteran. J. Nervous and Mental Disease (1984) 172:7, 393-7.
  • 54. Carmil D. Emotional distress and satisfaction in life among Holocaust survivors-. A community study of survivors and controls. Psychological Medicine (1986) 16:141-9


Citar como: Durán Pérez, Teresa et al. Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica KO'AGA ROÑE'ETA se.x (2000) - http://www.derechos.org/koaga/x/mapuches/

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