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Paz, bienestar social, reforma agraria y soberanía nacional
Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos.
IX Foro Nacional por los Derechos Humanos
Celebrado en Bogotá los días 8, 9 y 10 de junio de 2000

Una obra nacional para el campesino.

Alfredo Vázquez Carrizosa
Presidente del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.



Esta Ponencia que someto al IX Foro Nacional Por los Derechos Humanos presenta el esquema de una obra colombiana - la supresión en las inmensas tierras abandonadas en Amazonas, Arauca, Caquetà Casanare, Guainìa, Guaviare, Urabà, Vaupès y Vichada - para establecer la agricultura de cosechas alimenticias en lotes de tierras dedicadas hoy a la coca y la amapola con destino a la venta a altos precios de las drogas ilìcitas en el extranjero.

El peligro de convertir a Colombia en tierra fértil para la producción de drogas ilícitas es ya una realidad. Los Estados Unidos que son la primera potencia militar en el mundo se encuentran atormentados con la importación cada día más grande de cocaína y heroína despachadas desde Colombia.

Es toda la explicación para sustentar en el Congreso de esa nación el Plan Colombia. Ello se proyecta con helicópteros construidos hace treinta años más fusiles y ametralladoras de la segunda guerra mundial con los cuales se busca eliminar el narcotráfico colombiano. La receta militar de los Estados Unidos significa una guerra desde el aire con los narcotraficantes colombianos. Las víctimas de esa ofensiva podrían no ser narcotraficantes sino ciudadanos comunes y corrientes.

Más provechoso es establecer zonas de cultivos alimenticios en las tierras desoladas de Colombia sin comunicación de ninguna especie con los mercados de frutas y de legumbres en el país, siendo una vergüenza nacional que en el siglo XXI existan todavía latitudes en semejantes condiciones de olvido de los habitantes que viven en chozas pajizas sin comunicación con los mercados del interior del país.

Añádase las ventajas de eliminar las zonas de selvas vírgenes que rodean a Colombia. Hay una distancia de siglos entre la condición fértil de muchas regiones y balnearios en el interior del país cuando las condiciones primitivas de las regiones fronterizas de nuestro país con otras naciones.

El estado Colombiano sería el único propietarios de la tierra en aquellas regiones y los cultivadores tendrán el usufructo y beneficios durante un tiempo determinado no pudiendo establecer el mercado de terrenos como ha sucedido en años anteriores bajo el manto de la Reforma Agraria.

Las ideas democráticas que sugiero en esta ponencia son al propio tiempo una muestra de solidaridad con las ideas de nuestro tiempo.


Plan nacional de reforma agraria con fines sociales

La Reforma Agraria es una necesidad apremiante de Colombia a fin de proporcionarle al campesino una base de trabajo y un medio de vida honrada como no existe en la actualidad con los refugios y los trabajadores cesantes.

Deseo ante todo examinar el problema agrario con base en la experiencia adquirida en nuestro país y para ello dispongo del estudio sobre este problema adelantado por un experto en la materia el señor Luis Alberto Matta Aldana quien me ha suministrado un vasto informe sobre la materia de la cuestión agraria en Colombia, cundo se intenta examinar una propuesta de paz.


Historia de las Leyes de Reforma Agraria en Colombia

El experto agrario, señor Luis Alberto Matta Aldana introduce en su estudio la historia de estas leyes colombianas de Reforma Agraria y dice lo siguiente:

La intervención del Estado colombiano en aras de resolver los problemas sociales de la población rural y las alarmantes inequidades de la cuestión agraria ha sido muy pecaria, además, ha sido política y económicamente equivocada. Los sucesivos gobiernos y en general las élites del país no hicieron lo posible por transformar en forma democrática y civilizada las estructuras agrarias, de una nación en principio predominantemente rural.

Las políticas desarrolladas para mejorar la situación, han contribuido a la descampesinización descontrolada de las áreas rurales, a la ganaderización intensiva que conlleva lastres de empobrecimiento e inproductividad en el campo, y a la concentración de tierra en pocas manos con fines especulativos tal y como sucede con el narcotráfico terrateniente.

La no resolución de los problemas agrarios, la ausencia de un programa de desarrollo acorde a la realidad social y cultural del país, el manejo partidista y gamonal de los asuntos rurales y la inestabilidad política, han traído graves consecuencias económicas y culturales para el país; la grave polarización de los conflictos rurales está íntimamente ligada con la génesis del conflicto social y armado , y en general a la crisis que vive nación.

Ley 200 de 1.936, antecedentes y aplicación.

A medida que avanza la modesta industrialización del país adelantada en las primeras décadas del siglo XX, crecen los sectores obreros tanto en las manofacturas como en la agroindustria del banano y la explotación petrolera; ello conlleva a que el nivel de salarios y las garantías sociales aumenten considerablemente gracias a la presión y lucha de los trabajadores.

Esta situación coincide con el malestar que vive en ese momento la población rural, que pese a ser mayoritaria (se aproxima al 70% del total de habitantes del país), vive aún sometida alas relaciones precapitalistasy señoriales del modelo hacendatario que predomina desde la época colonial. Esto origina importantes movilizaciones campesinas en rechazo de los grandes latifundios inexplotados y contra las formas de relación y dependencia feudal que le son aplicadas a los labriegos.

El campesino exige la adjudicación de los terrenos donde trabajan y la extinción de dominio sobre los predios inexplotados; piden la implementación de un programa democrático de reforma agraria y en forma simultánea inician una serie de ocupaciones e invasiones a fincas inactivas.

El gobierno del presidente liberal Alfonso López Pumarejo se ve presionado a buscar una solución inmediata que apague los ánonimos de protesta social en los campos colombianos. Para tal efecto el Congreso de la República decreta el 30 de diciembre de 1.936 la Ley 200 cuya finalidad es establecer un régimen adecuado de tenencia y explotación de tierras en el país.

"Es conocida la importancia de la ley 200 de 1.936 como el primer intento serio de realizar una reforma agraria. Fue el resultado de una concertación con el movimiento campesino en auge y , y de hecho, en ella se plasman elementos de trascendencia para el sector agropecuario, como la creación de la jurisdicción agraria con la existencia de jueces especializados en dirimir conflictos de tierras, y la introducción de la figura de la Extinción de Dominio o pérdida de la propiedad como resultado del incumplimiento de su función social, cuando el propietario deja sin explotación económica la tierra durante un lapso determinado. A pesar de la insuficiente aplicación de esta ley, debido a diferentes fuerzas que en su momento mantenian intacto su poder, la ley 200 de 1.936 créo las bases del concepto de Reforma Agraria en Colombia contemporanea".

Aún en nuestros días se sigue considerando la ley 200, como la norma más progresista impulsada por gobierno alguno durante el siglo XX en Colombia. Coinciden los analistas en señalar que esta ley fue el producto de la lucha campesina de colonos e indígenas que se tomaron grandes extensiones de tierras baldías de la nación, invadieron centenares de haciendas, fincas y predios inactivos, y rompieron abruptamente con la hegemonía señorial del poder hacendatario, al negarse a pagar tributos y obligaciones.

Se agrega reiteradamente, inclusive por parte del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Colombia para la Acción Rural, que la ley 200 de 1.936 fue el intento más avanzado que se haya puesto en marcha con el propósito de corregir la feudal y arbitraria estructura rural del país y fue un instrumento orientado a acortar las enormes inequidades existentes en el campo, sentado de paso las bases y el concepto de reforma agraria en un sentido progresista.

Ley 100 de 1.994, un retroceso histórico para la modernización del campo

Los terratenientes a disgusto con la ley 200, combinaron acciones legales e legales para detener los tibios avances que en materia de modernización del campo había facilitado esta norma. El Congreso conformado mayoritariamente por latifundistas conservadores, retomó la aparceria como alternativa de desarrollo rural en su beneficio, para lo que impulsó la ley 100 de .994.

Mientras se imponía desde el punto de vista legal un grave retroceso, eran simultáneamente asesinados decenas de dirigentes campesinos e indígenas, y se recuperaban a sangre y fuego muchos de los predios que habían sido asignados a los humildes labriegos.

Ley 135 de 1.961, Decreto 755 de 1.967 y Ley 1ªde 1.967; maquillaje al feudalismo con reformas marginales.

La legislación colombiana en materia de reforma agraria, ha velado los intereses políticos y la conveniencia económica del latifundio por mantener privilegios que le favorecen, pese a que signifiquen a la larga un gran retroceso para la economía del país y a la postre sean el caldo de cultivo para el agravamiento de conflictos sociales, que finalmente afectan la estabilidad y ganancias de los terratenientes, poniendo en peligro el modelo político y de gobierno, el programa económico y la estabilidad de la nación.

Los EE.UU. no han sido ajenos a esta evaluación, por lo que en diversos momentos han presionado reformas que tranquilicen a las masas campesinas, y de paso han considerado que de esa manera conjuran la amenaza subversiva que se cierne sobre el tranquilo proceso de acumulación capitalista. A ese propósito responde la llamada " Alianza para el Progreso". Estrategia gringa que en Colombia se propuso contener el avance guerrillero y la influencia del Partido Comunista en las zonas campesinas, más aun, con el estimulo que reportaba a la insurgencia el proceso de los revolucionarios cubanos.

" El primero de enero de 1.959 triunfa la revolución cubana. Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos y un numeroso grupo de guerrilleros hacen su entrada triunfal en la Habana, derrocando la dictadura de Fulgencio Batista. Cuba se declara como el primer estado socialista de América. Desatando la ira del imperialismo norteamericano y la preocupación de las oligarquías latinoamericanas, que ven en la revolución un mal ejemplo a raíz de la explosión de simpatías que genera este hecho social y político en el continente, especialmente en los sectores campesinos que luchan por la tierra.

Es por ello que en 1.961 se estimulan las expropiaciones a latifundistas cuya tierra estuviera inactiva. Aunque se aprueba una indemnización por la pérdida de la tierra, lo que en últimas genera un velado mercado de tierras; esee mismo año se crea el INCORA como entidad encargada de implementar estas políticas.

En 1.967 se orienta el registro de la población rural, con el propósito inicial de organizar la interlocución Estado - campesinos, pero además con la intención de controlarlos mediante una organización estimulada desde el gobierno, lo que a la postre determina el surgimiento de la ANUC.

"Inmediatamente después de la explicación del Decreto 755, un comité especial se hizo cargo de la tarea en el Ministerio de Agricultura. El equipo incluía abogados, sociólogos y expertos de comunicación, cuyo primer paso fue la elaboración de los formularios de registro y el diseño de los carnés que identificarían a los futuros usuarios".

"Este proceso tenía lugar en medio de una cruzada publicitaria de vastas proporciones, que utilizaba las cadenas radiales, periódicos, carteles y folletos para diseminar información sobre la iniciativa del gobierno y extender la invitación a todos los campesinos. El Ministerio comenzó a preparar el personal estratégico que cumpliría papeles < multiplicadores > en la base".

Finalmente los campesinos organizados a través de la ANUC desbordan las expectativas del gobierno y multiplican sus luchas reivindicativas, por lo que intensifican la toma de tierras y ganan espacios de independencia y autonomía como organización.

Gracias a la presión popular del campesinado, en 1.968 el gobierno de Lleras Restrepo cede ante las protestas e impulsa pasos más significativos en relación con la reforma agraria, más allá del simple mercado de tierras que había estimulado la ley 135 gracias a las indemnizaciones para terratenientes expropiados; ese es el origen de la ley 1ª de 1.968, la que ese orienta fundamentalmente a variar el delicado tema de las indemnizaciones, implementando, además, avalúos catastrales ajustados a la ley, y no al capricho mercantil y especulador de los terratenientes.

Las políticas implementadas en este periodo, más que resolver la cuestión agraria y mejorar el nivel de vida del campesinado, tenía como propósito ajustar la economía del sector primario, garantizar la producciòn alimentaria de los crecientes centros urbanos y dar los primeros pasos en dirección al desarrollo capitalista del campo, proceso estancado y marginal por la actitud de los gamonales y su atraso latifundista.


Pastrana y el pacto de Chicoral en enero de 1972; consolidación definitiva de la contrarreforma agraria al amparo del Estado.

El presidente conservador Misael Pastrana Borrero, último representante del fatídico Frente Nacional, implementa una verdadera y definitiva reversión de las políticas agrarias. Lo primero que aplicó este gobierno fue una dramática política de choque y contención dirigida hacia la ANUC, por considerarla una fuerza subversiva, su Ministro de Agricultura, Sr. Jaramillo Ocampo desató una fuerte persecución contra el INCORA.

" Durante la oleada de tomas de tierra en octubre y noviembre, (1.971), el clamor por la contrarreforma agraria alcanzó proporciones de histerismo. Los editoriales de la prensa conservadora alertaban sobre el peligro del comunismo agrario agitando pruebas tales como el uso de herramientas de labranza de origen Checoslovaco en las invasiones y la proyección de películas soviéticas por parte del INCORA para incitar a los campesinos".

En diciembre del mismo año el Senador Hugo Escobar Sierra denunció lista en mano, las invasiones de tierra presentadas, explicando la conexión subversiva en esta situación y explicando, según él, las oscuras manos del terrorismo internacional y del comunismo, en estas maniobras del campesinado.

Luego de estos anuncios, la banca ministerial de Pastrana convocó a una reunión con las fuerzas políticas democráticas (sólo el Partido Liberal ), a los gremios ganaderos, arroceros y bananeros y al latifundio en general, al librar la guerra contra la subversión comunista. Esta reunión se llevo a cabo en enero de 1.972 en la población de Chicoral en el Tolima.

"Los terminos del Pacto de Chicoral fueron suficientemente claros en su intención de emprender formalmente la contrareforma agraria., A cambio del pago de impuestos al Estado, fijado de acuerdo a una renta presuntiva cuya referencia principal sería el avalúo catastral de los predios, los terratenientes recibían amplias garantías de que se pondría freno a la redistribución de la tierra y se apoyaría la explotación agrícola en gran escala.

Se endurecían los criterios para calificar los predios como susceptibles de afectación a los efectos de la reforma agraria y para aquellos casos en los que hubiera afectación, se modifican los términos de la ley 135 de 1.961 de tal manera que la indemnización debía pagarse teniendo e cuenta el valor comercial, con un alto porcentaje al contado, se reducía a 5 años el plazo para abandonar los saldos que, además, devengan intereses.

De esta manera se trataba doblemente al INCORA, pues no solamente se reducía el marco posible de su acción sino que bastaba con los recortes en el presupuesto para que el INCORA se paralizara casi completamente, como sucedió efectivamente en los años subsiguientes".

Con este pacto se cerró hasta nuestros días, la corriente semi progresista del Partido Liberal, pues acudieron a firmarlo varios sectores que habían acompañado antes las reformas de Lleras Restrepo. La criminalización de la lucha campesina se elevó a niveles muy fuertes, mientras se robustecían ampliamente las federaciones que agrupaban a ganaderos y terratenientes.

Leyes 4ª de 1.973 y 6ª de 1.975. En la segunda mitad del siglo XX reaparece la aparceria.

Pastrana termina su gobierno en materia agraria reafirmando en 1.973 que los predios señalados como latifundios le convienen al país, en tanto que detienen la amenaza comunista y aumentan la productividad técnica e industrializada, razón por la cual aumenta considerablemente las líneas de crédito para los empresarios de agro y simultáneamente reduce los prestamos a pequeños campesinos tan solo para áreas de tecnificación, considerando, además, que no se deben adquirir más tierras por el momento para ellos.

Mientras tanto el movimiento indígena cobra vuelo luego de un prolongado periodo de luchas dispersas como etnia, pues habían actuado en unidad con la ANUC. El movimiento indígena desde 1.971 cuando se funda el CRIC y en memoria de los líderes Manuel Quintín Lame, La Gaitana, Eutiquio Timoté y José Gonzalo Sánchez, reinicia una etapa de acciones unitarias que aun no terminan, porque su situación de abandono por parte del estado se mantiene.

Las comunidades indígenas son victimas del despojo de sus tierras, de la violación de los derechos humanos y de sus territorios; por ello su propósito es recuperar la tierra y la cultura, afianzar su autonomía, fortalecerse organizativamente y con esa finalidad es que unifican sus luchas.

La ley 6ª de 1.975 desde todo punto de vista retrògrada, continùa con la tendencia a asimilar la reforma agraria a un simple mercado de tierras y peor aún, legaliza de nuevo los contratos de aparcería al no reglamentar las relaciones laborales.

Programa PAN y programa DRI, el asistencialismo rural.

Estos programas de corte humanitarista se proponen mitigar las enormes dificultades del sector rural, pero no contribuyen de manera alguna a cambiar las injustas estructuras de propiedad de la tierra ni plantean restablecer las garantías sociales que exige el campesinado. No obstante son presentados ante la opinión pública por el gobierno y los terratenientes amigos del presidente Turbay Ayala (1.974 . 1978 ), como grandes avances para el campo, mientras se recrudece la violencia oficial a niveles nunca vistos.

En el proyecto agrícola y de desarrollo rural integrado que impulsa este gobierno, se esconde un verdadero propósito relacionado con la fragmentación del movimiento campesino, la división al interior de la ANUC, el debilitamiento del INCORA y la compra de líderes campesinos.

En este periodo se implementa el llamado estatuto de seguridad, cuyo propósito es aniquilar la subversión armad; no obstante la persecución, los asesinatos, amenazas, torturas, y desapariciones, violencia que centra objetivos en áreas rurales, es en este periodo que aumenta la lucha popular y crece la lucha guerrillera

Ley de 1.982 y 30 de 1.988, un mercado de tierras que favorece al narcotráfico.

Desde 1.980 cuando se crea la Coordinadora Indígena Nacional, bajo el lema "Tierra, Cultura y Organización" se da el paso que conduce a la fundación de la ONIC en 1.982. Las comunidades indígenas recuerdan con afecto la memoria de Dagoberto Flores, Jacinto Ortíz y Oswaldo Terán, que entre otros, ofrendaron la vida en su trabajo por la unidad de las luchas indígenas con el movimiento social, y en especial afrontaron con dignidad y rebeldía los azotes de la violencia oficial en los campos.

El campesinado por su parte reanima sus luchas por la tierra y retorna a las grandes movilizaciones de protesta; vuelven las tomas de tierra; especialmente en el centro y sur del país, presionando cambios en las políticas de reforma agraria.

A la creciente protesta social el gobierno responde con la ley 35 de 1.982, mediante la cual se trata de recomponer al INCORA y sus funciones iniciales; así mismo, se crea el PRN, programa orientado a desarrollar aciones sociales en áreas sociales donde predomina la violencia, además de hacer acompañamiento a las actividades desarrolladas por el INCORA.

El fortalecimiento de la entidad es orientado a la compra de tierras rebajando al mínimo la expropiación de predios inactivos, estimulando finalmente con ello el mercado de tierras, política que favorece al latifundio especulador que se ve beneficiado económicamente. Según la Misión Rural, mediante la ley 35 de 1.982 se compraron predios equivalentes a 54.704 hectáreas de tierra.

En 1.988 durante el gobierno de Virgilio Barco se inicia la llamada etapa de globalización económica; el Ministro de Gobierno o del Interior Cesar Gaviria Trujillo, hace un llamado al campesinado para que sea competente y efectivo, y seguidamente se abre la puerta a las importaciones de alimentos.

Así mismo, mediante la ley 30 de ese año, se inicia la más alta comercialización de tierras de que conozca la historia colombiana. Se cambió el concepto de reforma agraria por el de competitividad e internacionalización, estimulando el ingreso de grandes volúmenes de alimentos extranjeros, mientras se agilizó la venta de tierras para quien pudiera tener capacidad de endeudamiento.

Hace su aparición ene escena el narcotráfico, que como clase emergente necesita reconocimiento y status social, los mismos que alcanza mediante la más exagerada expansión latifundista de la historia colombiana. La violencia paramilitar baña en sangre a los campos colombianos y el fenómeno del desplazamiento forzado alcanza ribetes de drama nacional. Por su parte el gobierno reprime militarmente las grandes movilizaciones campesinas e indígenas, indicando que se trata de contener el avance guerrillero.

"Por otra parte, la compra de tierras por los narcotraficantes encajó el interés estratégico de las Fuerzas Armadas y los políticos tradicionales de contar con aliados bien financiados y dispuestos a defender militarmente territorios en poder de las guerrillas. Este fue uno de los orígenes de los grupos paramilitares, cuya existencia el Estado admitió legalmente en 1.989, durante el gobierno de Virgilio Barco Vargas (1.986 - 1.990 ), cuando la matanza de once funcionarios del poder judicial cometida por paramilitares en la Rochela, corregimiento del municipio de Cimitarra, Santander, en enero de 1.989, obligó al gobierno a prohibirlos oficialmente, aunque no ha desarticularlos de hecho.

Como ocurre con grupos ilegales que adquieren una gran poder económico, la organización de narcotraficantes liderada por Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha quiso traducir su riqueza en dominio político, no sólo para neutralizar las amenazas de la represión estatal sino para ingresar a la coalición gobernante del país, a la cual habían servido como líderes de fuerzas contrairsurgentes. La campaña electoral de 1.989 y 1.990, conocida como el periodo narcoterrorista, presenció el asesinato del candidato con mayor opción, Luis Carlos Galán Sarmiento, fuerte opositor del narcotrafico, y de tres candidatos de la izquierda, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro León Gomez. Estos asesinatos, no aclarados aún por la justicia, expresaron el oscuro surgimiento de coaliciones entre los narcos y sectores políticos, interesados en contar con sus aportes para bloquear los esfuerzos gubernamentales en contra del negocio de las drogas".

Durante el segundo periodo de gobierno ( Cesar Gaviria Trujillo 1.990 - 1.994 ), se intensifica la compra de tierras por parte del narcotráfico, expulsando comunidades campesinas e indígenas en más de 15 departamentos y regiones, intensificando las masacres y amenazas, con la complacencia y omisión de los sectores oficiales, especialmente de las Fuerzas Armadas del Estado, bajo el pretexto de restarle base social a la insurgencia.

Ley 160 de 1.964, la ambivalencia entre el mercado de tierras y la preocupación por resolver la cuestión agraria, ante el crecimiento político y militar de la insurgencia.

De entrada hay que destacar a la ley 160 del 5 de agosto de 1.994, le anteceden importantes movilizaciones campesinas, negras e indígenas.

El gobierno trata de solucionar el rpoblema agrario mediante esta ley que estimula la colonización de nuevas tuerras y privilegia la titulación de baldíos, procurando con ello no afectar las tierras fértiles y adecuadas para la agricultura en manos del latifundio improductivo, en este momento fundamentalmente narcotraficante.

Promueve mediante el mercado de tierras una reforma marginal, pero no obstante se compromete crear en las nuevas tierras las Z.R.C (Zonas de Reserva Campesina ), dotar de tierra a los indígenas mediante la creación de más resguardos y formalizar con las comunidades negras formas de propiedad colectiva a partir de la reglamentación de la ley 70 de comunidades negras de 1.973.

Una mínima representación negra e indígena en el Congreso de la República estimula las luchas de estas comunidades por la tierra y sus formas de organización. En junio de 1.991 había surgido la ASI (Alianza Social Indígena ),organización social que busca alternativas de unidad popular en aras de fortalecer un movimiento amplio, pluralista,comprometido con la paz y los derechos humanos, que reflexione en torno a la diversidad étnica regional y cultural, valorando la participación política y la lucha por la tierra.

En la actualidad bajo la licencia de la ley 160 de 1.994, INCORA desarrollo siete tipos de programas:

  • Mercado subsidiado: que consiste en la entrega de un subsidio por compra de predios en negociación voluntaria.
  • Adquisicón directa de predios por el INCORA, para desplazados por la violencia y otros programas especiales
  • Adquisición de predios y mejoras para comunidades indígenas.
  • Constitución y ampliación de resguardos indígenas en predios baldíos.
  • Titulación de baldíos a colonos .
  • Reservas campesinas.
  • Titulación colectiva a comunidades negras

Si analizamos los puntos que se desarrollan, vemos que se pretende una reforma agraria marginal, en tanto que no se plantea la expropiación de las grandes extensiones que el narcotráfico ha adquirido al interior de la frontera agrícola, es decir, en las tierras ya habilitadas para la agricultura, estimulando, por tanto, la colonización y la expansión ilimitada de la frontera agrícola en detrimento de las selvas, bosques y humedales.

Las metas impuestas por la ley 160 de 1.994 no se han cumplido. Entre el año 94 y 99, los campesinos colombianos han recibido 170.000 hectáreas, del millón quinientas mil ( 1.500.000 ) previstas para el mismo periodo de tiempo, a partir de la meta gubernamental que fijo 250.000 hectáreas por año.

El narcotráfico mientras tanto ha evolucionado sistemáticamente en la adquisición de predios, casi siempre mediante la vía violenta:

Un fenómeno nuevo tiene que ver con la alta participación del narcotráfico en la propiedad de las tierras o "contrarreforma agraria " , fenómeno que ha generado un proceso regresivo en la distribución de la propiedad rural. En efecto, el narcotráfico posee mucha más tierra que la que el INCORA ha adquirido en los últimos 25 años.


Las reformas de propiedad colectiva, un instrumento posible para contener la expansión del narcotráfico terrateniente

Entre las conquistas del movimiento campesino, negro e indígena, podemos rescatar el articulo 63 de la Constitución Política Nacional en el cual se determina que son inalienables, imprescriptibles e inembargables, todos los terrenos que pertenezcan a grupos comunales, resguardos indígenas, parques naturales y los bienes que determine la ley.

Retomando este mandato constitucional es posible poner en marcha una serie de alternativas que plantea la ley 160 de 1.994, y que no se han cumplido por falta de voluntad política, por los intereses del latifundio narcotráficante y sus alianzas estratégicas con el Ejército y la Policía, por falta de presupuesto y quizá por la dispersión organizativa a que está sometido el campesinado víctima de la violencia.

El primer instrumento son las Z.R.C - Zonas de Reserva Campesina, como forma de propiedad colectiva campesina, donde el terreno no sirve para darlo en prenda, ni se puede transferir derechos, espacios donde se pretende, según la ley, fomentar y defender la pequeña y mediana propiedad campesina. El Estado, a más de limitar la concentración de tierras y prohibir el latifundio, deberá promover créditos subsidiados, asistencia técnica y formación de cooperativas de consumo.

El segundo es la constitución de resguardos indígenas, donde estas comunidades conservan un interés común tanto de intereses como de cultura y vivencias, y tienen derecho pleno de dominio sobre sus terrenos, pero asignados como propiedad colectiva, donde inclusive la transferencia de derechos sobre una parcela por causa de muerte es decidida por el cabildo, siendo terrenos igualmente inalienables e imprescriptibles.

El tercer instrumento es el titulo de propiedad colectiva de las tierras de comunidades negras, donde grupos organizados hacen acuerdos entre familias, comunidades y organizaciones para unificarse en un Consejo Comunitario y mediante este, acceder al titulación colectiva de un predio determinado.

Este proceso nace de la ley 170 de comunidades negras que desarrolló temas relativos a la territorialidad y la cultura de los pueblos negros o afrocolombianos. Allí participan o deben participar representantes de los troncos familiares y de las organizaciones comunitarias con afinidad de intereses culturales. Estas tierras asignadas son como los anteriores ejemplos, inalienables, imprescriptibles e inembargables.


Condición inevitable para construir una paz democrática en Colombia, es la solución a la Cuestión Agraria

El conflicto social y armado que se vive en Colombia, tiene profundas raíces en el tratamiento injusto por parte del Estado y sus élites, a la situación rural y económica de la Colombia rural.

En el presente siglo nuestra convulsionada historia como Nación, se relaciona continuamente con la cuestión agraria. El carácter excluyente y antidemocrático del régimen político predominante, el modelo económico capitalista y antiagrario, y la naturaleza antipatriotica de las políticas aplicadas en este sector, han arruinado la vida campesina.

Las comunidades campesinas , negras e indígenas han sufrido no solo el abandono estatal y la voracidad del capital privado y transnacional, sino que además, se han enfrentado a la estrategia violenta y expancionista del narcotráfico, al latifundio ganadero y especulativo de la tierra; además, a la aculturación que niega el desarrollo de los saberes populares e históricos de nuestros pobladores rurales, y a la depredación irracional de nuestros recursos naturales que destruye el medio ambiente, la biodiversidad, y que contamina el agua y el oxígeno, riquezas del presente y el futuro.

Importantes sucesos políticos en nuestra sociedad han repercutido en la vida del campo, desencadenando procesos violentos que hoy continúan y que no se ha resuelto, por ser soportes estructurales del actual sistema antidemocrático que controla los destinos del país. Por ello la construcción de la paz implica resolver la cuestión agraria, al ser una de las principales causas estructurales del conflicto social y armado.

Hasta aquí la reseña legislativa de Luis Alberto Matta Aldana sobre la materia que lleva el pomposo nombre de "Reforma Agraria" cuando las contradicciones del anterior estatuto no habían podido implantar ninguna "Reforma Agraria " que está por definir.

Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Alberto Lleras, Julio Cesar Turbay, Cesar Gaviria introdujeron la improvisación legislativa sobre el tema anotado. Estamos todavía a la espera de una "Reforma Agraria " que está muy lejos de la realidad con la guerra del interior que vive nuestro país hace ya cuarenta años con sucesivas altas y bajas de la insurgencia. Además de la implantación de cinco zonas de despeje en el sur del país e innumerables atentados a la vida de las personas que dejan sumidas en la tragedia las tierras del sur de Colombia.

A ellas se añaden que la multiplicación de capitales y de cultivos de coca y amapola ha impedido aún más la agricultura pacífica en estas regiones. Será necesario lo que todavía espera durante algún tiempo el establecimiento de la paz en el país colombiano para que se pueda pensar en la verdadera democracia de esta nación. Mi antecesor de esta ponencia. Luis Alberto Matta Aldana ha planteado la tesis de "Democratizar la tierra eliminando el Latifundio Improductivo y la expropiación" todo lo cual requiere un debate amplio que no se ha llevado a cabo sobre el destino de la tierra y la producción agraria en Colombia con la expropiación del latifundio. Estamos lejos de ese empeño y mientras no pueda adelantarse será necesario esperar el momento de la paz para discutir la "Reforma Agraria".

El debate sobre la realidad inmediata del agro colombiano no podría llevarse a cabo sin una corriente vigorosa del pensamiento social de la comunidad y una identificación del latifundio con los intereses financieros que no tiene interes en la reducción de la tierra.

Me ocuparé más bien de las áreas de las antiguas intendencias y comisarías con la siembra de la coca y la amapolapara obtener amplias cosechas de verdadero veneno en el cuerpo de los fumadores de estos productos que minan la salud y causan la muerte de las personas adictas a este vicio extendido a varios continentes tanto para la exportación como para la venta del mismo producto.

Pensamos inmediatamente en la necesidad de la sustitución de cultivos para el logro de una agricultura de beneficio común para todos los habitantes en las antiguas intendencias y comisarías con beneficio para los miles de hombres y mujeres que viven en la calle de la ciudad aterradas con el temor de la violencia.

Las carreteras que propongo para la facilidad de la comunicaciones serán el instrumento a los cuales se refiere esta ponencia.

Pensamos en la necesidad de implantar una "Reforma Agraria" específica orientada al aprovechamiento de tierras que podrían recibir novedosos grupos de campesinos en los campos que hoy son para las víctimas de este negocio en el campo de la muerte.


Magnitud de la Violencia y la razón de los Desplazados

La guerrilla ha invadido numerosas regiones que hoy son el sitio de la producción y venta de esas drogas con el sacrificio de los campesinos.

La violencia en los campos acabó la agricultura de cosechas y no hay manera de acabarla sino es con la alternación de cultivos.

Desde hace cuarenta años se sucede la violencia a un ritmo cotidiano en muchas regiones como ocurre en departamentos prósperos como Antioquía, Bolívar, Santander, Cauca y Nariño, además de Cundinamarca y Valle.

Proponemos una Reforma Agraria para regiones determinadas, con el único fin de permitir el traslado de numerosos refugiados que viven en otras partes por temor a la violencia. Millones de Colombianos están viviendo fuera de su centro de habitación, a fin de escapar al peligro de la muerte o inmigrar a tierras desconocidas.

Barrancabermeja es uno de los centros de atracción de los refugiados a causa de la violencia en otros lugares. Tanto es así que en esta ciudad se hallan concentradas innumerables personas de distinto origen.

En 1.999 un Tribunal Internacional de Opinión Pública, constituido por personalidades de alta preparación en el tema de los Derechos Humanos se reunió en estos días adaptando una sentencia que consagra el Derecho a la Libertad de los Refugiados.


Bases para una Reforma Agraria

Otro tanto se diría de las otras dos regiones que proponemos para una Reforma Agraria con fines sociales, tanto en Urabá como en la zona de Arauca, Casanare, Caquetá, Guainia, Guaviare, Vaupés y Vichada. Al propio tiempo los territorios deshabitados del sur de Colombia carecen actualmente de toda vía de comunicación o de exportación de productos agrícolas, siendo al propio tiempo estas zonas son capaces de acoger un número considerable de refugiados colombianos.

La Reforma Agraria que proponemos tiene por base el señalamiento de lotes individuales de propiedad de la nación colombiana, de una extensión de 5 a 20 fanegadas con el compromiso de cultivar la tierra para la producción de alimentos con la prohibición de la coca y la amapola. Será inútil el combate aéreo de los helicópteros norteamericanos para impedir el cultivo de esas drogas ilícitas.

Desde luego, tratándose de una región selvática y desprovista de caminos vecinales y de todo centro de abastecimiento agrícola y de expendio de productos de trabajo será necesaria la creación de centros para ambos fines, o sean el aprovechamiento de tales centro para obtener elementos de trabajo como para exportar al resto del país el producto de las cosechas.

Serían necesarias varias carreteras con sus respectivos ramales, costeadas por los Estados Unidos y Colombia como parte del Plan Colombia que actualmente se discute en el Congreso de los Estados Unidos.

Las Zonas de Uraba y, al propio tiempo de Arauca y Casanare, en primer lugar son suceptibles de abrir carreteras para la facilidad de comunicación.

Las zonas de las tres regiones que hemos señalado serían el anticipo de la Reforma Agraria en el resto del país y tendría estas características:

  • Se formaría un área cultivable cruzada por carretera o caminos transitables que hoy no existen.
  • La tierra comprendida en este plan de Reforma Agraria será de propiedad de la nación lo mismo que el sub-suelo, sin permiso de usufructo concedido a los cultivadores de la región.
  • Los terrenos cultivables del Sur de Colombia tendrían una capacidad media de cultivos agrícolas con una extensión de 10 a 20 fanegadas bajo la expresa condición de no cultivar coca o amapola. Los infractores de esta condición estarían sujetos a la expulsión con la Fuerza Agraria.
  • Los lotes de tierras cultivables estarían conectados a los centros oficiales de aprovisionamiento, los que serían encargados de la compra de productos agricolas en la región.
  • Se establecería un cuerpo encargado de la vigilancia de la región.
  • Se dotaría la región de un tribunal para recibir quejas y pronunciar despidos debidamente justificados. Toda concesión de terrenos en el sur de Colombia será al principio limitada a 10 años, prorrogables por otro periodo de igual dimensión.

Ponencia presentanda en el IX Foro Nacional "Paz, bienestar social, reforma agraria y soberanía nacional". Bogotá, 8, 9 y 10 de junio de 2000.

Citar como: Vázquez Carrizosa, Alfredo Una obra nacional para el campesino. KO'AGA ROÑE'ETA se.xi (2000) - http://www.derechos.org/xi/3/vazquez.html

"Paz, bienestar social, reforma agraria y soberanía nacional"
Ko'aga Roñe'eta, Serie XI


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