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08nov06


Más presión de la Corte para que se defina el número de sus miembros.


"La Corte no puede solucionar el hecho de que esté incompleta y le falten dos jueces. La resolución es un tema del Poder Ejecutivo, que puede cubrir las vacantes, o del Poder Legislativo, que puede reducir la composición del tribunal", dijo ayer Ricardo Lorenzetti, minutos después de haber sido elegido nuevo presidente de la Corte Suprema.

Su colega Elena Highton, que seguirá como vicepresidenta, completó el pedido al admitir que la falta de jueces "afecta el trabajo diario de la Corte".

Lorenzetti fue designado presidente del cuerpo con el acuerdo de los otros seis integrantes. El mismo apoyo obtuvo Highton.

Poco después del acuerdo de ministros, los dos magistrados conversaron con los periodistas. "Todavía no lo decidimos", fue la respuesta de Lorenzetti cuando LA NACION le preguntó si el tribunal iba a formular un planteo formal ante los poderes políticos sobre la conformación de la Corte.

Highton reconoció la incomodidad de trabajar con un tribunal incompleto, pero fue muy cauta: "Podemos manifestar públicamente una preocupación, pero no debemos inmiscuirnos en las decisiones de otros poderes", respondió.

Durante los últimos 12 meses, Lorenzetti, primero, y más tarde Enrique Petracchi, Zaffaroni y Argibay expresaron la necesidad de que el Poder Ejecutivo o el Congreso solucionaran el problema de integración del tribunal. Petracchi nunca adoptó una posición determinada, pero Lorenzetti y Argibay se inclinaron para que el Congreso eliminara las dos vacantes que están sin cubrir.

El actual presidente, Petracchi, había sido elegido el 17 de noviembre de 2003 y su mandato vence a fin de este año. Ayer, para evitar que siguieran las especulaciones de supuestas divergencias en su seno sobre la designación de su conductor, la Corte se apuró a votar y a formalizar en la acordada 32/2006 una decisión que ya estaba tomada.

El acuerdo duró algo más de una hora. Comenzó con la propuesta de Petracchi de nombrar a Raúl Zaffaroni, como éste lo había anticipado públicamente. Pero Petracchi sabía que no tendría apoyo. Ante la declinación de Zaffaroni, se inclinó por Lorenzetti y por Highton para vicepresidenta.

Sus colegas Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Carmen Argibay y Zaffaroni apoyaron esa misma fórmula. Lorenzetti, para no votarse a sí mismo, propuso a Fayt y a Highton, y ésta hizo lo mismo con Lorenzetti y Argibay en los dos principales cargos.

Con posterioridad, en un breve acto de presentación ante periodistas, en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, Petracchi, Lorenzetti y Highton comunicaron la noticia e hicieron hincapié en el "consenso" que reina en la Corte.

Y se levantaron sin aceptar preguntas de los periodistas.

Pero más tarde Lorenzetti y Highton continuaron con una improvisada rueda ante medios nacionales.

La hora de los consensos.

En forma reiterada volvieron a usar la palabra "acuerdos", como una nota distintiva de lo que prevén imprimir como sello a la futura gestión.

"La Corte no es una suma de individualidades", dijo Highton, en alusión a las rencillas que, en otras épocas, caracterizaron la vida del tribunal.

Y agregó la vicepresidenta: "Este tribunal es un cuerpo colegiado que toma sus decisiones con gran consenso. Esto es lo importante y en lo que hay que volver a insistir en este momento de la vida de la República".

La primera mujer en ocupar un lugar en la Corte anunció: "Así como colaboré con el doctor Petracchi seguiré colaborando con el doctor Lorenzetti".

El flamante presidente de la Corte dijo, a su turno, que la finalidad de su función es "fortalecer al Poder Judicial, pues la Justicia estuvo en crisis, pero creo que desde hace unos años la gente nota un quiebre, un cambio, y queremos liderar ese camino. Además, la Corte debe ejercer el gobierno del Poder Judicial".

Durante la exposición ante los periodistas, Lorenzetti, Highton y Petracchi también respondieron sobre la existencia de un gran número de juzgados que están siendo atendidos por magistrados subrogantes, es decir, por jueces que fueron designados por la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura y por las Cámaras de cada fuero, en lugar de haber respetado los requisitos que impone la Constitución nacional para la designación de los magistrados, que prevé la intervención el Poder Ejecutivo y el acuerdo de la Cámara de Senadores.

Highton admitió que en la Corte "hay un expediente donde se cuestiona la inconstitucionalidad" de esas designaciones y deslizó una crítica hacia el Consejo de la Magistratura: "Todo el esquema de nombramiento es muy lento".

De acuerdo con un relevamiento realizado por LA NACION, cubrir la vacante de cada juez demora, en promedio, unos dos años.

[Fuente: Por Adrián Ventura, De la Redacción de La Nación, Bs As, Arg, 08nov06]

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