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05ene08


Cómo fueron las horas finales en el camarote del Tigre


Cerca de la medianoche del 9 de diciembre, a Héctor Febres lo llamó su yerno. Hablaron sobre el partido que debía jugar Boca por la Copa Intercontinental. Fue una breve conversación, que sería la última. Antes de las 2 de la madrugada, Febres moriría envenenado.

Así terminó, según el fallo judicial conocido ayer, su último día el subprefecto acusado de delitos de lesa humanidad en su camarote de la Prefectura Naval de Tigre. Solía hablar por teléfono. Tenía tres aparatos, dos con línea fija y un celular. Con ellos hablaba con su familia y solicitaba el servicio de limpieza.

En la última semana, Febres había estado especialmente sensible. Trataba de mostrarse fuerte ante a su familia y sólo se sinceraba con el cura y con algunos amigos.

Cuando estaba aburrido y angustiado usaba una computadora que le habían instalado especialmente. Desde allí enviaba y recibía mails y utilizaba un conocido programa de mensajería instantánea.

El 9 de diciembre, Febres utilizó esos beneficios sólo entrada la noche. Compartió casi todo el día con su familia. Almorzó y charló con ellos. A las 19, se fue la última persona que había participado de la extensa visita, su mujer, Stella Maris Guevara.

A las 21, Febres se encontró con el prefecto Angel Volpi y el oficial Rodrigo Olazábal. Comieron cerdo, pionono y una tarta que había llevado la mujer de Febres la noche anterior. A las 22.15, el detenido se fue a su camarote. Luego vinieron, según la Justicia, "las horas críticas" en las cuales se produjo el envenenamiento. Habría sucedido entre la 0 y las 2 del 10 de diciembre.

Una curiosidad desconcierta a los investigadores: cerca de la 1, el abogado Luis María Díaz entró en un servicio de mensajería instantánea por Internet y vio un cartel que decía "Patofe inició sesión". Ese era el apodo virtual de Febres. ¿Fue él o su asesino quien prendió la computadora? La Justicia no lo pudo determinar. La máquina se la entregó Volpi a un técnico informático, la mañana siguiente, alegando que debía ser reparada.

Un dato escalofriante que incluye el fallo es la transcripción de una escucha telefónica del 14 de diciembre entre "el suboficial Iglesias", de igual apellido que uno de los detenidos, y un NN que se identifica como "Pato Lucas". Uno de los dos estaba en la dependencia de Tigre donde ocurrió la muerte.

En un tramo, Iglesias dice: "Así que lo mataron estos hijos de puta". Del otro lado, se oyen risas. Más adelante, Iglesias dice: "Volpi comía con él y se ponían en pedo juntos en la habitación de él. Capaz que el gordo [como le decían a Volpi] le metió el dinero. El gordo es capaz". El interlocutor misterioso le contesta: "Habría que ver".

Febres fue hallado muerto la mañana del 10 de diciembre, el mismo día que asumió Cristina Kirchner la presidencia.

[Fuente: La Nación, Bs As, Arg, 05ene08]

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