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17oct03


La memoria testimonial de las "monjas francesas".


Nosotros, cristianas y cristianos de la Argentina y también del extranjero, que queremos ser fieles a los gritos y clamores que nacen de la vida y el Evangelio, vemos con preocupación el insistente tema del caso que se ha llamado de las "monjas francesas". Las hermanas Léonie y Alice nacieron en Francia, pero vivieron, sirvieron y dieron su vida en la Argentina. Fueron, aqui, entre los pobres de la tierra, ministras de la palabra y servidoras de los pobres. Un gobierno civil, como el francés, a quien nadie puede acusar de "izquierdista", reclama e insiste en reclamar justicia por el caso de las religiosas, tiene condenado en juicio legítimo, e insiste en la extradición del Sr. Alfredo Astiz (ex-marino, y por su participación en crímenes de lesa humanidad, quizá también ex-humano), quien como Judas besó una a una a las madres y compañeras para "marcarlas" y destinarlas a la desaparición: "es aquel a quien yo bese", habrá dicho.

La anulación de las leyes de la vergüenza, que algunos distorsionadamente llaman "del perdón", pusieron nuevamente muchos casos en el tapete, pero la justicia parece, una vez más, tapada y silenciada: la inconstitucionalidad no se define, la extradición se niega, la justicia -como los 30.000 compañeros- permanece desaparecida, y sentencias como la del caso Evelyn impiden a abuelas y familiares poder reencontrarse con su historia y con la memoria.

Las hermanas Léonie y Alice nacieron en Francia, pero vivieron, sirvieron, amaron, y nacieron a la vida nueva resucitada por el martirio en la Argentina. Son también, entonces, nuestras hermanas monjas, francesas y argentinas. Pero también es cierto que la jerarquía de la Iglesia en Argentina no parece preocupada, no ya con la cárcel del "ángel rubio", sino con la posibilidad de que se haga justicia y que el testimonio de las "monjas", nuestras hermanas, sea levantado como bandera, dejando una vez más a la Iglesia pueblo de Dios "como ovejas sin pastor". En estos momentos, nos parece que no podemos callar ante el silencio de las hermanas silenciadas, por víctimas, por argentinas por opción, por religiosas. Es por eso que queremos levantar la voz reclamando signos en bien de los/las hermanos/as, y lamentamos el silencio de los "padres".

Nos parece sensato que ante la desaparición de las "monjas francesas", reclame el gobierno francés, pero nos parecería más sensato todavía que la jerarquía de la Iglesia argentina no siga callando y tapiando los llantos y dolores de los hermanos, y despierte reconociendo a sus hijos e hijas que dieron la vida.

Y no queremos, además, que en esto parezca que olvidamos a cientos y cientos de hermanos y hermanas laicos y también de iglesias hermanas, como es el caso de Mónica Mignone y sus compañeros, el caso de Elizabeth Käsemann, Mauricio Silva y Mauricio López, por poner sólo algunos ejemplos (además de los ya conocidos de Carlos Mugica, o Enrique Angelelli).

Muchos dieron la vida. Les fueron arrancadas; y esperamos justicia. Pero no sólo la prisión de los genocidas, que deseamos, sino también que se reconozca con orgullo y alegría, con memoria y claridad la siembra que ellas realizaron, y que los granos de trigo den fruto de ciento por uno al caer en tierra y morir.

Hermanas Alice y Léonie, hermanas y hermanos que dieron su vida, gracias por su testimonio, perdonen nuestra tibieza, rieguen nuestro presente con sangre que da vida, y vida que nos anime a seguir como ustedes a Jesús.

P. Eduardo de la Serna (Quilmes); Adrián Eslaimán (Morón); P. José María Vigil (Panamá); María Adela Antokoletz (Buenos Aires); P. Nicolás Alessio (Córdoba); P. Marcelo Sarrailh (Córdoba); P. Ángel Tettamanzi (Formosa); Walter Quiroga (Francia); Patricia Torres (Buenos Aires); P. Aldo Ranieri (Buenos Aires); Hno. Gonzalo Santa Coloma (Buenos Aires); Mercedes Rolón (Buenos Aires); María Laura Chino (Buenos Aires); P. Antonio Puigjané (Buenos Aires); Juan Aversa (Quilmes); Viviana Avendaño (San Isidro); Mirtha Sarna (Buenos Aires); P. Juan Aversa (Quilmes); P. José Piguillem (Merlo-Moreno); Liliana López Foresi (Buenos Aires); P. Flávio Martinez de Oliveira (Brasil); Ada S. Albanesi (Buenos Aires); Enrique P. Scatena Bell (Córdoba); Andrea L. Nowosad (Buenos Aires); María M. Delgado (Uruguay); Carlos D. Pérez (Uruguay); P. Marcelo Ciaramella (Quilmes); Pilar Arias Iglesias; Sergio Policilla; Edgardo Ariel; P. O. Miguel E. Hesayne (Azul); Adelaide Baracco; Evangelina López; Olga Torreiro (San Nicolás); Jorge Torreiro (San Nicolás); P. Justino Fernández (Mar del Plata); Josefina Chino (Buenos Aires); P. Rubén Capitanio (Neuquén); P. Vicente Reale (Mendoza); Adela Naser (Córdoba); Gustavo Naser (Córdoba); Hna.Martha Pelloni (Goya); Guillermo Font; Hugo Videla; Noemí Oviedo; María Graciela Morales; Liliana López y Lic. María Cristina Dayehm y Red "por una cultura de la no violencia".


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Este documento ha sido publicado el 17oct03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights