EQUIPO NIZKOR
Información

DERECHOS


24dic06


La historia secreta del comisario Almirón, el verdugo de la Triple A


La vida de Rodolfo Almirón, hallado en España y con pedido de captura de la Justicia argentina, estuvo ligada siempre a la violencia y al crimen. Nació en Puerto Bermejo, Chaco, el 17 de febrero de 1936. Como oficial de la Policía Federal integró una de las bandas de delincuentes más peligrosas de la Argentina de los años 60. Fue expulsado de la Policía, reincorporado y ascendido a subcomisario por José López Rega, todopoderoso ministro de Bienestar Social del gobierno peronista de 1973 a 1976, que también lo convirtió en uno de los jefes de la Triple A, la organización de ultraderecha que, se calcula, asesinó a más de 1.500 personas en aquellos años de terror. Muchos de esos crímenes, no se sabe cuántos, fueron ejecutados en persona por Almirón.

Huyó con López Rega a España en julio de 1975, cuando la estrella política del ministro se apagó y el gobierno de María Estela Martínez de Perón tambaleaba. La Triple A se integró al aparato del terrorismo de Estado que se adueñó del país el 24 de marzo de 1976. En España, Almirón se unió a otras huestes de la ultraderecha europea, fue custodio de Manuel Fraga Iribarne, fundador de Alianza Popular, embrión del conservador Partido Popular. Partícipe del asesinato de dos españoles, sus protectores le aseguraron el futuro a cambio de discreción.

Hoy, a punto de cumplir 71 años, Almirón vive en Torrent, Valencia, en un apartamento subsidiado por la Generalitat, en manos del Partido Popular. Sufrió una embolia cerebral y asegura que no sabe quién fundó la Triple A y que se acuerda muy poco de todo. Vive con su mujer, Ana María Gil Calvo, y una perra ovejero alemán que guía sus pasos.

Podría, y debería, ser extraditado al país para que responda por los crímenes de la organización terrorista que dirigió junto a su suegro, el comisario José Ramón Morales, bajo órdenes de López Rega y del entonces jefe de la Federal, Alberto Villar.

En los años 60, cuando el país y el mundo eran otros, un delincuente de leyenda y un comisario que le hacía juego se enfrentaban a muerte. De un lado, Miguel "El Loco" Prieto, un asesino jefe de una banda de amplio espectro que abarcaba robos, asesinatos, contrabando y prostitución entre sus rubros de más éxito. Del otro, el comisario Evaristo "El Pardo" Meneses, que detuvo a "El Loco" en un fondín de la calle Ecuador.

Lo que Meneses no supo, o supo y no dijo nunca, era que la banda de Prieto tenía protección policial: también la integraban los oficiales José Ramón Morales, Alfredo Almirón y Edwin Farquasohn. Los tres integraron luego la Triple A.

Con el jefe preso, la banda se desbandó. Pero poco a poco varios de sus miembros empezaron a morir ametrallados, algunos con más de cincuenta plomos en el cuerpo, el molde que una década después usaría la Triple A. Los autores de las muertes nunca fueron hallados, pero los crímenes impidieron cualquier delación en un eventual juicio. Almirón, que ya en 1964 había asesinado a un teniente de la marina de Estados Unidos en un boliche de Olivos, quedó marcado en la Federal. Del crimen del "marine" se hizo cargo otra persona, Jorge Vicente Labia, que recibió una condena simbólica de un año de cárcel. También Labia integró la Triple A.

El "Loco Prieto" terminó quemado vivo en Devoto el 21 de enero de 1965. Morales, Almirón y Farquasohn fueron procesados por incumplimiento de sus deberes. Y absueltos. La Policía los expulsó en 1970. Pero tres años después, López Rega, un ex cabo que se hizo ascender a comisario general de un plumazo, los reincorporó y los ascendió cuatro grados de otro plumazo.

El escritor y periodista Rodolfo Walsh, vinculado a la guerrilla peronista Montoneros, desentrañó el organigrama de la Triple A en diciembre de 1974. Walsh ubica como conductores operativos de la organización a Morales, a Almirón y al suboficial Miguel Angel Rovira, los tres luego custodios de López Rega y de Isabel Perón.

Los datos de Walsh coinciden con los que aportó el ex policía Rodolfo Peregrino Fernández en 1983, fugado del país.

La Triple A, cuya historia deberá ser recontada alguna vez, tuvo dos vertientes: una dirigida por López Rega desde Bienestar Social y la otra dirigida por el entonces jefe de la Federal, Alberto Villar, asesinado en noviembre de 1974 por Montoneros. De esa máquina de matar opositores nacida en y cobijada por el Estado, se sirvieron tanto el gobierno peronista como el poder sindical y las Fuerzas Armadas, con quienes la Triple A mantenía enlaces formales. Algunos de sus miembros integraron los "grupos de tareas" durante la dictadura. De otros, jamás se volvió a saber.

Desde España llegan algunas versiones que aseguran que Isabel Perón, que fue custodiada por Almirón, asegura que no lo conoce. Sin embargo, en 1998, Clarín, con la firma de quien esto escribe y del periodista Guido Braslavsky publicó una crónica de la caída de López Rega, en julio de 1975.

La inobjetable fuente de información fue el coronel Jorge Sosa Molina, que era jefe del Regimiento de Granaderos y custodia de la presidente. Sosa Molina, lamentablemente ya fallecido, debió recurrir a un operativo militar para desarmar a la custodia de López Rega, un ejército privado que se movía por la Quinta de Olivos como en su casa. Los detuvo y secuestró un impresionante armamento. Pero la presidente creyó que ella también estaba detenida y pidió protección:

—No veo a Almirón ni a Rovira... ¿Adónde están?

Después de un nervioso diálogo con Sosa Molina, la presidente exigió:

—Quiero que venga Almirón

Sosa Molina envió por él: Granaderos lo tenía custodiado y apuntado. El militar lo conocía porque en una entrevista con López Rega en Bienestar Social, Almirón lo había acechado detrás de unos cortinados. Cuando Almirón llegó, Sosa Molina le ordenó:

—Quédese con la señora.

[Fuente: Clarin, Bs As, 24dic06]

Tienda de Libros Radio Nizkor On-Line Donations

DDHH en Argentina
small logoThis document has been published on 27Dec06 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.