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25dic17
Achacachi, otrora bastión del MAS, se rebela contra Evo
Achacachi, cuna de los aguerridos ponchos rojos, pasó de ser un bastión del Movimiento Al Socialismo (MAS) a un municipio que se rebeló contra el Gobierno de Evo Morales. Los achacacheños consideran que el Primer Mandatario "protege" la corrupción, es indolente a los ruegos de mujeres, niños y ancianos, y encarcela a quienes exigen transparencia.
"Estamos muy decepcionados, nos arrepentimos de apoyar al MAS. Ahora tapan la corrupción, señor presidente abra los ojos", es el reclamo de Macedonio Ramos de más de 60 años, quien junto a sus vecinos bloqueó por casi un mes la carretera La Paz- Copacabana exigiendo la renuncia del alcalde, Édgar Ramos. La autoridad edil se niega dar un informe sobre los recursos que administró en dos años de gestión.
El conflicto de Achacachi empezó en febrero. Ramos, alcalde por el MAS, debió dar su informe de los dos años de gestión y no lo hizo. Fue así que el 15 de febrero se registró el primer enfrentamiento. Ese día, al menos 150 ponchos rojos aliados del alcalde disolvieron por la fuerza un cabildo vecinal, en el que iban a definir las medidas contra el burgomaestre. Enfurecidos por esa acción, los vecinos quemaron un auto y la casa de la autoridad edil, quien se refugiaba en Warisata.
Al día siguiente, en respuesta, comunarios liderados por los ponchos rojos armados con fusiles -según informes policiales- ingresaron a la ciudad de Achacachi, saquearon tiendas, apedrearon edificios, casas y quemaron la vivienda del dirigente vecinal y profesor de matemáticas Esnor Condori.
La rabia vecinal volvió a detonar. Descargaron su "bronca" contra la sede de la federación de campesinos.
El conflicto fue creciendo. La Policía, a solicitud de la Fiscalía, detuvo a Esnor Condori y los profesores Gonzalo Laime y Pastor Salas, acusados de instigar a la violencia; pero no actuó de la misma forma contra el alcalde Ramos, sobre quien pesan cuatro denuncias de corrupción. Ante ello, vanos fueron los intentos de mediación del Defensor del Pueblo, David Tezanos.
Pasaron seis meses de intentos de diálogo para lograr la libertad de sus tres dirigentes y el 26 de julio, Condori salió de la cárcel, se benefició con detención domiciliaria. Después de un mes, esa medida fue revocada y Condori nuevamente fue aprehendido y remitido al penal de San Pedro de la ciudad de La Paz.
Ese hecho provocó la ira de los vecinos y liderados por Felipe Quispe, El Mallku, el 22 de agosto decidieron bloquear la carretera La Paz-Copacabana. Sólo ancianos y niños se quedaron en Achacachi.
El 28 de agosto, las mujeres con retamas en mano y vestidas de negro -en señal de luto- descendieron de El Alto hasta la sede de Gobierno. Al llegar a la cárcel de San Pedro se enfrentaron con efectivos policiales, en su intento de llegar a las puertas del penal, pero fueron gasificadas. Luego del forcejeo, instalaron una vigilia en el frontis de la cárcel. Un día después fueron a pernoctar en puertas del Tribunal Departamental de Justicia.
Paralelamente, los hombres reforzaron el bloqueo de carreteras con una "alfombra" de piedras y fogatas dispersas, a lo largo de la vía a Copacabana, que llegó hasta Vilaque, cerca de El Alto. El Mallku y dirigentes achacacheños lograron el respaldo de dirigentes del TIPNIS, de los cocaleros de los Yungas y otras organizaciones que se vieron aquejadas por la política del Gobierno.
Pero el Ejecutivo consideró que era un conflicto local y que se intentaba multiplicar mediante un "show mediático", dirigido por la oposición. El Vicepresidente Álvaro García Linera manifestó que "hoy, enceguecidos de odio contra Evo Morales, presidente aymara, no faltan algunos trotskistas, ambientalistas, indigenistas que se han lanzado a los brazos de la derecha más cavernaria de Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina".
En ese sentido ratificó que las críticas y denuncias contra el burgomaestre electo por el MAS deben dirimirse en la justicia o en un referendo revocatorio. Los vecinos exigían la renuncia de Ramos y la liberación de sus tres dirigentes.
En un nuevo intento de diálogo, en el que incluso intervino un párroco, la madrugada del 18 de septiembre 1.650 policías, trasladados en camionetas y buses, reprimieron a los bloqueadores de Achacachi en el sector de Cucuta. Los movilizados pusieron escasa resistencia. La Policía demoró menos de 15 minutos en controlar el sector y detener a 40 personas.
De los 40, recuperaron su libertad 32, el resto continúa en celdas. Ante esa situación, Achacachi determinó un cuarto intermedio para negociar con el Gobierno. Dos semanas después, la Fiscalía ordenó la aprehensión de Elsner Larrazábal y Pedro Villca, dirigentes del municipio de Achacachi, acusados del supuesto secuestro del representante poncho rojo, Modesto Clares.
Debilitados, los achacacheños en cabildo le quitaron su respaldo al MAS y rechazaron la reelección de Morales.
El descontento contra el Presidente ya se venía manifestando. En las elecciones de 2014, Evo obtuvo 17.152 votos (88%); en el referendo de 2016 bajó, obtuvo 13.149 votos. Es decir el 61% votó para habilitarlo a la reelección.
En los comicios de 2015, el MAS recuperó la Alcaldía que le fue arrebatada por el Movimiento Por la Soberanía, del exsenador del MAS, Lino Villca. El postulante masista obtuvo 3.632 votos, pero los votos nulos y blancos fueron superiores al 50%, señal de rechazo a la candidatura de Ramos.
Pese a ello, Édgar Ramos, un exsuboficial de Policía que en junio de 2012 dirigió un motín de policías por una jubilación al 100% y luego selló un acuerdo "a medida" del Gobierno, juró como nuevo alcalde. En dos años de gestión, Ramos sumó cuatro denuncias por corrupción y otras irregularidades. A la fecha, los casos están congelados.
El alcalde achacacheño alega inocencia, pero se niega a rendir un informe ante la comisión de Autonomías de la Cámara de Diputados, con el argumento de que no fue notificado, pese a que en varias oportunidades se lo vio por la Plaza Murillo y la Asamblea Legislativa.
Achacachi aún tiene a sus principales dirigentes tras las rejas, mientras que el burgomaestre Ramos continúa ejerciendo sus funciones y las denuncias en su contra, por presuntos hechos de corrupción, están congeladas. Los vecinos se alistan para iniciar el revocatorio de Ramos.
[Fuente: Por Beatriz Layme H., Página Siete, La Paz, 25dic17]
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