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17sep02


Carta a Cejis, sobre la amenaza al ejercicio de funciones y responsabilidades institucionales.


Santa Cruz y Bolivia toda nos encaminamos hacia un nuevo proyecto social que exige reconocerlo y apropiarse del mismo, para no condenarlo al fracaso.

No es suficiente haber incorporado, o más bien que sectores históricamente excluidos hayan decidido incorporarse a instancias del Estado, desde el ejecutivo y el legislativo, asumiendo las responsabilidades que otros dejaron de lado durante tanto tiempo:

La sociedad civil organizada, tiene que revisar también su responsabilidad en la construcción de un proyecto que incluya aquello que, por desconocimiento, sentimos que nos amenaza, que amenaza nuestra convivencia, y obviamente nuestros intereses, que si son legítimos, tendrían que declararse en espacios transparentes y nunca imponerse desde el ejercicio del poder, de ningún tipo de poder.

Lamento que Leonardo Tamburini; funcionario de CEJIS y por tanto con responsabilidades especificas sobre las que debe rendir cuentas, se haya sentido nuevamente amenazado por la intolerancia, y por la ausencia de un proyecto social; no estamos privilegiando aun nuestro carácter democrático que nos aleje de los arrebatos instintivos y de la elementariedad síquica. Reaccionamos, atacamos o defendemos frente a lo otro, frente a lo diferente cuando nuestro cuidado y nuestra pasión debieran orientarse ahora a buscar el alcance político de esta constatación.

El llamado de atención otra vez, es sobre la madurez y sobre lo que debemos empezar a exigir, con renovado espíritu critico, a las instituciones sociales; sin desdeñar sus sombras y sus luces, resaltando sus roles y la importancia de estos, debiéramos estar alertas y demandar que se ejecuten dignificando a los ciudadanos y nunca haciéndolos sentir amenazados.

La situación de conflicto, recurrente en Lomerío y Monteverde, no hacen mas que reflejar la ausencia de capacidades institucionales; de capacidades creadoras y abiertas a una relación de mutuo apoyo y de estimulo a la construcción de un proyecto social que parta de la realidad; y no del subjetivismo intolerante; de lo que cada quien cree merecer en desmedro de las aspiraciones de todos.

Finalizo la presente tomando partido por la institucionalidad, por la responsabilidad funcionaria y por las garantías para ejercerla. Adolecemos aun de un gran déficit de respeto por la persona y en esta situación es imposible construir cualquier proyecto de sociedad.

Triste y lamentable lo sucedido, como el tañer de las campanas, viene nuevamente a recordarnos, que la construcción institucional debe realizarse sobre los más altos principios éticos, y que esta es aun una tarea pendiente en Lomerío y Monteverde.

Martes, 17 de septiembre de 2002,
Alicia Tejada Soruco - UCPOI

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Este documento ha sido publicado el 22sep02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights