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06ago16
Ahora eres Patria, Chaco
Se estima que en el Chaco murieron 60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos, no sólo en las batallas sino también por falta de agua en un territorio desconocido.
Ahora eres patria, Chaco, / de los muertos sumidos en tu vientre/ en busca del alma que no existe en el fondo de tus pozos. Metáfora y designio, ese fragmento del poema que abre el volumen de cuentos Sangre de mestizos (Augusto Céspedes, 1936) resume el calibre de la mayor guerra que se libró en suelo sudamericano en el siglo XX.
La Guerra del Chaco se libró entre Paraguay y Bolivia desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935 por el control del Chaco Boreal, rico en yacimientos petrolíferos. En tres años, Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 120.000. Se estima que murieron 60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos, no sólo en las batallas sino también por falta de agua en un territorio inhóspito y desconocido.
El 10 de mayo de 1933, Paraguay se declara "en estado de guerra con Bolivia". La contienda había empezado, sin embargo, casi un año antes. la disputa por el Chaco Boreal se remontaba a la fundación de ambos países.
Antes del primer estallido, Bolivia y Paraguay habían firmado tratados de límites sobre el Chaco en 1879, 1887, 1894 y 1907. En 1872, Argentina también había pretendido incorporar parte de la zona a su territorio.
Desde 1930 crece la tensión entre las dos naciones y pese al planteamiento de un pacto de no agresión, propiciado por la Comisión de países neutrales, el 16 junio de 1932 tropas bolivianas -al mando del mayor Óscar Moscoso- toman el fortín paraguayo Carlos Antonio López, ubicado al borde de la estratégica Laguna Chuquisaca (llamada Pitiantuta por Paraguay). Un mes después, el destacamento paraguayo Coronel Palacios recupera la zona tras una refriega.
En Bolivia gobierna Daniel Salamaca, quien no había autorizado el ataque a la Laguna Chuquisaca orquestado desde el alto mando militar. El Presidente entiende, empero, la respuesta paraguaya como una afrenta.
"El 19 de julio de 1932, desde los balcones del Palacio Quemado, Salamanca se dirigió al pueblo que se había congregado para escucharlo: 'Ciudadanos, hijos de Bolivia, en un momento de verdadera angustia nacional, al presentarse una nueva agresión a la dignidad nacional, se ha producido esta magnífica reacción que manifiesta la vida y el vigor del patriotismo boliviano. Si una nación no reaccionara ante los ultrajes que le infieren no merecería ser una nación'", narra Pedro Querejazu Calvo en Masamaclay (1965). Y ratifica su célebre arenga: "¡Hay que pisar fuerte en el Chaco!".
Del 27 al 31 de julio, tropas bolivianas toman los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón. La ofensiva se traduce en la primera gran batalla del Chaco.
Entre el 9 al 29 de septiembre de 1932 el ejército paraguayo ataca Boquerón. Sin municiones, ni agua, las tropas bolivianas -al mando del teniente coronel Manuel Marzana- resisten durante 20 días. La refriega culmina con la recuperación del fortín por parte de Paraguay, la captura de sus ocupantes y la caída de otros puestos bolivianos.
Las tropas paraguayas refuerzan su avance. Entre el 7 de noviembre de 1932 y febrero de 1933, soldados bolivianos voluntarios, al mando del teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja, logran hacer retroceder a los rivales dando fin a la ofensiva paraguaya y al inicio estratégico de su "defensa activa".
En noviembre de 1932, el general alemán Hans Kundt - el reformador del Ejército Boliviano, dos décadas antes- asume la dirección de las tropas bolivianas. Tenía 67 años y no sólo peleaba contra Chile, sino también contra el alto mando militar boliviano .
Kundt se empeña en la toma del estratégico fortín Nanawa, que estaba en poder paraguayo, y organiza dos grandes ofensivas en enero y marzo de 1933. Pierde ambas con un saldo de 2.000 bajas. Paraguay pierde 200 soldados en la sangrienta lucha.
Siguen los sucesivos fracasos bolivianos en Campo Grande y en Alihuatá-Campo Vía, que ocasionan que Kundt sea destituido y sucedido por Enrique Peñaranda en el mando del Ejército boliviano. Pero la situación no mejora y tras la derrota del El Carmen, Salamanca intenta sustituir a Peñaranda. Este hecho motivó que el 27 de noviembre de 1934, Peñaranda encabezara el motín contra el Presidente conocido como el Corralito de Villamontes.
Aún estando en situación desventajosa por el absoluto desconocimiento del Chaco, las tropas bolivianas protagonizan heroicas batallas como Cañada Strongest, que es su victoria más importante por la excelente planificación estratégica. Tras cercar a los paraguayos entre el 10 y el 25 de mayo de 1934, los bolivianos toman prisioneros a 67 oficiales y 1.389 soldados.
Para el ejército boliviano el enemigo era también la falta de agua. Tras la toma paraguaya de los pozos de Yrendagüe, tres regimientos abdican y el 50% de los soldados bolivianos muere de sed. Augusto Céspedes narró magistralmente ese drama en su cuento El Pozo: " Al norte, al sur, a la derecha o a la izquierda, por donde se mire o se ande en la transparencia casi inmaterial del bosque de leños plomizos, esqueletos sin sepultura condenados a permanecer de pie en la arena exangüe, no hay una gota de agua, lo que impide que vivan aquí los hombres de guerra. Vivimos, raquíticos, miserables, prematuramente envejecidos los árboles, con más ramas que hojas, y los hombres, con más sed que odio..."
Tras la victoria boliviana en la defensa Villamontes, el 12 de junio de 1935 cesan las hostilidades. El Tratado de Paz, Amistad y Límites se firma el 21 de julio de 1938 y el 27 de abril de 2009 se establece el acuerdo de límites definitivos. Una cuarta parte de la zona del Chaco Boreal en litigio queda bajo soberanía de Bolivia y tres cuartas partes, en poder de Paraguay.
La Guerra del Chaco reveló una Bolivia dividida, cuyos hijos no se conocían, y fue el germen de la Revolución. Trae la brújula, hermano muerto/ y orienta el Chaco hacia la Vida.
[Fuente: Por Liliana Carrillo Valenzuela, Página Siete, La Paz, 06ago16]
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