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21mar22


En 1980, paramilitares argentinos asesinaron al jesuita Luis Espinal


Luis Espinal Camps fue secuestrado, torturado y asesinado en marzo de 1980 por paramilitares argentinos, según una conclusión de la Comisión de la Verdad que investigó muertes, desapariciones, torturas, detenciones arbitrarias y violencia sexual en las dictaduras.

"Definitivamente los autores del hecho mismo no fueron bolivianos, sino argentinos que vinieron en el marco del Plan Cóndor y previo al golpe de Luis García Meza; toda la metodología empleada en el secuestro, la tortura y los trabajos eran métodos utilizados por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A)", explicó el secretario ejecutivo de la Comisión, Luis Fernando Rodríguez, a La Razón.

El historiador mexicano Carlos Fernando López de la Torre calificó a la Triple A de "escuadrón de la muerte paraestatal", con mayor énfasis en el "tercer peronismo" argentino, entre 1973 y 1976. "Cumplían funciones de seguridad interna con técnicas criminales orientadas a defender el orden hegemónico", señala el experto en su artículo "La Alianza Anticomunista Argentina. Análisis de su trayectoria y articulaciones represivas".

Esos años, el Plan Cóndor sobrevolaba por la región y consistía en detectar enemigos internos, secuestrarlos y eliminarlos físicamente. "Todo eso nos permite trabajar sobre esa conclusión de que el asesinato propiamente habría sido ejecutado por argentinos", sostuvo Rodríguez.

Bajo la dictadura de Hugo Banzer (1971-1978), Espinal se dedicó a la crítica de cine en Presencia, donde abogó por la igualdad, la libertad, la justicia y la paz. Fue secuestrado el viernes 21 de marzo de 1980. Hace exactamente 42 años.

"Fue secuestrado y asesinado el padre Luis Espinal, director de Aquí", tituló el periódico Presencia el 23 de marzo en su nota central junto a otras noticias en conmemoración al Día del Mar, en domingo. En la publicación se cuenta que el viernes 21 asistió como de costumbre a dos funciones cinematográficas y fue "visto hacia las 20.00 caminando por el centro de la ciudad".

El jesuita vivía en la calle Díaz Romero junto a otros religiosos. "El viernes por la noche no pudo ingresar a su residencia, porque fue interceptado. Un jeep verde le esperaba en la puerta de su casa y varios hombres le empujaron violentamente al interior, según relataron personas que presenciaron, desde lejos, la captura", detalla una publicación de Presencia.

"Un campesino, Augusto Chura Condori, encontró el cadáver tendido de bruces, en el kilómetro 8 del camino que sube casi paralelo a la autopista, hacia Chacaltaya, junto al Choqueyapu". Estaba amordazado y con las manos amarradas hacia atrás, las fosas nasales habían sido tapadas con pedazos de algodón.

Permaneció toda la tarde en la morgue y por la noche se dio a conocer el informe de autopsia, el sábado 22 de marzo, que indicó que el sacerdote murió de "anemia aguda, debido a una hemorragia interna, secundaria a múltiples reacciones esqueléticos-viscerales, ocasionadas por numerosos impactos de armas de fuego". Intervinieron seis médicos.

Como señala el periodista Nicolás Fernández en un artículo publicado en Animal Político, el 7 de marzo pasado, "fue asesinado con 18 balas blindadas, como preludio de la asonada militar de corte fascista" que llevó a cabo Luis García Meza, el 17 de julio de 1980.

Espinal fue velado el 23 de marzo en la capilla del Colegio San Calixto y sus restos fueron trasladados al templo de la Compañía de Jesús para una misa. Su entierro fue multitudinario, asistieron autoridades nacionales y la población; los periodistas ejecutaron un paro de 24 horas exigiendo el esclarecimiento del crimen.

Banzer temía terminar ante la Justicia por crímenes de corrupción y narcotráfico. Espinal, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Juan Carlos Flores Bedregal reunieron pruebas y empezaron el juicio, pero no lo concluyeron porque fueron asesinados.

El dictador tenía tres motivos para buscar la muerte de Espinal: haber preparado y sostener el juicio de responsabilidades, revelar sus vinculaciones con el narcotráfico y por ser un "cura comunista".

"Si se iniciaba el juicio de responsabilidades contra Banzer, no iba a poder continuar con su carrera política y esa era una preocupación expresada en varias oportunidades", dijo Rodríguez.

Según archivos desclasificados de la Cancillería, Banzer hacía seguimiento del jesuita desde 1972. "Era considerado indeseable por el gobierno de Banzer", dijo en 2016 la directora del Archivo Nacional de la Cancillería, Raquel Lara.

Mientras que Fernández, en su artículo, añade que "la Comisión de la Verdad de Bolivia reveló que el asesinato de" Espinal, Quiroga y Flores "respondió a intereses políticos de" Banzer "y fue ejecutado por órdenes" de García Meza.

"¡Adiós, hermano Luis! ¡Han matado tu carne, pero no tus ideas!". Con esa frase, en 1980, enterraron al jesuita Espinal Camps en el Cementerio General de La Paz.

[Fuente: La Razón, La Paz, 21mar22]

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