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18sep08


Los balcanizadores de Bolivia se hicieron el "hara-kiri" al intentar imponer a bala la autonomía de la corrupción


El arresto y reclusión del todavía prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, ha sido motivo de una sistemática campaña de desinformación en algunos medios ligados al feudalismo separatista; y aunque está claro que el Estado de Sitio en Pando fue una medida popular y democrática que paró el baño de sangre y frenó el golpe de Estado alentado desde Santa Cruz -donde estaría operando nuevamente el mafioso italiano Marco Marino Diodato-, la batalla de largo aliento aún pendiente está concentrada en el campo mediático, donde la ética de la información se debate entre la verdad democrática y la mala fe de los golpistas genocidas

"Hay que estar locos para intentar derribar a un presidente que tiene casi un setenta por ciento de apoyo popular expresado en las urnas como vimos en el Referéndum del 10 de agosto" dijo la periodista Amalia Pando la noche del pasado martes, en el programa "Cabildeo" que se difunde por el canal estatal de la televisión boliviana.

Y es que efectivamente la asonada que derivó en el genocidio del 11 de septiembre en El Porvenir -con la matanza de decenas de campesinos indígenas y varios estudiantes normalistas además de otras muertes absurdas provocadas en el aeropuerto de Cobija, lo cual comenzó tres semanas antes con la toma violenta de instituciones de la administración pública en los departamentos "autonómicos" (Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca), pasando por el cierre de válvulas de los gasoductos de Brasil y Argentina-, era un golpe de Estado que bien pudo culminar con el derrocamiento del presidente indígena Evo Morales. "Esto era un golpe de Estado a todas luces, por donde se lo vea", afirmó la periodista con toda convicción.

El fracaso de ese golpe, que se expresa con el encarcelamiento del prefecto Leopoldo Fernández y con la apertura del diálogo entre el Gobierno y lo que queda de la "media luna", significa, dice Amalia Pando, un "hara kiri" que se han infringido los balcanizadores a sí mismos; pues lo único que han conseguido es que Santa Cruz esté a punto de suspender su Feria Internacional (uno de los eventos estrella de los empresarios cruceños). Pero además, después de la asonada fallida, Santa Cruz de la Sierra se transformó, de una de las ciudades más prolijas, alegres y prósperas del país, en un reducto donde campean el miedo, el racismo y la improductividad.

La saludable ausencia de Reyes Villa

La certeza informativa de que lo sucedido en Pando era parte de un plan golpista tramado entre los prefectos "autonómicos" para ser ejecutado en todo el territorio nacional, se pudo también verificar en Cochabamba, ya el pasado mes de agosto, en días previos del Referéndum, cuando grupos de choque y ciudadanos engañados en su buena fe por los operadores cívicos, políticos y "jurídicos" del entonces prefecto Manfred Reyes Villa, preparaban -casualmente para estos mismos días de septiembre- el lanzamiento de una campaña para imponer en este Departamento un "referéndum autonómico" al estilo de la "media luna" (es decir para convertir a Reyes Villa en "gobernador").

Desde marzo pasado, los abogados de Reyes Villa y parlamentarios opositores impulsaron una campaña para recolectar firmas en pro de ese referéndum que debía realizarse en septiembre. Afortunadamente Reyes Villa fue revocado el 10 de agosto y los cochabambinos nos libramos en buena hora de ser protagonistas y víctimas en nuestro escenario regional de aquellos actos de barbarie y dolor que cometieron las "juventudes autonomistas" en los distritos sometidos a la órbita separatista de Santa Cruz.

Gracias a que Reyes Villa desapareció de la escena, Cochabamba es hoy sede del diálogo, la paz reina en este distrito para bien de todo el país; y el golpe de Estado separatista fracasó en gran medida porque a los balcanizadores no contaron con los servicios de Reyes Villa y sus boys en esta región medular de Bolivia.

Es más, "Datos & Análisis" recibió en pasados días la información de que a fines de julio estuvo en Cochabamba, rondando por Tiquipaya, el mafioso y narcotraficante italiano Marco Marino Diodato, que huyó de Santa Cruz en octubre del 2004 luego de asesinar con una bomba a la fiscal Mónica Von Borries, quien investigaba los nexos de aquel criminal con los latifundistas que asolaron al país en los recientes días. Se presume que Diodato estuvo organizando grupos de sicarios en todo el territorio de la "media luna" (incluyendo Cochabamba hasta antes del 10 de agosto). Los sucesos recientes de Pando tienen el sello inequívoco de aquel asesino que llegó en los años setenta, con auspicios de la CIA, junto con los paramilitares europeos de Klaus Barbie para trabajar bajo las órdenes de Banzer y García Meza. Por lo visto Diodato trabaja hoy para Leopoldo Fernández, Rubén Costas y Branco Marincovic.

Reivindicando a Quintana

La verdad del genocidio tiene imágenes en movimiento que al verlas arrancan lágrimas en los ojos. Un video, entre varios similares, donde se muestra decenas de campesinos huyendo de los sicarios a través del río de El Porvenir, a nado, mientras los asesinos jugaban tiro al blanco haciendo estremecer las aguas con sus ráfagas y dejando muertos que se llevó la corriente, es la prueba concreta de un hecho real que muestra la saña criminal con que los golpistas intentaron anular la base social democrática del gobierno, que es multitudinaria y por tanto masacrable. Los sicarios llegaron al lugar en vehículos oficiales de la Prefectura de Pando y con armas que fueron sustraídas al Estado por Leopoldo Fernández cuando éste era Ministro de Gobierno del general Banzer.

Y sin embargo los legisladores de Podemos, que defienden al prefecto Fernández y a su banda de sicarios presuntamente instruidos por Diodato, dicen que las muertes se produjeron en enfrentamientos. "¿Qué enfrentamiento es un grupo de sicarios tirando a matar como cazando patos y por la espalda, mientras las víctimas huyen nadando?", se pregunta Amalia Pando.

"El problema es que hay gente que niega la verdad por simple posición política y dice que todo lo que pasa es culpa de Evo Morales, y en ello subyace una estrategia de desinformación que es hoy el gran desafío para nosotros los periodistas bolivianos", dijo Amanda Dávila, también comunicadora, invitada en el set de Amalia.

Amanda Dávila expresó una indignación que comparte una mayoría de los periodistas honestos de Bolivia, respecto a la forma en que ciertos medios entran al juego de los asesinos, tergiversando los hechos. Durante la retoma del aeropuerto de Cobija, los editores de algunos informativos emitidos desde el oriente sólo mostraron a los soldados del ejército haciendo disparos al aire, con una falsa imagen de represores (cuando una semana antes estos mismos militares prefirieron ser agredidos por los "jóvenes unionistas" que inclusos les quitaron sus armas, en vez de abrir fuego); pero esos editores ocultaron las imágenes de las huestes armadas por Fernández y que se encontraban detrás de las cámaras profiriendo insultos y amenazas; provocando.

"Por ejemplo se le acusó al ministro Juan Ramón Quintana de ir a cometer abusos en Pando, cuando en verdad lo que hizo ese Ministro, como el más inmediato colaborador del presidente Evo Morales, fue arriesgar su propio pellejo yendo a una zona tan crítica, y finalmente, con la atinada medida del Estado de Sitio pacificó la zona, algo que nos alivia a todos los bolivianos y se lo debemos agradecer", dijo la periodista.

Algunos medios acusan a Quintana de estar interfiriendo en las acciones judiciales que debe emprender la Fiscalía de la República, y pretenden, infructuosamente, generar un conflicto entre el Ministro de la Presidencia y el Fiscal General a raiz de la aprehensión de Leopoldo Fernández, ignorando deliberadamente que Quintana -cuya presencia en Pando a pocas horas de la matanza del 11 de septiembre significó un trascendental acto de Estado con rasgos constitutivos- dirigió la captura del Prefecto pandino no precisamente por la masacre de El Porvenir (donde Fernández actuó sin duda alguna al menos como directo autor intelectual, hecho que justamente deberá establecer la Fiscalía); sino por haber organizado mitines y reuniones agresivas en la ciudad de Cobija, en pleno Estado de Sitio que restringe ese tipo de actividades.

Leopoldo Fernández, un simple prefecto que se niega a reconocer que su inmediato superior es el Presidente de la República, quiso hacer prevalecer su apócrifo "estatuto autonómico" que lo convierte en seudo "gobernador", por encima de una medida democrática y constitucional como es el Estado de Sitio. Tal la esencia corrupta del separatismo y de su "autonomía departamental".

El confinamiento de Leopoldo Fernández es el mismo que se aplica legalmente a todos aquellos que infringen el Auto de Buen Gobierno que rige en todo Estado de Sitio, en cualquier parte del mundo. Lo referido a su participación en la matanza será esclarecido por la Fiscalía; pero mientras rija el Estado de Excepción, el genocida deberá permanecer tras las rejas por haberlo infringido alevosamente. Así de simple, pero muchos medios no lo informan de esta manera. "Este, el de un correcto y transparente manejo de la información en esta coyuntura, es un problema sobre el que tenemos que reflexionar, como gremio, todos los periodistas bolivianos", sostiene Amanda Dávila.

[Fuente: Por Wilson García Mérida, Datos & Análisis e Bolpress, La Paz, 18sep08]

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