La Gran Mentira
La Gran Mentira

Capítulo Primero
El origen de su nombre

El ex agente de la DINA, Enrique Arancibia Clavel (1), detenido en 1978 en el «Caso Espionaje», señaló a los oficiales de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) argentina que lo interrogaron, lo siguiente: «En 1975 con motivo de la llegada a Buenos Aires de otro agente de la DINA llamado Iturriaga (2) en esa época Mayor del Ejército, vuelvo a contactar a Martín Ciga Correa (3), ya que transcurridos algunos días de la llegada del citado agente, éste me refiere que volvía a Chile en razón de haber fracasado su objetivo». Inquiriéndole sobre los motivos de su fracaso y sugiriéndole la posibilidad de ayudarlo, Iturriaga me informa que su misión consistía en hacer aparecer en Argentina a un subversivo chileno cuyo nombre podría ser Simelman o algo parecido, muerto en Chile. habiendo bautizado este operativo como Operación Colombo».

Sin embargo, algo debe haber sucedido para que este operativo no fracasara como lo dijo Iturriaga Neumann.

Es así, como una primera etapa de propaganda abierta -técnica específica de la guerra psicológica- se inicia en el mes de abril de 1975 y se realiza en dos frentes:

por un lado, el intento de atribuir a cadáveres mutilados encontrados en Argentina la identidad de ciudadanos chilenos detenidos y hasta ese momento desaparecidos y, por otro, iniciar a través de los medios de comunicación una campaña de terror, basada en difundir que guerrilleros chilenos se entrenaban en diversas localidades argentinas para ingresar al país y asesinar a determinadas personas y personalidades del régimen, comenzando así una guerra con el objeto de derrocar el nuevo régimen militar.

En abril de 1975 apareció en un sótano de la ciudad de Buenos Aires, el cadáver de un hombre de unos 30 a 40 años de edad, descabezado y sin manos, con dos cédulas de identidad, casi destruidas. Se alcanzaba a leer un número de cédula, ésta correspondía a David Silberman Gurovich.'

David Silberman Gurovich, ingeniero civil, casado, militante del Partido Comunista, Gerente General de Chuquicamata, detenido el 11 de septiembre de 1973 y trasladado el 30 de septiembre de 1973 a la Penitenciaría de Santiago, había sido condenado a 13 años de prisión por un Consejo de Guerra, en la ciudad de Calama. El día 4 de octubre de 1974 es secuestrado, desde la Penitenciaría de Santiago por agentes de la DINA y trasladado al centro clandestino de José Domingo Cañas donde es visto por numerosos testigos que sobrevivieron a la tortura. La versión oficial del hecho, difundida por la DINA, fue que Silberman había sido secuestrado por un comando del MIR, identificando al aprehensor como Claudio Rodríguez (4). Durante el proceso por el secuestro. Gendarmería señaló que Claudio Rodríguez no era la persona que habría sacado a Silberman desde la cárcel sino la propia DINA.

El secuestro de Silberman desde la Penitenciaría con destino desconocido se realiza premeditadamente, haciendo uso de gran infraestructura para dar comienzo a este montaje.

16 años más tarde, y siendo ya una realidad que David Silberman es un desaparecido, el diario chileno «La Nación» (5) «consiguió acceder a archivos secretos de la DINA». Estos documentos habían sido incautados en Argentina a Enrique Arancibia Clavel en 1978, cuando fue detenido por las autoridades de ese país debido a su supuesta participación en el caso de espionaje. Los documentos, que hasta el año 1992 no habían sido conocidos por la opinión pública, permitieron revelar más detalles de la «Operación Colombo».

En estos documentos, se encontraron 2 informes referidos a la suerte corrida por Silberman.

Uno de ellos es un parte policial en el cual se da cuenta de haber hallado un cuerpo sin vida de un hombre de unos 30 a 40 años en un estacionamiento ubicado en la calle Sarmiento 2040. En la hoja foliada, también se agrega: Junto a los restos se encontró un trapo blanco con la siguiente inscripción: «DADO DE BAJA POR EL MIR POR EL COMANDO DE EXTERMINIO BOLCHES. Firmado: M.M.M.». Este parte, con fecha 16 de abril de 1975, explicaba además que el cadáver se encontraba completamente destrozado en la parte superior, cabeza y brazos. producto de una explosión, y que al lado de él se encontraron dos cédulas de identidad chilenas: «una intacta a nombre de Juan Francisco Pantoja y la otra, semi destruida y con la misma fotografía de la anterior, en la que se distingue el número: 3.830.399, la fecha de nacimiento, 10 de junio de 1939, casado con Mariana Abarzúa, profesión ingeniero». (6)

Todos los antecedentes de esa cédula de identidad correspondían a David Silberman. Esto queda confirmado en otro documento encontrado también en el domicilio de Enrique Arancibia, en el cual, en letra manuscrita, se lee: « Enrique, aquí están los antecedentes. El número 3.830.399 es el que corresponde a David Silberman Gurovich. Fue sacado de prisión por sus correligionarios el 4 de octubre de 1974. Después de eso y de haber obtenido su documentación (falsa y real) debe haber ingresado a la Argentina. Puede haber sido por los meses de noviembre y diciembre de 1974». (7)

Lo anterior es absolutamente falso ya que David Silberman. fue secuestrado en Chile por la propia DINA y trasladado a una de sus casas secretas.

La aparición de este cadáver brutalmente mutilado constituye una de las primeras etapas de la Operación Colombo. Simultáneamente se había iniciado la campaña a través de diferentes medios de comunicación para entregar lo que el régimen quería comunicar como la verdad, al tiempo que nuevos cadáveres aparecían en la ciudad de Buenos Aires o sus alrededores.

Según la prensa, el 11 de julio de 1975. en la localidad de El Pilar, a 45 kilómetros de Buenos Aires, la policía argentina encuentra a dos jóvenes asesinados. Junto a sus cuerpos un cartel dice: «DADOS DE BAJA DEL MIR. Brigada Negra». La noticia fue recogida por el diario «El Mercurio» el día 12 de julio. El día 16 de julio el diario «La Tercera» reproduce un cable de UPI techado el sábado 12 «rectificando» la leyenda del lienzo que los agentes policiales de la ciudad de Pilar habían encontrado sobre los cadáveres. La corrección de la leyenda consistió en poner : DADOS DE BAJA POR EL MIR.

Con esta corrección, con esta nueva forma de redactar, se informaba, sin ambigüedades, que estos dos jóvenes habían sido asesinados por sus propios compañeros de Partido.

La prensa en Santiago afirmaba que se trataría de los cuerpos de dos chilenos, cuyas identidades serían la de Jaime Robotham Bravo y Luis A. Guendelmann Wisniak.

El Mercurio 16 julio 75

Sin embargo, los familiares y seguramente muchos chilenos más, se deben haber preguntado ¿cómo llegaron ellos hasta la localidad del Pilar?, ¿ qué hacían allí?. Al menos a los padres les constaba que ellos habían sido detenidos en Chile. incluso uno de ellos en su propio domicilio, y numerosos sobrevivientes de los centros de tortura del régimen ya habían testimoniado sobre su presencia en esos lugares.

En el estudio y seguimiento de sus casos está ampliamente demostrada la falsedad de la información. Los padres que viajaron inmediatamente a identificar el cuerpo de sus hijos no los reconocieron. Nada de lo que ellos habían sido, coincidía con estos cadáveres, «que quizás a quien pertenecían...»

Jaime Robotham, de 23 años, estudiante de sociología, militante del Partido Socialista, fue detenido el 31 de diciembre de 1974 en compañía de Claudio Thauby, también desaparecido. Ambos fueron trasladados a Villa Grimaldi. Numerosos Recursos de Amparo en su favor habían sido presentados por sus familiares y el Comité por la Paz ante los Tribunales de Justicia. Curiosamente, su nombre apareció en la lista de los 119, publicada 28 días después que su presunto cadáver había sido encontrado.

Por otra parte en una declaración jurada - Guillermo- hermano de Jaime Robotham, declara:

« Yo de inmediato comencé a hacer gestiones para viajar, así fue como partí el 14 de julio. Al día siguiente me dirigí al Consulado Chileno, en donde casualmente había parientes también del señor Guendelman...El cónsul tenía una cédula de identidad con el nombre completo de mi hermano. Al exhibírmela pude constatar que la firma no era de mi hermano, ya que él pone el apellido más la inicial de su primer nombre; la firma que había en el carnet tenía cuatro iniciales solamente. Por otra parte, el cónsul en ese instante hizo una llamada al gabinete de identificación. El número correspondía al primer carnet que mi hermano obtuvo en Ñuñoa(...) cuando tenía trece o catorce años, y con una foto de esa misma época... En seguida me llevaron (...)a reconocer el cadáver de mi hermano; efectivamente había dos cadáveres carbonizados, que a simple vista eran irreconocibles (...) Mi hermano tenía su dentadura completa, y un diente tenía la particularidad de estar hueco, y ninguno de los cadáveres presentaba estas características...

Otro antecedentes que debo mencionar es el hecho de que se hizo también un peritaje, a objeto de determinar cuándo las huellas habían sido puestas sobre las cédulas, y se estableció que databan de horas antes...» (8)

En cuanto a Luis Alberto Guendelman Wisniak, se sabía que había sido detenido en su domicilio el 2 de septiembre de 1974 por agentes de la DINA, siendo trasladado a la casa secreta de José Domingo Cañas y luego a 4 Alamos. Fue visto por numerosos testigos. A diferencia de Jaime, su nombre no aparece en la lista de los 119 y el cadáver que según la prensa pertenecía a él, tampoco fue reconocido por sus familiares.

En el mes de julio de 1975 apareció en Buenos Aires otro cadáver, esta vez atribuido al detenido desaparecido Juan Carlos Perelman Ide. Soltero. 31 años, ingeniero químico, militante del MIR. Había sido detenido por la DINA el 20 de febrero, junto a Gladys Díaz (9) y trasladado a Villa Grimaldi. Fue sacado de este recinto el 28 de febrero de 1975 junto a 12 personas.

Los padres de Juan Carlos Perelman. comprobaron a simple vista que el cadáver no correspondía de ninguna manera al de su hijo, así como tampoco la cédula de identidad que habían falsificado con su nombre y que había quedado intacta a pesar de que el cuerpo había sido rociado con bencina y quemado. El nombre de Juan Carlos Perelman, sí aparece en la lista de los 119.

La utilización de falsos cadáveres, la realización de un nuevo acto criminal sobre cuerpos de personas ya muertas, con mutilaciones, carbonizaciones, desfiguraciones; la fabricación de documentos falsos, la compra de pinturas y géneros para elaborar pancartas con leyendas; la ideación del contenido de la

leyenda; las fotos, la información, los cables, los artículos, los contenidos, las palabras, las imágenes. Todo fue elaborado, planificado y realizado para su bien:

Las Ultimas Noticias 16/07/75

El bien del régimen. Su necesidad, sus deseos.

A los Servicios de Seguridad Argentinos, así como a posibles grupos de derecha de ese país, no les importó facilitar cadáveres de ciudadanos argentinos para ser utilizados por el nuevo poder establecido en Chile.

Nos preguntamos porque los argentinos aceptaron sin problemas participar en este macabro montaje y facilitaron los cadáveres para esta práctica de guerra psicológica.

Curiosamente, los cuatro chilenos elegidos, mejor dicho los cuatro nombres elegidos, eran de origen judío.

¿ Por ser judíos, los argentinos aceptaron con mayor facilidad colaborar ? ¿ Qué mensaje querían los chilenos y los argentinos transmitir a sus respectivos compatriotas ? El antisemitismo, de esos años en Argentina es históricamente conocido. Por eso mismo, tal vez, la realidad para ellos sería más fácil de aceptar: ¡ Además de chilenos. Judíos !

En esta parte de la Operación se buscó además lograr un objetivo más global:

Despertar el miedo internalizado del holocausto nazi. En estas operaciones que implican un impacto psicológico, no es lo cuantitativo lo que alcanza un mayor significado, sino la representación mental que se quiere lograr a través de la simbología entregada y a través de ella producir una modificación en las vivencias, en los sentimientos, en las imágenes y en los pensamientos.


Notas:

1. Enrique Arancibia Clavel, civil, quien luego de participar en el asesinato del General Rene Schneider en 1970en Chile, se refugió en Argentina. Luego del Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973 se transformó en agente de la DINA en el exterior. Residía en Buenos Aires. En 1978 a raíz de graves disputas entre Argentina y Chile por cuestiones limítrofes, fue detenido en Buenos Aires por los servicios de Seguridad argentinos, acusado de espionaje. En esta ocasión la policía argentina encontró en su departamento la correspondencia mantenida entre él y el Departamento Exterior de la DINA con sede en Santiago. Su nombre como agente era «Luis Felipe Alemparte». Fue sobreseído en Argentina en 19S1. Se ignora su paradero actual.

2. Se refiere al General (R) Raúl Eduardo lturriaga Neuman.

3. Martín Ciga Correa, civil argentino, miembro de la Triple A. Ver capítulo las Verdades Ocultas, pág. 83 .

4. Claudio Rodríguez, militante del MIR. (Ver Informe Rettig).

5. Ver diario La Nación, 15.06.1990

6. Ver libro «Bomba en una Calle de Palermo», Edwin Harrington y Mónica González. Editorial Emisión. 1987

7. Ver expediente Caso Prats en los archivos de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, Fasic.

8. Ver libro «La represión política en Chile - Los Hechos» . María Eugenia Rojas. Editorial IEPALA. 1988.

9. Gladys Díaz. periodista, ex militante del MIR, fue detenida y brutalmente torturada por la DINA, luego enviada al exilio. Actualmente dirige el Departamento de Periodismo de la Universidad ARCIS de Chile


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 05feb02
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