Persona, Estado, Poder
familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos

Patricia Barceló A., médico-psiquiatra
Myriam Cabezas B., psicóloga
Eric Moreau, psicólogo

IV Conferencia Internacional de Centros, I
Instituciones e Individuos que trabajan en asistencia a victimas de la violencia organizada.
Organizada por la Sociedad Internacional para la salud y los derechos humanos.
Manila, Filipinas, diciembre de 1994.

Acerca del trabajo con grupos de personas, familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos

I. Introducción

Intentaremos dar cuenta de la primera experiencia de trabajo con grupos de personas, familiares de ejecutados políticos y de detenidos desaparecidos, que el Equipo de Salud Mental DITT ha efectuado entre 1990 y 1992 en la X Región de Chile.

El trabajo se realiza con un grupo pequeño de familiares afectados por la represión política en la X Región (alrededor de un 3%). Sin embargo, por la riqueza de los contenidos que se lograron abordar y por el esfuerzo permanente de reflexión metodológica y de elaboración de un soporte terapéutico por parte del equipo, hemos considerado de interés compartir esta experiencia de trabajo con otros.

La idea del trabajo con grupos de personas surge en la X Región de Chile por razones de orden práctico, tendentes a optimizar los escasos recursos médicos. Un proceso de investigación sobre Verdad y Justicia, iniciado en 1989, todavía bajo dictadura, nos permitió establecer los primeros vínculos con los familiares y elaborar un libro que relata la magnitud y las características de las violaciones de los derechos humanos ocurridas en la región. En el transcurso de este proceso de investigación-acción y en los contactos ulteriores con los familiares, pudimos acercamos a una primera aproximación diagnóstica bio-psicosocial de las familias directamente afectadas.

El trabajo grupal se inicia en 1990, época en que los familiares viven un momento particular ya que el país entraba en el período de transición democrática.

Esto conlleva una puesta al día de la denuncia de los hechos represivos ocurridos en la región, tendente a develar la verdad de lo allí acontecido: la ejecución y/o desaparición forzada de más de 200 personas por obra de agentes del Estado. El nuevo gobierno creaba la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación para el esclarecimiento de los crímenes cometidos durante los 17 años de dictadura.

Los testimonios entregados a la Comisión por los familiares y/o testigos directos de los crímenes cometidos; los testimonios sobre los hechos represivos, sobre el perfil humano de las víctimas y sobre los responsables con ocasión de la elaboración del libro «Chile. Recuerdos de la Guerra», provoca la reactualización del recuerdo de hechos particularmente dolorosos, que reviste para los familiares un carácter traumático, con la reaparición de las vivencias y de los afectos ligados a ellas.

Es así como los sentimientos de rabia, de tristeza, de culpa, de impotencia, invaden a los familiares en un contexto de marcada angustia.

Una vez publicado el informe oficial del Gobierno, los familiares experimentan un cierto alivio, ya que se sienten menos estigmatizados socialmente. En efecto, la sociedad chilena se enfrenta por primera vez con la verdad de la violación sistemática del derecho a la vida, ocurrida bajo la dictadura.

Además, el Gobierno introduce la noción de reparación que toma cuerpo en una ley que pone el énfasis en medidas de reparación material. Los familiares reaccionan de manera intensa y contradictoria a estas medidas.

Frente al develamiento de la verdad surge naturalmente en los familiares el deseo de justicia: que se sancione a los responsables de los crímenes cometidos. En la medida que la justicia tarda, surgen a veces deseos de venganza, teñidos de sentimientos de culpa, de sentimientos de impotencia, que suelen colocar nuevamente a los familiares en una posición subjetiva de indefensión, de marginación social.

II. Características de los grupos

La conformación de los grupos se hace a través de convocatorias abiertas en reuniones de las Agrupaciones de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos.

Invitamos a las personas a constituirse en un grupo de no más de 10 personas, con el objeto de poder conocerse mejor, de intercambiar experiencias personales, de apoyarse mutuamente, de aprender sobre la realidad social, de resolver dudas, de vencer los temores, de salir del aislamiento.

Se constituyeron dos grupos bastante homogéneos respecto de la problemática común: la violación del derecho a la vida y también en lo que dice relación con aspectos socioculturales. Se trata de personas de origen campesino, de escaso nivel de instrucción o analfabetos, de bajos ingresos o cesantes. Sin embargo, había heterogeneidad respecto de las creencias religiosas y/o políticas, respecto de las edades que fluctúan entre 19 y 81 años, de género, ya que los grupos eran mixtos, aunque con predominio de mujeres.

El grupo de la ciudad de Valdivia se constituye con un número de 9 personas funcionando en sesiones cada 15 días, con un total de 8 sesiones. Se trata entonces de un grupo cerrado y con tiempo limitado.

El grupo de la ciudad de Osomo, en cambio, fue abierto y sin tiempo límite preestablecido. Funcionó una vez al mes y asistieron en total 22 personas, las que se distribuyeron, en ocasiones de mayor asistencia, en 2 grupos de no más de 10 personas cada uno. Se hicieron 20 sesiones en total.

Estas características del grupo de la ciudad de Osomo derivaron en parte de las características propias de la población (dispersión geográfica de los lugares de residencia, lejanía de la ciudad) y también de la imposibilidad del equipo de trabajar en un ritmo semanal o quincenal con varios grupos.

Cuadro 1.
Experiencias grupales con familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos: características de los grupos
.
Osorno Valdivia
Duración octubre 91-marzo 1993 julio a noviembre 1991
Nº sesiones 20 8
Nº de integrantes 22 9
Nº promedio participantes 7 8
Frecuencia de sesiones Mensual Quincenal
Tipo de grupo Abierto, sin tiempo límite Cerrado, con tiempo límite

Cuadro 2.
Experiencias grupales con familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos: distribución por sexo, edad y parentesco
Osorno Valdivia
Sexo 17 mujeres
5 hombres
8 mujeres
1 hombre
Edad entre 15 y 20 años entre 35 y 81 años
Relación con el afectado madre de DD 3
esposa de DD 6
hijo de DD 3
hermano de DD 6
sobrino de DD 2
hermano de EP 1
madre de EP 3
madre de DD 1
padre de DD 1
esposa de DD 2
hermano de DD 2

III. Propósitos del trabajo

Nuestra intención era contribuir a que los familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos avanzaran en la elaboración de la experiencia traumática en un contexto grupal que les sirviera de soporte emocional y que facilitara su resocialización.

Nos propusimos, en primer lugar, propiciar la recuperación de la autoestima, interviniendo en aspectos dependientes de la persona misma y de sus relaciones cercanas, a través de :

  • Reforzamiento de roles (madre, esposa, hija, dueña de casa, etc.).
  • Reforzamiento de vínculos interpersonales, sobre todo familiares. Un segundo propósito era facilitar la socialización de vivencias y sentimientos asociados a la experiencia represiva para contribuir al acceso a nuevos procesos de reorganización emocional y cognitiva por parte de los familiares, a nuevos procesos de significación de lo vivido. Para el logro de este propósito tendimos a:
  • Facilitar la expresión de las emociones: odio, rabia, miedo, pena, dolor, etc.
  • Propiciar la expresión de sentimientos de vergüenza, de culpa, de venganza, de incapacidad, de impotencia.
  • Abordar los efectos psicosociales de las medidas del gobierno: Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (CVR), publicación del Informe de esta Comisión, Ley de Reparación sobre los familiares concernidos, situación jurídica y leyes de amnistía.
  • Entregar más elementos de conocimiento sobre la situación sociopolítica actual y pasada, abordando los significados del golpe de Estado, de la represión política, de la impunidad, de las medidas actuales de reparación, etc.

Como un tercer propósito aparecía la necesidad de estimular la recreación de los lazos sociales y facilitar la integración de los familiares al medio comunitario. Por un lado, reforzando los roles sociales y, por otro, proponiendo la conformación de un grupo que jugara un rol de contenedor cálido de las vivencias expresadas y de las intervenciones interpersonales. Este grupo es propuesto, para los familiares que lo conforman, como un modelo de interacción factible de reproducirse en otras situaciones, en otros contextos.

IV. Metodología

El grupo se desarrolla en un tiempo y espacio definidos con anticipación. Se solicita a los participantes la puntualidad y la participación en todas las sesiones, en la medida que la presencia de cada persona es necesaria y fundamental para el desarrollo del grupo. Sin embargo, no excluimos personas por inasistencia.

Adaptamos el horario a la posibilidad de acceso de las personas (horarios de transporte interurbano, horarios de trabajo y/o responsabilidades en el hogar, etc.).

El espacio físico fue suficientemente amplio, temperado, facilitando la participación activa de las personas en un contexto agradable y cómodo. Se trataba de salas de reunión del CODEPU o de otras instituciones.

La duración de las sesiones fue de 1 hora y media en promedio, llegando algunas de ellas a durar 2 horas y media por el interés de los participantes en informarse, intercambiar opiniones, expresar dudas y temores. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando se trató el tema de las medidas de reparación del gobierno.

En cada grupo participaban dos facilitadores. Uno de ellos era un profesional psicólogo (terapeuta). Tuvo la responsabilidad de la conducción de la sesión, en términos de orientar el desarrollo de la dinámica grupal, de solicitar la participación, acoger las intervenciones, contener la carga emocional intensa, facilitar el intercambio entre las personas, sintetizar los contenidos más relevantes, sus posibles significados y devolverlos al grupo, rescatar experiencias positivas, habilidades y destrezas individuales, concluir la sesión.

El segundo animador (coterapeuta), es un profesional asistente social, antropólogo y/o educador, que tenía un mayor conocimiento de los familiares por haber participado directamente en el proceso de investigación-acción que precedió a la constitución de los grupos. Su rol fue secundar estrechamente al terapeuta, reforzando sus intervenciones, facilitando el desarrollo de actividades de dinámicas grupales previamente preparadas, acogiendo intervenciones de las personas que no habían sido suficientemente escuchadas o entregando contenidos informativos y/o educativos cuando procedía.

Las sesiones de grupo fueron grabadas íntegramente y luego transcritas, informándose de ello a los participantes, como un medio de trabajar los contenidos vertidos, las expectativas formuladas y poder así preparar mejor las próximas sesiones y evaluar el trabajo grupal.

Se usó en casi todas las sesiones, como elemento facilitador, una «dinámica» que permitiera a las personas expresar verbalmente, haciendo una actividad compartida. Estas dinámicas fueron rescatadas de las técnicas de educación popular, siendo a veces adaptadas para los objetivos de cada sesión. Se usaron también dinámicas que permitieran revelar procesos psicológicos más reprimidos o anulados.

Se trabajó siempre en equipo, destacando cuatro momentos importantes:

  1. Evaluación general de lo que fue el encuentro grupal anterior, con participación activa de todos los miembros del equipo. Esta evaluación compartida es restituida al grupo en la próxima sesión, en sus aspectos más relevantes.
  2. Delimitación del tema central que se trabajará en la próxima sesión.
    Esto lo hicimos teniendo presente, por un lado, las necesidades que surgen desde los miembros del grupo: profundizar, aclarar, expandir, problematizar los contenidos vertidos y, por otro lado, nuestros objetivos como telón de fondo. También el tema central puede ser un hecho de la realidad que concierne directamente a los familiares, por ejemplo, la Ley de Reparación.
  3. Preparación del material y elaboración de las «dinámicas» más apropiadas (juego, cuento, etc.).
  4. Recapitulación de lo que haremos. A menudo esto adquirió la forma de una mini dramatización, que nos sirve para compartir vivencias, explicitar dudas y también para descubrir y entender mejor la naturaleza del trabajo, que a veces apareció reñido con la ortodoxia aprendida en nuestra formación profesional.

Es así como el cronograma de los temas y contenidos abordados en cada sesión es variable en función de cada grupo.

Sintetizaremos lo ocurrido con el grupo de Valdivia.

Sesión Nº 1: Proponemos una dinámica de presentación individual y trabajar en grupo «cómo hemos vivido todos estos años» (1973-1990).

Muy rápidamente, todos los participantes hacen el relato del hecho represivo particular, vivenciando intensamente los afectos ligados a la situación traumática.

Sesión Nº 2: Proponemos una dinámica proyectiva relativa al familiar muerto, con la idea de avanzar en la elaboración del duelo que aparecía congelado y/ o inconcluso.

Las personas del grupo se inhiben, incapaces todavía de situarse en esa relación imaginaria con su familiar.

Sesión Nº 3: Proponemos una dinámica que nos permite conversar sobre la Ley de Reparación: reconstitución de la palabra reparación, a partir de cada letra, y que cada participante otorgue un significado a esta palabra desde su propia realidad y desde acciones reparatorias por ellos realizadas.

Esta sesión permite acercarse a las medidas reparatorias del gobierno de una manera menos contradictoria, menos culposa; de admitir esta Ley de Reparación como un derecho. Sin embargo, los familiares manifiestan la necesidad de castigar a los culpables del daño cometido, como la manera de hacer realmente justicia. Ellos sienten que aceptando la reparación material se hacen cómplices de la impunidad.

Sesión Nº 4: Se propone una dinámica de conocimiento personal (dinámica de mostrar algunos objetos personales que llevaban consigo).

Resulta muy interesante el intercambio entre las personas, todas participan. La mayoría de las personas llevaban entre sus objetos personales algún recuerdo de su familiar muerto. Se logra así intercambiar sobre esa persona, sobre otras personas de la familia, sobre los roles de cada cual, sus intereses, sus proyectos, etc. Se aborda tímidamente la problemática del duelo del familiar.

Sesión Nº 5: Se propone abordar el tema de los Derechos Humanos, ayudado por una dinámica de recortes en los cuales la persona debía identificar un Derecho Humano.

Nos proponíamos acercamos a la identificación de los derechos humanos, más allá del derecho a la vida, de poder nombrarlos y de hacerlos valer y respetar.

La participación fue desigual, pero al final se logró compartir respecto del tema propuesto.

Sesión Nº 6: Se propone trabajar en parejas, conversando sobre la historia de vida y sobre la manera de ser de cada cual por algunos minutos, y luego, en grupo, decir lo que cada uno piensa del otro.

Se produce un rico intercambio, con mucho sentido del humor y confianza. Se abordan temas como el temor al ridículo, la vergüenza, la confianza en sí mismo y en los otros, etc.

Sesión Nº 7: Se propone una dinámica tendente a representar a su entorno: grupo familiar, grupo de amigos.

Todos escogieron hablar de las personas con las cuales tienen vínculos afectivos más importantes. La mayoría de los participantes representa vínculos familiares más que de amistades.

Se aborda la problemática de la desconfianza, de la estigmatización social. Las personas abordan nuevamente la problemática de la pérdida de su ser querido en un proceso de duelo inconcluso, contrastándolo con otros duelos por muerte natural en la familia.

Sesión Nº 8: Proponemos una sesión de evaluación participativa, con ayuda de una dinámica de tarjetas conteniendo una aseveración.

La participación de las personas fue muy buena. Sentimos que, tal vez, las tarjetas estaban de más, ya que las personas verbalizaban sin problema, intercambiando opiniones, reflexionando entre ellas y con nosotros.

Como parte de la metodología de evaluación del trabajo grupal, se usó el análisis de contenido.

El objetivo del análisis del discurso consiste en poder evidenciar los temas más relevantes que han sido objeto de preocupación para los familiares y poder acercamos a la expresión del sufrimiento, ya sea como quejas, malestares o síntomas, acercamos también a sus posibles causas y posibles formas de abordaje terapéutico.

La unidad de lenguaje en que se basa este análisis es la idea, entendiendo que nos importa el contenido de las representaciones más que la forma discursiva.

Los temas centrales que aparecen son:

  1. No poder hablar. No poder expresarse, la imposibilidad de formular frases expresando pensamientos, sentimientos, deseos, etc.
  2. El miedo. Miedo de ser ellos mismos amenazados o miedo de sufrir el desamparo, la marginalidad social.
  3. El cuerpo habla. En oposición al «yo no puedo hablar», esta representación enuncia las diferentes quejas hipocondríacas, el dolor somático, las enfermedades físicas y la larga serie de síntomas psicosomáticos enunciados como múltiples pérdidas corporales: pérdida de peso, de sabor, de apetito, de las ganas de vivir, de placer sexual, alcanzando el paroxismo con la pérdida de conciencia. Sobre este fondo de inhibición del lenguaje verbal y afectivo, de sentimiento íntimo de miedo y de reacciones corporales diversas, se desprende con una nitidez en general aterradora, el recuerdo crudo, brutal, del evento represivo desencadenando una violenta e intensa descarga afectiva.
  4. La muerte.
    1. Insistencia en la búsqueda de las pruebas de la muerte, en conocer detalles relacionados con la ejecución o con la desaparición forzada del familiar.
    2. Negación de la muerte. Esta representación se opone a la anterior y alterna con ella en cada familiar. No pueden aceptar la realidad de la muerte expresando, por ejemplo, la creencia que el detenido desaparecido podría en cualquier momento sentarse a la mesa familiar.
    3. Relación más íntima y subjetiva con el muerto: diálogo imaginario, llevar consigo un objeto del familiar, imaginar lo que pensaría el muerto de la situación actual.
    4. Expresión de afectos, sentimientos y pasiones asociadas al recuerdo del evento traumático: dolor moral, tristeza, rabias, deseos de morir, deseos de matar a los responsables.
  5. La culpa. Numerosas son las expresiones de sentimientos de culpa, sobre todo de las madres de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos que alternan, sin embargo, con sentimientos de odio y venganza.
  6. La reivindicación de justicia. La verdad y el castigo a los responsables como condiciones necesarias para sentirse mejor, para quedar en paz consigo mismo y con el familiar ejecutado o detenido desaparecido.

V. Comentarios

Este trabajo formó parte de un objetivo más amplio, cual es la búsqueda de un tratamiento integral para la persona, la familia, la comunidad.

En el logro de dicho objetivo, el trabajo grupal es un eslabón más donde el acento estaría puesto en proponer un espacio facilitador para la verbalización, el intercambio y la elaboración subjetiva de las experiencias traumáticas, un espacio facilitador de los procesos de recuperación de la autoimagen y autoestima, un espacio facilitador de la reconstrucción de la dimensión social de las personas.

Pensamos que en la mayoría de estos aspectos, el grupo se constituyó como un espacio terapéutico valioso para los familiares.

Pero, por la naturaleza misma de la traumatización extrema que vivieron estas familias y que provocó una grave distorsión de los procesos psicológicos involucrados en el trabajo habitual del duelo, creemos que resulta difícil para la persona profundizar la elaboración de esta problemática, en una instancia grupal.

La entrega de elementos educativos referidos a la realidad de la situación de la violación de los derechos humanos, del curso de las medidas de reparación promovidas por el Gobierno, de la situación jurídica y social, facilitó la elaboración subjetiva y contribuyó a resignificar las vivencias traumáticas tanto a nivel personal como grupal.

Por último, queremos señalar que consideramos el trabajo grupal como una herramienta válida de intervención terapéutica en estos casos. Como no todos los equipos que trabajan con esta problemática pueden contar con los recursos necesarios, y en particular con la necesaria instancia de supervisión, recomendamos abordar la problemática de Violación del Derecho a la Vida con equipos multidisciplinarios, en que cada miembro haga aportes, desde su campo teórico y desde su quehacer, a un trabajo común respetando al mismo tiempo la especificidad de los roles.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 05abr02
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