Serie Opinión y Perspectiva
Una reflexión sobre las redes

Víctor Manuel Espinoza
Secretario Ejecutivo de Codepu

Las nuevas demandas de reorganización interdisciplinarias del saber y la desestructuración del espacio social o el surgimiento de nuevos y diversos espacios de gestión participativa, nos obligan a crear nuevas instancias integradoras de los diversos aspectos de la vida social, las que a su vez deben poseer gran capacidad para intervenir oportuna y eficazmente en la multidireccionalidad del quehacer social. Una respuesta para estos nuevos desafíos lo constituye la creación de Redes.

La palabra red indica una malla tejida con hilos, cuerdas o alambres convenientemente dispuestos para cazar, pescar, sujetar, sostener, etcétera. También se la define, como un conjunto sistemático de hilos conductores o vías de comunicación o agencias y servicios dispuestos para alcanzar determinados fines .

El trabajo de redes fue, en algún modo, la práctica del trabajo en derechos humanos realizado en nuestro país, que se retroalimentó en la experiencia histórica de lucha social y política del mundo popular.

En efecto, las circunstancias históricas exigieron a los organismos de derechos humanos trabajar coordinadamente frente a muchos requerimientos cuando cotidianamente había que garantizar la seguridad física y psíquica de las personas. No olvidemos que en Chile, los organismos no gubernamentales de derechos humanos se relacionaron con numerosas organizaciones sociales dentro y fuera del país. Hubo colaboración y complementación entre los procesos y quehaceres institucionales y los procesos y quehaceres organizacionales. De los programas de trabajos de aquellas se apropiaban las organizaciones y, en muchos casos, éstas los ejecutaban con autonomía, retroalimentando a su vez la acción institucional.

Hoy, en derechos humanos, existe un trabajo de coordinación focalizada y de acción concertada, que potencia y mejora la intervención política. Por ejemplo, en lo nacional hay una reacción común de los organismos de derechos humanos frente a una propuesta legislativa de punto final; en lo internacional, por intermedio de coordinaciones regionales se ha generado una acción contra la Impunidad en toda América Latina.

Pero, aunque hay una valoración positiva de las redes, no se impulsa su creación para desarrollar con más fuerza el trabajo de derechos humanos. Una series de factores contrarían la iniciativa en pro de las redes:

- Si las redes persiguen complementar los procesos globales (gubernamentales y no gubernamentales) con los procesos micro sociales, que son de suyo dependientes de los anteriores, en países como los de América Latina Ώes posible la implementación de estos procesos? Pareciera que no. En una región profundamente contradictoria y violenta, donde se observan permanentemente prácticas políticas de pura racionalidad instrumental, de exclusivo afán de cooptación hacia las políticas oficiales, y de silenciamiento de lo disidente, esto es imposible o al menos no creíble, porque en definitiva no se las considera en las esferas decisionales.

- A las energías y potencialidades de las redes la contrarían la disminución considerable de recursos de la cooperación internacional y la falta de políticas nacionales y transparentes para la adjudicación de estos fondos; lo que, a su vez, genera un cuadro grave de competitividades y celos insterinstitucionales.

Esto deviene en una desvaloración del trabajo de las ONGs y en una caída de sus dignidades; lo que se puede representar en un silogismo formal que interpreta a muchos trabajadores de ONGs de derechos humanos: a menores recursos más exigencias técnicas administrativas y más trabajo. Así operan las leyes del mercado.

- La gran dificultad para el éxito del trabajo de las redes lo constituye la imposibilidad de las ONGs de hacer políticas a largo plazo, puesto que no tienen medios para garantizar la estabilidad y continuidad de sus programas. De lo que muchas veces se deriva un rol formal de las redes. Creamos redes insterinstitucionales para optimizar el trabajo institucional y redes organizacionales para dinamizar el trabajo comunitario. Esta forma de proyección bidireccional del trabajo de red es necesario superar.

Cualquier esfuerzo que tiene por objeto poner a la comunidad en el centro de la acción de defensa, denuncia, educación y promoción de los derechos humanos, debe superar los esfuerzos aislados y unifocales. Hoy requerimos de coordinación, de integración y complementariedad para un mejor éxito de nuestra acción.

Hubo un fracaso nuestro, de los organismos de derechos humanos. La urgencia de salvar la vida nos impidió extender con fuerza una estrategia de solidaridad. El modelo neoliberal se impuso. Hoy prima una práctica cultural peligrosa de competitividades e individualismos en todos los ámbitos. Ella puede ser contrarrestada por solidaridades que emergen del trabajo de redes. Tenemos otra oportunidad. Es impostergable la tarea de generar una red de derechos humanos y de participar con entusiasmo y creatividad en la ejecución de tareas que desde ella se implementen.

Conceptos básicos que hacen la idea de red

• El empowerment o la adquisición de habilidades participatorias, que suponeque el hacer es "un hacer con", lo que permite un mayor enriquecimientoen la adquisición de habilidades participatorias en la comunidad. Ello, a su vez, modifica la responsabilidad de la planificación y la de la toma de decisiones, desde un centro de poder institucionalizado-personalizado a uno colectivo acorde con la estructura y organización de cada comunidad.

Este concepto no es poder por el sólo apoderamiento de aprendizajes técnicos,científicos o culturales; sino que es, sobre todo, poder del ejercicio de la soberanía popular o capacidad de atribuirse el poder político, ejercitándolo. Es elproceso de construcción del sujeto de derecho.

• Su fuerza integradora, basada en una confianza real de las capacidades creativas de las personas y los grupos para un esfuerzo común. Abarca múltiples sistemas al incluir a todos los grupos formales e informales, reconociendo con ello el valor de la diversidad.

• Implica un cambio de modelo en el observar, entender y enfrentar los problemas (multifactoriales), puesto que se basa en los procesos de desarrollo de las comunidades, que transitan en el circuito movilización-participación-compromiso-transformación social, lo que a su vez contiene implicancias sociales, éticas y políticas.

• Pone énfasis en los procesos, identificando las estructuras organizacionales, los liderazgos comunitarios, las dinámicas, tradiciones y discursos, los problemas y necesidades.

• Es colaborativa y de amplia representatividad. Por ello, promueve la participación de todos los sectores; coordina tareas; propone metas y objetivos; optimiza recursos; evalúa, sistematiza y retroalimenta.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 27feb02