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23mar02


El asesinato del Arzobispo de Cali, Isaías Duarte, abre un periodo de guerra sucia


El asesinato del Arzobispo de Cali, Isaías Duarte, abre un periodo de guerra sucia donde el objetivo son los defensores de derechos humanos y los activistas sociales.

En Colombia hubo en tres años 10.000 muertos, un millón de desplazados, entre 12 y 20 asesinatos políticos por día, más de 10.000 secuestros, y después del asesinato del arzobispo de Cali, Isaías Duarte, la situación puede aún empeorar, denunció en París el abogado Alirio Uribe Muñoz, quien sabe que al volver a Colombia puede ser una víctima más.

Alirio Uribe Muñoz, defensor de los Derechos Humanos dentro del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, quien estuvo en París para participar en un coloquio en la Asamblea Nacional sobre la paz en Colombia, entregó el dramático cuadro de la situación nacional, advirtiendo que a su juicio la solución sólo puede venir de una fuerte intervención de la ONU y de la comunidad internacional.

El abogado señaló que la violencia de parte de los paramilitares, la guerrilla, el narcotráfico y el Estado ha creado en los hechos un colapso de los partidos tradicionales -liberal y conservador- y una actitud de desesperación de la población dispuesta a cualquier intento que pueda cambiar este estado de cosas.

Uribe dijo que la elección del actual presidente Andrés Pastrana se presentó como la solución en una perspectiva de paz cuando se mostró junto al líder guerrillero Manuel Marulanda, 'Tirofijo', pero los resultados del diálogo ya se conocen y éste, de todas maneras terminó con la gran ofensiva militar del 20 de diciembre pasado.

En estos momentos, según explicó, la opción que aparece como mayoritaria en las intenciones de voto es la del candidato Alvaro Uribe Vélez, que plantea la necesidad de debilitar militarmente a las guerrillas, antes de iniciar con ellas un proceso de paz.

El abogado recordó que Alvaro Uribe Vélez desarrolló en un momento las llamadas comunidades de seguridad 'Convivir', que según dijo favorecieron a los paramilitares, por lo que la opción que aparece ahora como mayoritaria es la militar, la cual es apoyada por Estados Unidos y su "Plan Colombia".

El jurista reiteró lo afirmado por otros defensores de los derechos humanos en el sentido que para todos quedaba claro que el asesinato del arzobispo de Cali, Isaías Duarte, el 16 de marzo, marcaba el comienzo de todo un periodo de guerra sucia en la que los objetivos designados eran los organismos y personas comprometidas con los derechos humanos.

Señaló al respecto que en ciudades como Cúcuta, Cali y Urabá, las oficinas de defensa y promoción de los derechos humanos simplemente habían desaparecido.

Alirio Uribe dijo que tenían informaciones de diversas fuentes, que sostienen que por lo menos uno de los abogados que integran el Colectivo de Abogados donde él participa estaba designado para ser asesinado.

El abogado explicó que en las investigaciones consecutivas a un atentado contra el dirigente sindical y hoy diputado Wilson Borja, la pista culminó en miembros del ejército vinculados con los paramilitares.

Entre los documentos habidos en el domicilio de uno de los implicados, precisó Alirio Uribe, se encontró un legajo completo con su fotografía, su dirección, sus itinerarios y mapas de los lugares que frecuentaba.

También señaló el caso de Pedro Mahecha, otro de los abogados del Colectivo, que denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el caso ocurrido en la localidad de Puerto Rico, donde el Ejército mató a seis niños, hecho que trataron de disimular bajo la apariencia de un enfrentamiento con la guerrilla.

En este caso, el celo del vigilante del edificio donde reside el abogado impidió que los sicarios instalados en un automóvil cerca de la entrada, lo ametrallaran, según explicó.

[Fuente: Diario El Espectador, Bogota, Colombia, 23mar02]

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Este documento ha sido publicado el 25mar02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights