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22ene18


Vuelve y juega la mesa con el Eln: ¿habrá nuevo cese?


Después de dos semanas en que la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y el Eln estuvo suspendida, el presidente Juan Manuel Santos envió a su jefe negociador, Gustavo Bell, a intentar acordar un nuevo cese al fuego con esa guerrilla.

La instrucción la impartió ayer el jefe de Estado y se espera que hoy los negociadores que estaban en Colombia vuelvan a Quito, Ecuador, para encontrarse con la delegación del Eln, apostada en esa ciudad desde el pasado 9 de enero.

Este nuevo intento por iniciar el quinto ciclo de negociaciones, aplazado por el fin del cese al fuego que sostuvieron entre el 1 de octubre de 2017 y el 9 de enero de 2018, será tortuoso y complejo, como aseguran varios analistas.

Los hechos ocurridos durante las últimas dos semanas (ver Cronología) afectaron seriamente el desarrollo de la negociación. "Estos han sido días de desgaste para las dos partes: se han golpeado mutuamente, la sociedad ha sufrido y la poca opinión favorable que tenían volvió al escepticismo", aseguró Luis Eduardo Celis, asesor de posconflicto de Redprodepaz.

Por eso el pesimismo pesa más. Ya quienes apostaron desde el inicio de los diálogos de paz por una salida negociada al conflicto con el Eln dicen en voz baja que no parece haber futuro, y que este nuevo comienzo puede ser simplemente un "saludo a la bandera".

Acordar un nuevo cese

El secretismo es absoluto. Ninguna de las partes ha destapado con sinceridad las cartas acerca de cuáles son sus intereses frente a un nuevo cese al fuego, aunque a ambos les convenga.

Es un hecho que el espaldarazo que dio la ONU fue fundamental para aplacar los ánimos, por lo que en los últimos días la intensidad de la confrontación bajó y podría hablarse de desescalamiento de hostilidades.

"Desde sus equipos locales desplegados en los territorios, la Misión de Verificación de la ONU ha observado que en la gran mayoría de las zonas afectadas por el conflicto entre el Gobierno de Colombia y el Eln no se han registrado incidentes desde el vencimiento del plazo del cese al fuego bilateral temporal, el 9 de enero", dijo en un comunicado la Misión de la ONU en Colombia, y agregó que en los últimos días también cesaron los ataques a la infraestructura petrolera.

"Esta tendencia es propicia para que el proceso de paz adquiera mayor legitimidad en la sociedad colombiana y en la comunidad internacional", auguró la misión internacional.

Hacerlo será difícil. Víctor de Currea Lugo, docente de la Universidad Nacional, pidió "que las dos partes no solo piensen en sus agendas sino en el clamor de la sociedad que insiste en una medida pacífica y que la mesa avance".

Pero advirtió de la necesidad de explorar hasta qué punto hay agendas cerradas por alguna de las partes, porque si ya las hay, cualquier intento de negociación será fracasado.

Por lo pronto, el Gobierno y el Eln parten de un experiencia anterior que para los analistas fue positiva: "Se demostró que las dos fuerzas pueden dejar de chocar", resumió Celis, quien considera que los temas a tratar para una futura tregua serían la presencia de otros grupos armados en los territorios y la protección de líderes sociales.

La posición del Gobierno sigue siendo que sin tregua no hay diálogo, por lo que en los próximos días no se avizora que lleguen a acuerdos sobre participación de la sociedad civil, asunto que está en la agenda desde febrero del año pasado, cuando se instaló la mesa de negociación en Quito.

"Es que sin cese no hay participación", aclaró Carlos Velandia, gestor de paz en esta negociación, porque la ciudadanía no puede participar en un diálogo político de paz si se siente amenazada, por eso es un asunto que de no resolverse impide el desarrollo de los demás puntos de la agenda.

Hay quienes no lo ven bien

Para el general (r) Jaime Ruiz, presidente de la Asociación de Oficiales Retirados (ACORE), un nuevo cese al fuego no haría más que "entregar una vez más el país a la criminalidad y a estas organizaciones terroristas".

El militar retirado supone que "quienes a nombre del Eln negocian con el Gobierno no tienen mando ni control sobre las diferentes cuadrillas que operan en el territorio nacional, por lo que no hay garantías".

Dijo Ruiz que los negocios del Eln como el secuestro, la extorsión y el narcotráfico siguen operando pese a que se declare un cese el fuego bilateral, que en cambio sí obliga a la Fuerza Pública a no perseguirlos; es decir, "deja a los militares y policías maniatados mientras los criminales hacen de las suyas".

Todo eso obedece, de acuerdo con el general en retiro, a que el presidente Santos tiene afán de llegar a un acuerdo con esa insurgencia antes de que termine su gobierno. Asunto que fue corroborado por Gustavo Bell, quien dijo la semana pasada que en su primer diálogo con "Pablo Beltrán", jefe negociador de la guerrilla, habían abordado la posibilidad de llegar a un tratado de paz antes del 7 de agosto de 2018.

Independientemente, el Gobierno siempre ha sostenido su voluntad de llevar las negociaciones a un punto de no retorno que obligue al siguiente mandatario a continuar con el esfuerzo para sacar del mapa del conflicto a otro actor armado.

[Fuente: Por Olga Patricia Rendón, El Colombiano, Medellín, 22ene18]

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