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jun17


Enrique Ariza: El agente de inteligencia que quiere hablar sobre la tortura a Claudia Julieta Duque


Estaba seguro de que el brazo de la justicia jamás lo alcanzaría. Desde el año 2006 había huido a los Estados Unidos, donde vivía cómodamente mientras en su contra se abrían investigaciones y juicios y era señalado por sus antiguos compañeros de la policía secreta colombiana. Al saberse condenado en uno de los casos que se le seguían, solicitó asilo ante las autoridades de Migración de ese país y alegó ser un perseguido político. Pero no pudo sustentar sus temores y luego de años en fuga fue deportado a Colombia.

 
Enrique Alberto Ariza Rivas

Fue director de Inteligencia del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), desde donde, como ha quedado probado en múltiples expedientes judiciales, sus integrantes actuaban en total impunidad contra cualquiera que fuera considerado enemigo o incómodo para el Estado colombiano.

Pero ahora deberá rendir cuentas a la justicia y explicar su posible participación la tortura infligida a la periodista Claudia Julieta Duque Orrego, además de purgar una pena de 96 meses de prisión por concierto para delinquir impuesta por la Corte Suprema de Justicia, que en octubre pasado confirmó su participación en el espionaje contra más de 300 personas caracterizadas por ser opositoras al gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010)

Se trata de Enrique Alberto Ariza Rivas, exjefe de inteligencia del DAS y uno de los hombres más importantes de los servicios secretos de Colombia.

Luego de su deportación el 24 de abril desde los Estados Unidos -país donde se encontraba detenido desde marzo de 2016- el pasado 15 de junio Ariza Rivas se presentó ante el juez que lleva el caso de Claudia Julieta Duque, en el cual es procesado junto al también exjefe de Inteligencia del DAS Giancarlo Auqué (prófugo) y el exsubdirector de ese organismo José Miguel Narváez.

El otrora todopoderoso hombre de la inteligencia colombiana fue el último en ser llevado a la pequeña sala donde se llevaría a cabo la audiencia, a la que llegó vestido de camisa azul y chaqueta amarilla, con cara de molestia y visiblemente nervioso.

Allí lo esperaban, además de los abogados defensores, el único procesado que se encontraba detenido en el caso: José Miguel Narváez, quien en 2003 -cuando fungía como asesor del DAS- promovió e impulsó la creación del Grupo Especial de Inteligencia 3 (G-3) y es señalado por la Fiscalía de ser el cerebro detrás de las acciones en contra de Duque.

En múltiples ocasiones Narváez ha utilizado la no comparecencia de Ariza en el proceso como estrategia defensiva y ha acusado al recién deportado de haber montado una "central de inteligencia paralela" al interior del DAS, la cual habría estado al servicio del jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, extraditado a los Estados Unidos en 2008 y condenado a 33 años de prisión en ese país por narcotráfico.

De esa manera, Narváez Martínez ha intentado mostrarse ajeno a los diversos hechos delictivos cometidos por el DAS, entre los que se cuenta como uno de los más graves la tortura contra la periodista Duque Orrego.

Por su parte, desde octubre de 2005, al renunciar al DAS, Ariza denunció a Narváez por su "proceder irresponsable y sin ética, quien en su afán de poder a través de maquinaciones comprometió no sólo el buen nombre de funcionarios del DAS sino a la institución misma".

Es de esperarse entonces que la presencia de Ariza le imprima una nueva dinámica al juicio, pues el detenido ha solicitado al juez un mínimo de 4 días para realizar sus descargos y dar cuenta de lo que sabe respecto a los ataques sufridos por Claudia Julieta Duque entre los años 2001 y 2004.

Frente a frente en la sala 10

La audiencia se llevó a cabo en la Sala 10 del edificio de los Juzgados Especializados de Bogotá, quizás la más pequeña de todas. Ariza Rivas fue sentado justo en frente de Claudia Julieta, quien desde 2014 había solicitado a los Estados Unidos la deportación del exjefe de Inteligencia y logró que tres años después ese país lo expulsara y entregara a las autoridades colombianas.

Por fin la periodista le ponía rostro a ese nombre que aparece en múltiples memorandos, informes y órdenes de trabajo del DAS durante los años 2003 y 2004, mediante los cuales fue convertida en "blanco" y objetivo de interés de esa entidad. Se trataba de un momento muy importante, pues se había llegado el día de ver a otro de sus verdugos ante la justicia.

Junto a la periodista se encontraba su nuevo abogado, Jorge Eliécer Molano Rodríguez, uno de los juristas más reconocidos de Colombia, que lleva otros relevantes casos de graves violaciones a los derechos humanos en ese país.

Desde el primer instante en que llegó a la sala de audiencias, Ariza fue seguido con la mirada por Claudia Julieta, pero él no fue capaz de verla a los ojos ni mucho menos de sostenerle la mirada.

¿Perseguido?

Ariza Rivas comenzó a testificar frente al juez, Sergio León Martínez. En la sala muchos esperaban con expectativa, entre ellos, funcionarios de Naciones Unidas, periodistas, integrantes de Brigadas Internacionales de Paz y de la Federación Colombia de Periodistas (FECOLPER) y la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).

Pero el imputado no estuvo ni 20 minutos sentado en el lugar asignado para su declaración. El exjefe de Inteligencia se dirigió a la audiencia para declararse perseguido y amenazado, e informó que huyó del país no como manera de evadir la justicia sino para salvaguardar su vida. Informó que desde su deportación a Colombia se ha dedicado a leer el expediente del caso Claudia Julieta Duque -que consta de no menos de 30 mil folios- y que espera hablar y denunciar lo sucedido en el DAS.

No obstante, se mostró ajeno a los hechos. Poco antes le preguntó a la única testigo que habló ese día, la exdetective del G-3 Daicy Cancino, si alguna vez él le impartió órdenes para la realización de acciones ilegales. Como todos los sindicados, Ariza quiso convencer a los presentes -en especial al juez- de su inocencia.

El togado decidió suspender la audiencia luego de que el acusado le solicitara más tiempo para preparar su testimonio y diez días para continuar la lectura del expediente.

La audiencia fue corrida para los días 18 al 21 de septiembre próximos, es decir hasta dentro de tres meses, aunque volverá al juzgado entre el 4 y el 7 de julio, fechas fijadas para que el procesado regrese a estudiar el caso.

Mientras tanto, Ariza Rivas seguirá detenido en la Penitenciaría de La Picota al sur de Bogotá, a donde fue trasladado el 1º de junio, tras 40 días en los calabozos de la estación policial de Los Mártires, donde fue recluido por la falta de cupos en los establecimientos carcelarios y la "operación reglamento" de los empleados del sistema penitenciario colombiano.

Según dicen los que la conocen, las condiciones de hacinamiento en la estación Los Mártires, ubicada en el centro de Bogotá, son infrahumanas. La reclusión de Ariza en ese lugar constituyó una violación a las normas carcelarias, según las cuales una persona condenada no puede estar en ese tipo de lugares, pensados para detenidos temporales o sindicados de delitos menores.

Hace un par de semanas, la defensa del procesado solicitó al Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, que desde abril supervisa el cumplimiento de la otra condena que pesa en contra de Ariza, su traslado a un batallón militar, pero aún no se conoce una decisión sobre el particular.

¿Quién es Ariza Rivas?

De complexión delgada y aproximadamente 1.80 metros de estatura, Enrique Alberto Ariza Rivas nació el 13 de julio de 1967 en la capital de Colombia.

En noviembre de 1987 se graduó como subteniente del Ejército en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova. Como militar fue asignado al Batallón Palacé de Buga (Valle) donde su jefe fue el mayor Alirio Urueña Jaramillo, condenado por una de las peores masacres la historia reciente de Colombia, ocurrida en el colindante municipio de Trujillo, que alcanzó cerca de 500 víctimas asesinadas a lo largo de varios años.

Un informe del Ejército enviado a la Fiscalía General de la Nación dio cuenta de que Ariza desertó de esa institución luego de que se le procesara por la pérdida de su arma de dotación.

Irónicamente, mientras laboraba en el DAS también obtuvo el título de Periodista en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá en julio de 2000, profesión que nunca ejerció pues se dedicó de lleno a realizar labores de inteligencia y contrainteligencia.

En su amplia hoja de vida de 70 páginas sobresalen cursos de inteligencia y su trabajo en el DAS, a donde ingresó el 5 de julio de 1994 y donde se desempeñó hasta el 30 de octubre de 2005, según consta en documentos oficiales de la desaparecida institución.

Durante ese tiempo tuvo varios cargos, entre ellos oficial y auxiliar de inteligencia. Fue director general y subdirector en varias fechas, sobre todo para suplir a los funcionarios que salían de vacaciones o eran asignados a una función en particular. En total estuvo en el DAS durante 11 años, 3 meses y 23 días.

Varios testigos que han declarado en el juicio -entre ellos el exsubdirector de Análisis del DAS Jesús Hernando Caldas Leyva y el exdetective Andrés Figueroa Parra- han dado cuenta de que Ariza fue quien en el año 2003 organizó varias conferencias con oficiales y detectives de Inteligencia del DAS en todo el país para presentarles a José Miguel Narváez, director de facto y creador del G-3, conformado para hacerles seguimiento y espiar a cientos de personas y decenas de organizaciones en Colombia que eran consideradas como objetivos.

Cursos de inteligencia

Como todos los agentes de inteligencia en América Latina Ariza Rivas, recibió curso por parte del gobierno de Estados Unidos. También estuvo en Brasil, Alemania, Bélgica, Costa Rica, Taiwán, Francia, Italia, España, Perú, Argentina y Chile.

En su expediente destacan varios reconocimientos por su función en la extinta policía secreta colombiana. En el año 2005 el Senado de Colombia le otorgó un reconocimiento por los "servicios prestados a la Nación".

Estudió diversos cursos para la realización de labores de interceptación y control técnico de comunicaciones, al igual que de perfeccionamiento en actividades de inteligencia y contrainteligencia, impartidos por la Academia Superior de Inteligencia y Seguridad Pública y la Fiscalía General de Colombia, así como por la National Intelligence Academy y la Secretaria Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos.

En el año 2001, Ariza fue nombrado coordinador del Grupo de Inteligencia Interior (según varios testigos, de éste se derivaría la posterior creación del G-3) de la Subdirección de Análisis del DAS. En 2003 fue ascendido a subdirector de Análisis y desde septiembre de 2004 fue nombrado director de Inteligencia del DAS, cargo que ocupó hasta su retiro en octubre de 2005.

Con tan amplia experiencia, Ariza Rivas deberá explicar ante el juez todas sus funciones en el DAS, las cuales lo convierten en pieza clave dentro del proceso de la periodista Duque Orrego, secuestrada el 23 de julio de 2001 tras sus investigaciones por en caso de Jaime Garzón, el humorista colombiano asesinado el 13 de agosto de 1999.

Dada su posición jerárquica al interior del DAS y las posiciones ocupadas, según la Fiscalía, Ariza conoció de primera mano las acciones adelantadas en contra de la periodista Claudia Julieta Duque, y debió tener relación con la totalidad de los procesados en la causa de la periodista.

Son ellos: Hugo Daney Ortiz García, Jorge Armando Rubiano Jiménez, Carlos Alberto Arzayús Guerrero (condenados tras aceptar los cargos en su contra), José Miguel Narváez Martínez, Ronal Harbey Rivera Rodríguez (detenidos y en juicio), Emiro Rojas Granados, Néstor Pachón Bermúdez (capturados y en fase de investigación), Giancarlo Auqué De Silvestri y Rodolfo Medina Alemán (fugitivos y en etapa de juicio) y Juan Carlos Sastoque (prófugo en fase de investigación).

Otro detenido

William Alberto Merchán López se convirtió en el noveno exfuncionario del DAS en ser arrestado por el caso de Duque Orrego, luego de ser aprehendido el pasado 22 de junio en Bogotá.

Merchán es sindicado de estar involucrado en las torturas contra la periodista durante su trabajo como detective del Grupo de Asuntos Especiales de la Contrainteligencia del DAS.

Al momento de su captura, Merchán López se desempeñaba como funcionario del Programa de Protección a Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de la Nación en Colombia.

Los exagentes de la inteligencia colombiana que durante años actuaron con impunidad contra Claudia Julieta están cayendo uno por uno. Sin duda, el 2017 ha sido el de la reivindicación para la periodista, que desde enero ha acuñado el eslogan "este año huele a justicia" para dar cuenta de los avances en su caso.

En tribunales los detenidos se defienden con uñas y dientes, queriendo demostrar su inocencia, acusándose mutualmente y argumentando ser víctimas de un complot en su contra.

Adriana Hurtado, presidenta de la FECOLPER ha seguido de cerca el caso de Claudia Julieta y confía en que la justicia llegue. "Éstos casos no se pueden quedar en la impunidad; por eso estamos y seguiremos presentes", dice al ser entrevistada en Bogotá. La Federación Internacional de Periodistas (FIP), también ha estado pendiente del caso y exige que se haga justicia

La próxima audiencia será el próximo 24 y 25 de julio, cuando concluirá el juicio contra Medina y Rivera con los alegatos de cierre.

[Fuente: Por Marvin David Del Cid, Enviado Especial de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la FSC-CCOO, Bogotá, junio de 2017]

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