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28jul13


Declaración del Jefe de la Delegación del Gobierno Nacional, Humberto de la Calle al inicio del ciclo de conversaciones No. 12 en La Habana


Buenos días.

Reiniciamos hoy un nuevo ciclo destinado a impulsar acuerdos sobre la participación de la guerrilla desarmada en la política.

Muchos colombianos no entienden por qué estamos dialogando cuando continúan los ataques por parte de los grupos en armas.

Hay que recordar de nuevo que la decisión del gobierno de no pactar un cese al fuego, salvo naturalmente a la finalización del conflicto, cuando lleguemos a un acuerdo, obedece a varias razones: lo que queremos es terminar la guerra, no prolongarla. Precisamente buscamos un acuerdo para finalizar la guerra, para que no haya más violencia. Para evitar más muertes absurdas.

Por otro lado, el Gobierno y la Fuerza Pública continúan cumpliendo con su deber y responsabilidad constitucional en todo el territorio nacional en defensa de los colombianos, de nuestra democracia y del patrimonio de la nación.

En consecuencia, estas conversaciones, tal como lo señaló el Presidente Santos esta semana, se dan en medio del conflicto. No hay cese al fuego.

Recordamos con admiración y respeto a nuestros militares y policías por su sacrificio en beneficio de Colombia.

A sus familiares nuestra voz de aliento y solidaridad.

La guerrilla deberá responder por todo lo ocurrido en medio del conflicto.

Quiero recordar para que estamos aquí dialogando en La Habana: Este no es un proceso de conversaciones para que las FARC hagan política, sino uno para pactar el fin del conflicto.

Si pactamos un acuerdo final, podrán hacer política, sin armas, en democracia, una vez se hayan desmovilizado.

Ya logramos un acuerdo sobre primer punto de la Agenda de estas conversaciones, el tema agrario.

Dijimos en el comunicado conjunto dado a conocer en su momento, que lo convenido en este acuerdo "será el inicio de transformaciones radicales de la realidad rural y agraria de Colombia con equidad y democracia".

Y en la declaración que hice a la opinión pública señalé que lo acordado supera la visión de una reforma agraria y busca crear transformaciones reales para cerrar la brecha entre el país rural y el urbano.

De eso se trata exactamente:

De transformar la realidad de nuestro campo una vez pactemos el fin de la guerra.

De crear beneficios concretos para el progreso de nuestros campesinos y empresarios del agro.

De llevar la presencia del Estado y todas sus instituciones a las áreas rurales.

De responderles a los desplazados y a los que han sufrido el despojo de sus tierras.

Con este resultado concreto avanzamos y sentimos el apoyo de los colombianos.

Quiero reiterar que cuando finalicemos la discusión de los seis puntos de la Agenda y tengamos un acuerdo general, este será sometido a la refrendación de los colombianos.

En ese momento todos conocerán en su integralidad el acuerdo que debe marcar el fin del conflicto y podrán pronunciarse sobre él después de una amplia discusión ciudadana.

La última palabra sobre estos posibles acuerdos la tendrán los colombianos, cada uno de los colombianos. Ustedes decidirán si aceptan lo pactado aquí en La Habana.

Como dije, actualmente estamos discutiendo el segundo punto de la Agenda sobre participación política y participación ciudadana.

Se trata de crear las condiciones y ofrecer las garantías necesarias para que las FARC se transformen en una organización política legal y puedan ejercer la oposición desde la democracia.

No más combinación de todas las formas de lucha en Colombia. No más política y armas juntas.

Queremos una paz que permita la verdadera participación ciudadana, la que se hace sin intimidación y sin armas.

La que hacen los líderes legítimos de la comunidad con discursos e ideas y no con fusiles.

La que se hace exigiendo derechos, pero también respetando los deberes democráticos.

Las conversaciones deben generar obligaciones para ambas partes. No se trata solo de que el Estado otorgue garantías.

También corresponde a las FARC brindarlas. Para que cese la violencia. Para que las víctimas estén en el centro de sus preocupaciones. Para que todo ciudadano pueda hacer política sin intimidación.

Queremos una paz sustentada en la justicia, la verdad y la reparación, que responda a las víctimas.

Una paz apoyada por la mayoría de los colombianos.

La Agenda pactada le da un marco concreto a estas conversaciones. No vamos a ampliarla.

Esperamos que a las FARC le asista la misma voluntad del Gobierno: avanzar de forma expedita en la construcción de acuerdos para ponerle fin al conflicto.

Esta y ninguna otra es nuestra misión en la Mesa de Conversaciones.

No vamos a firmar ningún acuerdo que no haga a Colombia más segura.

Es lo que los colombianos esperan.

[Fuente: Grupo de Comunicaciones, Oficina del Alto Comisionado para la Paz, República de Colombia, La Habana, 28jul13]

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