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27ago16


Navarro Wolff a las FARC: "es esencial ganar la confianza de la población"


El senador Antonio Navarro Wolff, exdirigente del M-19 y quien lideró en 1990 el primer proceso de paz exitoso en Colombia, habló con Sputnik sobre el acuerdo con las FARC.

Se refirió a la importancia del plebiscito que se realizará el 2 de octubre para refrendar los acuerdos, y a las dificultades del actual proceso, como la fórmula de justicia transicional para juzgar los delitos cometidos por el Ejército y los miembros de las FARC, y los consejos que le daría a los líderes de las FARC.

Navarro Wolff fue uno de los tres presidentes de la Asamblea Constituyente en 1991, fue representante a la Cámara, senador, gobernador del departamento de Nariño y ministro de Salud, entre otros cargos públicos.

¿Cómo valora los acuerdos logrados?

Lo que se acaba de firmar es algo muy importante que va a permitir que se cumplan los acuerdos en los que se ha avanzado durante cuatro años. Ahora vamos a asistir a una votación decisiva en donde el pueblo va a votar SI o NO a lo que se ha acordado. Si el voto resulta positivo, empieza en seis meses el desarme completo de las FARC. Si resulta negativo, pues simplemente todo sigue igual y quedamos en la incertidumbre de un proceso de conflicto armado interno sin resolver.

¿Cuáles son las diferencias entre este proceso de paz y el que usted encabezó en 1990?

Son esencialmente tres. En primer lugar, en aquella época era el primer proceso de paz de América Latina, de modo que la negociación fue más simple, no era una paz negociada.

En segundo lugar, a diferencia de lo que sucede hoy, no había oposición en el país a la firma del acuerdo. Había incredulidad, pero cuando se firmó, todo el mundo lo apoyó. Hoy hay una oposición importante encabezada por el expresidente Álvaro Uribe que hace que haya más confusión sobre los beneficios de la negociación o los perjuicios de este acuerdo.

En tercer lugar, en esa época las soluciones de justicia se hacían en el marco de los indultos. Hoy eso ya no se puede, porque existe el estatuto de Roma [que creó la Corte Penal Internacional en 1998 para juzgar los delitos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad] y se necesita una fórmula de justicia distinta. Hoy no se pueden aplicar las fórmulas del pasado, sino que hay que aplicar un conjunto de fórmulas nuevas.

¿Cómo será la integración de las FARC?

Es esencial que los miembros de las FARC tengan su partido político y puedan participar en elecciones. No puedo decir cuál será el resultado de su participación en votaciones. Las FARC tienen una gran desventaja frente a la opinión pública, especialmente la urbana. Pero que puedan participar de la política es el primer paso.

Lo segundo es que debe haber un proceso de reintegración de los guerrilleros. Colombia ha hecho 30.000 reintegraciones en los últimos 26 años, de manera que hay una referencia bastante grande en cómo lograr que estas personas puedan convertirse en ciudadanos con empleos productivos, puedan mantener a sus familias, estudien y puedan mejorar sus condiciones.

En tercer lugar, va a ser muy importante que en las áreas de donde salgan las FARC, el Estado ocupe esos espacios, porque son áreas donde predomina la economía ilegal. Esencialmente coca y minería de oro ilegal. Si el Estado no ocupa el espacio, va a haber una presencia de grupos armados ilegales, tipo bandas criminales, que es lo que ha venido sucediendo a lo largo de estos últimos 25 años. En cada zona de donde sale un grupo armado, otro grupo armado ocupa ese espacio, porque el Estado colombiano no hace las cosas como tiene que hacerlas.

¿Cómo se resolverá el tema del narcotráfico?

El problema es cómo se logra que esas regiones donde existe esa economía ilegal se transformen en economías. Ahí está el reto más grande de corto plazo. Transformar la siembra ilegal de coca en cultivos lícitos. Se necesita un plan muy bien diseñado y puesto en marcha desde el primer día para lograr esa mutación de lo ilegal a lo legal. Donde siga habiendo economía ilegal seguirán habiendo grupos armados que van a reemplazar a las FARC.

Con su experiencia, ¿qué les recomendaría a los dirigentes de las FARC?

Ellos van a depender muchísimo de la opinión pública. Si se van a desarmar, como estoy seguro de que lo van a hacer, van a depender del voto popular. Y el voto popular solo se consigue cumpliendo toda la palabra empeñada. Es esencial ganarse la confianza de la población y eso se logra haciendo lo que se prometió. Les diría que no duden en hacer todos los esfuerzos para cumplir de manera total la palabra que empeñaron al firmar el acuerdo de paz.

[Fuente: Sputnik News, Moscú, 27ago16]

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