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19mar21


Biden usa poderes de guerra para suministros en su 'guerra de vacunas' contra Rusia y China


En la repolitización de la 'guerra de las vacunas' y su 'guerra de propaganda' contra Rusia y China, Jeff Zients, uno de los encargados de combatir la pandemia en EEUU, habló de la posibilidad de adoptar la ley de Producción de Defensa de 1950 para obligar a las transnacionales de EEUU a fabricar los productos requeridos.

Joe Biden afirmó, sin tapujos, que usaría la ley de Producción de Defensa de 1950 para acelerar la manufactura y proveer el equipo y los suministros, como las bolsas de plástico de uso único.

Ya desde el 21 de enero, el medio globalista Financial Times había adelantado que Biden "usaría sus poderes de guerra para estimular la producción de suministros contra el COVID-19" cuando, en ese entonces, EEUU sufría la carestía de jeringas de vacuna, las mascarillas N95 y los componentes para realizar pruebas de detección.

Jeff Zients, coordinador de la fuerza de trabajo de la Administración Biden, reconoce haber identificado 12 carencias inmediatas para un adecuado suministro. Mientras, el manejo de la pandemia en EEUU ha sido un verdadero desastre con más de medio millón de muertos que les otorga el nada glorioso primer lugar en el ranking de los países más afectados, pese a su supuesta tecnología médica de ensueño. Además, se culpan mutuamente de estos resultados Biden y su antecesor Trump, quien ha salido al quite exhortando a la población a vacunarse debido a la amplia reticencia.

La célebre ley de Protección de Defensa fue aprobada en 1950 durante la Guerra de Corea y permite al Gobierno obligar a las empresas a fabricar cierto tipo de productos, lo cual realizó Biden de facto al haber estimulado la asociación productiva de Merck y Johnson & Johnson --después de haber recibido 269 millones de dólares de la agencia gubernamental BARDA: Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado-- y Pfizer, dos feroces competidores dentro del capitalismo salvaje que tiene que optar por medidas comunistas de producción.

Ahora resulta que las jeringas son insuficientes para las vacunas de Pfizer y BioNTech. Las carencias son de tal magnitud que la vacuna de Johnson & Johnson obtuvo su aprobación de emergencia por la polémica FDA, que ha detenido la autorización de la controvertida vacuna sueco-británica AstraZeneca, vacuna que ha causado daños colaterales de trombosis y embolias fulminantes en varios países del mundo.

En realidad, la autorización expedita de la vacuna Johnson&Johnson, independientemente de su horizonte promisorio, así como su asociación con dos supremas trasnacionales del big phama de EEUU, delatan que Biden ya empezó a aplicar en forma silenciosa las medidas militarizadas de la ley de Producción de Defensa.

El quinteto globalista COVAX/GAVI/CEPI/OMS/EMA que opera bajo la férula de la biogeopolítica del Reino Unido, ha fracasado rotundamente e intenta rescatar de su naufragio a su vacuna favorita, AstraZeneca, mientras vilipendia a la triunfal vacuna rusa Sputnik V.

Llamó poderosamente la atención que, en vísperas de la Cumbre Virtual del Quad --el cuarteto EEUU/Australia/Japón/India--, encaminada a cercar a China, las dos principales manufactureras de vacunas de India --curiosamente, fabricantes de la vacuna británica AstraZeneca y la estadounidense Johnson & Johnson-- arremetieran contra el uso de "poderes de guerra por EEUU" que "amenazan la producción mundial por la ley de Producción de Defensa de EEUU".

Adar Poonawalla, ejecutivo en jefe de Serum Institute de India, el máximo manufacturero global, advirtió que la ley de Producción de Defensa podría socavar el esfuerzo de vacunación global.

Al unísono, Mahima Datla, ejecutiva de la farmacéutica Biological E, con sede en Hyderabad (India), expuso las dificultades de los suministradores de EEUU para cumplir sus compromisos clientelares en el mundo debido a la obscena militarización de la producción de vacunas en EEUU.

Por su parte, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, una de las múltiples cabezas de la hidra de la Unión Europea, lamentó que el Reino Unido haya introducido una prohibición a la exportación de vacunas y, de paso, urgió a que EEUU permita el libre flujo de suministros farmacológicos, como fue el caso de la flagrante negativa de Biden, en un inicio, de abastecer a su vecino México de vacunas, pese a su pertenencia tanto geoeconómica al T-MEC como geoestratégica al Comando Norte.

En un reciente artículo, dejé entrever que "quizá sea entendible, por motivos de seguridad nacional, la bizarra fuga de Biden para ayudar a la vacunación plural de México, cuando muchos datos clínicos son ocultados a la opinión pública".

El controvertido etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, ha quedado totalmente rebasado y clama, exclama y reclama que los países, sin especificar, almacenen su producción de vacunas, lo cual delata el carácter bélico tanto de la guerra de las vacunas de la dupla anglosajona de EEUU/Reino Unido contra Rusia y China, como de su balcanización regionalizada.

El mismo Financial Times admite que la colaboración de EEUU con el Quad tiene el propósito de contrarrestar la "creciente presencia de China en la región" y "espera combatir la creciente influencia de Pekín con su diplomacia de las vacunas", en clara alusión al éxito de las vacunas chinas.

El desasosiego que ha provocado el retraso de la dupla anglosajona de EEUU/Reino Unido en su guerra de vacunas contra Rusia y China ha llevado hasta que el politólogo británico Philip Stephens mencione que la "soberanía de la cadena de suministro" sea susceptible de "descarrilar las ganancias de la globalización" cuando la "búsqueda de la resiliencia nacional puede fácilmente inclinarse al proteccionismo".

El portal chino Global Times afirma que "Occidente militariza la vacunas para dividir al mundo" y así "mantener su hegemonía", en particular, "EEUU practica su muy egoísta distribución de vacunas y las explota como arma geopolítica, lo que, en consecuencia, divide al mundo en dos campos, uno representado por los países inoculados con las vacunas de China y Rusia, y los otros con las vacunas de EEUU y Europa".

El portal chino enfatiza la insalubre confesión del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU de haber usado sus relaciones diplomáticas para obligar a Brasil a rechazar la vacuna rusa Sputnik V. Esto rebasa cualquier adjetivo sobre criminalidad, ya que el país suramericano ha sido el segundo, detrás de EEUU, flagelado por la cepa original del COVID-19 y ahora por su nueva variante que emergió en Manaos y amenaza con diseminarse por América del Sur.

Cunde la guerra de propaganda desplegada por los poderosos multimedia anglosajones, no se diga sus manipulaciones geopolíticas, y ahora perturba su abordaje militarista, en el umbral de una guerra biológica. Mientras, el presidente francés, Emmanuel Macron, expresa sin parpadear que la pandemia del COVID-19 debe ser enfrentada como si fuese una guerra en la que deberían participar las principales superpotencias del planeta, con la obvia participación de Rusia y China.

[Fuente: Por Alfredo Jalife-Rahme, Sputnik Mundo, 19mar21]

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