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24jun10


Geithner y director del Consejo Económico explican agenda del G20


En un artículo publicado el 23 de junio en el diario Wall Street Journal, el secretario del Tesoro Timothy F. Geithner y el director del Consejo Económico Nacional Lawrence H. Summers explican la agenda de la administración Obama para la próxima cumbre del G20 que tendrá lugar en Toronto.

A continuación una traducción del texto:

(comienza el texto)

Nuestra agenda para el G20

Esta semana el presidente Obama viajará a Toronto para la cumbre del G20. La participación con el G20 ha sido un elemento clave de la estrategia de la administración para distender la crisis financiera mundial y asegurar la recuperación económica. Un fuerte crecimiento con una sólida creación de empleo aquí en Estados Unidos depende de la expansión de la economía mundial, y este año el G20 proporciona una importante oportunidad para centrarnos en las políticas necesarias para fortalecer el crecimiento.

La pasada primavera en Londres, el G20 adoptó una estrategia coordinada y sin predecentes para terminar con esta crisis. En Pittsburgh el pasado otoño, establecimos un nuevo marco para el crecimiento global y designamos al G20 como el principal foro para la cooperación económica internacional. En Toronto, tomaremos medidas para asegurar que la actual recuperación sea sostenible.

Gracias a una actuación firme, decisiva y coordinada, el presidente Obama y los demás líderes del G20 han logrado progresos significativos desde la reunión de Londres. La economía mundial, que entonces estaba contrayéndose a un ritmo sin precedentes, ahora está en expansión, y el comercio mundial ha aumentado en más de un 20 por ciento en los últimos 15 meses.

Este giro ha sido especialmente drástico en Estados Unidos. En el momento de la cumbre de Londres, la economía estadounidense estaba reduciéndose a una tasa anual del 6 por ciento. Ahora crece a una tasa superior al tres por ciento, el giro más grande en el crecimiento en Estados Unidos en 50 años.

Al comienzo del año pasado, Estados Unidos perdía más de 700.000 empleos al mes, y hoy el sector privado genera nuevos puestos de trabajo. La recuperación sólo ha sido posible porque emprendimos actuaciones para reparar nuestro sistema financiero, reduciendo así los costos para contraer préstamos para propietarios de vivienda, consumidores y empresas, y establecimos la Ley de recuperación, que aumentó la demanda al recortar los impuestos para las familias, al ayudar a los trabajadores desempleados y al invertir en infraestructura pública.

Todavía afrontamos enormes desafíos. Para mantener el impulso de la recuperación estadounidense necesitamos un crecimiento mundial fuerte, equilibrado y sostenible. El crecimiento global ayudará a duplicar las exportaciones estadounidenses en los próximos cinco años, lo que ofrecerá apoyo a varios millones de empleos en Estados Unidos, una meta clave de la iniciativa de exportación del presidente. El G20 es fundamental para asegurar ese crecimiento global y tres prioridades deben estar en el centro de nuestra agenda en Toronto.

Primero, el G20 debe continuar trabajando en conjunto para asegurar la recuperación mundial que con tanto empeño ha logrado. Debemos asegurarnos de que la demanda mundial sea tanto fuerte como equilibrada. Aunque Estados Unidos fue la mayor fuente de demanda para el crecimiento económico mundial antes de la crisis, a partir de ahora la demanda mundial debe descansar en muchos pilares. Por ese motivo, el G20 debe apoyar el programa de reforma de Europa y la financiación que Europa y el FMI proporcionarán a países que hacen frente a graves problemas fiscales. Hay un amplio consenso respecto de la importancia de la sostenibilidad fiscal, pero el momento preciso y la secuencia de esa consolidación podría variar entre los distintos países y debe calibrarse para mantener el impulso de la recuperación del sector privado.

Los países deben poner en vigor planes coherentes que estabilicen los niveles de deuda respecto del PIB y establecer un ritmo de consolidación que fortalezca el impulso del crecimiento. Tenemos que demostrar un compromiso con la reducción de los déficits a largo plazo, pero no a expensas del precio del crecimiento a corto plazo. Si no se produce crecimiento ahora, los déficits aumentarán más y socavarán el futuro crecimiento.

Las economías emergentes pueden contribuir a reforzar la recuperación global al fortalecer las fuentes internas de crecimiento y permitir mayor flexibilidad en sus tasas de cambio. Acogemos de buen grado la reciente decisión de China de hacer esto y esperamos con interés su enérgica aplicación.

Segundo, tenemos que acelerar los esfuerzos dirigidos a establecer un marco mundial para la reglamentación financiera. Aquí en nuestro país estamos al borde de concluir una de las reformas financieras más amplias en más de 70 años. Esta reforma frenará la toma de riesgos excesivos, reducirá el apalancamiento, reformará la remuneración, protegerá al consumidor, proporcionará transparencia y más competencia a los mercados de derivados, tratará el problema de las compañías que son demasiado grandes para fracasar, y se asegurará de que el contribuyente no cargue con los costos cuando las empresas fracasen.

El mundo debería recibir de buen grado la noticia de que Europa proporcionará mayor transparencia a su sistema bancario, lo que crea mayor impulso para la labor del G20 dirigida a que todas las instituciones y mercados mundiales adopten un sistema de reglamentaciones más transparente. Es decisivo que alcancemos un acuerdo internacional para reducir el apalancamiento y aumentar los requisitos de capital, lo cual mejoraría tanto la cantidad como calidad del capital. Si bien las nuevas medidas han de implantarse paulatinamente para no interferir con el flujo de crédito, el establecimiento de estas normas ahora puede ser una importante fuente de certeza y confianza.

Tercero, tenemos que lograr progreso en lo que respecta a otros problemas mundiales que son esenciales para la futura seguridad y prosperidad en el mundo. Junto con nuestras actividades dirigidas a establecer los nuevos cimientos del crecimiento económico, debemos continuar con nuestro compromiso común para aumentar el nivel de vida en los países en desarrollo y hacer inversiones inteligentes en aspectos como el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.

Además, debemos abordar el urgente desafío de nuestras necesidades energéticas, como el actual desastre en el Golfo [de México] ha dejado claro. En Pittsburgh, los países del G20 convinieron en eliminar paulatinamente los ineficaces subsidios a los combustibles fósiles. Estados Unidos ha explicado cómo tiene previsto alcanzar esta meta e instamos a otros países del G20 a que demuestren su compromiso con este objetivo esencial detallando la manera y el momento en que tienen planeado eliminar políticas que puedan estimular el consumo excesivo de combustibles fósiles.

En esta nueva era en que los mercados emergentes representan dos tercios del crecimiento mundial, la actuación concertada del G20 es la única manera eficaz de afrontar los desafíos que se nos presentan. Cuando los líderes del mundo lleguen a Toronto, debemos renovar el sentido de propósito común y urgencia colectiva que han servido al mundo de tan buena manera durante el pasado año y medio.

(El Sr. Geithner es secretario del Tesoro. El Sr. Summers es director del Consejo Económico Nacional).

(termina el texto)

[Fuente: Por Timothy Geithner y Lawrence Summers, Departamento de Estado, Washington, 24jun10]

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