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27mar20


El fiasco de los test pone en la diana el mando único de Sanidad y al ministro Illa


El PP y las comunidades en las que gobierna, con Madrid a la cabeza, lo tienen claro: el mando único de Sanidad es "una rémora" para afrontar la crisis del coronavirus o, en el mejor de los casos, "tiene que mandar" de verdad. Los test comprados en China a un vendedor no homologado y que dan "falsos negativos" han sido la gota que ha colmado un vaso que se ha ido llenando con unas "órdenes confusas" sobre incautaciones de material que el propio ministerio tuvo que matizar, que ha creado un "cuello de botella" en proveedores y que ha dejado --según denuncian desde el Ejecutivo madrileño-- a "comunidades como Madrid desabastecidas o con entregas a cuentagotas". El PP exige "consecuencias" y pone en la diana al ministro.

El líder de la oposición, Pablo Casado, apenas unas horas después de un debate surrealista en el Congreso que acabó a la una de la mañana, ha exigido explicaciones a Pedro Sánchez por el caso de los test falsos: estamos ante una "irresponsabilidad" que debe tener consecuencias. "Sánchez debe explicar por qué el Gobierno no ha validado los test que ha comprado y que no funcionan".

Según ha publicado la 'Cadena Ser' este viernes, el Gobierno compró realmente más de 50.000 unidades de test rápidos defectuosos para la detección del coronavirus, en vez los 9.000 que señalaron este jueves tanto el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como el portavoz Fernando Simón. Sin embargo, solo se entregaron la primera parte del lote, los 9.000, mientras que el resto de pruebas se retiraron incluso antes de ser distribuidas a España.

Casado aumenta el tono de la crítica y apunta a Illa por el fiasco de los test: "Estamos ante una irresponsabilidad que debe tener consecuencias"

La denuncia en las redes sociales de la embajada china en Madrid, aclarando que las autoridades del ministerio habían comprado los test del coronavirus a un vendedor no homologado por el Gobierno de Pekín, deja en evidencia la gestión del ministerio que dirige Salvador Illa y que desde el decreto del estado de alarma ha asumido el mando único de la Sanidad. Y lo hace, precisamente, solo unos días después de que el propio presidente del Gobierno anunciara desde Moncloa la compra de "test fiables y homologados. Esto es muy importante: la homologación, porque deben contar con todas las garantías sanitarias", enfatizaba el pasado día 21 Pedro Sánchez en su comparecencia.

El enfado del PP con el ministro no hace más que ir en aumento. Según confirman fuentes del Ejecutivo madrileño, desde el ministerio "nos dieron hace días 9.000 test sin haberlos validado" y "gracias a la prudencia de la Consejería de Sanidad regional, no se hizo una distribución masiva al detectar que no eran viables". Según las mismas fuentes, apenas se han usado. "Los test no valen, por su baja sensibilidad, para hacer 'screening' poblacional, y con los sanitarios, que era nuestra primera idea. El problema de estos test es que dan muchos falsos negativos. Muchos pacientes que teniendo la PCR positiva para la enfermedad dan negativo en el test".

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha confirmado este viernes que la cantidad suministrada fue de 9.450 pruebas en total y que, efectivamente, "no estaban validados", un material que ha dado 70% de falsos negativos tras ser comprobado en laboratorio y "en el campo de batalla".

El enfado es indisimulado en el Gobierno de Madrid con Sanidad: "Nos dieron 9.000 test sin haberlos validado y detectamos que no eran viables"

La presidenta Isabel Díaz Ayuso volvía a culpar este miércoles, tras el Consejo de Gobierno, al mando único de Illa de "formar un cuello de botella" en el aprovisionamiento y reparto de material sanitario de protección. Y no solo con los test: mascarillas, batas, respiradores, termómetros. El principal partido de la oposición tiene muy claro que "ser leal no es quedarse en la inacción", y ven en Illa al culpable político de que no llegue el material que necesitan los sanitarios españoles, con unos índices de contagio alarmantes.

Según las fuentes consultadas en la mayoría de administraciones autonómicas, el problema fundamental es la escasa experiencia actual del ministerio en las compras y en las redes de proveedores, porque desde hace años las competencias están transferidas "y somos las comunidades autónomas las que acudimos a los mercados y tenemos los contactos", insisten desde una de las autonomías gobernadas por el PSOE.

La impericia de Sanidad

"Por eso se han tenido que meter otros ministerios a ayudar, especialmente Hacienda --dicen fuentes del Gobierno madrileño--, porque Sanidad se vio desbordada por la centralización de compras... Y eso hizo que la semana pasada perdiésemos mucho tiempo sin material. Muchos países nos han adelantado ahora con macropedidos a China". Lo cierto es que el Gobierno madrileño, que había prometido la llegada de dos aviones desde el gigante asiático con material sanitario por valor de 24 millones de euros, aún no sabe cuándo podrá tenerlo. De los aviones no hay aún ni rastro, y la entrada en el mercado de EEUU desde hace unos días, pagando en metálico, ha disparado los días de espera y los precios, como confirman varios distribuidores españoles.

Desde Andalucía, el Gobierno de PP y Cs también admitió que la compra fallida de test no homologados por China repercutirá en la comunidad y confió en que no retrase las unidades que están pendientes de recibir para multiplicar las pruebas. El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, fue claro al lanzar una reclamación: "El mando único tiene que mandar". Andalucía quiso seguir cerrando filas con el Gobierno y pospuso sus críticas a que pase la crisis. La Junta fue la primera en reclamar por carta a Sanidad 150.000 mascarillas que le habían incautado y que tenía comprometidas para sus hospitales.

Se repiten las quejas

"Lealtad y arrimando el hombro. Ahora sí, ese mando único tiene que mandar", señaló Bendodo, que pidió que sea el Gobierno el que articule "una línea de solidaridad entre comunidades" y que las dote de material. "El material que necesitamos el Gobierno lo sabe perfectamente, y esperamos que no llegue con cuentagotas", señalaron desde Andalucía, la misma queja que se repite en Madrid. "Es absurdo que las comunidades tengan que competir entre ellas incluso en precios. El Gobierno tiene que articular la solidaridad y decidir las compras, y tiene que organizar también una gran compra que evite la competencia", exigió Bendodo.

Las críticas, veladas o más directas, se repiten en muchas autonomías, no solo del PP, y la mayoría ha decidido buscar el material por su cuenta

Las críticas en mayor o menor medida se han producido en otras comunidades, desde el País Vasco --donde Ortuzar criticó el papel "centralizador" del ministerio-- a la Comunidad Valenciana, que se movió para efectuar sus compras porque, en palabras de Ximo Puig, los esfuerzos del ministerio "son insuficientes". Una crítica que se exacerba en los territorios donde gobiernan los populares, que tienen claro quién es ya la principal cabeza política a cobrarse. "El ministerio y su mando único --insisten desde el PP-- nos ha complicado pedidos que teníamos desde hace muchos días. Y el material apenas llega. Y en esta guerra, cualquier retraso cuesta vidas".

[Fuente: Por Alberto Pérez Giménez e Isabel Morillo, El Confidencial, Madrid, 27mar20]

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