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13nov15


Alemania sigue pagando pensiones de la División Azul


La propaganda franquista viraba su discurso con el paso de los años. Elogiaba e imitaba a los fascismos en Europa cuando el saludo a la romana estaba de moda, pero no dudaba en esconder el brazo en alto cuando daba la bienvenida a Mr. Marshall. El águila de San Juan se asemejaba más a una veleta según cambiaba el panorama internacional, una maniobra de supervivencia de un régimen que vencía, pero no convencía, tal como Unamuno había predicho.

En un territorio prácticamente devastado tras tres años de guerra civil, el gobierno franquista debía asentarse con un poder que no sólo venía de la victoria de las armas. La población española vivía sometida, con más o menos gusto, a un régimen político de simpatía fascista que parecía relamerse ante la aparente victoria del Eje en la contienda mundial. Alemania e Italia habían prestado su ayuda al general Franco en su "sagrada cruzada" mediante armamento y tropas como la Legión Cóndor alemana o la CTV italiana y una vez estallada la Segunda Guerra Mundial, había que devolver el favor.

Con el famoso encuentro de Hendaya entre Hitler y Franco (1940) se pretendía acordar de qué manera España intervendría en el conflicto mundial. En las exigencias había peticiones inaceptables por ambas partes que llevaban a no alcanzar ningún acuerdo en concreto. España se mantenía fuera de la guerra de momento, pero dejaba claro su firme apoyo al III Reich. Esto se materializaba en la creación de una unidad de voluntarios españoles que se integraba en la división de infantería de la Wehrmacht.

La División Azul

La Blaue Division (División Azul) consistió en un pelotón heterogéneo de 50.000 soldados españoles que entre 1941 y 1943 marcharon contra la Unión Soviética en el frente del Este. Falangistas y adeptos del bando nacional eran los más comunes, aunque también se encontraban republicanos que buscaban la redención de sus familias o simplemente personas que buscaban otro sueldo en tiempos de miseria.

Los altos mandos del franquismo justificaron el ataque a Rusia culpabilizándola de los males de España durante los años treinta que desencadenaron en una cruenta guerra contra el comunismo. La demonización de los rusos inspiro a los españoles que tenían muy reciente la contienda civil y pretendían devolver la visita a los soviéticos al grito de ¡Rusia es culpable!

    ¡Rusia es culpable!

    "Camaradas: no es hora de discursos. Pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador. Y de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa."

    Ramón Serrano Súñer, 24 de junio de 1941

Las exigencias alemanas limitaban la entrada a la división únicamente a soldados profesionales, pero al final cedieron y se abrió a unidades voluntarias a cambio de que fueran instruidos por oficiales del Ejército español.

    La División Azul se utilizó para reforzar al grupo norte, frente de Novgorod (1941-1942) y frente de Leningrado (1942-1943). Con el viraje de la guerra y las presiones de las potencias europeas, Franco decide repatriar a los voluntarios. Algunos se negaron a volver y se reintegraron en divisiones alemanas como las Waffen-SS.

Tras la guerra

Con el fin de la contienda, la dictadura franquista quedaba en evidencia. La figura de un dictador recordaba demasiado a Hitler y a Mussolini, y la colaboración de España con el Eje mediante la División Azul provocó el aislamiento como condena internacional hasta el ingreso de España en la ONU en 1950 y los posteriores acuerdos con Estados Unidos en 1959.

Tres años después, en 1962, España firmaba con la República Federal Alemana un acuerdo por el cual los alemanes pagaban pensiones a los españoles que habían resultado heridos durante su cooperación en la División Azul y los españoles hacían lo mismo con las viudas de los alemanes que participaron en la Guerra Civil Española.

Actualmente un total de 41 excombatientes, ocho viudas y un huérfano, se siguen beneficiando de estas pensiones como así ha denunciado el diputado alemán Andrej Hunko perteneciente al partido Die Linke. El izquierdista ha calificado de escándalo que se siga recompensando a personas que participaron en el horror nazi, a lo que el ejecutivo de Merkel ha contestado que no se pretende poner fin a esta política, puesto que en 1998 se realizó un estudio donde se cercioraban de que los beneficiarios de dichas pensiones no habían cometido crímenes contra la humanidad o atentado contra los Derechos Humanos.

El gobierno alemán destina un total de 107.352 euros anuales que se reparten de la siguiente manera: 5390 euros son destinados a las personas que sufrieron alguna herida durante la contienda, 3336 euros para las viudas y 220 euros para el único huérfano. El ejecutivo alemán no ha revelado las identidades de los beneficiarios y, a pesar de lo polémico del asunto, parece que no va a suponer más problemas.

[Fuente: Por José Ángel Rioja, El Confidencial, Madrid, 13nov15]

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Impunidad y crímenes franquistas
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