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25sep12


La protesta Rodea el Congreso deriva en enfrentamientos y cargas policiales


Al menos veintiséis personas fueron detenidas y medio centenar resultaron heridas en la jornada de protesta convocada este martes bajo el lema "Rodea el Congreso", en la que se registraron cargas policiales cuando varios jóvenes intentaron traspasar las vallas que protegen la sede de la Cámara Baja. Los choques con la Policía comenzaron en torno a las 19.00 horas en la Plaza de Neptuno de Madrid, donde, según cálculos policiales, en esos momentos se concentraban alrededor de 3.000 personas.

Hasta entonces, la protesta, en la que posteriormente la Delegación del Gobierno ha cifrado la participación en unas 6.000 personas, se había desarrollado de forma pacífica. Varios cientos de personas se habían concentrado a mediodía en los dos puntos de encuentro designados por los convocantes de la protesta, en la Glorieta de Atocha y en la Plaza de España, y, tras celebrar sendas asambleas informativas, han comenzado a marchar a las 17.30 horas en dirección al Congreso, protegido por un dispositivo de más de 1.300 policías desde anoche.

Miles de manifestantes rodearon el Congreso

Miles de manifestantes llegaron a partir de las cinco y media de la tarde hasta el cordón policial que rodea el Congreso de los Diputados. Los miembros del #25S, muchos menos de los esperados, protestaron en los aledaños de una Cámara Baja que estuvo blindada por un fuerte dispositivo policial desde primera hora de la mañana. "Queremos que esos que trabajan ahí con traje y corbata sepa que no tengo trabajo y que pronto no tendremos ni qué comer", aseguraba a este diario Juan, un trabajador de la construcción al que se le agotará la prestación por desempleo en diciembre. A las seis en punto de la tarde, el presidente del Congreso, Jesús Posada, abandonaba durante un minuto el salón del pleno por la carrera de San Jerónimo para comprobar 'in situ' que la manifestación no tiene un seguimiento masivo.

Mientras alguno de los manifestantes se encaraba con la Policía, que cortó todos los accesos a las instalaciones, los diputados debatían en el pleno, pendientes de lo que sucedía en el exterior. "Querer tomar el Congreso, querer modificar o influir en la voluntad de los legislaores buscando un cambio de régimen político es una clara voluntad involucionista que tiene que ver con un golpe de Estado", añadía Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno.

Los congregados portan carteles como "Ministerio de Trabajajajaja", "Se vende España", "El próximo parado que sea un diputado" o "La voz del pueblo no es ilegal". Uno de ellos, se acercó a un antidisturbio y, con las manos en alto, le recordó que "no queremos violencia, a vosotros también os recortan". Los manifestantes parecían que no estaban organizados, ya que cada uno portaba su propia reivindicación. El único detenido hasta las seis de la tarde fue un hombre de mediana edad que llevaba una bandera del sindicato de Sánchez Gordillo y que saltó la valla policial.

Los policías, acompañados de decenas de furgones policiales, perros y caballos, argumentaban que quieren evitar lo que se denomina una toma "virtual" del Congreso: que alguien consiga sortear los cordones, hacerse una foto en el interior de las instalaciones y compartirla por las redes sociales.

La mayoría de Sus Señorías no quisieron hacer declaraciones a los medios sobre si estaban de acuerdo o no con el derecho de manifestación de los ciudadanos a las puertas del Parlamento español. Solo alguno, como el popular Esteban González Pons, defendía la legitimidad de protestar y manifestarse, aunque no compartía que utilizasen "el Congreso de los Diputados para coaccionar". Los diputados de Izquierda Unida acudieron a la manifestación. El más joven, Alberto Garzón, criticaba la acción del ministerio del Interior de acordonar el recinto con unos 2.500 policías, y a las cinco de la tarde abandonaba el Parlamento, previsiblemente para acudir a la manifestación. "Va a ser pacífica. El Gobierno tiene miedo", reconocía en la Cámara Baja.

Por la mañana, varias unidades policiales obligaron a los conductores de varios autobuses a detenerse para pedir la identificación de sus ocupantes. Al mediodía, unas mil personas comieron en Plaza de España y en el Paseo del Prado. Allí mismo se sucedieron varias charlas informativas que insistían en "no utilizar la violencia" en ningún momento. En el Paseo del Prado, el economista Carlos Taibo se dirigió a los manifestantes, y habló de recuperar la autogestión y de la responsabilidad que la sociedad actual tiene "con las "generaciones venideras y el estado del bienestar".

Dos manifestaciones que confluían alrededor de la Cámara Baja

En los alrededores de la Cuesta de Moyano se concentraron numerosos manifestantes que participarán en dos de las manifestaciones autorizadas por la Delegación del Gobierno. La tercera, por la Carrera de San Jerónimo y que debería rodear el Congreso, está prohibida.

Los agentes retuvieron durante una hora en la localidad madrileña de Getafe un vehículo procedente de Granada para identificar a sus ocupantes y, según relataron varios manifestantes a Europa Press, otros autobuses como los procedentes de Zaragoza y Barcelona también se vieron sometidos a estos controles de seguridad.

El diputado de IU por Valencia y portavoz de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en la Comisión de Interior del Congreso, Ricardo Sixto, se quejó del "acoso policial" que a su juicio supone el despliegue de seguridad montado en los alrededores de la Carrera de San Jerónimo frente a las manifestaciones convocadas con los lemas Ocupa o Rodea el Congreso. "El personal va con el carné en la boca", sostiene.

Según relató en la red social Twitter, en el primer control policial ya tuvo una discusión con uno de los policías porque pedirle la identificación sin que el agente mostrara su número de placa. "Le digo al policía que él no lleva su número, me lleva aparte, se abre chaleco, me lo enseña y me pide que corresponda", contó el diputado.

Tras superar ese control en la calle, se le volvió a pedir la identificación a la entrada del edificio. "Esto es increíble, un acoso continuo -se queja-. El personal va con el carné en la boca. Un estado policial es algo muy parecido. Dentro del Congreso hoy no siento seguridad sino claustrofobia. ¡Qué ganas tengo de salir a la calle!".

Por su parte, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón dijo que si se rodeaban los alrededores del Congreso de los Diputados, tal y como estaba previsto, se estaríaproduciendo "directamente" una agresión al sistema democrático de España. En declaraciones a TVE, recogidas por Europa Press, Gallardón destacó que "si lo que se produce es una agresión, lo que se está produciendo es una agresión directamente a nuestro sistema democrático". Asimismo, explicó que con esta acción lo que se está haciendo es "descalificar el sistema de voto", que es la razón "por la que nos sentamos allí los diputados", dijo.

[Fuente: El Confidencial, Madrid, 25sep12]

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