México D.F. julio 23, 1999.
México: Mensaje de la Relatora Especial de la ONU, Asma Jahangir
Agradezco al gobierno de México haberme invitado y haberme brindado esta oportunidad para conocer el verdadero México, la riqueza de México: su pueblo. Me ha impresionado si calidez y su genuina voluntad de hacer de México una sociedad progresista. Durante mi misión, pude reunirme con todos los funcionarios de gobierno con quienes había expresado el deseo de consultar. Me recibieron a puertas abiertas. Tuve plena libertad de viajar y de reunirme con grupos y particulares de todos los matices de opinión, incluidos miembros de todos los principales partidos políticos, periodistas, grupos de campesinos, ONG y abogados. Lo más importante, tuve un acceso amplio a la gente común de México.
Mi mandato me limita a informar sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias, o arbitrarias. México ha tenido la triste experiencia de ejecuciones en masa y casos particulares de ejecuciones. Las más notorias entre ellas son Aguas Blancas, Acteal, El Bosque y el Charco. Abordaré estos casos detalladamente en mi informe final. Sin embargo, la preocupación principal en relación con estas violaciones, amén de la tragedia que han causado, es la cuestión de la impunidad y la repetición de actos violentos como estos. Pese al deseo del Gobierno y las medidas tomadas para mejorar la situación, estas inquietudes persisten. La injusticia debida a la impunidad selectiva es una cuestión política en México. Es una cuestión que se discute desde las bases hasta los niveles más altos de la estructura del poder. Es un resultado de políticas y un sistema jurídico que falla. Al parecer, la política esta cambiando a favor de la justicia, pero el sistema jurídico cambia a un ritmo más lento que la voluntad política de aquellos en el Gobierno que quisieran ver impulsado el estado de derecho. Los marginados continúan siendo explotados en una situación de conflicto armado en el Estado de Chiapas donde los intereses de los poderes políticos son altos.
La impunidad depende de la influencia y de la posición del ofensor. Amigos míos, la impunidad prevalecerá a menos que cambie el sistema legal y político entero, a favor de los inocentes y de los desposeídos de esta sociedad. La impunidad no puede ser algo que se utilice para guardar las apariencias o por conveniencia política. La justicia tiene que ser equitativa para brindarle a las personas seguridad de vida. No somos solo unos cuantos en la comunidad internacional quienes nos preocupamos por México. Existen innumerables mexicanos -tanto en el gobierno como fuera de él- que están luchando en su propia manera para hacer a este país verdaderamente democrático. Serán finalmente los mexicanos quienes logren esto, y estoy segura que ellos depuraran esta sociedad de los males del pasado. He visto ejemplos de ello. Existen innumerables mexicanos que están preocupados y continúan trabajando arduamente hacia este objetivo.
México está en un momento crítico, el proceso de la democracia enfrenta varios retos. Las próximas elecciones son cruciales. Podrían promover la armonía o subrayar las polarizaciones políticas existentes. Por lo tanto, quisiera hacer las siguientes sugerencias:
1. Sería recomendable que el gobierno de México invitará a observadores internacionales a las próximas elecciones con el fin de darle legitimidad al proceso democrático.
2. La participación de las personas en cualquier sociedad que tiene culturas y lenguas diversas necesita de gobiernos locales que respeten los derechos humanos. Así mismo, instaría a las fuerzas políticas en México a considerar un método para ampliar la participación política a través de la autonomía de los estados y municipios.
Finalmente, quiero agradecer a cada mexicano que he conocido por su apoyo y la confianza que me han mostrado. A pesar de sus problemas, veo grandes esperanzas aquí. (Traducción no oficial. )
Este documento es publicado en la internet por Equipo Nizkor y Derechos Human Rights