Manual
Manual de Investigación Forense

INVESTIGACIÓN ANTROPOLÓGICA FORENSE. (1)

I. LA UNIDAD DE INVESTIGACIÓN

El equipo que se requiere para la investigación eficaz de las violaciones al Derecho Internacional Humanitario, debe ser multidisciplinario e interinstitucional. Es muy importante tener en cuenta que la investigación del crimen cometido, de los personas y eventos relacionados con él, no debe de ninguna manera ser interferida por ninguna autoridad pública o privada, en perjuicio de la misma.

Atender una investigación criminal cuando el móvil fue el delito común, es muy diferente de aquella cuyo móvil es mas bien el político, que involucra a una población civil determinada, que fue agredida y enterrada, y que probablemente dicha situación sea la expresión de algún tipo de violación a los derechos humanos o crimen contra la humanidad. Hay que tener en claro que éste, al parecer, simple hecho, hace la diferencia.

1.1. El equipo de investigación

Sus funciones básicas son las siguientes: analizar y organizar toda la información testimonial de cada caso, para desarrollar una estrategia que determine el tipo de intervención forense a realizar, con la finalidad de lograr su esclarecimiento, diseñando para ello un PLAN GENERAL DE INTERVENCIONES. Esto quiere decir, de otro lado, que no necesariamente todos los casos en los cuáles se han violado los derechos humanos serán resueltos mediante una aproximación forense.

Una vez que la estrategia de intervención haya sido establecida, deberá definirse el tipo de evidencia que será recuperada, al igual que los medios que conduzcan a la posterior identificación de las víctimas, con la finalidad de entregarlas a sus familiares. Para esta tarea el Equipo de Investigación deberá diseñar los formularios que permitan recolectar información sobre las características (físicas, ropa, objetos personales, etcétera) y atributos relevantes de las víctimas, que permitan individualizarlas, para luego contrastarlas con las que se recuperen durante el examen minucioso de los restos recuperados.

Es también tarea del Equipo de Investigación crear un cuerpo de informaciones que sirvan para la reconstrucción de la memoria histórica.

El Equipo de Investigación está conformado por especialistas de diversas disciplinas en el que pueden intervenir investigadores policiales, abogados, sicólogos, médicos legistas, patólogos, odontólogos, así como arqueólogos y antropólogos forenses, y otros científicos sociales. El equipo de investigación deberá tener acceso a todas las fuentes de información que el Estado y las organizaciones no-gubernamentales dispongan y deberá también contar con el apoyo logístico necesario en las áreas de transporte, comunicaciones, seguridad e intérpretes de lenguas quechuas y amazónicas que se requieran.

1.2. El equipo legal. Ministerio Público y Defensoría del Pueblo

Se encarga de la organización de los expedientes y de la información procesal que los casos requieren, ocupándose también de los testimonios, las pericias y los aspectos legales que sean requeridos para el desarrollo del debido proceso.

Están encargados de brindar asesoría profesional a los integrantes del equipo de investigación, para el correcto desenvolvimiento de las investigaciones, a los testigos, sean estos familiares o amigos de las víctimas y también, si fuese el caso, a los propios perpetradores que voluntariamente y por un compromiso moral y ético con la sociedad, tengan la voluntad de rendir su testimonio y aportar de esta manera al esclarecimiento de los hechos materia de investigación. No hay que descartar la participación de estos últimos y más bien hay que tratar de apelar a la fuerza ética y moral de la sociedad que reclama justicia y reparación.

El equipo legal puede estar conformado por abogados especializados o preparados en los temas que involucran la defensa de los derechos humanos, e informados, igualmente, de los alcances y avances de la ley internacional a este respecto.

1.3. El equipo de sicólogos

Para realizar un trabajo integral en el campo de la investigación forense, es necesario abarcar varios aspectos, siendo uno de ellos y muy importante a tener en cuenta, el tema emocional.

Es conveniente contar con un equipo de sicólogos para dar, por un lado, soporte emocional a los familiares y allegados de las víctimas, así como para mantener una vinculación profesional estrecha con el equipo forense y proporcionarle el apoyo necesario.

1.4. El equipo de investigación

Es un equipo multidisciplinario, conformado por los oficiales de escena del crimen, arqueólogos y antropólogos forenses, médicos legistas y/o patólogos y otros especialistas cuyo desenvolvimiento profesional está mencionado en los siguientes puntos que trata este documento.

A. EL EQUIPO DE EXHUMACIÓN.
La recuperación de evidencia forense. El protocolo de exhumación y el tratamiento de la evidencia

Una vez reconocidos los indicios que motivan la intervención científica en la investigación pericial forense, hay una serie de pasos a seguir que se debe tener en cuenta.

Es necesario evitar que los procedimientos de investigación, resulten inadecuados, lo cual puede ocurrir ya sea por falta de recursos y conocimientos o por la parcialidad de los organismos encargados de la investigación.

Se debe aplicar un protocolo que se ajuste a los principios existentes a nivel internacional para la investigación de estos delitos; de esta manera se evitará la pérdida de valiosa información y/o generación de información falsa. Es de suma importancia prohibir la exhumación de restos humanos a personas sin preparación alguna o escasa experiencia, pues la naturaleza, cantidad y calidad de la información obtenida dependerá del conocimiento de la situación del entierro y los criterios utilizados en su exhumación, como fruto de la experiencia acumulada por personal experto e idóneo.

Hay que recordar que la información que se reúne consiste en todos aquellos objetos y elementos físicos, orgánicos e inorgánicos, que por su presencia e importancia, se convierten en evidencias físicas que contienen información valiosa y relevante para la investigación en curso.

Por ello se debe conformar un equipo que trabaje desde diferentes disciplinas, los diferentes aspectos que involucran la parte preliminar de la investigación forense. Este equipo está constituido por aquellas personas que ingresan al lugar o lugares donde sucedieron los acontecimientos a recuperar y reunir todo tipo de información útil y relevante que coadyuve al desenvolvimiento claro y ordenado de la investigación.

No está demás mencionar que sólo el personal legalmente autorizado participa de las diferentes acciones a realizar. En ese sentido, todos los documentos producidos, así como todo lo recuperado durante el proceso de investigación se constituye en evidencia. Debe estar estrictamente resguardada y protegida de robos, alteraciones o destrucciones, que impidan o dificulten el desarrollo de la investigación. Garantizar su integridad es preocupación también de los responsables y de aquellos legalmente acreditados para la investigación pericial forense.

Todas las evidencias reunidas son tratadas como una unidad e integralmente, y si bien se analizan por separado, de acuerdo a sus particularidad morfológicas, físicas y estructurales, conforman en conjunto un cuerpo único e indivisible para los objetivos y fines de la investigación. Es decir, si bien pueden existir eventos que, ajenos a la investigación, han ocasionado la desaparición física, total o parcial, de algún "componente" o evidencia, su destrucción parcial, o su contaminación aleatoria, esto no justifica en ningún aspecto ni medida un tratamiento descuidado, inconveniente, acientífico, desorganizado y desordenado de aquello que aún queda y permanece como evidencia.

Es el ser humano el centro de atención de la investigación. Es decir, aquella o aquellas personas que son encontradas juntas, asociadas físicamente en un mismo contexto, que para este caso, se trata de fosas comunes o enterramientos múltiples. No está demás recordar que cada persona es de por sí importante para su familia, para la sociedad y por ende, para el Estado. Con derechos y obligaciones reconocidos por la ley, simplemente por el hecho de existir. Cada persona tiene una historia de vida, susceptible de conocerse, documentarse e incorporarse como evidencia y como información que nos permita acercarnos a ella y de acuerdo al caso, sacarla de su anonimato.

Por lo tanto, podemos afirmar que en cierta manera cada persona lleva a su enterramiento una serie de "informaciones" acerca de sí mismo, que con un trabajo sistemático, científico, ordenado y coherente se logra llegar a niveles de identificación muy claros y útiles para los fines que la investigación persigue. De ahí que es importante y fundamental mantener y garantizar la integridad y asociación de las evidencias, es decir del cuerpo en sí y sus elementos asociados (ropas, objetos personales, artefactos incluidos, entre otros).

La información reunida y organizada en los diferentes ámbitos de la investigación se consolida en un Informe o Protocolo que documenta la causa a seguir, con toda la serie de pruebas, testimonios, documentos gráficos, fotográficos, descripciones, evaluaciones de peritos de diferentes disciplinas, autopsias y estudios anatómicos correspondientes.

i. Procedimientos para la investigación y exhumación de sitios

La investigación de un sitio responde a un plan operativo trazado anteriormente, y que se encuentra inmerso en un Plan General de Intervenciones, el mismo que considera una serie de etapas en la investigación con base a una clasificación y priorización de los casos, ya sea en función del estado documental de los antecedentes (relatos, testimonios, evidencias, etcétera), ubicación regional, número supuesto de desaparecidos y con posibilidades de encontrarse en un sitio, posibilidades de formar parte de una investigación penal o cualquier otro factor que pueda determinar el grado de prioridad de un sitio.

Esta clasificación y priorización se debe tener en cuenta para la formulación de las etapas o campañas y en la elaboración de los lincamientos y necesidades de investigación.

Para la elaboración de este plan, se debe contar con las bases documentales preexistentes, la ubicación y características de las posibles áreas a intervenir, el reconocimiento de dichas áreas y el establecimiento de las necesidades para montar un centro de operaciones, bases, campamentos, requerimientos de transporte, equipos, maquinarias, herramientas, personal mínimo requerido, coordinaciones legales, coordinaciones de seguridad y tiempos estimados para la duración de cada campaña. Cuando se tiene planificado todo esto se puede proceder a la intervención.

Al llegar a la localidad a ser investigada, se deben hacer las anotaciones correspondientes de ubicación y acceso al lugar (tipos de acceso, poblados, caseríos más cercanos, ubicación política- distrito, provincia, departamento-), llenando la ficha respectiva (Ficha de Evaluación de Sitios) y poniendo especial cuidado en anotar correctamente el código asignado a dicha área. Luego se procede a la inspección minuciosa del área, determinando así sus características y el tipo de intervención que se requiere en ella.

Se debe considerar que un área puede al menos contener uno de un máximo indeterminado de sitios, cuya identificación es arbitraria. Un sitio representa un evento determinado en un área dada, por lo cual el área es susceptible de ser dividida en varios sitios.

Hay que definir el Tipo de Área y el Tipo de Evento que se desarrolló en el lugar. Para ello se puede contar con una lista existente de la cual se escogerá la descripción más cercana posible al sitio y área investigada. El uso de estas descripciones, no excluirá cualquier hallazgo hecho en el sitio, para lo cual y en aras de contar con una descripción lo más especifica posible, se pueden combinar las categorías existentes o utilizar una nueva, según sea el caso.

Tipo de Evento Tipo de Área
Incendio.
Lugares de detención o confinamiento.
Explosión(es).
Fosa común.
Tumba individual.
Tumba múltiple.
Restos humanos en superficie.
Sitios de ejecución.
Pozos.
Reentierros.
Entierros secundarios.
Otros.
Granjas, graneros, establos.
Cuevas.
Cementerios.
Fábricas.
Campos.
Chacras, haciendas.
Planicies.
Cerros.
Casas aisladas.
Áreas Militares, policiales.
Cuarteles militares, policiales.
Edificios públicos.
Tierras públicas o comunales.
Tierras privadas.
Edificios religiosos.
Caminos.
Tiendas.
Casas en poblados.
Terrenos baldíos.
Pozos.
Bosques.

Estos son algunos de los escenarios potenciales que se convierten a su vez en la escena del crimen. La escena del crimen es el lugar o lugares donde sucedieron los acontecimientos que llevaron a la desaparición física, temporal o permanente, de determinadas personas. Como tales, son escenarios plenamente identificables, medibles, describibles y analizables, susceptibles de ser registrados por diferentes medios, sean estos físico-químicos (muestras diversas y sus respectivos análisis), gráficos y fotográficos, descriptivos, documentales, testimoniales, etcétera.

De lo que se trata es de recuperar y salvaguardar toda la información correspondiente al o los espacios físicos en que sucedieron los acontecimientos que motivan la investigación, así como de los elementos que se incluyen y componen dicho espacio físico. Teniendo en cuenta desde el más mínimo detalle, en un escenario determinado puede existir evidencia física de un evento concreto, que, primero debe ser recuperado como tal (como evidencia física) y luego, analizado y estudiado buscando las explicaciones relevantes acerca de su causa u origen.

Un terreno removido, o la modificación parcial o total de una parte del paisaje, puede deberse tanto a causas naturales (geológicas, tectónicas, intemperismo, etcétera), como a eventos antrópicos o humanos, es decir debido a la intervención y actuación concreta de personas. Sea el caso que sea, debe estudiarse en cuanto a sus componentes materiales y sus asociaciones específicas, con el fin de identificar las causas que lo originan, con la mayor precisión que la ciencia permite.

ii. Identificación y registro de los sitios

Se trata de lograr la descripción pormenorizada, estudio y análisis del escenario en que se encuentran las evidencias, el mismo que debe contar con:

  • Ubicación geográfica.
  • Denominación o rótulo.
  • Mapeo y documentación gráfica. Sectorización.
  • Cobertura fotográfica y audiovisual.
  • Descripción del paisaje, del entorno geográfico y geomorfológico.
  • Diario de campo. Documentos y descripciones.
  • Embalaje. Cadena de Custodia.

iii. El proceso de exhumación

Una vez identificadas las áreas y sitios a intervenir, considerando que las áreas se dividen en sitios y los sitios generan casos, que se pueden definir como artefactos, cuerpos o partes de cuerpos, y que estos últimos pueden tener múltiples artefactos asociados a ellos, se procede a iniciar el proceso de exhumación, el mismo que deberá cumplir con los siguientes procedimientos de rigor:

I. Establecer la inexistencia de elementos que puedan considerarse como factores de riesgo y peligro para el normal desarrollo del proceso (ésto puede incluir la limpieza o desminaje del área si fuera el caso) y tomar las medidas de seguridad, control y vigilancia apropiadas para evitar complicaciones de cualquier tipo.

II. Proceder al llenado de las fichas y documentos de registro.

III. Efectuar el levantamiento topográfico del área.

IV. Efectuar el registro fotográfico y fílmico del proceso de exhumaciones (antes, durante y al finalizar el mismo).

Se debe tener especial cuidado en la manipulación, almacenaje, transporte, vigilancia y seguridad de los cuerpos, partes de cuerpos y artefactos recuperados, así como de la documentación escrita, gráfica y fotográfica de la misma, de tal forma que la integridad de la evidencia y la documentación en torno a ella se mantenga inalterada, bajo responsabilidad de aquellos que intervengan en la cadena de custodia; considerando que es a partir de estas evidencias e información, que se procederá a la identificación de los individuos y los eventos relacionados con su desaparición y muerte.

Con estas consideraciones se desarrollará el proceso de exhumación en sí.

Las exhumaciones pueden referirse tanto al caso de entierros individuales (fosas individuales), como a entierros colectivos (fosas comunes). Este último tipo de enterramientos, de acuerdo a la información existente, constituye la forma más común y numerosa para el caso peruano; pero no puede descartarse la existencia de fosas individuales.

La ubicación física de cualesquiera de las fosas se realizará a partir de las informaciones y testimonios existentes para los distintos casos, y de las observaciones in situ que el equipo de investigación efectuará.

Las investigaciones buscarán establecer si los enterramientos corresponden a entierros individuales o colectivos, si se trata de entierros primarios o secundarios, si dichos contextos se encuentran inalterados o disturbados (parcial o totalmente removidos).

La excavación de las fosas se realizará de acuerdo a los métodos y procedimientos de la arqueología y en concordancia con los criterios internacionalmente sancionados para la investigación forense, poniendo especial cuidado en los sistemas de registro documental, topográfico, gráfico, fotográfico y fílmico, que deberán aplicarse durante todo el proceso de exhumación, desde antes del inicio de la intervención, hasta finalizada ella inclusive.

A través de la excavación arqueológica se delimitará la forma, contorno y dimensiones de la fosa, su naturaleza y características, si fue elaborada manual o mecánicamente, si sufrió o no alteraciones de cualquier índole que pudieran comprometer su integridad y la de la evidencia asociada, si se trata de una o más fosas existentes en la misma área, es decir absolutamente todo lo relacionado a ella.

La remoción de tierras, piedras y/u otros elementos que constituyen la cobertura y/o relleno de la fosa, se realizará meticulosamente, tratando de registrar además de sus características, aquellos elementos que puedan proporcionar evidencia alguna sobre los eventos que allí tuvieron lugar. Además se tendrá especial cuidado en que la remoción mencionada no altere, mezcle o descontextualice los entierros y asociaciones que contenga la fosa.

Se pondrá especial empeño en la identificación e individualización de los cadáveres existentes y el establecimiento claro de las asociaciones o no de los artefactos encontrados en la fosa, si pertenecen o se relacionan con alguno de los individuos registrados, considerándose el tipo de información que pueda aportar al proceso de investigación, y precediéndose a efectuar el respectivo registro de cada uno de los individuos y artefactos, disponiéndose para ello de sus respectivos códigos o rótulos identificatorios, los que se mantendrán hasta el final de las investigaciones y permitirán distinguir un caso de otro.

Una vez identificados e individualizados los cuerpos, y efectuado el debido registro, se procederá a su levantamiento, colocándose, cuidadosamente, cada uno de ellos, en su respectiva bolsa para cadáveres. Para evitar la pérdida involuntaria de ciertos huesos, como en el caso de cabeza, pies y manos, éstos pueden disponerse en bolsas especiales para tal fin. Todos los elementos asociados recuperados en el cuerpo deben mantenerse junto a éste con sus respectivos rótulos.

Los artefactos localizados o encontrados cerca del cuerpo, pero que no puedan asociarse directamente a él, deberán ser aislados y registrados aparte, indicando en las observaciones información precisa acerca de su proveniencia.

Una vez finalizada la excavación de una fosa, se procederá a describir sus características y naturaleza, considerando la información relevante registrada durante el proceso mismo, delimitación de dimensiones, levantamiento topográfico, registros fotográficos y fílmicos, toma de muestras diversas (inclusive de suelos y componentes exóticos), etcétera. Como paso final se procederá a rellenar la fosa con aquellos materiales procedentes de su excavación y que no constituyen tipo alguno de evidencia (piedras, tierra, etcétera).

La evidencia recuperada, debidamente aislada e individualizada en bolsas, deberá ser almacenada y entregada al responsable de salvaguardar su integridad hasta que sea entregada para sus análisis y estudios respectivos. Así también, la documentación generada deberá ser parte de esta cadena de custodia y constituirá la base inicial de los trabajos de laboratorio o morgue.

B. EL EQUIPO DE MORGUE.
Los análisis y estudios de los restos humanos recuperados. El protocolo de morgue.

El equipo forense en la morgue está compuesto por un grupo de profesionales de
diversas disciplinas: médico legista, antropólogo forense, radiólogo, odontólogo forense, técnico en autopsia, fotógrafo forense y un oficial de escena del crimen (OEEC).

La morgue es el centro de la operación forense, por lo que debe contar con un local privado que garantice la seguridad tanto para las evidencias como para la base de datos. En esta etapa del trabajo no hay contacto directo con los familiares y testigos, para permitir y lograr su total independencia.

Toda morgue debe contar con una logística básica, como la sala de autopsia, área de radiografía con su respectivo cuarto oscuro para el revelado de las mismas. La sala paralela a la de autopsia debe contar con las siguiente zonas de trabajo: antropología, fotografía y odontología.

Para realizar un trabajo de autopsia en óptimas condiciones se necesita de los siguientes profesionales:

Médico Legista
Es el encargado y responsable de conducir la autopsia y de la organización del trabajo en la morgue o laboratorios acondicionados para este fin. Tiene la obligación de determinar el modo y causa de muerte, para lo cual se apoya en las informaciones que le provean los antropólogos forenses.

Antropólogo forense
Es de responsabilidad del antropólogo forense, en primer lugar, dar a conocer la edad, el sexo, y estimar la estatura de la víctima, patrón biológico, lateralidad, otros, así como realizar las reconstrucciones que sean necesarias para establecer los traumas, fracturas o trayectoria de bala, etcétera, así como discutir con el médico legista acerca de los rasgos que evidencian el posible modo y causa de muerte.

Odontólogo
En esta área el odontólogo forense deberá elaborar un odontograma para cada víctima. Se ha adoptado para los casos de los Tribunales Internacionales de Justicia, el odontograma de la INTERPOL, y se usa la terminología del FDI {Federation Dentaire Internationale).

Oficial Especialista en la Escena del Crimen (OEEC)
La principal función de los oficiales especialistas en la escena del crimen es la de colectar, registrar, examinar, analizar y almacenar adecuadamente la evidencia física recuperada en los cuerpos de las víctimas, al igual que de aquellos artefactos encontrados en la zona de exhumación o en la escena del crimen. Finalmente ellos son responsables de la cadena de custodia de todas las evidencias recuperadas, asegurando su integridad y no contaminación.

Las evidencias físicas están constituidas por todo aquel artefacto (billetera, reloj, medicinas, documentos, fotos, joyas, entre otros objetos personales, al igual que las balas, fragmentos de metal, madera u otro material ajeno al cuerpo, etcétera)
recuperado en los cuerpos de las víctimas, al igual que toda aquella evidencia recuperada en el lugar donde se realizó la exhumación, p.e. enterramientos clandestinos tipo fosas individuales o colectivas, tumbas superficiales, cementerios, etcétera.

Radiólogo
Antes de realizar una autopsia, el cuerpo deberá pasar por un aparato de Rayos X para observar todo elemento metálico (proyectiles, esquirlas, fragmentos de cuchillos, implantes y artefactos personales) de diverso origen y otros rasgos.

Técnico de autopsia
Es el encargado de ayudar al médico legista durante el proceso de la autopsia, en todo lo que se requiere para la preparación y análisis del cuerpo.

Fotógrafo
El fotógrafo forense es el que realiza el registro fotográfico documental y testimonial de todo el proceso de autopsia.

ORGANIGRAMA DEL TRABAJO

Sitio: Investigación preliminar

  • Exhumación de los cuerpos + aislar los artefactos
  • Detalles del Sitio
  • Registro de los cuerpos + artefactos
  • Registro de fotos

Detalles de la reconstrucción de las fosas

Traslado a la Morgue: los cuerpos + los artefactos

Morgue : Almacenar los cuerpos hasta que se comience el trabajo

Artefactos Restos Humanos
Artefactos
Limpieza
Archivarlos y fotografiarlos
Fotografiar las heridas y evidencias
Identificación presunta
Copias para la unidad de Identificación
Radiografía
Fluoroscopio + rayos X
Limpiar los restos
Fotografiarlos
Autopsia
Descripción de los restos
Causa de muerte, heridas

Examen antropológico
Edad, Sexo, Estatura
Numero mínimo de individuos

Tomar Muestras
ADN para identificación
Biológicas (para EPAF)
Ropa
Limpieza
Archivar y fotografiar

II. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación forense que se plantea propone dos momentos o etapas claramente diferenciadas (el desarrollo de las exhumaciones y el análisis de las evidencias acumuladas en el laboratorio y la morgue), los resultados de la misma deben formar parte de un Informe que integre la información obtenida en cada etapa.

Cada informe tratará sobre un caso específico investigado, pudiendo agruparse con otros en la medida que éstos se encuentren relacionados y arrojen datos pertinentes para esclarecer la ocurrencia de determinados eventos, así como aporten luces para la identificación de las personas desaparecidas y establecimiento de responsabilidades en torno a estos hechos.

Como parte de los informes se considerará, entre otras informaciones relevantes, los siguientes aspectos:

1. Antecedentes del caso: Que comprenderá toda la información existente con anterioridad en fuentes documentales y testimoniales sobre el caso en particular y aquella recuperada en el área misma. Contemplará todo aquello relacionado con los eventos y circunstancias que produjeronla desaparición de personas en dicha área, cantidades e identidades, como también aquella información conducente a la identificación de las víctimas.

2. Las exhumaciones: Aquí se describirá los métodos, técnicas y procedimientos utilizados en el desarrollo de las exhumaciones, características de los eventos registrados, la naturaleza de las evidencias recuperadas y conclusiones en torno a ellas.

3. Los análisis: Consistirá en la descripción de los trabajos efectuados en laboratorio y morgue, los procedimientos seguidos con las evidencias y conclusiones en torno a cada caso analizado. Así como la existencia o no de identificaciones positivas o presuntas en torno a las victimas y la propuesta de ulteriores análisis y estudios para lograr las identificaciones.

Estos informes parciales estarán a cargo de aquellas personas designadas como responsables para cada una de las etapas y deberán estar calificadas para representar y exponer las conclusiones a las que la investigación arribe.

Dentro del informe se mencionará además, todo el personal participante en cada una de sus etapas y sus respectivas especialidades y calificaciones profesionales, el marco jurídico en el cual se desarrollaron los trabajos, entidades patrocinadoras y financistas.

Toda esta información tendrá un sustento documental no sólo en las informaciones parciales proporcionadas por los responsables, sino también en aquella información generada a manera de diarios, fichas y protocolos, como parte de la investigación, que constituirán los expedientes que se organicen para cada una de las víctimas y en la información preexistente.

Toda esta información deberá ser entregada a las instancias involucradas en el esclarecimiento de la verdad, en relación a la desaparición de estas personas y será considerada como evidencia, no sólo para la identificación de las víctimas, sino también para aquellos procesos judiciales que se abran en torno a estas desapariciones.

III. UNA PROPUESTA DE INVESTIGACIÓN EN EL PERÚ

Se propone una estrategia que permita la organización de la investigación forense en el Perú para los casos de crímenes contra la humanidad,de violaciones al derecho internacional, y a los usos y costumbres de la guerra. Esta sección brinda elementos básicos para una estrategia de intervención desde el punto de vista de los requerimientos de la investigación forense y su contexto político, legal, humanitario, sus características técnicas y científicas.

Todo proceso requiere de dos elementos fundamentales: el primero referido a las garantías inherentes a él; y el segundo, a la articulación de una serie de instancias, organismos e instituciones que le den viabilidad, concentrados en un ente jurisdiccional único, que puede ser una Corte Especial, un Tribunal Nacional, una Comisión Nacional de la Verdad, etcétera.

3.1. Logística y gestión financiera.

Una vez elaborado el plan de acciones a realizar, se debe gestionar el presupuesto que asegure la continuidad de la totalidad de acciones, para garantizar el normal desarrollo de las mismas y el llegar a metas concretas.

Se trabaja con presupuestos anuales y con una Unidad Administrativa independiente y creada para este fin. Igualmente sucede con la Unidad de Logística, que debe contar con el presupuesto necesario para asegurar todos los insumos materiales necesarios para todas las partes comprometidas en la operación.

La gestión financiera requiere esencialmente la gestión de fondos y la negociación de contrapartes. Los trabajos de exhumación y de análisis de morgue requieren de un soporte logístico, de equipamiento e instrumental muy onerosos para cualquier institución aislada.

3.2. Unidad de investigación y documentación. La base de datos.

Esta acción requiere, en primer lugar, construir una base de datos que centralice y reúna toda la información relativa a los casos a tratar, muy actualizada y completa, ordenada, sistematizada y accesible para todos los equipos que intervienen en la investigación.

Los diferentes equipos de trabajo (legal, de investigadores, de sicólogos, de exhumaciones, de morgue) deben organizar su trabajo (la investigación y documentación inicial de los casos, archivos gráficos y documentales, verificación de testimonios y visitas de exploración, sectorización. clasificación y priorización, planificación de las campañas de intervención) y estar listos a intervenir e incorporar más información y casos según lo requiera la situación política y social y el avance de las investigaciones

3.3. Definición de los casos más información y casos.

Cada persona detenida-desaparecida constituye un caso en sí. Si bien los eventos alrededor de la detención-desaparición son variables, no tendríamos por qué asumir que tal o cual caso, algunas veces de mayor resonancia pública que otro, tiene prioridad. La selección de los casos es una etapa previa al comienzo de las campañas de exhumación y de morgue.

En el Perú, las cifras proporcionadas por diferentes organismos que trabajan este tema, en la sociedad civil y el Estado, aseguran que hay más de 5 000 detenidos- desaparecidos. Por lo tanto son 5 000 casos potenciales, agrupados o no según los contextos en que se sucedieron los eventos. Corresponde a los equipos de investigación que luego de organizar toda la información existente, establezcan las líneas de acción para hacer el seguimiento de los casos en los cuáles por ejemplo, en un mismo evento de detención-desaparición están involucradas treinta, sesenta o
una persona. Y que por lo tanto se puede discriminar información acerca de los sucesos ocurridos a grupos o individuos, en acciones u operaciones aisladas o sistemáticas, que han impactado a determinado conjunto poblacional. La ubicación y hallazgo de los restos humanos para la investigación de tal o cual caso, será facilitada por la obtención y organización de información oral de testigos, familiares de las víctimas y también de los propios perpetradores a los que se pueda interrogar para obtener más información.

Hay también casos en los que no será necesaria la búsqueda de los restos, pues fueron ejecutados extrajudicialmente y enterrados por los mismos pobladores, vecinos o familiares, en lugares conocidos. De asumirse casos de este tipo, habría que gestionar la autorización de los familiares o personas allegadas para la recuperación (exhumación) de los cuerpos con fines de investigación pericial en la morgue, pues si bien se sabe que fueron victimados, se requiere el "testimonio" físico de la prueba forense como argumento concreto del crimen cometido.

La selección de algunos casos requerirá de la reconstrucción de las campañas de enfrentamientos de ambos bandos y por lo tanto, poder contar con la información acerca de los tipos de operativos armados, de inteligencia, de control, la lista de desaparecidos así como de la ubicación de posibles fosas comunes, su concentración y dispersión en relación a los operativos.

Las coincidencias de fechas, testimonios entre operativos, detenciones-desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, los registros y diarios de control interno de los comandos en operación, registros administrativos, de logística y de movimiento de tropas, patrullas y de insumos de los almacenes de las bases militares implicadas en tales o cuales acciones materia de investigación.

Muchos de los centros de detención funcionaron en improvisadas bases militares en locales públicos y comunales (colegios, municipios, estadios) a los cuales llegaron los detenidos y donde fueron vistos vivos por última vez. El argumento utilizado oficialmente va desde que nunca estuvieron ahí recluidos, hasta aquel que indica que fueron liberados y que sus captores no son responsables de lo que sucedió después de esto. Así como fueron llevados a la fuerza en presencia de testigos, no hay un testimonio fuera del proporcionado por los captores que asegure su liberación. No está demás imaginar que de ser exterminados en los lugares de detención, algunos pudieron ser inhumados allí, protegiéndose los perpretadores en la jurisdicción militar territorial extracivil que dichos lugares ostentan con mucha rigidez.

Los sitios seleccionados se visitan para su verificación y evaluación, luego del cual se realiza la selección para iniciar los trabajos. Las campañas de identificación, descubrimiento y exhumaciones deben ser sistemáticas, constantes y permanentes, para asegurar la evaluación e investigación, en lo posible, del total del universo en cuestión.

Es necesario retomar casos cuya investigación se encuentra detenida o archivada, e iniciar otros aún no documentados y que sean de importancia para el país, tales como el "Frontón" 1983, "Gayara" fosa común 1988, "La Cantuta" 18 de julio de 1992, "Barrios Altos" noviembre de 1991. Ocros, 1997, Embajada de Japón, 1998, Paso del Danubio, 1999 y los casos pendientes en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

3.4. La operación forense

Los reconocimientos preliminares

Se realizarán a partir de la verificación de los testimonios reunidos, con la finalidad de comprobar la existencia física de enterramientos o de los diferentes escenarios que se produjeron alrededor de la detención y desaparición de las víctimas. Desde el punto de vista logístico, ayuda a hacer la evaluación de las características, necesidades y requerimientos básicos para una intervención forense.

Lo que se busca es hacer una identificación preliminar de los escenarios del crimen, su exploración, descripción y la realización de toda la serie de operaciones técnico- científicas que hemos mencionado.

Los reconocimientos pueden incluir la realización de cáteos prospectivos o de prueba, a fin de detectar la presencia de restos humanos o indicios asociados a ellos, en los lugares señalados durante las investigaciones. Esta es una manera de verificar con alto grado de certeza la presencia material de evidencia física concreta de los crímenes cometidos.

Las exhumaciones y el trabajo en la morgue.

Luego se establece un plan operativo general para la intervención en el sitio, dándose inicio así a la campaña de exhumaciones. A la vez se organiza la implementación de laboratorios, equipo y personal para los estudios y análisis en la morgue, los que se realizan una vez recuperados los primeros restos humanos.

Cada operación forense puede referirse a uno o más casos y la investigación de cada uno de éstos puede requerir el desarrollo de varias campañas de intervención. La cadena de custodia se inicia desde el momento en que se seleccionan los sitios a intervenir, asegurándose las garantías especiales para la preservación de su integridad (acordonamiento y señalización) y seguridad. Igualmente, para el inicio de los trabajos, es necesario contar con una custodia que garantice la salvaguarda de la evidencia, la seguridad de los expertos y la protección de los equipos de trabajo.

Se requiere también, simultáneamente a la operación, el asesoramiento legal, psicológico y educativo para los familiares y la población en general.

La operación debe ser supervisada permanentemente por las instancias designadas, para garantizar la probidad, imparcialidad y calidad de la misma. Sin embargo, el acceso público a la información física y documental es restringido por el carácter de prueba que tiene en sí.

Cabe mencionar que en la realización de los operativos forenses podemos tener en cuenta dos modalidades no excluyentes:

- una, de aquellos que están establecidos en el plan de intervención previamente acordado;

- y otra, igualmente importante, referida a aquellas intervenciones que surgen a raíz de denuncias espontáneas de la población y que son asumidas por el equipo de investigación o la instancia y autoridades acreditadas para este fin.

Esto hace necesario un soporte logístico adecuado y recursos económicos suficientes. El financiamiento de las campañas de campo y morgue no son procesos que se puedan dejar sin finalizar y sin llegar a sus objetivos por falta de financiamiento. Por lo tanto requieren de un plan de gestión financiera que asegure la integridad del proceso.

La devolución de los cuerpos a los familiares y su reparación social

Esta parte, que se realiza única y exclusivamente cuando se ha logrado identificar fehacientemente a las víctimas recuperadas, incluye varias acciones. En primer lugar, se trata de la devolución a los familiares y seres cercanos, los restos materiales de las víctimas y sus propiedades personales.

Una vez realizado este primer paso, se tiene que haber considerado la necesidad de las reparaciones civiles y el apoyo y asistencia del Estado a las familias ante la pérdida de uno de sus miembros, el reconocimiento y las disculpas públicas del Estado a los afectados por la violencia y la seguridad de no recibir presiones o "revanchas" posteriores.


Nota:

1. Este documento ha sido elaborado por el Equipo Peruano de Antropología Forense.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 02oct02
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