Indice Volumen I

Colombia Nunca Más


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Puerto Berrío


El Gamonalismo Exterminador

1. Formación Económica

Tiene una extensión de 1184 kilómetros cuadrados y una población, en 1992, de 30.000 habitantes los cuales se distribuyen 22.000 en si área urbana y 8.000 en la rural. Es el mayor centro de servicios de la región y presenta los más altos porcentajes de vivienda con servicios básicos.

El desarrollo económico de Puerto Berrío está íntimamente ligado a la construcción del ferrocarril; con los trabajos del ferrocarril llegaban los colonos que a partir de pequeñas aperturas de tierras, iban dando origen a un proceso incipiente de poblamiento que se extendió hasta 1930. Esta situación fue aprovechada por comerciantes antioqueños a quienes les fueron adjudicadas grandes extensiones de tierras adyacentes a las redes ferroviarias, dando origen a la formación de grandes haciendas ganaderas.

Para este proceso de formación de haciendas, particularmente las de ganadería extensiva, se utilizó el sistema de tos colonatos, esto es, un sistema por medio del cual se entregan tierras vírgenes a los colonos para que en dos o tres años, después de sacarles varias cosechas, las devuelvan sembradas de pastos al hacendado ganadero. También se dieron procesos de colonización por contrato, en aquellos casos en que individuos favorecidos con adjudicaciones por parte del Estado, contrataban un cierto número de trabajadores para hacer el desmonte y sembrar pastos. (1)

En el municipio de Puerto Berrío la formación de haciendas fue promovida por la actividad de grandes comerciantes de las ciudades de Medellín y Rionegro, que recibieron concesiones otorgadas por el Estado Soberano de Antioquia en las tierras del Ñus de más de 200.000 hectáreas de terreno, dando origen a una economía basada en la gran propiedad de la tierra para la explotación de la ganadería extensiva. Con e! paso del tiempo fueron ampliando las extensiones de sus fundos.

En esta etapa inicial los propietarios de las tierras vinculaban a trabajadores solos o con sus familias y con el producto de su trabajo se adecuaban anualmente entre 10 y 50 hectáreas de tierra en selva o monte, con lo cual se iban extendiendo o consolidando las propiedades. La apertura y colonización de dichas tierras se realizó con base en el trabajo tipo jornalero - hachero que trabajaba por contrato; después de dos años el propietario disponía de varias hectáreas en potreros y el grupo de hacheros debía seguir monte adentro repitiéndose el ciclo de adecuación de tierras ajenas, o en terrenos del mismo o de otros terratenientes. Colonos y trabajadores no podían establecerse en las haciendas pues al final del ciclo estaban obligados a abandonarlas. (2)

Un segundo momento de la conformación de territorios ganaderos será de 1950 en adelante a expensas de las parcelas mejoradas por los emigrantes de las regiones donde la violencia bipartidista fue más álgida. Dichos emigrados fueron la punta de lanza de la colonización en tierras selváticas y baldías. Los municipios de la región con un alto porcentaje de tierras privadas destinadas a la ganadería se encuentran ubicados en la región sur: Puerto Berrío, Puerto Triunfo, en Antioquia, Cimitarra en Santander, Puerto Boyacá en Boyacá, La Dorada en Caldas y Puerto Salgar en Cundinamarca. (3) Entre un cincuenta y sesenta por ciento del total del área regional está destinada a la ganadería.

Desde finales de la década de los 60, el narcotráfico empezó a instalar allí sus bases. Para los años 70 las fortunas provenientes del negocio empezaron a ser invertidas en la compra de tierras, fortaleciendo la tendencia a la concentración de ésta.

En 1975, algunos medios de prensa hablaban de la presencia de narcotráfico en la región. Según la revista Alternativa Nro. 44, de agosto de 1975, Jaime Builes, traficante de marihuana y cocaína, contaba entre sus múltiples bienes con latifundios en Puerto Berrío.

La inserción del narcotráfico en la región se hizo mediante alianzas con los propietarios tradicionales, con quienes se unieron en la cruzada antisubversiva. Esta alianza a la que se sumó el Ejército se concretó en el Movimiento de Renovación Nacional -MORENA-con características políticas de ultraderecha. El movimiento recibió el respaldo de ACDEGAM y trató de ganar legitimidad haciendo uso de sus recursos económicos y militares.

2. Aspectos Políticos y Movimientos Sociales

En la década de los 70, Puerto Berrío fue uno de los municipios del Magdalena Medio antioqueño en que mayor incidencia tuvieron los partidos de izquierda, principalmente el Partido comunista Colombiano, bajo cuya influencia se conformaron organizaciones sociales como Las Ligas Campesinas, cuya base social eran los trabajadores de las haciendas. Igualmente el PCC influenció el movimiento de maestros, los que a la larga se convirtieron en la punta de lanza para concretar, en la región, luchas nacionales tan importantes como la jornada del paro cívico nacional realizado en 1977. Así mismo la influencia del PCC se extendió hasta los estudiantes, los que se organizaron en un Consejo Estudiantil y participaron en el paro cívico al lado de otros sectores pero reclamando reivindicaciones propias de su sector como el nombramiento de maestros. (4)

Al lado de estos dos sectores de gran presencia en el municipio, otros sectores de trabajadores se vincularon a este tipo de luchas reivindicativas y en general los pobladores participaban de acciones tendientes a exigirla atención del Estado para que resolviera las principales necesidades insatisfechas: salud, educación, servicios públicos, etc. El paro de 1977 duró en el municipio dos días, y fue dirigido por el PC, el MOIR, LA ANAPO y el sector Jaramillista del Partido Liberal. (5)

Junto al Partido Comunista, otras organizaciones políticas como un sector de la Alianza Nacional Popular ANAPO, antiguos miembros del Movimiento Revolucionario Liberal - MRL, el Movimiento Amplio Colombiano -MAC- y el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario -MOIR- confluyeron en la Unión Nacional de Oposición -UNO-, con el fin de participar unitariamente de los procesos electorales que se conocían entonces como
"elecciones de mitaca" y en los que se elegían Concejos Municipales y Asambleas Departamentales.

En Puerto Berrío este movimiento tenía gran acogida entre campesinos, obreros y en general todos aquellos pobladores que estaban inconformes con el gobierno de turno y en general con el esquema de Frente Nacional vigente. En la década de los 70 se fortaleció la UNO no solo en Berrío sino en otros municipios del Magdalena Medio.

Fue así como las organizaciones políticas de izquierda avanzaron significativamente alcanzando altos niveles de apoyo popular y comenzaron a disputarle el poder, dentro de la administración municipal, al Partido Liberal Oficialista, concretamente al movimiento orientado por el Cacique político antioqueño Bernardo Guerra Serna; las coaliciones y alianzas lograron imponerse electoralmente y en 1976 fueron elegidos, con 1600 votos, 6 concejales de la UNO cuya fuerza mayoritaria era la del Partido Comunista. (6)

Mientras tanto, fuera de la confrontación política legal, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- con su IV Frente que era el que hacía presencia en la región, asumían el papel de defensoras de la tranquilidad en el área rural del municipio, ganándose el favor de campesinos y ganaderos por sus acciones contra ladrones de ganado y delincuentes comunes; fue tanta su efectividad que entre 1965 y 1976 no se presentaron acciones delincuenciales significativas en el municipio. Esto produjo que los ganaderos aportaran voluntariamente a la guerrilla ganado, provisiones e incluso dinero, igualmente los jornaleros simpatizaban con ellos lo mismo que la gente del casco urbano. A partir de 1977 el Frente IV, aparte de sus acciones de control delincuencia!, adquirió influencia política y recibía permanentes solicitudes para que ayudara a resolver conflictos que se presentaban, especialmente referidos al robo de ganado y el abigeato. (7)

Fue precisamente a partir de este momento y en este marco situacional que se comenzaron a presentar de manera continua atropellos, persecuciones y crímenes contra los pobladores del municipio. Las primeras acciones de parte del Ejército contra la población se dan en la coyuntura de las "elecciones de mitaca" de abril de 1976, cuando fueron elegidos los 6 Concejales que hacían parte de la coalición de la Unión Nacional de Oposición.

El 6 de septiembre de 1978, recién posesionado el Presidente Julio César Turbay Ayala, se expidió el decreto 1923, conocido como Estatuto de Seguridad. Este decreto fue la respuesta del gobierno a un llamado hecho un año antes por los altos mandos militares al gobierno de López Michelsen, en una carta dirigida al presidente los militares expresaban que "Es de esperarse que las nuevas medidas que tome el gobierno,...por enérgicas que ellas sean...cuenten con la solidaridad...de todas las fuerzas vivas del país como copartícipes que deben ser en la guarda de la soberanía nacional interna y externa." (8)

Amparados en el Estatuto de Seguridad, las Fuerzas Militares detuvieron y torturaron a varios centenares de personas. La inmensa mayoría de éstas fueron procesadas por tribunales militares, acusadas de actividades subversivas. Según un informe del Ministerio de Defensa, más de 60.000 personas fueron detenidas en el primer año del gobierno de Turbay. (9)

3. Demasiado dolor para ocultarlo, demasiado suplicio para borrarlo.

El 7 de octubre de 1976, mediante el decreto 2131 se declaró el Estado de Sitio en todo el territorio nacional, debido a la situación de orden público. En particular en Puerto Berrío ello posibilitó el asentamiento de una unidad táctica en la hacienda Guásimal, ubicada en el paraje La Bramadora. Tres meses más tarde la mencionada hacienda fue expropiada por el Ministerio de Defensa y allí comenzó a funcionar la base militar, desde donde se ordenaron y realizaron muchos de los crímenes de lesa humanidad que se presentaron en la zona.

Entre 1976 y 1980, justamente el periodo para el que fueron elegidos los Concejales de la UNO, fue que se empezaron a incrementar los casos, lo que ilustran el ambiente que se empezó a vivir en el municipio:

• El 7 de octubre de 1979, en medio de las torturas infligidas por los militares, murió el Vicepresidente del Concejo de Puerto Berrío Darío Apango, de 43 años de edad. Había llegado hasta el Concejo elegido en 1976 por la Unión Nacional de Oposición -UNO, era dirigente del Partido Comunista y de la Asociación Nacional de Navieros. Arango había sido detenido con otras cuatro personas una semana antes en desarrollo de una batida del ejército tras un asalto de las FARC contra un convoy militar el 2 de octubre.

El párroco de Puerto Berrío, padre Gonzalo López, denunció que: "Están deteniendo a las gentes masivamente. Los llevan a un sitio que queda a una media hora del pueblo, que yo he llamado la 'Concentración Neroniana de Guasimal'. Algunos que han dejado en libertad, me han contado que los han dejado hasta 3 días con sus noches vendados. Uno logró destaparse y vio cantidad de personas vendadas". Según un artículo de Antonio Restrepo Botero, en la revista Alternativa, el cadáver de Darío mostraba señales de torturas como quemaduras de picana en las piernas, los brazos despellejados, la cabeza cianótica y testigos presenciaron cuando militares arrastraban el cuerpo chorreando agua diciendo "se nos murió el gordo" lo que hace suponer que también fue sometido a inmersiones en una pileta. El cuerpo fue entregado sin pulmones y sin vísceras y según la versión oficial murió de un 'paro cardiaco'. Otra fuente asegura que fue sometido a submarino, capuchas y capirotes, colgadas, colocación de esposas, golpes, privación de alimentos y vendas en la cara.

En acción judicial emprendida por la familia de la víctima, se presentó demanda de reparación directa y el Tribunal Contencioso Administrativo de Antioquia declaró responsable a la Nación por este hecho y la condenó a pagar los perjuicios causados a los familiares.

Pero éste no fue el único hecho, muchos se habían presentado y se siguieron presentando antes y después del asesinato de Darío Arango:

• El 16 de junio de 1970, los campesinos Evelio García Arboleda, Saúl Chaparro, Alfonso López Bustamante, Pastor Caro y Lucio Vera fueron torturados y asesinados. Los campesinos se encontraban detenidos en la cárcel municipal y mediante cartas al Procurador General habían denunciado las torturas a que eran sometidos. Ese 16 de junio fueron sacados del centro de reclusión por miembros de la Policía, quienes luego los asesinaron.

• En noviembre de 1972, Un Menor de edad fue asesinado por un miembro de la Policía.

• El 26 de febrero de 1973, el campesino Darío Cadavid, fue torturado por el agente de la Policía Héctor Molina, luego de ser detenido durante un allanamiento a su vivienda.

• En marzo de 1976, los campesinos Alvaro Rubio, Arnulfo Rubio, Luis Duque, José Luis Agudelo, Ricardo Agudelo, Ramón Emilio Muñoz, Luis Perdomo, José De Jesús Henao y Abel Marín fueron detenidos con limitación de sus garantías procesales y torturados por el Ejército mediante amarradas, amenazas, colgadas, golpes, soborno, torturas psíquicas y patadas.

• En marzo de 1976, el obrero Guillermo López, fue asesinado por el Ejército.

• En julio de 1976, María del Carmen Guevara, de 47 años de edad, fue torturada y asesinada por el Ejército, después de ser detenida con limitación de garantías y sindicada, fue sometida a aislamiento e incomunicación, amenazas y golpes. Se responsabiliza de los hechos al teniente Melo, adscrito a la guarnición de Cimitarra.

• En noviembre de 1977, Omar Quintana fue torturado por el Ejército, después de ser detenido con limitación de garantías procesales y sometido a aislamiento e incomunicación, amenazas y golpes. Había sido víctima de seguimientos y hostilidades.

• El 9 de septiembre de 1979, el campesino William Agudelo, fue torturado por el Ejército, después de ser detenido con limitación de garantías procesales. Fue sindicado, procesado y condenado. Torturado mediante submarino, capuchas, picana (choques eléctricos), pinchazos, privación de alimentos, prohibición de elementos de primera necesidad y torturas psíquicas. Fue recluido en la base militar de Guasimal.

• En octubre de 1979, Campo Elías Bermúdez, fue detenido y torturado por el Ejército mediante aislamiento e incomunicación, amenazas, golpes con objetos diversos, insultos e injurias, plantón, privación de alimentos, torturas psíquicas, vendas en la cara e interrogatorios prolongados.

• En octubre de 1979, el campesino Hernán Darío Piedrahita fue torturado y detenido con limitación de garantías procesales por el Ejército, sindicado y sometido a aislamiento e incomunicación, amenazas, plantón y vendas en la cara.

• El 3 de octubre de 1979, el empleado Darío de Jesús Calle Meneses, de 62 años de edad, fue torturado por el Ejército, después de ser detenido con limitación de sus garantías procesales, sindicado, procesado y condenado; durante su captura fue sometido a golpes, plantón, torturas psíquicas y vendas en la cara. Su lugar de reclusión fue la Cárcel de Bellavista en Medellín.

• El 8 de octubre de 1979, Jairo Hernández, fue torturado y detenido con limitación de sus garantías procesales por el Ejército, sometido a las siguientes modalidades de torturas y tratos crueles: aislamiento e incomunicación, plantón y vendas en la cara.

• En 1979, Pedro Pablo Vargas García, fue detenido con limitación de garantías procesales, sindicado y torturado por el Ejército mediante capuchas y capirotes, colgadas, golpes con objetos diversos, privación de alimentos, quemaduras. Fue recluido en el Puesto Militar de Guasimal.

• En 1979, Fernando Velez Hernández, fue torturado por el Ejército, después de ser detenido con limitación de garantías procesales y , sindicado.

• En 1980, el campesino Darío Valenzuela fue asesinado por paramilitares. Días antes las FARC habían atacado a paramilitares en la vía que conduce de Puerto Berrío a Santander, en ese hecho murieron mas de 20 paramilitares que fueron mostrados por el Ejército como campesinos asesinados por la guerrilla. Darío había mencionado que el grupo insurgente llegó a su finca y él le suministró alimentos que los guerrilleros le pidieron.

Y las torturas continúan...

• Durante 1980 Fausto Vergara, José Adriano Florez, Ovidio Florez, Luis Hurtado, Alberto Bohorquez, José De Los Santos Mosquera, Ulises Palacio, Jesús Pineros, Alvaro Reyes, José Luciano Mosco y Francisco Restrepo, todos ellos campesinos, fueron detenidos con limitación de garantías procesales por el Ejército, torturados mediante sometimiento a aislamiento e incomunicación, amarradas, amenazas, colgadas, golpes con objetos diversos, insultos e injurias, privación de alimentos y colocación de vendas en la cara. Todos fueron sindicados y recluidos en guarniciones militares.

La Diócesis de Barrancabermeja denunció estos hechos junto a otras torturas de que fueron víctimas campesinos en Cimitarra.

de pronto empezaron a morir y a desaparecer nuestros hermanos y nuestras hermanas

A principios de 1980, el IV Frente de las FARC en su proceso de crecimiento se desdobla dando paso a un nuevo frente, hijo del anterior, el Frente XI que cambia radicalmente su actitud hacía los que hasta ese momento habían sido colaboradores voluntarios de la insurgencia, exigiendo más de lo que les estaban entregando de manera voluntaria, masificando el secuestro, la extorsión y el boleteo, llegando incluso a exigir a pequeños y medianos comerciantes (tenderos, dueños de almacenes y droguerías) que contribuyeran con el financiamiento de la guerrilla. (10)

Esta actitud generó malestar en la población, lo que le restó apoyo y propició que el Ejército incrementara su accionar en la región realizando acciones orientadas a ganarse el favor de la población hasta ese momento inclinada a favor de la guerrilla. Comenzaron entonces a participar en el desarrollo de obras públicas como la construcción de hospitales, carreteras y escuelas. (11)

Pero las tropas oficiales no solo se dedicaron a la construcción de obras en favor de la población, paralelo a esto desarrollaron toda una estrategia de persecución contra los pobladores de Puerto Berrío, con características más bárbaras que las que se habían dado hasta ese entonces. Las formas de persecución y criminalización de la población variaron; ya no se trataba de encarcelar y torturar; se trataba de exterminar de raíz todo aquello que era considerado como la "base social" de la guerrilla, que no era otra distinta a la población que se había caracterizado por su inconformidad con las condiciones de vida en que se veían obligados a vivir y canalizando ese inconformismo iba construyendo sus propias alternativas a partir de las necesidades concretas que tenían a diario.

La nueva forma de lucha "contrainsurgente" implementada por las Fuerzas Armadas fue el exterminio físico, por muerte o desaparición, de los opositores políticos al régimen, de los líderes populares y sociales, de los sectores organizados para luchas reivindicativas concretas y de los pobladores en general.

Para esa época "Agentes de inteligencia, concretamente del B2, se disfrazaban de guerrilleros, se instalaban en el campo varios días, hasta allí llegaban campesinos y fínqueros a denunciar el robo de ganado, también les ofrecían mercado, comida. Todo lo hacían pensando que eran guerrilleros. ... Los agentes disfrazados pasaban esas listas de campesinos colaboradores al Batallón Bombona y a los días aparecían muertos". (12)

La aplicación de la nueva forma de "lucha contrainsurgente" no se quedó exclusiva y directamente en cabeza de las tropas oficiales; entre el 8 y el 12 de enero de 1982 se reunieron en Puerto Boyacá los ganaderos Luis Suárez, Carlos Loaiza, Gonzalo Pérez, Nelson Lesmes, José Vuelbas, Luis Alfredo Rubio Rojas, Rubén Estrada, Enrique Tobón, Pedro y Jaime Parra y Henry de Jesús Pérez y según afirmaciones de un desertor de los paramilitares, Diego Viáfara Salinas, en esta reunión estuvo presente un delegado del Batallón Bárbula. Allí se acordó crear un grupo armado clandestino para el cual los ganaderos debían aportar según sus posibilidades, de uno a tres hombres o el salario equivalente a los mismos. Si no tenía los recursos suficientes, debía enviar a uno de sus hijos o a algún familiar cercano para hacer parte del grupo; además si se tenían armas se debían facilitar al grupo y los aportes económicos entregarlos a Luis Alfredo Rubio, primer tesorero de la organización. Este grupo se convirtió en la ayuda perfecta y esperada por la fuerza pública. A partir de entonces un grupo de aproximadamente 100 hombres comenzó a patrullar el Magdalena Medio, especialmente los predios propiedad de los ganaderos que habían cumplido con los aportes. La idea era disuadir a la guerrilla de acercarse a esas fincas y en último caso, si lo hacían, enfrentarse con ella. (13)

Las acciones de este grupo, de choque o autodefensa como los denominaba el decreto presidencial 3398 de 1965 y la Ley 48 de 1968 que autorizaba la conformación de este tipo de agrupaciones, no se limitaron a la protección de los predios privados de las incursiones insurgentes, entre 1981 y 1985 fueron muchos los habitantes de la región, campesinos la mayoría de ellos, miembros de organizaciones políticas como el MOIR, el PCC, la coalición UNO, y líderes populares o sindicales, los que cayeron bajo las balas de las acciones de esta fuerza combinada militar paramilitar, que fortaleció el accionar supuestamente contraguerrillero del Estado, encarnado por el Batallón Bárbula de Puerto Boyacá.

Nueve meses mas tarde, a finales de 1981, se conformaba por parte de un grupo de narcotraficantes de las ciudades de Medellín, Cali, Leticia, Bogotá, Cartagena y Barranquilla, el grupo Muerte a Secuestradores -MAS- el cual fue anunciado lanzando volantes desde una avioneta que sobrevoló la ciudad de Cali. El objetivo primero de este grupo era liberar a Martha Nieves Ochoa, miembro de la familia narcotraficante OchoaVásquez, que estaba secuestrada en manos del Movimiento 19 de abril.

Pero la Fuerza Pública no se conformó con este refuerzo, en mayo de 1983 se regularizó la presencia del Ejército en Puerto Berrío al trasladar de manera definitiva para el casco urbano del municipio la sede de la XIV Brigada que había estado hasta ese momento en el municipio de Cimitarra.

La política adelantada por la Brigada fue de intimidación y represión hacia la población, a la que consideraba vinculada con la guerrilla, con este tipo de acciones se buscaba dejar a la guerrilla sin "su base social".

"... todos los que vivíamos en el campo éramos guerrilleros y así nos lo gritaban en la cara. En los retenes que hacían esculcaban a la gente y les vaciaban los mercados, sin importarles que la comida se derramara. Las requisas eran tremendas. Hacían batidas y se llevaban los detenidos bien fuera al batallón y después a Ħa Brigada y los torturaban; pero les hacían firmar un papel de que no les habían hecho nada." (14)

Para los hacendados de Puerto Berrío, la presencia del Ejército significó la posibilidad de establecer una alianza que les permitiera librarse de un compromiso que les resultaba demasiado costoso, ya que la radicalizaron de las FARC incrementó el monto económico que debían aportar y si no lo hacían eran secuestrados y los pagos para la liberación ascendían a sumas hasta de 12 millones de pesos.

En estas circunstancias los hacendados mantuvieron niveles de colaboración con la guerrilla, mientras que paralelamente, a través de FEDEGAN denunciaban en febrero de 1981 "... En Puerto Berrío hay en la actualidad diez secuestros. Si el gobierno no le pone mano al asunto, esta situación empeorará. Si el abigeato sigue con la actual fuerza no habrá síntomas de recuperación en el sector ganadero." (15)

Sin embargo, estas acciones de persecución y eliminación de sectores políticos y populares comprometidos con la izquierda no podía llevarla a cabo el Ejército directamente en forma sistemática. Fue así como aprovechando los grupos paramilitares que lo reforzaron, militares paramilitares cometieron los crímenes que más adelante se detallan. A propósito de lo anterior, el General Herrera Luna, comandante de la XIV Brigada, dijo al periódico El Colombiano de Medellín en mayo de 1990 "Aquí el Ejército patrocinó, auspició, fomentó con base en la ley, la creación y presencia de grupos de autodefensa que luego al llegar el narcotráfico, se convierten en los mal llamados grupos paramilitares."

Narra un poblador de Puerto Berrío respecto a la presencia paramilitar y militar en el municipio:

"Ellos inicialmente ubicaron una casa como arrendada y era un personal que entraba y salía constantemente, estacionaban sus vehículos cuatro puertas toyotas, motos, uno pasaba y veía toda esa gente de civil como si fuera una empresa, ahí tenían su oficina...entonces ya la gente en el pueblo sabía que habían grupos paramilitares, la identificación diaria con ellos eran sombreros, ponchos y arma corta por dentro. ... En el ochenta se movían fuerzas del Estado como la Policía, el DAS, el Ejército, se empieza a montar la brigada y a desarrollar batallones y ya se empieza a sentir la presencia en la zona, en la parte urbana, empiezan a aparecer los cadáveres. Los paramilitares también estaban entrando a la brigada, ésta sede era anteriormente en el hotel más elegante de Puerto Berrío, el ejército lo compró y lo convirtió en la sede ...en ese entonces ejercía la autoridad Farouk Yanine Díaz.." (16)

La certeza de la relación que existía entre la Fuerza Pública y la organización paramilitar se fue reforzando cada vez más, "especialmente en Puerto Berrío con la llegada del General Yanine Díaz como comandante de la Decimacuarta Brigada del Ejército. Se empezó a combatir a las FARC. Los golpes de mano, combates, bombardeos, se sabe de miembros del Ejército que estaban en licencia en otros lugares y venían a Puerto Berrío a hacer trabajos para el MAS. Reconocidos "gatilleros" entraban y salían libremente de la brigada, nadie los detenía, andaban como Pedro por su casa. Los vínculos del Ejército y en general de las fuerzas armadas con los paramilitares toda la gente los comentaba, un amigo de la familia lo desaparecieron en junio de 1983 y a los días supimos que la Policía estaba vendiendo su revolver" (17)

Entre tanto, la población no se quedaba impávida ante lo que estaba pasando. Continuaron con sus luchas, orientadas en ese momento a exigir el respeto a la vida. Fue así como se presentaron acciones como La Marcha del Silencio en Puerto Berrío, en octubre de 1982, la de la Solidaridad, en ese mismo municipio el 27 de Noviembre de 1982, y la Marcha por la vida y la Paz entre el 18 y el 21 de Noviembre de ese mismo año que llevó a miles de pobladores de la región desde Barrancabermeja hasta la ciudad de Cartagena.

La Marcha de la Solidaridad realizada en noviembre, fue promovida por el alcalde de la época Joaquín García y el Párroco Gonzalo López; en esta participaron unas 500 personas que denunciaron los asesinatos, exigieron la disolución del MAS y la desmilitarización de la zona. Los grupos paramilitares reaccionaron amenazando de muerte al sacerdote y el gobierno destituyendo al alcalde. (18)

Por su parte el gobierno presidido por Belisario Betancur, en claro contraste con el tratamiento dado a los promotores de la marcha de la solidaridad, organizó una "Marcha por la Paz" en Puerto Berrío, en diciembre de 1983. A esta asistieron los ministros de Gobierno, Justicia y Educación, el gerente del Inderena y el comisionado de Paz; los habitantes marcharon en caravana hasta el puerto. (19) Esta vez no hubo ningún tipo de retaliación contra ninguno de los participantes.

La combinación macabra militar paramilitar, dio paso a crímenes más sofisticados, bárbaros y "efectivos" en la búsqueda del objetivo de acabar con las "bases de apoyo de la guerrilla", como fueron los asesinatos y desapariciones que a partir de 1982 hicieron carrera, lo que denota una mentalidad más perversa que la que dominaba hasta el momento y también una decisión más clara de exterminar física y definitivamente a todo aquel que era identificado como parte del "enemigo interno".

Respecto a los crímenes cometidos en esa época en Puerto Berrío, allí estaban ".... el Ejército, la Policía, el DAS uno se sorprendía como existiendo tanta fuerza pública en el pueblo, en un casco urbano es que aparecían tantos cadáveres tirados en las calles y nadie sabía nada, nadie había visto nada, todo se quedaba impune, pero esos que aparecían sorprendían a la población, ya la gente veía y se empezaba a dar cuenta que por el río Magdalena pasaban también muchos cadáveres, y a veces mutilados" (20).

"Los muertos aparecían en los potreros, en las carreteras, en las alcantarillas, por el río bajaban cadáveres como troncos. Llegó el momento en que nadie hacía levantamientos por miedo a que uno fuera el siguiente. La gente tenía miedo de reclamar sus muertos, a los velorios y entierros solo asistían los familiares. Hubo entierros de sólo dos personas. La tempestad de muertos aquí es incontable. Hubo fines de semana de 30 muertos." (21)

Fue así como se concretó en Puerto Berrío esta nueva forma de acción contrainsurgente del Estado:

• En enero de 1982, Francisco Foronda, dirigente del MOIR fue asesinado por paramilitares.

• El 30 de mayo de 1982, Luis Eduardo Agudelo y Marco Aurelio Andrade fueron detenidos y desaparecidos por una patrulla militar de la cual hacían parte el cabo Ciro Bohórquez, el Sargento Jorge Cordero Bedoya y el Capitán Guillermo Rafael Visbal Lizcano, adscritos al Batallón Bombona.

• El 14 de junio de 1982, Luis Rodríguez Muñeton, militante del MOIR fue asesinado por paramilitares del MAS.

El 21 de junio de 1982, el campesino Luis Mosquera fue desaparecido por un grupo paramilitar en el sitio conocido como Garrapata.

El 22 de julio de 1982, Jaime Nevado, concejal de este municipio por el Partido Comunista, sociólogo de la Universidad Nacional y estudiante de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín fue asesinado por el Sargento del Ejército José Edimburgo Díaz Arteaga, quien le propinó varios disparos cuando la víctima se encontraba con su hijo menor en el parque principal. El asesino se refugió en el Batallón de Infantería N° 39 Bombona, luego de ser herido en una pierna por un agente del DAS de apellido Palomeque, quien lo persiguió; dicho agente y el inspector municipal de policía, Hernán Eugenio Yassin Merin, fueron al Batallón a reclamar que les fuera entregado el sicario, pero el Capitán Guillermo Rafael Visbal Lizcano, comandante de la Sección de Inteligencia S-2, negó tenerlo en dichas instalaciones a pesar de que mucha gente en el pueblo había visto entrar al victimario a dicho lugar. Posteriormente se conoció que el Sargento Díaz Arteaga fue conducido en horas de la noche de ese mismo día al hospital de esta localidad, por causa de las heridas que presentaba; se precisó también que dicho militar no pertenecía al Batallón Bombona comandado por Luis Eduardo Torres Mesa, sino que estaba adscrito al Batallón de Infantería No 16 Patriotas, con sede en Honda-Tolima, cuyo comandante era el Teniente Coronel Alvaro Hernán Velandia Hurtado, quien durante este año estuvo relacionado con varios asesinatos y desapariciones en dicha región, los cuales eran reivindicados por el MAS.

El Concejo municipal de Puerto Berrío denunció el hecho y varios de sus integrantes posteriormente fueron asesinados por el MAS y otros tuvieron que exiliarse por las amenazas del mismo grupo paramilitar.

Un testimonio narra así lo que ocurrió en el municipio: "Se ideó un plan de exterminio del PC por el MAS, el cual era eliminar a todos aquellos que les llegara el periódico Voz Proletaria... de lo que sabemos, este plan de exterminio se planeó así: la casa de la sede del PC quedaba al frente de la fonda Porteña y desde ahí se hizo la lista de personas que la frecuentaban. Desde allí controlaban todos los movimientos de la gente, tenían todo el montaje perfectamente calculado para a operación. En mayo de 1982 salió un volante en el que se anunciaba que iban a matar a todos los comunistas, firmado por el MAS".

"La muerte de Nevado fue como la base para que todos estos movimientos políticos se desintegraran por completo porque ya empezaron a golpear otra gente como a Darío Naranjo, líderes de estos movimientos. La UNO tuvo que desaparecer, la ANAPO, el MOIR, todos, uno se daba cuenta por compañeros que le contaban a uno: ve, se tuvo que ir esta familia, que se tuvo que ir la otra, que mataron a aquella señora porque era de ese movimiento, entonces eso lo escucha uno".

En 1983 el Teniente Coronel Velandia Hurtado fue denunciado públicamente como uno de los creadores y líderes del grupo paramilitar MAS, por el Procurador General de la Nación, Carlos Jiménez Gómez. Posteriormente el Procurador General afirmaría que la suya era una "procuraduría de opinión", por tal motivo no se adelantó investigación disciplinaria ni penal contra dicho oficial.

En 1987 la madre de Jaime, Mercedes Nevado, fue desaparecida cuando se trasladaba en un autobús de servicio público de la empresa Coonorte en el trayecto Medellín Puerto Boyacá.

Fue tal el nivel de participación de la Fuerza Pública en el crimen, que utilizaron todos sus recursos para que este quedara impune: Actuaron a nombre del grupo paramilitar MAS; el autor material del asesinato contó con el apoyo del comandante del 82 del Batallón Bombona quien lo protegió; el autor material se trasladó desde una guarnición militar distante a donde se cometió el crimen para materializarlo. Esta serie de irregularidades solo se pueden explicar por la voluntad férrea de la institución militar de cometer éste tipo de crímenes.

El 17 de agosto de 1982, el ganadero Ricardo Palomo fue asesinado por el MAS.

El 9 de septiembre de 1982, Otilia Serna Delgado, Concejal de la UNO fue asesinada por miembros del grupo paramilitar MAS, quienes llegaron a su vivienda y le dispararon a quemarropa. Una fuente señala que el B-2 trasladó a un este municipio un grupo de sicarios de Puerto Boyacá, el cual estuvo al mando del Coronel Mazo, del Batallón Bombona.

El 17 de septiembre de 1982, el campesino Leandro Herrera Laverde fue detenido, torturado y asesinado de seis impactos de bala por una patrulla perteneciente al Batallón Bombona, su cadáver fue lanzado al río. Posteriormente el Ejército negó su participación en el hecho.

El 21 de septiembre de 1982, el campesino Antonio Herrera Florez fue asesinado por agentes del DAS.

El 22 de septiembre de 1982, Octavio Ortiz fue asesinado por el MAS, dejaron cerca de su cuerpo una boleta que decía: "por auxiliador de la FARC."

El 1 de octubre de 1982, Jairo Agudelo de 33 años de edad, dirigente comunista fue asesinado por el grupo paramilitar MAS.

• El 6 de octubre de 1982, Carlos Enrique Hernández fue asesinado en el parque principal por el MAS.

• El 11 de octubre de 1982, Darío Pórtela Rueda, Fidel Gutiérrez, María Raquel Galeano vda de Galeano y su pequeña hija, fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS.

• El 14 de octubre de 1982, el campesino Roberto Antonio Jiménez Betancur fue desaparecido después de ser detenido por las fuerzas militares, según informe de la Procuraduría General de la Nación.

• El 3 de enero de 1983, Cuatro Campesinos fueron torturados y asesinados por el MAS, sus cuerpos no pudieron ser identificados debido a las desfiguraciones producidas por las torturas.

• El 17 de enero de 1983, Flor de Jesús Colorado Zuluaga, José De Los Santos Colorado y Arsenio Abadía fueron asesinados por paramilitares.

• El 27 de enero de 1983, Fernando Velez Méndez Concejal Liberal y presidente del Comité Regional de Derechos Humanos fue asesinado por el grupo paramilitar MAS.

• El 16 de febrero de 1983, Luis Eduardo Ariza Masa y Gilberto Martínez Ortiz, dirigentes comunistas fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS.

• El 1 de marzo de 1983, el comerciante Antonio José Moreno y Bernardo González Angarita fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS.

• El 30 de abril de 1983, Darío NN fue asesinado por el MAS.

• El 17 de mayo de 1983, Luis Ángel Acevedo Lopera Concejal del MOIR fue asesinado por el grupo paramilitar MAS.

• El 18 de mayo de 1983, los campesinos José María Cifuentes Serrano, Diogenes Palacio, Óscar Emilio Hernández, María Guevara Echavarria y María Nazareth Puerto Escobar, fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS.

• El 23 de junio de 1983, Alvaro Faustino Hurtado y Gustavo Patino Hurtado fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS.

• El mismo 23 de junio, los campesinos José Del Carmen Pitta, Luis Antonio Rojas y Tres Personas Sin Identificar fueron asesinados por miembros del grupo paramilitar MAS, en la vereda La Torre.

• El 28 de junio de 1983, los campesinos Humberto Gil Cortez, Luis Marín Moreno y Otro Individuo Sin Identificar fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS, los hechos se presentaron en la inspección de policía departamental El Brasil.

• El 13 de julio de 1983, Sury Nancy Duran Arias, de 22 años de edad y otras Doce Personas Sin Identificar fueron torturadas y posteriormente asesinadas por el grupo paramilitar MAS, bajo el mando de alias "Caballo Grande", y en el que participó un conductor que trabajaba con la Policía, quienes detuvieron la lancha en la que viajaban. Sus cadáveres fueron atados y arrojados al río Magdalena. A Sury Nancy le sacaron los ojos antes de asesinarla.

• El 1 de agosto de 1983, Ferney De Jesús Lopero Pérez, Marta Elida Ríos Calle, Valerio Ospina, Arnolfo Henao Henao, Javier Arturo Sánchez, Alvaro De Jesús Galeano Beltran y Rodrigo Antonio Marín Arenas fueron asesinados por el MAS en diferentes sitios del casco urbano de la población.

• El 2 de agosto de 1983, los campesinos Gustavo Carmona y Eva Restrepo, esposa del anterior, fueron asesinados. Sus cuerpos se encontraron en horas de la tarde en zona rural de este municipio. Las autoridades judiciales responsabilizaron al grupo paramilitar MAS de estas muertes.

• El 6 de agosto de 1983, los campesinos Gildardo Mario Jiménez, Celestino Villa, Andrés Antonio Cárdenas Restrepo, Jesús Elías Rodríguez, José Antonio Meneses, José Belisario Baus Sepulveda y Teresa NN fueron torturados por elementos del grupo paramilitar MAS, quienes les ataron las manos con alambre de púa.

• El 7 de agosto de 1983, Eduardo Rodríguez Hernández, Alonso Antonio Díaz Carmona, conductor y Jairo Humberto Toro, conductor, fueron asesinados por el agente de la Policía Orlando Tabares quien primero se dirigió a la oficina del Teatro Colombia y dio muerte a Eduardo, posteriormente asesinó a Antonio y Jairo Humberto cuando se dirigían a la empresa de autobuses Rápido Ochoa.

• El mismo 7 de agosto, Fernando Salcedo Ruega, campesino, fue asesinado por el grupo paramilitar MAS en Puente Opón.

• El 11 de agosto de 1983, los homosexuales Hernando Vivares, alias "Verónica" y Otro Sin Identificar fueron asesinados por elementos pertenecientes al grupo paramilitar MAS.

• El 25 de agosto de 1983, Héctor de Jesús Vargas y Salvador Rodríguez Pareja fueron asesinados por elementos del grupo paramilitar MAS.

• El 6 de septiembre de 1983, Claudino Galvis Arismendi y Luis Jiménez Villar fueron asesinados por paramilitares.

• El 26 de septiembre de 1983, Gentil Quiñonez fue desaparecido por miembros de la XIV Brigada y paramilitares. Según declaración de un paramilitar, la víctima fue asesinada y su cuerpo arrojado al río Magdalena.

• El 9 de enero de 1984, Ricardo Isaza Cardona Concejal liberal, fue Asesinado por un sicario paramilitar que le propinó 5 impactos de bala. El hecho se presentó en el centro de la ciudad.

• El 18 de enero de 1984, Jesús Ríos Monsalve y Jesús Mario Hoyos Osorio fueron asesinados por paramilitares.

• El 4 de marzo de 1984, los campesinos Lisandro Albarracin, Manuel NN y Un Hombre Sin Identificar, fueron desaparecidos por paramilitares, quienes les obligaron a irse consigo.

• El 16 de mayo de 1984, Javier Marín fue asesinado por paramilitares.

• El 23 de junio de 1984, los campesinos Eduvan Higuita de 20 años, Juan Carlos Higuita de 15 años, Óscar Higuita de 28 años, Pedronel Higuita de 23 años y Ramiro Higuita de 22 años, hermanos entre sí, fueron asesinados por un grupo de hombres que vestían uniformes de la Policía. Dos hermanos de las víctimas fueron heridos.

• El 26 de junio de 1984, Luis Carlos Arias Hurtado, odontólogo, fue asesinado de dos disparos por Saúl López, reconocido integrante del MAS.

• El 31 de julio de 1984, Alonso Gómez Osorio fue asesinado por aproximadamente 20 paramilitares que asaltaron el autobús intermunicipal en donde se desplazaba, lo bajaron de éste, y lo ultimaron en presencia de los otros pasajeros.

• El 20 de enero de 1985, Francisco Luis Saldarriaga fue desaparecido por paramilitares, según informe de la Procuraduría General de la Nación.

• El 25 de febrero de 1985, Jorge Enrique Pérez Rueda, de 28 años, y José Joaquín Pérez Rueda, de 32 años, fueron asesinados por paramilitares. Los hechos ocurrieron en el sitio San Juan de Bedout, zona rural de este municipio. Una persona resultó herida.

• El 26 de junio de 1985, Carlos Enrique Mesa Cañas, de 43 años de edad, Jefe de la Estación del Ferrocarril, fue asesinado por paramilitares.

Se reafirma después de esta larga lista de víctimas, que el accionar "contrainsurgente" del Estado no fue tal. Las numerosas víctimas fueron campesinos, pobladores y miembros de las organizaciones de oposición política del municipio. Evidentemente las fuerzas políticas diferentes a los dos partidos tradicionales fueron exterminadas a sangre y fuego de Puerto Berrío, veamos:

CUADRO ESTADÍSTICO ELECTORAL PUERTO BERRÍO 1968-1988

Partido 1968 1970 19 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988
Liberal 3037 2301 1117 4483 2370 2742 2800 3785 3338 4736 5058
Conservador 401 579 246 289 275 318 252 262 449 666 261
Comunista 0 525 737 1113 947 1263 1347 1382 0 0 0

Entre 1972 y 1982, la segunda fuerza política del municipio era el Partido Comunista con sus diferentes coaliciones. A partir de 1982 que comenzó el exterminio, esta organización política desapareció totalmente del panorama electoral y, "casualmente", el Partido Liberal orientado por Bernardo Guerra Serna comenzó a incrementar su número de votos a partir de 1986. Obviamente el gran beneficiado del exterminio de la oposición fue el gamonal liberal antioqueño.

Pasado el período más fuerte de exterminio, que se prolonga hasta 1985, los crímenes, aunque en menor medida, continuaron, presentándose también hechos perpetrados por miembros de la Policía:

• El 8 de enero de 1986, los campesinos y simpatizantes de la Unión Patriótica Antonio Cardona, Reinaldo Zapata y Pedro Joaquín Rodríguez fueron asesinados por paramilitares. Las víctimas habían llegado a la localidad provenientes de la vereda Vuelta Acuña de Cimitarra (Santander), huyendo de la represión en esa región del Magdalena Medio.

• El 22 de noviembre de 1986, Joel Palomino Parra, fue detenido y torturado, por los agentes de Policía Manuel de la Hoz, Evangelista Pinto Traslaviña y Ricardo Neva Rodríguez. Por este hecho, la Procuraduría Delegada para la Policía Nacional adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado No 020-56564-1986, y el 12 de octubre de 1991 solicitó como sanción para los tres agentes la suspensión por cinco días.

• El 8 de marzo de 1987, el campesino Walter Villa Yarce fue desaparecido por paramilitares, según informe de la Procuraduría General de la Nación.

• El 8 de junio de 1987, Pablo Sepulveda Suarez, hacendado, y otras Cuatro Personas Sin Identificar fueron desaparecidos por un grupo paramilitar, después de interceptar el vehículo en que viajaban hacia una finca de propiedad de Pablo; el vehículo tipo camión fue encontrado al otro día incinerado y sin rastro de los ocupantes.

• El 8 de junio de 1987, Una Mujer fue torturada, por el agente de la Policía Alvaro Gómez Ardila, durante allanamiento a la vivienda de la víctima. Por este hecho, la Procuraduría Delegada para la Policía Nacional adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado NQ 020061397-1987, y el 25 de julio de 1991 solicitó como sanción para el agente la suspensión por 15 días.

• El 20 de mayo de 1988, Un Comerciante, propietario de un establecimiento público, fue agredido física y verbalmente por los agentes de la Policía Servio Alfonso de Jesús Tálaga e Hipólito Torres Holguín. Por este hecho, la Procuraduría Delegada para la Policía Nacional adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado N° 020-070873-1988, y el 24 de octubre de 1991 solicitó como sanción para los dos agentes el pago de una multa. ,

• El 15 de julio de 1989, Un Poblador de Puerto Berrío fue golpeado por; el agente de la policía Fabián Arango Echavarría, cuando se encontraba en el establecimiento público "Heladería La Tropicana". Por este hecho, la | Procuraduría Delegada para la Policía Nacional adelantó una investiga-1 ción disciplinaria bajo el radicado N" 020-085043-1989, y el 18 de junio de 1992 solicitó como sanción para el agente la suspención por 8 días.

• El 9 de mayo de 1993, Jose Wishner Agudelo Gómez de 43 años de edad, Profesor del ÍDEM, fue desaparecido por desconocidos en circunstancias no establecidas. El hecho fue denunciado ante las autoridades y varias ONGs.

• El 27 de abril de 1993, el paramilitar Joquín Emilio Cataño Hernández fue asesinado por el Sargento del Ejército Celado Herrera Nemeraiyermay el militar retirado Luis Ernesto Cerón Africano, luego de ser acusado, al parecer por equivocación de ser "sapo".

• En octubre de 1994, Un Poblador de Puerto Berrío fue golpeado por el agente de la Policía Rodrigo Velásquez Silva. A consecuencia de los golpes a la víctima se le dictaminó una incapacidad de cuatro días. Por este hecho, la Procuraduría Provincial de Puerto Berrío adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado No 064-006031 -1994, y el 29 de octubre de 1998 solicitó como sanción para el agente la suspención por 60 días.

• El 18 de agosto de 1995, Un Poblador fue maltratado física y verbalmente por el agente de la policía Rodrigo Velásquez Silva. Por este hecho, la Procuraduría Provincial de Puerto Berrío adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado No 064-006108-1995, y el 27 de febrero de 1996 solicitó como sanción para el agente la suspención por 30 días.

• El 29 de septiembre de 1995, Un Menor De Edad fue golpeado por el agente de la policía Efrén Herrera. Por este hecho, la Procuraduría Provincial de Puerto Berrío adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado NQ 064-006118-1995, y el 6 de noviembre de 1997 solicitó como sanción para el agente la suspención por 15 días.

• En agosto de 1996, los jóvenes Oved David Presiga, Ángel Uribe Londoño y Leny Serna, fueron insultados y golpeados por los agentes de la Policía Jairo Silva Tole y Hernando Bustos. Por este hecho, la Procuraduría Provincial de Puerto Berrío adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado No 064-006166-1996, y el 13 de septiembre de 1999 solicitó como sanción para el agente el pago de una multa.

• El 3 de septiembre de 1996, Moisés Barba De León, de 22 años de edad, Coordinador de Asuntos Laborales de la alcaldía de Yondó y otras dos personas fueron desaparecidos por paramilitares que los interceptaron en el vereda Vuelta Acuña -con lista en mano-, cuando viajaban en una chalupa por el río Magdalena.

• El 4 de septiembre de 1996, el campesino William Sepulveda fue desaparecido por paramilitares, en la vereda Aterrado, en límites de Santander y Antioquia.

• El 10 de septiembre de 1996, Miguel Ángel Gil, fue golpeado por el agente de la policía Luis Antonio Mena Bermúdez. A la víctima se le dictaminó una incapacidad de 10 días por las lesiones que le fueron causadas. Por este hecho, la Procuraduría Provincial de Puerto Berrío adelantó una investigación disciplinaria bajo el radicado No 064-0062081996, y el 4 de marzo de 1999 solicitó como sanción para el agente el pago de una multa.

• El 8 de noviembre de 1997, los mineros Edilberto Betancur, de 49 años, Joaquín Guillermo Castaño, de 28 años, Wilfer William Ochoa Agudelo, de 25 años y Leonardo Nujan, de 31 años, fueron asesinados por paramilitares en la vereda Minas de Vapor, quienes con lista en mano, los sacaron de sus viviendas, con otros pobladores. Luego los separaron e identificaron a las víctimas, y en presencia de familiares y vecinos procedieron a ejecutarlos, degollándolos.

• El 15 de septiembre de 1998, John Jairo Toro y Wilmar Alberto Muriel, trabajadores de la hacienda El Diamante, fueron asesinados por paramilitares en el barrio El Oasis.



Notas:

1. Alonso, Manuel Alberto. Conflicto Armado y configuración Regional del Magdalena Medio". Instituto de estudios políticos de la U. de A. Medellín. 1997

2. Bonilla Vélez, Gloria Estella. "Historia de localidades en la Región del Magdalena Medio. Puerto Berrío". Plan Nacional de Rehabilitación y otros. Medellín. 1991. pg. 269

3. MURILLO POSADA, Amparo. Op. Cit.

4. MURILLO POSADA, Amparo y otros. Un mundo que se mueve como el río: Historia regional del Magdalena Medio. Santafé de Bogotá: Editorial Instituto Colombiano de Antropología, 1994. Págs. 162-168.

5. Idem

6. Idem

7. Idem

8. Tras los pasos perdidos de la guerra sucia: Paramilitarismo y operaciones encubiertas en Colombia, Ediciones NCOS, 1995. Pág. 57

9. Idem

10. Idem

11. CASTILLO, Fabio. La Coca Nostra. Santafé de Bogotá: Editorial Documentos Periodísticos, 1991. Pág. 200.

12. MURILLO POSADA, Amparo y otros. Un mundo que se mueve como el río:

Historia regional del Magdalena Medio. Santafé de Bogotá: Editorial Instituto Colombiano de Antropología, 1994. Pág. 164

13. CASTILLO, Fabio. La Coca Nostra. Santafé de Bogotá: Editorial Documentos Periodísticos, 1991. Pág. 215

14. MURILLO POSADA, Amparo y otros. Un mundo que se mueve como el río:

Historia regional del Magdalena Medio. Santafé de Bogotá: Editorial Instituto Colombiano de Antropología, 1994. Pág. 165

15. Idem

16. Entrevista B-MM-06-114

17. Bonilla Vélez, Gloria Estella. Op Cit. Entrevista a un poblador del municipio de Puerto Berrío.

18. MURILLO POSADA, Amparo. Op. Cit. Pág. 168

19. Idem

20. Entrevista B-MM-06-114

21. MURILLO POSADA, Amparo. Op. Cit. Pág. 167


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 16jul01
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