Indice Volumen I

Colombia Nunca Más


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Bajo Nordeste Antioqueño

Primera Etapa 1982-1984

Capitulo VII

Entre la venganza y la instauración del Proyecto Paramilitar

Segovia y Remedios

1. Oro, mineros y propietarios

Los municipios de Segovia y Remedios constituyen la región del Bajo Nordeste antioqueño. Se caracterizan por la inmensa riqueza aurífera que hacen que su principal actividad económica sea la minería de veta y aluvión, produciendo aproximadamente el 74% del oro del país, haciéndola muy atractiva para la inversión del capital nacional y extranjero. Cerca del 55% de la población del nordeste depende de la actividad minera.

La actividad económica del Bajo Nordeste ha dependido de la minería fundamentalmente, a pesar de contar con tierras aptas para la agricultura y la ganadería, las cuales se desarrollan en menor escala.

1.1. La Frontino Gold Mines y el Concordato: ¿crisis o táctica imperial?

Durante la década de los cincuentas, los ingleses se vieron forzados a vender sus derechos de la Frontino Gold Mines a una firma americana, debido a las cargas de impuestos excesivamente altas que Inglaterra puso sobre las compañías mineras inglesas. La firma norteamericana, Internacional Mining Company. mantuvo el nombre de la Frontino y continuó explotando el oro y la plata.

En la década de los sesentas, estos últimos empiezan a mostrar una pos tura de insatisfacción, congelando inversiones, abandonando proyectos, efectuando trabajos sin sentido y abriendo minas sin estudio previo. Todo esto como un preludio para declarar la empresa en quiebra, lo cual efectivamente se hizo en 1977, aduciendo entre otros los siguientes motivos: incapacidad para asumir la carga prestacional de los jubilados; agotamiento de las reservas y bajos precios del oro que no compensaban los altos costos de explotación (el precio del oro estuvo congelado por casi 20 años en US$30 la onza troy). (1)

Ante estas circunstancias la empresa es declarada en concordato preventivo por la Asamblea el 28 de enero de 1977. Cubrió aspectos como la suspensión del trámite del cierre definitivo de la empresa; cambio total en la administración por personal de nacionalidad colombiana; las ganancias se debían invertir en el mejoramiento de la empresa y , fundamentalmente, la creación del Fondo de Pensionados, pues en ese año eran 430 los jubilados y en 1999 se llegaría a cerca de 915.

Dicho fondo debía contar con 25.000 millones de pesos, para luego entrar en el proceso de liquidación de la empresa. El Concordato firmado por los trabajadores y el liquidador, Hernando Franco Idárraga, nombrado por los norteamericanos, contiene una cláusula que da oportunidad de cesión de bienes con prioridad a los trabajadores, luego al gobierno y por último a los particulares. Allí también se otorgan plenos poderes al liquidador. Inicialmente esta figura concordataria estaba planteada a un año con revisiones trimestrales; al término de dicha etapa, de común acuerdo se deci de prolongar a 5 años más el concordato. De prórroga en prórroga se completaron 23 años con dicha figura administrativa. (2)

En el momento del retiro de los norteamericanos, la empresa quedó en un estado lamentable. Las instalaciones físicas y los equipos estaban en avanzado estado de deterioro. Ante esta situación de crisis general, los programas, planes y decisiones gerenciales, tanto técnicas como administrativas, quedaron en manos de ejecutivos nacionales sobre cuyos hombros recayó la gran responsabilidad de sacar a la flote la empresa y ponerla de nuevo en marcha.

Hasta 1977 la Frontino Gold Mines tenía a su alrededor unas 70 fincas (latifundios) para la explotación ganadera. Se dice que las 2/3 partes del suelo del municipio de Segovia eran propiedad de la empresa, unas 14 mil hectáreas. La destinación de la tierra a explotación ganadera era importante para la empresa en la medida en que con ello se impedía a los colonos y pequeños mineros la explotación del oro.

La empresa, al entrar en concordato, reduce la explotación ganadera y los colonos empiezan a apropiarse de las tierras. Durante los primeros años del concordato la explotación aurífera fue de subsistencia, no generó ganancias. El repunte del precio del oro hacia los años de 1982 1983, el cual alcanzó cifras cercanas a los 430 dólares la onza troy, permitió una bonanza en la región y un reacomodamiento en las finanzas de la empresa, siempre en busca del objetivo del concordato: la creación y consolida ción del fondo de pensionados.

1.2. Los Mineros

La década de los ochentas fue importante por los acelerados procesos de invasión de tierras en busca de oro. La procedencia de la gente era muy variada: eran campesinos que venían de diferentes municipios huyendo de los conflictos que se generaron en las áreas rurales, de la zona cafetera y de las zonas agrícolas del norte, atraídos por el boom del oro.

Otro elemento que ha jugado un papel esencial en la situación económica y el poblamiento del Bajo Nordeste, es la imagen de una región próspera que se ha difundido, lo que hizo que en las décadas de los setentas y los ochentas muchos pobladores de tos departamentos de Córdoba, Sucre, Santander y Chocó, se desplazaran hacia la región en búsqueda de oro. Esto hizo de los habitantes de estas regiones una población flotante en un primer momento.

Los campesinos que habitan la zona rural de estos municipios se dedican básicamente a la explotación minera artesanal e independiente; de una manera colectiva ubican minas o puntos clave de aluvión para su explota ción. Otros en la zona urbana de Segovia crearían los primeros barrios de invasión, situación aprovechada por el partido liberal para obtener votos y vender tierras que antes eran de propiedad de la Frontino Gold Mines.

Según el tipo de mina explotada y de la técnica empleada, podemos distinguir varias categorías de mineros: la compañía, el minero grande, el mediano, el pequeño minero y el barequero. La inmensa mayoría de los mineros independientes corresponden a las dos últimas categorías. En la explotación minera se distinguen tres tipos de mina, estas son: LA MINA DE VETA, en la que trabajan los mineros introducidos en las entrañas de la tierra como topos, con aire escaso, mucha humedad y poca luz; para su explotación es indispensable la dinamita; LA MINA DE ALUVIÓN, que es la que se explota en los ríos y lagunas con dragas y moto-bombas; y LA MINA DE TIERRA, que se trabaja muy superficialmente, teniendo la pica y la pala como herramientas fundamentales.

Las técnicas más extendidas de la minería independiente son el barequeo y el mazamorreo. El barequeo consiste en arañar la tierra hasta abrir un socavón en busca de algún esquivo "nal' de oro; el mazamorreo consiste en meterse en los ríos y quebradas, con el agua a la cintura y el sol a la espalda, y con una batea extraer el metal precioso. En la región encontramos otros nombres que reciben algunos mineros independientes, por ejemplo, machaqueros, gueveros, entre otros.

2. La organización popular: entre la utopia y la realidad

En el libro "el Comunismo en Antioquia' se señala la primera organización del partido comunista en el municipio de Segovia en 1936 con una reorganización en 1958. El florecimiento del movimiento social en el Nordeste Antioqueño fue en su época de efervescencia, el nacimiento de la esperanza en mejores condiciones de vida, sobre todo de dignidad. Los antecedentes del movimiento campesino, obrero y popular, datan de finales de los sesentas, con el surgimiento en Segovia y Remedios del movimiento agrario "PAN Y TRABAJO", salido de los núcleos de base organizados por el Partido Comunista en el área rural. Se proyectó como un movimiento de ascendencia netamente campesina que propugnaba por mejores condiciones de vida representadas en obras de infraestructura.

Durante este período las organizaciones sociales realizaron un sinnúmero de movilizaciones populares algunas de carácter municipal y otras regio nales, pero ya no buscando el mejoramiento de las condiciones sociales o la instalación del acueducto municipal, sino por el respeto a la vida y la integridad personal.

En 1976 se conforma el MOVIMIENTO DE LOS BAREQUEROS; eran mineros artesanales independientes que para la época estaban en litigio con la empresa minera Frontino Gold Mines, debido a la exploración ¡legal que los mineros hacían del suelo suburbano de Segovia. Este tipo de explotación hecha por los mineros artesanos motivó la represión por par te de las autoridades con arrestos de cárcel, multas en dinero y decomiso del material de trabajo. Es de anotar que a la compañía minera el gobierno colombiano le había otorgado títulos a perpetuidad de las áreas mine ras del subsuelo de los municipios de Segovia y Remedios; por tal motivo, la explotación sólo estaba permitida en los botaderos de escombros mine ros hechos por la propia compañía.

En 1978, en el gobierno de Turbay Ayala, se expide el Estatuto de Seguridad. Aunque hubo oposición política al gobierno de Turbay y a su Estatuto, a través de boletines y de los periódicos Voz y Tribuna Roja, no se sintió con la misma fuerza que en otras regiones. La política represiva se agudizaba por la persecución contra los dirigentes populares y opositores políticos, afectando en mayor grado a los militantes del Partido Comunista.

A comienzos del año 1977 hace su presencia en el escenario político otro movimiento de izquierda, el MOIR de orientación maoísta. Igual que el partido comunista, orienta su trabajo en dos frentes: el rural y el urbano. Su proyección política se perfila hacia la conformación de núcleos de estudio del maoísmo teniendo influencia en los sectores estudiantiles y obreros independientes. Su otro frente de acción de masas es el rural, donde sus cuadros combinan la actividad política en lo educativo con lo laboral en la minería artesanal.

Estos sectores sociales no eran unos entes independientes ni aislados del acontecer político; representaban en buena parte los electores del Partido Comunista Colombiano en los municipios mineros del Nordeste. Bajo el abrigo y apoyo de este partido político, las dos expresiones del movimiento social organizado tuvieron voz para manifestar y hacer conocer sus inconformidades y desdichas en esos municipios.

Mucho antes de que surgieran estos dos movimientos sociales, en Segovia ya existía desde 1935 el Sindicato de Trabajadores de la Frontino Gold Mines Sinfromines -. Este sindicato también comienza a ser influido por el Partido Comunista y es así como en los primeros años de 1970 contaba en su Junta Directiva con algunos militantes de dicho partido.

Bajo su tutoría, el sindicato desarrolla el trabajo de educación y formación sindical de obreros y directivos sindicales; se establece una nueva relación obrero patronal en la que comienzan a primar las reivindicaciones de índole social, salarial y laboral.

Con el transcurrir de los años se fue haciendo más sólida la influencia comunista, tanto en lo urbano como en lo rural. De esta manera el partido de oposición iba copando espacios políticos y afianzándose electoralmente, hasta el punto de tener concejales en estos municipios de marcada tendencia liberal.

El posicionamiento social de este nuevo movimiento político, en especial en el sector rural, hace que se den discusiones de carácter político entre los dos movimientos de oposición, en su afán por ganarse el favor de sus electores. Tanto el Partido Comunista como el MOIR llegan a sus bases con periódicos impresos: VOZ PROLETARIA y TRIBUNA ROJA, respectivamente.

Es un período de avances en la proyección política de los dos movimientos de izquierda que se disputan las masas y la de los partidos tradicionales; las coaliciones emergen como negociación política de acuerdos para trabajar en los Concejos municipales. Podemos decir aquí que, aunque el Moir se presentó a elecciones, no obtuvo representantes al Consejo, pero ello no fue motivo para renunciar a sus pretensiones políticas como movimiento alternativo. Para los años setentas, la Unión Nacional de Oposición -UNO- (3) tuvo una votación importante en la región.

De otro lado, el Partido Comunista mantenía su dinámica política. Apoyándose en ella, su líder principal, el Concejal Gilberto Gallego Copeland, organiza en Segovia la Juventud Comunista -JUCO-., en 1980. Sus integrantes eran jóvenes que oscilaban entre los 18 y 20 años de edad;" ...ellos participaban de sesiones de estudio y formación política e ideológica, teniendo como referente la lucha del proletariado ruso. Es tiempo de agitación anti-imperialista y consignas pro rusas; se trata de hacer conciencia del conflicto bipolar entre el exponente del capitalismo y el del proletariado." (4)

En el Bajo Nordeste el Partido Comunista y el Moir fueron golpeados duramente en 1983, con el asesinato de varios de sus lideres más destacados y buena parte de su base social en la zona rural entre Segovia y Reme dios, concretamente en la región de Manila. Dicha política de exterminio tuvo como principal determinador al Batallón de Infantería Nº12 "Bombona", al mando del Teniente Coronel Luis Eduardo Torres Mesa (1982) y del Teniente Eduardo Enrique Romero Barrios (1983), con la participación de los paramilitares Castaño Gil; (5) y de los capitanes del Ejército Jorge Eligió Valbuena Barriga y Francisco Rey.

3. El conflicto armado: de los grandes operativos a la concreción del "MAS" en el batallón bombona

3.1. La llegada del MAS al Bajo Nordeste Antioqueño

Acordes con su dinámica nacional, las fuerzas militares, a partir de 1966 cuando se inicia el nuevo ciclo de violencia, tienen como eje central la lucha contrainsurgente. Aquí se evidencian diferentes concepciones del manejo de la violencia en este nuevo ciclo, ya que hasta aproximadamente 1978 predomina una acción represiva abieratemente institucional de un ejército móvil, y de 1978 en adelante un ejército más permanente combi na formas de acción militar institucional (incluyendo acciones cívico milita res) con formas no institucionales de represión, como la creación de grupos paramilitares y acciones encubiertas.

En efecto, el párroco de Remedios, Padre Gabriel Yepes, afirmó : « con 12 años que llevo en la región '... he podido constatar que el ejército ha tratado mal al campesino... una vez, cogieron a 44 campesinos y los pusieron al sol hasta que se pelaron. Les quitaron los botones a los pantalones para que los mantuvieran con las manos y sólo les vinieron a dar agua a los 3 días» (6)

El Batallón Colombia se instaló en la región en 1970 con aproximadamente 400 hombres. En 1975 dicho Batallón le dio paso al Batallón Miguel Antonio Caro, el cual, durante sus pocos meses de permanencia, realizó varias brigadas cívicas de salud y aseo. A finales de 1975 se creó la base militar del Batallón Bombona. Una característica común de los asentamientos militares es que se han instalado en predios de la empresa Frontino Gold Mines, la cual se comprometió a suministrar alimentación a todos los militares acantonados en dicho lugar.

En 1982, opera una estructura paramilitar en el Nordeste Antioqueño y el Magdalena Medio, autora de numerosos asesinatos y desapariciones de activistas locales de oposición y campesinos de la región. Esa estructura paramilitar opera bajo el nombre de Muerte A Secuestradores -MAS-. Según las investigaciones adelantadas sobre este grupo por la Procuraduría General de la Nación y la Dirección Seccional de Instrucción Criminal de Antioquia, el Mayor Alvarez Henao, quien se desempeñaba como segundo comandante del Batallón Bombona, era uno de los principales miembros de esa organización paramilitar, seguido por el jefe de su sección de inteligencia, S-2, el Capitán Guillermo Visbal Lizcano. Igualmente la Procuraduría vinculó en su investigación al Sargento José Aníbal Rodríguez y a los Cabos Carlos Alberto Jurado Solano y Julio César Arango Arango. (7)

Según funcionarios judiciales que investigaron al M..A.S de Puerto Berrío, el oficial Alejandro Alvarez Henao, luego de haberse retirado del Ejército, habría ingresado a las estructuras paramilitares de la Costa Atlántica, jun to con el ex oficial Luis Antonio Meneses Baez alias «Ariel Otero», en las que se habría destacado por sus cursos de instrucción en explosivos.

Los oficiales del Batallón Bombona se encargaron de reclutar en las filas del M.A.S a los hermanos Castaño Gil, luego del secuestro de su padre, Jesús Castaño, reconocido hacendado del Nordeste, el viernes 19 de septiembre de 1981, por el IV Frente de la FARC. Tiempo después se supo que el padre de los Castaño había muerto en cautiverio y que su hijo mayor, Fidel Castaño, prometió vengar su muerte.

Fue así como en compañía de algunos de sus hermanos se dispuso a "colaborar" con el Ejército y, según el Padre Gabriel Yepes, Párroco de Remedios "...la Policía de Remedios y Segovia recibió 36 motos de manos de Fidel Castaño, con las cuales lo escoltaban cuando él salía por ahí a tomarse unos tragos. El Ejército también lo cuidaba como si fuera otro general" (8). Los mismos Fidel y Carlos Castaño Gil lo reconocerían después ante la opinión pública: "Nos fuimos a la base militar de Segovia que pertenece al Batallón Bombona. Todos juntos, cuatro hermanos: Fidel, Reinaldo, Eufraelo y mi persona. Llegamos allí y les contamos nuestra tragedia... y les dijimos: 'Nosotros conocemos estos sitios por donde se desplaza la guerrilla. Que yo conozco una casa donde duermen. Que yo conozco una donde dejan el mercado. Que yo sé por qué camino cruzan'. Y el ejército nos integró como sus guías. Hicimos muchísimas operaciones con buenos resultados.." (9)

Los hermanos Castaño ingresaron así a las "autodefensas' creadas por el Batallón Bombona. Allí recibieron "capacitación en la lucha contrainsurgente" (10), bajo la dirección del capitán Jorge Eligió Valbuena Barriga, comandante de Contraguerrilla de dicho Batallón.

Algo de la historia de Fidel Castaño

Para 1978 Fidel Castaño Gil era un narcotraficante reconocido en la región del nordeste que operaba desde el bar "El Minero", establecimiento que compró en Segovia, municipio al que había llegado procedente de su tierra natal, Amalfi. Era un adinerado jugador de gallos y cartas.

"... en principio se dedicó al cultivo de la marihuana y más tarde se metió al negocio de la coca, construyendo dos laboratorios en una de las tres fincas que por entonces ya poseía. En tanto, Vicente y Manuel, dos de sus hermanos, morían en accidente que sufrió una avioneta cargada de coca que cubría la ruta Beni en Bolivia Los Angeles.

La gente de Medellín le pagaba bien la producción de coca a Fidel que para 1979 ya era un acaudalado hombre de la región; había comprado más tierras y gozaba de gran aprecio entre los ganaderos." (11) A tal punto de convencer a Jesús Castaño, su padre, para que comprara tierra en Segovia, Carlos Castaño recuerda: "(Jesús Castaño) vivía dentro de la finca y venía a visitarnos muy poco... cada mes. El bajaba a las ferias de ganado el último jueves de cada mes cuando los finqueros sacaban su ganado a los corrales. Para entonces, ya no tenía finca en Amalfi porque se había ido para Segovia. Lo de Segovia es que Fidel conoció y le dijo: 'Castaño, esa tierra es excelente, es maravillosa. Allá es de donde vamos a salir de la ruina'. Entonces Castaño vendió lo de Amalfi y compró cuatrocientas cincuenta hectáreas en El Hundidor, y otras doscientas, siete horas de camino adentro" (12) El precio pagado por una de ellas fue de aproximadamente 6 millones de pesos, ya que ésta incluía ganado. Las dos principales fincas de los Castaño, El Hundidor y Las Guaguas, ubicadas en Remedios y Segovia, llegaron a reunir alrededor de 1.200 reses. Con el ganado de la familia Castaño llegó la fiebre aftosa a la región, la cual perjudicó especialmente a los pequeños propietarios de ganado.

Durante el resto de la década de los 70 se presentaron varios choques básicamente entre las FARC, quienes consolidaban su presencia en la región, y el grupo que Fidel había armado para la protección de su actividad económica y personal.

En 1981 "las FARC secuestraron a Jesús Castaño, el padre de Fidel. El narcotraficante no tuvo otra alternativa que pagar diez millones de pesos de rescate a la guerrilla, entonces mejor organizada militarmente y con gran control en la zona. Pero el padre de Fidel murió, víctima de un infarto, cuando la guerrilla se disponía a entregarlo en la vereda El Río, cerca de Segovia, donde también había sido secuestrado.

El mafioso, que había disuelto su primer grupo paramilitar, prometió cobrar venganza, mientras seguía acumulando dinero gracias a sus negocios de coca con el cartel de Medellín". (13)

Con las acciones de 1982 y 1983 en la zona rural y urbana de Segovia y Remedios, "Fidel mostraba otro frente criminal estimulado con el dinero del narcotráfico: las organizaciones paramilitares. -Fue así como se trazó el camino de los paramilitares, en el que convergirían intereses comunes de poderosos ganaderos y terratenientes, algunos sectores de las Fuerzas Militares y los barones de la droga" (14)

Germán Silva, propietario de una casa de chance de Segovia y amigo personal de Fidel, al cual le confiaba la administración de sus bienes, compraría tierra cerca de una propiedad de los Castaño en 1980. Silva serviría de apoyo al grupo de militares y civiles que realizó la masacre en la región de Manila; por esta razón sería ajusticiado por la guerrilla de las FARC, cuando regresaba de una de las fincas de Fidel Castaño. Ese mismo año Cesar Pérez García visitaría la región.

3.2. La presencia insurgente en el Bajo Nordeste Antioqueño

Los graves conflictos sociales y la situación de marginalidad que se pre sentaba en la región fortalecieron al movimiento popular y facilitaron el surgimiento de organizaciones legales de izquierda así como el apoyo popular a las mismas, convirtiendo a esta región en una de las más com prometidas en la búsqueda de mejores condiciones sociales.

El conflicto social continuó agudizándose en la zona y con ello la repre sión. Por una parte, la clase obrera y el movimiento social luchaban por reivindicaciones sociales y laborales, y por otra, el Estado utilizaba la re presión para acallar las voces de protesta. En esta coyuntura, a principios de la década del 70, comienza a operar el Ejercito de Liberación Nacional -ELN-, y con ello se presenta una agudización del conflicto, toda vez que el Ejército realiza operaciones de mayor choque contra los campesinos (15). En este sentido, la Comisión Andina de Juristas señala: "En 1973 el Ejército realiza la operación Anorí que tenía como finalidad golpear a los fun dadores del ELN. Para ello realizan una vasta operación militar que tiene como resultado la muerte de los hermanos Manuel y Antonio Vásquez Castaño, cofundadores, y a otros de sus dirigentes" (16)

Todo parece indicar que, como consecuencia de esta acción, este grupo guerrillero se replegó, dejando de realizar trabajo visible en la zona duran te varios años. Solo a partir de 1978 el frente "José Antonio Galán" realiza incursiones esporádicas en los municipios de Zaragoza, El Bagre, Segovia, Remedios, Maceo, Yolombó, Amalfi y Anorí.

De otra parte, en 1966 se creó el IV Frente de la FARC, el cual hizo presen cia en la región del Magdalena Medio, comandado por Ricardo Franco y Martín Villa. La década de los 70 fue un período de crecimiento para la FARC, que comenzó a desdoblarse proyectando la extensión de sus frentes a otras áreas. "En un proceso acelerado de crecimiento, del IV frente se pasa a la creación de cinco frentes más, lo que permite su desplazamiento hacia Puerto Berrío y, de allí hacia el Nordeste y Bajo Cauca antioqueño." (17)Para 1980 las FARC ya hacían presencia en la zona rural de estos munici pios, pero se dieron a conocer con sus principales golpes en 1981, primero con el asalto al principal comprador de oro de la región, Bernardo Estrada, el 25 de marzo, y posteriormente con el secuestro de uno de los hacenda dos más adinerados de la región, Jesús Castaño, el 19 de septiembre. (18)

En la década del 80 esta región se encontraba muy desarticulada del resto del departamento, lo que hizo muy próspero el trabajo y avance del ELN y de las FARC. Las empresas extranjeras pedían protección al gobierno para poder continuar su proceso de explotación y acumulación, a lo cual se res pondió con el consabido proceso de militarización; además las empresas realizaron algunas inversiones en "seguridad", pretendiendo evitar cualquier manifestación de protesta y desobediencia por parte de la población.

4. Escarmiento a la oposición política: "¡A punta de machete!"

4.1. Al inicio del nuevo ciclo de violencia

A comienzos de los años setentas, en la región del Nordeste antioqueño hubo escenas de terror, como la exhibición de los cuerpos de dos campe sinos asesinados por el Ejército y colgados de un helicóptero con el fin de intimidar a la población. Uno de ellos era conocido en Segovia como "Yeyo". Este hecho se presentó al inicio de la "Operación Anorí". Además, se conocieron denuncias hechas por diputados de la Asamblea Departamental acerca de campesinos que fueron lanzados desde helicópteros militares.

El 22 de abril de 1976 en Segovia fue asesinado con sevicia el campesino Miguel Agudelo, de 50 años, por miembros del Ejército, quienes lo sacaron de su finca ubicada en este municipio. Tres días después sus familiares encontraron su cadáver decapitado y mutilado a machete en la finca La Sonadora. El Campesino había sido detenido varias veces por el Ejército meses antes de su asesinato, acusado de auxiliar al ELN. "En una de estas ocasiones su casa fue quemada y sus animales sacrificados por la tropa. Esta vez, todo indica que sus eternos perseguidores, que se negaron a participar en la búsqueda y en el levantamiento del cadáver, decidieron eliminarlo definitivamente. Es la convicción de todo el pueblo". (19)

Miguel, padre de 14 hijos de los cuales dos eran militantes de las FARC (Mario conocido como "Boris" y Gildardo conocido como "Marcelino") y una de sus hijas, Rocío, era militante del ELN y "...quien recientemente contrajo matrimonio con el antiguo dirigente del ELN, Ricardo Lara Para da, quien actualmente purga una larga condena en La Picota. (...) ella salió libre con cerca de 90 de tenidos más, al ser anulado por la justicia ordinaria el consejo de guerra de El Socorro contra el ELN, en virtud de las innumerables irregularidades allí cometidas". (20)

Un Alto oficial de Segovia afirmó que el asesinato de Miguel había sido cometido por el ELN y obedecía a que "su hija se había casado con un desertor" (21) De otra parte, varios medios de comunicación, entre ellos el periódico El Tiempo, en ese entonces difundieron la noticia del matrimonio de Rocío, señalándola como una de las participantes de supuestos pelo tones de fusilamiento contra inocentes campesinos. También sembraron dudas acerca de los motivos por los cuales había sido dejada en libertad.

Tanto las afirmaciones del oficial, como la información difundida en los medios de comunicación, buscaban crear la impresión de que el asesinato del padre de los Agudelo lo habría cometido la guerrilla y así quitarle el fundamento a cualquier denuncia.

De otra parte, la década de los setentas, como se señalaba antes, se caracterizó por la represión directa de los agentes estatales, predominando las detenciones con limitación de las garantías procesales seguidas por torturas, así:

En enero de 1972 en el municipio de Remedios el estudiante Juan de Dios Arroyave fue detenido por el Ejército con limitación de garantías procesales y torturado mediante aislamiento e incomunicación, amenazas, privación de alimentos y prohibición de elementos de primera necesidad.

En noviembre de 1975, en Segovia, el estudiante Elkin Manrique fue detenido por la Policía con limitación de sus garantías procesales y sometido a golpes. Le quedaron secuelas de las torturas. Estuvo recluido en la inspección de policía.

En 1978, en el municipio de Remedios, el campesino Reinaldo Alvarez fue detenido por el Ejército con limitación de garantías procesales y torturado. Estuvo sometido a las siguientes modalidades de tortura: submarino, amenazas, golpes con objetos diversos y patadas.

4.2. El "MAS"operando desde el Bomboná

El paramilitarismo entró en Segovia y Remedios con fuerza, impunidad y terror, en los meses de junio y julio de 1982, en la región de Cañaveral, cuando un grupo armado vestido de civil y con el apoyo del Batallón Bombona realizó la primera masacre de 8 mineros aproximadamente. Carlos Castaño Gil, que para ese tiempo se incorporó como guía del Ejército junto con sus tres hermanos, lo señalaría posteriormente al afirmar: "Hicimos muchísimas operaciones con buenos resultados. No fueron mu chas las bajas, pero sí mucho encontrarles donde tenían abundante droga almacenada, mucha comida almacena, una imprenta,...". (22) De esa coyuntura sólo se pudieron identificar estos casos:

En junio de 1982, en el municipio de Remedios, fueron asesinados los mineros Luis Ramírez, Jaime Ramírez y Jorge Eliecer Rincón, de 36 años, en una acción conjunta con el Batallón Bombona con los paramilitares. Los hechos se presentaron en la vereda Cañaveral.

El 17 y 18 de julio de 1982, en las veredas El Río, Cañaveral y Puna, de Remedios, fueron asesinados Brigadier Gómez Rincón, minero de 22 años,Adolfo Gallego, de 28 años, su esposa Teresa, Omar Gallego, de 18 años, Gilberto Antonio Cano y su hermano, Rosa de Cano y Jorge Rueda, por miembros del Batallón Bombona quienes patrullaban con varios civiles, dentro de los cuales se logró identificar a Conrado Ramírez y Gilberto Correa. Igual suerte corrió Alfonso Santos, conocido como "el paisano", quien fue asesinado en la ve reda El Río al negarse a servirles como guía. Estos campesinos, militan tes del Partido Comunista, fueron asesinados y reportados por el Ejército como "guerrilleros muertos en combate". Dicha vereda esta ubicada cerca de la finca El Hundidor, donde las FARC secuestraron a Jesús Castaño, propietario de la misma y padre de Fidel y Carlos Castaño Gil.

En relación con estos hechos un campesino nos relató:

"... a eso del mediodía prendí el radio en las noticias de RCN y escuché que entre los muertos dados de baja en combate por el Ejército aparecíamos un amigo y yo. Este amigo estaba en mi casa, nos asustamos mucho y no sabíamos qué hacer. En la tarde nos llegaron razones de campesinos que nos saliéramos para el pueblo a Segovia que nos estaban buscando para matarnos. Tuvimos que dejar todo: animales, tierra y familia; entonces nos escondimos en el monte en una cañada y nos pusimos a barequear. Mi mujer y los niños los mandé esa misma tarde para donde mis suegros, en Patevaca, que estaba relativamente cerca. Cuando ya salió el Ejército y los guías civiles, nos salimos para el pueblo y abandonamos la tierra. Sacamos muy pocas cosas, nos vinimos como pudimos.

Estando en Remedios haciendo unas vueltas, el Ejército, en compañía de unos civiles, me carrerió y tuve que esconderme. Por poco me co gen. Me escapé de milagro. Me buscaron en la casa de unos familiares allá en Remedios, pero ya me había ¡do a esconder a Segovia. Estuve mucho tiempo escondido pues preguntaban por mi apodo y mi nombre. Yo era más conocido por el apodo. La gente que me conocía me man daba razones de que me fuera, que estaban buscándome para matar me. No tenían porqué haber matado a los campesinos; no le habían hecho daño a nadie". (23)

La venganza continuó y el 29 de diciembre de 1982 fue asesinado Cupertino Rojas, en Remedios, en la vereda Cañaveral, por paramilitares.

Torturador y espejo

Mírate
así
qué cangrejo monstruoso atenazó tu infancia
qué paliza paterna te generó cobarde
qué tristes sumisiones te hicieron despiadado
no escapes a tus ojos
mírate
así
dónde están las walkirias que no pudiste
la primera marmita de tus sañas
te metiste en crueldades de once varas
y ahora el odio te sigue como un buitre
no escapes a tus ojos
mírate
así
Aunque nadie te mate
sos cadáver
aunque nadie te pudra
estás podrido
Dios te ampare
o mejor
Dios te reviente.


(Mario Benedetti)

A comienzos de 1983, tras el ataque frontal de los grupos insurgentes a este tipo de acciones encubiertas con el apoyo de civiles, que cada vez se identificaban más con el proyecto paramilitar, se decide dar un paso más en esta política de Estado. Así lo refiere Carlos Castaño Gil:

"...nos fuimos a Puerto Berrío, tomamos contacto directamente con el Batallón donde ya existía un Coronel, nos recibió ese Coronel con una mezcla de simpatía y curiosidad y le dijimos: somos esto, hicimos lo otro y él dijo:

'¡Ah! ¿con que ustedes son los que han estado por ahí acabando con todos esos cuatreros en el nordeste';

sí señor;

...Nos conectó con un Mayor, ya fallecido, que fue el pionero de las autodefensas de Colombia. Antes de hablar de Henry Pérez, antes de hablar del padre de Henry, fue ese Mayor quien comenzó a reclutar campesinos, no para el ejército siendo activo sino para las autodefensas y a formarlos y darles capacitación.

Ahí nos pegamos nosotros y a ese curso fuimos setenta y cinco llegó el papá de Henry, llegó Ramón Isaza, llegó una cantidad de gente que hoy día está muerta en su gran mayoría, y de los vivos hay uno que otro en la cárcel. (...)

Bueno. Cuando se integró el grupo, llamamos a Puerto Boyacá y conocimos a una gente que apenas estaba empezando... Ahí conocimos al papá de Henry Pérez, quien se quedó al frente de esa zona y Fidel cogió todo lo que era Cimitarra, Puerto Berrío, el río Ité, San Bartolo. De San Bartolo subíamos por toda esa cordillera hacia un sitio que se llama el Cerro de las Mujeres, en Remedios, doblábamos y, estando ahí, llagábamos al área donde nosotros queríamos pelear porque allá era donde habían secuestrado a nuestro padre.

De ahí en adelante comenzó un crecimiento muy grande y ya brotaron grupos allí, grupos aquí, grupos allá y grupos en todas las zonas donde había guerrilla... Entonces comenzaron a ayudarnos ciertas personas: ganaderos tradicionales del Magdalena Medio que tenían cómo aportar dinero y nosotros sabíamos dónde comprar fusiles con ese dinero". (24)

En ese mismo año, 1983, comienza a operar este grupo paramilitar que se identifica en algunas ocasiones como "Los Tiznados", en otras como "Los Grillos', pero siempre como aditamentos del MAS. Este grupo que fue denunciado de manera insistente por las organizaciones populares como apéndice de los altos mandos del Batallón Bombona y del narcotraficante Fidel Castaño, quien realizó un macabro plan de exterminio contra las formas organizativas de la comunidad y las agrupaciones políticas de izquierda así como contra los grupos subversivos en la idea de 'quitarle el agua al pez'. Algunos han querido explicar la activación de este grupo por el afán de venganza que tenía Fidel Castaño por la muerte de su padre en manos de las FARC.

El 28 de julio de 1983 fue asesinado por dos miembros del Ejército pertenecientes al Batallón Bombona, el máximo dirigente del partido comunista en la región, Gilberto Gallego Copeland de 40 años, en una cafetería de la calle principal de Segovia. Guillermo se desempeñaba como concejal de este municipio por la UNO, con el cargo de Vicepresidente del Concejo municipal y asesor del Sindicato de Trabajadores de la Frontino Gold Mines. El 9 de agosto fue desaparecida la principal testigo del hecho, Ana Teresa Madrigal Álzate de 22 años, quien fue sacada de su casa ubicada en el barrio Argelia, por varios hombres, y obliga da a subir a un vehículo de marca Nissan de color rojo; el domingo 12 de agosto la madre de Ana Teresa fue informada por unos policías que en la carretera que conduce de Segovia al municipio de Amaifi, habían encontrado el cuerpo de su hija. Ana Teresa, quien vivía con un sargento, sólo había cometido el error de encontrarse en la base militar en el momento en que llegaron dos militares hasta el capitán Francisco Rey y le dijeron: "Capitán, misión cumplida", refiriéndose al asesinato del dirigente comunista. El cadáver de la joven fue encontrado sin los ojos, le habían cortado la lengua y cercenado los senos.

El 1 de agosto de 1983, un comando de 35 hombres salió de la base militar de Segovia en dos vehículos carpados: un camión de marca Ford 3.50 de propiedad de la empresa Frontino Gold Mines, la cual lo había prestado al oficial Valbuena Barriga ante la solicitud que él mismo formulara, y una camioneta de propiedad de Osear López, alias "Relámpago", reconocido minero amigo de los comandantes del Batallón Bombona; se internaron por la zona de Cañaveral y recorrieron la región de Manila, ubicada entre Remedios y Segovia. Tenían la orden de "peinar la zona". Dicho comando realizó una nueva masacre de mineros y campesinos, entre los que se encontraban ancianos y niños, algunos de ellos habían promovido la construcción de escuelas y obras de servicio público. Según el Padre Gabriel Yepes, Párroco de Remedios, se calculan entre 30 y 40 víctimas, muchas de ellas asesinadas a machete y tiradas al río Manila; otras fueron enterradas en fosas comunes.

Los campesinos y mineros fueron detenidos, torturados y asesinados con sevicia por los 35 hombres armados vestidos de ropa oscura y ponchos, pertenecientes a Unidades de Contraguerrilla del Batallón Bombona. Se pudo establecer en instancias judiciales que el Capitán Jorge Eligió Valbuena Barriga fue quien ordenó, dirigió y participó en dicha expedición, en contravía a la versión inicial de los mandos militares quienes atribuyeron la masacre a un grupo paramilitar liderado por Fidel Castaño. La impunidad que cubre esta masacre revela una vez más la táctica del terror como una política de Estado. (25) Además se logró conocer que dentro de los 35 hombres se encontraban el Capitán Francisco Rey y los paramilitares José García, Conrado Ramírez y Gilberto Antonio Correa Cano

Del dos al doce de agosto, los militares detuvieron a los campesinos, entre ellos a varias mujeres, niños y ancianos, y por medio de torturas los interrogaron sobre los movimientos de la columna IV de las FARC que hacía presencia en la zona; posteriormente los asesinaron; despedazaron algunos de los cadáveres con machete, otros fueron colgados; estos fue ron encontrados a orillas de los ríos Manila y Tamar y en fosas comunes. Varias de las víctimas de esta atroz masacre eran militantes del MOIR, otros líderes de las Ligas Campesinas y del Partido Comunista.

"Los criminales llevaban una lista con los nombres de los mineros y campesinos que mataron. Cuando los buscaban (el 8 de agosto) se encontraron con la anciana María Zuleta de Castrillón, de 67 años, a quien le dividieron la cabeza hasta la boca de un machetazo y con Zoila Alvarez de Agudelo, líder comunal de 54 años quien toda la vida se había dedicado a buscar oro y era alegre y caritativa como aseguran los que fueron sus compañeros cuando barequiaba en ¡a finca "Las Pavas", que extraen oro con sistema comunitario para evitar matanzas como la de agosto pasado. A Zoila la ahorcaron el mismo día que a María Zuleta, con una cuerda de nylon jalada por dos hombres desde los extremos, rematándola de un machetazo. Sin compasión y cuando el niño Dumar Alexander, de 10 años, que había visto asesinar a su abuelita y que era experto en sacar oro de los socavones imposibles para los adultos como su hermano Iván Darío, también eliminado ese día, gritaba horrorizado, su voz fue silenciada por un hachazo de los criminales, (sic) (...)

"El doce de agosto, antes que mi esposo saliera de la finca con el niño, desobedeciendo la orden de los asesinos que le dijeron <no salga antes del sábado. Si lo hace corre peligro. Si lo dejamos salir usted va a Segovia y cuenta que el Ejército está aquí.>, me dio mucho miedo. Los dos hombres que llegaron a la finca, antes que mi esposo, que estaba buscando en el sembrado yuca y plátano se cubrían la cabeza con un poncho. Solo se les veían los ojos. En la cintura llevaban dos granadas. Sospeché que eran del Ejército cuando me preguntaron si sabia dónde estaban los guerrilleros. No supe qué contestarles porque yo jamás he visto guerrilleros'.

Al parecer el niño trató de defender a su papá... fue tirado a la fosa con las manos atadas. Como el niño gritaba cuando macheteaban a su papá le dieron tres peinillazos en la cabeza. (...) Los asesinos que ocultaban su identidad dentro de unos ponchos y otros pintados su cara de ne gro, fueron dejando huellas de sangre y de desolación desde el 4 de agosto, dos días después de entrar a la selva, hasta el 13 del mismo mes cuando salieron al amanecer y montaron en un camión que los esperaba cerca ai puente del río Bagre." (26)

El Relato de uno de los sobrevivientes, ilustra la macabra acción de los militares y paramilitares:

"El jueves 4 de agosto, por la mañana, Esmar Agudelo madrugó a asear el motor de 16 caballos con el que bombeaban agua todos los días para la mina. Por la tarde fue a reparar el motor de unos vecinos, que estaba fallando.

A las seis de la tarde, cuando volvía, vio salir de la montaña a unos tipos que nadie conocía.

'Cayeron graneados. Iban con ponchos y sombreros blancos. Solamente uno iba de vestido azul', dice. Unos minutos más tarde, los tipos llegaron al rancho de Alveiro Franco. Allí vivía Agudelo con sus amigos. Era una edificación de madera y paja que les servía para no mojarse, para hacer la comida y para dormir.

'Traían machetes nuevos, 'fusiles y granadas', dice Esmar Agudelo. 'El de azul un tipo indio, de bozo, de unos 35 años llevaba una pistola y una puñaleta muy grandes... ese fue el verdugo...'. Uno de ellos entró al rancho y cogió dos escopetas que Agudelo y sus amigos usaban para cazar animales. Una era de fisto y la otra una número.

Agudelo dice que los hombres se mostraron muy formales, los saludaron y les preguntaron por el

trabajo. Esa semana, la gente de la mina había logrado sacar solamente tres castellanos de oro. Habían alcanzado para comprar las provisiones.

La cosa empezó a cambiar cuando uno de ellos los encañonó y los obligó a todos a entrar al rancho. Les pidieron los papeles de identificación. Les preguntaron si eran solteros o casados. Les preguntaron de dónde venían, cada cuánto salían a Segovia... Afuera se quedaron seis hombres vigilando. De pronto, Efraín Higuita les pidió permiso para salir a prender el fogón porque ya era hora de hacer la comida. Ellos dijeron que no y aseguraron que, en cosa de minutos, iban a dejarlos libres...

'Nos sacaron encañonados a todos cuenta Esmar.' Eran dos tipos para cada uno de nosotros. Nos hicieron parar a diez y quince metros de distancia el uno del otro. Nos dijeron que íbamos a conversar. Pero, de un momento a otro, uno de los que me llevaba a mí me hizo tirar al suelo y le pidió un lazo al compañero para amarrarme. "Yo me di cuenta que me iban a matar', agrega, 'y le dije: por qué me van a matar, hombre?. Ellos no contestaron nada. Entonces yo les dije: si me van a matar, no me amarren. Péguenme mejor un tiro. A los hombres no se los mata amarrados.'

En ese instante, Efraín gritó que a él ya lo habían amarrado. Efraín suplicaba que no lo fueran a matar, mientras ellos acababan de amarrarlo.

"A mí me amarraron de una estaca que no me subía al hombro" dice Agudelo. 'Me taparon la cara con una camiseta de algodón, que me había regalado un minero que se había ido. La camiseta ya estaba muy usada y yo podía ver a través de ella casi todo lo que estaba pasando. Uno de los tipos dijo: comandante, ya está listo. Y entonces el hombre de bozo, vestido de azul se vino. Yo ya había oído cuando le pegaron los machetazos a Efraín. No le dieron tiempo de gritar más. Le mocharon la cabeza.'

'El tipo se vino derecho para donde mí y me pegó un peinillazo en la nuca. Después me pegó otros dos, uno en cada hombro. Yo alcancé a ver por la camiseta cuando se agachó para sacar la puñaleta. Me metió tres puñala das en el pecho... después, yo oí que ellos se rieron cuando él dijo: voy a dañarle la jeta a este hijueputa. Sentí el peinillazo en la boca y me desmayé:

'Después me sentí desmadejado y vi que los dos tipos empezaban a soltarme. Uno se quedó encañonándome, ahí. Yo ni siquiera respiraba. Me agarró a patadas. Otro me esculcó los bolsillos. Pero no me destaparon la cara. Cuando se alejaron por ahí unos diez metros, yo respiré. No sé si me movió qué, porque uno de ellos dijo: ese hijo de perra todavía se mueve. El tipo de bozo dijo: denle más puñaladas a ese H.P.'

'Sentí que alguien se vino y me tocó y oí cuando dijo: no, no hay necesidad, ya se murió. Después se entraron para el rancho y sacaron las palas y los picos. Se pusieron a hacer un hueco en la tierra, cerquita al rancho. Al rato oí cuando dijeron: traigan al primero...'

'Entonces caí en la cuenta de que todavía estaba vivo. Alcé como pude la cabeza y vi que ya nadie me estaba mirando. No sé cómo me paré y arranqué a correr. Pero no era capaz de guardar el equilibrio. La cabeza me podía. Se me iba para los lados. Me caí como tres veces. Hasta que cogí un poquito de equilibrio y logré meterme a la montaña.'

En la montaña, Esmar logró seguir caminando, apoyándose en los árboles. Ya estaba oscureciendo. Y, aunque el aire le faltaba a cada trecho, teniéndose de los árboles logró subir una pequeña cordillera. Después, bajó a una quebrada. 'Tenía demasiada sed' dice Esmar. 'A mi me habían dicho que a los muertos les daba sed antes de morirse. Yo pensé que me iba a morir. Tomé agua, pero me hizo muy mal efecto. Me dio mucho vómito...'

A las siete de la noche escuchó un tiro de escopeta. Entonces pensó que Chucho había matado la guagua que andaba persiguiendo desde las cin co de la tarde. El tiro sonó cerca, pero él no era capaz de pararse. En ese momento, anheló poder llegar hasta el sitio donde su amigo recogía la guagua, para avisarle del peligro que corría.

Veinte minutos después, oyó otro disparo, esta vez de pistola, y un grito. Entonces supo que los hombres habían matado también a Chucho. (...)

A las ocho de la mañana, todavía sangrando y arrastrándose, Esmar Agudelo encontró un camino. Como ya había sol, se dio cuenta que era el mismo camino de Barbascalito, donde ese día él y sus amigos habían quedado de encontrarse con un arriero para ir a mercar.

Después de dar unos pasos, vio unas huellas de botas 'La Macha', sobre la tierra. Eran huellas de por lo menos veinte hombres y tenían la marca de las mismas botas que usaban los desconocidos que catorce horas antes lo habían 'matado' a él.

'Vi que era bobada tratar de seguir caminando' dice 'me tiré a un lado del camino y me acosté entre una bamba, una especie de cuevita que había entre las raíces de un árbol. A los diez o quince minutos pasó el arriero. Yo lo llamé, porque sentía que era él. Se asustó mucho cuando me vio tan ensangrentado y hasta se puso a regañarme por haberme tirado allí.'

Dicho arriero lo auxilió y le ayudó a continuar avanzando en medio de la montaña. Caminó con él toda el día. Llegaron a una casa a las siete de la noche. Allí, le quitaron la camisa y le lavaron la sangre. En la casa, Esmar tomó aguadepanela y caldo de pollo. Sólo hasta el ama necer pudo conciliar el sueño.

Por la mañana, lograron mon tarlo en una bestia ensillada; por el camino encontraron muchos mineros que volvían de Segovia. Cuando escuchaban el relato de los arrieros, los mineros optaban todos por devolverse. De este modo, se armó una procesión que llegó a la carretera a la una de tarde.

A las tres, en el hospital de Segovia, un médico empezó a coser las heridas que casi le habían arrancado la cabeza. El domingo, muchos mineros llegaron al hospital preguntando por los muertos. También llegó la Policía de Segovia. El lunes, a las 6:30 de la mañana, un helicóptero aterrizó en las afueras del hospital. Una hora después Esmar era bajado del aparato, todavía vivo, en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín. (27)

No se sabe a ciencia cierta cuántos fueron los asesinados, solo se logró establecer los nombres de:
• Efrain Higuita, 40 años, dirigente de la Liga Campesina
• Jesús Restrepo Montano, 38 años
• Jesús Emilio Zea Palacio, 40 años, dirigente de la Liga Campesina
• Julio Cesar Velez Rúa, 22 años
• Esmar Agudelo, herido de gravedad con machete
• Juan o Jesús Jaramillo Bedoya
• Saulo Pablo Vergara Montes, 34 años
• Juan Calderón Zuleta, 22 años
• Angelmiro Rojas, conocido como "La Pisca", 60 años
• Narciso Calderón Zuleta, 20 años
• Pedro Gaviria, conocido como "Tigrillo", 40 años
• Zoila R. Alvarez De Agudelo, 54 años, líder comunal, madre de Reina del Socorro y Jader Luis
• Reina del Socorro Agudelo Alvarez, 28 años, hija de Zoila y hermana de Jader Luis
• Jader Luis Agudelo Alvarez, 18 años, hijo de Zoila y hermano de Reina del Socorro
• Ivan Darío Castrillon Zuleta, 27 años, hermano de Elcónides de Jesús y Dumar Alexander
• Elcónides de Jesús Castrillon Zuleta, 16 años, hermano de Iván Darío y Dumar Alexander
• Dumar Alexander Castrillon Zuleta, 10 años, hermano de Iván Darío y Elcónides de Jesús
• María Zuleta De Castrillon, 67 años
• José Porfirio Suarez, 34 años
• José Porfirio Suarez, 10 años, hijo del anterior
• Luis Eduardo Pino Madrid, 31 años
• Duran Palacio, 12 años

El 18 de noviembre de 1983, otro minero correría la misma suerte en Remedios: Evelio Herrera fue asesinado por un grupo paramilitar sin identificar.

Durante los primeros meses de 1984 los campesinos de la región realiza ron una acción de protesta para denunciar las acciones de los militares y paramilitares cometidas entre 1982 y 1983; en dicha coyuntura se logra ron esclarecer los siguientes crímenes:

El 20 de enero de 1984 en Remedios fue desaparecido Jesús Soto Toro, quien había sido detenido y golpeado a culatazos junto a Baudilio Ríos, Héctor Tovar, Óscar Díaz y Emiliano Salazar Cuellar, todos ellos campesinos participantes del éxodo a Remedios, víctimas de la XIV Brigada del Ejército, quienes fueron agredidos al regreso de una marcha campesina en la solicitud de garantías de vida para la comunidad. La denuncia fue hecha por el Párroco de este municipio, Padre Gabriel Yepes.

5. El manto de la impunidad cae sobre el bajo nordeste

La impunidad que cubrió los hechos ocurridos entre 1982 y 1984 en el Bajo Nordeste Antioqueño es un claro y contundente ejemplo de lo que caracterizó el período, ya que aquí se patentiza la nueva táctica de lucha contrainsurgente desde la Doctrina de Seguridad Nacional: el paramilitarismo y las acciones encubiertas, las cuales se convertirían en el pan de cada día.

Las instancias de administración de justicia serían otras de las garantes para perpetuar la impunidad de los crímenes de lesa humanidad en la región bajo ese manto tenebroso, ya que brillaron por su ausencia y/o encubrimiento; acolitadas por los medios de comunicación, los cuales, por ejemplo, difundieron una versión inicial de los hechos ocurridos en agosto de 1983 en la zona rural de los municipios de Segovia y Remedios, donde se señalaba como los responsables de los hechos a las FARC (28) y a la delincuencia común (29); posteriormente los mandos militares atribuyeron la masacre a un grupo paramilitar liderado por Fidel Castaño, como otro mecanismo para desviar la atención y las posibles investigaciones.

6. Del terror a la resistencia

El 20 de enero de 1984, más de 1.000 campesinos, provenientes de las veredas La Honda, Cerro Grande, San Bartolomé y Alicante, entre otras, iniciaron un éxodo a la cabecera municipal de Remedios. El motivo principal que los llevó a tomar esta decisión, según sus propios testimonios, fue el miedo y la angustia por los asesinatos y amenazas que sufrían los campesinos. 'Corrió la alarma de que entraban tropas del Ejército y los labriegos, ante experiencias pasadas no olvidadas, decidieron abandonar todo y huir'. (30)

A los 4 días del éxodo el número de campesinos que ocupaban la población ascendía a 3.000. Se reunieron con el Alto Comisionado para la Paz, Antonio Duque, el Vice-procurador Jaime Ossa, el comandante de la XIV Brigada, Farouk Yanine Díaz, y el Gobernador de Antioquia, Nicanor Restrepo.

Los campesinos solicitaban:
• Que la Procuraduría investigara la vinculación de la FF.AA con Fadegan.
• Pronunciamiento de la XIV Brigada sobre la desaparición de Jesús Soto Toro.
• Que la Procuraduría General de la Nación investigara la muerte del señor Jairo Mora. Su cadáver apareció en las aguas del río Magdalena con el vientre abierto.
• Que la Procuraduría investigara por qué el Capitán Francisco Rey, co mandante de la base del Batallón Bombona, en Segovia, amenazó de muerte a la Juez de Instrucción Criminal, por tramitar investigaciones relacionadas con asesinatos de campesinos.
• Entrega de tierra a campesinos por parte de latifundistas de la región.
• Préstamos bancarios a los campesinos que tuvieran tierra sin explotar por falta de recursos económicos.
• Disminución del interés bancario, al 16.5% anual. (31)

El 25 de enero el número de campesinos en Remedios pasaba de los 6.000 y sostenían que, aparte de las amenazas de muerte habían sido quemados algunos ranchos y hacía pocos días habían sido asesinadas varias familias en la vereda La Honda. A su vez, algunas autoridades sostenían que los causantes del éxodo habían sido agitadores profesionales. (32)

Los campesinos reunidos en el municipio presentaban enfermedades como paludismo, desnutrición, diarrea (sobre todo los niños), etc. La población vivió una verdadera emergencia por falta de alimentos, agua y drogas.

Ante esta situación, el Alto Comisionado para la Paz, Antonio Duque Alvarez, prometió nombrar jueces especiales para investigar las masacres. El 28 de enero, una comisión viajó a Bogotá para denunciar las graves situaciones. El 2 de febrero los campesinos retornaron a sus tierras con la esperanza de que las promesas hechas por los representantes del gobierno se cumplieran: investigaciones de las masacres, construcción de es cuelas, puestos de salud, algunas plantas eléctricas, etc. (33)

El relato de Juan José Hoyos ilustra un poco más los pormenores de esta protesta:

"La gente salía por montones, dejando solos los ranchos, el ganado, los motores y las minas... En menos de una semana se quedaron casi solos todos los ranchos del Alto de las Mujeres, de Barbascalito, del Alto de Manila, de la Serranía de San Lucas, del río Puna.

En un solo día salieron de las montañas más de cien indios katíos que barequeaban por el río Manila. 'No volvemos por allá hasta que Gobierno no saque asesinos que matan con hacha', decían los indios.

'Era una romería de gente que nadie podía atajar. Todos salían de miedo', dice el Padre Jorge Mira, Cura Párroco de Segovia. El padre Mira tuvo que recibir en el pueblo a muchas familias, a pesar de que no había sitio para acomodarlas. Lo mismo le ocurrió al padre Gabriel Yepes, Cura Párroco de Remedios. La mayor parte de los muertos eran feligreses de su parro quia. A casi todos los conocía.

Para tratar de atajar la romería que estaba convirtiendo los campos en una especie de desierto, el Padre Yepes comenzó a hablar todos los días por la emisora parroquial. 'Pero era imposible detenerlos', dice el sacerdote,... 'los campesinos oían un disparo de algún vecino que estaba cazando una guagua y ya creían que habían vuelto los maleantes' agrega el Padre Yepes. 'En estas selvas de Remedios, oír ladrar los perros o ver venir de lejos a un desconocido, le causa a la gente una agonía mortal..." (34)

Un testigo decía:

"El éxodo se concentró en Segovia y en Remedios y en ese tiempo quién podría protegerlos si no había ninguna organización social aparte de la Iglesia; ya habían matado a Gilberto Gallego del partido comunista, muchos se habían venido para la ciudad, entonces buscaron respaldo en la Iglesia; era lamentable ver cómo llegaban los campesinos en las escale ras y se bajaban y feriaban sus animalitos, sus marranitos que podían sacar y sus gallinas en las esquinas del pueblo. Inclusive la gente en el pueblo se solidarizó mucho porque les dio colaboración; la Iglesia en ese aspecto se portó bien, pues quizá es lo más trascendente que haya hecho la Iglesia en esa región". (35)

7. Los efectos de la represión oficial en el bajo nordeste

Fueron varios los efectos sociales, políticos y económicos causados por la puesta en práctica del terrorismo como política de Estado en esta región. Grosso modo podríamos señalarlos así:

• La conflictiva situación degeneró en una grave crisis de derechos humanos a principios de la década de los 80. El Ejército continuaba con mayor energía su lucha contrainsurgente, sin respetar en sus operativos a la población civil; ametrallamientos y bombardeos llevaron a que los campesinos realiza ran éxodos masivos buscando resguardarse en las cabeceras municipales y el Estado no tenía la voluntad de trazar políticas que permitieran la aten ción y el resarcimiento de las víctimas, haciéndolo únicamente a través de la iniciación de procesos disciplinarios en la Procuraduría Nacional, en contra de los militares responsables, que no terminaban en ningún tipo de sanción o medida para evitar futuros excesos. Ejemplo de ello es el pliego de cargos elevado por esa institución en contra del Comandante del Batallón Bombona por la matanza de campesinos en 1983.

• Con estos hechos se le da un golpe bajo y aleve al movimiento social y popular, en especial al Partido Comunista y al Moir, pues de este movimiento también mueren varios de los cuadros políticos encargados del trabajo rural. De esta manera las fuerzas militares ponen en práctica la Doctrina de la Seguridad Nacional, al poner en mira como "enemigo interno" al movimiento obrero, al campesino y al popular.

Virtualmente exterminado el movimiento social emergente, se entra en un receso de la actividad política organizativa de los movimientos de izquierda. Dicho receso dura aproximadamente año y medio, tiempo en el cual se comienza a notar la presencia insurgente en la zona tanto de las FARC como del ELN. La presencia de estas organizaciones armadas de oposición al Estado le va a dar otra dinámica a las comunidades rurales y urbanas, donde comienzan a tener control y a ser autoridades; con su impulso las comunidades van conformando diferentes formas de expresión social que las llevará a realizar diversas acciones ante los órganos representativos del Estado en procura de reivindicaciones de diversa índole.


Notas:

1. Comúnmente 16 onzas equivalen a una libra, pero en el oro 14 onzas conforman dicha libra, de allí que se designe a esta medida de oro con el nombre de onza troy.

2. Aún cuando el Código de Comercio señala que pasados 20 años en la figura de concordato, el liquidador automáticamente pasa a ser el propietario de la empresa, esto no se hizo efectivo, pues la presión sindical llevó a que el señor Franco Idárraga firmara una cláusula desistiendo de dicho poder.

3. La UNO estuvo conformada por el Partido Comunista, el MOIR y algunos sectores de la ANAPO.

4. Informe Nordeste Antioqueño, Mimeo, 2000.

5. Cf. OMCT y otras. "El terrorismo de Estado en Colombia". Ediciones NCOS. Bruselas, 1992. Págs.534 y 538.

6. CSPP. "La Realidad del 'Sí se Puede': Demagogia y Violencia". Editorial Carrera 7a Limita da. Bogotá, 1984. Pág. 63

7. Cf. NCOS y otras. "Tras los Pasos Perdidos de la Guerra Sucia: Paramilitarismo y Opera ciones Encubiertas en Colombia". Ediciones NCOS. Bruselas, 1995. Pág. 77; OMCT y otras. "El Terrorismo de Estado en Colombia". Ediciones NCOS. Bruselas, 1992 pág. 26 y 369; El Espectador, 20 de febrero de 1983, pág. lA y 10A, reproducción parcial del informe de la Procuraduría titulado "Reveladores Nombres de Vinculados al MAS"

8. Periódico El Colombiano. Domingo 4 de octubre de 1998. Pág. 7E.

9. CASTRO Caicedo, Germán. "En Secreto". Editorial Planeta. Santa Fe de Bogotá, marzo de 1996, pág. 152. Entrevista a Carlos Castaño Gil

10. Entrevista a Fidel castaño Gil publicada en la Revista Semana. Santa Fe de Bogotá, 31 de enero de 1994, págs. 38 y ss.

11. GARCÍA, Miguel, "Los Barones de la Cocaína: La Historia del Narcoterrorísmo y Red Internacional". Editorial Planeta. México, 1992. Pág. 123.

12. CASTRO Caicedo, Germán. "En Secreto". Editorial Planeta. Santa Fe de Bogotá, 1996. Pág. 149.

13. GARCÍA, Miguel. Op. cit. Pág. 124.

14. GARCÍA, Miguel. Op. cit. Pág. 125.

15. El Ejército controlaba los víveres que los campesinos llevaban a sus respectivas veredas y expedía salvoconductos, tanto para salir de la población como para moverse internamente en ella y en las áreas rurales, documento que debían portar hombres y mujeres mayores de 14 años, de lo contrario serían arrestados preventivamente durante 30 días; se prohibía el trán sito de automotores después de las 6 de la tarde, entre otras cosas. Ofrecían por cada líder guerrillero 3 millones de pesos, al que aportara información que llevara a su ubicación.

16. Comisión Andina de Juristas Seccional Colombiana. "Nordeste Antioqueño y Magdalena Medio". Serie: Informes Regionales de Derechos Humanos. Editorial Códice. Bogotá, 1993. Pág.26.

17. ALONSO, Manuel Alberto. "Conflicto Armado y Configuración Regional: El caso delMag dalena Medio". Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, 1997. Pág.128.

18. Según pobladores de la región, el padre de los Castaño Gil "...era un señor bastante malgeniado, era muy imponente; en las fincas siempre se acostumbra a que el campesino cuando pasa por una de las fincas y lleva sed, arrima a saludar y el saludo indica que esa persona tiene alguna necesidad. Eeste señor prohibía que se atendiera a los campesinos. El era una persona demasiado hostigante con el trabajador y muy duro, inclusive se dice que la alimentación no era la mejor; la hora del almuerzo, cuando los trabajadores bajaban a almorzar, esa hora se las descontaba, es decir que no estaba incluida dentro de la actividad laboral, sino que era una parte del trabajador y que por tanto ese tiempo tenía que reponerlo en trabajo. Las referencias de este señor no fueron las mejores para los campesinos. El era de los mayores potentados en cuanto a la ganadería, Aparte de La Frontino, la hacienda Hundidor era una finca de seiscientas reses, Las Guaguas una finca de seiscientas reses...".

19. Revista Alternativa No. 81 del 10 al 17 de mayo de 1976. Santa Fe de Bogotá. Págs. 14 y 15.

20. Ibid

21. Ibid

22. CASTRO Caicedo, Germán. "En Secreto". Editorial Planeta. Santa Fe de Bogotá, marzo de 1996. pág. 152. Entrevista a Carlos Castaño Gil.

23. Testimonio tomado por el PNM

24. CASTRO Caicedo, Germán. "En Secreto". Editorial Planeta. Santa Fe de Bogotá, marzo de 1996, págs. 156-159. Entrevista a Carlos Castaño Gil.

25. Según constancia secretarial de la Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares, esta entidad nunca adelantó una investigación contra ese oficial por esos hechos. El Juzgado 17 de Instrucción Criminal de Antioquia, que investigó los hechos, dictó auto de detención contra el oficial Valbuena Barriga en enero 84. El militar nunca se hizo presente al Juzgado, ni este pudo capturarlo. El proceso posteriormente pasó a la Jurisdicción Penal Militar. Según voceros de las fuerzas militares, el oficial se habría fugado, aunque versiones del diario El Espectador (enero 28 de 1984, pág. 10), aseveran que fue detenido. Se desconoce acerca del desenlace del Proceso. De otra parte se logró establecer que el oficial Valbuena Barriga en 1985 fue ascendido al rango de Mayor del Ejército; para 1988 estaba adscrito a la Sexta Zona de Reclutamiento; El 1 de enero de 1989 fue retirado del servicio por voluntad del gobierno bajo el decreto 2718 del 30 de diciembre de 1988.

26. Revista Cromos, n°3434. Bogotá, 8 de noviembre de 1983. Crónica titulada: "32 Hombres Contra un Niño Maniatado". Pág. 20 y ss.

27. HOYOS, Juan José. "Sentir que es un Soplo la Vida". Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, 1994. Pág. 145.

28. (*)

29. . (*)

30. Periódico El Mundo, 23 de enero de 1984, pág. 7B.

31. Periódico El Mundo, 23 de enero de 1984, pág. 1 y 16.

32. Cf. Periódico El Espectador, 25 de enero de 1984. Pág. 7A.

33. Cf. CSPP. "Que Gran País Tenemos: Informe 1984". Bogotá, julio de 1985. Pág. 314 y 315.

34. HOYOS, Juan José. Op. cit. Págs. 170 y 171.

35. Testimonio recogido por el PNM.

(*) Nota edición digital: Estas números [28 y 29] no constan en la edición en papel.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 16jul01
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