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Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica

Efectos psicosociales e interpretación sociocultural de la represión política vivida por los familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados mapunches y no-mapunches.

IX Región. Chile. (1973-90)




CAPITULO 6

Efectos psicosociales y culturales de la represión

En este capítulo se analizan los efectos psicosociales y culturales en una doble dimensión: por un lado en la propia respuesta de los familiares, por otro en la percepción que se tiene de cómo respondió el conjunto de la comunidad.

1. Actitudes de los familiares.

En la tabla 6.1 aparecen las actitudes que los familiares reconocen en relación con la dinámica del miedo. Hemos agrupado las expresiones en cuatro categorías. Tanto el modo en que las agrupamos como la actitud global que creemos que reflejan surgen a lo largo de las propias entrevistas y creemos que es el modo en que mejor se recoge lo que los familiares nos iban contando a propósito de cada una de ellas.

a) Miedo a hablar. En las dos primeras frases se pone de manifiesto como el miedo afectó y afecta aún a los familiares. Aproximadamente un sesenta por ciento de hispanochilenos y un cincuenta por ciento de mapunches (tabla 6.1) expresan desconfianza a contar los hechos, a poder emitir opiniones y temor a verse afectados en caso de hacerlo. Esta vivencia se mantuvo de manera sostenida hasta los años del plebiscito y ha seguido presente pese al cambio de sistema. Las cifras muestran, a este respecto, que en el momento en que realizamos este estudio el miedo a hablar sigue aún presente en la cuarta parte de hispanochilenos y en el quince por ciento de la población mapunche de nuestro estudio. Aunque hayan pasado 6 años desde el plebiscito, los efectos sociológicos, por tanto, se mantienen. No cabe duda de que, probablemente gran parte de este efecto persistente es debido a la impunidad, pero deben haber también razones más profundas que conciernen al modelo centralizado de sociedad que sólo un estudio de naturaleza socioantropológica e histórica podría contribuir a dilucidar.

Todo lo referido en este capitulo no hace sino iniciar algunos aspectos de la compleja relación entre las comunidades locales y el poder expresado en las estructuras del Estado, con las connotaciones particulares que el caso mapunche muestra.

b) Hemos relacionado con 'Resignación y Escepticismo' el contenido de las dos expresiones siguientes. El sentido en que fueron dichas e identificadas por los familiares reflejaba la aceptación del destino, la sensación de impotencia e indefensión.

Tanto en una como en otra etnia, aproximadamente la mitad de la población que trabajó con nosotros se siente identificada con ideas de resignación y aceptación y más de las tres cuartas partes se manifiesta escéptica a cualquier idea de justicia (tabla 6.1). Esta situación no ha mejorado sustancialmente desde las reformas políticas: el 65.6% de hispanochilenos y 50.9% de mapunches en el momento actual son escépticos respecto al Estado y a la validez de la Justicia chilena. Parece que, de nuevo, nos estaríamos enfrentando aquí de modo directo, al tema de la impunidad.

c) Las siguientes tres expresiones de la tabla expresan ideas de desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política. Reflejan una mezcla de frustración y miedo que llevan a alejarse de todo lo que signifique política. Vemos que aproximadamente la mitad de las personas tanto en una como en otra etnia piensan que normalmente uno es engañado cuando 'se mete en algo' y evitaría que sus hijos se implicaran en nada que no sea la casa, el trabajo o los estudios. Similar proporción se identifica con 'no querer más problemas' y 'vivir en el futuro sin meterse en complicaciones'. Esta diferencia es más marcada con el paso del tiempo lo que tiene cierta lógica ya que es durante los primeros años cuando los familiares despliegan todos los recursos a su alcance para encontrar al desaparecido.

En suma, podríamos decir que al momento de hacer el estudio más de la mitad de la población estudiada aún mantiene actitudes de miedo, resignación, autoprotección y defensa, situación que hemos interpretado en primera instancia asociándola con el clima de impunidad y terror que ha regido su vida en los tiempos de la dictadura. Es importante considerar que han existido y existen factores históricos y sociales que van alimentando estas actitudes en la población, además de que - como apuntábamos antes- exista en gran parte de la población una desmovilización social derivada del actual contexto político y social. No obstante, consideramos que las situaciones vividas durante la dictadura, de una manera global, y las debidas a la situación histórica de estos familiares habrían reforzado actitudes que reflejan rabia, impotencia, escepticismo, miedo y desconfianza.

Dada la gran importancia del tema del compromiso político, se le dedicó especial atención en el estudio.

Tabla 6.1. Actitudes relacionadas con la dinámica del miedo



. Inmediata Persistente Actual
Miedo a hablar . . .
Aún hoy tengo miedo de contar lo que sé porque es posible que haya gente que pueda usar lo que contemos y haya represalias. Nos pueden matar o desprestigiar. 63.5 60.7 23.0
51.0 47.4 15.8
No estoy muy segura de poder hablar con confianza, porque tal vez no pensamos igual. 59.6 54.1 32.8
53.1 45.6 19.3
Resignación y Escepticismo . . .
Hay que conformarse. Así es la suerte del pobre, cada vez que trata de levantarse lo aplastan más. . . 44.3
57.9
Yo pienso que en el mundo jamás va a haber justicia, siempre es así. 76.5 75.0 65.6
56.3 53.6 50.9
Desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política . . .
No quiero más problemas, de ahora para adelante no más complicaciones, trabajar en paz. La pena la llevo dentro. 48.0 60.0 63.9
53.1 63.2 70.2
Yo no permito a mis hijos que se metan en nada, sus estudios, la casa y punto. . . 45.9
54.5
Es mejor no meterse en nada, porque siempre lo engañan a uno. . . 50.0
44.4
Silencio como estrategia adaptativa de supervivencia . . .
Hemos resistido tantos años porque hemos sabido callar. 56.9 57.4 55.7
59.6 66.1 60.7
Para salir adelante lo más sabio es hacerse notar lo menos posible y decir sí. 47.1 45.9 44.3
60.9 67.3 67.9
La gente sabe, pero no quiere decir. . . 90.2
82.5


Familiares hispanochilenos y mapunches. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001


2. Repercusiones de la represión en el compromiso político de los familiares.

Uno de los aspectos más importantes del estudio era saber cómo influyó la desaparición del familiar en las opiniones políticas y el nivel de compromiso de los familiares. ¿Fue la muerte el detonante de la aparición de un (mayor) compromiso político o por el contrario el miedo llevó a la desmovilización o incluso el rechazo hacia aquello que el desaparecido defendía?. En esta sección se analiza en detalle este punto (ver tabla 6.2).

Antecedentes: compromiso político del DD-EP.

La tercera parte de las víctimas chilenas y la mitad de las mapunches no militaban en ningún partido ni estaban afiliados a organizaciones sociales. La represión afectó, como se ha dicho, no sólo a personas con actividad política sino a los que se han denominado víctimas del contexto violento, de acuerdo con la conceptualización del informe de la Comisión Verdad y Reconciliación (CVR).

La menor militancia política de los mapunches correspondería a una menor inserción en las formas y procesos del Estado global. Hay un dato relevante que debe tenerse en cuenta al analizar los porcentajes de militancia y las respuestas de las familias: muchos de los familiares no sabían nada de la adhesión militante de la víctima, más aún si sus vínculos suponían actividades semi-clandestinas. Este es el caso, por ejemplo, del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR). Según los periódicos de la época, este movimiento se insertó ampliamente en las zonas rurales de la IX Región siendo allí la represión sostenida y dura. En nuestro trabajo, sin embargo, no aparecen militantes reconocidos una vez consultada la familia, las organizaciones de derechos humanos y el informe de la CVR. A este respecto una dirigente de una organización mapunche que en la época tenía quince años, refiere como participó en las actividades impulsadas por el MCR: 'Yo creo que los trabajos políticos que se realizaron dentro de las comunidades fueron más bien clandestinos (... ) Había un ambiente en que a esa gente le tenían como miedo (al MCR)... aunque a todos los partidos políticos se les veía como peligrosos y no había que hablar mucho. (...). Yo no conozco, por ejemplo, ninguna manifestación del MCR en el campo. Todo era oculto'. En su testimonio describe por ejemplo la situación vivida en su propia familia. Su madre tras venir de trabajar solía desaparecer de la casa junto a su hermana mayor hasta altas horas. Durante un tiempo ella y sus hermanos vivían angustiados pensando cual sería la causa de que las dos mujeres salieran y se perdieran en el interior de un bosque. Después de hacer toda clase de cábalas y pensando que tal vez su madre era machi y participaba en ceremonias de brujería, decidieron seguirla una noche. Al llegar al bosque observaron que estaba conversando junto a un grupo numeroso de personas. Al preguntarle a su madre y hermana qué es lo que ocurría estos les explicaron que se trataba de una reunión política y que debían mantenerse discretos.

Compromiso en los familiares.

En nuestro trabajo el 40 por ciento de los familiares chilenos y el 33 por ciento de los mapunches rechazan las actividades políticas que se realizaron en aquella época considerando que todo lo que entonces se hizo no sirvió en el fondo para nada. Pensábamos que esta frase iba a constituir una medida de escepticismo y frustración, de desengaño ante las esperanzas que no fueron. Pero en realidad los familiares entendían la expresión como un espacio para criticar los años de la Unidad Popular y para expresar, en numerosas ocasiones, que se fue excesivamente imprudente, que las cosas se hicieron saltándose las normas y que de algún modo tenía que ocurrir lo que ocurrió. Lo que nos devolvieron era en realidad: ¿usted pregunta para qué sirvió?. Para que me mataran a mi familiar. Para eso fue para lo que sirvió todo aquello de los Asentamientos y las tomas de tierras. En suma, el intenso activismo político de aquellos años se percibe ahora por los familiares como un error:

Tabla 6.2. Repercusión en el compromiso político.



. Inmediata Persistente Actual
Opinión política general . . .
Tantos años de lucha no han servido para nada. Estamos peor que antes. . 1.8 40.4
5.4 33.9
Las ideologías políticas han muerto. . 5.2 28.6
17.6 15.7
Adhesión a las ideas y acciones del DD-EP. Radicalización política . . .
A raíz de lo sucedido, yo quiero seguir las ideas de mi padre, pero con más fuerza, porque él era un gran hombre y estoy orgulloso de él. 22.2 25.9 18.5
37.8 31.8 36.4
Yo sigo sus ideas. El se jugó por los pobres, como nosotros, y yo también. Nunca me voy a quedar callada, me siento orgullosa de él. 41.3 40.0 38.2
43.2 31.8 36.4
A los muertos no se les llora, se les imita. 12.8 14.3 14.5
17.5 18.8 16.7
Admiración por las actividades del DD-EP . . .
Mi papá murió. Cuando me convencí de que había muerto, tomé sus ideales. Es como una fuerza de él que siempre me acompañó. 29.2 31.6 27.6
29.5 29.4 29.4
Aunque yo nunca sería capaz de hacer lo que hacía él, no puedo dejar de admirarle. 65.3 65.5 66.5
47.5 41.7 41.7


Familiares hispanochilenos y mapunches. p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001. Datos referidos exclusivamente a los casos en los que la familia reconocía actividades políticas en el DD-EP

'No, yo no quiero nada con los momios, pero tampoco de aquellos. Quiero que sigan gobernando los de ahora, que haya tranquilidad". (M1201)

'En el gobierno de Allende hubo muchos errores, muchos oportunistas' (M1202).

'Las ideas eran buenas. Bien... aunque la misma gente lo echó a perder, porque por cualquier cosa hacían huelga... se abusó. Ese fue el error. Se abusó'. (M2106)

'Más o menos. ... porque no sirvió para nada, después se perdieron esas parcelas, no queda nada. ¿De qué sirvió?. De nada.' (M2301).

'Lo que ocurrió debía ocurrir, y fue por culpa de los partidos chicos que molestaron a los ricos. No debe hacerse nunca. Fue culpa de los partidos chicos que andaban provocando' (M0804).

En ocasiones incluso con opiniones muy radicales de abierto rechazo, con resentimiento:

'Los Asentamientos nunca los hallé buenos. Vinieron de otro país a inculcarles esas ideas de revolución pero nada tenía que ver nuestra gente con esas cosas, y al final resultó ser todo un error (...) Los miristas eran de Cuba, de allí vinieron sólo a matar gente y eso no le gustó a Pinochet. Lo malo que hubo es que Pinochet actuó al "barrer" y luego los pacos se aprovecharon, les dieron un palo corto y ellos lo dieron largo. Se vengan de toda la gente que quieren".' (M3201).

'En este país no se podía seguir la ley de Fidel. Allí a los que no trabajan los matan, sin juicio ni nada. Esa ley no es para aquí. Aquí no queremos el comunismo. Había muchos cubanos aquí. Eso era, querían imponer eso. Eso fue esa época'. (M2801).

Aunque alguna excepción hubo en que se reconocieran los aciertos del gobierno constitucional:

'La nacionalización del cobre, eliminación de la deuda externa, el sistema de salud gratuito - hubo grandes cosas. Recuerdo los discursos de Allende. Fue un momento de gran esperanza'. (Ch1701).

Esta actitud global de distanciamiento y desencanto contrastaría con la que registra la bibliografía de algunos otros países, donde cada muerte lleva a una mayor radicalización de los familiares en la lucha (Punamäki, 1990)(1).

La persona que dijo inicialmente la frase 'Las ideologías políticas han muerto' pretendía significar que los debates derecha-izquierda han quedado obsoletos, porque ahora son las leyes de la pragmática económica las que rigen los países. Pues bien, la mayoría de los familiares participantes en el estudio rechazaron este supuesto considerando que siguen teniendo sentido esas diferencias. Los familiares de los Desaparecidos y Ejecutados siguen percibiendo a los militares, a los dueños de fundo y a los terratenientes allí donde estuvieron siempre, y se siguen percibiendo a sí mismos con la misma miseria de las generaciones anteriores.

Sólo el 18 por ciento de los hispanochilenos y el 36 por ciento de los mapunches seguirían las ideas del fallecido, y es un porcentaje por encima del real, porque en algunos casos la persona no se refería propiamente a lo político, sino a que se identificaba con el sentido humanista que tuvo el DD-EP y con su compromiso social, compromiso que el familiar considera que sigue, por ejemplo, al participar en un grupo religioso (grupo católico parroquial o de catequesis evangélica). El fallecido no fue necesariamente un modelo o una bandera de lucha, una figura que se introyectó y que fue ejemplo de vida para sus familiares. Menos de la tercera parte, tanto de una como de otra etnia, afirma que la fuerza del fallecido les acompañó:

'Sí, llevo su ejemplo. El optaba por lo más lógico. Sigo en muchas cosas ese modo de ser. Pero no político'. (Ch0103)

'Aunque no conocía sus ideas a fondo, estoy orgullosa de él. La política es la que no me interesa'. (Ch0602).

'¿Sus ideas?. Sí, sus ideas de superación... En esas cosas estoy orgulloso de él y me gusta su persona' (Ch3003).

'Las ideas de vivir en paz. Eso sigo. Pero política no'. (Ch1502).

'Me siento orgullosa, pero de sus ideas no. Ayudar al que me pide, pero seguir ideales políticos no' (Ch3703).

'Era un gran hombre, pero seguir sus ideales no' (Ch4202).

Cuando se trata de hacer un reconocimiento de los ideales sociales de mejoramiento de la situación de los más pobres se asume orgullosamente que el familiar estuvo involucrado en actividades de este tipo, pero siempre matizando:

'Quiero seguir las ideas de mi madre como maestra en lo social, en su vocación a los demás, pero no en lo político' (Ch0702).

'El ejemplo de mi hijo, su militancia, lo que él hacía... bueno a mí me inspira para trabajar en la Iglesia y en el Hogar de Cristo' (Ch1001).

'Las ideas políticas no. Yo creo en la ley de la Biblia. Esa es mi ley y la de mi familia. Somos adventistas. Pero sí su forma de luchar por vivir. El era trabajador y empeñoso, sobresalía en el vecindario y nosotros también sobresalimos' (Ch1502).

'El era luchador y le gustaba ayudar, por eso estoy orgullosa de él'. (Ch1702).

'Siempre trato de ayudar a la gente. En la parte en que trabajo soy parecido, siempre hay personas más quedaítas, yo siempre trato de ayudarles' (Ch3702).

'Como padre sí, en cuanto a lo demás no' (M2602).

'Hay excepciones, pero no tomé sus ideales. Sentía admiración al proyecto en su conjunto, pero no al partido de mi tío' (Ch1701).

'Sí, es como una fuerza que me acompaña. Tomé sus ideales humanos pero no políticos' (Ch3302).

'Fuerza espiritual, buscar vida' (Ch0101).

Hubo algunos casos de identificación política, pero sólo en las ideas. En ningún caso había militancia ni compromiso concreto:

'Yo tenía una memoria fabulosa. Si no hubiera tenido mi hija de tan joven y hubiera madurado más, tal vez hubiera seguido los pasos de él en lo político. Aquí en Argentina estuve años trabajando en el sindicato. Estuve estudiando leyes sindicales. Luego vinieron los hijos y ya me fui apartando de todo eso' (M2106).

'Esa es la labor de todos nosotros en su conjunto. Toda la familia se siente de izquierda. Sabemos quienes están a un lado y a otro. Quienes son amigos y quienes no'. (M2401).

'Incluso en algún momento me he planteado tratar de cooperar en lo que sea. Pero es difícil. Tengo un trabajo, estoy formándome una posición... Pero uno quisiera a veces hacer algo' (M2406).

'Siempre quise ser como él y seguir adelante en lo que pueda. Me refiero al modo de ser porque él no era político'. (M0304).

Por tanto, todo queda en una cierta admiración hacia él: el 66 por ciento de chilenos y el 41 por ciento de mapunches expresan que admiran lo que su familiar hizo, pero afirman que ellos nunca lo harían. En eso parece que queda todo; en sentirse orgulloso de sus cualidades humanas y en una cierta admiración.

'La fuerza interior, más que nada, de poder luchar' (Ch0601).

En esta situación probablemente no juega sólo la represión sufrida y sus secuelas psicosociales sino la diferente manera como se concibe la participación política de los ciudadanos en una época u otra. Los sistemas de democracia popular - como el que la denominada vía chilena al socialismo propugnaba- conllevaban una participación directa del ciudadano en las tomas de decisión. Las tomas de fundo eran expresiones de participación directa en la vida política. Los sistemas de democracia parlamentaria delegan la gestión política y la participación en la vida pública de modo indirecto a través de la formulación de un voto. El ciudadano ve como en realidad esto se convierte con frecuencia en un acto simbólico y protocolario que le convierte en espectador de la vida política y le priva de la participación directa. En este contexto es comprensible que aparezcan actitudes de desinterés y apatía. Los canales de expresión de opinión (prensa, círculos de discusión, actos, manifestaciones) no tienen repercusión directa, el voto es fácilmente diluido en los procesos de alianzas y pactos, y las promesas electorales se han ganado la fama popular de "ser papel mojado". Este fenómeno podría asociarse a las nuevas corrientes de finales del siglo XX que en todo el mundo incitan a la apatía pragmática y a la desmovilización política sin necesidad de recurrir al ejercicio de la violencia militar. A ello cabe añadir, la humana tendencia, con el paso de los años, de desvincularse de las opciones que no han triunfado. El desprestigio (aunque fuera por vías ilícitas) de un modelo y unas ideas ciertamente conflictivas sería un firme condicionante del distanciamiento posterior de lo que se asociase a ello: de la militancia, del sentido de aquella lucha y de la identificación con la misma.


3. La religión como recurso social alternativo al compromiso político.

Paralelamente al alejamiento de las posturas de compromiso político, para la cuarta parte de hispanochilenos y uno de cada seis mapunches, este difícil período les llevó a reforzar sus creencias religiosas. Por un lado el refugio emocional en la religión pudo ser, a la luz de nuestros datos, un mecanismo de apoyo importante para mucha gente. Por otro parece que las actividades de iglesia y la religión se constituyeron en elementos sustitutorios de la actividad política.

Ahora bien, en las transcripciones vemos que se trata de un recurso desde la intimidad individual. En general la gente mantuvo respecto a la iglesia la misma desconfianza que hacia los demás y pocas personas explicaron su situación en su grupo religioso. Los que lo hicieron recibieron respuestas muy irregulares que analizaremos en detalle.

Tabla 6.3 El recurso a la religión.



. Inmediata Persistente Actual
Desde que esto ocurrió cambió mi vida espiritual. Encontré una gran ayuda y ahora da mucho más sentido a mi vida. 21.3 28.3 26.4
10.9 17.9 17.9
Familiares hispanochilenos y mapunches. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001

En resumen, hay un 25 por ciento de hispanochilenos y un 18 por ciento de mapunches en los que lo ocurrido reforzó su fe. Dentro de la heterogeneidad esperable, todas las confesiones religiosas parecen haber fomentado con mayor frecuencia un discurso de conformidad y aceptación del destino. Ese es el recuerdo que tienen al menos los familiares con los que hablamos. Ello hizo que un grupo importante de personas trastocara los antiguos ideales políticos - que resultaron ser tan arriesgados y peligrosos- por una integración en labores de tipo humanitario y caritativo en el seno de alguna iglesia o asociación paralela (en especial, en Temuco, las voluntarias del Hogar de Cristo).


4. Admiración por la Dictadura.

No hubo ningún familiar que expresara de manera abierta su simpatía por la Dictadura, pero sí hubo algunos casos que mostraron aceptación de las ideas con excepción de la represión política y las muertes. Una familia mapunche expresaba por ejemplo: 'El gobierno de Pinochet incluso hizo cosas buenas por los mapunche: nos dio luz y nos entregó títulos de dominio individual en lugar de los colectivos' (M0602). Este testimonio refleja el sentir de una parte de los campesinos mapunches que vivieron la ley que repartía las tierras indígenas como un avance. Es cierto que el gobierno de la Unidad Popular les dio tierras, pero no como pueblo mapunche, sino como campesinos pobres, y no para regirlas según la tradición, sino para explotarla según esquemas colectivistas ajenos. Al final, además, las expropiaciones y asentamientos acabaron con un rosario de muertes. En cambio el gobierno dictatorial lo que hizo fue partir las tierras de las comunidades. Para muchos mapunches eso significaba por primera vez tener un papel que decía que eran dueños de un trozo de tierra, y algunos lo vivieron como un avance.

El tratamiento legal que el Estado ha hecho respecto de la propiedad de las tierras mapunches desde la culminación del proceso de pacificación de la Araucanía (1860-1920) ha sido traumático desde sus inicios y en cada época se ha reproducido el mismo principio de la división y adjudicación de la propiedad de las tierras por parte del Estado. Han surgido distintos tipos de conflictos entre familias que se han prolongado por más de un siglo. Existe constancia que para algunos sectores los sucesivos reordenamientos legales de la propiedad pudieron haber resuelto estos conflictos a nivel de familias particulares, pero desde el punto de vista de la posición del pueblo mapunche respecto de su relación estructural con el Estado chileno todo proceso de división de las comunidades ha debido ser nefasto y fuente de innumerables problemas para la población. Hay que contar también con la incorporación del concepto de propiedad, que durante todo este tiempo los mapunche se han visto obligados a internalizar.

No es de extrañar que contar con un título de propiedad se considere como una solución por parte de quienes no ven el trasfondo ideológico-cultural que está detrás de esta medida.

No cabe duda que lo que se vivió en 1980 al partir las tierras como consecuencia de la Ley de Privatización fue difícil. Fue uno de los grandes últimos conflictos traumáticos del pueblo mapunche. Hubo años de secuelas por ese proceso, enfrentamientos entre hermanos, muertos, heridos, peleas. En todas las comunidades hubo peleas. Muchas personas que al momento de la ley estaban en el exilio o vivían en Santiago quedaron excluidos o, a lo sumo, consiguieron compensaciones económicas irrisorias decididas a partir de un avalúo que hizo el fisco, que tasó las tierras en menos del treinta por ciento de su valor real. Hasta 1994 se prolongaron los reclamos, disputas y peleas legales. Otro grupo de familiares expresó afinidad con la Dictadura como un modo de expresar rechazo por lo que consideran época de confusión y agitación del gobierno de la Unidad Popular:

"Aquellos años fueron de caos. Y no aprendieron. Los comunistas están igual. Sembrando el odio en lugar de que los jóvenes luchen por levantar el país. Ellos sólo saben hablar de odio. La gente que de verdad sufrió era gente tranquila. Estos estuvieron mucho afuera. No entiendo cuando hablan de derechos humanos. (...). Los militares hicieron lo que debían. En este país no se podía vivir. Sólo que el militar no necesita disparar para hacerse respetar. Le basta con levantarse y hacer callar a todos mostrando las armas. Hasta ahí hubiera estado bien. Ya el resto fue de más. Mi padre nos educó para que no sintiéramos odio. El nos conversaba y nos decía que no había que odiar. En todo caso rabia, rabia contra las personas del Partido Comunista que hicieron meterse en política a mi madre. Yo no creo que el Estado haya hecho nada. A los militares no les gustó como estaba la cosa. No hay por qué tenerles odio'. (Ch0702).


5. Identificación con los uniformados.

Uno de los hechos que más sorpresa ha causado entre los investigadores y que la encuesta no recogía específicamente era el deseo de algunos hijos de DD-EP de ser carabineros o militares. De hecho la mayoría de hijos de DD-EP se presentaron al servicio militar, y algunos pidieron el acceso al cuerpo de carabineros. La política del ejército fue siempre la de rechazarlos. En algunos casos de entrada, en otros tras haberlos admitido y descubrir posteriormente que eran hijos de DD-EP. En algunos casos se les expresó abiertamente el miedo a que pudieran tomar represalias por el familiar fallecido y en otros no se les dio explicación alguna. Dado que este tema no fue objeto específico de investigación no se dispone de datos cuantitativos sino solamente de las transcripciones. A través de ellas encontramos diferentes argumentos y motivaciones. Todas suelen tener en común una base previa: separar los hechos represivos de la institución que las perpetró, y atribuir todo lo ocurrido al que consideran el principal responsable (el general Pinochet), o a ciertos elementos (los verdugos), pero preservando la institución más allá de los que la desprestigiaron.

Tanto entre hispanochilenos como mapunches han aparecido tres tipos de argumentos:

1. En el sector rural pobre, la carrera militar o el acceso al cuerpo de carabineros es una vía de promoción social rápida. Aunque los salarios no son muy altos sí significa acceder a una profesión, que como tal, conlleva un cierto estatus, superior en todo caso al del campesino sin estudios:

'No estudié mucho. Si hubiera estado en Chile (vive en Argentina desde hace años) me hubiera gustado hacer el Servicio Militar y hacer carrera militar para progresar'. (...). 'Lo que ocurrió fue por orden de una sola persona que tenía la mente retorcida. Era una persona que estaba loca' (Ch1504).

'No hice el servicio por ser hijo de detenido-desaparecido. ¿Sabe?. Yo quería hacerlo. No me gustó que no me dejaran. Creo que es una etapa bonita que hay que vivir, que deja recuerdos. Yo a mi padre no lo conocí. Eramos pobres, pero sólo en eso me afectó, en nada más. Así que yo no tengo atados en eso.' (Ch0402).

2. Las fuerzas armadas y los carabineros chilenos siempre han tratado de dar una imagen de servicio a la comunidad (ayuda en accidentes, campañas en escuelas...). Hay gente que mantuvo esa imagen pese a los años de la Dictadura.

'En el setenta y tres y setenta y cuatro estuve como reservista. Sólo hice actividades administrativas. Siempre me atrajo lo militar. Pero ahí me decepcioné porque no podía dar mi opinión y en eso no estaba de acuerdo. Además, te controlaban todo: donde ibas de vacaciones, tus amigos... (M2405).

'A veces los carabineros también le hacen buenas paleteadas(A) a uno y hay que estarles agradecidos. Así que también es bueno olvidar'. (M3202).

3. Ciertas formaciones políticas juveniles de izquierda estimularon a los jóvenes a hacer el servicio militar como una manera de que adquirieran formación militar y se entrenaran en el uso de armas. Era un modo de aprovechar los recursos del enemigo para los fines de la organización.

Sólo recogimos un caso y en él había además su propia atracción hacia lo militar:

'Fui voluntario al Ejército porque me atraía. En la secundaria yo estaba en las Jotas(B) Un grupo nos fuimos todos en bloque al servicio. Ellos nos animaban. Yo fui pensando en aprender más y capacitarme. Me atraía el Ejército sinceramente. Nunca sentí rencor. Llevaba veinticinco días cuando nos pasaron una encuesta sobre la familia. A los seis días me llamaron y empezaron a investigarme. Allí me dijeron que él se desapareció. "Va a tener que irse" - me dijeron -. Me sacaron del regimiento. Lo hicieron constar como que yo renunciaba voluntariamente. Me dijeron que seguramente yo también era un extremista peligroso y que quizás quería vengarme y pegar un tiro a un capitán o pasar el arma. Yo siempre he pensado que había que separar a las personas que se llevaron a mi padre de lo que es la Institución en sí. Nunca pensé en hacer una cosa así. Me molestó que me echaran. ' (Ch3002).

En el caso de la población mapunche se añade una cuarta razón específica. Un grupo importante de población mapunche considera que el servicio militar es un rito de pasaje imprescindible para poder mirar cara a cara a cualquier chileno. En el servicio militar se aprende a no temer a la sociedad chilena en general y a los uniformados en particular. Un dirigente local vinculado a la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) nos decía:

'Yo les aconsejo a mis hijos que hagan el Servicio Militar, para que nadie les pueda luego cachetear o humillar, que sepan lo militar y puedan mirar de igual a cualquiera y no andar con miedo a los uniformes'. (M1001).

Esto es coherente con la actitud de admiración aprendida existente en Chile y en el contexto mapunche en particular hacia el mundo militar. En este último caso hay que añadir además que el hombre mapunche de la zona del valle busca y alardea de las situaciones especialmente difíciles de tensión y sufrimiento en las que debe poner a prueba su destreza y su habilidad. Por eso se suele hacer gala de habilidades y de los ejercicios físicos que hubo de realizarse durante el servicio militar. En el pueblo mapunche que debió enfrentar las secuelas de la conquista y la colonización hay una cultura de guerra que hoy en día no tiene espacio donde practicarse, y el servicio militar ofrece un marco socialmente aceptado y reconocido del desarrollo de la fuerza, la resistencia y la habilidad física. Los jóvenes mapunche todavía son educados en la tradición de la agresividad física : las competiciones a caballo con gran riesgo físico o las peleas violentas inmotivadas, por antiguas ofensas o piques son entendidos como contextos adecuados en los que poder demostrar la valía, la astucia y la fortaleza de la persona, y mantenerse ágil y dispuesto para cualquier situación futura.

Entre las manifestaciones tradicionales mapunches de la zona en referencia está la resolución violenta de conflictos entre las familias. Aunque cada vez se ve menos, antes no era raro que tras una celebración o un encuentro una familia entera esperara a otra y se iniciara una batalla campal en la que se utilizaba toda clase de objetos contundentes (palos, hondas, espuelas metálicas, cuchillos). Las peleas eran a muerte.

Si las consecuencias eran excesivas y alguna familia salía excesivamente perjudicada con heridos graves o algún muerto, los ancianos conversaban al día siguiente para que 'quedara' en la comunidad. Se buscaba compensar de algún modo a la familia más maltrecha con animales o de otro modo. Eso no significaba que en otra ocasión no volvieran a pelearse, sino que los ancianos buscaban el equilibrio dentro de la comunidad y entre las comunidades.

Este esquema tradicional se empieza a quebrar cuando algunas familias empiezan a recurrir a carabineros para la resolución de conflictos y cuando los modelos culturales hispanochilenos estigmatizan estas situaciones por considerarlas signos de brutalidad e incivilidad. En este sentido el proceso de ahuincamiento del mundo mapunche está llevando también a un proceso de resignificación cultural de la agresión física entre personas o familias, despojándola de sus tradicionales connotaciones funcionales al contexto intra e interétnico para otorgarle un significado cultural reprobable.

Es en este sentido en el que cabe entender parte de las relaciones de la gente mapunche joven con los estamentos militares chilenos.


6. Odio hacia los responsables.

Pero el hecho de que haya alguna gente que pese a ser familiar de DD-EP manifieste admiración por la Dictadura, o que algunos hijos de DD-EP deseasen pese a todo hacer el servicio militar no puede ocultar que la mayoría de los familiares han vivido durante todos estos años con un profundo odio hacia los responsables de lo ocurrido. Más de la mitad de los familiares reconocen sin ambages que, aún hoy en día, odian a los responsables (tabla 6.3).

Tabla 6.3 . Odio



Inmediata Persistente Actual
Viví muchos años odiando 74.5 67.8 52.5
63.8 58.9 50.9
Familiares hispanochilenos y mapunches. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001

Las transcripciones muestran diferencias interétnicas muy importantes y añaden matices y detalles muy valiosos sobre la manera en que la comunidad vivió estos años:

1) Por un lado los hispanochilenos son mucho más expresivos verbalmente y se extienden alrededor de este sentimiento mientras que hay comparativamente muy pocos comentarios de personas mapunches. Estos responden de manera más escueta y con reservas.

2) Por otro lado surge otra vez el tema de la atribución de causalidad. Mientras en la población hispanochilena se odia a Pinochet, o a los militares y carabineros como institución (perspectiva global), entre los mapunches está en primer plano el odio hacia las personas concretas responsables de los hechos (perspectiva local).

Ante la connotación extrema de la palabra odio en algunos casos las personas prefirieron buscar expresiones más suaves como rabia o resentimiento. Si los sumáramos, las tres cuartas partes de los familiares, hoy en día, se identificarían con una de estas emociones negativas de rechazo.

'Nunca he odiado, pero siento repulsa frente al uniforme de carabineros' (Ch3603).

'Odio no. Rabia, impotencia. Pero no odio. Odio es mucho decir.'. (M2501).

Hemos observado, por otro lado, que entre la población mapunche hay una mayor tendencia a verbalizar que se debe comprender y perdonar lo sucedido o que hay un castigo moral que es incluso peor que el castigo del presidio:

'Yo los perdono. Eran ignorantes. Lo hicieron a sabiendas. Yo conversaba con ellos. Les escuchaba. Ellos también se encontraban aburridos al final. Tenían que hacer mal (justicia decían) o no eran nadie en la institución. Si no, no eran carabineros'. (M1001).

'No siento rencor, ni con la persona que hizo esto, pues él cometió su error y como todo ser humano. Que Dios le perdone'. (M1004).

'Impotencia, rabia... Hoy ya no. Hay un castigo moral que es el peor de las cosas' (M2406).

Este tipo de ideas podrían no corresponder a la cultura mapunche gestada en los períodos de guerra sino derivar de la fuerte penetración de las sectas evangélicas que difunden este tipo de ideas o a la prevalencia de ideas conciliadoras propias de un concepto amplio y no humano de justicia social registrados en algunas zonas mapunche.

La comunidad observa un cierto modo de exclusión de aquellas personas que se considera que actúan de modo reprobable. Se dice de ellas que 'dejan de ser personas', que se convierten en animales, lo que sería el máximo desprecio. En ese sentido se dice 'cuando será el día en que podrás llegar a ser persona' significando con ello que va a ser para ella un gran dolor, un gran sacrificio hasta que pueda volver a 'ser persona'. Se trata de un cierto juicio moral. La persona no es excluida de las actividades comunitarias ni de la vida colectiva, sino que se le trata como no-persona, como no-gente, algo que él sabe. Pero cuando se trata de algo grave que afecta directamente a un familiar, la única respuesta que restablece el equilibrio es la venganza.

Este enfoque es bien distinto de la postura cristiana de algunas personas hispanochilenas:

'Ahora tengo una paz dentro... ya no tengo odio. Si supiera quien es el culpable, hasta sentiría pena de él, porque Dios le va a dar lo que se merece'. (Ch1003).

En el mundo mapunche tradicional, por tanto, no se delega en un ser superior la tarea de justicia. Y dentro de la comunidad si nadie asume directamente una venganza por alguna de las razones citadas, va a haber una postura colectiva de sanción moral. En este sentido es interesante comparar este tipo de sanción con las palabras de un anciano tzutuhil, etnia maya guatemalteca, quien decía refiriéndose a la represión militar en su comunidad:

'En San Pedro el ejército era antes el autor de los secuestros y otras averías por intermedio de los comisionados militares que eran del mismo poblado. Ahora sufren el castigo comunal: no tienen amigos, les resulta molesto salir de sus casas, les es difícil trabajar... porque perdieron el respeto de la comunidad. El castigo comunal al irrespeto, a la transgresión de los derechos comunales es el más intenso: la exclusión, no se le habla, no se le da trabajo; igual pasa al que roba y lo descubren'(2)

En el mundo mapunche sería igual, a excepción de la diferente consideración que tiene, como vimos, el tema del robo dentro de la comunidad.



Testimonios de familiares mapunches
'A Pinochet. Me revuelve verlo, oírlo. ¿Cómo puede estar manchado así de sangre y pasearse con esa sonrisa de desprecio prepotente?. Me revuelve...' (M2507).

'Mi rencor y mi odio es contra la persona que lo hizo.' (M2509).

'Nosotros odiamos a una persona, al hechor. El debe pagar condena por lo que hizo. Tarde o temprano tendrá que pagar con la misma, pero por la autoridad. No odiamos a la autoridad sino que la respetamos. Lo odiamos a él'. (M0306).

'Odio a Campos. A cualquiera tomaban. Campos era un perro perdiguero'. (M2302).

'No siento odio por los militares. Fue un vecino que lo denunció' (M0602).

'Las Fuerzas Armadas son cobardes, son unas mugres, unas mierdas (que disculpe la señorita), y por consecuencia, son mierdas los políticos actuales que los defienden. Ahora bien, yo no le deseo el mal a nadie, ni siquiera a mis enemigos'. (M2606).



Testimonios de familiares no mapunches
'Sigo odiando. Hay gente de la que denunció que va a la misma iglesia adventista que mi hermano y que podrían volver a hacer lo mismo que hicieron si se diera vuelta la cosa... Yo no podría estar en la iglesia con ellos'. (Ch1503).

'Odio a los pacos, a los milicos, a Pinochet. Si me dieran la oportunidad de matar a Pinochet, yo lo haría. La indignación más grande que me da la gente que no sabe y lo apoya'. (Ch1506).

'Odio al ejército, no a los carabineros. Mi marido tenía buenos amigos entre los carabineros y estos me ayudaron harto. Es a los milicos. Nunca va a haber reconciliación. Yo lo mataría ahora mismo a Pinochet. ¡¡¡ Con ocho hijos!!!. Me dejaron botada, pidiendo limosna. Yo no los puedo ver, no los puedo perdonar nunca, Nunca va a haber reconciliación.' (Ch3201).

'Es un pecado odiar, pero ese pecado lo llevo dentro. Hay cosas que no dependen de una. No es que una lo piense, es que lo siente'. (Ch2601)

'Me enteré de cómo había muerto mi hermano tarde. Ya tenía diecisiete años cuando vine a saber. En cuanto me enteré de todo sentí rabia e impotencia y quería vengarle. Siento odio hacia la gente que dirigió el golpe. Yo creo que ahí vi que el golpe sucede de otra forma en la gente a verlo en televisión y también era... ¿Cómo no lo vi?. ¿Cómo no lo ven?.' (Ch3702)

'A la persona que se lo llevó sí lo odio. Era un carabinero que yo conozco. Era compañero de colegio de mi marido. Se llama de apellido Soto. Fíjese que cuando falleció su hermana, él la trajo a velar a la parroquia y me tocó atenderla y lo hice, y él nunca me dió la cara de frente, nunca me dijo nada'. (Ch0601).

'Sentí odio durante muchos años. Ahora ya no... yo creo que se me pasó el odio cuando llegó la democracia. Perjudicaron mucho a la juventud de ese momento y la juventud era mucho más decidida y valiente que la de hoy. Fue una generación... Ahora son quizás otros tiempos. Pinochet está igual ahí, pero yo lo veo como a un histérico que habla porque tiene público que le aplaude las estupideces y le tiran de la lengua y cómo sabe que le escuchan, habla. Es un histriónico.' (Ch1701).

'Al principio odiaba al régimen. Pero soy religiosa, católica. No hay paso al odio ni a la venganza. Ahora sólo pido vivir en paz, que estos puntos no se toquen, que no haya rencor.'. (Ch1702).

'Yo era yunta con mi hermano. Cuando lo mataron pasé, ¿cómo le diría?. Por tres fases. La primera de temor, sobre los doce o trece años, Después este temor se fue convirtiendo en odio. Yo creo que sobre los dieciocho o diecinueve, que es cuando él más me faltó, era un odio intenso. Ahora que estoy casado, tengo mi familia... tengo tranquilidad' (Ch1002).

'Si, pensando en lo que había pasado. Pero una intenta no pensar. Tenía las guaguas y los niños chicos. Pero las monjas me enseñaron a resignarme y a no ir contra la voluntad de Dios. Ahora ya no siento odio. Fíjese, esos que hicieron tantas maldades, muchas veces ni sabían a quien mataban. Eran todos NN. Obedecían órdenes. Cómo se les va a pedir que tengan responsabilidades si no podían hacer otra cosa que obedecer. Mi vida fueron puras penalidades pero yo no les


7. Ideas o actos de venganza.

Nunca nadie, entre las 119 personas entrevistadas, llegó a consumar ningún intento real de venganza o castigo a los culpables a pesar de que los culpables mediatos de la desaparición y ejecución de familiares eran, en la mayoría de los casos de la Araucanía, personas perfectamente identificables, carabineros que llevaban mucho tiempo viviendo en la zona, que mantenían lazos de parentesco o de amistad con las víctimas, y que hoy en día siguen viviendo en las mismas comunidades. Esto parece perfectamente congruente con lo sucedido en el conjunto del país. Los escasos casos que han trascendido a la prensa han sido en relación con funcionarios infiltrados en partidos de izquierda que delataron y denunciaron a militantes o bien casos que comunicaron a la opinión pública. Han sido, de todos modos, hechos aislados.

Algunos familiares afirman que durante un tiempo pensaron en esta posibilidad, pero nunca se llegó a concretar:

'Imagínese. Yo sabía que a él le entregó ese asesino, ese sádico de Mario Ponce. Se conocían de años. ¡Mario Ponce fue mi padrino de bautismo!. Él fue quien detuvo y entregó a mi padre. Y estuvo en la ejecución, cuando le pegaron un tiro por la espalda. Era gente sin conciencia, tenían lavado el cerebro. Ponce sabía que él dejaba una hija de 2 años sola en el mundo. ¡Es incomprensible!. Durante años pensaba en fantasías en lo que haría con él. Me imaginaba que yo lo torturaba a él, como él torturó a mi padre'. (Ch1401).

'Pensaba en poder asesinar a Pinochet de alguna manera. Me llegué a hacer una verdadera película. Incluso con los ricos del pueblo pensé directamente en hacerlo. Uno me dijo una vez: 'Yo nací para ser rico y tú para ser pobre'. Hay otras cosas respecto a este tema de la venganza que son personales y que no puedo contarles (hace un gesto hacia su esposa y sus hijos que están cerca). Espero que lo entiendan... No sería conveniente.' (Ch1503).

'Dentro de mi edad (60 años) me daba igual buscar un arma, salir a buscar al compadre y arreglarme con él, porque yo sabía quién era. Lo ubicaba. Lo pasaron a Valdivia, a Puerto Montt, luego a Punta Arenas...Ahora sé que está en el norte. En cada lugar lo he ido ubicando a ese campeón. Era suboficial. Lo ascendieron, incluso. La pista no se la pierdo, aunque ya no creo que haga nada. La venganza a estas alturas ya no sirve'. (Ch3301).

'Si tuviera un arma lo haría. Mis hermanos hombres nunca fueron dispuestos de hacer algo. Pasaría todos los años en prisión. Me da igual'. (Ch3202).

Análogamente respecto a los familiares mapunche:

'Era de noche y ellos se tapaban. He intentado recordar sus caras muchas veces. He preguntado a veces en los cuarteles, entrando en conversación con soldados sin que ellos sepan que mataron a mi hermano. Si recordara las caras vengaría a mi hermano. No me importaría nada. Ni mis hijas. Me llevaría a uno por delante.' (M2503)

'Yo siempre quise dañar a Pinochet como él me dañó a mí, y nunca me imaginé más, pero si me dieran la oportunidad que dijeran: ahí lo tiene al frente, yo lo mato'. (M2507).

'Durante bastante tiempo estuve con esa idea. Tenía a los carabineros ubicados... todo. Ahora ya no. Ahora recapacito por mi condición de padre'. (M1203).

'Si me lo encuentro por la calle... no puedo hacer nada. Pero si estuviéramos solos en el campo. Muchas veces mi mamá tenía que sujetarme' (M3203).

'Tenía pensado matar uno por uno a los pacos(C) que habían matado a mi padre y a mis hermanos. Era una convicción absoluta que mantuve durante ocho años. Se fue disolviendo a medida que entraba en la comunidad evangélica. No llegué a comprar un arma, aunque tenía intenciones. Quería hacer el servicio militar para vengarlo, pero no me dejaron hacerlo'. (M2102).

Surgen diferentes niveles explicativos que probablemente no agotan el tema. En un primer nivel cabe entender que en general predominó probablemente el sentido práctico que consideraba que no valía la pena arriesgar la libertad y la estabilidad de la propia familia castigando a alguno de los hechores. Pero esta explicación es insuficiente. Tal y como se decía, en la tradición mapunche no existe el perdón y sólo es posible restablecer el equilibrio por la venganza. Esta, además, será siempre directa y deberá intentarse por todos los medios al alcance. Sólo cuando realmente es imposible y no está en la mano, se apela a instancias superiores que serían las que tendrían que dejar notar el peso de la justicia. Si no es la persona la que va a pagar serán sus hijos o otras generaciones. ¿Por qué entonces no hubo en realidad ninguna venganza?. Además de la razón general esgrimida anteriormente y del hecho del sostenido avance de las concepciones evangélicas y pentecostales que revertiría el modo tradicional de respuesta mapunche, habría que considerar al menos otros tres factores:

Por un lado en la concepción mapunche la venganza siempre ocurre entre iguales, y este no era el caso.

Por otro el proceso represivo no habría sido vivido por las comunidades y familias tradicionales como un problema mapunche sino como una cuestión entre wingkas(D) ajeno por tanto a ellos, y que ocasionalmente afectaba a algunos mapunches que tal vez se awinkaron demasiado y como consecuencia salieron afectados.

Por ultimo habría que buscar la explicación en el contexto más amplio de la dependencia histórica con las instancias de poder. Es un hecho que la propia gente mapunche recurre en ocasiones al carabinero para resolver problemas cotidianos o disputas entre ellos. Se crea así una situación ambivalente en la que el represor, instrumento y representante del Estado, es también un instrumento de los propios mapunches. Al final, lo que cuenta es que es necesario mantener una buena relación con las instancias de poder. El grado de comprensión del contexto represivo y el origen de la muerte va por un lado y el grado en que se vaya a actuar por otro, lo que no significa - como se señalaba en el capitulo 5- que algunos mapunches no se den cuenta que el poder hegemónico es el responsable de que ellos no puedan acceder a la justicia.


8. La respuesta institucional de las iglesias.

1) La religión mapunche.

La religiosidad mapunche no se expresa a través de una estructura organizativa ni un sistema jerárquico propio con una institución. En cada comunidad existe una o más figuras que actúan como intermediarios entre la comunidad y genechen. Fundamentalmente los gepin, que dirigen las ceremonias de rogativa a genechen (ceremonia de gillatun), y sobretodo la machi, intermediario de la fuerza que permite saber el origen y la posible solución de los problemas individuales, familiares y comunitarios y que dirige o realiza toda clase de ceremonias médicas y religiosas. La machi es elegida por genechen. Sabe que ha sido elegida a través de un largo proceso por el que la persona se enferma gravemente y no hay modo de sanarla hasta que otra machi, a la vista de los signos y en estado de trance, diagnostica que padece de machikutran, es decir, de enfermedad de machi. La curación sólo es posible aceptando el papel para el que ha sido elegida. De este modo la enfermedad desaparecerá.

Una machi tiene mayor o menor prestigio en función de la eficacia de sus rogativas y remedios, y aunque todas son intermediarias del poder, es en la práctica donde cada una deberá mostrarse. Su eficacia dependerá de como esté ella misma, de su experiencia y de la comunicación que tenga con las fuerzas sobrenaturales y, a través de éstas, con la comunidad..

Por todo ello no puede analizarse el papel jugado por la religión mapunche como si se tratara de una institución, sino se consideran las respuestas individuales dadas por cada una de las machis. Por los testimonios que hemos podido recoger, las machis no entraron en cuestiones políticas. Se enfrentaron al gobierno de Allende en la medida en que éste, con las medidas de colectivización de la tierra atacaba las estructuras tradicionales mapunches y las reglas del derecho consuetudinario. No se trataba tanto de adscribirse a una línea política como de defender la religión, el modo de ser y la identidad propias.

Es importante destacar que mientras las alusiones a Dios y a la Iglesia eran constantes entre evangélicos y católicos, en todas las entrevistas que hicimos sólo en un caso de persona mapunche se citó a la religión tradicional como apoyo:

'Yo fui católica, y cuando desapareció mi hermano, dejé de participar. Apenas participaba. Dije: No voy más a misa. Mi mamá bendecía en mapunche a los hijos y Ricardo decía que eso ayudó a salvarlo. Hemos regresado algo a la religión nuestra. Aunque tampoco voy a nguillatunes ni nada'. (M2603).

El dato es muy importante porque muestra la profunda diferencia que hay entre una y otra cultura. Mientras las iglesias de base cristiana dotan a la religión de una funcionalidad, esta es mucho menos evidente en la concepción mapunche donde hay una identificación con las fuerzas de la naturaleza. Por eso no tenemos muchos testimonios en que se apele a genechen como elemento justificador. Tampoco se espera de él 'justicia' ni se constituye en un elemento de consuelo.

2) Las iglesias cristianas.

Las iglesias han mantenido en general una actitud que refleja el amplio espectro social que representan: la iglesia católica, mayoritaria en el país, sobretodo en las zonas urbanas, es percibida como la iglesia de los ricos, de los terratenientes y los empresarios, de los militares; es la que bendice el régimen militar. Pero es también la iglesia de los pobres, de los habitantes de las poblaciones, de los sacerdotes que arriesgaron su vida en múltiples ocasiones, inspirados algunos en la teología de la liberación. Así, por un lado, la iglesia fue uno de los pilares imprescindibles para que el gobierno militar pudiera legitimar su régimen de gobierno, y al mismo tiempo, fue también el primer refugio para víctimas y familiares donde se les prestó apoyo y asistencia jurídica y donde se brindó atención en salud.

La red de resistencia popular nació y creció por y desde la iglesia progresista. Así, debe reconocerse el fundamental y decisivo aporte de la Iglesia Católica a través de la Vicaría de la Solidaridad y de las Iglesias evangélicas por medio del FASIC (Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas) a la denuncia, promoción y defensa de los derechos humanos desde el comienzo de la dictadura militar(E). En Temuco el Centro Regional de Salud Mental (CRESAM), nació bajo la protección del Policlínico Metodista. Buena parte de los familiares de los DD-EP se acercaron al obispado de Temuco para presentar denuncia por las desapariciones, puesto que era la única instancia a la que podía apelarse. En dependencias del obispado se realizaron reuniones de la Agrupación de familiares de detenidos-desaparecidos. Pero este esfuerzo institucional parece no haber sido percibido por los familiares de las víctimas entrevistados por nosotros, que sí recuerdan, en cambio, problemas con las iglesias locales o los sacerdotes en su comunidad.

'Tenía pena. Me enfermé. Nada me curaba. Hasta que fui a una iglesia protestante y me curé. Ahí fue cuando me hice evangélico. Antes no podía interpretar sueños y ellos me enseñaron que antes que los mapunches ya el rey David interpretaba sueños. En la iglesia me enseñaron también que la Biblia habló de la Santísima Trinidad antes de que los mapunches hablaran de la Familia que está ahí en el cielo, y que en la Biblia ya se decía que la tierra era redonda, y se interpretaban los sueños. Allí uno ve que los mapunches tenemos mucho que aprender de la Biblia. Ahora interpreto todo en las escrituras'. (M0601).

'Yo sigo su ejemplo desde la fe, pero nunca desde la política. No quiero ni hablar de política. En la iglesia evangélica encontré un gran consuelo, aunque ellos nunca supieron el caso de mi padre. Nunca lo conté. Pero encontré un refugio y alivio. Trabajo ayudando a los demás. Da sentido a mi vida'. (Ch0501).

Hemos agrupado los comentarios de los familiares según la confesión religiosa católica o evangélica. Hemos dejado aparte comentarios referidos a la iglesia adventista y a sectas pentecostales.

1. Familiares miembros de la Iglesia evangélica o protestante.

Aunque son pocos testimonios como para sacar conclusiones definitivas, se apuntan algunos elementos significativos a partir de las entrevistas: (1) Aparece una falta de respeto por la religiosidad mapunche con un discurso desvalorizante que busca símiles entre la cosmogonía mapunche y la Biblia para insistir en que ésta es mucho más antigua y válida. (2) Se fomenta una actitud de conformidad y resignación ante los hechos, entendiendo estos como producto de los designios divinos. Según la congregación, esta es más o menos taxativa y en algún caso se acepta incluso que la persona rechace y descalifique esta postura (p.e. 12102).

'Estaba mal. Gracias a Dios recuperé todo. Fue mi señora la que me introdujo en el culto evangélico hace algunos años. Ha sido un gran alivio. Implicarme en el culto religioso fue lo mejor que me ha pasado. Ellos saben mi problema, he compartido con ellos. Ha sido una gran ayuda psicológica.'. (M1203).

'Los evangélicos siempre me tendieron la mano. En cambio los del Asentamiento nunca jamás. Cuando yo tuve necesidad, ninguno de esos se acercó. Yo no soy creyente, pero a cada cual lo suyo'. (M3201).

'Soy militante evangélico desde 1983, aunque en 1976 ya me hice de la iglesia. El pastor nos ayudó mucho en aquella época. Somos evangélicos de la Unión del Centro Bíblico. Fue un refugio. Soy mucho más abierto a mi familia por esa causa. En la Unión se meten mucho en los problemas de las personas y le ayudan a uno. Allí uno debe hablarlo todo y hay una sinceridad grande. Reconozco que hay iglesias que han hecho mucho daño justificando que no había que protestar por lo que pasaba y por los muertos. No es el caso de mi iglesia. Ellos saben que a mí me torturaron, que sufrí, saben lo de mi padre. Incluso les dije: miren hermanos, yo ando con la idea de vengarme. Tengo ubicadas a las personas e incluso puedo conseguir un arma. Y ellos me aconsejaban que eso sería peor para mí. Pero con respeto. Yo pienso que para la gente son especialmente dañinos los Pentecostales. Yo soy mapunche. Pero digo: el mapunche es muy vicioso, muy dejado. Mi cuñado es muy tradicional y pasa todo el día tomando. El evangélico no es así. Por eso ahora trabajo evangelizando mapunches. Grupos de jóvenes. A ellos les enseño que el mapunche debe regirse por la Biblia y no ser vicioso. Esa es mi lucha ahora. Casi todas las tardes voy al culto religioso.' (M2102).

'Como evangélico, me rijo por la ley de Dios. Entiendo lo que sucedió en esa época. Fue por culpa de los partidos chicos, que molestaron a los ricos. No hay que molestarlos. Por eso tenía que ocurrir lo que pasó. Fue un error de ellos, no del Ejército'. (M0804).

'A los veintiún años me bauticé y entré al culto. Ahora veo que hay un Dios que en esta vida es justo, y él va a juzgar a cada persona. Hay una gran conformidad en la vida de uno, porque camina en la senda del evangelio. Antes sentía impotencia, rabia... ganas de tomar venganza. Ahora no, por el consuelo de Dios. Quien sabe los hechores cuantas noches tendrán pesadillas, porque un alma siempre anda alrededor de esas personas que hacen daño'. (M2003).

La respuesta en lo político fue variable, obedeciendo más a la personalidad de cada pastor en los diferentes lugares y denominaciones evangélicas. Al mismo tiempo aparece una actitud negativa hacia la religiosidad mapunche, marcando un punto de fuerte quiebre cultural y de desestructuración dentro de las comunidades.

2. Familiares miembros de la Iglesia católica.

Numerosos testimonios muestran resentimiento hacia miembros de la iglesia por su conducta al solicitarles ayuda. Así, por ejemplo:

'El cura Pablo vino a darme el aviso de que mi hijo se había matado, que se mató él por accidente. Yo me fui a confesar y le dije: 'Yo pensaba que los curas no mentían y usted me mintió'. Yo lo acusé al obispo... le dije que vino de parte de los militares a mentirme. Casi pierdo mi fe, pero no la perdí... pero si era mandado, que lo obligaban, yo lo perdono'. (Ch3302).

'Antes de eso creía en Dios, en la Iglesia y los religiosos, pero los obispos son criminales. Cuando detuvieron a mi hermano yo estaba preso, me torturaron. Hablé con el obispo para que me ayudara a encontrarlo. Él me dijo al cabo de los días que había hablado con un coronel, quien le informó que mi hermano estaba libre. Y me dijo el obispo: 'No le voy a creer más a usted que a un coronel del Ejército'. ¿Qué me dice a eso?. ¿Usted cree que eso se le dice a un hermano que está buscando a un desaparecido?. Y recuerdo un cura, que en una misa rogó porque las Fuerzas Armadas tuvieran fuerza para erradicar el comunismo. Los bandidos eran los que dirigían la misa. No quiero ya nada con ellos.' (M2606).

'Cuando tenía ideas de suicidio fui a ver a un cura católico. No podía con el trauma de mi hermano. No quería seguir viviendo así. Y entré en una iglesia. Le expliqué al cura en confesión como me sentía. ¿Qué hizo?. (Después de lo que le conté que me sentía me mandó a rezar tres avemarías y un padrenuestro!. Salí mucho peor. Ese día quebré con la Iglesia y no he vuelto a entrar nunca en ninguna'. (M2506).

Existen también algunos casos que recuerdan haber recibido apoyo:

'Tuvimos ayuda de los sacerdotes, pero no fue fanatismo. Fue un aporte imparcial. Solamente te escuchaban y te daban ánimos. Hasta ahí nomás'. (Ch3601).

'Unas monjas de aquí, de Cunco, nos ayudaron harto, harto. Sin eso hubiera sido muy difícil. Ellas sabiendo el caso nuestro nos daban trabajo de limpiar en la iglesia y hacer cosas con las que íbamos saliendo adelante. Yo sólo tengo agradecimiento por eso.'. (Ch0602).

Las personas que recurren a la iglesia y la religión lo hacen con una finalidad: buscar un contexto explicativo y la tranquilidad que brinda la confianza en la justicia divina. Estas ideas son reforzadas desde la propia iglesia:

'Tengo la conformidad que da Dios' (Ch3703).

'Una intenta no pensar, porque al fin y al cabo lo que ocurrió fue la voluntad de Dios. Cuando me veían triste las monjas me decían: "¿Contra quienes tienes rencor?. ¿Contra Dios?. Porque fue Dios quien se lo llevó". Y así he encontrado mi paz y ya no siento odio. Cuando veo en la televisión las injusticias lloro, me deprimo, pero es por las otras, por las que no tienen el don de callar y de sufrir en silencio, como tengo la suerte de tener yo. Yo ya no tengo pena. No sé porque lloro... es la pena que me dan las otras'. (Ch0401).

'Ahora tengo una paz dentro... ya no tengo odio. Si supiera quien es el culpable, hasta sentiría pena de él, porque Dios le va a dar lo que se merece'. (Ch1003).

'La religión me ha dado fuerza. Me aconsejaban que tuviera fe en Dios porque Él da fuerza. Yo busqué por todas partes. Caminé como loca por todos sitios. Cuando ya desesperé me ayudó ese consuelo.' (Ch3001).

'Yo, como mapunche, siempre he sido muy religioso, porque hay Uno que le puede ayudar en cualquier momento que está en el cielo. Yo pienso que en dónde se alabe al Señor está bueno. El hechor de todo esto vive ahora sólo. Está aburrido de pelear con su señora. Por eso nosotros decimos que Dios va haciendo justicia. Por eso de algún modo nos conformamos, porque algo de justicia se va haciendo. No vamos a entrar a proceder nada, porque tenemos miedo a la autoridad. El Señor Jesucristo nos puede castigar si procediéramos contra él, porque sería como no aceptar su justicia.' (M0305).

'La confianza en Dios me ha ayudado. Creo que Dios hará justicia. Pienso que así sería el destino de mi padre: perderse. Hay que aceptarlo así.'. (M3202).

'Me conformo porque tengo a mi hijo. Gracias a Dios soy católica'. (M0303)

'Ellos sabían mi problema. A mí nunca me aconsejaron que me callara' (Ch3201).

Justo en el extremo opuesto están algunas personas que no sólo no encontraron consuelo en la religión, sino que los hechos que sucedieron les hicieron perder la fe precisamente porque no entendían como Dios podía consentir lo que estaba ocurriendo:

'Al contrario, dejé de creer en Dios, porque no entendía por qué a mí me pasaba eso, por qué Dios me castigaba. Yo era muy niña, y pensaba que si me estaban pasando tantas desgracias era porque yo había hecho algo malo que merecía ser castigado de ese modo. Y no entendía qué podía ser. Me parecía injusto, y dejé de creer.' (Ch3202).

c) Familiares miembros de denominaciones Pentecostales.

Las sectas evangélicas han tenido una penetración muy importante en el campo chileno, como en toda América Latina. Los misioneros llegan hasta las zonas más recónditas, donde levantan pequeñas iglesias que dejan al cargo de un pastor, alguien de la comunidad que convencido de la palabra del misionero decide asumir esa misión. A juicio del pastor en el discurso se mezclan elementos de religiosidad mapunche, con elementos bíblicos y otros.

Las actitudes reflejadas por este grupo muestran formas de conformidad y sumisión como única respuesta frente a la represión. Al mismo tiempo, expresan más radicalmente que las otras la desvinculación con lo mapunche.

'Yo pertenezco a una Iglesia (Misión Unida Metodista Pentecostal). Yo pienso que por eso no me tomado las cosas tan mal como mis hermanas, porque tengo un sentido distinto de la justicia' (M2107).

'Antes sentía odio, ahora no, porque entré hace cinco años a la Iglesia. Soy encargado de la Iglesia Misionera Pentecostal. Oro para que todo salga bien. No tengo nada que ver con mi vida anterior. A mi todo esto me cambió la vida para bien. Durante cinco años estuve rebelde. Después cambié. Un misionero de Kurarrewe vino. El Señor me habló solo. Yo estaba abatido. Se me puso en la mente que era mejor dejar lo que pasó. Los misioneros no saben nada de lo que le pasó a mi familia. Yo acepté su palabra y ahora soy más suelto para vivir, más refugiado, más alegre... No falta quien me lleve alimentos, ropa... vivo en paz y bien.'. (M0302).

'Así estamos destinados. Sólo hay que tener fe en el Señor. En el cielo El da la luz, el día y el alimento, y nos conformamos con eso. El cura a los enfermos, y nos guía con su luz. Su ley es la que debe regir todo'. (M0306)

d) Familiares miembros de Iglesias Adventistas.

Como en el resto de las confesiones religiosas se asumen actitudes de conformidad, que plantean aceptar el destino como algo inexorable. Una familia de arraigadas creencias adventistas iba incluso mas allá y defendía que no deben buscarse los restos de los familiares muertos o desaparecidos porque cuando llegue el día del Juicio Final y las trompetas de los ángeles hagan levantarse a los muertos, ellos se levantarán de donde estén, da igual si descompuestos, si rotos o si perdidos:

'El asunto de las osamentas del papá en realidad ni me va ni me viene, porque Dios va a resucitar a todos los muertos, aunque estén quemados, estén podridos... así que da igual dónde estén. Mi mamá está más en eso. Y la nieta. Conversen tal vez con ella de eso.' (Ch1501).

'Al principio pensaba harto. Pero a los cuatro ó cinco años de que desapareciera entendí de Doctrina y me di cuenta que Dios es el que provee y me decidí que así estaba bien. Yo me guío en todo por la Biblia' (Ch1503).

En suma, la religiosidad mapunche mantuvo una postura ajena al conflicto, entendiendo este como un problema entre no-mapunches. Como institución, la iglesia católica, la evangélica y la metodista dieron muestras de su compromiso moral y político con las víctimas de la Dictadura. Pero a nivel local la respuesta no fue la misma, predominando la identificación de sacerdotes, pastores o predicadores con el régimen militar, bien con actitudes de rechazo hacia las víctimas o sus familiares, bien con actitudes de neutralidad.

Intentar entender las complejas razones por las que aparecen estos dos planos aparentemente disociados correspondería a una investigación específica sobre el tema.


9. Después del Plebiscito (1988).

Diversos comentarios aluden de manera muy positiva a los años transcurridos después del Plebiscito que supuso el fin de la Dictadura en el poder ejecutivo y permitió el paso a una democracia formal con elecciones parlamentarias.

'Cada vez estamos mejor' (Ch0402)

'Antes no teníamos Ley de Reparación, no es lo que podríamos haber esperado pero es un avance' (Ch0602).

'Estamos mejor que cuando Pinochet, al menos en mi familia' (Ch0604).

'Ahora hay respaldo con el gobierno democrático' (Ch1702)

'Estamos un poco mejor, pero ha costado harto' (Ch3302).

'Sirvió bastante, aunque hay gente que no lo sabe aprovechar' (Ch4201)

' Harto se ha hecho' (Ch4202).

En el caso de los mapunches se enfatiza el mayor respeto a la realidad indígena que existe en la actualidad.

'Antes poco se tomaba en cuenta a los mapunche... ahora es un poco mejor'. (M0302).

'Las autoridades están pagando algo por la gente. (Tenemos Presidente!' (M0306).

'Ahora hay más respeto por el mapunche'. (M1002).

'Por lo menos ahora tenemos derecho a voz' (M1005).

'La Ley de Reparación fue un avance para nosotros. Un reconocimiento' (M1201).

'Se ha avanzado. Podemos elegir Presidente con lápiz y urnas' (M2406).

'Ahora en estos tiempos hay más justicia para los indígenas' (M3302).

De algún modo se va lentamente revirtiendo la desconfianza en las leyes, en la justicia y en el Estado como institución generados por los diecisiete años de Dictadura:

Tabla 6.4b. Confianza en el Estado.



. Inmediata Persistente Actual
Dejamos de creer en la legalidad, en las leyes. No se puede confíar en el Estado. 62.7 62.3 41.7


Familiares hispanochilenos y mapunches. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001

'A mi no me interesa nada de política. No me inscribí para votar ni nunca he ido. Nunca voy a votar. Es todo un engaño. Uno tiene que preocuparse de salir adelante y que no le engañen' (M2103).

'No me interesa nada que tenga que ver con eso. Siempre va a ser su política, la de ellos' (M2505)

'A mi hija le explique que no debía inscribirse. Ella no ha votado nunca. Después te controlan si vas o no vas, te tienen atado. Mejor no llegar a inscribirse. Ella piensa como yo y no quiere votar por ningún partido. Definitivamente una nunca sabe cuando se va a dar vuelta todo. No se puede confiar en el Estado' (Ch0502).

'Al principio me daba miedo recibir el dinero de la Reparación, o que ustedes vengan a hablar conmigo. Porque, si esto se da vuelta otra vez ¿quienes van a ser los primeros que vamos a caer?. Los que estamos en la lista. Todas esas listas de familiares. Por haber aceptado esa plata. Hay que mirar el futuro y no es posible fiarse de nada' (Ch0501).

'Parece que los tiempos van cambiando. Antes la justicia era sólo de unos. Parece que ya hay más justicia. En este Estado se puede confiar más.' (Ch1002).

La izquierda siempre quiso ver en la gente que murió la semilla de tiempos nuevos. Mario Benedetti escribía en una ocasión estos bellísimos versos: 'Vos mirás como inmóvil y te miro mirar / somos dos conjeturas incómodas fraternas / no entendemos un pito de esta infame injusticia / de esa fábrica de odios que propone el olvido. (...). Yo te miro mirar como inmóvil / pero claro la cosa no se arregla / con miradas / ojeadas / o vistazos / qué tal si nos arremangamos vos y yo'. La realidad parece que transcurriera por otras sendas. Los tiempos cambian, los proyectos sociales se diluyen, el concepto de política en cuanto a tarea pública y el compromiso personal en ella... Los desaparecidos, para una parte mayoritaria de las familias, constituyen el recuerdo de una época oscura y dolorosa y en pocos casos un ejemplo político hacia el futuro. Queda de ellos una vaga admiración por su fuerza interior y su capacidad de lucha y sólo en unos pocos casos hubo quien decidiera arremangarse y saltar a la arena.

El golpe militar fue, inicialmente, apoyado por amplios sectores de la población chilena. Gran parte de la democracia cristiana lo respaldó en un inicio, desvinculándose parcialmente después. Durante años no hubo protestas ante las noticias de violaciones a los derechos humanos... y es un hecho que en el Plebiscito del No del 5 de octubre de 1988 el 42 por ciento de los chilenos votaron a favor de la continuidad de Augusto Pinochet y el gobierno militar que encabezaba. Algún día la sociedad chilena, - dice el informe Rettig en su capítulo introductorio- deberá mirarse a sí misma y preguntarse por qué esa actitud de tolerancia, casi connivencia, pasiva y de no querer ver... No cabe duda que nuestros datos reflejan la realidad de una sociedad chilena compleja, polarizada y múltiple.


10. Efectos psicosociales y culturales en el marco de la comunidad.

Hemos visto el modo en que la represión afectó a los familiares y el tema del miedo y la resignación. Como la Dictadura tuvo un efecto despolitizador sobre estos. Pero ¿cómo reaccionó la comunidad?. ¿Vivió también ese mismo miedo y ese mismo fatalismo o se trata de algo que afectó sólo a los familiares por la presión más directa que recibían?.

La 'comunidad' es entendida aquí en un doble sentido. Para la situación de los chilenos y mapunches urbanos corresponde al ámbito del vecindario, de los conocidos, es decir, a un contexto cambiante y en ocasiones impersonal. Para los chilenos y mapunches rurales, y especialmente los que viven en reducciones, la comunidad es el lugar de pertenencia sociohistórica y geográfica donde se desarrolla un especial patrón de relaciones interpersonales regido por normas de convivencia rígidas sancionadas por la tradición y actualizadas por las autoridades de la misma. Es necesario dejar constancia del difícil tema de la divergencia que actualmente existe entre el modo hispanochileno de dividir la tierra donde viven las comunidades mapunches (Reducciones) y la real división territorial propia, acorde con la historia y las estructuras familiares y comunitarias (Lof-Rewe).

Hablar, en términos mapunches, de comunidad contemporánea, es referirse a un grupo humano variable de entre 20 y 200 personas, con fuertes lazos de parentesco sanguíneo entre ellos, con formas individuales y familiares de tenencia y explotación de la tierra y de uso del agua y con una estructura de autoridad que arranca del período autónomo. En muchos sectores, junto a las figuras tradicionales como el longko o cacique o la machi o médica-religiosa, han surgido de modo paralelo comités elegidos para resolver problemas concretos o nuevos dirigentes vinculados a las estructuras gubernamentales de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI).

La respuesta de la comunidad ante el hecho represivo es de una importancia enorme, actuando como apoyo para enfrentar la violencia. Lo que nuestro estudio evalúa no es si existió apoyo o no, sino la percepción subjetiva que tienen los familiares de la respuesta de la comunidad. Esto es lo que se recoge en las expresiones de la tabla 6.4.

Apoyo y solidaridad. En la primera frase - tabla 6.4- puede apreciarse como las tres cuartas partes de los hispanochilenos y la mitad de los mapunches recuerdan actitudes mayoritarias de vacío y aislamiento por parte del resto de miembros de la comunidad durante los primeros meses. Después esto se fue suavizando, pero aún hoy en día casi un tercio de los familiares en cada etnia sienten que la comunidad no ha cambiado su actitud. Algunos recuerdos son explícitos: 'Desde que se llevaron a mi papá parecía que contagiáramos. La gente no te saludaba por la calle. Si subías al autobús parecían rezar porque no te sentaras a su lado. Recuerdo estar esperando la micro y pasar un vecino de toda la vida y cruzarse de acera unos metros antes para no saludar. Además de la muerte dolía sentirse aislado, como siendo culpables de algo...La misma familia nos dio la espalda. No nos llamaban, nadie vino a visitarnos o a ofrecer ayuda...' (Ch0501).

La abrumadora mayoría de los familiares en ambas etnias recuerdan no haber tenido con quien compartir lo que les ocurría. Aunque siempre hubo una persona a la que poder contar las cosas en alguna ocasión - en general la madre, o una hija mayor- la persona ocultaba lo ocurrido a los vecinos, a los amigos o a los compañeros de la escuela o del trabajo.

'Cuando pasó todo eso nos abandonaron y yo me sentía muy solo'. (M2104).

Tabla 6.4. Efectos psicosociales: la respuesta de la comunidad.



. Inmediata Persistente Actual
Mi viejo le dedicaba mucho tiempo a los demás, demasiado según nosotros, y quien le agradece; incluso nos humillan ahora. 53.8 49.2 34.4
27.7 24.1 7.4
Casi todos nos dieron la espalda. 74.5 61.0 33.9
49.0 51.8 28.6
Yo sentía que no había nadie de confianza para hablar los problemas. Me sentía sola. 59.6 60.7 24.6
50.0 40.0 18.2
Nunca me he sentido sola, siempre ha habido gente que me ha acompañado. 60.0 63.3 72.1
64.3 64.8 70.9
A pesar del tiempo que ha pasado, la gente hace recuerdos de él. 60.8 70.5 75.4
64.3 62.5 63.5
Nunca me había dado cuenta de cuanto lo querían y respetaban hasta que desapareció. 45.3
38.5


Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001.

Las muestras de afecto tras el fallecimiento escasearon. Apenas algo más de un tercio de las personas en cada etnia recuerdan haber recibido muestras de solidaridad y afecto tras la desaparición (14c):

'La gente no habla de él. Como que se olvidaron'. (M2802)

'Sólo algunas personas lo recuerdan, ni siquiera la familia quiso ayudar' (M2602).

Hubo excepciones, como la de un dirigente sindical:

'Todos saben que fueron los mismos jefes del trabajo que le denunciaron. (...). La gente lo recuerda, especialmente los obreros y la gente que trabajaba con él. Incluso uno de sus obreros, de los que él mandaba, renunció por lo que le pasó, porque dijo que no se podía soportar lo que le habían hecho'. (Ch0502).

O la de un joven fallecido después del Plebiscito:

'Todavía en Pitrufquen lo recuerdan. Era muy humano, muy caritativo. En el funeral hubo más de mil personas. Eso me dio conformidad. Se me hizo claro que a él lo querían y que era buena persona' (M2405).

Y es que el paso del tiempo marca la diferencia:

'La gente sí lo recuerda. Hay que ver los lugares. Estos pueblos son como una familia cuando se trata de recordar. Pero entonces nadie lo asumió. Quizás ahora. Hasta hace cinco años nadie dijo nada'. (Ch1701).

2. Humillación. En no pocos casos no sólo hubo vacío, sino que el recuerdo es desprecio, de rechazo o de humillación, reflejado en expresiones del tipo: 'Eso le pasa por comunista', 'Algo haría para que se lo llevaran' o similares. Estamos, en estas expresiones, frente a una actitud de rechazo abierto hacia la figura del DD-EP por parte de algunos miembros de la comunidad.

Aunque en las respuestas de vacío ya se observaban diferencias entre no mapunches y mapunches, es en las de humillación donde más claramente aparecen. Como puede verse en la tabla 6.4 las diferencias interétnicas tienen la máxima significación estadística: las actitudes de humillación y rechazo son el doble de frecuentes entre los hispanochilenos (53.8 frente al 27.7 por ciento), aunque los hubo en ambas culturas. En el caso mapunche este tipo de situaciones tendrían que ver con la historia del asentamiento de las familias. Este hecho tiene un peso muy importante y configura la escala de prestigio que opera entre los linajes y/o troncos colocando a unos por encima de otros.

Estos son algunos de los testimonios:

'Aquí nunca nos han querido. Quien sabe por qué. Nos llaman huachos muertos de hambre. A veces me regalan cosas porque dicen que ando pidiendo. Eso es por envidias que tiene la gente. Pero yo siempre les respondo y no me callo. (...) Incluso la de arriba nos vino a decir una vez que éramos lentos porque ella ya había encontrado los restos de su marido mientras que mi papá a saber donde estaría. ¿Qué hizo ella para encontrarlo sino que la pura suerte fue?. Pero así nos dice ella.' (M3204).

'Nadie vino a la casa. Se reían los de ahí... Ahora, con la plata de la Reparación nos dicen 'los ricos'. 'La plata que están sacando es por los muertos'. Así nos dicen. Hablan mal. (M2301).

'En la comunidad no nos llevábamos bien. ¿Para qué le voy a mentir?. Yo había andado por el mal camino, digamos en cosa de animales. Y cuando las cosas empezaron a ir mal nadie nos ayudó. Nos llamaban mapunches (son chilenos), comunistas, cayupanes... ayudaban a los carabineros... Eran derechistas. Se portaron de la peor especie.' (Ch1901).

'Recuerdo un amigo de mi padre que venía por la casa. ese fue de los primeros que se dio vuelta la chaqueta y cuando después nos encontraba por alguna parte era como si nunca hubiera estado en la casa sino que nos humillaba y se reía' (Ch1501).

Cabría pensar si éstas diferencias cuantitativas se deben en realidad a un factor étnico o las diferencias entre el medio urbano y el rural. Por ello analizamos el papel del lugar de residencia tanto cualitativa como cuantitativamente. En ninguna de las expresiones hay diferencias estadísticamente significativas y tampoco en las transcripciones se manifiesta así. Es por tanto el elemento cultural y no el lugar de residencia el que parece marcar la diferencia.

3. Aprovecharse de la desgracia ajena. Recogimos, por fin, algunos testimonios duros, acusadores, reflejando el resentimiento de familiares que sintieron que los demás intentaron sacar ventaja de su situación, como en el caso de estas dos viudas mapunches:

'La comunidad nunca nos apoyó. Pasamos hambre y nunca hubo un dirigente que organizara algo para nosotros. Mi madre quedó sola. Los dos mayores empezamos a trabajar para sacar adelante todo. Pero nadie hubo que viniera a ayudarnos. Sólo la pura familia. Pero, por otro lado, nosotros podíamos participar en las cosas que pasaban en la comunidad, igual nos avisaban...' (M0802).

'Mi padre estuvo en el Asentamiento. Y cuando desapareció fue mi madre a pedir su parte. Y no quisieron saber nada. Dijeron que a él lo sacaron del Asentamiento antes de que lo detuvieran y que no le correspondía nada. Los dirigentes nos dieron la espalda y se olvidaron de lo que se había hecho antes. (...) De ahí que mi madre tuviera que irse a otra parte a buscar trabajo. Sólo tenía nuestro apoyo, pero éramos chicos para trabajar aún la tierra. (M3204).

Profundizando en este tipo de situaciones pudimos observar cómo casi siempre obedecían, en el ámbito rural, a conflictos preexistentes a la desaparición. En el caso mapunche se trataría de disputas entre los troncos familiares de la comunidad que vendrían de antes del período represivo, originadas por cuestiones de herencias y prestigio entre las familias. En algunos casos estos conflictos habían llevado incluso a un estado previo de aislamiento de la familia dentro de la comunidad.

Algunos familiares nos explicaron, por ejemplo, que los vecinos intentaron quedarse con sus tierras y animales aprovechándose de la ausencia del cabeza de familia:

'Ellos llegaron a acompañar en silencio... mi mamá no recibió ayuda ni de su propia familia. Buscándolos gastó la poca plata que tenía, porque a ellos se los llevaron con el sueldo del mes que acababan de cobrar en los bolsillos. Tuvo que vender animales para poder buscarlos. La gente más se aprovechaba y le compraban los animales a bajo precio, y las tierras también le querían comprar, pero eso sí que no quiso ella. Yo me fui a la Argentina, y recuerdo que cuando volví a la casa, después de años, ya no quedaba nada. Daba pena verla, sola y sin nada. Mi madre había vendido todo, hasta los muebles. Ni ropa tenía. Nadie la vino a ayudar. La gente de allí es gente mala. La mayoría dueños de tierras o que le trabajan a los dueños. Todo se habla en el pueblo. Siempre te señalan. Me costó convencerla para que dejara aquello y se viniera a Argentina.' (M2106).

Esta misma viuda nos explicaba, en otro momento, de las presiones que hubieron hasta que perdió el trabajo que tenía de limpiadora. Querían que abandonara la casa y el pueblo:

'Sólo tengo malos recuerdos. Fue horrible. Yo tenía a mis niños pequeños, todos sabían en el pueblo eso. En la escuela la maestra por compasión me dio trabajo limpiando. Pero al cabo de algún tiempo, cuando acabaron las clases me dijo: Fíjese que cuando empiecen las clases no hará falta que vuelva. Y yo me entraron ganas de llorar pero la miré y le dije: ¿Será que no hago bien el trabajo?. No es eso, me dijo ella, sino que dicen que si le estoy dando trabajo es que seré comunista. Usted sabe que yo no soy comunista, sino sólo madre sola y con muchos hijos que no tienen culpa de nada. No es cosa mía - me dijo- va a tener que dejarlo y buscar en otra parte. (...). ¿Se da cuenta?. Era más que dar la espalda, era perseguir lo que tenían con nosotros...' (M2101)

En población hispanochilena se expresan situaciones similares de resentimiento y acusación con dolor. A las actitudes de aprovechamiento ante la desgracia ajena se suman - acorde con la cultura- elementos de traición política, o de rechazo a la familia por la filiación partidaria del desaparecido:

'Nosotros seguimos adelante con la tierra y todo lo del papá. Entre los hermanos nos repartíamos el trabajo y nunca se abandonó nada, pero hubo gente que quiso aprovecharse comprando más barato las cosas de la gente que se iba y vendía. A nosotros nos vinieron a comprar varios y siempre los echamos' (Ch1502).

'La familia de mi padre, la de Santiago, nunca se acercaron ni siquiera a preguntar. Nunca nos ayudó. No volvimos a saber de ellos, como si no existieran.' (Ch3002).'Cuando ella nos acogió a mi medio hermano y a mí no tenía obligación ninguna. Lo hizo por el cariño que le tenía a mi padre. Muchas amistades le retiraron el saludo a mi tía. Incluso de su propia familia vinieron a decirle: ¿Y tú por qué te quedas con los hijos de un comunista?. ¿Estás loca?. Pero la familia la volteó y en todas partes no le daban trabajo. Incluso de la casa nos echaron porque decían que seguro que nos la íbamos a quedar porque los comunistas en cuanto están un tiempo en un sitio ya se lo quieren quedar. Fue por eso que nos vinimos a Temuco. Ya nunca volvimos a Lautaro. Fue la propia la gente la que obligó a mi tía a irse, por el rechazo y el aislamiento. Se quedó sin trabajo, sin casa, sin apoyos...' (Ch1401).

'Hay gente que me dice que el hecho de estar en el Rettig es un beneficio, que es aprovecharse de los demás. Bastante gente le mira mal a uno por eso' (Ch0401).

'A la cara nadie decía nada, pero por fuera se sabía. Le aplicaban que había sido político y por eso le habían tomado' (Ch3701)

4. La desculpabilización de la comunidad.

Pero frente a esta actitud mayoritaria de resentimiento y de rencor por parte de los familiares, hay una otra parte también importante que intenta buscar justificaciones a esa actitud y tiende a desculpabilizar a la comunidad. Hemos visto como los propios familiares vivieron intensamente el miedo y tuvieron actitudes de resignación, de conformidad. Algunos pueden entender que era lógico que estas actitudes también se presentaran en sus vecinos. El resentimiento se centra, en estos familiares, en determinadas personas responsables de la violencia, el dolor y el aislamiento. Desde su perspectiva la comunidad habría hecho lo esperable para autoprotegerse y sobrevivir.

Entre los mapunches rurales está desculpabilización parece más centrada en los temas de miedo y temor, mientras que en los mapunches urbanos en razones de índole económica y de supervivencia. Entre los chilenos aparecen ambos tipos de razones.

'Todos tenían miedo... qué iban a hacer. Mi papá iba de un lado al otro preguntando por su niño y nadie le dio un vaso de agua. Sólo al final le ayudó el hijo de los dueños del fundo en el que trabajo por treinta años. El lo había visto nacer y crecer. Ese hombre era coronel y se compadeció del papá y le ayudó a saber que estaba muerto. De ahí mi padre se volvió viejo, le cambió el pelo, la cara... jamás se recuperó. Estuvo muy solo. Nada se podía hacer. ¿Quién podía ayudarle?.' (M1002).

'Todos nos conocen... Nunca nos humillaron, sólo que tampoco hablaban. Aunque tampoco me sentía sola' (M1003).

'Pudimos recurrir a los amigos, pero estaban peor que nosotros, así que tampoco buscamos.' (M1202).

'Me da igual la opinión de la gente. Mi rencor y mi odio es contra la persona que lo hizo' (M2509)

'Los amigos no volvieron a la casa, no dijeron nada. Es lógico. Vivimos frente al Retén y cualquiera que se acercara tenía que pasar por delante. Y los vecinos... Los vecinos tuvieron una reacción normal. Hablan de cuando en cuando' (Ch2402).

'Nos quedamos solos. La gente se alejó por miedo, no por rechazo. La familia se encerró. Desconfiábamos de todos. Pensábamos incluso si fue la vecina que lo denunció. No te podías fiar de nadie. Ahora ya no es así, porque cuando pasan los años y la gente ve que uno trabaja y no da problemas le respeta. Nos hemos ganado el respeto de todos aquí.' (Ch0101).

'Usted sabe que ellos decían que aquí había armas. Por eso los militares habían prohibido que la gente llegara a nuestra casa. Nadie vino a preguntar por mi padre o por cómo estábamos porque era una amenaza la que había y no se podía nomás'. (Ch1501).

'El momento era aterrador para todos. Mi esposa era bien conocida y todos la querían harto por el trabajo en la escuela, pero nadie se atrevía a decir nada. Por eso también nosotros mejor nos fuimos. Primero los niños y al cabo de un tiempo yo con ellos. La gente no podía hacer otra'. (Ch0701).

'Unos tres años hubo hostigamiento a la casa y la familia. Nadie se acercó. No se podía porque en cualquier momento llegaban' (Ch0102).

Hay diferentes razones culturales para explicar esta respuesta exculpatoria. Entre los mapunches la primera es de orden general: independientemente de los conflictos que un mapunche pueda tener con los miembros de su comunidad, es poco frecuente que los exteriorice a un extraño. Aunque la persona pueda tener dificultades, estas se manejan dentro de la comunidad y es muy raro oír a un mapunche hablar mal de otro miembro del grupo. En todo caso utilizará términos muy matizados o añadirá elementos exculpatorios del tipo de los recogidos. Predomina el sentimiento de pertenencia al grupo sobre el descontento. Con frecuencia son los hechos y no las palabras los que demuestran el estado de la relación entre las familias.

La segunda es que los mapunches tampoco tienden a culpabilizar a la comunidad entendida como ente abstracto, porque la comunidad es el conjunto de parientes y el conocimiento histórico que con ellos existe, porque la comunidad son ellos mismos. Sólo bajo circunstancias anómalas especiales y generadas desde el exterior puede ocurrir algo así.

Entre los chilenos y mapunches urbanos la razón estriba probablemente en una comprensión del contexto político amplio y de los riesgos objetivos que suponían las actitudes de solidaridad.

5. Testimonios positivos. Pero aunque la percepción general fue negativa, no faltaron, por ultimo, algunos testimonios - en ocasiones indirectos- indicando que al menos un amplio sector de la población era consciente de lo que pasaba. En algún caso incluso se señala aspectos de apoyo y solidaridad:

'Lo de él fue una cosa personal. (...) El estaba en un restaurante tomándose una malta. (...). Quiso pagar con un billete de diez mil, pero el del restaurante le dijo que no tenía vuelto. Ahí empezaron a discutir. (...). Por la noche llegaron los carabineros a la casa a tomarlo. (...). Nadie nos ayudó, aunque la gente sabía lo que pasó. Toda la gente estuvo preocupada. Mucha gente se puso de mala con el señor del restaurante y no quisieron ir más, y hay gente que todavía lo odia'. (Ch3801).'Él vendía fruta en la Feria. Era bien popular, porque era rápido para los negocios y atento con todos. De la Feria vino mucha gente después. Gente que lo conocía, que había trabajado con él. Gente que lo quería mucho'. (M2502).

'Mucha gente fue solidaria y vinieron a preguntar. También gente que no, pero yo diría que como setenta y treinta. Esa sería la proporción'. (Ch1503).

'En el pueblo casi la mayoría de la gente del trabajo, profesores de la escuela, vecinos, el alcalde... Se portaron muy bien' (Ch3301).

El papel del miedo como determinante de las respuestas resulta claro al comparar los primeros testimonios con el de uno de los últimos muertos por causa violenta, a finales de los ochenta:

'En el caso nuestro la gente se portó muy bien. Claro que ya no eran aquellos años. Ya la cosa era distinta. Pero aquí llegó mucha gente. Gente que fue solidaria viniendo a preguntar. Hasta el mismo alcalde llegó, porque él me conocía de años y vino a condolerse. Yo prefería que ni me hablaran, pero si la gente preguntó y vino. Esto es pequeño'. (Ch3301).

En resumen, aunque se produjeron respuestas solidarias, la norma fueron las respuestas de vacío social, cuando no de humillación o aprovechamiento. Aunque esto es así en ambas etnias, alcanza aún mayores niveles entre los hispanochilenos. Las familiares nucleares se agrupan y la familia extendida y la comunidad se aleja. En el caso de los mapunches rurales parece haber razones preexistentes ligados a humillaciones, temas de tierras o de prestigio. En familiares chilenos juegan más los factores de militancia política, aprovechamiento y miedo. En ambos grupos hay un sector que muestra resentimiento hacia los demás por ello, pero hay también otro, también numeroso, que justifica la actitud de desapego y no culpabiliza a la comunidad. Sí lo hace con miembros específicos de la familia o con los responsables directos. A nivel individual casi siempre hubo alguna persona (generalmente familiar muy allegado) a la que poder conversarle algunas cosas, y no faltaron personas que hicieran ocasionalmente recuerdo del desaparecido a los familiares, pero la violencia política del Estado no generó la aparición de redes de apoyo. Es objetivamente cierto que en aquellos tiempos todo era peligroso, pero no es menos cierto que el apoyo social se puede construir con cosas muy simples como la mera presencia física, una pequeña ayuda económica o algo de comida. No es necesario entrar en lo político para manifestar solidaridad. Y lo que hemos visto, entrevista tras entrevista, es que, en la percepción de los familiares, incluso ese tipo de respuestas escasearon, al menos durante los primeros años.

Alguien decía: ' La gente no lo recuerda, pero sobretodo por miedo, no por cosas políticas. Todavía hay temor.' (M2506).

Pero lo que nuestro estudio indica es que en este contexto el miedo o incluso la misma impunidad, tal como es percibida por la gente, se convierten en razones explicativas insuficientes para entender las respuestas de vacío, humillación o aprovechamiento y debe aceptarse una multiplicidad de razones culturales que este trabajo no alcanza a captar en su totalidad por su extrema complejidad y que conciernen a la relación que, históricamente, ha mantenido la gente chilena y mapunche con las estructuras de poder en el marco de una tradición de sociedad muy centralizada, respetuosa de modo extremo de leyes, normas y autoridades. Habría una práctica de relación con el poder que no está siendo analizada, que tiene que ver con la dificultad para enfrentarse a él, para dialogar con el poder, en el marco de una separación histórica entre las instancias publicas y la población. Es en este contexto explicativo más amplio en el que cabe entender también las abiertas criticas que se recogen en la actualidad a los años de gobierno de la Unidad Popular frente a la participación pasiva en las estructuras que se generaron en aquélla época o la rápida asimilación del nuevo contexto de autoridades que supuso la Dictadura.

Analizar la relación entre la sociedad chilena y las leyes y las estructuras de poder y autoridad constituye un tema sobre el que existe un silencio entre sociólogos e historiadores, probablemente porque indagar en esta línea sea indagar en aspectos de la cultura chilena difíciles de aceptar y enfrentar por buena parte de la intelectualidad del país. Sin este marco conceptual más amplio, las explicaciones que surgen de los datos de estas investigaciones no pueden sino ser aproximaciones parciales insuficientes.


Anexo

Análisis estadístico de las respuestas de miedo y resignación

Para revisar los datos obtenidos en el análisis cualitativo de las entrevistas, realizamos un análisis estadístico multivariante de los patrones de respuesta a las frases que aparecen en la tabla 6.1, con el objeto de poder agrupar a la población en función de los distintos tipos de actitudes respecto al problema del miedo. Se utilizaron dos técnicas: el Análisis de Conglomerados o Cluster Análisis y el Análisis de Componentes Principales(F)

La frase 'Todo el mundo sabe, pero no quiere decir' no fue incluida en el análisis porque dado que más del noventa por ciento de los entrevistados la consideran cierta, no tiene poder discriminante para agrupar a las personas.

Cuando examinamos los patrones de respuesta respecto a las actitudes de miedo, de escepticismo y frustración, observamos que un 34.7% de la población rechaza cualquiera de estas actitudes, un 13.5% mantienen una actitud ambigua, mientras que el 51.6%, es decir, la mayoría, se identifican con ambas actitudes (tabla 6.5). Dicho de otro modo, para la mayoría de los familiares lo ocurrido les dejó una huella que les llevó a rechazar la política, a tener miedo, a no creer en nada.

La confianza en la justicia se distribuye de manera independiente en estos tres grupos. En algunos casos la confianza se centra en la justicia humana: en el nuevo sistema político la ley sería igual para todos. En otros la confianza se basa en la seguridad de que existe un ser superior que, mas allá del poder humano, va a encargarse de que se haga justicia. Esto va a ser ya en la tierra (a través de sentimientos de culpa, de soledad o de infelicidad de las personas responsables de los atropellos), ya en la vida más allá (confianza en un juicio moral universal). Quienes desconfían de que llegue a existir justicia explican su respuesta en base a la idea de que hay una justicia diferente para pobres y para ricos, y que siempre va a ser así. Esto hace pensar que la confianza o desconfianza en la justicia, como lo corroboran también el análisis de las correlaciones, es una actitud que no parece estar muy asociada a la identificación con otras frases. Resalta, por último, el grupo extremo: ese 16.9% de personas que reconocen que aún tienen miedo a contar lo que ocurrió, y que se identifican, además, con todas las frases a las que nos estamos refiriendo. En ellas el paso de los años no ha conseguido borrar la impresión de lo que les sucedió y siguen conservando la impresión de que no hay que hablar ni comentar nada por miedo a las represalias.

Parece, por tanto, que hay diferentes tópicos de análisis. El primero es el del miedo. Este fue mayoritario pero ya no lo es, o al menos así lo refieren las personas. Pero se mantienen en términos generales actitudes de escepticismo, desconfianza y salvaguarda. La mayoría de las personas no están por la reivindicación del familiar desaparecido ni por expresar disconformidad, en general, ante una situación de injusticia.

No es posible saber si estaríamos ante una de las consecuencias más duraderas de la labor represora de la Dictadura, si efectivamente las cosas se han transformado dentro de la línea pragmática que impone la tendencia política y social mundial o si estos resultados reflejan una vez más lo que Martín-Baró denominaba el fatalismo latinoamericano(*): 'La comprensión fatalista de la existencia que se atribuye a amplios sectores de los pueblos latinoamericanos puede entenderse como una actitud básica, como una manera de situarse frente a la propia vida. En cuanto tal, el fatalismo pone de manifiesto una peculiar relación de sentido que establecen las personas consigo mismas y con los hechos de su existencia, y que se traducirá en comportamientos de conformismo y resignación ante cualquier circunstancia, incluso las más negativas'.

Martín-Baró considera que esta actitud fatalista genera ideas, afectos o elementos emocionales y rasgos o tendencias comportamentales. Éstos consisten básicamente en la creencia en un destino predeterminado, imposible de cambiar, que debe aceptarse resignadamente y ante el cual sólo se puede actuar con sumisión y pasividad. Y dice: 'Si el síndrome fatalista sigue produciéndose en los sectores mayoritarios de los pueblos latinoamericanos, no es porque se reproduzca a través de las normas culturales y un estilo de vida propio de los pobres e independiente de los cambios que se operan en el sistema social más amplio; el fatalismo constituye una relación de sentido entre las personas y un mundo al que encuentran cerrado e incontrolable, es decir, se trata de una actitud continuamente causada y reforzada por el funcionamiento opresivo de las estructuras macrosociales (...). La resignación sumisa la aprende no tanto como fruto de una transmisión de valores en una subcultura cerrada, cuando como verificación cotidiana de la inviabilidad o inutilidad de cualquier esfuerzo por cambiar significativamente su propia realidad dentro de un medio que es parte de un sistema social opresivo'. Para él la población latinoamericana tiende a presentar este tipo de actitudes. Las clases populares, en su opinión, toleran grandes niveles de frustración, con estallidos de rabia ocasionales, pero que sólo quedan en eso, sin llegar a constituir un auténtico cambio sociológico.

Desde una perspectiva transcultural deben hacerse una serie de matizaciones importantes a estas concepciones. En primer lugar es erróneo presuponer que los conceptos que utilizamos han de ser comunes en diferentes culturas. Lo que desde nuestra cultura puede ser denominado miedo a hablar, puede tratarse en la cultura mapunche de la manifestación normal de desconfianza ante los entrevistadores. En esta investigación, por la metodología empleada, no se puede realizar de maneras específica un estudio de la concepción mapunche del miedo, lo que constituye una limitante importante a la interpretación de los resultados y de actitudes con relación a él.

Las transcripciones ayudan a profundizar en estas diferentes concepciones.

Tabla 6.5. Patrones de Respuesta.



Grupos Chileno Mapuche Total
Grupo de respuesta positiva . . .
No miedo a contar o hablar con nosotros No manifiestan resignación ni escepticismo

No manifiestan desengaño, ni desconfianza, ni rechazo a la participación política

No usan el silencio como estrategia

22 (36%) 19 (33%) 41 (34.7%)
Grupo de respuesta ambigua . . .
Aunque no tienen miedo utilizan el silencio como estrategia No manifiestan resignación ni escepticismo

No hay una actitud clara en cuanto al desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política

13 (21%) 3 (5%) 16 (13.5%)
Grupo de respuesta negativa . . .
Resignación y escepticismo

Desengño, desconfianza y rechazo de la participación política

14 (23%) 27 (47%) 41 (34,7%)
Miedo a contar Resignación y escepticismo

Desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política

Silencio como táctica

12 (19%) 8 (14%) 20(16.9%)


x2 = 11.2 gl = 3. p = 0.01. (*) La mitad de la población se identifica con la idea de que nunca va a haber justicia y la mitad confía en que puede haberla

Testimonios de familiares en relación al miedo.



Familiares Hispanochilenos Familiares Mapunches


Grupo 1.

  • No manifiestan miedo a hablar
  • No refieren resignación ni escepticismo
  • No expresan desengaño ni desconfianza o rechazo a la participación política
  • No creen en el silencio como estrategia


.'Tenía miedo hasta que estaba Pinochet, pero ya no. La persona tiene que superarse cada día más y como ser humano también. Algún día habrá justicia, siempre llega tarde' (Ch3601)

.'Nunca he tenido miedo. No hay que conformarse, no creo que sea el destino del pobre. Yo nunca niego mi posición política y tengo amigos de distintas ideas. Si se toma conciencia puede haber justicia' (Ch3602)

.'Yo no tengo miedo. Grité contra Pinochet y voté que No en el Plebiscito. Si hubiera tenido un parlante habría ido por poblaciones para decir lo que habían hecho a mí. No, porque sea política, porque todos son iguales, y esos comunistas los peores, sino porque a mi me dejaron viuda y con ocho hijos, y si pudiera les gritaría a todos el caso mío y el de las viudas del 73, que así nos llaman' (Ch3201)

.'Nunca paramos de buscar justicia por nuestro hijo, incluso fuimos a Santiago a hablar con el general Carrasco. Ni se nos ocurrió en ese momento que nos podían matar o pasar algo. En Chile hay justicia diferente para cada uno, como decía Martín Fierro: 'La ley se hizo para todos, pero sólo enrrienda al chico'. No nos conformamos. Ahora ya es difícil, somos viejos... A esta edad ¿qué va a hacer uno?. No mucho, ¿verdad?'. (Ch3301)

.'Yo lloré al principio un poco. Yo soy duro, ya tengo todo superado. Al principio no quería problemas. Ahora no tengo miedo, no puedo quedarme callado pero no me gustan los extremos en política. Con el cambio de Gobierno puede haber una justicia'. (M1202)

.'Después de que lo mataron yo me fui exiliado a Argentina, pero por instinto de conservación, no por miedo. Incluso he conversado con militares. Nunca me he quedado callado, nunca nos hemos callado nosotros. Yo creo que la justicia es difícil, pero no imposible'.(M1203)

.'No tengo miedo. La maldad debe ser juzgada. Hay que hacer mejor el cerebro humano. Nosotros resistimos porque hemos ido hablando, y hemos ido acorralando a quienes cometieron los crímenes. La verdad debemos buscarla la clase trabajadora, los más humildes. Tengo ese dolor, que los criminales sean respetados por el mundo'.(M2607)

.'¿Miedo?. Nunca. Las FFAA son cobardes, son unas mierdas y también los políticos actuales que las defienden. Hay que seguir luchando para que condenen a los culpables y para ser útiles a la sociedad'.(M2606)



Grupo 2

  • No manifiestan miedo a hablar
  • Resignación
  • Desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política
  • Silencio como táctica
  • Escéptico a las leyes y la justicia


'No tengo miedo desde que se supo de la ley de derechos humanos. Antes no hablaba del tema ni con mis compañeros. Yo sólo quiero saber lo que pasó, porque no creo que se haga justicia. ¿Para qué reclamar?. Todo pobre ha sido siempre humillado. (Ch3202)

'Yo era socialista desde joven, pensaba que con la Unidad Popular la vida del trabajador iba a cambiar. Ahora creo que nada cambiará. Por eso hay que callar y no meterse nada, para no equivocarse' (M2501)

'El no hizo nada, por eso no tengo miedo. Ahora no quiero más problemas, siempre han venido donde mí a removerme el caso y nunca va a haber justicia, nunca se va a saber lo que pasó realmente...Ya no quiero más problemas' (Ch3801)

'El pobre es débil. Yo nunca protesté nada. Nunca he reclamado ni protestado nada. Cuando hubo el referéndum vinieron aquí los carabineros y uniformados a amedrentarnos. Y casi todos en esta zona votamos por Pinochet. Votamos sí en el plebiscito'. (M1001)

'Yo nunca tuve miedo, ése era su destino. El pobre tiene que humillarse nomás. No me voy a meter en política, nunca me gustó. Yo quiero vivir tranquilo, no más problemas, vivir en paz' (M0304)

'Los milicos hicieron eso de puro malos, de puro gusto. Tenían que matar a alguien...Ya no tengo miedo. Así es la vida de uno. Hay que aceptar el destino' (M2502)

'Ahora ya no tengo miedo. Pero que sacaría yo de reclamarlo?. No quiero tener más problemas. Nunca me he metido en nada y nunca lo haré. No quiero nada con Allende. Ese era comunista. Si reclamo es por la tierra que teníamos antes, no por mi hermano' (M2801)



Grupo 3

Cree en las leyes y la justicia



'Hay que estar tranquilos. Dios va a hacer justicia. Yo sola nunca hubiera denunciado. Ni siquiera pediría que condenaran a los culpables' (Ch0502)

'Yo creo que hay que estar conformes. Ahora no hay nada que temer. Sólo hay que confiar en la justicia divina' (Ch0101)

'Yo no tenía miedo, pero me recomendaban que no hablara. Muchas veces ellos (los militares) no sabían ni a quien mataban. Obedecían ordenes. ¿Cómo se les va a pedir que tengan responsabilidades?. Yo creo que ha habido justicia. Dios está haciendo justicia. A ellos les toca sufrir en su conciencia y esa es la justicia de Dios (Ch0401)

'Ahora necesitamos la paz. Antes nunca conversé nada, así estamos destinados, somos personas humildes. Antes me metía en deportes, después de eso nunca más participé en nada. Nosotros no culpamos a la autoridad, solamente culpamos al vecino que los denunció' (M0306)

'En esos años sentíamos mucho miedo. Ahora hay justicia. Hay justicia en la tierra y en el cielo' (M0307)

'Tiene que haber justicia algún día. Yo no siento odio por los militares. Fue un vecino el que lo denunció. El es el culpable. (M0602)

'Siempre dije que mi hermano era inocente. No veo cual puede serla gran maldad. Ser pobre no tiene nada que ver. Habrá justicia. Tarde o temprano la justicia llega'. (M1005)

'Nunca tuve miedo. No quería problemas, así que me mantuve en silencio. Quizás haya justicia. Ahora la autoridad ampara al pobre' (M1001)



Grupo 4

  • Miedo a hablar
  • Resignación y escepticismo
  • Desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política.
  • Silencio como táctica


'Yo aún les tengo miedo a los carabineros. Don Rolando, el jefe del Retén de carabineros, aún se ríe de lo que nos pasó. Así nunca va a haber justicia. Yo no dejo que mis otros hijos se metan en nada'(Ch2402)

'Yo tengo miedo, es mejor no meterse en nada. Mis hijos no deben meterse en política, porque les puede pasar lo mismo que al papá... Es mejor conformarse. ¿De qué me valdría seguir moviendo el asunto si al pobre no se le escucha?'(Ch2601)

'Prefiero ni saber lo que pasó, por miedo a que me involucren en algo. Yo siempre me quede callada, aunque presionada por mi abuela que me metió que había que callar y que nunca dijera a nadie quien fue mi papá. Ahora creo que eran mañas suyas, pero igual no converso de esto. Hago lo que me dicen.'(Ch3901)

'Yo nunca he hecho nada, nunca he buscado, por miedo. Siempre queda temor. A mis hijos no los dejo meterse en nada, hay que pasar inadvertido siempre'.(M0301)

'Durante años he tenido miedo. Por eso no lo busqué, tenía miedo de las consecuencias. Tampoco he tenido ninguna actividad social. Me tuve que ir a Argentina para liberarme. Es preciso quedarse callado o decir sí a todo para no tener problemas'(M0601)

'Siempre he tenido miedo. Mi familia estaba marcada. Me quisieron meter en política, pero por lo que le pasó a mi papá nunca me quise meter. Es mejor callarse y no tener problemas'.(M2601)

Mirando hacia atrás.

Ya comentamos que los datos de carácter retrospectivo deben considerarse siempre con las adecuadas reservas. Pero aún cuando sea con los sesgos de la memoria y dentro del intento de dar una imagen coherente y consistente de uno mismo, es interesante ver cómo se recuerda cada uno en los diferentes momentos. Cuando realizamos un Análisis de Conglomerados de las respuestas pasadas, sólo surgen 2 categorías en la reacción aguda, durante los seis meses inmediatamente posteriores a la desaparición. La primera corresponde a aquellas personas que afirman que nunca tuvieron miedo a hablar, que incluso en los primeros meses expresaron su indignación públicamente, y que no mantuvieron en ningún momento una actitud de conformidad. Aproximadamente un tercio de la población estudiada se recuerda así (tabla 6.6). El resto creen que durante los primeros meses el miedo les dominó.

Tabla 6.6. Reacción aguda (primeros seis meses).



. Hispanochileno Mapunche
No tuvieron miedo a hablar ni reconocen identificarse entonces con el resto de actitudes exploradas en las frases. 17 (32.7%) 18 (36.0%)
Reconocen que tuvieron miedo a hablar y se identificaron con la otras actitudes exploradas. 35 (67.3%) 32 (64.0%)


Se excluyen los que en aquella época eran menores de edad. x2: 3.81. gl: 3. p = 0.28

En la reacción persistente surgen 3 categorías (tabla 6.7). Aparece una respuesta positiva de rechazo de las actitudes de miedo y conformismo en un tercio de la población, independientemente de la etnia, una respuesta ambivalente en otro tercio, y una respuesta negativa de miedo y rechazo en el tercio restante.

Tabla 6.7. Reacción persistente.



Grupo Hispanochileno Mapunche
No tuvieron miedo

No se identifican tampoco con las demás actitudes

22 (36.1%) 22 (37.9%)
Miedo Niegan identificarse con todas las demás actitudes exploradas 25 (41.0%) 19 (32.8%)
Sí se identifican con todas las demás actitudes exploradas 14 (23.0%) 17 (29.3%)


x2 = 2.12, gl = 3. p = 0.54.

Decía Elisabeth Lira en Psicología del Miedo y la Amenaza Política refiriéndose a los primeros años de la represión que ésta había logrado su propósito. 'El miedo genera inhibición. El comportamiento de la mayoría tiende a ser silencioso, inexpresivo, inhibitorio, autocensurado y de esta manera ha sido descrito reiteradamente como 'despolitización'. 'Se crea una dicotomía del país en dos mundos. Uno 'normal', en el que la sociedad y la vida siguen su curso, y un mundo aterrador, en el que la violencia represiva puede destruir la normalidad cotidiana, irrumpiendo en la mitad de la noche o en la soledad de una calle sin testigos'. 'Cada persona despliega un esfuerzo permanente por recuperar la 'normalidad', por mantener la continuidad de la vida, en muchos al precio de reducir el espacio vital, de renunciar a intereses por asuntos que excedan de lo estrictamente individual. Los chilenos se someten a las normas impuestas al comportamiento 'adecuado', 'respetando' el toque de queda, el silenciamiento, la no-participación. Se observa así un país 'pacificado', pasivo, inerte, que no reacciona siquiera ante las situaciones más extremas

Nuestros datos avalan estas afirmaciones, puesto que las dos terceras partes de los entrevistados reconocen directamente que tuvieron miedo durante años, y de estos al menos la mitad adoptaron una estrategia de sumisión y silencio. Pero muestran a la vez cómo hay un cambio de actitud en los años que se llevan desde el plebiscito, especialmente en el caso mapunche.

Hay que enfatizar el componente cultural para interpretar los datos. Vimos en el marco teórico como el concepto de autoridad es diferente en una etnia y la otra. El concepto de autoridad es amplio y se asocia, en culturas indígenas, a la tradición y al respeto a los ancianos y a las figuras elegidas por los miembros de la comunidad como representantes. La propia lógica mapunche, basada en el respeto a las normas del grupo y evitando a cualquier precio las transgresiones, indica el valor cultural conferido al concepto de autoridad. En este sentido, el responder positivamente a ciertas expresiones puede también reflejar, además de una respuesta al miedo, ese respeto que entraña la tradición y la cultura.

En algunas entrevistas se hace referencia a ese sentido amplio del concepto de autoridad, que engloba a cualquier persona cuya opinión puede ser potencialmente relevante. En este sentido eran 'autoridades' los grupos que iban en apoyo de los asentamientos y las tomas de terreno (gobierno, partidos políticos...). Los propios estudiantes que en aquellos años se integraron a tareas agrícolas como parte del trabajo político de ciertos partidos son citados como 'autoridades'. Una persona en Kurarrehue nos decía, a media entrevista, que ella debía contarnos la verdad y no podía mentirnos, porque nosotros éramos 'autoridad' y no era correcto mentir a la autoridad(G)

La resignación, el escepticismo, el silencio, la desconfianza, por tanto, deben entenderse, en el caso mapunche, desde ese enfoque muy distinto al de la cultura de la sociedad global.

4. El nivel socioeconómico.

Las diferencias en las repercusiones psicosociales alcanzan una máxima expresión cuando es tomado en cuenta el factor socioeconómico. Las actitudes que aparecen como consecuencia del miedo se duplican en la clase muy baja comparada con la baja y casi se triplican en comparación con la clase media.

Así, por ejemplo, en el caso del miedo y la desconfianza para hablar durante los primeros meses después del hecho represivo, más del 80 por ciento de la población de nivel económico Muy Bajo recuerdan esta sensación, frente a poco más de un tercio de la población del estrato Medio. En las frases que exploran la resignación, el escepticismo y la desconfianza encontramos diferencias importantes - también de manera especial durante el primer período después de la desaparición -. En cuanto a la identificación con estas actitudes en el momento actual estos porcentajes se mantienen casi constantes. Las actitudes de silencio son reconocidas como propias durante los tres períodos estudiados en una proporción que está entre el 90 y el 100 por ciento de los entrevistados de nivel socioeconómico Muy Bajo frente a cerca del 40 por ciento en el nivel Medio. (tablas 6.9)

A partir de la experiencia adquirida al hacer las entrevistas la explicación que nos parece más coherente es la siguiente : el nivel socioeconómico Muy Bajo es realmente paupérrimo. Se trata de personas que viven en situación de pobreza extrema, con una economía precaria de subsistencia y malas condiciones de vivienda y servicios. En este contexto es implanteable que la persona deje su casa para buscar al familiar. El nivel de gastos que eso supone impide a muchas familias adoptar cualquier otra posición. En algunos casos se disponía de unos pocos animales que se pudieron vender para pagar los viajes a Temuco, a Valdivia o a Santiago en busca del familiar. En muchos otros no. Por eso, cuando la persona dice que 'Hay que conformarse...' no se está definiendo necesariamente desde una postura política o ideológica, ni siquiera psicológica, sino desde la resignación de quien no le cabe otro recurso. La petición de justicia queda, del mismo modo, relegada, cuando se pasa hambre física. Por eso los resultados son congruentes con la realidad.

Tabla 6.8 Actitudes relacionadas con la dinámica del miedo en los familiares de las víctimas según hábitat rural o urbano.



. Inmediata Persistente Actual
Miedo a hablar
Aún hoy tengo miedo de contar lo que sé porque es posible que haya gente que pueda usar lo que contemos y haya represalias. Nos pueden matar o desprestigiar. 61.5 53.3 17.8
54.8 55.6 20.8
No estoy muy segura de poder hablar con confianza, porque tal vez no pensamos igual. 69.2 57.8 24.4
48.4 45.8 27.8
Resignación y Escepticismo
Hay que conformarse. Así es la suerte del pobre, cada vez que trata de levantarse lo aplastan más. . . 64.4
43.7
Yo pienso que en el mundo jamás va a haber justicia, siempre es así. 62.2 62.8 55.8
70.5 68.6 62.9
Desengaño, desconfianza y rechazo a la participación política . . .
No quiero más problemas, de ahora para adelante no más complicaciones, trabajar en paz. La pena la llevo dentro. 64.1 73.3 77.8
41.7 54.9 61.1
Yo no permito a mis hijos que se metan en nada, sus estudios, la casa y punto. . . 57.1
47.2
Es mejor no meterse en nada, porque siempre lo engañan a uno. . . 53.5
44.3
Silencio como estrategia adaptativa de supervivencia . . .
Hemos resistido tantos años porque hemos sabido callar. 71.1 72.7 70.5
50.0 54.8 50.7
Para salir adelante lo más sabio es hacerse notar lo menos posible y decir sí. 67.6 72.1 72.7
45.0 46.6 45.2
La gente sabe, pero no quiere decir. . . 92.9
87.5


Familiares hispanochilenos y mapunches. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001

Puede contribuir, además, el hecho de que la comprensión de la represión militar y las actitudes de resignación, paralización y silencio asociadas al miedo obedecen a un patrón de clase. Los niveles de 'conciencia política' parecen más definidos dentro del estrato medio donde, seguramente los niveles de escolaridad y de información son mayores. Estos resultados, por otro lado, no suponen una negación del componente étnico. Sólo plantean la necesidad de un acercamiento múltiple a una realidad que está atravesada por el factor económico.

Tabla 6.9 Actitudes relacionadas con la dinámica del miedo en los familiares de las víctimas según nivel socioeconómico



. Inmediata Persistente Actual
Miedo a hablar . . .
Aún hoy tengo miedo de contar lo que sé porque es posible que haya gente que pueda usar lo que contemos y haya represalias. Nos pueden matar o desprestigiar. 72.2 59.1 36.4
61.5 58.1 16.1
41.9 45.5 15.2
No estoy muy segura de poder hablar con confianza, porque tal vez no pensamos igual. 83.3 63.6 31.8
59.6 53.2 27.4
35.5 36.4 21.2
Desesperanza y Resignación . . .
Hay que conformarse. Así es la suerte del pobre, cada vez que trata de levantarse lo aplastan más. . . 81.8
50.8
33.3
Yo pienso que en el mundo jamás va a haber justicia, siempre es así. 75.0 70.0 70.0
73.1 70.5 60.0
53.3 56.3 54.5
Paralización por el miedo y la desconfianza . . .
No quiero más problemas, de ahora para adelante no más complicaciones, trabajar en paz. La pena la llevo dentro. 83.3c 86.4c 90.9c
48.1 67.7 75.8
34.5 34.1 36.4
Yo no permito a mis hijos que se metan en nada, sus estudios, la casa y punto. . . 81.0c
51.7
30.3
Es mejor no meterse en nada, porque siempre lo engañan a uno. . . 75.0
49.2
28.1
Silencio como estrategia adaptativa de supervivencia . . .
Hemos resistido tantos años porque hemos sabido callar. 100c 90.5c 90.5c
52.9 63.5 58.7
43.3 39.4 36.4
Para salir adelante lo más sabio es hacerse notar lo menos posible y decir sí 100c 100c 100c
51.0 55.0 54.0
33.3 30.3 30.3
La gente sabe, pero no quiere decir. . . 100
86.9
87.9


Clase socioeconómica muy baja, baja y media. a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001


Notas

1 . Raija-Leena Punamäki. Respuestas de estrés psicológico de las madres palestinas y sus hijos a las condiciones de ocupación militar y violencia política. En Martin- Baró I. (ed). Psicología social de la guerra. UCA Editores. San Salvador. 1990 (pp 85-101).

2. Nota sobre robo de animales, Capítulo 4

  • (A) Paleteadas = servicios, favores.

  • (B) Juventudes Comunistas

  • (C) Pacos = carabineros= Policía

  • (D) Wingka: no mapunche. Awinkaron: personas que abandonaron su propia cultura para adoptar la no mapunche

  • (E) En los días siguientes al golpe el Arzobispado Católico de Santiago junto a los líderes de la iglesia protestante y judía establecieron dos comités: el Comité Nacional de Refugiados, cuyo objetivo era proteger la vida de los partidarios de Allende y dar asistencia legal a todas las personas perseguidas por el régimen y el Comité por la Paz cuyo objetivo era ayudar a las personas que quedaron en una situación personal o económica difícil. Entre Septiembre y Noviembre de 1973 diversas personas del Comité por la Paz fueron detenidas. El 1 de abril de 1975 se crea la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), basada en las actividades de Comité Nacional de Refugiados. Dio apoyo a prisioneros políticos, a personas que buscaban asilo en embajadas y a sus familiares. A finales de 1975 y por las presiones del régimen se cierra el Comité por la Paz, apareciendo al poco tiempo en su lugar la Vicaría de la Solidaridad. En el año y medio de funcionamiento el Comité había ofrecido apoyo legal a 6994 personas perseguidas en Santiago y a 1908 en provincias, había registrado 6411 casos de personas despedidas de su trabajo por razones políticas y se habían atendido 16.992 personas en el programa de atención médica. En 1974 empezaron a aparecer las primeras Agrupaciones de Familiares, reunidas en locales de la iglesia católica y evangélica.


    Notas Anexo

  • (F) Los análisis estadísticos se realizaron utilizando el paquete SPSS-PC+ 5.0 (Statistical Package for the Social Sciences-versión para PC). El Análisis de Conglomerados corresponde al procedimiento QUICKCLUSTER para 3 soluciones, y el Análisis de Componentes Principales al procedimiento PRINCALS. El primer método ofrece más información, y deja menos margen a la subjetividad del investigador, pero su uso se restringe a variables de tipo continuo. La segunda técnica está diseñada para variables dicotómicas o cualitativas (como es nuestro caso) y se realizó de manera complementaria como test de seguridad de los resultados del Análisis de Conglomerados. Los resultados de ambas técnicas coinciden de manera casi perfecta por lo que sólo se dan los resultados de la primera.

  • (G) La autoridad es determinada, dentro de la cultura mapunche por signos sobrenaturales, sueños etc que van determinando quien es autoridad. Es un proceso lento, que toma mucho tiempo. Esa autoridad es respetada solo por el grupo que ha elegido esa persona (frecuentemente por sueños de la misma persona o de otras personas de la comunidad). En cada grupo saben porqué eligen esa figura de autoridad. Este concepto de autoridad es muy distinto al concepto que alude la persona de Kurarrehue que consideraba a los estudiantes como 'autoridad'. En este caso lo que ocurre es que el estudiante "se supone" que es autoridad en el contexto wingka. Si lleva armas - como es el caso de militares o carabineros- razón de más. No es que sean autoridades desde un punto de vista mapunche, sino que se suponen que lo son en el contexto wingka y eso tiene un impacto en sus vidas

    Martín-Baró, I.: "El fatalismo latinoamericano". En Montero, M.; Martín-Baró, I. (ed): "Psicología Política Latinoamericana". Nueva Imagen. Caracas. Venezuela. 1979.



  • Citar como: Durán Pérez, Teresa et al. Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica KO'AGA ROÑE'ETA se.x (2000) - http://www.derechos.org/koaga/x/mapuches/

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