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Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica

Efectos psicosociales e interpretación sociocultural de la represión política vivida por los familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados mapunches y no-mapunches.

IX Región. Chile. (1973-90)




CAPITULO 8

La perspectiva familiar

Este capítulo analiza el comportamiento de las familias a partir de los hechos represivos. Para ello se revisó parte del material bibliográfico disponible que toma a la familia en su conjunto como objeto de análisis.

La mayoría del material disponible consiste en ensayos de reflexión teórica desde una perspectiva sistémica o dinámica o de valoraciones a partir de experiencias psicoterapéuticas. No se dispone, que sepamos, de otro tipo de trabajos así como tampoco de estudios que hagan referencia específica a la situación de la familia mapunche.

1) Las familias de detenidos-desaparecidos o ejecutados políticos.

La desaparición - resumimos de diferentes autores- provocaría en los que le rodean una reacción con algunos estadios identificables, sin que eso signifique que se trate de un único camino seguido por todas las familias:

1. Perplejidad inactiva. Es la reacción inmediata llena de desconcierto y angustia: ¿Hará uno las preguntas adecuadas sin comprometer a otros?, ¿No se estará actuando irreflexivamente y poniendo en mayores peligros al 'desaparecido' y a otro de sus familiares?.

2. Búsqueda. Superado ese primer momento (cuya duración es variable, en muchos casos permanente), se entra en una fase de búsqueda haciendo todo lo posible e imaginable por localizar al familiar desaparecido. En algunos casos se siente la urgencia de ir contrareloj, y se persiste pese a las reiteradas negativas de las instancias a las que se recurre.

3. Desesperanza. Las gestiones repetidas implican un alto costo personal: desplazamientos a lugares lejanos, sin dinero o alojamiento en muchas ocasiones, para encontrar siempre la misma respuesta: 'Aquí no está. Pregunte en... Tal vez esté allí.' Llega un momento en que los familiares que han buscado (que no son todos) perciben las dificultades del éxito de la búsqueda. En algunos pocos casos, tras el convencimiento de la menor fuerza de las acciones individuales, van tomando cuerpo las acciones colectivas (Agrupaciones de Familiares) mientras que en otros además se busca la ayuda de organismos solidarios que pudieran interceder (iglesias, organizaciones de derechos humanos toleradas por el sistema).

4. Sentimiento de Vacío. Al disminuir la intensidad de la búsqueda se van poniendo de manifiesto las soledades: falta la persona ausente, hay un vacío social y la familia está dispersa.

5. Búsqueda de Estabilidad. Los familiares buscan un equilibrio a través de formas simbólicas de comunicación con el desaparecido (conversaciones, recuerdos, actos...). En algunos casos la estabilidad se encuentra en la elaboración de ciertas historias explicativas que permiten pensar que tal vez el familiar está vivo en algún lugar desconocido y que tarde o temprano se comunicará, o, por el contrario, a partir de alguna información se supone un lugar donde están sus restos.

Dentro de esta búsqueda del equilibrio se han descrito algunas tendencias dentro de las familias:

  • a) Una tendencia a buscar la solución a los problemas dentro del marco familiar y a desconfiar y rechazar lo que provenga del exterior. Los hijos se agrupan alrededor de la madre o el padre superviviente.
  • b) El ausente en ocasiones puede pasar a ser el insustituible, del que no se habla pero que está en todas partes. Es frecuente que sea su fotografía la que presida la casa.
  • c) Hay familias en cuyo interior se actúa como si no pasara nada, como si no hubiera miedo ni dolores, cuando en realidad todo el mundo sabe lo que ocurre y sufre y cada miembro de la familia vivencia por su cuenta y a su modo. Habría un pacto no explícito de mutua protección y de evitar hablar del dolor. La mayoría de autores coinciden en que este tipo de situaciones, a la larga, en lugar de atenuar el sufrimiento, lo intensifican.
  • d) Por no 'traicionar' al ausente o para concentrar las energías en intentar seguir adelante, hay familias que viven como si no existieran problemas. Se congelan las relaciones, las peleas, las discusiones, en el punto en que se encontraban. Con lo cual se amagan o se dejan en suspenso conflictos familiares que, de hecho, siguen existiendo.
  • e) A veces descubrir la verdad implica tomar conocimiento de la muerte, del horror, de los detalles de la tortura, del sufrimiento extremo, de la destrucción del cuerpo del ser querido. Aparece, por ello, en ocasiones, una ambivalencia entre querer saberlo todo o, al menos, seguir sintiendo que se hace algo, y al mismo tiempo el deseo de evitar el conocimiento del horror, lo que puede llevar a los familiares a sumirse en actividades poco productivas, en diligencias inútiles. De esta forma, pareciera que los familiares en ocasiones, prefieren mantener la confusión respecto al modo como todo sucedió.

Repasando las experiencias de cada terapeuta se encuentran opiniones muy divergentes. La visión más negativa es la de Carlos Madariaga, quien desde su trabajo con familiares de Parral (VII Región) desarrollado a partir de 1990, considera como la fase más frecuente la de vacío, miedo y terror. En su experiencia la propia búsqueda de los DD durante el período dictatorial quedó relegada a tímidas acciones individuales circunscritas a las primeras semanas o como mucho meses. La acción coordinada con la aparición de la Agrupación no empezaría a gestarse hasta 1990, es decir, ya en el período de transición democrática y más de 15 años después de la mayoría de desapariciones y ejecuciones. Para él, la propia constitución de la agrupación tampoco constituye un cambio sustancial de actitud ante una comunidad que, en su conjunto, mantiene el miedo, la apatía y la indiferencia como secuelas de aquellos años sangrientos.


2. Consecuencias en la unidad y cohesión familiar.

En nuestra entrevista recogíamos las dificultades en este aspecto en la expresión: Desde entonces la familia se desunió, se deshizo. Cerca de la tercera parte de las familias mapunches y no mapunches se identificaron con esta expresión:

Tabla 8.1 Cohesión y unidad familiar en familias hispanochilenas y mapunches.



.. Inmediata Persistente Actual
Desde entonces la familia se desarmó, se deshizo. 40.9 34.5 31.0
26.5 32.5 25.0


Familiares hispanochilenos y mapunches. No hay diferencias estadísticamente significativas

De los datos anteriores y de los testimonios que a continuación se destacan se desprende que la mayoría de las familias (60 a 75 por ciento) permanecieron igual o incluso más unidas(A):

"Mi familia estuvo a punto de desunirse al comienzo... pues fue tan brutal la represión que sufrimos todos... dos de mis hermanos tuvieron que irse al exilio... pero permanecimos unidos" (M2606).

"Sirvió para unirnos más... salimos del asentamiento y nos vinimos para acá, luego murió la mamá y el papá asumió todos los roles... tuvimos que unirnos más para salir adelante" (Ch3702).

"Incluso nos sirvió para unirnos más entre hermanos, nosotros vivíamos en Santiago y siempre hemos sido unidos... luego de esto nos unimos más con los de por allá también" (M2403).

"Mi mamá llevó a unirnos a todos. Ella mantuvo la unión familiar" (Ch3202).

"El dolor nos unió más, nos unió mucho, cada uno vivió su dolor... sí nos tuvimos que separar pero por fuerza mayor, debido a todos los problemas económicos que tuvimos que enfrentar, pero en el fondo nos unimos más" (M2507).

En relación con esa tercera parte de familias que vivió quiebres al interior del núcleo familiar, pueden reconocerse los siguientes tipos de razones(B):

1. Razones políticas. Por una parte las familias que rechazan el compromiso político y/o social del ausente. Se trataría de una desunión por causas políticas. El rechazo es más frecuente entre miembros de la familia que no convivían con el desaparecido.

"Mis hermanos nunca volverán a hablarme. Una de mis cuñadas incluso llegó a decir 'ojalá los hubieran matado a todos'. Y en la familia de mi esposo ocurrió lo mismo... Yo era la comunista o algo así... la basura". (Ch1402).

"Él vino de Santiago. Su familia era de derecha y desaprobaban lo que él hacía. Él se vino aquí, al sur, por sus ideas políticas. La familia le dio la espalda. Su madre no me soportaba, decía que yo le había robado a su hijo. Cuando él murió ya nunca más volvimos a saber de ellos. Se quedaron con mi hijo mayor. Se lo llevaron de muy poco tiempo, que ni se acuerda de mí. Ella decía que a cambio del hijo que le quité. Y nunca me permitieron ni siquiera ir a verlo.

Una vez pasados los años fuimos con el menor a Santiago. Conseguimos la dirección de la familia. Mi hijo el menor llamó y habló con su hermano. Ellos ni se conocen, claro. Primera vez que hablaban. Quedaron en que iríamos a conocerle, porque ya tiene 30 años, está casado y con hijos. ¿Quiere creer que llegamos a la casa y llamamos y llamamos y no nos quisieron abrir?. (llora). Se oía ruido dentro y voces.

Siempre nos han mirado como que somos menos, pobres, sucios. Ella, la mamá sobretodo, no me soporta. Es gente que se creen de una clase superior. Mi esposo era la oveja negra de la familia que se vino al sur a casar con una pobre...' (Ch3001).

"Sí mi familia se desunió... Había gente en esa época a la que le parecía que había que acusar, que eso era lo correcto...

Pero lo peor fue dentro de nuestra propia familia, porque en la propia familia se volvieron contra nosotros cuando el papá murió. Ellos nos dijeron: " Seguro que él tiene que haber hecho algo". Eso nos dijeron. Como para consolarnos, debía ser, pero la rabia que nos dio que nunca les volvimos a hablar. Fue una época muy difícil pero nunca nos ayudaron. Sabían que mi papá era bueno. Siempre ayudó a los demás. Colaboraba en todo. Y dijeron, en cambio,: 'Por algo lo habrán matado'. No podían esconder las ideas'. (Ch0501).

"Siempre los tíos se quejaron que mi papá no hizo nada por la mamá, por buscarla, por hacer justicia de ella. Ellos también eran de izquierda igual que mi mamá... mi papá en cambio, no. El respetaba a mi madre y la quería harto, pero no sus ideas. Él siempre fue miedoso, no quiso alegar, no quiso preguntar... quedó muy afectado, como aturdido. Por eso no se hablan con el resto de la familia, aún no le perdonan a mi papá que tuviera tanto miedo. Yo también me llevo mal con mi padre y mi hermana, porque pensamos distinto. Yo si hubiera tenido más oportunidades de haber leído, de conocer gente, habría seguido el camino de ella." (Ch0703).

"Ella era del PC, su familia en general pertenecía toda al Partido Comunista. Yo no, yo siempre he sido y soy anticomunista... y nunca fui político y nunca tuve problemas. Desde que la vinieron a buscar en helicóptero esa vez y se la llevaron los militares... desde que no vi más a mi señora... no he sabido más de su familia" (Ch0701).

2) Emigración o exilio (político o económico) por causas relacionadas directamente con la desaparición del familiar.

El fenómeno de la migración viene condicionado por razones diversas y que ya eran comunes desde antes de 1973. La novena región ha sufrido históricamente en este siglo un proceso migratorio importante. Tanto mapunches como hispanochilenos han estado siempre históricamente a ambos lados de los Andes y han cruzado de un lado a otro en oleadas migratorias según el contexto del momento.

Nuestra muestra refleja esa tendencia general. De los 187 familiares potencialmente entrevistables, 20 fueron localizados en Santiago y 33 en Argentina, concentrados especialmente en la fronteriza zona de Neuquén.

Exilio político. No es fácil deslindar entre exilio político y económico, dado que muchas veces la falta de posibilidades de trabajo en nuestro país se debía a posiciones políticas del afectado o del familiar muerto. Si hay que atender al propio criterio de los familiares la gran mayoría consideró que emigró por razones económicas. Un solo familiar considera que cruzó a Argentina por razones políticas:

"La represión nos afectó a todos. A mí me detuvieron en La Serena. Me torturaron durante quince días. Éramos un grupo de estudiantes y profesores de la universidad. Nos torturaron juntos. No hubo ningún sobreviviente. Sólo a mí me soltaron porque tenía diecisiete años. Eso me salvó, ser menor de edad. Cuando me soltaron me fui al tiro para el extranjero, como mi hermano, que ya había salido. Salí al exilio por instinto de conservación, no por miedo. De los tres hermanos uno estaba desaparecido, otro preso, a mí me habían torturado... Me fui para Neuquén. Pese a todo mantuvimos siempre el vínculo de manera muy fuerte. Yo creo que más fuerte si cabe. Siempre estuvimos en contacto. (M3203).

También hubo casos de chilenos que por razones políticas se fueron a países vecinos, desapareciendo o siendo asesinados allí (el caso de los 119 y varios jóvenes de nuestra región).

Exilio económico. El desaparecido casi siempre, en su condición de padre o hermano mayor, era uno de los soportes económicos del grupo familiar:

"Mi hermano era el que aportaba más a la familia. Al morir él, las hermanas tuvimos que buscar por dónde..." (M2502)

"Él era el padre en el fondo (se refiere al hermano mayor que mataron), era el que soportaba económicamente a la familia." (M2509)

'Pasamos hambre. No tenía para vestir a los niños. Por la noche repartíamos lo poco que había... Era la desesperación de no tener que darles y ellos tampoco entendían que pasaba con su papá y por qué estábamos así. Fueron años de mucha necesidad' (M2101)

'Todos lo pasamos mal, pero mi madre más porque estaba tan triste y a la vez tan fuerte. La admiro por eso. Ella la que menos comía...' (M2107)

Esto significa que añadido a los efectos psicológicos y sociales, la represión dejó una complicada situación de subsistencia.

Las expresiones "Ahora nos falta de todo, él traía las cosas y siempre trataba que no falte nada" y "Desde que no está no tenemos ropa. Él compraba esas cosas. Ahora tengo que ver que alcance para cenar" exploraban de manera específica este tema.

El 72 por ciento de las familias hispanochilenas manifiestan que pasaron por graves dificultades económicas en los años siguientes a la desaparición del familiar. En familias mapunches el impacto económico fue significativamente menor, aunque alrededor de un tercio de las familias tuvieron que afrontar también una situación económica difícil.

Analizando las transcripciones de las entrevistas y los datos numéricos, el impacto económico de la desaparición se dejó sentir durante un período de entre cinco y diez años como promedio, prolongándose en algunos casos hasta la misma promulgación de la Ley de Reparación (c) que otorgaba pensiones económicas a los familiares de DD y EP.

Perfil familiar. En la mayoría de casos se trató de madres jóvenes con varios hijos, que debieron sobrevivir con trabajos marginales y vendiendo poco a poco los bienes que dejó el padre o conviviente.

'Pasamos de una vida relativamente desahogada a no tener nada, porque las cosas que fuimos vendiendo se acabaron pronto. Y aún no nos hemos recuperado, porque después de tanto luchar, yo de la reparación no he visto nada... No salgo de casa porque ni ropa tengo para que me vean...' (Ch0502).

Tabla 8.2. Consecuencias económicas en las familias hispanochilenas y mapunches



. Inmediata Persistente Actual
Ahora nos falta de todo, el traía las cosas y siempre trataba que no falte nada. 727 690 69
441 3715 0
Desde que no está no tenemos ropa. Él compraba esas cosas. Ahora tengo que ver que alcance para cenar. 727 655 34
382 325 0


Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001.

Las diferencias mapunche-no mapunche parecen deberse básicamente al factor étnico, dado que no existen diferencias significativas en función de tratarse de familias de origen urbano o rural. En la región existe una diferencia entre los campesinos hispanochilenos y mapunches con relación a la tenencia y uso de la tierra. En el caso de los no mapunches se trata de trabajadores agrícolas empleados en latifundios o asentados durante la Reforma Agraria que quedaron en malas condiciones tras el cambio de gobierno. Los mapunches, en cambio, eran propietarios de pequeñas parcelas de tierras comunitarias o familiares que permitían mantener el sistema familiar de economía de subsistencia(D).

Cabe pensar, por tanto, que la menor repercusión negativa entre los mapunches sea la consecuencia de este tipo de vínculos y la estructura familiar que permite que un familiar cercano ocupe el lugar del ausente o que otros miembros de la familia extensa pasen a trabajar la tierra del ausente.

La tabla 8.4 recoge testimonios del exilio por causa económica.

Pérdida de los proyectos. Esta situación de miseria económica fue un factor añadido de paralización, como da cuenta la frase "A mí me cambió la vida. Mis proyectos desaparecieron. Toda mi vida cambió y no nos hemos recuperado" (Tabla 8.3). Las familias debían concentrar sus esfuerzos en la lucha por la supervivencia. El 57.4% de los familiares hispanochilenos consideran que se quebraron sus proyectos vitales durante años. La mayoría de ellos, un 44.3%, piensa que las repercusiones sobre sus proyectos de vida (estudios, desarrollo profesional...) aún se mantienen hoy en día. En el mundo mapunche, sobretodo el rural, las repercusiones son menores (tabla 8.3) y la vida cambia menos.

También aquí el mundo mapunche tradicional, más cerrado y protegido, parece haber servido de amortiguador a las consecuencias de la desaparición

Tabla 8.3 Repercusiones de la dificultad económica en los proyectos de vida



. Inmediata Persistente Actual
A mí me cambió la vida. Mis proyectos desaparecieron. Toda mi vida cambió y no nos hemos recuperado. 59.6 57.4 44.3
38.8 32.1 23.2


Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001.

En resumen, más allá del daño sociopolítico en las estructuras sociales y de un daño psicosocial en la conciencia y la actitud de la gente, hubo también un daño económico de consecuencias muy difíciles de evaluar que afectó a los proyectos de vida de toda la familia forzando al abandono de los estudios, a trabajos mal remunerados, a la emigración, a la división de familias, y - en el fondo- a la imposibilidad de elegir y poder vivir teniendo oportunidades diferentes en aquel presente y en el futuro al que ahora han llegado.

Tabla 8.4. Testimonios de familiares no mapunches y mapunches acerca de la emigración por causas económicas.



NO MAPUNCHES MAPUNCHES
. "De hecho toda mi familia se desarmó. Yo tenía doce años. Recuerdo que no podíamos pagar la casa y tuvimos que abandonarla ... Tuvimos que irnos a vivir a Temuco y rentar allí. Cada cual tomó rumbos diferentes y ya la familia no volvió a reagruparse." (Ch3601)

. "A la mujer y a la hija de mi hermano les afectó mucho. Hacía muy poco que se casaron. La niña apenas tenía nada. Tenían toda la vida por delante como pareja... Claro, ellas quedaron muy mal económicamente. Yo entonces vivía en Santiago, estaba trabajando bien, mi padre estaba viejito y muy jodido y él se iba a quedar con mi hermano. Yo no pensaba volver de Santiago, pero tuve que cambiar mi criterio para vivir con él y atenderle. Cuando murió mi hermano su señora la pasó tan mal... aunque mi papá les ofreció quedarse a vivir con él pero ella dijo que no, que como llevaba tan poco tiempo viviendo con mi hermano, pensaba que no tenía derecho a quedarse en la casa. Desde entonces nos desunimos con ellos, ya la relación fue distante porque no viven tan cerca... Por ahí nos vemos solamente." (Ch3801)

. "Cuando mataron al papá yo tenía dos años solamente. Mi mamá tuvo que buscar trabajo en Toltén y yo me crié con la abuela... Mi madre no podía tenerme. Después creo que ya no quería. Mi abuela me trataba muy mal. Incluso cuando llegaron los del informe Rettig me escondió para quedarse ella con todo el dinero de la Reparación. Con mi madre prácticamente no nos conocemos, nos ubicamos muy poco. Ahora vivo con una tía. No estoy tan mal." (Ch3901)

. 'A los meses de que mi marido desapareciera, el suegro me echó de la casa. Me dijo que yo nada tenía que hacer ya allí (...) Así que tuve que ir con mis hijos hacia el norte, sin nada, la pura ropa que llevábamos'. (M3201)

. "... la mitad de la familia se fue a Argentina. Creo que desde que nos fuimos nunca la familia ha vuelto a estar toda junta alrededor de una mesa. Quiero decir, alguna de nosotras hemos ido para allá o mi madre ha venido para aquí, pero todos juntos nunca." (M2502)

. "Desde que lo mataron, los mayores tuvieron que empezar a irse buscando trabajo y la familia nunca volvió a estar reunida...no recuerdo que nunca más nos hayamos vuelto a reunir todos los hermanos desde entonces... en algunas ocasiones, ya sea en Chile o Argentina, nos hemos intentado reunir pero no lo hemos podido lograr en su totalidad" (M2509)

. "Sí, nos separamos por completo debido a los problemas económicos. Recuerdo que a los pocos meses de que lo mataran me fui a trabajar a Santiago... a los años después me pude venir a la Argentina a trabajar un poco mejor... No teníamos más alternativa, él era quien mantenía a la familia... no ves que mi madre estaba separada y el papá no nos ayudaba en nada. Recuerdo además que yo hice un gran esfuerzo voluntario por alejarme de la familia por todo el ambiente que había" (M2508)

. "Se desunió por razones económicas... Había una familia muy bien constituida... después quedó el puro desparramo. Ves, nosotros por ejemplo ya no volvemos a Chile, estamos bien acá... de a poco yo fui trayendo a mis hermanos. Al principio no querían venirse, pero no les quedó más remedio. Así nos fuimos separando por las distancias, de pronto nos visitamos, pero

Tabla 8.5 Testimonios de familiares hispanochilenos y mapunches acerca de la frustración de proyectos.



NO MAPUNCHES MAPUNCHES
'Justo acabábamos de comprar un terrenito. Yo siempre me opuse porque era un bajo, así como en bajada y cuando llovía quedaba toda el agua y era puro barro. Discutimos por eso, pero él me decía que era una gran oportunidad porque era tan barato por eso, pero que sólo había que llenar de tierra y ponerlo a nivel y quedaría bien por muy poca plata. Nos mudamos. Dejamos todo, la casa, todo. El levantó esas cuatro paredes para que viviéramos mientras rellenaba con tierra y ya levantaba la casa grande. Y ahí lo mataron. Nos quedamos en esa parcela y en la casita que ni mis muebles que me dieron al casarme me cabían. Yo creo que en eso pensaría cuando se lo llevaron, porque estábamos mal porque yo no dejaba de pelearle por haber gastado todo en esa parcela' (Ch2601)

'Pasé mucha necesidad, con mis hijos. (...). Teníamos muchos proyectos y quedó en nada. (...) Me volví a casar no porque lo quisiera sino por mantener a mis hijos, porque tuvieran qué comer... Fue una especie de trato.' (Ch3001)

'Todo cambió. Yo tenía muchos proyectos. Mi padre me animaba siempre en todo y él me apoyaba económicamente. Siempre leí por mi cuenta y me formé, pero no es lo mismo que si hubiera podido seguir estudiando'(Ch0101)

'Tuve que ir vendiendo todo. A los años tuvimos que acabar por vender la tierra y venirnos a Lautaro. Ahora estamos bien desde que nos dieron esta casa de subsidio, pero el siempre me faltó porque el hombre de una no lo reemplaza nada. Un hombre es la autoridad de la casa.' (Ch3201)

'Nunca pude estudiar. Mi ambición era ser tractorista. Tal vez algún día lo sea'(M0601)

'Perdí todas las oportunidades de estudiar. Luego ya con el embarazo. Me casé con este hombre... Ya todo cambió.'(M2106)

'Dejé de estudiar. Empecé a trabajar. Siempre sentí esa falta de estudio, porque en el liceo no me iba mal y creo que tenía capacidad'. (M2508)


3) Otras causas de quiebre familiar:

a) Problemas interétnicos. En algunos casos de matrimonios mixtos, al desaparecer uno de los miembros la familia de origen rechaza al cónyuge en razón de su etnia. Esta situación apareció sobretodo en comunidades tradicionales mapunches, cuando el hijo tenía conviviente no mapunche.

"Se desarmó, perdí la amistad con mis cuñadas, con todos... me decían que por causa mía es que murió mi marido... es gente ordinaria que no tiene un buen pensar... A los meses de que mi marido desapareciera, el suegro me echó de la casa. Me dijo que yo nada tenía que hacer ya allí, que esas tierras eran de él y que habiendo muerto su hijo yo nada tenía que hacer. Así que tuve que ir con mis hijos hacia el norte, sin nada, la pura ropa que llevábamos. A buscar trabajar. Sólo con los años pude volver comprando esta hectárea de tierra. Aquí mismo vivíamos hasta que nos echaron. La misma pude comprar" (M3201).

"La familia de mi padre nunca aceptó a mi mamá por ser wingka. Los abuelos querían que su hijo se casara con una mapunche. Él tuvo que dejar la casa y venirse a vivir aquí. Cuando desapareció la familia acusaba a mi madre de haberle entregado por venganza. Nunca han querido saber de nosotros. Hubo un tiempo en que me ofrecieron que yo viviera con ellos. Estuve un tiempo pero no me gustó. Todos mis tíos me mandaban, me hacían trabajar todo el día y me trataban muy duro. Así que cuando recibí la plata de la reparación ya no volví nunca más y me quedé con mi madre'. (M2601).

Desde el otro lado de la familia la versión es justo la opuesta:

'Ella siempre nos rechazó por ser mapunches. Nunca quiso saber nada con nosotros' (M2605).

"El hijo nos dejó de visitar desde que recibió el Rettig y ella, la madre nunca nos aceptó por ser mapunches...volvió con los suyos. Se casó con un wingka y tuvo más hijos" (M2604).

b) Función estabilizadora del ausente. En otros casos la separación familiar se produce por diferencias de carácter entre alguno de los hijos y el cónyuge superviviente. El desaparecido era el que estabilizaba a la familia.

"Nunca nos llevamos bien en el fondo con mi mami... la confianza grande era con el papá..., con la mami nunca nos quisimos mucho, cuando faltó el papá, yo me sentí lejos de ellos" (Ch0502).

"Cuando mi papá desapareció, a mí me faltó harto. Siempre andaba pegado a mi padre y lo quería a él. Un día apareció en la casa mi tío. El se llevaba bien con mi padre. Me dijo que si me quería ir con él. Yo le dije que sí y no volví en cinco o seis años [de los 8 a los 14 años]. En todo ese tiempo fui sólo una o dos veces a ver a mi madre. Era porque yo necesitaba a mi padre, y mi tío era hombre y era como si le tuviera a él. Como mi madre estaba mal de plata y tampoco me entendía mucho y peleábamos, le pareció bien que me fuera con mi tío. Además, ella tenía otro conviviente y no lo podía aceptar a él. Después volví como me había ido. Sin pensarlo mucho. Empecé a trabajar y a estudiar. Ya no nos hemos vuelto a separar'. (Ch3003).

"Yo era muy joven, tenía quince años y estaba embarazada... la verdad es que me fui para mi casa y no volví a verlos más a todo el resto de la familia... A los pocos años me casé. Preferí ir con mi hijo donde mi mamá pues una vez muerto mi marido ya no tenía nada más que hacer en esa casa... Así fue que mi hijo creció lejos de toda esa familia... después de muchos años es que nos hemos vuelto a ver" (M2501).

"Siempre fuimos todos muy diferentes, tarde o temprano íbamos a tomar rumbos diferentes... Mi padre habría sido quien nos mantenía unidos. Cuando él ya no estuvo, nos empezamos a desparramar" (M2105).

"Mi padre tenía un espíritu unidor. Habría más reuniones de familia. Él nos habría congregado más frecuentes. Algo que ahora no es así, que no ocurre desde que no está" (Ch1503).

"No, los primeros años tratamos de vivir no recordando mucho, en el fondo tratamos de sobrevivir. Además con todo lo que pasamos, pues cuando murió el papá los abuelos querían que la mamá nos entregara a ellos y a cambio le daba las cosas que eran de mi padre... sus animales, sus cosas... Al final se fueron a juicio y la mamá ganó. Desde entonces que no los vemos a los abuelos ni a nadie de la familia del papá... solamente nos seguimos apoyando con la familia de la mamá... ellos no nos dieron la espalda" (Ch0602).

c) Acusaciones mutuas de culpabilidad. El único caso que hemos recogido es el de una familia mapunche que en la atribución de causalidad no sólo incide en aspectos locales, sino que denota acusaciones mutuas dentro de ella :

"- La familia no nos apoyó... la familia se desunió, nos culpamos unos con otros de quien fue el responsable de delatarle o de entregarle. Como serán los problemas que hemos tenido que una tía de mi mamá que vive al lado me hizo un mal... la machi me lo confirmó y me dijo como había sido todo del mal que me hizo.

-¿Cómo fue eso?. ¿Qué pasó?.

- En una harina tostada que nos regaló. Cuando la probé al tiro supe que estaba mal porque me fui a enfermar. La machi lo supo ver que había sido ella." (M3204).

d) Alejamiento para evitar el dolor Se trata de una familia mapunche urbana que quedó muy afectada por la desaparición. La familia sufre un exilio económico yéndose parte a Santiago y parte a Neuquén, pero además algunos integrantes asumen separarse del resto para evitar el dolor:

"Preferí no verlos más... solamente me recordaban a mi hermano. Eso no lo soportaba. Me dolía tanto que no los podía ver. De esto transcurrió un buen tiempo hasta que nos reunimos y decidimos no hablar jamás de este tema al juntarnos... hicimos como una promesa... un pacto entre todos" (M2508).

e) Problemas con la aplicación de la Ley de Reparación. En algunos casos se pudo observar cómo a raíz de los beneficios obtenidos se produjeron diferencias graves entre los familiares en relación con quien debía recibirlo y si debía o no. En el capítulo dedicado específicamente a la Ley 19123 se aborda este tema.


4. Situaciones disfuncionantes en la estructura familiar.

Tal y como vimos en la introducción, las teorizaciones sobre las alteraciones familiares secundarias al hecho represivo se han centrado más en determinar ciertos patrones de rigidificación que supuestamente serían patológicos, que en analizar los elementos que permitieron a las familias mantenerse unidas o superar las dificultades. Nosotros empleamos la expresión "situaciones disfuncionantes", sin ninguna referencia a conceptos como "patológico" o "anómalo" para enfatizar que hubo un momento en que estas respuestas (aislarse de los demás, agruparse alrededor de la figura del desaparecido, intentos de no hablar de los temas dolorosos y mantenerlos "tabú" etc) fueron probablemente la mejor opción posible para poder sobrevivir, pero que con el paso del tiempo dejaron de ser útiles y en algunos casos, en lugar de cumplir su función equilibrante, pasaron a impedir el desarrollo adecuado de cada uno de los miembros de la familia.

Es difícil que queden recogidas en frases textuales este tipo de dinámicas, dado que muchas veces es el observador externo quien las detecta, sin que la familia pueda ser consciente del modo en que está funcionando. Las siguientes frases recogen, con todo, algunas de estas situaciones que hemos agrupado en dos patrones: rigidificación y vulnerabilidad.

a) Aislamiento y bloqueo de la estructura familiar.

Hablamos de bloqueo como de la aparición de una cohesión exagerada entre los miembros de la familia, con dificultades para un proceso adecuado de individuación y autonomía de los miembros más jóvenes que van creciendo. Son familias en las que se observa un aislamiento del medio externo (vecinos, conocidos, parientes lejanos...), la tendencia a resolver todos los problemas recurriendo a los medios propios, la mitificación del ausente como elemento aglutinador y justificador de la cohesión grupal, combinado o no con la existencia de un silencio tácito respecto al desaparecido en función del dolor que se produce en los demás miembros al tocar el tema.

La siguiente familia, de la que hemos cambiado algunos datos, es un ejemplo. Como expresaba uno de los hermanos del DD: "Permanecimos siempre unidos, nos ocurrió todo lo contrario, nos unimos más" (Ch1002).

Es una familia agrupada en torno a la madre. Ella está separada de su marido en el momento en que detienen a su hijo. Este hijo era el mayor de los hermanos, por lo tanto era quien aportaba el mayor ingreso económico a la familia y además el que cumplía los roles de padre. La madre lo vive así y habla de la pérdida de su hijo mayor como de "una segunda separación".

Tras la desaparición de este hijo, la madre debe hacer grandes esfuerzos económicos por sacar adelante a sus hijos, configurándose una relación con el resto de ellos de absoluta dependencia mutua y simbiosis en donde por una lado la madre no rehace su vida con otro hombre y por otro los hijos tampoco no se lo permitirían...

Así, al preguntársele a la madre por la razón de no volverse a casar siendo aún joven cuando se separó de su marido, nos interrumpe bruscamente uno de los hijos diciendo: "Nosotros nunca se lo hubiéramos permitido... No, no es una broma, es absolutamente en serio... Ella tenía que cuidarnos a nosotros" (Ch1002). La madre por su parte nos dice: "Nunca me hubiera vuelto a casar pues yo debía cuidar y hacerme cargo de mis hijos... sino cómo... me podría salir un borracho y pegarles o cualquier cosa... no lo habría permitido... para mí, mi vida eran mis hijos. Yo ya me casé una vez y ahora debía dedicarme a ellos."(Ch1001).

Por otra parte es una familia cohesionada a través y en torno al desaparecido. Nunca se debe hablar de él aunque una gran fotografía suya sea el único retrato existente en las paredes y presidiendo el comedor de la casa.

Dos situaciones pusieron en evidencia este modo de funcionamiento. En una ocasión, estando toda la familia alrededor de la mesa comiendo, uno de los hermanos aludió a una noticia de la televisión sobre derechos humanos. El que actualmente es el hermano mayor dio un puñetazo en la mesa gritando: "...aquí no se habla nada de eso... ni una sola palabra, a la mamá le hace muy mal hablar de esos temas. Eso se habla luego." (Ch1002). La madre estaba delante. Es ella la que nos lo cuenta como un ejemplo de cómo la cuidan sus hijos para que no sufra tanto. En otra ocasión la viuda nos refiere que hace algunos meses llegó a la casa un oficial que participó en la detención de su hijo a pedirle que le perdonara, intentando justificar que él era padre de familia y que no tenía más remedio que hacer aquello. Cuando le preguntamos si había compartido este hecho tan increíble con sus hijos comentó que no, que nadie en la casa lo sabía: " ¿Para qué se le voy a contar. No, no, no... yo no les podía contar nada..., se imagina cómo les hubiera afectado ... , lo primero que haría el segundo al saber seguro que fue él, sería tal vez irlo a matar... por eso yo prefiero no hablarles de estas cosas. Les afecta demasiado." (Ch1001).

En esta familia cohesionada una de las personas es la que acumula los problemas emocionales y las dificultades de relación. Se trata de uno de los hijos, en tratamiento desde hace años con diferentes psiquiatras por cuadros de ansiedad, somatizaciones y depresiones severas, y que afirma rotundamente que 'en todos estos años nunca he estado bien' (Ch1003). Presentó un problema considerado de ansiedad con síntomas psicóticos en los meses posteriores a la desaparición, y cuadros depresivos recurrentes desde entonces. Según los modelos sistémicos - siempre opinables- ella constituiría el elemento no fuerte, lo que se suele denominar el chivo expiatorio de la familia. En las entrevistas la madre afirma que nos 'avisará cuando ella esté en condiciones psicológicas de dar la entrevista', y en el día finalmente pactado nos recibe diciendo: 'Ha tenido muy mal día. He estado insistiendo en que se tomara unos Valium pero no ha querido. Ustedes mismos' (Ch1001). Parece habitual que la familia ejerza ese papel sobreprotector de este hijo.

Este tipo de interpretaciones sistémicas (de las que podrían ofrecerse diversos ejemplos en las familias con las que conversamos) no son sino especulaciones formuladas desde un modelo clínico. También podría, por ejemplo, considerarse la perspectiva opuesta: en una familia cohesionada alrededor del desaparecido, una persona puede encontrar el modo de ser el centro de la atención del grupo relacionando siempre sus problemas emocionales con el antecedente de la desaparición.

Otro familiar expresaba una situación parecida de este modo:

"Mi familia se unió más especialmente por el dolor de mi mamá, por no dejarla sufrir... por que ella no vea diferencias entre nosotros. Nunca se fijó en otro hombre. Eso lo valoramos mucho nosotros, porque creo que no nos hubiera gustado que ella encontrara a otro hombre" (M2506).

Hemos observado que estas formas extremas de cohesión suelen ocurrir de manera simultánea a una reacción de aislamiento de la familia ante la percepción de rechazo de la comunidad. Las personas vuelcan su mundo de relaciones interpersonales con la madre y los hermanos con los que mantienen una relación intensa. No se permite conocer personas fuera del círculo por la desconfianza, el miedo o la rabia. Algunos de los hijos, en esta situación, no pueden escapar y quedan bloqueados:

'No me gusta relacionarme con la gente. Prefiero estar solo. Porque veo mucha hipocresía en la gente'. (Ch1002).

'Sentí después que nos tenían miedo porque éramos comunistas y los pololos(*) que teníamos las hermanas se arrepintieron. Todas fuimos perdiendo a los pololos y ya como que no buscamos. Asumimos que estábamos marcadas... Yo, poco a poco, me quedé en la casa.' (M2604).

'No encontré, más bien dicho, ninguna relación. No tuve pololos. Los hermanos nos mantuvimos juntos. Entre nosotros fue todo. Somos una familia unida.'. (M2603).

b) Vulnerabilidad.

Hablamos de vulnerabilidad para referirnos a aquellas personas que a raiz de lo que ocurrió, se vieron imposibilitadas para establecer nuevos vínculos afectivos íntimos que pudieran reemplazar a los perdidos. Tiene, por tanto, mucho que ver con lo anterior, y en cierto modo es consecuencia de ello. Hablar de vulnerabilidad es hablar de mujeres jóvenes que nunca se volvieron a casar, de hijas que buscaron en sus parejas a sus padres y fracasaron, de hijos que permanecían junto a la madre hasta edades muy avanzadas. Se trata, en definitiva, de personas que refieren que la desaparición les provocó dificultades permanentes en sus relaciones interpersonales. Visto desde el prisma complementario, las familias rigidificadas que veíamos en la sección anterior son la expresión en muchos casos de esta vulnerabilidad afectiva individual. El origen de esta dificultad para establecer nuevas relaciones es sin duda multicausal: dificultades económicas, poco tiempo libre, culpabilidades. Y en algunos casos, que son los que específicamente explora la expresión, el miedo al abandono. El razonamiento que habría detrás sería: Si una vez me abandonaron, pueden volver a abandonarme de nuevo. Es mejor no querer a nadie para evitar el dolor de la pérdida que, ineludiblemente, tarde o temprano se va a producir.

A partir del hilo de este miedo al abandono hemos ido reconstruyendo las razones por las que apareció esta dificultad para poder rehacer las relaciones afectivas.

Tabla 8.6 Capacidad para relacionarse con los demás tras la desaparición



Vulnerabilidad Inmediata Persistente Actual
'Desde aquello he perdido la capacidad de relacionarme con los demás. No sé por qué perdí esa capacidad de relación, pero me niego a entrar en una relación más profunda'. 42.3 32.8 19.7
22.9 16.7 13.0


Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001

Vamos a separar las situaciones más representativas con que nos hemos ido encontrando:

a) Mujeres jóvenes que manifiestan en el momento de la entrevista una gran dificultad para conversar, timidez y ansiedad y en las que se va poniendo de manifiesto al conversar que en general tienen muchas fobias (a animales, a la oscuridad...) y problemas importantes para hablar en público o para disfrutar en fiestas o situaciones sociales. Este tipo de problemas de ansiedad son atribuidos de modo espontáneo por la persona a la desaparición precoz del padre - o del hermano mayor cuando éste cumplía funciones de padre -:

'Siempre fui tímida para todo, para hablar... pero se me agudizó mucho más con esto, pues me acuerdo que mi papá me iba a dejar a la escuela y él hablaba y hablaba todo el camino, y el hecho de no tenerlo más... yo no le hablaba ya a la gente y debía ir solita al colegio y me hizo muy mal'. (Ch1506).

'Me hizo falta mi papá. Siempre faltó un hombre que te guiara, pero de relación, no tanto de lo que haces'. (Ch3601).

'Siempre me pasó eso de ser tímida. Yo lo atribuyó a que me faltó mi padre, pero no sé. Creo que antes no era así, pero sólo tenía siete años, tampoco estoy segura'. (Ch0604).

'Después que se llevaron a mi hermano, siempre me quise aislar. Nunca tuve en cuenta ninguna propuesta de matrimonio, porque no me sentía segura de mí misma. No me gusta salir de casa'. (M2606).

Aunque no se ha podido demostrar que exista una relación entre la muerte precoz de un progenitor y la presencia en los hijos de una personalidad dependiente y evitativa, no es posible olvidar tampoco los clásicos estudios de Bowlby que relacionan la pérdida precoz de los vínculos de dependencia (attachment) con la aparición en la edad adulta de trastornos ansiosos y de distimia. Hay que añadir, además, que a la propia pérdida se añade el que ésta haya sido tan traumática, con silenciamiento y ocultación.

b) Madres jóvenes que no rehicieron su vida. Se trata del grupo más numeroso e importante, y el que más llamó nuestra atención. Es un tema extraordinariamente complejo, en el que cualquier generalización es probablemente falsa. Para muchas mujeres el ser capaces de empezar una nueva relación afectiva supuso el conseguir de algún modo rehacer su vida, sin olvidar nunca al ausente desaparecido. Para otras sus nuevas parejas fueron siempre difíciles, porque el fantasma de la primera pareja estaba presente. Pero para la gran mayoría, tanto no mapunches como mapunches, no hubo nuevas parejas.

No hay duda que en ello jugó un papel las propias condiciones en que quedó la mujer: generalmente con varios hijos, con cargas económicas y debiendo realizar doble jornada de trabajo - la primera fuera de casa y la segunda dentro -. Por eso, aunque la mayoría de mujeres afirman que nunca más quisieron que se les acercara un hombre, cabe pensar que en algunos casos se podría tratar de justificaciones hechas a posteriori.

Pero aún así, sigue siendo impactante que la mayoría de viudas en ambas etnias afirmen que optaron voluntariamente por no volver a casarse. Hemos conversado con ellas y con sus hijos específicamente sobre este punto. A la mayoría les sorprendía que alguien les preguntara directamente: ¿Por qué no se volvió a casar?'. Por orden de frecuencia, los cuatro argumentos que se repetían eran:

  • 1) Lo más probable era que encontrara un mal hombre que se curara(**), me golpeara o se aprovechara de los niños.
  • 2) Tenía la obligación de dedicarme a mis hijos.
  • 3) Nunca podría querer a otro porque no encontraría a otro como él.
  • 4) ¿Qué pasaría si él volviera?.

'Me casé con 15 años. Tuvimos 8 hijos. Aunque yo era joven cuando lo vinieron a matar nunca más me casé, porque pensé que nunca más podría querer a alguien como le quise a él'. (Ch3201).

'Nunca intenté rehacer mi vida. Siempre tuve la esperanza de que Julio iba a volver'. (Ch4202).

'Es difícil aceptar después a gente extraña. Siempre la rechazas. Todavía me pasa. Nunca me voy a recuperar. Siempre me quedó la tristeza'. (M2509).

'Oportunidades no me faltaron. Hubo hombres que se me acercaron. Pero no quise, porque tenía miedo que se aprovecharan de mi 'cabrita', como yo la llamo (hace un gesto señalando a su sobrina). Sí hubo caballeros, pero ni lo pensé mucho'. (Ch1402).

'Desde que murió mi esposa nunca faltó oportunidad, pero siento que jamás podría querer a otra mujer. Su retrato ha estado siempre ahí (señala la mesa del comedor). Yo no quiero empleada para mis hijos, ni lo contrario... no traté tampoco...siempre mis hijos estuvieron antes que nada' (Ch0701)

'No me volví a casar porque ¿para qué va a estar una aguantando y manteniendo a un zángano?. Yo reté(**) a... Esa se volvió a casar, y yo le decía: '¿No pudiste quedarte sola con tus hijos y criarlos?'. (M3201).

'Nunca quise rehacer mi vida por mis hijos, porque algún día no me echen en cara que alguna vez los abandoné. Me quedé sola y tengo que terminar sola. Además, ¿y si estuviesen vivos y algún día llegaran a aparecer?. Pero la principal razón han sido mis hijos...'. Más adelante reconoce: 'Sufrí cuando mis hijos se casaban. Sentía que me abandonaban'. (M2101)

'¿Para qué estar con un hombre?. ¿Para que le pegue a una o abuse a trabajar a los niños?. Mejor estar sola'. (M0801).

Lo más sorprendente es la reacción de los hijos. Ya se vio en el ejemplo de la sección anterior: éstos reaccionaban peor que las propias madres ante la sugerencia, considerando que hubiera sido una traición al ausente y a ellos mismos. Y no fue el único caso:

'Para mí, mi madre es el mayor de los ejemplos. Yo veía como sufría. Siempre me gustó estar cerca de ella, porque ella es lo más grande que tengo. Mi marido me dice que ella me domina, pero yo siento que ella es un ejemplo para todos. No buscó a un hombre para que la ayude a criar a los hijos. Ojalá algún día pudiéramos imitarla un poco'. (M2105).

La excepción a la norma fue el caso (único) de un hijo que veía precisamente en el hecho de que su madre nunca volviera a casarse la raíz de sus problemas actuales:

'Ella [mi madre] siempre dice que yo no estoy afectado. Siempre como que ella es la gran víctima, como que nunca toma en cuenta lo que yo he pasado. Yo no lo viví, pero mi papá me hizo falta. A lo mejor si se hubiera vuelto a casar yo habría tenido un hombre a mi lado y no habría sufrido tanto, pero mi mamá no se volvió a casar. Todos los hermanos de por sí somos medio callados. Mi mamá tiene una forma tan antigua de pensar que tocando cualquier tema mío siempre acaba preguntándome lo mismo. Cuando me ve con alguna chica me reprende: Que si estoy pololeando, que si me voy a casar, que si la abandonaré... Tiene mucho miedo a estar sola. Mi mamá no nos da permiso para salir en la noche. Tiene miedo de que no volvamos o nos pase algo. Si salgo, no pega ojo en toda la noche. Está traumada. En toda la enseñanza media salí un par de veces, pero en contra de ella. A veces me pongo a pensar y veo que por su actitud tal vez yo he perdido de tener amigos... Mi carácter sería otro. Yo no sé resolver problemas. Si tengo algún problema lo hago más simple: me voy, lo que sea, ahí lo dejo. Luego me siento mal. Me da miedo la gente. Tengo mucho miedo al rechazo de la gente'. (M2103).

El tema es complejo. No hay duda que es bueno establecer vínculos afectivos y no encerrarse y cabría pensar que las mujeres que formalizaron nuevas relaciones pudieron resolver mejor sus problemas de duelo y rehacer su vida. Pero estas nuevas relaciones tampoco están exentas de dificultades:

'Viví sola con mis hijos mucho tiempo, hasta que encontré otra pareja. Pero eso fue como catorce años después. Las cosas no han ido del todo bien. Él es bueno, pero yo me doy cuenta de que la que manda soy yo, que he buscado en esta nueva pareja a la que tenía antes. A esta nueva le digo con mucha frecuencia: 'Tienes que ser así'. Lo comparo con el otro e intento dirigirlo. Soy consciente de que le exijo que sea como él. A él le gustaba la música, salía, era alegre, trabajaba... Éste ni siquiera canta.' (Ch0401)

'Como mi anterior marido no hay ni va a haber nunca ninguno. Nunca he conocido ni conoceré a nadie como mi esposo. Era único. Con mi actual conviviente no siento eso, y él lo sabe. Estoy muy apegada a mi hijo mayor, porque él es como si fuera mi hombre. Es idéntico a mi hombre. Siempre tiene detalles conmigo. Somos bien apegados los dos.'. (Ch3001).

b) Hijas e hijos que permanecen solteros en casa. Cuando se hizo referencia a familias en que la cohesión llegó a un punto que bloqueaba la independencia de los hijos, ya se introdujo este tema. Conviene tener aquí muy presente la perspectiva étnica. En la familia chilena no es lo más frecuente que un hijo/a permanezca soltero/a en el domicilio materno pasados los veinticinco años.

En la cultura mapunche es bien distinto. Hay varios aspectos que deben tenerse en cuenta:

a) En la población mapunche las parejas se forman ya de por sí en edades tardías, con una gran frecuencia de gente soltera de más de 50 años. En el censo de reducciones de 1982 el promedio de edad de la primera unión era de 28.7 años para hombres y 24.2 para mujeres. El 55 por ciento de hombres y el 34 por ciento de mujeres menores de treinta años eran solteros. Diversos autores han estudiado este tema concluyendo que la principal razón estaría en la emigración de las mujeres jóvenes entre veinte y treinta años a los núcleos urbanos para buscar trabajo como empleada de hogar, encontrando entonces pareja en la ciudad o volviendo a sus comunidades de origen pasados los treinta.

b) En las comunidades tradicionales, además, hay poca movilidad geográfica de las personas. En el estudio de Bengoa y Valenzuela se muestra como de cada cinco familias sólo una tiene la posibilidad de intercambiar mujeres con otra reducción. El resto emigra.

c) La cultura mapunche se estructura alrededor de la tierra como valor absoluto y multidimensional. La tierra no es sólo el lugar en el que uno vive y en el que se siembra. Dependiendo del tamaño de la tierra se puede tener animales. Una pequeña parcela sólo tolera un número pequeño y limitado de animales. Por ello cada tronco intenta que la tierra no se divida demasiado. Los hijos permanecen en el hogar no sólo porque permanezcan al lado de la madre, sino porque permanecen donde está la tierra familiar.

d) Dentro de la tradición mapunche suele producirse que sea el segundo hijo - y no el mayor- el que se quede junto a la madre y asuma la responsabilidad de la casa. A las hijas se les permite quedarse trabajando en la casa o se les da permiso para salir del lugar a trabajar pero siempre volviendo al hogar. También permanecen aquellos que poseen características 'especiales', ya sea el hijo que nunca se casa, el que es más callado o el que tiene alguna enfermedad crónica.

e) El respeto a los mayores es un elemento de gran importancia. Algunas madres actúan como jefes de familia y toleran mal la presencia de otra mujer en la casa. El hijo aceptará la voluntad de la madre y no buscará otra mujer hasta que la madre fallezca y el hogar quede sin mujer. En la estructura tradicional no es raro que en ese momento el hombre, ya maduro, salga a buscar una mujer para traerla a la casa, y al cabo de unas semanas vuelva con una mujer mucho más joven que él con la que tendrá hijos.

Por todo ello no debe considerarse como poco usual dentro de una familia mapunche la existencia de solteros de más de treinta y cinco o cuarenta años que conviven sólo con la madre. Un varón mapunche de 37 años que, tras la muerte de la madre, se casó según marca el patrón tradicional, con la prima cruzada matrilineal, lo explicaba así: 'No me casé hasta hace poco que murió mi mamá. Siempre tuve la idea de respetar a los mayores.' (M0306).

Otro varón mapunche de 36 años, soltero, que vive en una comunidad de unas veinticinco personas todas emparentadas entre sí según patrones tradicionales, se extrañaba de la pregunta: 'No sé. Yo quedé acompañando a mi madre'. (M2204).

La siguiente conversación es con un varón mapunche de 38 años, soltero:

  • '¿Cree que su vida sería distinta si sus hermanos no hubieran muerto?. ¿Tal vez se habría casado?.
  • 'Igual habría estado nomás. Al lado de los padres.
  • '¿Se imagina casado?'
  • 'Nunca, siempre al lado de los padres'.
  • '¿Y si estos mueren?.
  • 'Eso es distinto. Tal vez buscaría una mujer'. (M2301).

Otro varón mapunche de 51 años de edad, soltero, que vive con su madre de 70:

'Me quedé a vivir con mi madre. No he querido casarme para no hacerla rabiar. Ocasiones he tenido. En la casa, mi madre es la que manda'. (M0803).

La formación de la pareja en la tradición mapunche - aspecto de la cultura que ya prácticamente no opera en la actualidad- no está basada en el patrón de enamoramiento sino que sigue por un lado las relaciones de linaje, los patrones tradicionales de matrimonio y un cierto concepto de funcionalidad. Lo cual no significa que no se trate de parejas que sienten un profundo afecto y respeto mutuo basado en el trabajo, el aislamiento rural y la convivencia en situaciones de supervivencia difíciles.

En resumen, aproximadamente la mitad de las familias pudieron de algún modo seguir adelante, mientras que la otra mitad resultó gravemente afectada por la situación. El principal problema fue la desunión por la propia ausencia del desaparecido, por el exilio político o económico o por el contexto ideológico de las familias. Respecto al otro extremo, en aquellas situaciones de excesiva cohesión con dificultades de funcionamiento posterior, vemos que en realidad se trata de casos menos frecuentes de lo que cabría pensar cuando se acude a los textos sobre las consecuencias psicológicas o psicosociales de la represión. Ahora bien, es preciso reconocer que, en estos casos, las situaciones generadas revestían una enorme complejidad y un importante sufrimiento psicológico para los miembros que hubiera justificado algún tipo de apoyo externo. [volver]


Notas

-(A) Si atendemos al criterio de los investigadores y estudiando las familias una a una siguiendo el esquema de análisis desarrollado en este capítulo, 15 familias (41.5%) permanecieron con el mismo patrón de funcionamiento y sin cambios, en 12 (33%) hubo una desunión y en 5 familias (14%) se observó (ver más adelante) un aumento en la cohesión y aparecieron aspectos de aislamiento social y de bloqueo o rigidificación del funcionamiento. No hay datos suficientes de las 6 familias restantes. Estos datos son sólo orientativos. No tienen todo el rigor puesto que no tenemos criterios operativos definidos a priori para cada una de las categorías ni un instrumento para considerar los patrones de funcionamiento familiar que haya sido validado de modo previo en una población independiente. Son cifras que tratan de dar una aproximación general que ayude a la reflexión

-(B) Las causas de desunión, siguiendo el mismo esquema del capítulo, fueron, por orden de frecuencia (en la mayoría de familias hay más de una razón): la falta de la función estabilizadora del ausente (4), las diferencias políticas (3), el exilio económico (3) y los problemas interétnicos (2). Estas cifras son sólo orientativas (ver nota 1)

-(c) La ley fue promulgada en 1991.

-(D) Desde el punto de vista antropológico la economía de subsistencia es aquella que permite no solo mantener e incrementar los bienes estrictamente económicos, sino aquella que mantiene un equilibrio en la vida de la comunidad. Así, si una comunidad mapunche tiene una economía basada en el cuidado de animales, para que persista debe descansar en la estructura familiar y en el sistema de creencias. En este sentido economía de subsistencia no equivale a economía de supervivencia

-Pololos:pareja de enmorados, novios.

-Curar: emborrachar.Curao (do): borracho

-Retar: recriminar, regañar.



Citar como: Durán Pérez, Teresa et al. Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica KO'AGA ROÑE'ETA se.x (2000) - http://www.derechos.org/koaga/x/mapuches/

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