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DERECHOS

30nov11


Sinopsis de la audiencia de 30nov11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca


Comando V Cpo de Ejército
Audiencia del miércoles 30 de noviembre de 2011

La audiencia contó con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).

Además, participaron el fiscal Abel Córdoba; Víctor Benamo y Mónica Fernández Avello por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación; y por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Walter Larrea y Diego Czerniecky. Por la defensa pública los doctores Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Luís De Mira, Eduardo San Emetério, Hernán Vidal y Mauricio Gutiérrez.

El abogado defensor oficial Alejandro Castelli dice que al salir los imputados son insultados y tratados de genocidas y teniendo en cuenta que los imputados tienen el estatus de inocentes solicita que el tribunal tome medidas que garanticen el respeto. El abogado querellante Diego Czerniecky rechaza el pedido. El abogado defensor particular Eduardo San Emetério adhiere al planteo de la defensa oficial.

El fiscal Abel Córdoba considera que la defensa debería pedir algo más concreto que "las medidas necesarias" porque ese "es un pedido genérico que no se va a poder concretar en ningún otro tipo de medida que no afecte otro derechos como la libertad de expresión".

Castelli en lo que refiere a la concreción de la medida dice que "esta defensa ha observado que hay unos escasos cincuenta centímetros o menos entre los imputados que ingresan al transporte y el público con sus respectivos carteles e insultos". Lo que solicita es que "se le encomiende a gendarmería la función de garante no solo de la salud física de los imputados sino de garantizar una distancia de diez metros aproximadamente y la disciplina adecuada para que el retiro se pueda cumplir sin esas agresiones". También se quejó de los aplausos durante la audiencia y solicitó el desalojo de la sala.

El fiscal entendió que el comportamiento y la disciplina que reclama la defensa estuvo a la salida y es "el comportamiento respetuoso y natural de quien tiene padres o hijos desaparecidos y por otro lado la publicidad es una garantía del proceso de la que no puede disponer la defensa".

Czernieky advierte que las medidas de seguridad están vigentes y la salud física de los imputados no corre riesgo y adhiere a lo planteado por el fiscal en cuanto a la publicidad.

El juez José Mario Triputti pregunta si hubo alguna agresión física a los imputados. Se responde que no. En cuanto al tema de los aplausos dice que lo sucedido el día anterior "es historia" y aseguro que "el público es inteligente y va a tener en cuenta la advertencia". Triputti pregunta a las partes si vieron disminuido su ejercicio de defensa. Todas las partes responden negativamente.

Testimonios

José Luis Robinson

Vive en Buenos Aires y trabaja en el Ministerio de Trabajo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuándo fue secuestrado?

Fue a mitad de noviembre del 76, residía en Bahía Blanca, trabajaba en una empresa comercializadora de libros y estando en Viedma fui secuestrado.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Conocía a Luis García Sierra?

Sí, estudiaba en la UTN.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo fue su secuestro?

Desearía poner en contexto en el cual fui detenido político y sufrí el exilio que terminó en el 83. Mi detención y expulsión fue por cuestiones políticas en la década del 70, milite en la JUP y fui secretario de extensión universitaria en la UTN. Mi detención se debió a razones de carácter político.

Fui detenido político, jamás tuve causas por delitos de corrupción, trabajaba en una agencia de libros. Antes me tocó estar en La Pampa y me liberaron, seguí viajando y en Viedma, la noche anterior a mi secuestro, dos personas de civil se identificaron como Policía Federal y entraron a pedir antecedentes.

Siempre sucedía eso cuando uno se registraba en el hotel. Al otro día salgo a trabajar y en la plaza de Viedma fui interceptado por dos personas de civil. Me exigen entrar a un automóvil. Me dan una vuelta por la ciudad y me llevan a un lugar.

Ahí me tuvieron un día completo sentado en un altillo y me pusieron en el oído un ruido permanente para que no me dé cuenta dónde estaba. Me vienen a buscar en una camioneta, me encapuchan, me ponen esposas y me van llevando hacia Bahía. Me doy cuenta por el puente de Viedma y Patagones, cuando pasamos me di cuenta que vamos para Bahía.

Llego a un lugar que no sabía dónde era. Pasa unas tranqueras y con lo que leí después pude saber dónde estaba. Llego a un lugar donde soy atado a un elástico de cama, fui torturado, recuerdo que llovió mucho. Estuve colgado en un aljibe, sufrí una serie de tormentos.

Estaba siempre con los ojos vendados y atado de manos. Dormía sobre el suelo. En esta situación estuve hasta el 24 de diciembre donde un grupo fuimos llevados al penal de Villa Floresta.

Yo siempre estuve encapuchado y vendado, nunca supe quiénes me torturaron, a uno le decían Laucha, Tío, recuerdo a otro que le decían Zorzal. Deseo decir que en este centro de cautiverio sí escuché a una chica militante de la UNS. Le decían la Corta a la que conocía personalmente. Lo que me llamó la atención es que a ella la hacían caminar alrededor de una mesa. Ignoro el motivo. En el penal de Villa Floresta me dicen que ella estaba embarazada. Si bien no pude ver sí reconocí su voz.

El traslado para nosotros era un desplazamiento, llevados en grupos de donde estábamos detenidos hasta un descampado, nos cambian de vehículo, nos tiran a un descampado. Hubo movimientos de armas de guerra, me dio la sensación de que podíamos ser fusilados.

A los pocos minutos somos subidos a otro campo y ahí llegamos a Villa Floresta y nos sacan las vendas. Éramos un grupo. Recuerdo alguno de ellos, Monje; estaba su pareja de origen chileno; y recuerdo a Bachi Chironi. Llegó en un estado lamentable de destrucción por la tortura, lo tuvieron que llevar a la enfermería.

El 22 de agosto somos llevados al penal de Rawson. Ese mismo día nos llevan a la Base Almirante Zar y después a Rawson. Estuve ahí unos años, después en el de La Plata y después expulsado del país.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Dónde supone haber estado en cautiverio?

Yo esa época no conocía bien Bahía Blanca. Llevaba unos años residiendo. Por el tiempo físico de los camiones y vehículos pensaba que estaba en el V Cuerpo de Ejército.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál era la función del Tío?

Era como que llevaba la voz cantante. Era como uno de los líderes.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía mando en ese lugar?

Sí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía información de inteligencia?

Sí, manejaba datos, mucha información, conocimiento de la vida de uno.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Y el Laucha?

Era de la línea superior. A mí la sensación que me daba que era de un grado superior, no era un subalterno.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál es el nombre de la Corta?

La conocí, su apellido era Izurieta. Era estudiante de la UNS.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sobre qué le preguntaban en los interrogatorios?

Eran por mi acción política. Trabajé a nivel universitario y barrial.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Hubo traslados masivos?

Muchas noches llegaba gente de madrugada, se escuchaban gritos. A mediados de diciembre recuerdo que hubo mucho movimiento y durante el día un grupo salió. No puedo recordar si estaba la Corta. Por los pasos eran varios.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Ese grupo volvió?

Que yo sepa no.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En Villa Floresta recuerda cómo estaba Chironi?

Estaba demacrado. Monje también. A Chironi lo llevaron a enfermería.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda a Núñez?

Lo recuerdo perfectamente porque era el jefe. Él llega con nosotros, era el nexo con el centro de torturas, él nos iba a buscar, él venía en uno de los camiones donde se hacían los traspasos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Por sus torturas le quedaron secuelas?

Sí, me han quedado secuelas durante muchos años. No me di cuenta, los 24 de diciembre siempre me viene una angustia, tengo un síndrome de auto encierro. Yo creo que el terror no terminó con la llegada de la democracia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Después pudo desarrollar gestiones en los organismos de derechos humanos?

Trabajé desde que llegué de Canadá, hice mi trabajo de solidaridad. Hice gestiones en la Cámara de los Comunes de Canadá. Ahí dije dos cosas, mi mayor gratitud y que siga trabajando para sacar prisioneros.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Sus captores le dijeron algo?

En ningún momento me hablaron.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Sabe si violaron a alguna mujer en el centro clandestino?

Durante mucho tiempo escuché muchos gritos, pueden haber sido de violaciones o de torturas. Sentí gritos desgarradores.

Carlos Alfredo Soia

56 años empleado de telefónica, vive en Trelew.

Fiscal Abel Córdoba: Le voy a hacer algunas preguntas en relación a hechos que pudo conocer como testigo al realizar el servicio militar en Bahía Blanca. ¿En qué momento lo incorporan?

En febrero del 76. Mi destino fue el campito arriba del comando, eso duro unos 45 días.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo se vivió el golpe de Estado?

Nos enteramos pero ninguna cosa, no sabíamos qué pasaba, estábamos aislados.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Después de esos días le asignan algún lugar?

Sí, a la Agrupación Tropas, éramos unas 80 personas. Estábamos al lado, a cien metros del hospital de evacuación. La llamaban la Operacional, hacíamos controles de operación, de ruta, en la planta de gas saliendo para Cerri, nos hacían hacer guardias en la calle Florida y dentro del cuartel y salíamos a patrullar.

Fiscal Abel Córdoba: Sobre los operativos de ese grupo ¿se hacían detenciones ilegales?

No sé si eran legales o ilegales.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Se detenían personas?

Sí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué oficiales había ahí?

Méndez y Masson.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Algunos más recuerda?

Sargento primero Cáceres.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué funciones tenían ellos tres?

Cáceres era encargado de compañía, estaba con nosotros, Masson era subteniente y Méndez también.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenían mando sobre la tropa?

Sí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿González Chipont estaba en ese lugar?

Sí, estaba ahí y tenía un defecto en la mano.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuántos vehículos tenía esa agrupación?

En la Agrupación Tropas había camionetas divididas para transportar personal, tenían camiones con armamento.

Juez José Mario Triputti: Recuerda más nombres.

Cabo Montaña, Sargento Villagra.

Juez José Mario Triputti: ¿Qué puede contarnos sobre los operativos en calle Chiclana y San Lorenzo?

Nos llevaron a hacer la guardia en calle San Lorenzo y Chiclana al 900. Ahí hicimos guardia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sobre calle San Lorenzo que recuerda?

A nosotros nos llevan después que hacían los allanamientos a custodiar la casa. No había nadie.

Fiscal Abel Córdoba ¿Quiénes quedaban custodiando?

Un suboficial y soldados. Por lo que decían se habían llevado tres personas de ahí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En el caso de calle Chiclana?

Era igual que en el caso anterior. Nos llevaban a hacer la custodia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Era una casa chica? ¿Había una escalera caracol, restos de sangre?

Sí, en el patio afuera.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Escuchó qué pasó?

Que había un tiroteo, un enfrentamiento. Lo que te contaban ahí era muy subjetivo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué personal iba a los operativos?

Supuestamente eran oficiales y suboficiales. A nosotros los soldados nos tenían a cinco cuadras de los allanamientos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted tenía conocimiento de la existencia de un centro clandestino de detención?

Sí, era un secreto a voces que estaba La Escuelita. Nosotros hacíamos guardia sobre calle Florida, después hay otro puesto de guardia cubriendo el lugar.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién disponía las guardias?

No lo sé. La función era estar y hacer control de población, parábamos autos y pedíamos documentos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Vio o registro de personas con pedidos de captura?

Sí, vi el libro. En la compañía había un libro con fotos. Era un libro con hojas más grandes que el tamaño oficio, tenía fotos y datos de personas. Era gente joven, no conocía a nadie.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién manejaba eso?

Era la oficina de Cáceres.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Preguntó para qué se usaba eso?

No, ni loco. Uno llegaba a preguntar algo y te bailaban.

(…)

Abogado defensor particular Hernán Vidal: Usted relató que en el servicio militar hacia guardia uno dentro del Comando y otro sobre Florida. ¿Estando ahí en alguna oportunidad se produjeron disparos?

No, jamás.

Abogado defensor particular Hernán Vidal: ¿Escuchó disparos de otros lugares?

Sí, no soy un experto.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Qué puesto tenía Méndez?

Era subteniente de la Agrupación Tropas.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Cómo estaba compuesta la compañía?

Era un galpón donde había cien conscriptos y después un mayor que era el jefe de compañía, un capitán, un subteniente, tenientes y había suboficiales. Después la función que cumplía cada uno yo no lo sé.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Recuerda algún hecho que haya padecido Méndez?

Algo que le pasó en un ojo pero no lo recuerdo.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Puede describir el libro que vio en la oficina de Cáceres?

No, solo lo que le dije anteriormente.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿El 26 de mayo de 1976 estaba haciendo el servicio militar?

Sí.

Abogado querellante Víctor Benamo: En el diario local se dio difusión de un ataque del regimiento V de infantería y se dijo que fue repelido por la guardia y en ese ataque murieron subversivos. ¿Usted conoció ese hecho?

No.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Considera que no lo conoció porque no existió?

No puedo decir eso, estábamos muy aislados.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Desde donde revistaba hasta la guardia donde supuestamente se repelió el ataque qué distancia había?

200 metros.

(…)

Juez Jorge Ferro: Usted recién hablaba de que personal militar se jactaba de los operativos dijo que no recuerda si Mason lo hacía, ¿recuerda algún personal que sí?

Al cabo Montaña.

Juez Jorge Ferro: Usted dijo que hacía guardia y que era un secreto a voces la existencia de La Escuelita ¿en ese ámbito hizo guardia o en la zona aledaña?

No, hacíamos cerca del Tu y Yo y en otro puesto más mil metros más adelante. No todos los días, tal vez cada quince días.

Silvia Beatriz Crespo

64 años, vive en Viedma. Jubilada, soltera, una hija.

Fiscal Abel Córdoba: Le realizare preguntas sobre el caso de su hermano. ¿Qué conoció del secuestro de su hermano?

Él tuvo dos secuestros, las fechas no me las acuerdo. Él fue secuestrado, dejado en libertad, después se casó y posteriormente lo volvieron a secuestrar. Hasta que el 19 de enero lo pude ver acá en la cárcel en Bahía Blanca. Estaba muy delgado, lastimado, junto a compañeros de él, tanto Bachi Chironi estaba muy mal. Mi hermano tenía cicatrices de la tortura, estaban varios lastimados.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo quién perseguía a su hermano?

La Policía Federal de Viedma, pienso que ellos lo secuestraron. A nosotros nos llegó el dato que lo subieron cerca de la casa de mis padres. La persona más ensañada era Goncálvez. Iba a mi casa a cada rato, se hacía pasar por amigo de mi hermano para que le dijera dónde estaba, quienes eran sus amigos y eso a distintas horas de todos los días. Nos miraba con sorna y desprecio, lo hacía en la calle. Goncálvez era conocido de mi hermano.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Hubo allanamientos?

Sí dos, no sé quiénes eran. Yo les decía los azules y los verdes.

Fiscal Abel Córdoba: Usted mencionó antes a Abelleiras y Forchetti ¿qué funciones tenían?

No sé qué cargos tenían. No sé si eran de la policía o del distrito federal.

Después del secuestro de mi hermano me desesperé y tuve que ir a la Policía Federal con mi mamá, yo pedí por favor y sabía que los secuestraban y los mataban. Estaba desesperada, yo suponía que estaban arriba en una oficinita, no me lo permitieron ver. Me decían que no fantasee tanto. Nos dejaron allí detenidas toda la noche. Hasta que apareció el papá de Susana Rosas, la esposa de mi hermano, creo que él era policía no sé si habló con alguien.

Al otro día a la mañana vinieron y a mí por buena conducta, nos dejaron ir. A partir de ese día llegué hasta orinarme en la cama del miedo. Mi hermano en ese momento estaba viviendo conmigo y su esposa, dormíamos todos en una habitación. Teníamos mucho miedo, no quería salir.

Un día lo secuestraron y no lo vi más hasta que apareció acá. Siempre lo tuvieron vendado y encapuchado. Sé que estuvo en La Escuelita. Después estuvo en la cárcel, después trasladado a Rawson, ahí no lo podía ver, me persiguieron, me sacaron mi cargo de secretaria, éramos discriminados por ser el hermano de tal. Algo habrán hecho era lo que se decía.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Esa noche que estuvo detenida dónde era?

En sede de la Policía Federal de Viedma.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Le dijeron por qué?

No, en ningún momento.

Juez Jorge Ferro ¿Tenía su hermano militancia?

Era admirador de Evita y Perón.

Jorge Atilio Rosas

82 años, nació en la Capital Federal, vive en Bahía Blanca. Es viudo y tiene un hijo. Fui jefe regional de la policía.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citado por el caso de su yerno Crespo. ¿Cuál era su cargo en la policía?

Fui segundo jefe regional de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Mi jefe era Bartolli. Para abajo había dos comisarios inspectores, Dinolfo y Arnesto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué conocía del primer secuestro de Crespo?

Eso ocurrió en Viedma el 9 de julio de 1975.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe quién fue?

Fue la Policía Federal de Viedma.

Fiscal Abel Córdoba: Cuando es secuestrado ¿usted hace gestiones?

Sí, viajé y pude entrevistarlo en el distrito militar. Yo estuve seis años de comisario en Patagones por lo que estaba habituado, tenía trato con el jefe de distrito. De ahí lo traje en la delegación de la Federal, ahí me dijeron que era un perejil.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo la causa del secuestro?

Sí a raíz de unos volantes que repartieron en Viedma por el aniversario de la muerte de Perón.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Él se casa con su hija?

Sí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué sabe de su segundo secuestro?

Me comunica que tiene la casa rodeada por la Policía Federal, me llamó la atención porque decían que era un perejil y me fui hasta Viedma.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué hace usted?

Voy a Viedma, me dice que quieren tomarle declaración por unos volantes. Y él me dice que se va a presentar y esa noche no lo detienen.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted qué ve cuando llega?

No vi nada. Él me dice que estaba la casa rodeada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué hace usted?

Lo traigo a Bahía Blanca a declarar. Lo presenté en el V Cuerpo al coronel Álvarez de Inteligencia y creí en ese momento que al traerlo por derecha no pasaría nada, no pensé que lo iban a llevar a La Escuelita.

Inteligencia era quienes tenían información de los subversivos, yo sabía eso por mi rol como interino de la Regional de Policía.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted hace algún llamado para saber qué va a pasar si lo lleva a declarar?

No, fuimos sorpresivamente. Estaban Tejada y Álvarez.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué les dicen a ustedes?

Les expliqué que lo iban a secuestrar, les explicó que quería presentarse. Me dicen que le van a tomar declaración y la casa a la que fue, fue la Escuelita. La reunión fue en la oficina de Álvarez y estaba Tejada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Ante eso no volvió a comunicarse con Tejada y Álvarez?

No.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tuvo algún otro contacto?

Sí, lo amenacé de muerte. Tuve un careo con Álvarez.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué episodio tuvo con Álvarez?

Porque me dice que le hacía un favor de llevar a mi hija que quería hablar con ella y yo le dije que si le tocaba un dedo lo iba a matar. Eso fue en el V Cuerpo donde iba a tomar instrucciones de Vilas.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién iba a las reuniones de Inteligencia?

Un oficial principal.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál era el temario?

No lo sé. A mí me dejaban ajeno a esos temas. Después me trasladan a Pehuajó.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál era la hipótesis del temario de la comunidad informativa en el 76?

Eso lo trabaja el jefe de Inteligencia de la unidad.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted desconocía lo que se discutía?

Sabía sobre los secuestros y detenciones.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál es el concepto de Inteligencia en esa época?

Eran los que tenía que averiguar sobre los subversivos. En la unidad regional mandaba Balero que era coronel.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué tipo de órdenes?

No sé. El jefe respondía, que era Bartolli.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Dónde estaba la oficina de Kunzmann?

En la misma regional. Kunzmann iba al V cuerpo.

Juez José Mario Triputti: ¿Se acuerda de los acontecimientos?

Es totalmente ingrato. La muerte de mi hija y el secuestro de mi yerno en La Escuelita. Consecuencia de esto se suicidó mi hija el 30 de enero de 1979. Mi yerno para esa época consigue la libertad domiciliaria en mi casa y después en Viedma. De La Escuelita llegó destrozado, que lo torturaron con picana eléctrica.

Juez José Mario Triputti: ¿Usted cómo se sintió siendo el que lo llevó a la unidad militar?

Hay una mala interpretación que yo lo entregué, en realidad él quería declarar.

Juez José Mario Triputti: ¿Usted consideró que por ser de la fuerza tenía un trato distinto?

Pensé que podía tener otro trato, nunca pensé que lo llevarían a La Escuelita pensé que le iban a tomar declaración.

Juez José Mario Triputti: ¿Antes de llevarlo a su yerno sabía de La Escuelita?

No, me entero después, no la conocí nunca.

Juez José Mario Triputti: ¿Algún otro nombre que recuerde?

Con el que tuve trato es con Álvarez. Tejada estuvo ahí y después con Vilas cuando quedo interinamente como jefe de la regional, me dio directivas pero nada de importancia. Creo que tenía una radiografía mía porque al poco tiempo me traslado a Pehuajó.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted sabe cuándo Crespo fue a la unidad de Villa Floresta?

Me entero por Selaya, ahí lo empezamos a visitar a mi yerno que nos cuenta lo que le pasó. Después lo trasladan a Rawson.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué sabe de un operativo en el Parque Independencia en el 76?

No recuerdo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe si Balero participó de algún operativo?

No. Yo no comulgaba con lo del V cuerpo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted en el Juicio por la Verdad dijo que un subteniente lo suplantó a Balero?

Creo que era un profesional médico u odontólogo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda a Etchecolatz en Bahía Blanca?

Sí, era de mi camada. Él llega a Bahía Blanca con Camps. Lo tengo que esperar en el aeropuerto, fueron a La Nueva Provincia. Después del almuerzo en el diario me dijo si sabía dónde vivía Álvarez que era de su promoción, lo llevé hasta ahí, esperé una hora.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Podría decir qué rol tuvo el coronel Tejada?

Ni habló una palabra.

Juez Jorge Ferro: Cuando lo lleva a Crespo y está con Álvarez y Tejada ¿sabían de su cargo policial?

Sí.

Juez Jorge Ferro: Cuando lo detienen por segunda vez en Viedma, ¿habla con el delegado?

No.

Oscar José Meilán

65 años, trabaja en el Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad. Es docente, casado, tiene cuatro hijos y vive en Viedma.

Fiscal Abel Córdoba: Ha relatado su secuestro en varias instancias, ¿puede hacer un relato de lo sufrido?

Corría el año 76, yo tenía ocupado todo el día por mi actividad docente y era tesorero de Vialidad. Estaba viviendo en una casa prestada y estaba construyendo mi casa. Daba clases en varias escuelas. Estaba finalizando el año y el 1 de diciembre cumplía años un amigo en Patagones. Concurrimos y había otro matrimonio con niños.

En esa época no había mucha comunicación con Viedma. Era después de las 12 de la noche, vivíamos en una zona rural de Patagones, estaba cercana a la cancha del Club Jorge Newbery. Había un matrimonio de chicos jóvenes, yo tenía auto y decidimos llevar a los chicos primero y después a los mayores.

Cuando enfoco la luz de los faros y había unos cien metros hasta mi casa. Mi mujer venía con mi hijo Sebastián de un año y tres meses en brazos y la nena atrás, vemos que entre los árboles se cruzan personas de la Policía Federal de Viedma. Había vehículos, mi mujer dice 'no sigas que tengo miedo'. No podía retroceder. Le digo 'no te hagas problema que son de la Federal que están buscando algo'.

Efectivamente me ponen una capucha en la cabeza, que era de un tejido raro. El que me pone la capucha es Goncálvez. Ni sabía qué era de la Policía Federal. Nos suben a una camioneta y por si no hubiera visto, me preguntaba y me pegaba con el machete en la cabeza. Y me decía 'vos antes tenías una novia y la abandonaste'. Y eso era verdad, o sea nos habíamos separado.

Nos pasean por Patagones y nos llevan al aeropuerto de Viedma. Nos hacen bajar, nos hacen arrodillar al costado de la ruta y nos dicen que nos van a matar. Atados de manos, instintivamente yo y mi mujer nos agarramos de las manos. Ni siquiera se cuidaban de las formas, nos llevan enfrente de la delegación de Viedma, a través de la bolsa que tenía en la cabeza, a través de la luz podía ver.

Ahí nos ponen en un coche en la parte de atrás vendados, emprendemos un viaje largo. Vuelvo a reconocer el puente. Y una tremenda angustia teníamos, no sabíamos qué había pasado con los chicos. Esto nos persiguió durante mucho tiempo. Un viaje donde se empieza a perder noción del tiempo.

Nos traen a Bahía Blanca, se escuchan abrir unas rejas. Nos ponen contra una pared, después me di cuenta que había más gente, se escucha el abrir de unas rejas, me hacen levantar y me llevan a otra habitación. Me dicen que me desnude allí, me llevan a otra habitación, me atan como estaqueado y comienzan a torturarme con electricidad.

Empezaron las preguntas y había que tener nombre de guerra aunque uno no tuviera ni apodo, había que conocer gente aunque uno no sabía que existía. Cuando esa sesión termina quedas como en un letargo y en ese momento no podía ni reaccionar al escuchar los… los gritos de mi mujer que estaba pasando por la misma situación. Después me atan, me vendan y empieza el calvario de lo que significó el campo de concentración.

En otra oportunidad me quieren llevar entre 4 o 5 al lugar de tortura y yo le pido a Dios que se corte la luz y puede creer que sucedió. Les dio bronca y con la excusa que se corrió la venda que era cierto, se me vinieron encima y me pegaron sistemáticamente. Con el tiempo otra persona me contó que contó los golpes y fueron 147 golpes. Me patearon y fisuraron un costilla que me duró 15 años.

Un día de verano, hacía calor, aparecí en una cucheta. Una noche deliraba y soñaba con una botella de Coca Cola que tomaba. Y cuando desperté estaba casi cayéndome de la cucheta, en ese momento ingresó un guardia. Lo puedo identificar, estaba pelado con el pelo cortado de panza y el vientre prominente, vestido de paisano con una camiseta blanca y tenía un ojo medio blanco. No sé si están identificados todos los guardianes de La Escuelita.

Desde ahí pude ver el piso de maderas, las cuchetas, otros compañeros detenidos. Por esa advertencia que nos hicieron dejé pasar unas horas y llamé para que un guardia me ajustara la venda. Vino uno, me hace bajar del camastro, me lleva a otra sala y me pone una venda muy gruesa y ajustada. Una vez vendado tenía ganas de conversar el guardia, me pasaba un arma por la sien y me pregunta que era, yo no sabía y me decía que si se le escapaba un tiro no pasaba nada. Después me reprochaba que por culpa de nosotros estaba lejos de la madre y le pregunto de dónde venía y me dice Famaillá.

Tenían sobrenombres, Zorzal, el Tío, el Laucha. Hay uno que era sanguinario, era el Abuelo. Una noche hay un ruido particular, llegan chicos jóvenes y había un profesor que era de educación física o de física no recuerdo, este señor pensando que iba a zafar. Preguntaban por nombres, fueron salvajemente torturados.

Ahí escucho por primera vez a Bachi Chironi le pregunto si sabía qué había pasado con los chicos, me dice "sí el Fiat 600 con la nieve voló y los aplastó". Después lo entendí. Yo no tenía un Fiat 600 y no hay nieve en Viedma. Bachi hablaba de economía y la política nacional. Había uno de los chicos que también estaba muy mal, deliraba.

Viene un guardia con una cachiporra y no sé durante cuánto tiempo le pegaba a Bachi y a este chico. Me desmayé y cuando desperté era de día, no se escuchaban los chicos y no sé si los habían pasado a otro lugar.

Después un día cerca de navidad había un movimiento inusitado, de otras características. Limpian todo, se sentía el olor a desinfectante, era cerca de navidad. Yo a mi mujer no la escuché más en el campo, posiblemente porque estuviera en otra habitación. Ese día no nos castigan, yo tenía terribles retorcijones y le pido a uno de los guardias si no me permitía cambiar de posición, me dejó permanecer sentado.

Esa tarde se produjo una inspección, yo tenía la venda floja, donde parecían autoridades superiores del Ejército -yo podía ver las botas lustradas, el pantalón del Ejército- como recorriendo esto. Y uno de ellos le dice al resto "Algunos se quejan de esto", refiriéndose a La Escuelita, "pero no comprenden que es una necesidad social".

Pasó el tiempo, una vez blanqueado, yo creo que es cuando se dio el cambio del comandante de Vilas por Catuzzi pero ahí cambian las condiciones de detenciones. Llegado un momento también me llevan a otra sala. Donde me hacen firmar una declaración que ustedes comprenderán que no la leí completa y no podía negarme a firmarla.

Posteriormente y casi de treinta días, me hacen entrar a un baño interior, me hacen bañar. Había un fotógrafo que sacaba fotos, no era como los otros era de media estatura. Entre 35 y 40 años.

Este calvario siguió. Una tardecita nos hacen parar y se entretenían tirándonos piedras con la onda y escuché a Miguel García Sierra que era de Viedma que lo estaban torturando.

Entre el 8 y 10 de enero lo traen a Oscar Bermúdez, lo conocía hacía poco. Lo tiran al lado mío, le pregunto por mis hijos me dice 'quédate tranquilo que están con tus suegros y tu mujer'. La liberaron, pasaron 35 días hasta tener noticias.

Después escuché alguien de Huanguelén, escuché hablar a Darío Rossi que era de Viedma, hablaba muy mal, jadeaba y decía que era muy posible que lo iban a matar.

El 17 de enero nos blanquearon, 47 días estuve ahí, previo a eso me llevaron a otra habitación, me atan las manos atrás y todos los días venía una enfermera o médico y me curaban.

El día que se produce nuestro blanqueo nos llevan a un corredor, nos hacen salir. Estamos Crespo, Bermúdez y un soldado de apellido Villaruel, íbamos en un auto. Iban con carrera rauda con curvas y contra curvas por unos 20 minutos hasta que llegamos a un lugar con una puerta muy grande, nos hacen bajar y caminar.

Ahí nos dicen que nos saquen la venda, estábamos en la cárcel de Villa Floresta. Nos recibe el Mono Nuñez de unos 40 años. Nos mandan donde había colchones y después a una celda, Crespo y yo no pudimos, fuimos arrastrándonos. Ahí volví a ver.

Estuvimos hasta el 22 de agosto del 77, después nos suben hasta un avión por esa fecha pensábamos que nos tiraban al mar porque era la fecha cuando asesinaron a nuestros compañeros en Almirante Zar. En Rawson fue terrible, fue una cárcel de destrucción y exterminio.

Nos pusieron en celdas de aislamiento 21 días. Cuando nos sacan a bañar es con agua helada. Ahí no sabías a qué atenerte, no podías mirar para arriba, para abajo. La solidaridad y compromiso político de los compañeros hizo que sea llevadero.

Los familiares sufrían vejaciones cuando nos visitaban. Llegamos así hasta el mundial de fútbol, el guardia de turno me felicitó por el orden que tenía en la celda. Al día siguiente me acuerdo que habían prometido que iban a poner los parlantes para escuchar el partido, venimos del recreo y veo que uno de los guardias andaba alrededor mío, se acerca y me dice 'enciérrese', doy un paso atrás, después me llevan a los chanchos, eran excusados pequeños y sin ningún tipo de abrigo y ahí escuche el partido Argentina - Francia. Ahí me tuvieron 15 días. Después me sacan y me llevan al pabellón 8. Ahí conocí a Víctor Tomaselli. Yo no quería irme del país. Mi mujer hizo un habeas corpus y tuvo que pagar las costas. Mi mamá le escribió a Catuzzi y mucho tiempo después le respondieron que me habían hallado en la cárcel de Villa Floresta. Recibimos mucho apoyo de monseñor Hessayne. El 11 de abril aparece en los diarios que me dan la libertad vigilada, pasó el tiempo y no salía, recién el 11 de mayo se produce la liberación.

Forchetti los días previos a mi secuestro y el de Crespo era asiduo concurrente a Vialidad Nacional donde yo era el tesorero, ahí se reunía con Del Valle.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Lo despojó de alguna pertenencia?

Me metían la mano en el bolsillo, no tenía mucha plata y una cadenita de oro. Pero no puedo decir que fue Goncálvez.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En La Escuelita pudo ver a alguien interrogando?

Lo que ya dije.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sobre los alias, el Tío qué función tenía?

Era el que interrogaba y no sé si no manejaba la picana.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Eran crueles?

Imagínese.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál era la función de Abuelo o Zorzal?

El abuelo era de vigilancia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Había guardia alias Manuel?

Sí, se escuchaba.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Mencionó operativos fraguados?

A Rossi lo escuché hablar con Bermúdez. Y después escuché por la radio en la cárcel la noticia del enfrentamiento.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Escuchó el por qué del secuestro de los jóvenes de la Industrial?

Recuerdo que ellos habían cometido alguna fechoría de chicos, les habían desinflado la goma a un profesor por un examen, que los denunció.

Fiscal Abel Córdoba: En el interrogatorio en la Unidad 4 usted dijo que Nuñez los llevó ¿fue encapuchado?

Sí, creo que Nuñez me puso la capucha.

Fiscal Abel Córdoba: Le pregunto por el abandono de sus hijos, ¿qué les ocurrió?

Después de tanto peregrinar me cuentan qué sucedió. Jorge se hace traer por otra persona y ahí encuentran el auto. Seguía en marcha, las puertas abiertas y uno de los chicos lloraba, los recogieron y se lo llevaron a mi suegro. A la mañana en la comisaría no le dieron bolilla a mi suegro no atendieron su reclamo de buscarnos. Los chicos quedaron con mi suegro hasta que liberaron a mi mujer.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tiene algún familiar víctima de la dictadura?

Tenía un hermano, Julio Reynaldo, estudiaba abogacía, trabajaba en la DGI, él militaba en la JUP en la Universidad de La Plata. Un hermano de mi papá que no estaba muy lúcido y él lo iba a ver a una quinta en las afueras.

Fiscal Abel Córdoba: ¿La desaparición de su hermano tiene algo que ver con lo que a usted le sucedió?

Y sí, todo tiene que ver.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Su mujer sufrió torturas?

Sí por supuesto.

Juez Jorge Ferro: Cuando lo detienen en Viedma usted reconoce a Goncálvez ¿reconoce a alguien más?

No, al único.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted tenía militancia?

Habíamos tenido en la JP hasta el 74.

Juez Jorge Ferro: ¿Cuándo recuperó su libertad?

El 11 de mayo de 1979.

Juez José Mario Triputti: Teniendo en cuenta una situación que se ha presentado, para que las personas que se encuentran acusadas tengan un pequeño refrigerio vamos a hacer un breve cuarto intermedio de media hora para luego continuar con la audiencia.

Vilma Diana Rial

Casada con Oscar Meilán. 58 años, vive en Viedma, cuatro hijos, jubilada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo fueron las circunstancias de su secuestro?

Digamos que un día como hoy, 30 de noviembre de 1976 a esta hora estaba en mi casa después de haber trabajado todo el día y es muy probable que un compañero mío nos hubiese invitado a su cumpleaños, o sea que mañana a la noche estaríamos cenando en su casa con su familia.

Serían las dos de la mañana del 2 de diciembre cuando llegamos a la casa donde vivíamos que estaba cerca de la orilla del río en Patagones, en una zona que se conoce como el Bañado, una calle que era un canal de desagüe, era una casa quinta, no había luz. Vamos llegando y mi perro ladraba, se veían unas personas, cuando mi marido estaciona, los veo del otro lado y me dio miedo y se lo comenté. Cuando se baja del auto las personas se acercan y reconoce a Goncálvez. Me dice que me quede tranquila que son los muchachos de la Federal.

No terminó de decirlo que lo sacaron del auto, me abrieron la puerta del otro lado, alcancé a dejar a mi hijo sobre el asiento, estaba sorprendida, me tomó alguien del brazo. A principios del juicio empecé a tener de nuevo pesadillas y durante un tiempo como una fotografía de la persona que se acercaba a mi marido y la película era de cuando me arrastraban y me dice 'me parece que nos confundimos'.

Me preguntaban si había alguien en la casa, si venía alguien a ver a los chicos, les dije que a las seis de la mañana venía la señora que los cuidaba. Me encapuchan, me meten en un vehículo. La persona era alta y delgada, la que se acercó a mi marido tenía el cabello oscuro, cejas profusas y los ojos de esa persona fue lo único que me quedó y ahora viendo una fotografía esos ojos son de Goncálvez. Yo nunca lo vi, nunca lo busqué. La otra persona que era más alta hoy puedo suponer que podría ser Abelleira.

Me meten en un vehículo con un arma en el mentón y otra en la nuca. Cerca de Viedma nos hicieron un simulacro de fusilamiento, nos llevaron a la Federal, sacaron a mi marido, Forchetti se sentó al lado mío. Volvieron a sacarnos y el vehículo empezó el camino a lo que luego conocimos como La Escuelita.

Creo que pasé de la sorpresa al espanto y del espanto al horror y después vino el terro.

Mis hijos habían quedado solos en el coche. Y creo que eso ocupó los casi 21 días que estuve en La Escuelita.

Cuando llegamos a La Escuelita me pegaron un sopapo porque abrí los ojos, llegué a un lugar me sacaron el anillo, me preguntaron los datos, en algún momento me llevaron a torturar, antes de eso estuve en una habitación donde había otras personas, escuché la voz de Cacho Crespo de Viedma, le pregunté si era él, me preguntó y le dije que sí.

Después de eso me llevaron a la sala de torturas, me desnudaron, me hicieron acostar en una cama de hierro. Realmente no sé qué pasó en ese momento ni cuánto duró. Sin embargo el cuerpo tiene registros y memoria y también ahora antes del juicio estuve con mucho dolor en la espalda antes de dormirme. Me acordé que no sabía lo que había pasado durante la tortura, cuando recordé se pasó.

Me pasaron a tomar declaraciones, firme unas hojas, volví y me pasé los días pensando en mis hijos y escuchando, los lamentos, el dolor, las entradas de la patota, las humillaciones, el estar sin saber qué iba a pasar con uno y unos diez días después que estaba allí escucho que alguien dice 'Cristina, Cristinita'. Alguien le pregunta 'a quién está llamando', 'a mi mujer porque estaba la nena chiquitita con fiebre'. Era Bachi que estaba delirando. Cuando deliraba le pegaban más.

Arriba de mi cucheta había un chico que era conscripto, que se llamaba Villaruel. Después supe que la chica que me había hablado y le había preguntado a Crespo si era él era Graciela Izurieta. Y en un momento dado, cuando estaba por salir le dijeron que le iban a dar una inyección y la iban a sacar. Esa chica estaba embarazada.

De mi marido no sabía nada. Un día escuché su voz mientras lo golpeaban. Había un compañero que hacía mucho tiempo que estaba allí y decía que a él lo iban a matar. Se llamaba Fernando Jara, un día fue sacado por la noche y escuchamos a la mañana que había muerto en un enfrentamiento.

Otro día escuchamos hablar a Jorge Abel pidiendo que le tocaran las ataduras de las manos porque tenía un problema de clavícula. También creo que había un matrimonio y en un momento dado a la chica la sacaron de allí, había otra chica de apellido Damiani.

Entre los guardias había algunos con los que se podía hablar muy bajo cuando estaban lejos. Uno se distraía siendo violento, que era el Abuelo. Había otro que era alcohólico que era el Pato, estaba el Peine, el Chamamé, el que interrogaba era el Tío y había un oficial con el que era él Laucha, cuando preguntaba por mis hijos me decía que no me preocupara que estaban bien porque había aparecido gente de la orga a buscarlos. De cualquier manera eso no era una garantía para sentirse bien.

Un día creo que fue alrededor del 20, 22, trajeron muchísima gente, creo que eran chicos y hubo re acomodamientos porque en esa habitación había muchísima gente y tengo la sensación que había gente con los pies para abajo en la cucheta para que haya más espacio. Lo escuché a García Sierra. Supe que todos ellos eran chicos muy jovencitos de una escuela. Había uno totalmente fuera de sí que quería irse a su casa porque lo esperaban. Se levantaba y el Abuelo le pegaba y se levantaba y el Abuelo le pegaba. Le pedíamos que no se levante.

Allí también creo que vino Corres a decirme que me iba a poder ir a mi casa y que iba a poder hacerle una torta a mis hijos para navidad. 'Esta noche te vas', me dijo. Yo no tenía certeza pero dije '¿cómo me voy a ir?'. Además creí que me iban a matar. No sé cómo hacer, dónde estoy, no sé cómo llegar. Después me dijo que me iba a ir al otro día. A la mañana me hicieron levantar, me pegué una ducha, pedí por mi marido y no me dijeron nada. Me sacaron de La Escuelita. Eran tres personas y alguien que manejaba. Después de un buen rato me sacaron la venda. La única diferencia es que no tenía presión porque tenía conjuntivitis y el sol no me dejaba ver mucho.

Me llevan a la terminal de ómnibus. Uno tenía bigotes, iban de sport. El otro prácticamente no hablaba. Me dieron plata para el boleto y esperaron a que el colectivo se fuera. Pensaba qué iba a hacer después, creía que había perdido el trabajo. Les pregunté también qué iba a pasar con mi marido, me advirtieron que vaya pensando qué historia le iba a contar a mis padres, 'no te olvides que te buscamos una vez, buscamos a tu marido y podemos volver a buscarte y tenés dos hijos'. Hoy lo digo tranquila en aquel entonces no podía ni imaginarme.

Llegué a casa de mis padres y en mi casa estaban mis hijos, mis tíos y estaban algunos amigos y rato después llegó Susana Rosas, que era mi amiga, esposa de Cacho Crespo que todos los días había estado yendo en la mañana y en la tarde. Después me fui enterando que mi papá había salido cuando encontraron los chicos, Jorge Abel y Mazziotti, que habían ido a ver a otro matrimonio y se encontraron con el coche en marcha, los chicos adentro llorando. Le habían dicho en la comisaría que había un operativo y nadie iba a poder pasar. Mi papá no se quedó quieto sino que aviso a mis tíos que vivían en Viedma. El papá de Mazzioti y Daniel fueron a hacer la denuncia, al papé le llamó la atención que no le quisieran tomar la denuncia. Al día siguiente había aparecido en casa de una amiga mía, paró un coche y pasó un papelito por abajo de la puerta que decía algo así como que la comisión que vino a buscar a los chicos salió para Bahía Blanca, que mi papá le pidió a su hermano que lo acompañara a hacer averiguaciones en Bahía Blanca y vino al V Cuerpo. En un momento alguien le dijo a mi papá que la persona que lo atendía, que creo era el mayor Delme, que estaba así a causa de los subversivos, mi papa estaba bastante alterado y le dijo 'usted a mi no me va a venir a decir que mi hija era una subversiva, que eran dos personas que las sacaron de sus casas'.

Cuando llegué, desperté a mis hijos y los abrazaba y los besaba, no podíamos creer lo que estaba pasando. La bebé me desconoció, habían pasado 20 días. Pasó mucho tiempo en los cuales tenía pesadillas, escuchaba gritos, lamentos, pasos que me venían a buscar.

Supe que el miedo no solo se siente sino que se huele. Mucho tiempo me entró esto que me ponía nerviosa y sentía un dolor terrible, tenía que ver con eso, el tema de la adrenalina. Una después aprende a vivir, el trabajo lo tenía, mis compañeros me recibieron bien y me acompañaron, me daba mucho miedo encontrarme con gente conocida como la esposa de Bachi o de Beto Ayala, Mirta, porque no quería que les pasara algo similar.

Después me avisaron que mi marido estaba en la cárcel de Villa Floresta. Una como que va disociándose de cosas cruentas para poder vivir y como la situación de mis hijas era más humana uno va guardando ciertas cosas para poder hacer otras más normales.

Previo a haber tenido posibilidad de que Oscar apareciera e ir a verlo, nos enteramos de la situación en que los familiares habían encontrado a Bachi, que el día que fuimos a la cárcel con mi suegra a verlo a Oscar después de 45 días no lo conocí, estaba muy delgado, pelado, estaba muy conmocionado y que todos tratábamos de minimizar para poder disfrutar esos momentos, que las requisas eran una serie de humillaciones permanentes.

No me puedo olvidar de una señora mayor que iba a visitar a su sobrino que tenía peluca y la requisa se la sacó, que a los bebés había que desnudarlos porque no podían pasar con pañales, nosotras teníamos que hacer lo mismo, los hombres tenían que dejar los tiradores y pasaban agarrándose los pantalones.

Que el 22 de agosto cuando los trasladaron a Trelew pensamos lo peor todos, no pasó lo que pensamos pero fueron golpeados y tuvieron un tiempo como de adaptación en el cual eran permanentemente disciplinados. Con el miedo se intentaba disciplinar a todos.

Cuando llegamos a Rawson las visitas eran peores. Cada 45 días no sabíamos si lo íbamos a ver porque podía ser que a último momento hubieran hecho algo y estuviesen castigados y no podíamos verlos. Hacer una visita era toda una odisea. Teníamos que llevar certificado del domicilio donde vivíamos. El domicilio donde parábamos teníamos que llevarlo a la comisaría, ellos comprobaban cuando se les ocurría que estuviésemos allí, éramos tratados permanentemente como cosas, no como personas. El privilegio que tienen las personas que estaban detrás mío, que se los considere inocentes jamás lo tuvimos nosotros. Supongo que tendrían miedo de nuestras miradas y por eso nos tapaban y nos encapuchaban.

En Rawson teníamos que ir a la puerta donde había un guardia, anunciarnos, caminar hacia atrás y esperar que desde adentro dijeran que podíamos pasar y caminábamos al lugar de la requisa, ahí debíamos esperar el tiempo que creyeran necesario. Pasábamos las requisas, caminar un buen trecho hasta pasar unas puertas de hierro hasta los locutorios, hablábamos a través de un dintel y un tubo, llevé una vez a cada uno de mis hijos. La vez que fue el mayor llegó con las manos llenas de alergia... después se largo a llover, le avisé al guardia que estaba de adentro le contestaron que estaban comiendo, que la hija de puta espere. Estuve casi dos horas bajo la lluvia. Estuvimos así en la visita y decidí que no iba a volver a llevarlos.

Tratábamos de encontrarnos con otras familias para no hacer las visitas solas. Las religiosas me acompañaban. Para el mundial de fútbol se suspendieron las visitas, supimos que fue por el mundial y que mi marido estuvo como rehén. Perdí el placer de escribir las cartas porque nunca se sabía qué iban a cortar o tachar, así que era simplemente para decirle acá estoy.

En una visita también conocí a una señora que había venido de Jujuy para ver a su hijo, la gente de su parroquia le había pagado el pasaje y se había olvidado el certificado de domicilio y lloró y lloró y no lo dejaron ver.

Durante mucho tiempo mi marido me decía que hiciéramos el trámite de la opción y yo le decía por qué si no hicimos nada. Terminamos haciéndolo, en el 79 me fui a Buenos Aires y estuve dos días visitando embajadas.

El 2 de diciembre rendía la última materia de mi carrera que tuve que posponer un año, cuando me enteré de que mi marido salía con libertad vigilada me fui a Trelew con mi hermano por 20 días y no salió nada. Después lo citaron en la comisaría de Patagones y fue mi papá y le dijeron que tenía que ir yo, había pasado casi un mes y en ese momento estuve con mucho miedo de que algo hubiera pasado porque no teníamos noticias. En ese momento viajó mi hermana con mi suegra a Rawson, pasó por todo el trámite y mi marido no llegaba y en los locutorios la querían sacar, le dijeron que se fuera porque salía. Horas más tarde salió y lo recibieron las dos.

Entonces cuando volvió a casa volvió volví a tener otra vez miedo. Durante todo este tiempo a veces tomaba conciencia de que también era una prisionera, ya que debía cuidarme para que no le pasara nada, también por mi papá porque cada vez que me demoraba salía a buscarme. Después de mucho tiempo pude entender cómo se enfermó Susana Rosas que se suicidó en enero del 79 porque después que su papá había acompañado a su marido, le había dicho que la llevara que le querían hacer unas preguntas. Me preguntaba cómo era vivir sin salir por el temor a que le pasara algo. Cuando al esposo le dan la domiciliaria muchas veces ella decía que fuésemos a la casa y no podíamos porque mi marido todavía estaba preso, así que el día que ella cometió su suicidio habíamos estado hablando y no me enteré hasta después, que eso fue terrible. Los compañeros que no están y que no figuran como víctimas de la represión.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted dijo que el momento de su secuestro podría suponer que se trataba de Abelleira?

Simplemente porque era una persona alta, porque en la casa de Mirta el papelito que había aparecido sobre la comisión que había salido para Bahía Blanca con el tiempo supe que lo habían escrito una amigas que a su vez eran amigas de María de los Ángeles Rigone que era la persona que salía con Abelleira, que esa noche tenía que salir de casa y que después se enteraron de lo sucedido y ataron cabos.

Fueron Aurora Moreno y Leda García.

Fiscal Abel Córdoba: Mencionó que le hicieron un simulacro de fusilamiento ¿fueron las mismas personas?

Sí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Dijo que habló con Forchetti en la Federal?

Sí adentro de un vehículo. Estábamos allí y en un momento lo sacan a mi marido, él se sienta al lado mío y me dice que me tiene que atar las muñecas pero además después lo volví a ver porque mi prima trabajaba en Vialidad con mi marido.

Ella lo veía a Forchetti porque iba a visitar al presidente de la institución y apenas yo llego el señor Forchetti me manda a buscar a través de ella y cuando ella le dice que yo no estaba en condiciones para una entrevista me dice que me haga el favor de avisarme porque si no me tiene que mandar alguien a citar. Voy acompañada por ella y mi papá, creo que la entrevista para la cual Forchetti me llamó era para saber si yo cumplía con lo que se me había dicho. Entonces toda la entrevista verso acerca de si sabía dónde estaba, si había escuchado, si podía identificar ruidos, a lo que yo respondía que me había pasado los 20 días pensando en mi marido que no lo escuchaba y en mi hijo que había quedado solo. Había sido hace poco tiempo lo de Solari Yrigoyen en la zona entonces le dijo a mi papá que era un autosecuestro.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Estas preguntas eran por interesarse o tenían otro cariz?

Creo que tenía que ver con aquello que me habían dicho cuando me dejaron en la terminal. A ver qué era lo que yo sabía.

Fiscal Abel Córdoba: Dijo que escuchó a alguien que conocía como la Corta.

Sí, creo que fue hasta el 20, 21 de diciembre, después no, no sé si ya se había ido.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Escuchó chicos jóvenes?

Sí, fueron los chicos del día en que llenaron la habitación de gente y el que golpeaba el Abuelo era uno de ellos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál era la función del Tío?

Era uno de los interrogadores, supongo que uno de los jefes.

Fiscal Abel Córdoba: ¿El Laucha?

Estaba allí pero también en los interrogatorios.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Y Pato, Chamamé...?

Ellos eran los guardias que estaban allí, los encargados de darnos agua si queríamos, golpearnos si les parecía, cambiarnos las vendas o ajustarlas. El más cuidadoso tal vez sea Chamamé.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Mencionó que estuvo con dos en la terminal?

Uno era el Laucha Corres que lamento mucho que se haya muerto. Y el otro en el Juicio por la Verdad cuando vi entrar a Méndez dije ese era el otro. Porque a pesar de la conjuntivitis los ojos eran de esa persona. Él no hablaba.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Mencionó un episodio de Delme con su padre?

Después de ese papelito mi papá le decía nada donde vivíamos, alguien le había sugerido que el lugar para preguntar era el V Cuerpo o que esa comisión venía del V Cuerpo. Fue con su hermano y lo que cuenta es que mi papá estaba angustiado y la persona decía que no estaba, que era un lugar equivocado. Mi papá insistía y estaba muy alterado y después le dijo que él tenía que entender porque se los habían llevado y no sabía por qué.

En cuanto a las gestiones también supe que apenas se enteraron de lo nuestro los compañeros de trabajo de mi marido enviaron un telegrama a Videla que firmaron muchos docentes y uno lo firmó con documento y decía que nunca llegó a la presidencia porque decía que había un recibo que nunca le dieron.

También intentaron entrevistarse con Bachman, que estaba a cargo de la gobernación y también con el secretario de gobierno. La Unter que es el gremio de los docentes hizo un comunicado que fue leído por la radio y creo que pasado por la televisión.

Aparte escribimos cartas a Videla, a Harguindeguy varias, a De Nevares, al capellán del Ejército, pedimos varias audiencias, la última a través del coronel Aráoz que estaba en el distrito militar de Viedma.

A poco tiempo de volver mi marido con ayuda de mi papá y mis tíos, yo embarazada, antes de que naciera mi hijo mi papá tiene un apendicitis y muere. Al tío de mi marido se le declara una leucemia y a los 20 días se muere y la abuela de mi marido se vuelve a Alemania y nos quedamos como huérfanos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿A cargo de quién estaban las requisas en la unidad 4?

La verdad que no me acuerdo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Hablaron con Catuzzi?

Creo que la última entrevista la tuve con él porque las anteriores la derivaban al encargado de registro de seguimiento o una cosa así que era el mayor Delme. La última entrevista que tuve con Catuzzi me dijo que a mi marido le quedaba un tiempo más.

Fiscal Abel Córdoba: Sobre el abandono de sus hijos, ¿supo algo durante su cautiverio?

No supe nada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Llegó sin saber dónde estaban?

Sí.

Lo que supe después fue que en el cumpleaños de mi compañero de trabajo había un matrimonio que tenía tres chiquitos, a esa hora no había muchos taxis y mi marido había quedado en que me dejaba en casa y volvía a llevarlos a Viedma. Como tardaba, creo que al matrimonio lo había llevado otra persona y después fueron a casa a ver qué había sucedido y ahí se encontraron con el auto en marcha, las luces prendidas y los chicos. Nos buscaron, no nos encontraron y los llevaron a lo de mis padres.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuántas horas pasaron solos?

No le sabría decir pero serían dos o tres horas, Sebastián tenía un año y tres meses y Guadalupe cuatro.

(...)

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Cómo vio a Méndez?

Yo vi una persona morocha con un corto muy particular en la nuca, vestida con una camisa blanca, con jean, que no hablaba, no podría decir otra cosa porque después cuando vi, vi la misma espalda, la misma nuca y el mismo gesto.

Sebastián Meilán

36 años, vive en Viedma, casado, empleado público.

Tenía un año y tres meses. Estábamos en un cumpleaños en Patagones, nos íbamos para nuestra casa y cuando íbamos llegando paramos en la tranquera, mi mamá le dice a mi papá que había gente y nada más.

Fiscal Abel Córdoba: ¿A sus padres los secuestran?

Sí a los dos. Quedamos en el auto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo cuántas horas pudieron estar?

No recuerdo.

El abogado defensor particular Eduardo San Emetério dice que el psicólogo que acompaña al testigo hace señas.

Fiscal Abel Córdoba: Hay por parte del defensor un cuestionamiento de los equipos técnicos que vienen de Viedma, debe ser de otro juicio... ¿Supo quién los rescató?

Me parece que era el mismo señor al que se le estaba festejando el cumpleaños.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Hasta que llega estuvieron solo?

Sí.

Juez Martín Bava: ¿Tiene algún recuerdo?

Para nada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Le quedaron secuelas?

Pregunta difícil, calculo que sí porque de este tema no he hablado nunca. Si bien mis viejos han hablado con nosotros y siempre nos han contado, yo no lo he hablado nunca ni con mis hermanos ni nada sobre lo que me pasaba a mí, he tratado de borrar cada recuerdo.

Calculo que he estado enojado estos últimos 20 años, no sé con quién, no sé si conmigo al no poder hablar ni decir nada, espero algún día tratar de averiguarlo.

Guadalupe Meilán

35 años, soltera, vive en Trelew, es médica.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citada en función de ser la víctima de un hecho que está en juzgamiento que es el abandono al que fue sometida a partir del secuestro de sus padres. ¿Podría relatar lo que ha conocido de ese hecho?

Sí, se que la madrugada del 2 de diciembre de 1976 mis papás se encontraban en casa de unos amigos en un cumpleaños y cuando nos dirigíamos a casa de madrugada, yo tenía cuatro meses y mi hermano 15 fueron interceptados por un grupo de personas de la Federal y fueron secuestrados quedando mi hermano y yo abandonados en la puerta de la casa y con el vehículo en marcha.

Como había varias personas en ese cumpleaños y gente de Viedma mi papá se había prestado a llevar a alguna gente a Viedma o sea que lo esperaban en esa casa y como no volvía y se sabía la situación unos amigos concurrieron a ver qué pasaba y nos encontraron en esa situación a mi hermano y a mí.

Quedamos al cuidado de mis abuelos maternos hasta que después volvió mi mamá después de haber estado secuestrada en La Escuelita durante 22 días y después la situación ocurrida después mientras mi papá estaba a disposición del Poder Ejecutivo en Villa Floresta y Rawson.

Sé de las odiseas y andanzas que tuvo que pasar mi mamá que iba con nosotros también, iba a Rawson a visitar a mi papá, todo lo que recuerdo es por lo que me contaron.

Juez Martín Bava: ¿Cuál es su primer recuerdo?

Mi primer recuerdo es, ni siquiera con el nacimiento de mi hermana Ariadna, empieza con el nacimiento de mi hermano en el 85 ya en democracia. No me acuerdo de la primaria, de los primeros años, la verdad es como que...

Juez Martín Bava: ¿La situación de sus padres tuvo algún efecto en usted?

Sí, lo viví con mucho dolor, sé que cuando mi papá volvió le fue difícil encontrar trabajo y creo que repercutió en nosotros, en mí estoy segura. Sentí como un abandono y tuvimos que sobreponernos a ese dolor.

De mi papá recuerdo que en todo acto vinculado al 24 de marzo o en una reunión entre amigos, en una radio, o en una escuela, me acuerdo de él contando su testimonio y yo del otro lado en lugar de alumna. Yo era una nena.

El otro día me encontré con una compañera de cuarto año de la primaria y me decía 'vos me contaste de todo y yo me quedaba perpleja, tenía nueve años y me contabas del secuestro de tus padres'.

Como que estaba muy naturalizado en la familia, esto de tener que ir a las marchas, de acompañar en la búsqueda de su hermano, de mi tío Julio desaparecido. Yo tenía miedo, también se dio como una especie de silencio entre nosotros en nuestra familia, no se podía hablar porque era remover el dolor. Si era contar el testimonio mi papá siempre lo contó, a mi mamá la escuché recién hace algunos años, sabía pero no porque ella me lo haya contado.

Juez Martín Bava: Acá lo importante es lo que usted recuerde y lo que ha sentido.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tiene referencia acerca de cuántas horas podrían haber estado en al auto en marcha?

Un par de horas porque ellos volvieron cerca de la una de la mañana porque al otro día trabajaban y lo estaban esperando. No creo que hayan pasado muchas horas.

Abogado querellante Víctor Benamo: Cuando el fiscal le mencionó la palabra abandono, es un delito que se está investigando que es abandono de personas, usted puede no saber la palabra técnica y esta figura requiere sobre todo cuando una persona de su edad quedan al cuidado de nadie. ¿Usted cree que podían valerse solos, arrancar el auto? ¿Podían solos resolver el problema del abandono?

Juez José Mario Triputti: Momentito, a ver, yo también soy padre y tengo hijos. ¿Qué edad tenía usted?

Cuatro meses.

Juez José Mario Triputti: La respuesta me parece que...

Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: Señor presidente la pregunta es absurda debe ser rechazada.

Abogado querellante Víctor Benamo: Yo me animo a defender que no es absurda pero no es para entrar en una polémica.

(...)

Juez Jorge Ferro: ¿Cuándo empezó usted a tomar conciencia de lo que le había sucedido?

Siempre, mi papá y todo el grupo de compañeros. Yo esto lo tengo muy claro. Mi mamá me contaba siempre un cuento desde que era muy chica que a través de eso pude descubrir el significado de esto. Muy brevemente lo voy a recordar.

Era un cuento de una gallina que se llamaba Carola que era echada del gallinero por poner un huevo cuadrado. Perseguida y echada por esto. Después de mucho peregrinar nace su pollito cuadrado y tiene que dar explicación por qué no encuentra un lugar para vivir porque simplemente, por el hecho de ser cuadrado.

Hasta que un día se despierta después de un sueño y se encuentra con un grupo de animales de diferentes especies y formas y le explican que en el mundo entero había mucho animales diferentes, de diferentes tamaños, formas, colores pero que todos tenían un único objetivo en común que era tratar de construir un mundo mejor para todos, donde todos tuvieran cabida a pesar de las diferencias. De un mundo más igual para todos.

A través de eso, con ese cuento yo pude comprender esto, eso fue lo que mis papás, mis tíos y sus compañeros me enseñaron y me dejaron.

Juez José Mario Triputti: ¿Quiere decir algo más que el tribunal deba conocer?

Simplemente agradecerles a ellos, a mi mamá, a mi papá, a mi tío Julio y a los amigos que hoy no están. Recordarlos a Cachito, a Bachi y a Tono. No están acá presentes físicamente pero ellos viven en todos nosotros, los desaparecieron físicamente pero no pudieron con sus sueños. Nada más.

Wenceslao Ariscure

73 años, docente, reside en Carmen de Patagones, casado, cinco hijos.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citado por el secuestra del matrimonio Meilán ¿usted los conocía?

Los conocía, habían sido compañeros de trabajo y la señora de Meilán había sido alumna mía de quinto año en el normal mixta.

En horas de la mañana del 1 de diciembre que ocurrió el hecho, yo formaba parte del gremio Unter de Río Negro y con el ingeniero Serrano que también integraba el gremio, iniciamos una serie de acciones tendientes a esclarecer el hecho. Fuimos a la comisaría de Patagones y nos dijeron algunas argumentaciones que eran las propias del régimen de esa época en el sentido de que habrían sido sus compañeros o que podían ser parapoliciales, fuimos a hablar con el intendente Goldaracena que más o menos siguió las argumentaciones que eran a todo resultado incomprensibles sobre todo cuando no tenían en cuenta que los hijos de la familia habían sido abandonados al momento de secuestro, los hijos tenían cuatros meses y un año y dos meses.

Hicimos un telegrama al presidente de la Nación, uno al obispo de Neuquén, De Nevares con quien teníamos estrechas relaciones, un comunicado a Taborda que era un periodista de Televisión Dos de Viedma con el cual tuvimos una discusión porque el comunicado tenía palabras que podían ser tachadas como 'secuestro' que podía cambiarse por desaparición, protestamos y el periodista cuando lo leyó dijo secuestro.

El primero que hablamos fue el doctor Cácamo que era secretario general de la gobernación. Era de Punta Alta y por su proximidad al gobierno creíamos que podía aportar algún dato, manifestó que no era de su incumbencia. Nos juntamos con Bonino que después de algunas resistencias le explicamos cuál era el motivo y manifestó que de acuerdo a la ideología del matrimonio Meilán podían ser Montoneros o paramilitares, no le preguntamos nada pero entendimos cuál era la significación.

Hicimos un comunicado denunciando el secuestro de esta familia.

A la Policía Federal de Viedma no fuimos. Lo conocíamos a Forchetti porque yo era director de escuela y habíamos tenido dos contactos pero resolvimos no ir no me acuerdo por qué.

Hicimos gestiones con monseñor Hessayne que había tenido una actuación muy especial porque tuvo que entregar en el V Cuerpo de Ejército al señor Chironi en calidad de detenido. Después no tuvimos más noticias hasta la liberación de la esposa de Meilán. Ese hecho ocurrió el 23 de diciembre de ese mismo año, fui a verla a su casa de Patagones. La vi muy deteriorada su imagen y aspecto con una idea de sufrimiento, a partir de ese momento colaboramos para que fuera posible ver a su esposo. A través de Hessayne pudimos ubicar a su esposo en Villa Floresta y que viaje.

Habíamos estado ya hablando y creímos que con el telegrama al presidente que podía haber sido suficiente pero estábamos bastante descreídos de los resultados de las gestiones nuestras. Después parecieron que fueron oficiosas porque el 23 apareció la señora de Meilán.

Entrevistamos al jefe de la Side, Martini, nos manifestaron que nadie sabía nada de la cuestión porque eran distintas jurisdicciones las que habían actuado. A partir de allí aparece un personaje que es el profesor Carlos Abel López que era oriundo de Bahía Blanca. Era director del Colegio Nacional de Punta Alta de donde fue relevado por el golpe del 55.

Pasó a trabajar como visitador médico y en un concurso que daba donde nosotros trabajábamos llegó como profesor. En el 71 aproximadamente estuvo a cargo de la rectoría del instituto y en un momento determinado por problemas de salud y políticos tuvo que tramitar la jubilación por incapacidad.

Después de las elecciones del 73 su partido político resuelve reivindicar su nombre y es designado en su colegio y cuando Tetu se hace cargo de esta casa de altos estudios él se hace cargo del Instituto Tecnológico.

Ahí lo entrevisté, era una cuestión gremial, López había conocido a los Meilán y cuando hablé con él se preocupó. Me sorprendió verlo rodeado de un grupo de jóvenes armados algunos de los cuales eran compañeros míos en el Don Bosco. Se interesó por todo lo que pasaba en Viedma y me expresó que la Armada lo había nombrado responsable de los temas educativos en Río Negro.

Mandaba tres personas de su confianza. El profesor Nani que era de educación física en Puerto Belgrano, un señor conocido como el Bocha Fernández y Dosso que era de esta casa que y tuvo un paso meteórico por el consejo profesional de Río Negro. Las personas que había dicho López llegaron, las entrevistamos en el Hotel Austral. Manifestaron sobre la intervención al Instituto de Educación Física de Río Negro en el sentido que si el profesor desplazado se avenía a ese desplazamiento no tenía ningún problema para trabajar en el instituto.

Toda esta cuestión nos lleva, avanzado el tiempo Meilán queda libre, tiene algunas dificultades porque no aparecían los quince días que había sido decretada su libertad y no era difícil que personas en esa situación no apareciera.

Hubo amedrentamiento sobre la casa de los Meilán. No sabíamos que pasaba y nuestro compañero de gremio toma contacto con un ingeniero que había sido su amigo y que usualmente manejaba una información reservada. La respuesta es que se tenían que ir porque les iban a hacer la vida imposible.

Tuvimos que hacer otra gestión porque los que le habían dado trabajo en una agencia a Meilán los obligaron a que los dejen cesante, lo mismo sucedió en otra firma. Finalmente Meilán pudo ingresar a hacer unas suplencias cortas.

(...)

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Sabe quién secuestró a Meilán?

Fue un grupo que incluso nos lo anunció el capitán Bonino, era un grupo de tareas. No supimos hasta ahora que se están ventilando algunos nombres que habrían participado, quiénes eran.

Juez Jorge Ferro: ¿Qué ideología tenían los Meilán?

Creo que ellos participaban en grupos sociales, progresistas y hasta ahí me animo a calificarlo.

Munardo Pedersen

71 años, jubilado. Está contratado por la UBA en Villa La Angostura. Casado, tres hijos.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citado por el secuestro del matrimonio Meilán ¿los conocía?

Los conocí la mañana del hecho. Me llamaron alrededor de las ocho colegas docentes a una reunión en la Escuela Normal para darme a conocer como a los demás que había desaparecido el matrimonio Rial Meilán.

Reunidos en esa secretaría firmamos varios habeas corpus y notificamos a lu15 radio Viedma sobre la desaparición.

Con motivo de la desaparición de un alumno, yo era rector del Instituto del Profesorado de Educación Física, creo que fue días antes de esto, el alumno García Sierra de primer año había viajado al parecer a Bahía Blanca y hablé con los padres y les pedi que pidan en la Embajada de España en Buenos Aires habida cuenta que eran españoles. Fui a la comisaría de viedma, en esa oportunidad no recuerdo que persona me atendió y como se dilataba pedí por Forchetti que había estado en varias sesiones de baños sauna en mi gimnasio. Ahí tuve la posibilidad de hacer un pedido de averiguación de paradero de Miguel García Sierra.

Hablé con él, solicité que me tome la denuncia, me dijo que no había necesidad de averiguación porque si hubiese pasado algo el lo había sabido. Le dije de mi responsabilidad institucional y no hubo respuesta.

No supe quién secuestró a García Sierra. Al matrimonio tampoco, sípuedo decir que pasado un tiempo escribí un pequeño libro en el cual Oscar Meilán y Luis García Sierra colaboran con su testimonio. El libro se llama Cartas y Notas al pedo, editado en 2003 aproximadamente, entre las páginas 21 y 61 están descriptas la situación por la que atravesaba el instituto, Oscar Meilán era profesor y Luis García Sierra había terminado de estudiar ese año.

(...)

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Supo que fue de su alumno García Sierra?

En algún momento posterior tuvimos conocimiento no solamente de que estaba Luis Miguel García Sierra sino también Oscar Meilán, detenidos desaparecidos primero y después se dio a conocer su presencia creo que en el centro clandestino de detención La Escuelita de Bahía Blanca.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Pudo preguntarle a Forchetti por qué no hizo la denucia?

No, di por hecho que el trámite se había cumplido y al tiempo fue intervenido el instituto en mayo del 77 y dado de baja. La desaparición fue en diciembre y el instituto fue intervenido el 27 de mayo del 77.

Leda Susana García

61 años, vive en Viedma, casada, tres hijos, ama de casa.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citada en relación al secuestro de Oscar Meilán y Vilma Rial. ¿Era amiga de María de los Ángeles Migone?

Sí la conocía, vivía con una amiga mía. Me acuerdo que salía con un señor de apellido Abelleira que trabajaba en la Policía Federal y me quedó el apellido porque yo era compañera de un contador del mismo apellido.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Al matrimonio Meilán lo conocía?

Fuimos compañeras de la carrera de psicopedagogía en la universidad. Me entero que los habían secuestrado en el malecón, que los habían llevado a ellos, que habían quedado los chiquitos en el auto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo quién intervino?

No.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Su amiga Migone le relató algún suceso que pudo relacionar con ese hecho?

No. Yo era amiga de Aurora Moreno, ella vivía con ella y por lo menos no me acuerdo que mi amiga me haya comentado nada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Con Aurora Moreno tuvieron conocimiento del hecho?

No.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En algún momento dejó una comunicación en el domicilio de Vilma Rial?

No, para nada.

Juez Jorge Ferro: Señora acá hay una constancia judicial que dice cosas contrarias a lo que acaba de decir, ¿usted declaró en el año 85?

No, me parece que no, no recuerdo.

(Le leen parte de la declaración anterior).

No estoy ocultando nada, ese hecho lo conocí después pero que me hayan dicho en ese momento no lo recuerdo para nada.

Juez Jorge Ferro: ¿Tampoco recuerda que le hicieron pasar por debajo de la puerta un papel a los padres de Rial?

No recuerdo, no sé eso que he firmado, sinceramente no me acuerdo.

Resoluciones del Tribunal Oral:

A lo solicitado por el abogado San Emetério respecto a que se citen en calidad de testigos a los doctores Révora y Casano no se hace lugar por resultar extemporáneo.

Al careo solicitado por la querella entre los testigos Tagliabue y Patricia Ré hace lugar por los argumentos informados oralmente por las partes.

A lo solicitado por Fiscalía que se remita copia del testimonio del testigo Bonini del día 2 de noviembre del corriente año el tribunal hace lugar.

A los desistimientos propiciados por la Fiscalía respecto a cinco testimonios el tribunal da lugar.

A lo manifestado por el defensor oficial Leonardo Brond se tiene presente y se han adoptado las medidas del caso con la autoridad competente cosa que a la salida se observará lo resuelto.

A lo citado por el defensor particular San Emetério respecto a copias de las declaraciones de Meilán, Ayala, Bermúdez y Rial el tribunal no hace lugar a lo peticionado dado que las actas serán entregadas a las partes al finalizar la recepción de toda la prueba testimonial.

El abogado San Emetério interpone recurso de repocisión respecto a la denegatoria de las actas y hace reserva de Casación. El juez Triputti informa que "oportunamente se tendrá en cuenta".

Bahía Blanca, 30nov11
Corresponsales del Equipo Nizkor

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