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DERECHOS

21dic11


Sinopsis de la audiencia de 21dic11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca


Comando V Cpo de Ejército.
Audiencia del miércoles 21 de diciembre de 2011

La audiencia contó con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).

Además, participaron el fiscal Abel Córdoba; la abogada Mónica Fernández Avello por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación y los abogados querellantes por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Walter Larrea y Diego Czerniecky. Por la defensa pública los doctores Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Luís De Mira, Hernán Vidal y Mauricio Gutiérrez.

El abogado De Mira pide que se le permita el arresto domiciliario durante enero al imputado Fantoni. La defensa oficial apoya el reclamo y lo extiende a los imputados Páez, Selaya y Mansueto Swendsen. La Fiscalía y la querella se oponen. El tribunal resolverá la próxima semana.

TESTIMONIOS

Angélica Claro

Docente, vive en México.

- Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citada por el caso de Mónica Morán, ¿la conocía?

- Sí mucho, era mi amiga, era compañera, cómplice en la poesía y el arte.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿En qué espacio se conocieron?

- Acá hicimos Las Criadas, en este escenario (por la sede del rectorado de la UNS). Éramos tres: María Rosa Escudero, Mónica y yo. Estábamos en Teatro Alianza. Llevábamos varios años, desde el 67, Mónica entra en el 72, ahí empieza nuestra amistad.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Luego estuvo permanente?

- Sí, siempre.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿El tipo de actividad que realizaban era objetivo de interés de las fuerzas represivas?

- En una etapa sí, cuando estrenamos La pueblada, las últimas funciones no las pudimos hacer, los afiches estaban cruzados por la Triple A. Esto fue en el 75. La última función en el Juan XXIII no la pudimos hacer.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría relatar el secuestro?

- Son las nueve de la noche, estamos por ensayar, es una obra para niños. Mónica está en la habitación que da a la calle, se sienten golpes muy fuertes y de pronto irrumpen en la sala muy fuerte y a los gritos con armas en la mano. No sé qué armas eran. Patean la puerta, entran cinco tipos. Aparentemente nos presentan algo que los representa, no vemos nada, dicen cuerpo a tierra. Éramos cinco, a Mónica no la ven, estaba en la habitación de al lado.

- Dicen 'dónde está Mónica Morán'. Mi esposo levanta la cabeza y le rompen la cara contra el piso, yo que soy lenta me paraliza la violencia no puedo acceder a las ordenes y retrocedo. Quedo contra la pared y ven que no me largo al suelo, se lanzan sobre mí y me dicen '¿vos sos Mónica Morán?'. Y en ese momento que me agarran otro de los tipos la encuentra a Mónica en la pieza de al lado y la tiran contra el suelo. Entonces, esto no tiene nada de heroína, pero no puedo decir que no soy Mónica Moran. Me llevan a mí muda como una idiota, sigo en la inmovilidad y Mónica que está en el suelo levanta la vista. Nos miramos, la última mirada entre ella y yo, levanta la vista y me regala la vida. Mirándolos a ellos dice 'yo soy Mónica Morán'. La agarran con mucha violencia, nos dicen que nos quedemos ahí, que no hagamos nada, que nos van matar. Quedamos como idiotas tirados en el suelo y no sabiendo qué hacer.

- Finalmente mi esposo dice "vamos a levantarnos" y nos damos cuenta que nos robaron la plata, gamutones, las pelucas de teatro y todos los papeles de identidad. Fuimos a hacer la denuncia, mi marido tuvo que ir a buscar la libreta de enrolamiento.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué pasos hicieron?

- Salimos enloquecidos, yo estaba muy mal. Hicimos la denuncia pero nos miraban como… creo que no nos dieron el apunte. Salimos enloquecidos, creo que nos vamos a la casa de Mónica. Fuimos a mi casa, recogimos documentos, llegamos a lo de Mónica avisamos a los padres que su hija fue secuestrada. No recuerdo la hora, frente a la casa de Mónica había un auto con gente, mi marido me lo marcó. Nunca pensamos que la iban a llevar a La Escuelita y que la iban hacer mierda y que la iban a fraguar en un enfrentamiento, nunca pensamos eso.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿La familia de Mónica pudo averiguar algo?

- Sí, nos decían que estaba controlado, nos decían que teníamos que denunciarlo públicamente. Cuando nos pasó a nosotros en 24 horas se supo.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿El hermano de Mónica que era marino dio pistas?

- No. Lo único que sé es que estaba muy mal, preocupado, fuimos por segunda vez no sé si esa misma noche y cuando volvimos para ofrecer ayuda me acuerdo que Dardo miró por la puerta y me dijo 'retrocede hasta el auto viene un hombre con una pistola'.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Ante que personas religiosas hicieron gestiones?

- No, a nosotros nos impidió la familia hacer gestiones. Nosotros quedamos inmóviles con lo de Mónica, éramos unos ingenuos, aprendimos.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuando la familia decía que lo estaba manejando a que se refería?

- Que la había visto alguien, que pasaría a la cárcel, que todo estaba tranquilo y se sabía por el hermano que era de la marina.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué se entera del desenlace?

- Es la tarde temprano después de comer, siento el grito de mi mamá que le dice a Dardo "venga". Él corre, cuando regresa me dice "mataron a Mónica". De ese momento tengo poca elaboración, yo sufro un shock muy fuerte. Pasado un tiempo Dardo me tranquiliza y en ese momento llega un alumno que se había inscripto en enero, Néstor Hernández. 'Tenés que tranquilizarte, no digas nada', me dice Dardo. Sospechábamos de él, hacía unos meses que dudábamos de él. Era normal que nos metieran un informante.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién era esta persona?

- Se llamaba Néstor Hernández.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Lo volvió a ver?

- No nunca más, desapareció.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Por qué dice que fue un enfrentamiento lo de Mónica?

- Acá no hay certezas, son comentarios. Estuve con Ernesto Malisia en derechos humanos y sé la opinión de los antropólogos que decían 'la mataron cuerpo a cuerpo'.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo dónde estuvo Mónica después del secuestro?

- No puedo dar certeza pero todos lo sabíamos, los comentarios después de la muerte de ella por sobrevivientes sé que estuvo en La Escuelita. En México hay muchos argentinos que la conocían de Neuquén, lo sabíamos por amigos comunes, por sobrevivientes. Mi mamá se enteró cuando yo estaba en la cárcel.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Dijo 'los viernes pasaban estas cosas' qué otro hecho conoció?

- Yo creo que cuando matan a un chico frente a casa, creo que era fin de semana no puedo asegurarlo. Los viernes se chupaban a la gente porque estaba inerme durante el fin de semana.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría relatar la persona que mataron frente a su casa?

- Esto fue finales del 76 fue en vivo y en directo. Éramos artistas y veníamos del Juan XXIII, mi esposo se había roto la mano y manejaba yo. Vengo por el puente Casanova serían dos o tres de la mañana subiendo por el puente. Voy a girar por la rotonda, mi casa estaba a media cuadra, vemos un camión del Ejército y muchos milicos nos tiran por encima del capot nos dicen "manos arriba".

Yo pongo marcha atrás y choco contra la pared del ferrocarril, después que paré avancé un poco, se escuchaban gritos espantosos de ellos y de la gente que estaba ahí. Dimos marcha atrás otra vez, estaban enloquecidos, parecían drogados como gritaban y saltaban. Nos dijeron que nos vayamos y nos fuimos la casa de un amigo. Mi padre no sé si percibió que íbamos en ese momento y mi padre con tiros y griterío salió al parque y dice mi mamá -porque mi padre quedó mudo todo el día. Mi padre subió a una pared y le decía a mi mamá que estaban matando a un pibe, fue una balacera, vimos la sangre.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál es la dirección de la casa de sus padres?

- Cerrito 567.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Fue testigo de algún otro operativo?

- Sí, en la Biblioteca Rivadavia en un concierto, fue después de la muerte de Mónica. Estaba la sinfónica y vimos las cabecitas por detrás de los vidrios de la biblioteca y vimos un oficial del Ejército que avanzaba con tipos de civil, empezaron a chequear a la gente del público.

Empezamos a espantarnos hasta que dejamos de tocar, el militar estaba abajo y el director le dijo 'qué pasa' y le dijeron que había que requisar a la orquesta, el maestro Walas le dijo que estábamos en concierto y dijo que de ninguna manera porque él daba fe por sus músicos.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿En algún momento fue privada de la libertad?

- Sí, fue el 21 de diciembre de 1978 después de medianoche. Fue un viernes cuando terminó el concierto de la orquesta. Cuando termina el concierto hacemos una cena de despedida de año, cuando termina nos vamos y dice uno 'vamos a tomarnos un café'.

Llegan dos amigos, también músicos, y tocan la puerta. Vemos un hombre de uniforme y otro sin uniforme, el de uniforme nos dice que nos llevaban decimos 'qué pasa'. Piden documentos. Me acuerdo que estaba vestida de concierto y el de civil me miró como diciendo '¿a esta mujer la vamos a llevar?' El de civil dijo 'tal vez no sea nada señora'. Cuando bajamos había tantos del Ejército, muchas armas y vehículos del Ejército. Nos meten en auto nos llevan por calle Saavedra, nos meten en una habitación, nos encierran. A José lo separan, se lo llevan aparte. Estamos toda la noche. Al amanecer lo veo a Chiche que lo están sacando, nos miramos, nos despedimos visualmente como antes con Mónica y ya no lo veo, ese día al atardecer nos pasan a Villa Floresta.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Dónde la tuvieron alojada desde la detención?

- En una comisaría.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿De la cárcel que nos puede relatar?

- Los interrogatorios, estar vendada incomunicada, cuando me venían a buscar me pasaban a la zona del Ejercito, no permitían que ninguna carcelera viniera conmigo. Me llaman y dice que 'no se vista vamos así nomás' y a la carcelera la paran 'a usted no", le dicen. Había dos autos, eran grandes. Con muchos tipos con armas.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Hay un sector de Ejército en la cárcel?

- Sí, para los interrogatorios.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué le preguntaban?

- Mi relación con artistas, creadores, si eran comunistas, marxistas, sobre el cónsul chileno.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Durante el interrogatorio había gente de la cárcel?

- No sé, estaba vendada.

- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Recuerda donde vivía la familia de Mónica Morán?

- Vivían cerca del Teatro Municipal.

- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Recuerda si tenían relación con algún sector de la iglesia?

- Posiblemente, ella era muy católica. Y la familia era católica, debería tener relación con alguna iglesia.

- Abogado querellante Walter Larrea: Mencionó que la familia le había dicho que no hicieran nada, ¿sabe si hicieron gestiones con la iglesia?

- Posiblemente sí.

- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Sabe si Morán tenía militancia?

- Sí, todos teníamos militancia política.

- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Comentó que el hermano de Morán era de marina e hizo gestiones, ¿en algún momento supieron si el operativo fue de la marina, lo escucharon de alguna persona?

- Nosotros no pensábamos que había sido la marina, pensábamos que fue el Ejército.

- Abogado defensor oficial: En su relato dijo que había un sector del Ejército en Villa Floresta, ¿puede describir cómo era físicamente?

- Como le dije me llevaban vendada. Me sentaban en una sala como si había muchas sillas. Me sacudieron bastante porque me obligaron a firmar algo. Lo que puedo precisar son dos lugares diferentes, lejanos a su lugar de detención.

- Juez Jorge Ferro: ¿Siempre dentro de la unidad?

- Sí.

- Abogado defensor oficial: Cuando le llevan desde su celda a otro lugar ¿escucha abrir y cerrar de puertas?

- Sí.

- Abogado defensor oficial: Además de esta sala y el trato ¿hay algún otro elemento que permita reconocer que eso era un ámbito del Ejército?

- Sí, los que me llevaron a mi casa no eran de la cárcel eran del Ejército. Cuando allanaron mi casa mi padre estaba en terapia intensiva y no sabía si estaba. Me llevaban diez personas, reconozco a uno que era el jefe del operativo, que era el mismo que interrogaba en Villa Floresta. Lo reconozco por la voz y porque tenía los brazos peludos. El señor era del Ejército.

- Abogado defensor oficial: ¿Cuánto estuvo en Villa Floresta?

- 26 días.

- Abogado defensor particular: Relató los hechos de Mónica Moran, después dijo que supo a través de personal de antropología ¿en qué circunstancias?

- Era cuando teníamos los derechos humanos, estábamos en democracia. Podría ser en el 87 o 88. Nos lo dice Ernesto Malisia que había estado con esta gente.

- Abogado defensor particular: Dijo que hizo actividades artísticas, ¿cual era su especialidad?

- Doble, fui integrante de la orquesta sinfónica y por otro lado empiezo posteriormente a realizar teatro aficionado y se va profesionalizando hasta que ganamos una beca.

- Juez Jorge Ferro: En la primera etapa del Teatro Alianza existía en el país un gobierno democrático, ¿sufrió algún tipo de cuestionamiento?

- No.

- Juez Jorge Ferro: En el 76 cuando sucede lo de Mónica Moran ¿la persona cuestionada es Mónica?

- No. Mis alumnas fueron Alicia Partnoy y Gloria Amado, tenían 15 o 16 años.

- Juez Jorge Ferro: ¿Refirió a Néstor Hernández?

- Todos los años abríamos una inscripción. En el caso de Hernández también se inscribió Aberasturi y otros chicos.

- Juez Jorge Ferro: ¿Este señor Hernández era de Bahía?

- Supongo que sí, la inscripción no la hacía yo, la hacía Juan Carlos.

- Juez Jorge Ferro: ¿Alguien lo conocía?

- No, nadie.

- Juez Jorge Ferro: Dijo que en un momento en un concierto entró el Ejército, ¿cómo sabe que eran del Ejército?

- Estaban vestidos.

- Juez Jorge Ferro: Dijo que Mónica era católica y militante política, ¿tenía simpatía por algún partido?

- Por la izquierda, todas las tendencias. El ERP, el PC, PCR, el peronismo. Después de lo de Mónica escribo mi primer cuento y se llama La Escuelita.

- Juez Jorge Ferro: ¿Cómo se entera de La Escuelita?

- Por comentarios, era como un mito y resulta que no. Después de los tiroteos se oyen muchas cosas del V Cuerpo, los tiros en la madrugada en la noche.

- Juez Jorge Ferro: ¿Cómo era Mónica?

- Era bella, tímida, muy sensible. Amaba los animales, muy seductora. Esa sencillez que tenía no provocativa. Teníamos un proyecto juntas de escribir, ella decía 'voy a escribir' tenía un personaje que era Sor Juana Inés de la Cruz. Era ingeniosa, lo compruebo yo estando aquí, era capaz de dar algo por el otro.

Mario Linares se nos infiltró durante Teatro para el Hombre (año 82). Y hay otra gente infiltrada.

- Juez Jorge Ferro: ¿Sospecha de alguna fuerza?

- Sí del Ejército.

Creo que hay muertes visibles de nuestros desaparecidos, las muertes físicas materiales, hubo otra muerte grande de montones de gente. Mi padre se infartó con mi propia aparición y desaparición, hay muchas muertes más.

Fernando Gustavo Chironi

- Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citado por el caso de su hermano. Relate lo que conoció y actúo al respecto.

- En 1976, en diciembre, mi hermano que vivía en Viedma a una cuadra de donde yo vivía me comentó que observó movimientos extraños de autos como si estaba vigilado. Lo tenía preocupado porque personas de su amistad habían sido secuestradas en Viedma y digamos, estaba casi seguro que estaba dentro de los que podían ser secuestrados o detenidos.

Yo tuve la oportunidad de venir a Bahía Blanca, conocía al mayor Páez, lo conocía de un destacamento militar en Puerto Deseado. Sabía que él tenía bajo su mando algunos temas operacionales del V Cuerpo respecto de la zona donde nosotros vivíamos. Le preguntamos si había algo contra mi hermano que fuera alguna causa por la cual pidió ser detenido.

Lo vimos en una dependencia en el centro de Bahía Blanca. Era una calle de las perpendiculares a la avenida Colón, era una dependencia que no tenía aspecto de oficina, de una unidad militar, parecía una casa de familia. Allí lo vi, nos atendió y lo hizo pasar a mi hermano a un recinto interior donde lo interrogaron, le preguntaron algunas cosas. No fue mucho, salió Páez nos dijo que nos volviéramos a Viedma que estaba todo bien.

Nos volvimos con alegría, era algo impensado. Cuando llegamos, las cosas que se observaban antes de vigilancia habían cesado y en esos días me encontré con un colega, el dr. Miguel Bermejo con el que tenía amistad y me dijo que el comisario Forchetti, que estaba a cargo de la Policía Federal, le había comentado que había una orden de detención para mi hermano y que esa orden era a cumplir de cualquier forma, entendimos que era legal.

Lo cierto es que lo fuimos ver, nos ratificó lo dicho a Bermejo y que la orden se iba a cumplir de cualquier forma. Le dijimos que íbamos a hablar con mi hermano. Era una salida que se presentara, lo detuvieran y quedara registrado su ingreso. Sabíamos con mi hermano, él tenía preocupación, probablemente estaría adivinando lo que podría pasar.

Evaluamos la otra alternativa, era que se vaya del país, no era un alternativa fácil. Vivíamos un tiempo donde había un poder absoluto que era muy difícil de sortear. Nosotros éramos muy jóvenes, no teníamos los medios ni los contactos así que fue una alternativa que la pensamos rápido.

Si sabíamos la consecuencia de lo que venía después hubiésemos extremado alternativas. Lo charlamos y al día siguiente lo llevábamos a la comisaría federal de Viedma, fuimos con Bermejo mi hermano y yo. Lo entregamos para que quedara detenido, quedó constancia, me acuerdo que en algún momento Forchetti comentó que estaba bien, era un buen resguardo pero era relativo porque alguien podía simular una fuga.

Nos quedó una sensación de que podía ocurrir de todo. Ese día queda detenido y al día siguiente lo fueron a visitar algunas personas, entre ellos monseñor Hesayne fue lo que le salvó la vida. Era una autoridad moral muy fuerte y fue la que posibilitó que el tema tuviera trascendencia y no era un detenido común sino digamos, por el cual se preocupaba una autoridad como el obispo de Viedma.

Al otro día ya no pudimos tener más noticias, presumíamos que iba Bahía oficiosamente, nadie nos notificó nada. Esto fue a mediados de diciembre, pasaron dos semanas sin noticias. Hasta que un día, era fin de año, un amigo de mi padre que era de Bahía lo llamó a mi padre y le avisa de que está detenido en Villa Floresta y que lo podríamos ver. Así que salimos desde Viedma, vinieron mis padres, la esposa de mi hermano, vino otro hermano mío Luis y yo.

Fuimos a Floresta y en la entrada notamos desconcierto, como extrañeza de los familiares, hasta que después lo íbamos a ver en una sala. El enfermero nos dijo que no nos asustáramos, que estaba muy estropeado. Al cabo de un rato vimos que no podía caminar solo. Estaba literalmente molido a palos, tenía un ojo totalmente cerrado, tenía marcas evidentes en su cuerpo que había sido torturado salvajemente de haber sufrido vejámenes, huellas de quemadura en su sien que las mantuvo el resto de su vida. Casi no podía hablar, contestaba con monosílabos algunas preguntas, sobre todo de mi madre.

Fue una sensación compleja, muy rara porque por un lado era muy difícil asumir que lo que estábamos viendo era real, que esa piltrafa humana era mi hermano. Por otro lado la verdad que teníamos una alegría de que estaba vivo. El enfermero que lo había traído nos dijo que 'hace unos días lo trajeron, era una morcilla humana'. Había sobrevivido porque Dios lo quiso, por causalidad. Eso fue algo que fue difícil relatarlo pero ocurrió así, estuvimos unos minutos así. Después lo pudimos seguir viendo, incluso en visitas colectivas.

Se fue recuperando, en esa visita la primera vez había un militar morocho alto, fornido, no recuerdo el nombre. Cuando estaba esperando se apoyó en mis hombros y me quedó la sensación de que el mensaje era 'vos estás bajo nuestro control'. Fue una actitud intimidatoria, después de eso vine a verlo a Catuzzi al V Cuerpo a presentarle mis quejas y pedirle explicaciones y él me dijo que el dolor purificaba y no quiso o no pudo darme una explicación de porqué estaba detenido. Sabíamos por lo que había pasado, estuvo desde fines del 76 hasta marzo del 78 aquí en Bahía y después en Rawson. Sé que vino Hesayne, no lo querían atender. No había mucho más que agregar a esta cuestión.

Tuve una discusión con Páez por teléfono cuando me vuelvo de Bahía a Viedma y le cuento a Forchetti las gestiones. Páez me llamó para recriminarme por la charla que habíamos tenido. Fue áspera la conversación. Además le digo que lo que me había dicho fue todo lo contrario.

Me acuerdo que la policía hizo un allanamiento en la casa de mi hermano, fui con Bermejo de testigo, buscaron material bibliográfico, no encontraron nada y pasó. Luego cuando estaba detenido, hubo un allanamiento en lo del suegro de él yo no estaba en Viedma me lo contaron mis padres. Había sido personal del Ejército, de la policía y buscaron en el patio como siguiendo algún tipo de instructivo de donde buscar. Encontraron alguna revista en el patio. Seguramente mientras lo interrogaban a mi hermano habría dicho lo de la revista.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿El lugar donde se entrevista con Páez era una dependencia céntrica?

- Sí.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Era en planta alta o baja?

- Era como una casa de familia en planta baja hasta la línea municipal con puerta y ventana. Cuando entramos era como el hall de un casa y una puerta. Como si fuese una casa de familia alquilada para funcionar.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Páez estaba de uniforme?

- Sí.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Páez se mostró ajeno al tema?

- No.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿De qué le preguntaron?

- Yo le pregunté y no me dijo nada significativo, le preguntaron por su actividad, militancia, pero nada más.

- Fiscal Abel Córdoba: Esa negativa de Páez de que no hay nada, ¿fue relevante para las decisiones posteriores?

- No sé, nos llevamos un gran desencanto, nos dicen que estemos tranquilos y después realmente hay un problema, fue una decepción y le diría como las cosas se precipitaron en realidad teníamos la decisión de presentarlo como lo narré.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Después del traslado Forchetti dejó de recibirlos?

- Sí.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo si se secuestraron elementos de los allanamientos?

- En la casa de mi hermano no y en lo de mi suegro algunas revistas.

- Fiscal Abel Córdoba: Le pregunto sobre la cárcel. Sobre lo que vio ¿alguien podía ignorar que fue torturado?

- No había posibilidad, no era una contusión, estaba muy afectado. Le costaba hablar. Hicimos un voto de silencio para no agravar su situación, cualquier expresión ponía en peligro la vida de mi hermano.

- Fiscal Abel Córdoba: ¿Esto igual le podía pasar estando en una unidad carcelaria?

- Sí. Las secuelas fueron terribles, le extirparon un testículo, tenía dificultades pulmonares y murió de cáncer. Las torturas fueron causante de estas dolencias.

- Fiscal Abel Córdoba: Quien fue su esposa y compañeros de militancia, en todos los casos, manifestaron la militancia política ¿por qué la tenía?

- Él fue un idealista, que vale la pena poner energías para mejorar nuestra sociedad. Eligió su camino, él eligió el de una brutal honestidad y consecuencia con lo que él creía y pensaba. Fuimos educados y criados en un hogar ejemplar donde nuestros padres nos dieron las posibilidades de vuelo en nuestras opciones y libertad y en ese marco militó en donde eligió.

- Abogado querellante Walter Larrea: Al momento de la detención de su hermano, ¿Forchetti era conocido?

- Sí.

- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Dice de quién emana el pedido de detención?

- De un juez seguro que no. Del tono de la charla estaba claro que era una orden que emanaba de una autoridad militar y por nuestra ubicación era el V Cuerpo de Ejército.

- Abogado querellante Walter Larrea: ¿A juzgar por el estado de su hermano es posible que haya jugado al futbol en la cárcel?

- Para mi era imposible. Estaba brutalmente golpeado.

- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Habló con algún juez?

- Sí, con el juez federal de Viedma, lo tomaban como algo natural. Los amparos eran inconducentes, yo sabía que eran inconducentes, no había posibilidad por esa vía.

- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Recuerda el nombre del juez?

- Sí, el dr. Casano era juez en Viedma, tenía confianza con él. Tengo los mejores conceptos.

- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: En la entrevista con Páez dice que lo interrogaron, ¿a usted lo separan?

- Páez viene, se lleva a mi hermano y yo me quedo con mi padre en el hall.

- Abogado defensor oficial: Sobre el lugar de la entrevista con Páez, ¿tiene más detalles?

- No, era evidente que funcionaba una dependencia militar. No recuerdo características que sobresalieran.

(La defensa oficial pide que se lea una declaración del testigo del año 1984 respecto a detalles contradictorios en la descripción de la casa donde se entrevistan con Páez).

- Abogado defensor oficial: ¿Por qué acude a Catuzzi?

- Porque era el segundo o el primero en el Comando y pensé que podía hablar con la máxima autoridad y como tenía la posibilidad lo hice. Pedí una audiencia y me la concedió.

Bahía Blanca, 21dic11
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