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DERECHOS

01nov11


Sinopsis de la audiencia de 01nov11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cpo de Ejército con sede en Bahía Blanca


Comando V Cpo de Ejército
Audiencia del 01 de noviembre de 2011

La audiencia comenzó pasadas las diez de la mañana con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).

Además, participaron el fiscal Abel Córdoba y los abogados querellantes Víctor Benamo y Mónica Fernández Avello por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación; y por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, los abogados Walter Larrea y Diego Czernieky. Por la defensa pública los dres. Gustavo Rodríguez, Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Walter Tejada, Luís De Mira y Eduardo San Emetério.

El primer testimonio fue el de María Rosa Escudero en torno al caso Mónica Morán, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, nacida el 23 de mayo de 1949 en Bahía Blanca. Morán vivía en Espora 163 junto a sus padres y se dedicaba a la labor docente, elaboración de títeres, la escritura de guiones y el trabajo en obras del grupo de teatro "Alianza". Fue secuestrada el 13 de junio de 1976, la vieron en La Escuelita y su cuerpo fue montado en un falso enfrentamiento organizado por el Ejército doce días después.

Escudero compartió actividades con Morán en el grupo de Teatro Alianza y fue testigo directa del secuestro en la sala de ensayos de Rondeau 220.

José Luis Morán, hermano de Mónica, relató que "fui el primero que me enteré por radio, por LU2 que había un enfrentamiento de subversivos contra las fuerzas leales, decían. En la calle Santiago del Estero y Nicaragua, y creo que eran tres muchachos y dos chicas, una de ellas Mónica Moran".

"Mi hermana tenía ideas contrarias al gobierno, ella iba en contra de la oligarquía, ella se inclinaba, colaboraba en Villa Nocito ayudaba. Y allá en Neuquén era lo mismo. Estaba en contra del gobierno militar", manifestó.

Gladys Sepúlveda llegó desde Neuquén para presentarse ante el TOF. Es empleada de la Universidad del Comahue donde conoció a Mónica. Fue detenida el 14 de junio de 1976 en la comisaría de Cipolleti. Antes habían capturado a sus padres para presionarla y lograr que se entregue. De allí la mandaron a la Unidad 9 de Neuquén.

En un avión fue trasladada junto a otras detenidas: "Nos torturan, nos tiran como bolsas de papa, nos llevan a otro lugar donde yo escucho las voces, reconozco las voces de otras personas de la Escuela Social".

A pesar de la capucha pudo ratificar la presencia de Morán en el centro clandestino de detención y torturas La Escuelita. Allí la picanearon por sus lecturas y su participación gremial y política en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Mencionó "al Laucha" como uno de los guardias.

Luego fue llevada a la cárcel de Villa Floresta -donde leyó en el diario sobre el enfrentamiento en el que hicieron aparecer el cuerpo de Mónica- y a Devoto. En agosto de 1979, con 24 años, se asiló en la República Alemana hasta enero de 1985.

Pedro Daniel Maidana en 1973 era estudiante de la Escuela Técnica Nº1 de Cutral Co, Neuquén, participaba "en el centro de estudiantes, también espacios sociales y políticos, grupos juveniles de las iglesias de los barrios, en grupos de familiares de detenidos de fines de 1975, en actividades más sociales, en reclamos, adhiriendo a movidas de los sindicatos de la construcción, reclamos por la ley Nº 1050. Me interesó la política y profundizar las ideas nuevas de izquierda que estaban circulando". Era militante del PRT-ERP.

Fue secuestrado el 14 de junio de 1976 cuando iba a la escuela. Fue trasladado a Bahía Blanca e interrogado en La Escuelita: "En algún momento, el Tío trae a una chica, una compañera, que asegura que debo conocerla, dice que es Ángela, yo niego haberla conocido, después ellos conversan y se la llevan, esta chica era una conocida pero lo negué. Tenía esa postura, negaba muchas cosas y no me iba a comprometer en esas circunstancias. Era un tire y afloje entre los dos yo tenía una postura ideológica firme frente a mis verdugos. Ángela era Mónica Moran era militante del PRT y había estado en la zona de Cutral-Co".

Dora Seguel, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores relató cómo fue su secuestro en la provincia de Neuquén y su posterior traslado al centro clandestino de detención y torturas La Escuelita donde compartió cautiverio con dos de sus hermanas y pudo reconocer a Mónica Morán. Además denunció la violación que sufrió en la comisaría de Cutral co y los abusos sexuales sufridos por cautivas que no logró identificar en el centro clandestino Bahiense.

Por la tarde fue el turno de Jorge Alberto Bernardi quien en mayo de 1976 fue convocado al servicio militar en dependencias del Comando V Cuerpo de Ejército en la compañía Servicios. Fue secuestrado cuando salía de franco y pasó unos días en el centro clandestino La Escuelita.

Aseguró que el entonces subteniente Mario Carlos Méndez -imputado en el juicio- fue quien lo marcó para ser detenido ilegalmente. Supuso que su secuestro estuvo motivado por su paso por el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur donde era ayudante: "Economía estaba muy politizado".

Luego el ex director de la Escuela Nacional de Enseñanza Técnica 1 de Bahía Blanca, Héctor Herrero relató los detalles que conocía en torno al secuestro de un grupo de alumnos y un profesor de su institución en diciembre de 1976.

Por el mismo caso prestó declaración Guillermo Adolfo Roth, hermano de Gustavo Roth, sobreviviente de La Escuelita al igual que el testigo Néstor Daniel Bambozzi.

Pasadas las 19 la audiencia entró en un cuarto intermedio hasta el miércoles 2 de noviembre a las 9 de la mañana.

TESTIMONIOS

María Rosa Escudero

Nació el 12 de julio de 1944, divorciada, es jubilada.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citada por el caso de Mónica Morán, ¿nos podría contar cuál era su actividad en el año 1976?

Yo en 1976 me ganaba la vida en un sindicato de mecánicos como empleada administrativa. Mi conexión con Mónica era por el teatro, pertenezco al teatro Alianza, soy su co fundadora, durante estos años me dedico a esta profesión".

Fiscal Abel Córdoba: Nos podría relatar los hechos que ha vivido en relación al secuestro de Mónica Moran.

Nosotros estábamos en el grupo que éramos dos matrimonios y Mónica. Estábamos esa noche, el 13 de junio del 76 -aproximadamente 21 horas era una noche fría- ensayando estábamos en Rondeau 220, en una casa tipo chorizo y en la última habitación de esa casa era donde estábamos ensayando una obra para niños y Mónica Moran estaba en otra habitación haciendo sus títeres, porque estaba por salir del gira por el mundo o por lo menos por el país con sus títeres.

Estábamos ensayando, se abre violentamente una puerta que daba a la sala y aparece un hombre muy joven que tenía un arma corta, supongo que era una pistola, y otras cuatro personas atrás varones también con armas cortas, creo que eran ametralladoras porque de eso no tengo mucha sapiencia.

Rápidamente nos tiraron al suelo, preguntaron 'Quién es Mónica Morán'. Todos quedamos rígidos y muy estupefactos por esa irrupción era tan violenta y pedirnos que dijéramos quién era Mónica Moran era tan intempestivo que ninguno abrió la boca. Entonces ellos volvieron a repetir muy enojados 'Quién es Mónica Moran'. Entonces Coral Aguirre hizo el intento de levantarse y en ese momento Mónica Moran dijo 'Yo soy Mónica Moran' y rápidamente la tomaron de un brazo con su cartera y la arrastraron hacia afuera. Cosa que obviamente no vimos porque estábamos en la habitación. Nos llevaron nuestros abrigos, nuestras carteras y documentos, el dinero que podíamos tener en ellos. Por lo que siempre deduje que además de asesinos eran delincuentes comunes. También se llevaron pelucas con las cuales íbamos a hacer nuestra obra infantil.

Un momento antes de esto, recuerdo ahora, Dardo Aguirre levantó la cabeza del suelo preguntando qué pasaba y uno de estos hombres le dio un gran puntapié que rápidamente le provoco una hematoma así saliente y luego cuando se retiraron también era así todo muy rápido como se ve en las películas y dijo que no nos moviéramos de allí o nos iban a matar, cerraron la puerta se fueron y escuchamos a lo lejos quietitos y ahí pegados a la puerta creo que dos automóviles, esperamos unos minutos. Y los varones del grupo salieron rápidamente a dar cuenta de este hecho a todas las comisarías. A una cuadra estaba la Federal esto era en la Ranchería sala de teatro donde hacíamos nuestra obras, no le quisieron tomar la denuncia y así fueron por todos lados hasta el comando radioeléctrico donde les dijeron que ellos no podían hacerse cargo de eso. Entonces fueron a la casa de los padres de Mónica Moran a avisarles, luego me entero que la manzana estaba rodeada por fuerzas de seguridad, y no sé si le pudieron avisar en ese momento del rapto de Mónica Moran, del secuestro de Mónica. Después nos enteramos que el papá de Mónica dijo que no hay que preocuparse porque el capellán del V Cuerpo, donde dijeron que después estaba, es conocido del sacerdote de la parroquia San Luis Gonzaga que estaba pegada a la casa de Mónica en calle Espora 103, no estoy segura de la numeración. Y entonces cuando le preguntábamos al papá cómo iba todo, como no sabíamos nada de Mónica él decía 'Tranquilos, tranquilos el capellán me dice que ella está muy bien pronto va a salir'.

El 24 de junio de 1976 escuchamos por la radio que en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad había sido abatida la subversiva Mónica Morán en una casa de calle Santiago del Estero no sé la numeración, con otra tres personas de las cuales no dieron su filiación.

Luego sé que a los padres de Mónica se les dio el ataúd tapado, no pudieron ver quién estaba allí adentro y tampoco nos permitieron acercarnos al velatorio y por mucho tiempo fue vigilado el lugar donde fue enterrada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿El nombre de su ex marido? ¿Recuerda como estaba vestida Mónica ese día?

Mi ex marido es Jorge Cesar Surque.

Ella en general iba siempre con vaqueros y una camisa, como era de invierno, seguramente llevó un abrigo. Ella era una joven muy bella y frágil tenía problemas de hígado y tomaba mucho té de boldo, fumaba cigarrillos Parliament. Era muy blanca con sus cabellos negros, era una gran poeta.

En el '87 en este lugar -por la sede del rectorado de la Universidad Nacional del Sur donde se desarrollan las audiencias- hizo el Teatro Alianza 'Angelario' que es la teatralización de los poemas de Mónica, obviamente ya fallecida en esa época y donde se habían perdido esos poemas y que afortunadamente se encontraron y aquí en este lugar ofrecimos a la APDH de Bahía Blanca, que en ese momento era su secretario general Ernesto Malisia, ofrecimos a la comunidad esos poemas que son absolutamente bellos y fueron hechos en muchos lugares y permanentemente todos los 24 de marzo tomamos algunos de esos poemas y los vamos diciendo y poniendo en conocimiento de la gente que no conoce mucho de esto.

Fiscal Abel Córdoba: Le pregunto por el grupo que entró a secuestrarla, ¿Ellos se identificaron como perteneciendo a alguna fuerza?

En absoluto, ellos estaban de civil. Si yo los hubiese visto en la calle eran muchachos corrientes. Vestidos con jeans, camperas inflables que se usaban en esa época con un pelo tampoco muy rapado, lindos tipos si los veía en la calle no podía decir que eran asesinos.

Fiscal Abel Córdoba: En relación a lo del Capellán usted dice que le hacía llegar a la familia detalles del estado de Mónica ¿Él la vería durante el cautiverio?

No lo conozco, además no sé el nombre de él. Supuestamente eran todas mentiras desde mi punto de vista porque si la hubiera visto en el estado que estaba, porque después nos enteramos había sido torturada y de manera terrible, entonces si lo sabía le mentía a la familia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿De la casa de calle Santiago del Estero sabe algo? ¿Quién vivía ahí?

Solamente las casualidades que a veces ocurren. Yo trabajaba en ese sindicato y había una joven trabajando allí que me dice que una tía de ella que vivía enfrente de esa casa esa noche escuchó mucho ruido camiones que iban y venían. Esta señora miró por la mirilla porque le llamó la atención tanto ruido a esa hora inusual para la época y vio que tiraban algo. Luego al día siguiente salió la noticia que Mónica Morán había sido muerta en un enfrentamiento y ese enfrentamiento no existió. Era una casa además que estaba hacía mucho tiempo desabitada, no vivía nadie.

Fiscal Abel Córdoba: Sobre el velatorio, ¿había presencia de inteligencia o de vigilancia en ese lugar?

Nosotros íbamos a ir con el grupo, y un amigo nuestro había pasado y nos dijo que no vayamos, estaba lleno de gente custodiando no sé si eran de uniforme o no. Pero van a tener por ahí problemas con todo el dolor que nos causaba no poder estar porque ella tenía un sentimiento muy fuerte con todo esto, era muy solidaria con los demás, nosotros por muchos años nos quedamos con una culpa y una falta por no darle el ultimo adiós.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En el lugar donde fue inhumado el cuerpo hubo vigilancia?

Sí. No pudimos pasar por ahí y por mucho tiempo no dijeron dónde estaba ella, en el pabellón de los españoles había vigilancia. Hace unos años ya en democracia hemos ido con Coral Aguirre cuando viene de México a visitar ese lugar.

Fiscal Abel Córdoba: Usted mencionó recién la exhumación del cuerpo ¿recuerda por qué?

Según contó Ernesto Malicia, vinieron los médicos forenses, no sé qué asociación es la que estaba buscando una verdad de los años negros de nuestro país.

Entonces algo que me emocionó profundamente, Ernesto nos contó que cuando exhumaron el cuerpo de Mónica estaba intacta, porque como la habían acribillado parecía que se había desangrado de tal manera, no sé si es verdad no tengo esos conocimientos, que una persona que se desangra lentamente luego su cuerpo continúa casi igual.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía militancia?

Eso no lo conozco, ella entró al grupo en el '71, muy ansiosa de conocer de teatro, era una chica muy capacitada. Los lineamientos del grupo eran una cuestión social. Siempre hemos hecho obras, menos al principio cuando fuimos aprendiendo, eran obras europeas y luego fuimos sacando y haciendo obras, ella trabajo conmigo y Coral Aguirre en "Las criadas" y luego cuando vino "Puerto White de 1907 historia de una pueblada" que fue uno de los hitos que tuvo este grupo por fuera y dentro del país porque mostró una realidad desconocida totalmente porque en los libros de historia la huelga de puerto White consta de dos o tres líneas solamente.

Le pedimos a David Viñas que nos escribiera una obra y él nos dijo 'No, primero busquen en su ciudad algo debe haber, siempre hay algo'. Entonces Coral Aguirre, Juan Carlos Torresi, ya fallecido, le dijeron que en White había algo para ver, empezaron a hurgar y todavía quedaban algunos sobrevivientes de la época de la huelga o familiares y así se armó todo que duró como 6 meses la investigación. Así nació nuestra creación colectiva donde trabajaba Mónica Moran por eso digo solamente la conozco de ese punto de vista.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Este grupo de teatro estaba infiltrado por grupos de inteligencia?

En esa época todos los grupos tenían siempre alguien que entraba a los grupos para aprender teatro entre comillas, pero eran muy toscos para hacer su tarea en el sentido de que hurgaban de manera muy brutal en una biblioteca por ejemplo, entonces empezaban a ver qué libros había, si ensayábamos en una casa que había en su interior de manera que nos llamaba la atención y nos dábamos cuenta.

En la época de Mónica vino un muchacho que se llamaba Néstor Hernández a tomar clases de teatro y dijo que trabajaba en la SIDE y que trabajaba de noche en teléfonos del estado. Como era dicho tan a boca de jarro. Y dijo que lo cooptaron en el servicio militar para realizar esa tarea, y amaba el teatro y era un tipo que siempre estaba dándonos una mano como jamás se nos ocurrió que podía ser un traidor. Luego del secuestro y muerte de Mónica levantamos la ranchería obviamente no quedo allí la sala, no seguimos en ese lugar y a este hombre jamás lo vi.

El teatro es peligroso porque habla, deja escrito lo que piensa y de pronto hay cosas que no gusta escuchar o no se debe ver, no se debe instruir a la gente sobre algunas cosas históricas entonces desde ese punto de vista yo creo que el teatro es una gran arma y cuando hay regímenes totalitarios no es bueno porque hay una fisura que pone el teatro entre el entender de la gente, de la mayoría de un pueblo y estos sectores que pretenden acallar esas ideas.

En 1987 estrenamos los poemas de Mónica, vino la mamá de Mónica doña Paula y también vino su hijo mayor que había sido oficial del la Marina y que por todo este problema había sido dejado cesante.

Abogado querellante Walter Larrea: Además de la actividad teatral ¿qué otra actividad laboral tenía Mónica Morán?

Ella era maestra, primero trabajaba en una especie de droguería cuando la conocí. Se ocupaba más de escribir y hacer los títeres sobre todo.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Qué edad tenía cuando es secuestrada?

Había cumplido 27 años el 23 de mayo.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Qué consecuencias tuvo el asesinato de Mónica a su familia?

Ellos se sentían muy dolidos y no entendían, eran gente sencilla, donde criaron a sus hijos amándolos. Ella era su bebé porque era su hija del medio y la única mujer, era una joven tan trasparente.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Y este hermano militar de Mónica usted sabe si realizó gestiones al momento del secuestro?

No sé. Yo creo que el fue destituido de la Marina.

Abogado querellante Walter Larrea: Después del asesinato de Mónica ¿vivió con miedo?

Y sí, todos esos años viví con miedo, eran años terribles de muerte permanente no solamente por el asesinato de Mónica. No era como decían algunas personas que querían ser inocentes y decir 'No me di cuenta', uno se daba cuenta de todo si quería verlo.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿El teatro es una actividad subversiva?

No veo por qué. El teatro es una bella forma de darle al ser humano belleza, cuanto más belleza recibe mejor ser humano es.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Por qué no les tomaban las denuncias cuando secuestraron a Mónica?

En un momento no sé en qué comisaría, nos contaron nuestros compañeros, que algunos policías se miraron y dijeron 'Ah… debe ser por zona liberada'.

Siempre se me ocurrió, y esto corre por mi cuenta, estos asesinos que entraron allí no eran de este lugar porque por ahí uno se los podía encontrar, además venían a cara descubierta sin ningún problema y tenían una gran solvencia para hacer todo.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Posteriormente usted u otro integrante del grupo se sintió perseguido?

No. Cuando digo de la obra de teatro 1978 Silencio Hospital. Dos de los integrantes del grupo fueron desaparecidos por unos días que fueron Coral y Dardo Aguirre el 21 de diciembre de 1978, pero como la Asociación de Actores es muy solidaria entonces bregamos con la gente de Buenos Aires buscando estos compañeros que no aparecían en ningún lado y después de un tiempo aparecieron en Villa Floresta donde estuvieron un mes encarcelados.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted sabe quien le entregó el cadáver de Mónica a sus padres?

No lo sé.

Juez Jorge Ferro: ¿A qué atribuye el secuestro de Mónica?

Yo creo que fue una de esas cosas que la vida hace, pienso que fue una denuncia que no correspondía, podría haber sido ella o cualquiera de nosotros, eso es lo que creo.

Por último quiero decir que mi testimonio haya servido y que Mónica Moran tenga la justicia que merece, ese es mi deseo.

Fin del testimonio.

El abogado defensor particular Eduardo San Emeterio pide que se solicite información a la SIDE y a otros organismos y en caso de ser así se lo cite al Néstor Hernández mencionado por la testigo. El fiscal Abel Córdoba dice que en el ofrecimiento de prueba ya ofreció como testigo a Hernández, que estaba prevista su declaración y que el resto de las medidas que propone la defensa son propias de la instrucción y no del juicio. El tribunal le dice que no se especificó por la Fiscalía el lugar donde vive Néstor Hernández. El juez Triputi ante la no existencia de un domicilio de la persona mencionada advierte que van a tratar de ubicarlo solicitando información a organismos del estado.

José Luis Moran

59 años, vive en pareja, es pintor.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Puede decirnos cómo estaba conformada su familia en el año 1976?

Mi familia era padre, madre, hermano, hermana y yo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuáles eran las ocupaciones de sus hermanos?

En ese momento mi hermano era teniente de fragata de Marina y mi hermana en el '76 estuvo todo el año acá, daba clases, era artista.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Dónde había estado antes?

Ella estaba antes en Neuquén. No recuerdo si ella estaba desde principio de año o al principio de ese año estuvo acá.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría relatar lo que sabe sobre el secuestro y posterior asesinato de su hermana?

En el secuestro ella estaba dando clase en la ranchería de calle Rondeau al 200. Ahí en un momento llegó gente, viniendo a buscar a Mónica Moran. Como ninguno dijo quien era sacaron a una señorita. Cuando ya la sacaban mi hermana dijo que ella era Mónica Moran, dejaron a la otra chica y se la llevaron a mi hermana.

Me enteré a la noche cuando vinieron a avisar amigos de Mónica que estaban en ese lugar diciéndole a mi padre lo que había sucedido, que la habían secuestrado.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Por medio de su familia se hizo alguna gestión?

Por medio de la iglesia se intentó, mi hermano por algunos contactos por ser de Marina. Pero tengo entendido que nadie sabía nada.

En ese entonces vivíamos al lado de la iglesia de San Luis Gonzaga de la calle Espora y mi madre estaba un poco vinculada. Mi padre fue a ver pero no sé a quién.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sobre las gestiones de su hermano?

Precisiones no. Sí que averiguaba dónde estaba, quien la tenía.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuántos días estuvo desaparecida?

Aproximadamente 15 días estuvo secuestrada.

Yo fui el primero que me enteré por radio era sobre el mediodía por LU2 que había un enfrentamiento de subversivos contra las fuerzas leales, decían en la calle Santiago del Estero y Nicaragua y creo que eran tres muchachos y dos chicas una de ellas Mónica Moran.

Yo estaba en la casa de mis padres cuando se escuchó esa noticia, voy ligero como mis padres, estaban viendo televisión a ver si pasaban la noticia y justo agarré tarde y mi padre me paró ahí para escuchar a ver qué pasaba y ahí se enteró toda la familia.

Fiscal Abel Córdoba: A partir de ahí, ¿cómo siguió todo, les entregaron el cuerpo?

Se entregó el cuerpo, se le dio velatorio. Y no sé.

Respecto del cuerpo de Mónica el testigo menciona que el único que vio el cuerpo fue su hermano. "Hay cosas del cuerpo que después nos enteramos. Se hablo de las perforaciones que tenía, perforaciones de bala, en ese momento se hablaba de 42 impactos de bala. No se recibieron directivas" para que se vele el cuerpo de Mónica a cajón abierto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted supo si ella estaba amenazada?

Antes de que ocurriera el hecho sí porque ella sabía que empezaban en la universidad de Comahue a desaparecer amigos de ella. Ella tenía su temor pero no quería irse de la Argentina ella tenía ofrecimientos para irse y no, ella quería seguir con su idea o ideal.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe si su hermano fue sancionado en la fuerza por la relación con su hermana o con el hecho?

Mi hermano al poquito tiempo se tuvo que ir de la fuerza. En su momento me había dicho, él tuvo que renunciar. Era más o menos así, el hermano de un subversivo no podía estar en la fuerza.

El daño familiar fue total. Para mis padres fue un sufrimiento, porque después se empezaron a enterar de cómo vivió en cautiverio, de todas las torturas que le hicieron, como que ya no tenía razón ser, de vivir para mis padres Mi familia fue una antes y otra después de 1976.

Supe por comentarios que estuvo en La Escuelita. No recuerdo quién los hizo. Inclusive en los Juicios de la Verdad hubo testigos de que la escucharon cuando la torturaban para que hablara. Uno se fue enterando de esto con el tiempo. En ese momento no sabíamos ninguno que estaba en La Escuelita.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Por qué se veló el cuerpo de Mónica a cajón cerrado?

No puedo decir bien el por qué. Eso fue manejado por mi hermano y eran momentos de confusión, de nerviosismo, de tristeza.

Abogado Walter Larrea: ¿Recuerda si en el velatorio hubo personal militar?

Recuerdo que hubo gente en el velatorio que dijo haber visto en las inmediaciones gente sospechosa como que estaban vigilando, a mí personalmente no me consta. Sé que hubo gente que no fue por temor, eran amigos de ella que se lo comentaron a mi madre. Vecinos que por temor no habían ido.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: Usted dijo que su hermana tuvo un ofrecimiento para irse del país y no lo hizo para seguir con sus ideales. ¿Podría decirme cuales eran esos ideales?

Los ideales de Mónica, los ideales eran ayudar al prójimo. Hacía donaciones, obras de teatro, a ella le gustaba ayudar a la clase pobre y tenía una forma de ser, ayudaba mucho al que necesitaba. La tengo en esa idea.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: ¿Su hermano el teniente de fragata vive?

No, falleció.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted le conoció militancia política o gremial a su hermana? ¿A qué atribuye la muerte de su hermana?

Mi hermana tenía ideas contrarias al gobierno de ese entonces, ella iba en contra de la oligarquía. Ella se inclinaba, como colaboradora en Villa Nocito, ella ayudaba. Y allá en Neuquén era lo mismo estaba en contra del gobierno militar.

Juez Martín Bava: ¿Su hermana qué hacía en la Universidad del Comahue?

Yo ahí no la tengo bien presente, ella estaba viviendo en Cutral co y en Neuquén. Ella era artista. No vivió mucho ahí, tres años más o menos.

Gladys Sepúlveda

59 años vive en Neuquén es empleada administrativa de la Universidad del Comahue.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted conocía a Mónica Morán?

Si, conocí a Mónica Moran porque ella trabajó un par de meses como empleada administrativa en una dependencia de la Universidad del Comahue y también porque frecuentaba un círculo de amistad dentro de la universidad donde estaba yo también. Esto fue en el '75 y '76 más o menos. A mí me detienen el 14 de junio del '76 en la comisaría de Cipolletti, habían detenido mis padres buscándome a mi no me encontraron me presionan de esa forma, mis padres piden que me presente.

Voy a la comisaría y quedo detenida. Después de un interrogatorio me dicen no tenemos nada como policía de Río Negro si no que la busca el V Cuerpo de Ejército. Esa noche quedo en la comisaría de Cipolletti y después en al Unidad Nº 9 de Neuquén. De allí a la salida nos hacen formar fila y entre esas personas reconozco a unas compañeras de la Escuela de Servicio Social de la que además de trabajar era alumna, entonces estaban Elida Cifuentes y Nora Rivera y dentro del grupo juvenil se destaca un señor calvo que cuando nos llevan a la cárcel una de las compañeras que estaban allí detenidas posteriormente a mi llegada al penal de Villa Floresta coincide la descripción que yo hago ,este señor es Carlos Alberto Yelam que es esposo de Virginia Rita Requia.

Después somos trasladados, yo pensé que me iba en libertad porque nos hacen firmar unos papeles y nos suben a todos a un celular. Luego a nosotros nos suben a un avión, que yo no sabía tampoco, porque desde el celular teníamos vendados los ojos y pierdo la capacidad de discernir qué era en lo que nos trasladaban hasta que nos trasladan a un lugar donde tampoco sabía, donde nos torturan, nos tiran como bolsas de papa, nos llevan a otro lugar donde yo escucho las voces, reconozco las voces de otras personas de la Escuela Social Susana Mujica que era una profesora, Cecilia Vecchi que era una compañera de estudio, Mirta Tronelli que era otra compañera de estudio y Alicia Pifarre que era alumna de la carrera de Letras.

En esos días allí no las vi, escuché sus voces y las reconocí, traen a otra persona que reclama sus lentes de contacto, ella es Mónica Moran que la reconozco por la voz, está un par de días y se la llevan, escucho como que le tapan la boca, hay forcejeos e insultos y se la llevan de ese lugar.

Luego preguntamos, no podíamos hablar, intentábamos si había alguna respuesta, y preguntamos por ella y dijeron que teníamos una marca en la frente cada uno de nosotros y que alguno era de un color que indicaba si íbamos a vivir o morir.

Esta compañera Mónica Moran es la que dijo estamos en Bahía, yo no sabía donde estaba y ella dice escuchen en la lejanía la sirena de los barcos y efectivamente en la noche se escuchaba. En esos días también, no puedo precisar las fechas desde el 15 pierdo noción del tiempo, pero se llevan del lugar a Cecilia Vecchi y Susana Mujica y que están hoy desaparecidas.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién detuvo a sus padres?

La policía de Río Negro y allí se originó un problema porque los vecinos hicieron un mínimo de resistencia e intervino el cura párroco también y a los días levantaron la incomunicación.

Fiscal Abel Córdoba: Cuando usted se presentó, ¿su familia fue liberada?

Sí, porque supongo debe haber sido por esa causa le levantaron la incomunicación, y estaban aterrorizados, me presenté y fueron liberados.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Fue sometida a algún tormento en ese lugar?

Ahí en esa cárcel fui sometida a un interrogatorio acerca de mis compañeras de estudio de la carrera y después me dijeron que no tenían de qué acusarme sino quien la busca a usted es el V Cuerpo.

De la comisaría me llevan a la Unidad Nº 9 de Neuquén desde la mañana del 15 de junio hasta el atardecer que allí nos sacan a todos con un grupo de jóvenes.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted sabe si su ingreso a la Unidad 9 quedo registrado por fotos, huellas o el fichaje de un interno?

No lo recuerdo, sé que hay listados de mi paso por allí. Me hacen firmar un papel que me voy en libertad. Pero nos hacen ir hasta un celular, nos vendan, nos golpean, nos llevan a otro lugar que después deduzco que es un avión, hasta Bahía Blanca.

Bajamos escaleras, nos tiran como bolsas de papa que íbamos todos apilados, que después se moviliza hasta otro lugar y allí percibo como galpones grandes que hacen eco de alguien que esta declarando, pasos de las botas de los militares y llantos de la gente que estaba allí. Llegamos a ese galpón nos forman en fila contra una pared y nos dicen que nos van a fusilar, previo nos retiran pertenencias como el reloj o los documentos que podías tener en el bolsillo de la ropa, a mi me insultan particularmente por mis rasgos aindiados.

Fiscal Abel Córdoba: ¿La torturaron?

Sí, después de ese lugar, viene alguien que percibí alto, culto por la forma de expresarse, me interroga, me pide que colabore que no me haga maltratar que dé información que sé y si no que me van a llevar al quirófano. Como el señor entendió que no iba a dar información, me llevan a la sala de torturas, me quitan la ropa, me atan a las cuatro esquinas de la cama. Me aplican picana, descargas eléctricas en la sien y en todo el cuerpo y látigos también que tengo las marcas, me doy cuenta cuando llego a la cárcel de eso. Me interrogaban por mi lectura, mis actividades con compañeras de estudio que estaban allí, de mi participación en el gremialismo en el UNTER yo era activa participante cuando era maestra.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda cómo se denominaban las personas que estaban ahí de guardias?

Recuerdo a un guardia que le decían Laucha. Era un guardia que estaba en el lugar donde yo escuché a las compañeras.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué recuerda de cómo era la construcción?

Cuando entramos había como unos pequeños escalones, como un tabique que había que subir y bajar. Pasamos entre varias cuchetas y nuevamente pasar otro desnivel. Había voces de varones y en el segundo me colocan en una cucheta y había un baño cerca y nos llevaban, estaba cerca de una ventana, traté de correrme la venda y me apuntaron con un arma y no me toqué más la venda.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En esas condiciones estaba usted cuando llegó Mónica Morán?

Sí, en esas condiciones estábamos cuando yo escuché que trajeron a alguien y pedía los lentes de contactos, el estuche que buscaban una lente ahí reconocí la voz de ella. Cada vez que hacían cambios de guardia se escuchaban perfectamente los nombres. Percibí perfectamente el sonido de la voz.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Nos puede contar sobre ese momento donde ella forcejea?

La sacaban, ella quiso avisar de algo y le taparon la boca con algo. Forcejeo, insultos como que le pegaban y eso podía percibir fue horrible no volví a escuchar más nada y quedamos, yo quedé shokeada, qué sería de ella sacada de ahí. Después el 25 nos llevan a la cárcel de Villa Floresta, leo en el diario que recibíamos allí que Mónica Morán había sido muerta en un enfrentamiento que me parece terrible, que la sacaron de allí.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Había burla o desprecio hacia alguna característica suya? ¿Había violencia sexual?

Una compañera que trajeron allí en algún momento y la insultaban porque era judía, como lloraba la amenazaban con que la iban hacer jabón como hicieron los alemanes con los judíos. Susana Mujica era una profesora que había sido mamá hacía poco, a fines de mayo más o menos, entonces ella reclamaba los remedios y la insultaban porque tenía olor.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo fue el traslado de ese lugar a la cárcel de Villa Floresta?

Me bajan de la cucheta y cuando voy a cruzar no sabía dónde me llevaban, me dan una patada muy fuerte, que no saben porque me dejan ir. Nos suben a un camión con los ojos vendados y que vayamos callados la boca hasta la cárcel de Floresta. Allí nos sacan las vendas y era dificultoso poder mirar. Ahí nos toman huellas dactilares. Llegué muy sucia y con los ojos irritados y con las marcas de látigos en la espalda. Yo intenté una denuncia y me amenazaron con llevarme nuevamente de donde me había traído. Las amenazas provienen del enfermero y la celadora. La mujer era Febrero. Yo pedí hacer una denuncia, entonces me llevaron a un lugar y ahí me amenazan.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Vio llegar más gente del centro clandestino a la cárcel?

Trajeron no sé de dónde a Graciela Juliá que era de Río Colorado y a Virginia Rechia en septiembre, después de otra cárcel de Buenos Aires a María Emilia Salto y trajeron a varias personas en distintos momentos, a Estrella de Murata, a Anahí Tapata, dos adolescentes del sur de Santa Cruz se llamaban Evita y la otra Silveira. Estaban muy mal psicológicamente y muy maltratadas.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuánto tiempo estuvo en Villa Floresta?

Estuve desde el 24 de junio hasta el 14 de diciembre y nos trasladan a Devoto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Fue testigo de personas que fueron sacadas del penal para ser interrogadas?

De allí sacaron María Emilia Salto, fue trasladada de Buenos Aires la trajeron a Floresta una noche la sacaron de ahí y la reintegraron.

Sobre el traslado de Villa Floresta a Devoto la testigo dijo "nos llevan a golpes, amenazas e insultos con la cabeza gacha todo el viaje".

Fiscal Abel Córdoba: ¿En qué año fue liberada?

Hice uso del derecho a opción y el país que me asiló fue la República Federal Alemana en agosto del '79 y estuve hasta enero del '85. Tenía 24 años.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué significó para usted haber pasado por todo los que nos ha relatado?

En mi vida ha significado un inmenso dolor. Esperaba que llegaran las compañeras a la cárcel como yo, pero no lo hicieron nunca. Entonces un sentimiento de culpa muy grande al haber sobrevivido a la vida de ellas, y más después conociendo detalles de sus vidas. Es algo que muchas veces intenté borrarlo, formé una familia y trataba de olvidarlo pero eso siempre aflora y a veces tenía pesadillas. Después no las tuve más, cuando empezamos a hacer memoria, y menos ahora que está la posibilidad de juzgar a los hacedores de ese genocidio, eso trae paz y salud a nosotros una esperanza de que no se vuela a repetir.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted declaró alguna vez ante alguna autoridad militar y en el marco de que investigación?

Puede ser. Yo ratifiqué en Tucumán mi denuncia primera que realicé ante la APDH de Neuquén. No recuerdo si fui al juzgado o ante los militares. Y allí me hicieron algunas preguntas, no recuerdo bien. Puede ser en el año 1986.

Juez Martín Bava: ¿El grupo social que usted frecuentaba con Mónica Moran era también un grupo político?

Sí, lo era también. Era un grupo de actividades sociales. El grupo era de universitarios. Yo era militante del PRT, pero hablo por mí.

Pedro Daniel Maidana

54 años, casado, vive en Plaza Huincul provincia de Neuquén, es transportista.

Juro no falsear testimonio no solo por las formalidades sino que además por la memoria de los 30 mil compañeros.

En 1976 vivía en la ciudad de Cutral co en la casa paterna. Era estudiante de la Escuela Técnica Nº 1. Participaba desde el 73 en el centro de estudiantes, también espacios sociales y políticos, grupos juveniles de las iglesias de los barrios, en grupos de familiares de detenidos de fines de 1975, en actividades más sociales, en reclamos, adhiriendo a movidas de los sindicatos de la construcción, reclamos por la ley Nº 1050. Me interesó la política y profundizar las ideas nuevas de izquierda que estaban circulando.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sufrió amenazas?

En ese año, por el 1973, no había censura lo que se dio en 1974.Había actividades en los barrios y había disputas con otros sectores políticos, se trabajaba con la JP y el Socialismo y una disputa con el MPN. Por las elecciones de la cooperativa COPELCO de electricidad, y las elecciones se disputaba. Más allá de eso no sufría amenazas.

Siempre nos cuidábamos un poco en las actividades, porque teníamos conocimiento de la situación de represión en el país por la triple A, donde hubo detenciones de gente vinculada al peronismo autentico, del PC y algún compañero así de militancia de base.

Me secuestran el14 de junio del 76 en circunstancias que iba a la escuela de noche. A los quince minutos de estar en la escuela una patrulla rodea la escuela y el capitán a cargo de apellido Maia, solicita al director de la escuela que me tiene que llevar con él. El director manda un celador de apellido LEON a buscarme que me dice que tengo que presentarme en la entrada de la escuela. El capitán me dice que lo tengo que acompañar, le pido permiso al director y me da el OK.

A partir de ese momento estuve secuestrado. Me torturaron en la comisaría, me tuvieron que llevar al hospital por las lesiones y fui blanqueado como detenido. Al otro día me llevan la Unidad Penal Nº 9, de ahí a Bahía Blanca en un vuelo nocturno, encapuchado, vendado y atado. Permanezco en un centro clandestino de detención quince días, hasta que me devuelven Unidad Penal Nº 9.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Fue interrogado?

Si, sobre existencia de armas y vinculación con otros compañeros del PRT ERP. Debido a que la acusación y la forma en que me interrogaban arrodillado frente a una mesa de la oficialidad del ejército y la policía me negué a hablar. Me golpean para que baje la mirada. No conteste nada. Me golpean, me patean y deciden llevarme unas personas que eran un grupo de tareas de civil. Me sacan de la comisaría y supuse que tenía destino incierto y con planes jodidos. Tome un decisión y como no iba a darles el gusto hago un intento y me escapo vendado y atado. Mi intención fue romper ese esquema donde no sabía que me iban a hacer y desenmascarar esa situación. Yo sabía que había vecinos y testigos que certificaban que estaba siendo secuestrado. Al haber salido de la escuela de alguna manera certificaba mi secuestro. Corrí un poco, me golpearon, me patearon, me suben a un Unimog me torturaron hasta que me desvanecí. Como no les respondí a sus preguntas me pegaron hasta que se cansaron.

Después en la unidad Penitenciaria Nº al otro día vendado me llevaron para interrogarme. Negué lo que preguntaban, no sé porque estoy acá dije. Me llevan a un avión a Bahía Blanca.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Con quién lo trasladan?

Me sacan del calabozo, me llevan a un vehículo, veo a Dora Seguel, a su hermana Chichita y otra chica más que no conocía, supuse después que fueron llevadas a Bahía Blanca. Eduardo Guanscha (¿?), Miguel Pincheira fueron trasladados.

Fiscal Abel Córdoba: ¿El tiempo de vuelo que tardo el traslado?

No sé, fue interminable, fue un poco más de una hora. Hasta que llegue a un lugar que desconocía pero con el tiempo fui reconociendo y apreciando hasta el clima que sabia marino, escuchar unas gaviotas, un tren, y con los años atando cabos la conclusión era que estaba cerca de Bahía Blanca.

Me vio un supuesto medico. Me ponen frente a él en una habitación yo tenía una capucha y creo que estaba de saco marrón. Después fui llevado a otro lugar que me hicieron entrar por una ventana y quede en el piso vendado y esposado.

Había muchas personas identifique en eso días por el nombre Carlos Chávez, en la entrada al lado mío Eduardo Guanscha (¿?) había mucho movimiento y se escuchaban dolores de algunas personas que volvían de la tortura. Había una sala contigua donde había mujeres en las mismas circunstancias que yo, secuestradas ahí.

El llamado Tío, que fue el que me interrogó que lo conocí en Mendoza en los juicios por la verdad, él era el que tenía un rol principal.

De las mujeres recuerdo que en algún momento del interrogatorio, el Tío trae a una chica, una compañera, que asegura que debo conocerla, dice que es Ángela, yo niego haberla conocido, después ellos conversan y se la llevan, esta chica era una conocida pero lo negué tenía esa postura negaba muchas cosas y no me iba a comprometer en esa circunstancias. Era un tire y afloje entre los dos yo tenía una postura ideológica firme frente a mis verdugos. Ángela era Mónica Moran era militante del PRT y había estado en la zona de Cutral co.

Me dieron libertad vigilada, no podía salir de Cutral co, no podía ir ni al hospital de Huincul donde estaba mi padre internado. Cada tres días iba a la comisaría había un oficial de la Federal. Se tomaba el trabajo de consultar a mis conocidos y decirles que tuvieran cuidado de mi, le decía a un vecino que tenía una taller que tuviera cuidado porque yo podía construir una bomba.

Por mis ideales y después en la cárcel con compañeros detenidos por la participación política, fue un desafío de sobrevivir me da pesar esos años de prisión donde no teníamos radio, TV, libros, pasamos muchos años con la Biblia. Restricciones en la correspondencia con los familiares. Cosas elementales para la vida diaria. Logre sobrellevarlos por estar con otros compañeros. Después de tener entre todos la contención necesaria para poder sobre llevar esa represión interna. No podíamos compartir el mate, esto llegó a ser extremo a castigarnos con el calabozo porque al celador de turno le parecía imprudente compartir el mate.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tuvo usted representaciones políticas institucionales?

Fui concejal por el Frente Grande, hace cuatro años termine mandato.

Juez José Mario Triputti: ¿Quiere decir algo más?

Quiero revalorizar la conducta revolucionaria de Mónica Morán, su compromiso con sus ideales, y el valor que tuvo ella. La recuerdo en Cutral co, era la responsable de célula, estudiábamos El Capital. Como responsable, comprendí todo el valor de esta compañera toda su conducta de vida y sacrificio que hoy recordaba y está siendo evaluado por ustedes, imagino su sufrimiento en manos de los acusados.

Dora Seguel

Docente de 51 años, vive en Cutral co.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En el año '76 cómo estaba conformada su familia?

En 1976 vivíamos todos en el hogar paterno. En ese momento mi hermana Arlene era la única que estaba estudiando en la universidad y viajaba a Neuquén todos los días y los días que rendía además trabajaba en la empresa Casas. El resto, los dos hermanos mayores trabajaban en la localidad como empleados de comercio y las tres más chicas estudiaban en el secundario y la más chica en el primario. Yo tenía 16 años, mi hermana Argentina que estuvo detenida conmigo tenía 19 y Arlene que se encuentra desaparecida 21años.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría relatar las circunstancias de su secuestro?

Por lo menos diez días antes del 14 de junio del 76 comenzamos a notar un auto que nos seguía a miembros de la familia, no era gente que correspondiera a la zona. Un día antes de la detención de Arlene nos enteramos, quiero aclarar que tanto Arlene, Argentina y yo éramos militantes del PRT, teníamos contacto y conocimiento de que había compañeros detenidos en Neuquén, por lo tanto cuando vimos esas anormalidades nos dimos cuenta que estábamos siendo vigiladas.

El día 13 Arlene decide quedarse a dormir en lo de una amiga y compañera del secundario al otro día fue a trabajar eso fue un día sábado, el 14, después llegó a comer, estábamos en familia y a las tres de la tarde decide hacer una torta. Sale a comprar a un mercado del barrio los ingredientes y en ese momento aparecen dos autos uno estación en el ingreso de mi casa y el otro queda en la vereda venían cinco personas tres en un auto y dos en el otro entraron violentamente en mi casa.

Estaban disfrazados, con pelucas, ropa que no concordaba con la policía federal, pero ellos se identificaron con esa fuerza. Buscaban a Silvia, mis papás le dijeron que no vivía en ese lugar nadie con ese nombre, seguían interrogando. Yo y Arlene, más allá de la edad nos parecíamos mucho en los rasgos físicos, entonces meditan entre ellos porque no les cerraba la edad yo 16 y ella 21.

En ese momento llega ella de hacer compras, la llevan a un dormitorio separada, hablan con ella, regresan a la cocina donde estaba toda la familia, le dicen a mis papás que la tiene que llevar a la comisaría porque un compañero de ella está relacionado con drogas.

Mi papá dice que la va a acompañar y en el momento que va a buscar un abrigo la suben a un auto y se la llevan. En ese momento llega mi hermano que tenía una moto, nos pregunta qué pasó porque nos ve a todos shokeados, sale urgente en la moto para la policía caminera para que no dejen pasar a los autos. Yo había anotado las patentes, de ahí fuimos a la comisaría, negaron todo, tomaron declaración de un presunto secuestro pero no hicieron nada.

Mi mamá el domingo decide irse a Neuquén a averiguar en las comisarías por el paradero de Arlene junto con mi hermana Argentina. Yo concurrí normalmente a la escuela a la noche, iba a una escuela nocturna porque trabajaba, como a las nueve de la noche rodean la manzana de la escuela gendarmería y la policía de la provincia. El director de la escuela me va a buscar al salón y me dice que me tengo que ir de la escuela con la policía, yo le dije que era menor de edad y él me comentó que tenía la autorización de mi papá que está dentro del patrullero me llevan a la comisaría Nº 14 después me enteré que ya habían hecho un allanamiento en mi casa con resultado negativo.

En la comisaría lo dejan a mi papá en el hall de entrada con las piernas separadas y la cabeza apoyada contra la pared. A mí me pasan a una oficina donde me hacen el ingreso, el oficial que me hacía el ingreso me insultaba, los insultos estaban relacionados con mi corta edad y que él estaba muy enojado porque una mujer con 16 años no podía estar vinculada a ningún grupo político. Después de media hora de estar ahí me llevan a otra oficina donde una mujer policía del comando radioeléctrico me hace la requisa con insultos.

Después me llevan a un calabozo común me tienen ahí bastante tiempo un par de horas. El calabozo tenía una ventana que daba al patio de la comisaría y ahí estaba el rancho del ejército donde les daban de comer. Un soldado se acercó para preguntarme si estaba bien y que le diera la dirección de mis padres para avisarles de la detención. Yo le pedí que se retirara porque era peligroso para él y me alejé de la ventana.

Pasado ese tiempo viene un policía me venda los ojos, me saca del calabozo y me dice 'Mira ahora vas a pasar por un túnel'. Me hace arrodillar en el suelo, me hace ir gateando. En un momento me dice 'Agacháte porque te vas a golpear la cabeza'. Levanté la mano y toqué un hilo en la entrada de la oficina del comisario Mendoza o sea trataban de confundirme pienso, cuando toque el hilo se enojaron y me patearon.

Una vez adentro me preguntan sobre la guerrilla, las armas, le dije que no sabía nada, estaba muy alterado el comandante que hizo el arresto. Me golpeaba continuamente, en eso golpes que daba yo caía al suelo, me levantaban del cabello todo el tiempo con insultos.

En un momento me tira y me dice sentáte como en el monte y me acercan distintos tipos de armas, me dicen que las desarme y vuelva a armar. Yo le digo que no sabía y me golpean. Después me traen distintos tipos de municiones, de balas, para que las identifique y todas las respuestas que daba les molestaban mucho y me golpeaban.

Como no les servían las respuestas que daba, se ponía cada vez más nervioso. Ese militar me dice 'Te estás haciendo la estúpida conmigo', Me cacheteó y dijo 'Yo sé como hacerte cantar, es muy sencillo, solo tenemos que cortar los cables de la lámpara del comisario'. Mendoza dice que no quiere cargar con un muerto menor de edad. Se freno un poco y siguió preguntando si sabía nombres de personas más grandes, yo le digo que desconocía.

Entonces dice 'Llévesela que es una tarada que no sirve para nada'. En ese momento yo estaba vendada, me suben a un camión de traslado -esos que tienen celdas de los dos lados- el espacio era muy reducido tenía butacas rebatibles. Era un militar el que me subió al camión no se escuchaban voces dentro del camión no se escuchaba nada, él estaba muy enojado yo no puedo saber quién era, en ese momento entre insultos y golpes una vez subida en el camión en el pasillo que quedaba, esa persona me violó, me decía que era un erpiana hija de puta, cómo me podía quejar en ese momento si nosotros éramos las putitas de los guerrilleros que estaban en el monte. Yo no atiné ni a defenderme ni a gritar ni a nada, estaba paralizada. No podía creer lo que me estaba pasando, yo estaba preparada para una detención como militante, sabía que podía ir detenida pero jamás pensé que dentro de las tareas que tienen los militares estaba violar a una persona de 16 años.

No podía pensar en ese momento en más nada sinceramente, estaba esperando un tiro en la cabeza. Después me acomodó la ropa y me metió en una de las celdas donde estaba esa butaca rebatible, me dijo 'Termínate de acomodar, de esto no le hablas a nadie porque vos sabés cómo terminan estas cosas'. Yo no podía entender nada, agarré y me acomodé, me sacó las ataduras, cerró la puerta y se fue. Hubo un silencio muy grande hacía mucho frío ahí adentro. Al rato se abrió la puerta otra vez pero era que traían a Miguel Ángel Pincheira. A él cuando lo suben empieza a decir que era Pincheira que tenía hijos que por favor lo dejaran ir a su casa porque los tenía que alimentar.

Después suben a alguien al lado mío y pide que por favor lo dejen regresar con su hija, que él era Carlos Chávez. Ahí permanecimos toda la madrugada, a las seis de la mañana arrancó el camión y por la mirilla pude ver y reconocer el monumento a San Martín, entonces supe que estaba en Neuquén. Ahí nos bajaron en la cárcel de Neuquén, en la Unidad Nº 9 fuimos llevados a celdas individuales en ese momento, yo no sabía quién de mi familia más estaba detenido. Le pregunté a una de las chicas que nos cuidaba por mi hermana Argentina, dijo que iba a fijarse y después vino me dio dos caramelos y me dijo que Argentina estaba en ese lugar también.

Una vez que supimos que estábamos empezamos a los gritos a comunicarnos y a darnos ánimos. Estuvimos dos días ahí, un día nos dicen 'Preparen todo que se van'. Nos hacen firmar la libertad y en ese momento se acercó una chica y dijo que se llamaba Alicia Pilfarre dice 'Vamos a quedar libres!'. Yo le dije 'No creo' y dice 'No tendría que haberles dicho mi nombre'. Entonces empezó a decir distintos tipos de frutas, todas seguidas como para que me olvidara, jamás me voy a olvidar de su cara ni de su nombre.

Enfrente contra la pared se encontraba Pedro Maidana, Carlos Chávez que yo lo conocía con otro nombre, Miguel Ángel Pincheira que lo conocía porque jugaba básquet y otras personas que no conocía. Cuando terminamos de firmar nos subieron otra vez a ese camión y nos llevaron en dirección al aeropuerto, nos ataron las manos y vendaron los ojos venía ahí mi hermana Argentina, ella se descompuso, uno de los militares nos dio un chocolate y nos dijo que lo disfrutemos porque tal vez será lo último que coman.

Después de una hora más o menos se detiene el avión, nos bajaron y nos tiran uno arriba de otro a un vehículo. En el trayecto nos agreden a mí y a mi hermana, llegamos a un lugar después de un recorrido extenso. Nos bajan en un lugar de tierra, no tenía asfalto. Nos entran a una habitación, había bancos largos quedamos ahí sentadas y después fuimos llevadas a un interrogatorio. A Argentina y a mí nos llevan juntas, primero me interrogan a mí y como no servía lo que declaraba me dejan cerca de una puerta, yo escuchaba lo que sucedía. Como no decía nada de interés la golpeaban en un momento en ese lugar había una estufa hogar o un lugar donde se pone carbón y le acercan un carbón al cuerpo ella comienza a llorar y a gritar y yo les digo que voy a hablar, la sacan a ella. No la quemaron la sacaron y me llevan de nuevo a mí.

Estaban enojados, te sentaban en una silla y te rodeaban, había como cinco que interrogaban a la vez, en un momento llega alguien dice 'Esta negrita la separan para mí'. En ese momento pensé 'Por favor otra vez no'. Dice 'Yo me la voy a llevar a recorrer la avenida mate de luna, te voy hacer conocer el otro Tucumán'. Y yo pensaba, me hacían preguntas pero no podía separar la idea de que esa persona me podía violar otra vez.

Pensaba cómo podía escaparme de esa situación, de imaginarme cómo escaparme si él me iba a llevar, cómo escaparme. Hacía muchas preguntas a la vez, en un momento me preguntan 'Hablanos de Marx y Lenin'. Les decía que eran próceres de otro país. Porque si para ellos eran importantes y volvieron a preguntarnos e insultarnos.

Me vuelven a sacar a mí, había uno de ellos que le decían el Tío y dice 'Pero estos son unos perejiles, pensamos que atrapamos peces gordos'. Él dice 'Antes de dártela a vos deja que quiero preguntar ¿tenés novio?'. Yo le dije que no, que nunca había tenido novio se empezó a reír y dice ya te conseguimos uno, que supuestamente era el militar que me iba a llevar.

Me sacan del interrogatorio, otra vez mi hermana que grita y grita y en ese momento nunca dijo la palabra violación pero la estaban violando. Después de eso nos llevan a otro lugar, nos suben a un auto nos tapan con una frazada y entran a dar vueltas y llegamos a otros lugar donde estaban los detenidos.

La primera habitación era donde estaban los hombres, me hicieron pasar por encima y se quejaban, estaban muy doloridos y yo no sabía cómo pedirles perdón. No podía pasar sin tocarlos. Llegamos a otra habitación, había un baño, un pasillo, no había lugar. Dijeron que el hotel estaba lleno, nos quedamos ahí, nadie hablaba y escuchábamos los sonidos. Siento a alguien, la respiración de alguien que tosió, entonces le digo al que estaba cuidando si podía pedirle a mi hermana un pañuelo y me dice 'Bueno decime como es tu hermana'. Entonces yo le di la descripción de Arlene. Seguí esperando, como a las tres horas vino otro y dice 'Arlene Seguel'. Ella contesta 'Soy yo'. Siento cuando la levantan y se la llevan, es la última vez que escuche a mi hermana, nunca más volvió a ese lugar.

Al rato se desocuparon camas, entonces me llevan a una cucheta y me suben a la que esta arriba. En el día quedamos al cuidado de un militar. En ese momento Argentina pide agua, cuando él va por agua, mi hermana estaba en la cucheta de arriba y la que estaba abajo le dice '¿Arlene estas bien?'. Ella responde 'Soy Argentina'. La que hablaba era Susana Mujica.

Llega un oficial y una chica. Ella le habla en mapuche y le dice 'Te acordás Mónica cuando te fuimos a buscar y nos dijiste soy una titiritera'. Le hacían burla tartamudeando, se le reían cuando se acordaban de eso. Ahí supe que estaba Mónica Morán en ese lugar. Había diálogo entre ellos sobre distintos temas políticos. Yo no la conocía a Mónica con ese nombre la conocía como Ángela, ella era parte del partido que yo integraba, compartió reuniones con nosotras, el nombre de ella no me lo podría olvidar jamás, seis meses estuvo con nosotros. Ella vivió y fue maestra en Cutral co. Ese mismo día escuchamos sonidos raros, como que a alguien le tapaban la boca y no la dejaban expresarse. Al lado, donde estaba mi hermana y en las camas de al lado violaron a una chica pero no sé quién es pero sé que la violaron al otro día. El que la violó le pidió disculpas, le dijo 'Perdónanos pensamos que era una de estas erpianas de mierda'. La chica lloraba y nos insultaba a todas, estaba muy enojada, ella trabajaba en un banco de Neuquén.

Cuando nos van a liberar al otro día a la noche, a ella también la liberan pero agarra y pide sus joyas, tenía anillos y cosas de oro. Entonces ellos le dicen 'Si querés quedarte a buscarlas quedáte'. Ella dice 'No, me voy'. A Argentina le robaron el dinero que tenía en la cartera, nos suben a un auto y nos tapan con una frazada y otra vez nos dicen que no nos movamos. Argentina dice 'Tomá un guante por si nos matan, al menos que sepan que estuvimos juntas'.

Empieza a andar el auto, mucho tiempo después frena de golpe, nos ayudan a bajar, nos dicen 'Quédense tiradas ahí y cuenten hasta mil'. Nos quedamos quietas y entre las dos nos sacamos las ataduras y las vendas, nos acomodamos un poco y caminamos hasta una estación de servicio. El señor que estaba ahí se asustó mucho, le dijimos que estábamos secuestradas y que llamara a la policía, no teníamos documentos ni dinero.

Llega la policía, muy asustada también con las armas apuntando el comisario nos dice 'Ustedes fueron secuestradas', le mostramos la vendas y las lesiones. Nos suben a una camioneta y en eso ven que enfrente había algo que se movía, entonces le disparan y eran árboles.

Nos llevan a la comisaría, nos empiezan a preguntar, nos toman el relato y nos piden información de alguien que viviera cerca. Recordé un familiar que vivía en Bahía pero no tenía la dirección. Él se encargó de buscarlo y de su bolsillo nos pagó los boletos desde Dorrego a Bahía Blanca. Quédense tranquilas, voy a avisar que van para allá y tu tío se encarga de pagar al taxista.

Cuando llegamos a Cutral co, mi papá compraba siempre el diario y leo el diario que Mónica Moran había sido muerta en un enfrentamiento. Aparecía el nombre de ella con el documento y de cinco personas más, todos ellos muertos en ese supuesto enfrentamiento que yo sabía que no podía ser porque estaba en el mismo lugar que yo y pensé que en una de esas podía ser mi hermana una de las que aparecían como NN.

Fuimos a Neuquén por los documentos de mi hermana, ahí pedimos por mi hermana y nos dijeron que dejáramos de preguntar. Le pedimos un certificado de que no teníamos cargos y ellos firmaron. Lo selló, después de eso empezaron a llegar amenazas de que nos fuéramos. Nos quedamos con nuestros padres, de ahí en adelante la lucha hasta el día de hoy.

Fiscal Abel Córdoba: Señor presidente en función del Art. 6 del Código Procesal y del 72 en función del 119 del Penal le voy a preguntar a la víctima si ¿es su intención instar la acción penal por el delito de violación que ha relatado?

Sí.

El fiscal solicita que una vez finalizado su testimonio se remita al juzgado Nº 2 de Neuquén que es donde esta requerido el caso de la víctima.

Juez José Mario Triputti: ¿Usted señora declaró alguna vez ante un tribunal?

No, es la primera vez. Solo lo hice ante Fiscalía.

Declaración de Jorge Alberto Bernardi.

62 años, divorciado, desocupado. Dos hijos.

Conoce al teniente coronel Mario Carlos Méndez de cuando era soldado. Después de eso no tuvo ningún vínculo más.

Fue incorporado como conscripto en mayo de 1976. Tenía prórroga universitaria, tenía 26 años. Fue incorporado a la Compañía de Servicios del Comando. Estaba a cargo de un teniente primero.

"Fui incorporado tarde, en mayo recién, ya había pasado la instrucción, fui asignado a la oficina de compras del Comando. En el pabellón de conscriptos el dormitorio estaba de un lado y la oficina (donde trabajaba) estaba en la parte central".

Fue trasladado a Rosario del Tala el 9 de julio.

"Yo mismo fui secuestrado. A mí me secuestraron en calle Florida a la salida de franco. O sea tuve un malentendido con el mayor López y me dio diez días de arresto en el calabozo que compartíamos con el Batallón. Un sábado a la mañana se cumple la pena y quedo libre, los soldados como era sábado se preparaban para salir, me anoté y me autorizaron, al mediodía se fue todo el mundo y en eso me aparta el subteniente Méndez y me pide que me quede un ratito.

"Estuve ahí solo toda la tarde. El subteniente decía 'Pará que falta un papel y te largo'. Así se hicieron las seis de la tarde. Como era de noche me acompañó a la guardia y me dejó salir. O sea que me demoró, pienso yo ex profeso, toda la tarde hasta que se hiciera de noche, me marcó en la guardia, comencé a caminar por calle Florida pegado al cordón, me doy vuelta y en un Falcon con las luces de posición, era tan tonto que dije 'Pucha un par de novios...' y en eso en un sopetón me encontré en el piso de atrás del auto con los ojos vendados. Habrá andado tres o cuatro minutos y me bajaron en una habitación donde había una doble cucheta.

"Como yo hablaba y decía que era un soldado vino alguien y me pegó en un riñón con un arma larga". Lo metieron en otra habitación con una cama pegada a la pared, las piernas le quedaron hacia donde había entrado: "Creo que el baño quedaba atrás, nunca fui, estuve cuatro días, detrás mío había una puerta que abría a otro ambiente donde estaba lleno de personas".

"Ahí estuve la noche del sábado. El domingo en silencio, el lunes me sacan, vamos por un patio a otro salón donde hay una cama de fierro y estaba el interrogador. Me atan con unos cordones muy finos que cortaban la carne, me sacan los zapatos, las medias y me pegan un buen sacudón con la picana en la planta de los pies. Es la única vez que me aplicaron picana.

"Empezamos a hablar, cuál es tu cuadro... No tenía ni idea de lo que me hablaba, yo tenía simpatía por la Juventud Universitaria Peronista pero no tenía ni idea. El miércoles me vuelven a llevar, esta vez estaba muy relajado y distendido, me sientan en la cama sin atarme, se sienta a mi izquierda y tenemos una conversación muy distendida del peronismo, por qué el marxismo en la universidad...".

El testigo le cuenta de un autor "que salvó al capitalismo de la ruina" y el interrogador le dice "Qué simpático que sos, mañana te vas". Al rato entra una chica que llora toda la noche.

"Los soldados estaban por jurar a la bandera, de modo que la banda del Ejército sonaba día y noche, se escuchaba perfectamente. Esa noche se arma un desparramo terrible, se deben haber llevado muchísima gente. Tal es así que el guardia me dice no te hagas problema, tengo muchos problemas para sacarte pero voy a tratar de hacerlo a la madrugada".

Lo dejaron en calle Santiago del Estero, caminó hasta Perú y tomó un taxi en la parada del hospital Municipal. Se fue a la casa de su novia, después a la suya a bañarse y a las seis se presentó en el Comando. Comentó que lo habían secuestrado y lo llevaron a ver al teniente coronel Palau. Le habla, el militar dice que no entiende y le explica que según las armas que haya visto era la policía o el Ejército: "Acá somos muchos y pensamos distinto", dijo Palau y le dio un pasaje a Rosario de Tala -Entre Ríos- como nuevo destino del servicio militar.

Bernardi declaró que tuvo un entredicho con el mayor López: "Viene un sargento de la Patagonia, de Sierra Grande, no conocía el edificio. Pide que alguien lo acompañe, va el hasta un lugar, entra y le dice que espere, él se queda esperando y sale López y lo reta, sale el sargento de la oficina y le dice que dijo que se fuera. Quedé pegado, entonces ahí el mayor López me dice esta noche no sale". El testigo se fue igualmente. "Estaba muy pendiente de eso López porque al otro día me fue a buscar y me mandó al calabozo diez días".

"En el calabozo había soldados del Batallón que tenían que dormir en el suelo porque no les llevaban ni colchón en pleno invierno. Entre el 20 de junio y el 9 de julio pasó todo esto.

A Méndez lo conocía de la Compañía. Andaba siempre con los soldados. No sé si no trabajaba con el general Vilas. Me parece que estaba a cargo de la unidad. El día que me secuestran a mí, él estaba a cargo de la Compañía. Era el que autorizaba salir o no. (...) Estuve permanentemente vendado y no pude reconocer a nadie".

Bernardi no relacionó su secuestro con "el entredicho" con el mayor López sino con su paso por el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur donde había sido ayudante y "estaba muy politizado".

"Los soldaditos hablaban de una chica muerta muy linda el día que llegué. Tiene que haber sido un miércoles para un jueves, como una catástrofe porque esa chica apareció ahí, no sé. Ese día la sacaron, pienso que cuando vino de la tortura la habían sentenciado, por eso lloraba, hasta ese entonces no lloraba".

Sobre el interrogador aseguró que "era un hombre educado, sabía expresarse y en el segundo interrogatorio, cuando conversamos, tenía información".

"Yo esto no se lo conté a nadie, ni acusé ni denuncié, sale ahora, es decir...".

En el centro clandestino pudo identificar las camas del Ejército "porque eran muy particulares", tenían un diseño para permitir armar cuchetas de dos o tres pisos.

Descripción de La Escuelita: "Un salón de entrada con una cama donde me apoyan, otro salón donde me meten pegado a la cama y atrás tenía otro salón grande con mucha gente".

El defensor particular Eduardo Sinforiano San Emeterio pregunta por qué asocia a Méndez con su captura.

Es una suposición muy certera. ¿Para qué me retiene varias horas dejando salir a toda la gente, no había nadie?

El abogado querellante Walter Larrea pregunta si conoció a Mónica Morán.

Sí, la conocí porque fui testigo de la boda. En realidad conocía al varón a Hugo Singh Chuan que se casó con Mónica. Me enteré mucho después (de lo que le pasó). Yo la conozco de paso, de Hugo era amigo. Sé que Hugo cuando se enteró que a mí me habían secuestrado se fue, se fue a Italia y hoy es ciudadano italiano. Supe mucho tiempo después que la habían matado. A mí se me metió en la cabeza que era la chica que lloraba pero no lo sé, es un presentimiento, no lo puedo decir.

Me llama Hugo esa noche para que sea testigo, fui, testifiqué y comimos. No sé cómo se conocieron, ellos hacían teatro, formaban parte del elenco de los Aguirre.

Declaración de Héctor Herrero.

85 años, nació el 25 de noviembre de 1930. Casado, jubilado, ex director de la ENET Nº1.

Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citado como testigo en relación a los secuestros y tormentos de los alumnos de la escuela técnica que estaba bajo su dirección y también del profesor Villalba. ¿Podría relatarle al Tribunal que ha conocido de esos hechos?

Testigo: Me enteré del tormento que sufrieron después que salieron algunos de ellos, me acuerdo de Villalba que era profesor de la escuela, no recuerdo el nombre de todos los alumnos. Villalba salió bastante golpeado y a los demás no los ví.

Sé que uno de los alumnos fue dejado en libertad por calle Don Bosco al 400 en pleno invierno, en paños menores y a las cuatro de la mañana. Recuerdo que era muy buen deportista y que no estaba metido en nada. No recuerdo el apellido.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuál fue la primera noticia que tuvo de estos hechos?

Testigo: Yo estuve hasta que un militar me dejó cesante. Estuve varias veces en el Comando v Cuerpo, me entrevisté con el coronel Valero y Zorzano que me atendieron amablemente pero no me dieron datos. Iba a ver si allí estaban los alumnos, me decían que iban a averiguar pero no me solucionaron nunca el problema. Debo haber ido entre cuatro o cinco veces.

Estuve -como director- hasta el '76 después de la revolución, había entre el personal docente un capitán de corbeta que hasta el año anterior entraba con la cabeza gacha y el año de la revolución se creía el gran hombre de la escuela, me quiso prepotear y lo saqué del cuello para afuera. A las 48 horas estaba cesante.

En la escuela por ahí recibíamos llamados de que habían puesto una bomba, recuerdo haber sacado un paquete que decía que era una bomba y al día siguiente lo abrieron y era un ladrillo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Eduardo Oscar Martín no era alumno de la escuela técnica?

Testigo: "Martín sí. No era mal chico. No me acuerdo -si fue víctima de un hecho represivo-, me acuerdo haber pedido por varios alumnos pero no recuerdo por cuáles. Ellos hacían sus cosas entre ellos pero conmigo nunca tuvieron un problema, ellos decían que estaban metidos en la guerra sucia pero yo no tuve ningún problema, los militares decían que ellos estaban metidos con el extremismo pero a mí nunca me molestaron.

"A la escuela no fueron nunca los militares, los deben haber levantado en la calle o en su casa.

"De ser extremistas los acusaban, había rumores dentro de la escuela, pero con firmeza de alguien que pudiera decir este es extremista, nadie".

Por su cesantía Herrero acudió "directamente a la justicia, me apersoné a un abogado, hizo las cosas y con el tiempo me reincorporaron. El dr. Montezanti atendió mi caso, muchos lo acusan de ser de la Triple A pero a mí me hizo un juicio contra los militares".

Relató que los padres de los alumnos lo iban a ver a la escuela. "Nunca pude saber absolutamente nada de ellos, ni de los que aparecieron ni de los que desaparecieron. Desaparecieron los dos Paira, San Martín y Durán".

"Villalba me consta que no estaba metido en nada porque muchas veces conversé con él, era bocón, de hablar mucho pero nunca estuvo metido en nada. A él lo largaron, estuve con él, tenía las muñecas lastimadas, me dijo de estar colgado pero nada más. Rumores que le llegan a uno dice que estuvieron en La Escuelita.

Su hipótesis sobre lo que sucedió: "La hipótesis es muy personal, pienso que entre la gente de la escuela hubo algunos que los señalaron y por eso se los llevaron, o sea que son tan culpables algunos civiles como los militares, porque los que los señalaron son más culpables que los que se los llevaron.

"Era personal de una jerarquía media, puede ser un preceptor, un maestro de laboratorio o de taller. No puedo decir nombres porque no los sé con exactitud, los rumores estaban por ahí.

Mónica Fernández Avello, abogada querellante: ¿Por que dice que los alumnos fueron señalados, qué tenían en común?

Testigo: "No tenían absolutamente nada, pasa que a veces un profesor se lleva mal con un alumno y lo acusa. Injustamente y desgraciadamente no tiene solución.

Mónica Fernández Avello, abogada querellante: ¿Ante quién piensa que los culparon?

Testigo: Había muchos que podían inculpar a alguien porque si un alumno tenía permiso para ir a practicar un deporte determinado día, decían que era porque era extremista, hablaban porque tenían boca nada más, no tenía ninguna razón de ser.

Los militares no tenían acceso a nada en la escuela y de repente sabían todo. Alguno de adentro de la escuela se lo llevó. Personal de Inteligencia dentro de la escuela no, nos conocíamos todos de hacía muchos años, yo entré en 1958, llevaba un montón de años y conocía a todos.

Usted está en el cargo viendo todo lo que sucede al lado suyo, se da cuenta que algo no está bien pero no puede identificar la causa.

Walter Larrea, abogado querellante: ¿Cuando pasó lo de los estudiantes lo iban a ver los padres, con quien se entrevistaba?

Testigo: Con el coronel Zorzano y el teniente coronel Valero.

Juez José Mario Triputti: ¿No se le ocurrió a usted ir a plantearle la situación de sus alumnos a un juez federal? ¿Por qué?

Testigo: No. No se me ocurrió porque no lo consideré necesario, nada más.

Juez José Mario Triputti: Sin embargo por su cesantía fue a ver a su abogado particular para lograr su reincorporación.

Testigo: Con mi cesantía recurrí al juez federal pero en el caso de los chicos creía que tenían que ir los padres. Había padres que me preguntaban si sus hijos hacían cosas raras en la escuela, yo les tenía que decir que no pero se nota que si me preguntaban era porque tenían la sensación de que algo hacían.

No puedo saber en qué andaban mis alumnos en la escuela, están en grupo y usted no se puede meter a ver qué están hablando. Más en una escuela de 4500 alumnos. Muchas veces uno conversaba con los profesores, incluso del mismo tema, pero nadie decía nada.

Los padres me pedían que fuese yo al Regimiento, ninguno quería venir conmigo. Creo que la función del director si bien es amplia se limita a lo que pasa dentro de la escuela, si voy a decirle al padre que su hijo está metido en la política y el padre está en la misma política qué me pasa a mi...

Si voy a decirle 'Su hijo es un extremista' y el padre está también del mismo lado me dice 'No, ya lo voy a controlar' y me pone una bomba en mi casa. Yo pienso que sí, había gente que estaba muy en la línea dura en esa época. Y gente muy buena como hay en todos los lados, creo que buenos hay entre los civiles, entre los militares y entre los curas.

Juez Jorge Ferro: Hace un momento nombró La Escuelita, ¿por qué?

Testigo: Porque salió en todos los diarios. O usted no ha agarrado diarios que hablen del extremismo que no hable de La Escuelita. Incluso hace poco salió que la habían demolido toda. Siempre decían 'Los militares los tienen en La Escuelita'. Yo nunca supe ni donde estaba, se que era atrás del Regimiento pero nunca supe el lugar.

Declaración de Guillermo Adolfo Roth.

63 años, divorciado, contador público, no ejerce, es empresario. Hermano de Eduardo Gustavo Roth.

En el año 1976, en el mes de diciembre, no puedo precisar si fue el día 19 o el 20 pero sí la hora, porque miro el reloj y eran las 21:05 cuando suena el teléfono fijo de mi departamento donde vivía con mi esposa. Atiendo el teléfono y es mi papá que me llama y me dice 'Adolfo vení porque nos asaltaron'. Había guardado el auto en ese momento, voy corriendo a la cochera, le digo 'Susana asaltaron a mi viejo, vamos'.

Saco el auto y voy hasta Salta 777 y encuentro a mi mamá tirada en la cama llorando y mi papá caminando dentro de la casa sin rumbo y algunos vecinos que se habían acercado.

Digo '¿Qué pasó, qué se llevaron?'. 'Tu hermano, se llevaron a Eduardo', me dijeron. ¿Cómo? ¿Qué pasó? ¿Cómo se lo van a llevar? Estábamos cenando, tocaron timbre y Eduardo fue a atender me cuenta mi papá, como demoraba fuimos a ver qué pasaba y Eduardo no estaba más, lo buscamos en el dormitorio de mi padre abajo, mi hermano y yo nos habíamos criado en unas piecitas arriba. Lo buscamos y no está, arriba está todo revuelto. ¿Quién se lo llevó? Incertidumbre total, estado de confusión.

Bueno, tenés que averiguar, sacá tu cédula, que jodés que sos infante de marina y llamá a la Base. Estamos hablando de 1976.

Mi padre había sido militar en la Armada hasta el año 1955 que fue pasado a retiro por expresar su punto político. Los que vivimos en aquel entonces, sabemos que hubo un gobierno hasta el año '55 que fue depuesto por la Armada y mi papá pasó a retiro porque él y sus hombres eran leales al presidente que estuvo hasta el 16 de septiembre. Cuando ese hombre deja de estar en el gobierno... Siempre fue muy militar, hasta en la educación, no por los malos tratos si no por cierto rigor. Mi padre era motorista en Baterías en Puerto Belgrano y tenía un taller.

Le digo 'Hacé valer tu cédula y buscá información porque acá pasó algo'. Los vecinos dicen que dos o tres vehículos -yo no vi nada- habían visto dos vecinos que estaban en el momento, cargaron a mi hermano lo aplastaron en el piso y se fueron. Fue una noche de incertidumbre total, se llamó por teléfono a los medios comunicando y al otro día nos anoticiamos que compañeros de él habían tenido la misma suerte.

Eran compañeros de escuela, no del mismo año de la misma división, César Cipolleti creo que se llama la escuela técnica.

Varios estudiantes, alumnos de esa escuela, entre esas noches fueron recogidos o pasaron a ser desaparecidos alrededor de 16 a 18 o 19 alumnos de esa escuela. No nombro si un profesor porque algo escuché pero no tengo la certeza.

Los padres se empezaron a nuclear a fin de buscar información, mi hermano en ese entonces tenía 16 años e iba a la escuela industrial. Fueron las diligencias, los ruegos, los pedidos de información innumerables que se hicieron ante cuanto organismo o autoridad, medios de prensa inclusive, nunca hubo una respuesta.

Se presentaron recursos de habeas corpus, se mandó telegrama al monseñor primado de la República Argentina que no recuerdo el nombre pero era una autoridad importante. Otra a la cual se recurrió fue a la que funciona acá en Colón al 100, la curia eclesiástica donde se recibía a los padres a ver si alguien sabía algo de los muchachos. No se sabía nada.

Se lograban entrevistas en lo que era el Comando del V Cuerpo con el padre Vara que también desconocía que podía haber sucedido. Siempre se estuvo en una permanente movida respecto a encontrar el destino que tenían, se andaba en la calle, en caminos aledaños.

Pasó el tiempo, pasó Navidad, Año Nuevo hasta que aproximadamente -34 días fueron los días que no estuvo mi hermano- al día número 32 se recibe una llamada de teléfono de mi casa del Comando V Cuerpo de Ejército, de la guarnición militar, donde dicen que efectivos del Ejército han rescatado a varios de los chicos, alumnos de la escuela Cipoletti que estaban dados por desaparecidos, que por favor mantuviesen la calma que en 48 horas le iban a informar cuando podían pasar a buscarlos. Era el tiempo para ver qué era lo que había pasado y después los devolvían.

Efectivamente a las 48 horas, de tarde, llamaron y vino Eduardo. Se abrazó con la noviecita, lloraba, y dice 'Él Ejército es lo más grande que hay en el mundo'. Nosotros ya teníamos una idea dentro de la confusión de que la expresión de él no estaba en conocimiento de qué es lo que podía haber sucedido realmente. No le dijimos nada, es más, teníamos un ovejero alemán y mi hermano después que lo habían rescatado cerca del cementerio se hizo amigo de un grupo de gente dentro de la guarnición y les dijo que les podía prestar el perro para hacer cruza y así fue, lo cargaron al otro día y nunca más lo vi.

Él comenta lo del Ejército porque dos noches antes, después de haber estado atado, vendado y haber sufrido mucho, distintos tipos de maneras de castigo -nunca me contó personalmente, simplemente me comentó de un aljibe y me comentó que estaba atado, vendado, con mucho calor habitualmente los bañaban con mangueras- que alguna vez logró con mucho cuidado correrse la venda y llegó a ver vehículos del Ejército cerca del lugar de detención donde estaba.

Lo dejamos que siga con su idea porque no cambiaba las cosas, lo que importaba era tenerlo. Su estado era lamentable, estimamos que había perdido entre ocho y diez kilos en 34 días. Mi mamá en esos días envejeció lo que se veía, su apariencia física, mi mamá envejeció diez años, cosas que me pesa sobremanera.

Mi hermano nunca más estuvo bien, mi hermano nunca pudo trabajar, intentó en Entel, tenía problemas psicológicos. De joven creía que era un vago, hoy tengo 63 años soy empresario y tengo 400 trabajadores y sé que mi hermano no es un vago sino que no puede trabajar, tiene permanentemente pastillas en el bolsillo para tranquilizarse porque sufre pánico. Cualquier situación fuera de lo normal le produce un estado de shock.

Hace unos días vendió un auto usado y tuvo que ser internado porque se le subió la presión. Cualquier situación fuera de lo que es normal lo transforma.

Hoy me doy cuenta que los trastornos que sufre mi hermano no le permiten trabajar ni desarrollar una tarea.

Estuve reunido con un secretario, entrando en una oficina a mano izquierda en la curia pero no era Mayer. Mayer era el responsable principal de la curia, con un secretario que nos dijo que estaba al tanto de la situación pero que desconocían y no podía hacer nada.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué supone que pasó en las 48 horas previas a la liberación?

Testigo: Supongo que es un acondicionamiento dado el mal estado físico en que llego, de lo psíquico nos dimos cuenta con el transcurso del tiempo, hoy con 51 cada vez se le acentúa más. Creemos que fue para ponerlo un poco más en condiciones dadas las circunstancias que había pasado de maltrato físico y de mala alimentación. Según me comentó, lo alimentaban con los ojos cerrados.

Roth mencionó que también se preguntó a un militar amigo por el destino de su hermano. Héctor Enrique Garibaldi, médico del Hospital Militar hoy fallecido, dijo a la familia que "no se dejen estar, sigan golpeando. Nada más, nunca brindó información, simplemente como sugerencia, 'No se dejen estar'.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Tenía militancia su hermano?

Testigo: No señor. Absolutamente ninguna, muy afirmativa la respuesta, no dudo. ¿Qué es lo que te preguntaban Ruso? -le preguntó a su hermano- Querían saber qué nos enseñaban determinados profesores, cómo encaraban determinados temas, profesores de la escuela industrial. Éramos elemento de consultas a fin de saber que enseñaban los docentes, algunos puntuales pero no recuerdo el apellido si me lo va a preguntar.

Ese aparentemente fue el motivo por el cual no estuvo durante 34 días. Nunca me mencionó que le hayan preguntado por otros compañeros, había de diferentes edades y divisiones.

No tengo ninguna duda que fue el resultado de un estado general que había en el país, en el cual había acciones de todo tipo y extremo, en el cual no se medía la relación que podía haber entre hechos punibles y hechos no punibles. Lo desmedido es llevarse a un chico de 16 años al cual lo único que le gusta son las chicas de 15...

Roth recordó algunos de los apellidos de otros estudiantes secuestrados con su hermano: López, Petersen, Lebed y agregó que con el tiempo conoció a uno de ellos, Daniel Bambozzi pero por intereses deportivos sin conversar con él sobre lo sucedido durante la dictadura.

Mencionó que su familia presentó un habeas corpus en la justicia federal, no pudo identificar al juez que lo recibió pero sí que el resultado fue negativo. Además, "un grupo de padres representativos fueron recibidos por el padre Vara en dependencias del Comando".

Néstor Daniel Bambozzi

53 años, casado, es empleado municipal, tiene tres hijos.

En 1976 estudiaba en la escuela industrial de Bahía Blanca de Chiclana al 700, vivía en Humberto Primo 175. No tenía ninguna militancia.

A la pregunta del fiscal Abel Córdoba sobre los hechos que lo tuvieron como víctima durante la dictadura militar respondió:

El 20 de diciembre de 1976 me encontraba durmiendo en casa, irrumpen cuatro o cinco personas, tiran contra el garage porque decían que le respondíamos con armas y era mi padre que trabajaba de carpintero.

Dejáte de joder, venís con nosotros. Me meten a un auto tirado en el piso, anduve un rato no sé dónde y ahí me tuvieron hasta que el otro día me llevan a un sitio, me hacen desvestir, me pegan y me dicen qué hacía con los chicos, que yo estaba con armas, que preparaba gente para la parte del extremismo y se puede imaginar, no sabía qué decir.

Te dejaban un tiempo, al rato te llevaban de vuelta, te ponían la picana, te seguían golpeando. Se escuchaban gritos de otros detenidos cuando los llevaban que decían 'Soy comunista' o esto o lo otro, inventábamos cosas para que no te sigan pegando. Recuerdo que me llevaron a una casa en Palihue que según ellos era una casa de la guerrilla donde supuestamente teníamos las armas, les hice hacer un pozo que te puedo asegurar que cuando volvimos me pegó hasta la pala. Así nos tuvieron 17 días.

Después me tuvieron 15 días más atado y vendado, ni siquiera para orinar, te ponían una lata delante y tenías que orinar así -se quiebra-.

Tenía 19 años. En mi casa estaban mi padre y mi madre, mi hermano más chico no recuerdo si estaba. Según mis padres estaban todos de civil y a la semana que me llevaron cortaron dos manzanas alrededor y fueron a buscar la bala que habían tirado cuando entraron a mi casa.

Me acusaban de ser el jefe del asalto a la Ford que hubo en el '75 o '76, en Amado Cattaneo, que yo era el que manejaba una camioneta y que era el jefe de adiestrar en armas a la gente que entraba a la guerrilla.

No pude reconocer gente conocida en La Escuelita. Si bien algo veía cuando se me aflojaban las vendas. Por ahí algo hablábamos entre nosotros -los alumnos de la ENET 1- pero teníamos un guardia que nos pegaba con una manguera.

De mi curso era el único pero recuerdo a Lebed, Voizuk, Petersen, López, conocidos de estar en el colegio.

Creo que había distintas funciones en el centro clandestino de detención. El que interrogaba siempre era el mismo pero había gente que cuando te llevaban a algún lugar cambiaba, no recuerdo nombres.

Sentía que pasaba un tren a las 6 o 6:30 de la mañana. Después reconocimos ese lugar porque un pariente tenía una quinta por ahí y me comentó que de noche escuchaba gritos.

El último día antes de soltarme, me hicieron firmar algo que no recuerdo que decían pero hicieron como que me devolvían lo que me habían sacado que era un anillo o dos, que había dicho que había estado participando de la guerrilla, que no diga nada.

Yo tenía una lastimadura en los tobillos y alguien me echaba alcohol, no sé si era un medico o qué. Me quedaron marcas.

Pienso que era dentro de la misma Escuelita. Los últimos cuatro días los pasé en una cama con colchón. Los otros era un cuarto vacío que si tenías suerte te tocaba un catre y si no el piso. Se escuchaban los gritos de otras personas.

Recuerdo que cuando estuve esos últimos cuatro días trajeron a un par de chicas que, hablando entre ellas, decían que suelten a esos muchachos que no tienen nada que ver con esto. Se referían a los 16 o 19 que nos habían sacado de la escuela.

Una de esas chicas decía que estaba embarazada. Estaba en la cama esa y escuche que venía una de las chicas estas que decía 'Soltá a los muchachos' y después hablaban entre ellas. Aparentemente era un intento de abuso.

Sobre su liberación Bambozzi relató que "me subieron en un camión, fui el último en bajarme, iba con Villalba y con Voizuk. Fue el 21 de enero de 1977, me dejaron enfrente a la cancha de Comercial. Hasta ahí llego vendado y atado y me dijeron que cuente hasta 30. Me dirigí a la estación de servicio de la esquina, lloviznaba, fui mareado tambaleando porque había bajado varios kilos, le comenté al sereno lo que me había pasado, pasé por el baño, me tomé un taxi y me fui a mi casa".

Los padres estaban con la familia en casa esperando que volviera. Le contaron que la primera semana estuvieron recorriendo la parte del camino La Carrindanga porque "tenían noticias de que estábamos por ahí atrás del Ejército, hasta que alguien les dijo que se dejaran de dar vueltas que iban a tener problemas".

Fiscal Abel Córdoba: ¿Estos hechos que ha relatado le han dejado secuelas a usted?

Testigo: Secuelas de bronca que tengo... -llora- Bronca que tengo adentro nada más. Es algo que no sé porqué me tocó vivir.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Sus padres presentaron amparos o hablaron con un juez?

Testigo: Presentaron habeas corpus, fueron a preguntarle a un tío militar y después de esa charla se terminó el parentesco. Mi tío era Bentivegnia del V Cuerpo. Le dijo a mi padre que si estaba ahí por algo estaba.

Bahía Blanca, 02nov11
Corresponsales del Equipo Nizkor

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