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DERECHOS

15nov11


Sinopsis de la audiencia de 15nov11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca


Comando V Cpo de Ejército
Audiencia del martes 15 de noviembre de 2011

La audiencia contó con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).

Además, participaron los fiscales Abel Córdoba y Horacio Azzolín. Víctor Benamo y Mónica Fernández Avello por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación; y por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Walter Larrea y Diego Czerniecky. Por la defensa pública los doctores Gustavo Rodríguez, Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Luís De Mira, Eduardo San Emetério y Mauricio Gutiérrez.

Testimonios:

Elida Cifuentes

Vive en Neuquén, en calle Colombia 1600, casada, dos hijos, trabajadora social y empleada del estado provincial.

Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citada por el caso de Mónica Morán, ¿cómo fue su secuestro?

Fui detenida en Neuquén el 12 de junio de 1976. Recuerdo que era una madrugada. Tenía mucho miedo. Ya habían detenido a compañeras mías yo estudiaba servicio social. En esa semana de junio habían ya detenido a una de mis compañeras, ellas eran compañeras mías de la facultad y de militancia. Pertenecíamos al PRT.

Golpearon fuerte la puerta, abrí, yo estaba con mi mamá en ese momento. Ingresó personal provincial uniformado y personal del Ejército muy armados, se metieron en la casa, me llevaron a la policía provincial y luego a la Unidad Penal Nº 9 en la ciudad de Neuquén, estuve encerrada en la celda, vino un médico, había una celadora y preguntaban porque estaba ahí.

Trascurrieron tres días, me vinieron a buscar, me dijeron que me iba, salí y cuando llegué a la parte de adelante de la cárcel, me di cuenta que no era la única que estaba en las mismas condiciones. Yo identifiqué a varias personas, me marcaron las manos, nos dijeron que no nos íbamos. Cuando se abre la puerta del penal estaba lleno de militares, sirenas, autos. Nos subieron con gente armada a unos carromatos. Sale pude ver que íbamos camino al aeropuerto. Cuando abren la puerta fui golpeada, atada, esposada y a los insultos nos subieron a un avión que estaba en marcha. A los empujones me subieron al avión. Allí me ataron al avión.

Recuerdo que en un momento se acerco uno, y yo tenía anillos de plata y me dijo 'estos no te van a servir, me los llevo para mi novia'. Duró como una hora el viaje.

Finalmente llegó a su destino el avión, yo ya estaba vendada, ya no vi más la luz, nos subieron como que nos levantaban sobre un camión, este se desplazó por un terreno irregular y se sacudía. Llegamos a un lugar, recuerdo que hacía mucho frío. Nos pusieron en ronda y nos ataron uno a uno.

No sé cuánto tiempo pasó, hacía mucho frío. Me llevan a un lugar siempre así por la fuerza y con insultos, me hacen preguntas, me preguntan por mis compañeras y me amenazan y me toquetean y no sé cuánto pasó. Me ataron donde había otras personas, mujeres. Me encadenaron a una cama, escuchaba entrar y salir gente. Recuerdo el olor a cigarrillos y uniforme.

Recuerdo que por algunas noches había como un momento diferente del día, ingresaban personas diferentes a las que están todo el tiempo con nosotros. Por el lenguaje y actitud se hacían llamar el Laucha y el Lagarto conversaban con nosotros. Permitían que cantemos. Ahí escuche a una compañera del PRT que cataba muy lindo, canto La pájara pinta. Ahí escuche a Mirta Tronelli compañera de curso, también estaba Gladys Sepúlveda.

Había una chica que lloraba mucho, que era maestra y se estaba por casar y le decían que era judía y que la iban hacer jabón. Permanecí unos diez días. En un momento después de un interrogatorio, me pegaron una cinta en la frente y me dijeron que no podía perderla. Y la deje guardada ahí. Me dicen que me vienen a buscar, me llevan violentamente, me suben a un auto con Gladys Sepúlveda. Se detienen y nos bajan, y estábamos en el ingreso a la cárcel de Villa Floresta. Ahí me saqué la venda y no podía abrir los ojos. Ahí me acorde de esos que guarde en los bolsillos y decía derechos.

En Villa Floresta estuve seis meses y luego a Devoto. En Floresta estábamos con las mujeres por delitos comunes. A los pocos días de estar escuchamos en el informativo que habían caído guerrilleros en un enfrentamiento y había caído Mónica Morán. Gladys me dice que había estado con nosotros por el centro clandestino La Escuelita. Dice 'si yo la escuché'. Yo no la conocía a Mónica, me dice 'es una compañera que estaba en Neuquén. Yo la escuchaba en el lugar donde estuvimos'.

Una de las celadoras era muy agresiva. Cuando salía la información de algún enfrentamiento, la celadora aplaudía y decía 'qué bien', nos miraba y se reía. Estando en Floresta nos dicen prepárense, nos asustamos. Íbamos pasando de a una al ingreso de la cárcel y había personal penitenciario y no recuerdo si era de Ejército, sin decirnos más nos revisaban, nos hacían acostar sobre una camilla y nos hicieron tacto vaginal y había un médico.

Juez José Mario Triputti: ¿Sobre Mónica Moran qué nos puede contar?

Estoy diez días, luego estando con Gladys Sepúlveda, fuimos las únicas llevadas a la cárcel. No sé cuántos días pasaron, teníamos un televisor y en uno de los informativos pasan que uno de los enfrentamientos y Gladys dice que es una compañera que estuvo con nosotras, se trataba de Mónica Moran.

Juez José Mario Triputti: ¿No tuvo contacto con ella?

No la conocía de antes.

Finalmente nos llevan a Devoto. En el 81 me dieron la libertad con vigilancia y retorné a mi ciudad.

Juez José Mario Triputti: ¿Usted declaró en algún otro tribunal?

Sí, inicialmente hice una declaración ante la APDH, hice denuncia en el juzgado Federal de Neuquén. Es la primera vez que declaro ante Tribunal.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En qué domicilio fue el secuestro?

En la casa de mis padres.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Pudo reconocer a alguien?

Había un sargento de la policía amigo de la familia, se llamaba Echeverría. Se movía, tuvo una actitud más humana, porque era un conocido de la familia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En Neuquén al salir le hicieron firmar acta?

Sí, nos hicieron poner los dedos, nos dicen 'se van', nos dicen que nos dan de baja, mi padre iba a preguntar esto. Fue un lunes y el martes me cuenta mi familia que cuando fue, le dijeron 'no está más' y fue toda la explicación que le dieron.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Puede describir el lugar donde estuvo?

Sí, el piso era de cemento, era como muy duro, el lugar era como cerrado con camas, percibía como olor a encierro y se escuchaba el mugido de vacas o de un tren o algo por el estilo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿El lugar de de las torturas era lejos de ese lugar?

Sí, nos llevaban caminando. Había una distancia, no recuerdo cuanta. Era diferente del lugar donde estamos siempre.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Eran diferentes quienes torturaba de quienes la cuidaban?

Los guardias nos entregaban había una personas que se hacía llamar el Tordo, se hacía el bueno. Nos decía que no nos iba a pasar nada, era diferente.

Juez Jorge Ferro: ¿A qué se dedicaba en el PRT?

Trabajaba en la universidad, militábamos en el centro de estudiantes. Leíamos la prensa. Teníamos una propuesta.

Juez Jorge Ferro: ¿Cuando le detienen en su domicilio el personal policial ingresa a su casa?

Sí, registran miran, no se llevan nada.

Defensa oficial: ¿Entre su militancia estaba la lucha armada?

-El tribunal no autoriza la pregunta.

El abogado defensor Eduardo San Emeterio pide careo entre Sepúlveda y Cifuentes a partir de supuestas contradicciones entre las declaraciones de las testigos sobre el lugar de detención clandestina. La defensa oficial adhiere al pedido y la querella lo rechaza.

Mirna Edith de Aberasturi

57 años, casada, viven en barrio Patagonia. Es psicóloga.

Fiscal Abel Córdoba: ¿En el año 1977 dónde vivía y qué sucedió en ese lugar?

Vivía con mi mamá y mi hermana. El 26 de febrero del 77, serían las 14.30, era un día de calor, mi novio y actual esposo, se iba a buscar un piano. Tuve ganas de irme con él pero era un verano de calor. Yo estaba en casa en ropa de cama. Mi madre atendía una peluquería en el living de casa, hubo mucha gente que presenció el hecho. Mi madre abre la puerta y el primero en entrar era un joven rubio. Entraron abruptamente, eran entre cinco y seis. En ese momento mi hermana se había ido al kiosco. Cuando abren la puerta de la cocina a todas las personas que estaban ahí le dan vuelta la cara para que no los reconozcan. Yo estaba en la cocina, me muestran fotos de quien en ese momento era mi amiga Patricia Acevedo con quien tuve contacto hasta esa fecha. Me mostraban fotos y me decían 'decínos dónde vive Patricia'. Yo conocía su dirección. Fue desagradable toda la situación. Mi mamá se volvió loca, a los gritos la empujaron, la tiraron al piso.

Me dicen 'vamos a vestirte'. Me vistieron. Lo que buscaban era alguien que conociera a Patricia Acevedo. Me sacan, los autos estaban estacionados sobre la cortada Miguel Cané, había dos autos, me tiraron adentro con mucho maltrato y gritos diciéndome que me iban a matar. Me llevan, quienes teníamos amigos desaparecidos sabíamos de La Escuelita. Intuí que iba a ese lugar por el tipo de viaje que hicimos. Al llegar al lugar ingresé a un hall de entrada. Me vendaron y me ataron. Al entrar escuchó en una TV que Patricia había sido muerta en un enfrentamiento en calle Chiclana donde estaba el colegio industrial. Hubo una pelea entre ellos, se puteaban, dice uno 'como dejan esto prendido ahora esta se enteró que está muerta'. Después de esa discusión, me llevan a los que sería un cuarto que estaba en un ala izquierda y escuchaba muchas voces. Escuchaba toser y pedidos para ir al baño.

Al atardecer tuve que pedir ir al baño, me bajan de la cucheta, me llevan al baño. Al regresar alguien que no pude preguntar quién era, me detiene y dice 'Vasca en qué te metiste'. Me puse a llorar y dije 'No sé, soy amiga de Patricia'. Esa persona me consoló y dijo que iba a ver si podía hacer algo por mí. Nunca supe quién era esa persona. Pero supongo que me conocía.

Ahí uno vivía el horror de la muerte, una vez se me aflojó la venda, vi a un muchacho que lo tenían en una cama sin colchón y lo trataban muy mal. Una noche escuché que a una muchacha le decían si le había venido porque si no este será de padre desconocido ni la jeta me viste le dijo.

Me llevan, pensé que me iban a torturar, pasamos la puerta de rejas, salimos al exterior. Vamos hacia el lado izquierdo y no me torturaron, me preguntaron cómo conocía a Patricia, Mentí porque al enterarme que estaba muerta podía salvar a mi novio, porque yo a ella la conocía de la Inmaculada pero por mi novio y me hice gran amiga de ella, para evitar que lo secuestren a él, si bien ellos me pedían muchos datos de él. Me dicen que nos tenían como colaboradores de montoneros.

Apagan las luces y me muestran armas con las que supuestamente mi amiga se había defendido. Eran un montón, no sé si habría sido así.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe quién la interrogó?

La persona que me interrogó tenía la voz potente, muy firme. Sabía que manejaba la cuestión allí. Solamente escuché dos apodos, el Laucha y el Abuelo. Ignoro quién es. Después de esto me vuelven a llevar a la cucheta, pasó todo el domingo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuéntenos un poco más sobre esa persona que dijo querer ayudarla?

A la persona que dijo querer ayudarme le di el teléfono de una vecina, por supuesto nunca se comunicaron.

Había muchos perros en se lugar el día lunes me vuelven a hacer las mismas preguntas. Y me dijeron que 'aparentemente te estaríamos soltando en las próximas horas'. Uno no creía que lo soltaban, pensaba 'será el final'.

Esto fue el lunes a la noche tipo 22 horas, alguien viene buscarme, me sacan y les dicen a todos los chicos que no pude saber con quién estuve, 'vean lo que es ser viva, llegó última y se fue antes por no ser montonera' frente a quienes probablemente dejaron su vida ahí.

Me llevan a un auto, me hacen sacar las vendas, no miro los rostros de nadie, en la esquina de mi casa me dejaron en calle Italia y Pueyrredón, pensé 'ahí viene el tiro. Esperé paralizada y el auto se fue. Y quedé viva, me dijeron 'mañana vas a laburar'. Yo trabajaba en el IPS, dijeron que iban llamar a ver si estaba y así que tuve que ir a trabajar.

Me llamaron para mi cumpleaños, llamaron al teléfono que les había dado estando secuestrada. No fui a atender, fue mi madre.

Mi madre fue a ver a Mayer porque eran del mismo pueblo y le dijo 'en algo habrá andado tu hija'.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Mencionó que había amigos suyos secuestrados?

Si, Patricia Gastaldi, su marido, Diana Diez, Néstor Grill, Mónica Morán. Yo también había hecho teatro. Cada vez que alguno de ellos era secuestrado iba a visitar a las madres. Me venían siguiendo días anteriores hubo cuestiones raras en el barrio.

Fiscal Abel Córdoba: ¿La persona que le pregunta 'dónde te metiste', piensa que es un civil?

Debe tratarse de un civil. Me apoyó la cabeza en su hombro y me dijo eso. Era una persona de contextura importante, grandota. No lo escuche más, fue casual el encuentro. Los guardias dijeron 'tuviste suerte porque si te toca la época de Vilas estarías muerta, pero está Azpitarte'.

Carlos Hugo Kaul

59 años, vive en Bahía Blanca. Es viajante, casado.

Fiscal Abel Córdoba: Fue citado por el caso de Mirna Aberasturi, ¿dónde vivía en 1976?

Vivía en Bahía Blanca, en calle Moreno 391.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Desde cuándo conocía a Aberasturi?

Desde 1975.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuéntenos lo que sabe del secuestro de Aberasturi?

Ese día viaje a Jacinto Arauz y cuando llego al mediodía me llaman de la casa de ella, la hermana diciendo que la habían secuestrado. Fui a la casa. Estaban desesperadas la madre y la hermana, me contaron cómo había sido. Cuando estaba llegando me entero que habían matado a Patricia Acevedo y pensé que estaban vinculados. Ellas eran amigas, fueron días de desesperación, no sabía qué podía pasar con ella. Después regresé a mi casa, iba y venía. Después quedé en una situación particular de no saber, pensé que podían buscarme a mí, no ocurrió eso. Yo trabajaba en el Banco Nación, fui a trabajar, mi suegra presentó un habeas corpus, tuvo contacto con monseñor Mayer. Me lo relató ella después.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Denunció su desaparición?

No, lo hizo mi suegra.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo estaba ella cuando fue liberada?

Estaba desesperada, todos muy convulsionados. Una mezcla de mucha angustia y de alegría de que la volvía a ver. Pensé en esos días, estaba siempre la posibilidad de volverla a ver o no verla más, particularmente sabía que no militaba en ningún partido político pero eso no solucionaba nada. Era un estado de desazón, desesperación, no saber a quién recurrir. Cuando mi suegra me cuenta que fue ver a Mayer que era amigo particular, ella pensó que la podía ayudar pero le dijo seguro que por algo se la habían llevado.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué le contó ella?

Pensó que iba al comando del V Cuerpo, fue una de las primeras cosas que me dijo, pensó que la iban a matar cuando bajó del auto. Esa era su sensación, sé que no la torturaron físicamente.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué sabía sobre Patricia Acevedo?

La conocí en el 73, cursaba en la universidad. La conozco por un amigo que era novio de ella, pero después dejé de verla, porque dejé la universidad. Después en el 75 vuelvo y la empiezo a frecuentar. Se ve que pertenecía la JUP.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía algún apodo su novia?

Sí, la Vasca le decían en la familia.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Le refirió que en el centro clandestino la mencionaron así?

Sí. Hemos hablado de quién podía ser, pero ella no puede determinar quién puede haber sido. Seguramente alguien que la conocía.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué nos puede relatar sobre el daño del que fueron víctimas?

Después con el tiempo, ese año renuncié al banco, porque ella me decía que le comentaron que sabían toda mi actividad. Tenía otra actividad de fumigación, sabían toda mi vida, eso creó una inseguridad por eso luego decidimos irnos a Aráuz. Al año siguiente se fue ella y nos casamos. Uno no sabía dónde estaba parado. Yo no tenía militancia, pero si tenían tanta información no sabías dónde estabas parado.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: ¿Usted conoció a María Rosa Escudero o a Mónica Morán?

No.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: ¿Usted le hizo una advertencia sobre el grupo de teatro?

Sí, le dije que tuviese cuidado. Yo le había hecho el comentario porque en ese grupo de teatro estaba complicado. Como que podía pasar algo.

Hugo Norberto Montenegro

60 años, nació en Punta Alta, casado, es suboficial mayor retirado de la Armada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Usted fue testigo de un procedimiento?

Estábamos con mi señora en la casa de mis suegros, interrumpieron dos personas. Nos pusieron contra la pared, pidieron documentos. Se los dimos y después una persona nos dijo 'quédense donde están, cuando no sientan nada pueden salir'. Cerraron la puerta y se fueron.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Recuerda cuándo fue?

Fue en 1977.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Se identificaron?

No, estaban de civil, no dieron tiempo a nada. Estaban armados.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Usted hizo mención que trabajaba en la Armada?

Estaba destinado a la base de Espora. Les di el documento.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Recuerda que pasó después?

Nosotros nos quedamos ahí, lo único que se sintió fue una corrida para fuera y como un grito. Nos quedamos ahí, el primero que salió fue mi suegro hasta afuera, volvió y dijo se llevaron a la Tile, que era Margarita Cereijo. Ahí no supimos más nada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Hizo algún trámite?

No recuerdo.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Qué estaba haciendo en la Armada en esa época?

Estaba en la aviación, yo estaba en la parte de armamento.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Como miembro de una fuerza armada que le generó todo esto que sucedió?

Estaba desorientado, no sabía qué pasaba ni por qué.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Se le ocurrió averiguar?

No. No hice prácticamente nada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Su esposa estaba preocupada?

Sí, todos estábamos preocupados. Yo preguntaba qué novedades tenían pero hasta que después nos enteramos que a Nancy la habían matado. Eso fue un tiempo después. Nos sorprendió.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Usted que estaba en la marina escuchó de otros procedimientos?

No. Ni preguntaba tampoco, no se me dio por preguntar. Pasó eso y no se dio, nadie contó.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Fue al entierro de Nancy?

No.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Por qué?

No recuerdo.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿En qué lugar trabajaba de la base?

En el hangar seis. Mi tarea era, por ejemplo, nosotros le cargábamos las bombas a los aviones que salían. Había helicópteros etc. que eran para exploración y reconocimiento. Y nosotros lo que hacemos era embarcarnos en los portaaviones.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Entre los aviones que recuerda estaban los de transporte?

No. Una vez volé a Buenos Aires y estando en la escuadrilla lo hice en un B80. Pero de trasporte no recuerdo.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Había solo aviones de la Armada o de otras fuerzas?

No recuerdo bien, hubo una época en que había un hangar del Ejército.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿De Prefectura recuerda?

No.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Quiénes eran sus jefes inmediatos?

Me acuerdo del teniente Zubizarreta, Filipi.

El Juez Jorge Ferro interrumpe y le pregunta por su jefes, el testigo dice que los jefes eran los pilotos y menciona a "el suboficial Galván, Cuenta, Parra y Vellido".

Juez Jorge Ferro: ¿No hablaba cuando volvía con su señora de lo que pasó con la prima de su señora?

Sí, ella me contaba si tenía novedades me lo comentaba.

Juez Jorge Ferro: ¿De su parte no había motivación de preguntar en la Armada?

No.

El abogado de la defensa particular Eduardo San Emetério dice que hay un hostigamiento hacia el testigo. El juez Jorge Ferro dice que no, "yo lo que quiero es averiguar sobre las gestiones por un familiar secuestrado y por qué no se interesó". Triputti dice que no hay hostigamiento.

Ferro repasa parte del testimonio del testigo y pregunta: ¿No se le ocurrió que si estaban de civil podía tratarse de un delito común, no se le ocurrió realizar la denuncia?

No.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Cuando secuestran a su familiar qué pensó que le pasó?

No tenía idea, no sabía qué le había pasado, ni la causa.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Le interesó saberlo?

Lo que pasa que la causa se fue enredando a raíz que los familiares contaban algo. No sé si era por no seguir con el tema que la familia estaba tan dolida.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted sabe si Nancy militaba?

¿Yo si sé? Era peronista. Pero eso lo supe por la hermana.

Juez Martín Bava: La noche de la cena ingresa gente y los ponen contra la pared, ¿dialogaron?

No.

Juez Martín Bava: ¿No lo identificaron como persona de la marina?

No recuerdo.

Juez Martín Bava: ¿Supo de quién eran los gritos en el pasillo?

Cuando nosotros salimos ya no había nadie. Salió mi suegro, fue hasta la calle y volvió diciendo que se llevaron a Margarita.

Alicia Susana Cereijo

58 años, casada, dos hijos y ama de casa.

Fiscal Horacio Azzolín: Usted es testigo a raíz del procedimiento en su casa, ¿qué recuerda?

Me acuerdo que esa tarde fuimos a ver a mi mamá y papá, nos invitaron a cenar. Estábamos en la cocina, yo estaba sentada. Se abrió una cortina, apareció una persona con un arma y nos dijo que nos pusiéramos contra la pared y entró otra persona. La segunda tampoco la alcance a ver. Nos dijeron 'pónganse contra la pared, apoye las manos y mire el piso'. Acto seguido pidieron documentos. Tenía el bolso colgado de una silla, me lo alcanzaron y se lo entregué, mi marido y mi papá también. Lo único que escuché es que dijeron que no nos moviéramos. Acto seguido nos dijeron que nos quedáramos quietos hasta que no escucháramos ningún ruido, salieron, cerraron la puerta, nos quedamos en silencio. Mi papá abrió la puerta se asomó, salimos a la calle y no había más nada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿En ese momento estas personas se identificaron?

No, nada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Se dieron cuenta que su esposo trabajaba en la Armada?

No, no recuerdo.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Qué pasó después?

Mi papá gritó 'se llevaron a Tile', que es mi prima. El nombre es Elvira Margarita. Después nos fuimos a mi casa porque vivíamos en otro lado. Estábamos todos mal y no me puedo acordar mucho de ese día y de los días posteriores tampoco mucho.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Supo qué había ocurrido con Tile?

Supe que se la habían llevado y que después la habían largado. No hablé mucho yo con la familia de todo esto, no sé si yo me bloqueé con todo esto.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Fueron a hacer la denuncia por lo que sucedió?

Mi tío creo.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿De Nancy Cereijo qué sabe?

Sabía que trabajaba en Bahía Blanca, ingresando en la universidad para estudiar Bioquímica. Después por comentarios supe que se llevaron a Nancy.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Sabe por los comentarios a dónde?

No recuerdo, pero fue un mes largo que no sabíamos dónde estaba.

Me acuerdo solamente cuando le avisaron que habían encontrado el cadáver de Nancy porque fue el día de mi cumpleaños. Y mi mamá se acercó a casa, me dijo que mataron a Nancy.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Fue al velatorio?

Fui.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Había personal de fuerzas de seguridad?

Había mucha gente, amigos, familiares, se velaron los dos cuerpos. El de Nancy y el de Andrés. Yo estaba embarazada de mi primer hijo. No me dejaban entrar mucho porque estaba con el embarazo.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Su marido hizo alguna gestión?

Que yo recuerde no.

Juez Jorge Ferro: ¿Conocía si Nancy tenía militancia?

Ella era años menor que yo y me había ido de casa. No le puedo precisar.

María Teresa Florentín

61 años, casada, cuatro hijos, ama de casa, vive en Spilimbergo 340.

Fiscal Horacio Azzolín: Usted fue citada por el procedimiento en calle Fitz Roy 137 ¿qué recuerda?

Vivíamos en el quinto piso contra frente, era un domingo a la noche del mes de noviembre. Llevaba mi segundo embarazo, estábamos preparándonos para ver una película. De pronto escuchamos una explosión muy fuerte, según mi esposo hubo más. En esa época había incineradores y pensé que habían tirado una botella.

Nuestro departamento estaba pegado a la escalera. Salgo a mirar y viene bajando del piso de arriba un muchacho joven con ropa militar, bajito, morrudito. Venía con un arma y nos dijo en tono imperativo que nos metamos al departamento y no salgamos. Del primer departamento sale gritando una señora mayor pidiendo auxilio, como que se le había caído el techo. La señora no sé qué pasó. Después se escuchó durante mucho tiempo balazos y explosiones.

Estaba muy nerviosa y asustada. Eso duro un tiempo, se hizo un silencio largo y después se escuchaban silbidos de balas. Unas tantas horas habían pasado, se decía por trascendidos porque hacía mucho calor y en el departamento se disparaban las balas.

Nos golpean la puerta, aparece un militar, un señor grande morocho, se presentó y nos dijo que debíamos evacuar el edificio. Directamente bajamos, nos encontramos con los vecinos. Observé que había sangre, como pedazos de vidrio o mampostería. Nos fuimos a la casa de mis suegros, permanecimos allá. Al día siguiente tenía que ir a trabajar y no tenía ropa. Mi esposo fue al día siguiente a buscar ropa.

Lo que sí me comentaron que la pareja que habían matado los había visto un par de veces, él no vivía ahí, la que sí vivía era la abuela. Aparentemente los vieron en un auto y los siguieron quedaron encerrados y se tirotearon.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿En qué departamento vivían?

En el cuarto al frente, el mío era tercero al contra frente. Debería ser departamento uno.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Cuántas personas del Ejército vio?

Yo vi a uno. Y después a otra persona que nos dijo que evacuemos el edificio.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Cómo estaban vestidos?

Para mí eran militares por el color verde de la ropa que tenían.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Cuando bajaron aparte de las personas que había en la calle había otras personas?

Había militares, había movimiento estaba muy nerviosa.

Abogado querellante Walter Larrea: ¿Cuando salió estaba cortada la calle?

Yo creo que estaba cortada, no había movimiento de autos.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Su marido al otro día fue a buscar ropa, ¿qué vio?

Estaba custodiado el edificio, el vio de afuera que estaba todo, lleno de sangre.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Cuándo volvieron a ese lugar?

A la noche del otro día.

Abogado defensor oficial: Usted dijo que siente una explosión muy fuerte y sale al pasillo, después dice que se escucharon muchos balazos, ¿hubo distancia temporal?

Pasaron algunos minutos.

Abogado defensor oficial: ¿Se decía que en ese departamento había armas?

Sí, los vecinos decían eso, eran rumores. Después que sucedió esto se comentaba eso.

Abogado defensor oficial: ¿Los disparos que escuchó eran en una misma dirección?

No puedo precisar eso, no lo sé.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: Sobre el militar que veía bajando armado, ¿quién le dijo que era un arma Fal la que llevaba?

No recuerdo, supongo un vecino.

Abogado defensor particular: Respecto de la señora del tercer piso, ¿la vio?

No conocía a los vecinos, no la recuerdo.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Escuchó desde la ventana si se hacía fuego hacia la calle?

Sí, porque según decía por trascendidos, que vivían muchos militares y se tiroteaban.

Juez Jorge Ferro: ¿Usted los conocía? ¿Sabía si tenían militancia?.

No, solo que estaban en la universidad.

Juez Jorge Ferro: ¿Había un encargado del edificio?

Sí, pero no vivía en el edificio.

Edith Carmen Delgado

Nació el 3 de octubre de 1934 en Bahía Blanca. Tiene 77 años. Jubilada, escribana. Divorciada y viuda.

Fiscal Horacio Azzolín: Usted fue ofrecida como testigo del procedimiento de Fitz Roy 137, le pido que cuente al tribunal lo que recuerde.

Fue en el año 76. Yo vivía con mi hijo en ese edificio, creo que era el segundo piso. No recuerdo la hora pero sí el programa que estaba viendo mi hijo que era el Mundo de los Simios cuando percibimos movimiento en los pasillos. Tiros y demás yerbas. Gritos. Gente que corría en los pasillos.

Soy bastante miedosa, los gritos eran muy feos. En ese momento se corría el rumor que había problemas serios en distintos lugares. Tiros y demás se escucharon desde la planta baja. El edificio todavía conserva las huellas de esos tiros.

Evidentemente estaban tratando de detener a alguien. Mi departamento era el 2, contrafrente. Fue de noche, tengo como referencia el Mundo de los Simios.

Debe haber durado una hora y pico, no se olvide que después del despiole este, nos tenemos que quedar porque nos avisan por portero que no salgamos. Nos quedamos toda la noche. A eso de las tres de la mañana se empezó a incendiar el departamento donde habían ocurrido estos hechos y tuvimos que evacuar.

La señora de al lado, que es con la que hablé, dijo que le salió un agujero en su departamente que era justo el superior.

Solamente me explicaron que puede ser que haya sido una especie de bomba que tiraron contra la puerta. Me dijeron que detrás estaba la heladera y esa bomba que sería incendiaria. Los cables que estaban detrás de la puerta eran de gas y de luz por eso se empezó a incendiar.

Tenía una actividad muy grande porque era jefa del Registro Civil y tenía mi profesión, estaba muy poquitas horas en casa y no conocía a los vecinos de ese departamento.

En esa época había operativos, se escuchaban tiros y gente que detenían.

La persona que me toca el timbre no explicitó mucho, dijo que por razones de seguridad del edificio nos teníamos que quedar adentro.

Abogado querellante Víctor Benamo: Según su referencia lo primero que escuchó es la explosión. ¿Los ruidos de pasos fueron casi contemporáneos con la explosión?

Primero se oían voces de orden dentro del edificio. Después de eso se oían corridas por las escaleras.

Imagínese que el hecho ocurrió en el piso superior donde estaba.

La lógica es que si esta gente que gritaba 'Alto' porque corrían y perseguían a alguien deben haber tirado unos tiros. Luego fue la explosión.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿En qué lado estaban las muestras que aun quedan en el edificio?

Cerca del ascensor estaban.

(...)

Juez Jorge Ferro: Usted recién habló del señor Hidalgo, ¿quién era?

Bueno, después nos enteramos por los diarios y demás que la abuela Hidalgo vivía en ese lugar. Los hechos ocurrieron en ese departamento. Me contaron que había un joven y una señorita que estaban en ese momento y que habían tenido un encontronazo con las fuerzas armadas. Creo que las mataron.

Juez sustituto Oscar Hergott: ¿Alguna vez recibió militares pidiendo certificados de defunción?

Yo era jefa de Registro Civil en Cerri y en el Hospital Penna, no estaba donde se asientan las defunciones. Nunca recibí militares, en Cerri generalmente los muertos se asentaban en el Registro Nº1 y en el Hospital no había casi.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Su marido a qué se dedicaba en ese momento?

Mi marido se llamaba Héctor Mario Calcetta. No sé lo que hacía, yo estaba separada y no cumplía con los deberes para con mi hijo. Él era fotógrafo en un principio. No sé dónde trabajaba.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: ¿Podría aclararme que quiso decir con 'encontronazo' con las fuerzas armadas?

En un principio la gente que subía por la escalera a los gritos trataba de detener a esa persona. Se ve que lo siguieron hasta el departamento, en ese momento este señor habrá tratado de decirle que saliera o algo por el estilo tal vez. Entonces el encontronazo se produce porque la persona que estaba adentro se defendió también.

Abogado defensor particular Eduardo San Emetério: ¿O sea que fue un enfrentamiento armado?

Sí por supuesto. Se oían tiros de los dos lados.

Juez José Mario Triputti: De todas formas lo que usted está relatando lo hace desde el punto de vista de lo que supone. Tenemos que interpretar que usted concluye eso después de un tiempo. ¿No lo percibió con la vista?

No, no, no. Visualmente no lo he visto. Es así.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Esto que usted llamó encontronazo, vio alguna persona herida que sea extraña al edificio?

No. Prácticamente no salía del departamento, estaba mi hijo.

Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Usted vio sangre?

Me parece que en la escalera había.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Los demás vecinos coincidían con usted en que el hecho fue un enfrentamiento?

Yo no me acuerdo. En una época incluso muchas veces por miedo no se hablaba. No me acuerdo de haber hablado del tema con otras personas. Con la señora de al lado sí.

Fiscal Horacio Azzolín: En esos disparos que escuchó, ¿sabe quién disparaba?

Era un enfrentamiento de ambas partes.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿En función de qué lo puede afirmar?

Se sentían ruidos distintos, de armas no entiendo nada.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Usted escuchaba armas distintas y por eso habla de enfrentamiento?

Exactamente.

El abogado defensor particular Luis De Mira advierte que el fiscal está poniendo expresiones en la boca de la testigo. El juez José Mario Triputti le da la razón.

No nos permitían salir del departamento, yo escuché todo desde adentro. A las tres y pico de la mañana dejamos el edificio.

Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿El departamento donde ocurrieron los hechos daba hacia la calle?

No, era el B o el 2.

Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿A qué le tenían temor?

Se vivía con miedo señor. Durante mucho tiempo se vivió con miedo, pasaban cosas. Pasa que yo por mi profesión trataba de vivir de esa forma, no ignorando pero una escuchaba cosas.

Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿Cómo fue el incendio?

Bueno, ese aparato que hizo semejante explosión cayó sobre la pared. Al lado de la pared están los cables de gas y de luz, se empezaron a incendiar. Fue más o menos a las tres horas. Fue bastante problemático y nos avisaron que salgamos del departamento. Salió todo el edificio.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Vio o escuchó que hubiera militares heridos?

No.

Juez Martín Bava: Usted estaba relatando el supuesto de una bomba, los cables y demás. Eso usted no lo vió. ¿Quién se lo dijo?

Cuando nos advirtieron del incendio nos explicaron eso. Nos lo dijeron los vecinos que estaban ahí.

Juez Martín Bava: ¿El cableado fue cambiado? ¿Cuando subió prendió la luz y el gas sin problemas?

No. Tenía luz y gas.

Juez Martín Bava: ¿En las semanas subsiguientes hubo algún problema?

No recuerdo, no.

Juez Jorge Ferro: ¿Quién les impedía salir de los departamentos?

Siempre era una persona que parece que comandaba el tema y nos hablaba por el portero. Era hombre.

Juez Jorge Ferro: ¿Su marido tenía otra actividad además de fotógrafo?

Tuvimos una muy mala relación así que prácticamente no sabía nada.

Juez Jorge Ferro: ¿Sabía si trabajaba para el estado?

No, teníamos una muy mala relación.

Isabel Cristina Souto

56 años, casada, tres hijas, ama de casa. San Salvador 5956, Mar del Plata.

Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citada en relación al caso de su hermana Silvia. ¿Podría relatarnos cómo estaba conformada su familia y qué sabe de lo que le sucedió?

Mi papá, mi mamá, mi hermana y yo. Mi hermana era un año y tres meses menor que yo. Había cumplido 20 años el 15 de octubre del 76.

En realidad yo me entero donde a ella la matan doce años después que ocurrió el hecho. Hasta ese momento no sabíamos qué había pasado con ella. Me entero por la declaración de un tal Vilas que dice que en Bahía Blanca habían matado a una mujer con otro nombre.

En el año 79 vivíamos en la Capital Federal y cuando tuvimos 12 o 13 años nos fuimos a vivir a Mar del Plata. En nuestra casa antes del Proceso, nosotras militábamos en la UES y a mi hermana la buscaban, así que dejó de vivir en casa cuando tenía 17 años y a partir de ese momento una vez por semana o cada diez días venía el Ejército a preguntar por ella. Nos separaban en las habitaciones para ver que sabíamos.

Lo hicieron cerca de dos años y pico hasta noviembre del 76 que no vinieron más por lo que nosotros llegamos a la conclusión que la habían matado o la tenían con ellos. Venían una vez por semana, podía ser a las 3 de la tarde o a las 4 de la mañana. Una nochebuena aparecieron a la una de la mañana.

Mis padres tenían miedo, con lo que venía pasando, que me pasara algo a mí también así que fueron ellos los que denunciaron y con el tiempo sabíamos que estaba embarazada cuando desapareció así que también buscamos un nieto, un sobrino durante esos doce años. Era lo que más se escuchaba, que mantenían a las mujeres en cautiverio hasta que tenían el bebé.

Mis padres tenían una amigo retirado de la Policía de Buenos Aires, le preguntó a uno de la fuerza y le dijeron que no buscaran más. Solo nos quedaba buscar al nieto o sobrino. Ellos sabían que no la buscábamos porque ya la habían matado, eso coincide con que dejaron de venir a mi casa.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo se enteran?

Unos años después, sabíamos que estaba en Bahía Blanca, habían viajado mis padres pero no encontraron a nadie ya que no sabían el nombre de su compañero. Años después me llama Malisia que por lo que había dicho un detenido, sabían con qué nombre se había enterrado a mi hermana, ahí habían contactado a mi familia con la de Hidalgo. Viajan mis papás y se encuentran con el hermano de Daniel Hidalgo y sus padres que le relatan lo que había pasado.

Eso le dio la tranquilidad de que estaban muertos y no se habían llevado el bebé.

El nombre era Delia Ester García, no estaba registrado el caso pero tenían plena claridad de dónde estaba enterrada y nos habían dejado doce años en esa circunstancia.

No sé bien qué es lo que habían hecho mis padres porque trataban de mantenerme al margen. Sé que hicieron la denuncia, dieron muestra de sangre en el Durán por las dudas que buscaran a alguien.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo era su hermana?

Mi hermana era, de hecho nos vestían como mellizas de chicas, la gente nos veía como iguales. En todas las fotos aparecemos con la misma ropa, íbamos a todos lados juntas, yo era más intrépida. Recuerdo cuando aprendimos a nadar, yo me conformé y ella empezó con carreras de mar abierto.

En cuanto a la militancia el hecho de la injusticia, pensar que ella podía hacer algo por los demás, hemos hecho bloques de cemento para ayudar a refaccionar casas en una villa, ese tipo de cosas.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo si al cuerpo de su hermana se le hizo autopsia?

La autopsia se la hicieron. Había una abuela en Mar del Plata que me llamó y me dijo que tenía un expediente donde está la causa a nombre de Delia Ester García y el nombre de Daniel Hidalgo, está la foto del dibujo del cuerpo humano y los balazos que tenía, tiene 32 balazos, yo ahora lo cuento así por todas las veces que lo leí pero... tenía disparos a corta distancia... La asesinaron en forma rápida dice.

Nunca recibimos ninguna citación para declarar y no fuimos a ningún lado. Si lo hicieron mi mamá y mi papá en algún momento no me lo dijeron a mí.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Ella estudiaba?

Estudiamos en el mismo colegio secundario, era vespertino, mi papá tenía un almacén y los ayudábamos, me acuerdo cuando pusieron el nombre al colegio estuvimos ahí porque éramos los mejores promedios del colegio. A ella le gustaba mucho estudiar y aprender, estaba en cuarto o quinto año cuando dejó.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Recuerda cuándo fue el último contacto con la familia?

Cuando se fue de Mar del Plata, el contacto era con una carta que nos traía alguna persona, generalmente de noche, por eso sabíamos que estaba embarazada. Ellos viajaron a Bahía Blanca para estar con ella. Los últimos contactos fueron en octubre y estaba de tres o cuatro meses de embarazada.

Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Cómo fue el impacto que vivió su familia?

El impacto en realidad fue antes, ella se fue teniendo 17 años y era muy doloroso para mi mamá ver que ella se iba y no saber si tenía buena comida... después cuando no vinieron más era una tranquilidad pero una desesperanza... Mi mamá tuvo dos intentos de suicidio, mi papá demencia, un médico dijo que no era casualidad.

Cuando supimos que había muerto, que no había que buscar un bebé fue también el hecho que no pudieron velarla, enterrarla y ellos siempre supieron y nunca nos lo dijeron. Ni siquiera podíamos decirle a los demás por eso del algo habrá hecho... Fue tan arbitrario, tenían la ley detrás de ellos para juzgarla si había hecho algo y no lo hicieron. No puedo entender lo que hicieron porque en mi mente no entra. Si en un momento me hubiesen dicho 'esta persona mató a tu hermana' no sé que hubiese hecho pero no me entra en la cabeza.

De los otros jóvenes que militaban con nosotros solo tres están vivos. Fue perder la única hermana que tenía, perder la posibilidad de verla crecer. No recuerdo la voz que tenía. Miro la foto y me resulta una desconocida, no pude compartir con ella mis hijas.

El sábado fue la noche de los museos y de casualidad mis hijas estaban en Buenos Aires y fueron al Museo de la Memoria y buscaron el nombre de mi hermana, Pensaron que mi nieta se iba a poner triste pero no porque ya sabía que estaba ahí y es parte de nuestra familia. Lo único que vieron fue esa parte y se fueron porque el resto no es para una nena de ocho años.

A casa iban uniformados, con ametralladoras y demás. Golpeaban la puerta y entraban diez o quince personas. Nuestra casa tiene dos habitaciones, en una lo llevaban a mi papá y en la otra a mi mamá y a mí y nos preguntaban por mi hermana y amenazaban. Llegamos a la conclusión que quería asustarnos porque tantas veces ir para preguntar lo mismo.

Creo que durante mucho tiempo esta historia en mi familia fue un poco ocultada porque no lo podían creer, recién ahora siento que algunas personas sienten distinto. No puedo entender que algunas personas teniendo todo el poder legal y la justicia hayan asesinado a mi hermana cuando la podían haber juzgado si hizo algo. No era justo que a esa edad y embarazada de cuatro meses tuviera que perder la vida.

Daniel Alberto Alguacil

61 años, contador público, casado, cuatro hijos.

Yo vivía con mi esposa, un bebé y estaba embarazada de mi segundo hijo. Aproximadamente a las nueve de la noche escuchamos dos explosiones. Nos asustamos porque el departamento era un funcional, chico, estaba en el tercer piso 5, contrafrente, cerca de la escalera. Abrí la puerta y vi un militar que circulaba por la escalera. Me indicó que ingresara, cierre la puerta, que no hable a nadie y que iban a avisar cuando se pueda salir.

Con mi señora nos refugiamos en una habitación que daba a un patio de luz. Con mucho susto y nerviosismo porque se seguían escuchando detonaciones y explosiones y después decidimos refugiarnos en el baño que era más seguro. Permanecimos ahí tres o cuatro horas. Nos comunicamos con el vecino por la ventanita de ventilación. No sabíamos nada.

Cuando fueron cesando los disparos y las detonaciones, pudimos evacuar el departamento. Ahí fue donde descendimos por la escalera y nos dijeron que todo el edificio iba a ser desalojado. Optamos por ir a lo de mis padres y volví la mañana siguiente.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Recuerda haber escuchado gritos?

No.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Quién les indica que evacue?

Personal militar. Cuando pasó todo el tema de las explosiones y los tiros, fuimos ganando confianza y fuimos saliendo. Ahí nos enteramos que teníamos que desalojar. Yo tenía una cercanía con el lugar donde ocurrieron los hechos.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Vio militares afuera?

Había personal militar y movimiento. Era tal el susto que cuando nos dijeron que nos podíamos retirar optamos por irnos.

Fiscal Horacio Azzolín: ¿Supo qué pasó en el departamento de arriba?

Al día siguiente regresé a las siete y media, ocho, estaba preocupado por lo que había pasado con mi vivienda. Había un soldado de guardia y pude divisar que el otro departamento estaba como quemado. Era como un procedimiento de la época de la subversión. Me enteré que ahí estaba viviendo una pareja. No me pude acercar, lo vi a una distancia de unos ocho o nueve metros.

Conocía a Daniel Hidalgo. Yo soy contador y cursé una materia con él circunstancialmente. Era amigo de un amigo, tuvimos la posibilidad de hablar en un par de oportunidades. Después no lo vi más, una vez lo crucé en el edificio y las pocas palabras que crucé me dijo que estaba cuidando el departamento de la abuela y que estaba estudiando.

Manchas de sangre vi cuando desciendo del tercer piso a la plata baja. Los pasillos no tenían una luminosidad plena y con el impacto emocional descendimos rápidamente pero pudimos ver manchas de sangre.

No recuerda haber visto daños en el frente del edificio.

Félix Eduardo Julián

56 casado, viajante de comercio.

Conozco a Méndez del Comando V Cuerpo de Ejército. Fui soldado conscripto en el año 76.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría decir cuándo realizó la conscripción y en qué destino?

Comencé el 15 de marzo de 1976 en el Comando V Cuerpo de Ejército. Chofer del comandante después de la instrucción militar, unos 45 días después. La instrucción se hacía arriba. Entrando al comando hacia la derecha unos mil o dos mil metros.

Estaba a cargo de oficiales. Después se reparten los puestos y soy destinado a ser el chofer del general Azpitarte.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Había alguien encargado de organizar ese servicio?

No, se repartían y después había jefes de custodias que se encargaban de los choferes. En esa época era el subteniente Méndez. Era mi jefe directo. Las directivas eran sobre cómo manejarse, los detenidos, por qué sectores no había que andar.

Íbamos armados, yo tenía una pistola y después había siempre un fusil en el auto, granadas de mano y cada uno que venía traían pistola o ametralladora.

Lo que había que hacer era no detenerse en semáforos, tratar de esquivar acumulaciones de autos teniendo en cuenta que podía ser parado en cualquier momento y había que evitarlo. Podían ser grupos terroristas, montoneros y todo ese tipo que eran los que más teníamos.

Aproximadamente a las siete estaba para retirar el auto, ir a Palihue a buscar al general, volver al Comando, a las 13 lo volvíamos a llevar y luego de vuelta.

Méndez vivía en el Comando. Le decían Tucho Méndez o el Loco de la Guerra.

Aparte de ser el jefe de la custodia cumplía tareas dentro del Comando del V Cuerpo y de noche sé que salían a hacer procedimientos. Sé que recibían ordenes del general Vilas que era el segundo comandante y salían a hacer allanamientos y procedimientos.

Sabía que tenía un sector del Comando que manejaba Ibarra pero no sé si salía él de noche.

Vilas se manejaba con gente de él. Vivía dentro del Comando a pesar que tenía una casa en Palihue.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo era el despliegue de tropas en ese año?

Sé que salían cada tanto, alcanzaba a ver camiones o camionetas con soldados que iban a hacer procedimientos, incluso la de Ibarra, salían continuamente. Cuando salían de día todos iban uniformados. Los procedimientos de noche salían de civil.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Conocía la existencia de un centro de detención?

No. Sabía que había detenidos pero no dónde los podían tener.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Méndez ocultaba su participación?

No, abiertamente lo admitía. Había comentarios de los procedimientos que hacía de noche. Lo que más recuerdo es un procedimiento que se hizo en calle Fitz Roy. Después tuvo que llevar al comandante para que vea como había quedado el departamento y después por boca de Méndez me relató que había participado. Comentó que lo había herido en la mano izquierda en ese procedimiento. Había recibido órdenes que había gente subversiva o posible documentación y que al ir se originó un tiroteo. Comenta que con otro oficial reciben al ingresar disparos de adentro y ellos contestan y se origina un acontecimiento terrible, sé que habían matado a dos personas ahí adentro. Con los años sé que fue el joven Hidalgo y la señora. Méndez me comenta que era un matrimonio y que la mujer estaba embarazada.

Llevé al general y como fuimos con un suboficial de custodia, atiné a subirlo al general y antes de ingresar me dijo que me retirara al auto.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Algún otro operativo?

La verdad fueron muchos y yo siempre le dije que no me contara porque no quería ni saber. Sé que participó en otros y que fue herido pero no recuerdo ni calles ni fechas. En ese momento en parte era comprometedor porque yo no dejaba de ser un civil que estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio. Yo le decía que en meses iba a ser civil y no quería saber esas atrocidades.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Le llamaba la atención que Méndez participara?

No, viendo el carácter de él no. Era un persona con el resto de la tropa... tenía un carácter violento, nervioso, un poco altanera, una actitud que había que bajar los decibeles porque su carácter era fuerte.

Fiscal Abel Córdoba: ¿La participación en estos hechos le otorgaba más poder a alguien de bajo rango como un subteniente?

Pienso que a nivel militar no pero posiblemente tenía un reconocimiento de los que hacían operativos con él.

Juez José Mario Triputti: ¿Usted tenía alguna instrucción para repeler un ataque?

No, las órdenes eran otras. Tenía que tratar por todos los medios de sacarlos del lugar.

Si me dieron un arma como última instancia podría usarla. Méndez me había advertido que si había algún inconveniente iba a ser el primero al que le iban a disparar para que el auto perdiera el control.

A Fitz Roy fui con una custodia de un suboficial. El general subió al auto y no hizo ningún comentario. En el auto no se hablaba. Yo me enteré después por comentarios de Méndez. Dice que al querer entrar al departamento les dispararon, por sus comentarios ellos utilizaron un fusil con balas, ingresaron dos personas, él y otro suboficial más. Sé que mataron a dos personas ahí adentro, que él había matado a la chica que estaba embarazada y el otro al hombre en el baño. Creo recordar que con una ametralladora. Cuando casi no reciben fuego de adentro el entra y se tira encima de la mujer que ya estaba malherida pero le alcanza a disparar y él le da muerte. Intervino otro oficial que última al hombre en el baño.

Él por lo menos y el otro oficial estaban de civil. Sé que hubo apoyo del Ejército abajo del edificio.

La gente propia de Vilas eran oficiales que lo acompañaban y parte del personal de inteligencia. Los soldados no teníamos ningún tipo de comunicación con ellos.

Por lo que me comenta Méndez cuando les dieron la orden le dijeron que podía haber gente subversiva o documentación. Calculo que sería documentación que podría involucrar a gente subversiva.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: Me podría precisar modo, tiempo y lugar dónde le comenta eso Méndez.

Fue en el comando dos o tres días después del operativo que Méndez aparece con una mano vendada y le pregunto que le pasó. Me dice que fue en el operativo de Fitz Roy, le dije que tuve que llevar al comandante y ahí empezó el relato.

Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Lo vio salir a Méndez vestido de civil?

Sí, en varias oportunidades lo veía bajar de la oficina de Vilas y se iba con gente a hacer operativos.

Juez Jorge Ferro: ¿Méndez le comentó si encontraron armas o algo en ese lugar?

No, realmente ese tema no se volvió a tocar.

Juez Jorge Ferro: ¿En algún momento Méndez le comentó que haya sido herido en un ojo?

En un procedimiento sí, que estuvo internado creo que en Buenos Aires. No recuerdo en cual. Fue una esquirla en un ojo, lo vi después de estar internado.

Había una mutua confianza entre la gente que estaba con el general, yo tenía confianza con el subteniente Méndez, no se olvide que yo tenía 21 años y el 23, yo lo tuteaba, tenía confianza con él.

Néstor Omar Bonifaci

56, casado, dos hijos, empleado de comercio.

Sencillamente en la época en que hice el servicio militar los conozco de vista o haberlo tratado en un caso diario.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría decir cuándo realizó la conscripción y en qué destino?

El 15 de marzo del 76 me incorporé al servicio militar. Fui al Comando V Cuerpo y luego destinado al Hospital Militar. Hubo un período de algo así como 52 días de instrucción militar. En la parte alta del Comando había un grupo de soldados incorporados y hacíamos la instrucción diaria.

La generalidad de lo que era en ese momento la instrucción, desarrollo de actividades normales, en algunas oportunidades participé en una o dos sesiones de tiro en el Balneario Maldonado. Alguna instrucción de combate urbano en el sector de caballeriza.

Se fijaba un objetivo que era la caballeriza e ingresar con un cierto objetivo.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué suboficial estaba a cargo?

Con nosotros un sargento Suárez...

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué destino le dan?

Hospital Militar. Estaba en el pabellón de oficiales internados, realizaba ayudantía a la gente que atendía ahí. Estuve unos nueve meses, me fui en la segunda baja. Estaba desde primera hora de la mañana hasta el mediodía.

Nunca vi ingresar personal militar herido.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tiene presente el hecho de Fitz Roy?

Sí, me enteré posteriormente. Ese día estaba de guardia y salió la ambulancia con dos personas que estaban conmigo. Yo me quedé. Hubo un llamado al hospital pidiéndola. Probablemente tenga incidencia el hecho que uno se pueda enterar después, en ese momento no.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué pudo conocer de ese hecho?

Hubo un tiroteo muy importante, tengo entendido que fallecieron dos personas que ocupaban ese edificio y no mucho más.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Conocía la existencia de algún lugar de detención?

No.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quiénes eran los jefes?

Mi jefe directo era el capitán Adalberti, el coronel Mariné y en la misma línea que Adalberti estaba Streich.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Tiene presente dónde estaba la sección de medicamentos?

Había una farmacia si no me equivoco en el ingreso del hospital.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién estaba a cargo recuerda?

Creo que había un suboficial pero no quiero decir un nombre... me parece que era González...

Triputti marca la contradicción entre su primera declaración ante Cañón y esta donde manifiesta que no sabía de la existencia de un centro de detención.

-Uno atando cabos a medida que pasa el tiempo relaciona lo que por allá haya visto. Puede ser que hayan pasado camionetas pero no que haya habido un centro clandestino.

Juez José Mario Triputti: No me lo relativice, tenemos que llegar a una conclusión en este punto.

No tenía conocimiento de la existencia de un centro clandestino.

Juez Jorge Ferro: Usted dijo que estaba en la guardia del hospital y que un día recibe un llamado pidiendo una ambulancia. Posteriormente cuando se entera de lo de la pareja, ¿se entera que hubo un subteniente herido?

No.

Juez Jorge Ferro: Vuelve a incurrir en el mismo error porque en la declaración anterior dice que sí y que podría ser el subteniente Méndez aunque duda si no fue uno de apellido Corres. Usted es muy preciso con los nombres... no tira cualquier apellido.

Ehhh... está bien. Sí... ehhh por comentarios tuvieron participación pero no lo ví.

Juez Jorge Ferro: Yo no digo que lo haya visto.

Juez José Mario Triputti: ¿Las camionetas con gente que pasaba la vio?

Sí, pero en ese momento era una camioneta que pasaba con gente. Posteriormente supuse que podía ser gente que era trasladada.

Juez José Mario Triputti: ¿Hoy puede llegar a una conclusión?

Hoy si me pregunta si había un centro, evidentemente lo había. Pero si usted me pregunta si en ese momento conocía la existencia del centro, no lo conocía.

Juan José Isachi

56 años, casado, tres hijas.

Méndez era un teniente coronel jovencito en aquel momento. Fantoni de nombre nomás pero si lo veo ahora no sé si lo reconozco.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría decirle al tribunal cuándo y dónde realizó la conscripción?

Soy clase 55, me deben haber llamado en el 76. Estábamos en instrucción cuando asumió el gobierno militar. Estuve en el campito y después me dan el Hospital y después me pasan en comisión al Comando porque el teniente De la Serna era amigo de un vecino mío y necesitaba alguien de confianza.

En el Hospital no llegué a estar. Pasé directamente con De la Serna. Lo pasaba a buscar por Alsina al 100 y ahí lo llevaba al Comando y volvíamos a las cinco de la tarde y yo me iba a mi casa.

Era un asistente de él, andaba dando vueltas por ahí, conocí al general Vilas, Azpitarte.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Veía a las personas cercanas a Vilas?

Sí, no me acuerdo los nombres, Chizú, Ginebra, es el único que recuerdo. Era la misma persona. Él estaba ahí sería el custodia. Lo conocíamos de ahí nada más. No teníamos mucha vinculación. En la cafetería compartíamos algún momento. Era de Bahía Blanca. No tengo idea si estaba vinculado a algún sector sindical.

A Vilas lo conocí, sé que estaba ahí. Era un militar que bajo su manera trataba de hacer lo correcto. Estaba siempre encerrado en su oficina. Salía a veces a la casa que tenía en Palihue. Algunas veces me ha pedido si lo llevaba. En el último tiempo cuando el teniente coronel De la Serna se retiró a Buenos Aires me dio la baja y a los días me vinieron a buscar. Ahí estuve con Vilas pero siempre del Comando a la casa, alguna vez fui a otro lado, me acuerdo haberle preguntado que hacía si pasaba algo. Me dijo 'No, vos maneja nomás'.

La custodia eran dos o tres autos.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe si civiles participaban en operativos antisubversivos?

No, una vez terminado el servicio militar uno empieza a tener otras noticias. Casos que habían pasado con la subversión de público conocimiento.

Recuerdo una vez que tenían que hacer un operativo y llamaban a los oficiales. Son recuerdos que uno tiene.

Que salía gente a hacer operativo mucho no lo veía. Me llegaban comentarios.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabía de la existencia de La Escuelita?

No sé si me acuerdo de eso de estar en el servicio militar o de después. Que había una Escuelita lo sabe todo el mundo, que se destruyó, lo que sabemos todos.

Méndez era un subteniente muy enérgico del Ejército, le decían el Loco de la Guerra, no era muy querido por los soldados. Hacía chistes con armas.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda operativos?

Tengo otro que pasó antes de ser yo soldado que fue en el pasonivel donde fue muerto el soldado Papini.

Fiscal Abel Córdoba: ¿Había comentarios en el Comando respecto a los enfrentamientos?

No, nosotros pasábamos el servicio militar, desconocíamos muchas cosas que pasaban que nos enteramos después.

De la Serna manejaba la parte de prensa. La tarea era de ayudante del general y se encargaba de la prensa. Manejarse con algún periodista y cosas así. Tendrían que venir los periodistas... pero no eran muchas las actividades que desarrollaban. Sé que era encargado de prensa por el título que tenía. Se reunía con el general, tomaba mate en la oficina...

Me acuerdo de haberlos llevado en el auto a los dos a ver un obispo acá por Colón.

- Se le lee parte de una declaración anterior sobre Méndez y el odio que le tenía a los civiles.

Que él haya estado en La Escuelita no puedo afirmarlo porque no lo ví. Alguna vez tiraba una granada donde había un conjunto de soldados... Yo tenía 21 años y él tendría mi edad o uno más que yo.

Bahía Blanca, 15nov11
Corresponsales del Equipo Nizkor

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