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02sep12


Así se llegó al acercamiento con las Farc


Apenas tres meses después de asumir su cargo como Presidente de la República, en agosto del 2010, Juan Manuel Santos inició contactos secretos con un empresario del Valle del Cauca, para que hiciera las veces de enlace con las Farc y ayudara a llevar los acercamientos entre las partes hasta el punto en el que están hoy.

El mensajero, que hasta hace muy poco pudo hacer su trabajo sin filtración alguna, mereció la confianza del mandatario porque en sus años de juventud fue compañero de bohemia de Jorge Torres Victoria, 'Pablo Catatumbo', miembro del estado mayor de esa guerrilla.

Pasaron muchos meses en los que la comunicación de Santos con su interlocutor era discreta, directa e intermitente, pero con resultados: 'Catatumbo' había logrado interesar a otros miembros del secretariado en unos posibles diálogos.

Las cosas no eran fáciles para ninguna de las partes. En septiembre del 2010, el Gobierno había arreciado la ofensiva militar, al punto de dar de baja al jefe militar de las Farc, el 'Mono Jojoy', cerca de La Uribe (Meta). Construir confianza para proponer diálogos de paz no era una tarea muy sencilla.

Pero para comienzos del 2011, el entonces jefe supremo de la guerrilla, 'Alfonso Cano', estaba al tanto de los acercamientos y había dado su visto bueno para explorar esa posibilidad.

Cuba entra en escena

Aunque se sabía de la disposición de 'Alfonso Cano' a escuchar los mensajes del presidente Santos, la presión militar no se redujo en ningún momento.

Viendo que el asunto tomaba forma, el Presidente le comentó a su colega cubano, Raúl Castro, sobre los acercamientos. Enterado el líder histórico de la isla, Fidel Castro, llegó a temer que se tratara de "un engaño a Santos". Pidió entonces a personas cercanas en Bogotá confirmar si realmente era el secretariado el interlocutor del Gobierno, y si de verdad tenía interés en unos diálogos.

Mientras tanto, la acción militar contra las Farc se mantenía y pasaron meses de mucha incertidumbre porque los emisarios de Fidel Castro no obtenían ninguna respuesta de la guerrilla.

En noviembre del año pasado, con la muerte de 'Cano' -abatido el 4 de ese mes en Suárez (Cauca)-, las personas involucradas en el proceso temieron lo peor, no solo por tratarse del jefe máximo de la guerrilla, sino también porque era uno de los más inclinados al diálogo. Tanto así que para entonces ya había dado la orden de acabar con el secuestro extorsivo, la decisión más importante de la guerrilla en los últimos años.

Al poco tiempo de la muerte de 'Cano', Timoleón Jiménez, 'Timochenko', quien asumió la jefatura de las Farc, recibió a un emisario colombiano de Fidel. El encuentro ocurrió en el nororiente del país, cerca de la frontera con Venezuela. Allí, durante tres días, hubo conversaciones y se confirmó el deseo de la guerrilla de seguir avanzando en los acercamientos. Este mensaje les llegó a los Castro.

A la disposición del secretariado de entablar unos diálogos con el Gobierno se opuso 'Iván Márquez', uno de los más viejos en la jefatura de la guerrilla, quien argumentó que todavía estaba fresca la sangre de 'Alfonso Cano' y la del 'Mono Jojoy'.

Este fue uno de los momentos más tensos de los acercamientos, pero fue superado por la decisión irreversible de 'Timochenko' de entrar en la búsqueda de la paz con el gobierno de Santos.

Con esta confirmación de las Farc, a comienzos de este año se dio la primera cita entre emisarios del Gobierno y de la guerrilla. La cita fue en una zona rural de Río de Oro, en el sur del Cesar. Estuvieron por el Gobierno Alejandro Éder y un funcionario de Acción Social. Por las Farc, 'Rodrigo Granda' y 'Andrés París'.

Para ese momento, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, estaba enterado de las gestiones. Es más, con su ayuda se produjo un segundo encuentro en la ciudad de Barinas, en ese país. Comenzó a discutirse entonces dónde hacer los diálogos formales.

Las Farc hablaron de Colombia y Venezuela, pero el Gobierno insistía en que debía ser en Europa, y a partir de ese momento se vinculó a Noruega en el proceso.

El tire y afloje sobre el sitio más indicado para llevar a cabo las conversaciones formales fue duro, pero ya en febrero de este año se acordó que fuera Cuba. Noruega se comprometió a financiar los costos que demandara el proceso.

Las Farc designaron como negociadores a 'Marcos Calarcá', que estaba en México, y a 'Rodrigo Granda', 'Andrés París' y Mauricio Jaramillo, conocido como el 'Médico' y quien había asumido la comandancia del Bloque Oriental tras la muerte del 'Mono Jojoy'.

Aterrizaje en La Habana

El día de febrero en que una aeronave asomó en el cielo de La Habana y aterrizó allí segundos después, con el jefe del Bloque Oriental a bordo, la historia de los acercamientos de las Farc con el Gobierno pasó su primera prueba de fuego.

La sombra de la operación Jaque, que liberó del secuestro a la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, a 3 estadounidenses y a 11 militares y policías, seguía perturbando a esa guerrilla, y no le resultó fácil convencerse a sí misma de embarcar a su nuevo comandante militar en un vuelo que tenía el apoyo del Estado.

El 'Médico' debía estar en Cuba el 23 de febrero, cuando ocurriría el primer encuentro cara a cara entre los nuevos delegados del presidente Santos -su hermano Enrique Santos, el excomisionado de paz del gobierno Uribe Frank Pearl y el consejero presidencial Sergio Jaramillo- y de las Farc para explorar la posibilidad de un proceso de paz.

También para conocerse o reconocerse, como en el caso de Enrique Santos, con algunos jefes guerrilleros, que en otros tiempos lo habían visto haciendo parte de esfuerzos para buscar la paz.

La presencia en La Habana del hermano del presidente Santos, quien además es uno de los hombres que mejor comprenden la historia del conflicto en Colombia, era para la guerrilla la otra señal de que no estaba dando pasos en falso frente al Gobierno.

Las dudas habían rondado, pues la salida del 'Médico' de las selvas del Guaviare había sido difícil en medio de las operaciones militares, que seguían, y la fecha del primer encuentro formal en La Habana tuvo que ser cambiada varias veces.

Noruega, que -como el Gobierno de Cuba- tendría en ese encuentro dos testigos, comenzó a romper el hielo con una invitación a comer salmón.

Era el primero de diez encuentros que hubo desde entonces en La Habana hasta la semana pasada, cuando se firmó el acuerdo sobre la agenda que marcará los diálogos exploratorios a partir de octubre, la cual será presentada por el presidente Santos esta semana.

Su hermano Enrique fue el que comenzó ese 23 de febrero el encuentro formal, con dos mensajes claros del Gobierno: las partes debían estar de acuerdo en que llegaban a este punto de los acercamientos para buscar el cierre definitivo del conflicto y que la mesa de conversaciones en la que se buscaría un acuerdo final no podía ser "eterna y etérea", porque el país no lo aguantaría.

El 'Médico', al que nunca se le vio en las mesas de diálogo de San Vicente del Caguán y que hacía su debut como parte de unos acercamientos de paz, fue el primero en hablar por las Farc. Fue directo. Tampoco la guerrilla estaba allí para perder el tiempo, dijo sin discursos ni retórica.

Un pacto de honor

Ya estaban ahí después de muchos encuentros preparatorios de emisarios de lado y lado. Al Gobierno y a las Farc los había llevado a Cuba un arriesgado acto de fe: creer en la intención de paz del otro. Había que proteger esa apuesta de una de las cosas que más ruido y daño le hacen a una mesa de acercamientos: echarse en cara lo ocurrido en los campos de batalla.

Pactaron entonces que nunca hablarían de esos hechos. Los han mencionado y los han discutido, pero solo en las pausas para el café.

En encuentros que duraron entre tres y siete días construyeron la agenda que se proponen discutir y que no se firmó el lunes, como dijeron algunos medios del comunicación, sino el pasado domingo.

Estaba previsto que fuera el lunes, pero fue necesario adelantar el acto. Los testigos noruegos y cubanos quedaron con copias del acuerdo sobre la agenda.

No fue fácil llegar al punto en el que los acercamientos están hoy. Hubo tensiones y amenazas de pararse de la mesa. En una ocasión, incluso, alguien que conoce bien a la guerrilla tuvo que viajar de Bogotá a La Habana para intervenir. Una de las partes quería discutir a fondo un tema de la agenda, y la otra proponía que solo se dejara enunciado. Al final, la tensión bajó.

La semana que desde este domingo comienza será de noticias claves para los colombianos. Se sabe que el presidente Santos y las Farc harán los anuncios que darán la largada a una nueva etapa en la búsqueda de la paz.

'La paz hay que sembrarla'

El jefe del Estado, Juan Manuel Santos, manifestó ayer en Génova (Quindío) que uno de los propósitos de su Gobierno es ir sembrando la paz en todo el país. Por eso, destacó los esfuerzos que se están haciendo en distintos frentes para conseguirla, mediante políticas y programas encaminados a llevarles prosperidad a los colombianos.

"Con esas medidas y esas políticas lo que queremos es ir sembrando la paz. La paz no se da de un día para otro, hay que sembrarla y hay que estimularla", explicó. Y como ejemplo de esto se refirió a la reparación de las víctimas, la restitución de tierras, la política internacional, la atención a los "más pobres de los pobres", el programa de viviendas gratis y el aumento en la cobertura del servicio de salud, entre otras iniciativas.

[Fuente: El Tiempo, Bogotá, 02sep12]

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