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22jun12


'Nunca hablé con Sigifredo'


López nunca llamó al expresidente Pastrana, como lo aseguró un exguerrillero.

Para la Fiscalía los cotejos de las voces que realizó el FBI, como los que realizó la Dijín, resultaron no ser la prueba clave, como se ha dicho desde que Sigifredo López fue arrestado, para dictar medida de aseguramiento en su contra. "Sólo se proveen para que sirvan como una guía investigativa", señaló el organismo, al cual el FBI le notificó que la voz de López no coincidía con la del hombre que, en un video hallado en el computador de Alfonso Cano, aparece planeando el secuestro de los diputados del Valle. Tampoco se pudo comprobar si era la voz del abatido comandante guerrillero alias J. J..

Las conclusiones de la Fiscalía sobre el trabajo del FBI suenan ambivalentes. Los análisis de los audios "no permitieron llegar" a la certeza, dijo el ente, "como tampoco descarta que no sea (Sigifredo López) quien habla y aparece en el video hallado. El político del Valle rechazó la deducción del organismo, señalando: "Me han metido cuatro goles, con cuatro testigos falsos. Y el gol que nosotros metimos, que es el concepto del FBI diciendo que la voz del video no era la mía, no lo valieron". Tras conocer ayer los detalles de la medida de aseguramiento con la que se ordenó su detención domiciliaria, López solicitó que se cambiara el fiscal de su caso y exigió garantías.

Los familiares de los diputados mantienen incólume su respaldo al excolega de sus seres queridos. Fabiola Perdomo, viuda de Juan Carlos Narváez, aseguró que la actuación de la Fiscalía le generaba muchas dudas y que las pruebas científicas debían prevalecer sobre las testimoniales. Sin embargo, López seguirá siendo investigado por los delitos de rebelión, perfidia, toma de rehenes y homicidio (el de un agente de la Policía), porque al menos cuatro testigos le parecieron suficientemente creíbles a la Fiscalía como para privarlo de la libertad y continuar con las pesquisas.

Uno de ellos es la exguerrillera María Eugenia Mina, quien dejó las armas seis meses después de que 11 de los 12 plagiados de la Asamblea del Valle fueran masacrados. Mina declaró que los diputados, amarrados, preguntaban con frecuencia por el paradero de su compañero. "Nosotros les decíamos que ellos preocupándose por él cuando el otro ni siquiera pensaba en ellos (...) la guerrilla le permitía llamar a la familia e incluso un día la mujer fue a visitarlo". El desmovilizado de las Farc Édver Fajardo también aseveró haber visto a Patricia Nieto, esposa de Sigifredo, en una casa en Pradera (Valle) durante el cautiverio.

El Espectador se comunicó con Nieto, quien manifestó que el único que daba declaraciones era su esposo. El exdiputado le dijo a este diario que la afirmación "se caía de su peso" por dos razones: en primer lugar, porque él estaba en zona selvática, rodeado de todos los grupos armados que hay en el país. Y segundo, porque era imposible que a él se lo llevaran a Pradera, su pueblo natal, y la gente del pueblo no lo reconociera. Los familiares de los exdiputados asesinados también encontraron el señalamiento absurdo: "Patricia siempre estuvo con nosotros, ella sufría mucho. Los guerrilleros la llamaban, pero para sacarle plata", aseveró a este diario Gaby Sánchez, viuda del exdiputado del Valle Carlos Charry.

Fajardo, además, resultó tener credenciales dudosas. Según dijo el diario El País de Cali, él fue un controvertido testigo en el juicio al coronel del Ejército Bayron Carvajal por la masacre de Jamundí. Fajardo aseguró haber visto a Sigifredo López en cuatro reuniones y la Fiscalía encontró su testimonio consistente, pues él dijo que la guerrilla y el exdiputado le habían sugerido al secretariado de las Farc tomarse el cerro Tokio, sobre los Farallones, y el organismo investigativo encontró que la toma había efectivamente ocurrido un año antes del secuestro de los políticos vallecaucanos.

No obstante, cuando Fajardo fue testigo en el caso Jamundí, sus repetidas contradicciones llevaron a que el juez desestimara sus palabras y a que el CTI lo rotulara como un informante dispuesto a hablar de todo. Con respecto al caso Sigifredo López, hay una inconsistencia mayúscula en su testimonio que tiene nombre de expresidente: Andrés Pastrana. Según Fajardo, él mismo le dio a López un teléfono satelital, mientras el Ejército bombardeaba a la guerrilla que escapaba con los diputados, para que el entonces jefe de Estado detuviera los bombardeos. "¡¿Conmigo?! ¡Eso es una completa mentira! Y tampoco hubo bombardeos", le dijo Pastrana a este diario. Pastrana negó también que López se hubiera comunicado con el general (r) Jaime Canal, como sostuvo Fajardo, y que Canal ya no estaba en Cali para la fecha.

La exguerrillera María Eugenia Mina mencionó que a Sigifredo López le compraban tarjetas para llamar a su familia de vez en cuando. "Nos restaría saber si todos los diputados tuvieron este trato privilegiado, pues hasta el momento no encontramos constancia al respecto". El Espectador contactó a familiares de algunos de los exdiputados masacrados por las Farc, quienes manifestaron que a ellos sólo los habían llamado los suyos el día que fueron secuestrados para avisarles lo que estaba ocurriendo. Lo mismo que Sigifredo López le dijo a la Fiscalía en 2009 y que reiteró en su libro.

Julio César Salazar González, exintegrante del Eln, aseguró que ese grupo subversivo había planeado inicialmente el secuestro de los diputados, pero que habían reversado la decisión por "el costo político". Sigifredo López, en tono irónico, indicó que esta hipótesis para mantenerlo detenido era "novedosísima".

[Fuente: El Espectador, Bogotá, 22jun12]

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