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15Feb09


Obama y Merkel arremeten contra los sueldos desorbitados de los banqueros


Frente a la indignación de ciudadanos que asisten a planes de rescate multimillonarios dirigidos a empresas cuyos directivos se hacen de oro, los Gobiernos de EE UU y Alemania han dado un paso al frente. El programa de estímulo, aprobado tras un tortuoso proceso por el Congreso de EE UU, ha impuesto más límites de los ya fijados a los sueldos de los banqueros que han recibido dinero del Estado para su recuperación. Por su parte, la canciller alemana ha pedido que el G-20 tome medidas en su cumbre de Londres del próximo abril contra una práctica "incomprensible".

La cláusula que endurece los límites salariales ya impuestos hace 10 días por el Departamento del Tesoro se incluyó en el último minuto. A partir de ahora, las empresas que hayan recibido una inyección pública no podrán pagar a sus ejecutivos bonos superiores a un tercio del salario anual recibido. Además, estos bonus se concederán sólo y exclusivamente en forma de acciones que sólo podrán ser convertidas en metálico una vez que la firma haya saldado su deuda con el Gobierno. Es el fin de los incentivos monetarios.

Con esta medida, impuesta por los senadores demócratas y con algunas objeciones por parte de la Administración, el Congreso ha pretendido dar respuesta a la queja del ciudadano medio, que sufre la incapacidad de llegar a final de mes mientras contempla cómo Wall Street y los salarios astronómicos de sus directivos se financian con dinero del Estado. "Esta dura y nueva regla ayudará a asegurar que el dinero del contribuyente no financia los bonos despilfarradores de Wall Street", declaró el viernes el senador demócrata Christopher Dodd, presidente del Comité de Banca del Senado y promotor de la medida. Pero hay quien ve en la nueva provisión más problemas que ventajas y especula con que al final los bancos encontrarán otras fórmulas de remunerar a sus directivos.

El límite impuesto a las pagas de los ejecutivos en la ley de estímulo aprobada en la última lectura en el Congreso presenta algunas diferencias respecto a las normas anunciadas por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Mientras que la medida incluida en la ley podrá aplicarse a cualquiera de los 359 bancos que han recibido o reciben dinero del Estado, el límite de 500.000 dólares de salario anual promovido por la Casa Blanca sólo afectará con vistas al futuro. Se pretende con estas medidas calmar la rabia provocada por casos como el del consejero delegado de Bank of America, Kenneth Lewis, que en 2007 se embolsó unos 20 millones de dólares (15 millones de euros).

Casi un mes después de asumir la presidencia, Obama saboreaba ayer su victoria más importante en el Congreso tras la aprobación de su inmenso plan de estímulo económico de 789.000 millones de dólares (unos 612.000 millones de euros). En su discurso radiofónico de los sábados, el presidente dijo que la nueva ley marcaba "un hito en nuestro camino hacia la recuperación".

"Firmaré esta iniciativa para que se convierta en ley cuanto antes y comenzaremos a hacer de inmediato las inversiones necesarias para que la gente pueda volver a sus empleos y lleven a cabo el trabajo que Estados Unidos necesita que se haga", señaló Obama. El proyecto de ley aprobado en la Cámara por 246 votos frente a 183, y en el Senado, por 60 frente a 38- ha sido uno de los más costosos discutidos en el Congreso y otorgará millones de dólares en ayuda a las víctimas de la recesión a través de seguros por desempleo, cupones alimentarios, servicios de salud y capacitación para el empleo.

Pero Obama quiso recalcar que a pesar de lo histórico del paso dado el viernes no es el fin de las dificultades de la economía de EE UU. "Los problemas que nos llevaron hasta esta crisis son profundos y generalizados y nuestra respuesta debe ser del mismo tamaño de la tarea que nos espera", finalizó el presidente.

Al mismo tiempo que los senadores estadounidenses votaban el plan de estímulo, el semanario alemán Der Spiegel hacía pública una entrevista en la que la canciller Angela Merkel arremetía contra las altas retribuciones de los banqueros. "Resulta incomprensible que los bancos, a los que el Estado ha tenido que ayudar, paguen enormes bonificaciones". Pero no es sólo una cuestión estética o de principios, porque la jefa del Gobierno alemán está convencida de que la clarificación del sistema de bonificaciones está "directamente ligada al éxito de los bancos".

[Fuente: El País, Madrid, 15feb09]

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