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25feb09


Europa del Este cae en picada y podría arrastrar a sus vecinos


En 1931, el banco austríaco Creditanstalt quebró por su exposición en varios países de la Europa Oriental. Casi 80 años después, la primera ficha de dominó que desencadene el desastre en Europa podría estar también en Viena. La crisis financiera y económica ha hecho que los bancos occidentales, que ayudaron con sus préstamos al desarrollo de Europa del Este, estén retirando sus capitales. O que, muy particularmente, las inversiones no tengan retorno para honrar las deudas. Eso hace que las divisas de esos países caigan, que ciudadanos y empresas no puedan devolver los préstamos que pidieron en euros y francos suizos y que las bolsas se hundan.

Los Países de Europa del Este que durante los últimos años estuvieron creciendo mucho más rápido que los occidentales -gracias en parte a sus relaciones de privilegio con los países del euro- van camino a una crisis que dejaría pequeña a la asiática de 1997, la mexicana de 1994 o la argentina de 2001. Provocaría desempleo masivo -con la consiguiente emigración a Europa Occidental- y el crecimiento de populismo.

La revista The Economist llegó a titular "Argentina en el Danubio" para reflejar el impacto del escenario que se viene.

Nadie en Londres, París, Berlín, Roma o Madrid querría tener que financiar el rescate de Hungría, Letonia o Ucrania. Pero dejarlos caer podría ser incluso más caro -a todo nivel- que sostenerlos.

La crisis muestra que, 20 años después de la caída del Muro de Berlín y 5 años después de la ampliación de la UE al Este, el único recurso de estos países es clamar por la solidaridad de las potencias europeas y llamar al FMI.

Los miembros orientales de la UE intentan lograr una posición coordinada para presentarse unidos ante sus socios occidentales en la cumbre europea del domingo. Estos países no tienen medios para levantar a sus gigantes económicos, bancarios y automotrices, como sí están haciendo las grandes potencias europeas.

El problema para la UE es que la caída de los bancos del Este arrasaría también a los del Oeste, muy expuestos en los mercados polaco, húngaro, checo, rumano o de los países bálticos. En total, la banca de Europa Occidental tiene hasta 1,5 billón de euros invertidos en la Europa Central y oriental. Y sólo Austria, el más expuesto, unos 220.000 millones de euros, el equivalente a tres cuartas partes de su Producto Bruto Interno.

Además de Austria, también tienen grandes inversiones en Europa del Este los bancos de Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Holanda y Suecia.

Las monedas de Europa del Este pierden valor y como muchos ciudadanos y empresas se habían endeudado en euros y francos suizos ahora se ven imposibilitados a devolver sus préstamos. Desde el verano, el zloty polaco ha caído con respecto al euro un 48 por ciento, el forint húngaro un 30% y la corona checa un 21%.

Viena pide a la UE que coordine planes de rescate para que las grandes potencias europeas eviten el default de bancos y países del Este. Los orientales creen además que el Banco Central Europeo (BCE) se preocupa principalmente de los países de la zona euro -para eso se creó- y no les presta la atención que querrían.

El premier checo Mirek Topolanek, presidente de turno de la UE, dijo que "los países de Europa Central y oriental están preocupados por lo que consideran una cierta discriminación en el acceso a financiación por parte del BCE".

Topolanek, cuyas declaraciones fueron recogidas por la agencia AFP, añadió que teme de que las medidas económicas que están tomando los países del euro "puedan crear una situación que provoque efectos secundarios para Europa Central y Oriental".

A los países de Europa del Este se sumó el lunes el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien también pidió a las grandes potencias europeas que ayudasen a los bancos víctimas de la crisis en los países que entraron a la Unión en 2004. "Creo que sería una inmensa tragedia si Europa estuviera de nuevo dividida en dos" por culpa de la crisis, dijo Zoellick al diario Süddeutsche Zeitung. Sólo Eslovenia y Eslovaquia, que hicieron los deberes económicos a tiempo y consiguieron entrar al euro, parecen por ahora a salvo.

La cumbre europea del domingo podría marcar un primer paso hacia un acuerdo o desencadenar la división entre quienes tienen medios para salvar a sus bancos y quienes no tendrían más opción que pedir ayuda al FMI.

La semana pasada, el gobernador del BCE, Jean-Claude Trichet, decía que "hasta hace dos años, se tenía la idea de que el FMI no tendría que rescatar nunca más a los emergentes y que los mercados se ocuparían de ellas. Ahora está claro que era totalmente falso".

[Fuente: Clarin, Bs As, 25feb09]

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