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10ago11


Hace cuatro años Solbes y el gobierno afirmaban que España no se vería afectada por la crisis


A principios de agosto de 2007, el pinchazo de las 'subprime' contagió los grandes bancos de inversión que se desplomaban pese a los intentos de los bancos centrales por sostener la caída inyectando liquidez. Había estallado la crisis financiera mundial. Mientras tanto, en nuestro país el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, declaraba: "España no se verá afectada por la crisis".

Aunque los datos del PIB (Producto Interior Bruto) eran buenos, se crecía al 3,60%, muchas voces venían denunciando que en España habría una crisis particular provocada por el pinchazo de 'la burbuja inmobiliaria'.

Los expertos lo veían claro, la excesiva dependencia de la economía española del sector del ladrillo, así como un endeudamiento gigantesco del sector privado, provocarían la temida recesión económica.

Según datos ofrecidos por el Banco Central Europeo y el Banco de España, el conjunto de los créditos concedidos a promotores inmobiliarios en España en 2008 sumaba 311.279 millones de euros, por el contrario, el patrimonio neto de las instituciones financieras era de 172.927 millones. Un desfase que junto con el cierre del grifo de la financiación exterior provocarían la quiebra de entidades y la transformación del sistema.

El problema del paro

Las colas del Inem no han parado de crecer. En 2007 España tenía una tasa de paro del 8,3% y un total de desempleados de 1.833.900. Los mismos datos actualizados al segundo trimestre del 2011 nos arrojan una tasa de paro del 20,89% y un total de desempleados de 4.833.700. El resultado, 3.000.000 más de parados.

Como causa del desastre se señala el cierre de empresas, la contracción del consumo y una legislación laboral rígida y obsoleta.

Durante todo este tiempo el Gobierno se ha mostrado incapaz de corregir la situación, la mayor parte de la veces no ha actuado, y cuando lo ha hecho nos ha dejado una serie de ocurrencias entre las que destacan los 400€ (deducción de esta cantidad en el I.R.P.F) y el Plan E (reparto de fondos a los ayuntamientos para la realización y terminación de obras). La famosa improvisación gubernamental.

Sería necesaria una quiebra técnica del estado el 15 de mayo de 2010 y varias llamadas telefónicas, una de ellas del presidente Barak Obama, para que Zapatero haga un cambio total de la política económica y social y se plantee una reforma laboral.

Ante una débil oposición de los sindicatos, que les llevaría a convocar el mayor fracaso de huelga general de la democracia, la reforma laboral se aprueba en el congreso en septiembre del 2010. En esencia se reconoce un abaratamiento del despido aunque se dejan en el aire muchos aspectos importantes.

En los meses sucesivos se ha podido comprobar la inoperancia de dicha reforma a través de las nuevas subidas del desempleo.

En el campo de la Hacienda pública, ante la disminución de los ingresos del Estado se opta por el camino más fácil, la subida de impuestos. En julio de 2010 el Gobierno aprueba una subida del IVA (Impuesto del Valor Añadido) de dos puntos.

Muchos analistas critican la subida por no ir aparejada de un ajuste del gasto público. Como consecuencia de esta política fiscal España sufrirá una fuerte contracción del consumo que provocaría más cierres de empresas y más paro.

El FROB y la reestructuración de las cajas

Negar la crisis es la postura del Gobierno socialista durante los dos primeros años, pero la declaración de suspensión de pagos de la constructora Martinsa-Fadesa el 14 de julio de 2008, deja al descubierto el deterioro del sistema financiero debido a su exposición al ladrillo.

Tan solo dos meses después de la mayor suspensión de pagos de la historia de España, el presidente Zapatero en un foro en Nueva York declara: «El sistema financiero español es el más fuerte del mundo».

El año 2009 comenzaba con el cumplimiento de una amenaza. Las agencias de rating venían anunciando que habría un recorte en la calificación de España. El 19 de enero Standard & Poor's realiza la primera. Pronto le seguirían Moody's y Fitch.

El Gobierno por fin pronuncia la palabra crisis, hasta entonces maldita, y se adoptan las primeras medidas para corregir la situación. Se aprueban avales del Estado para la banca y se aumentan las garantías de los depósitos de los ciudadanos.

Ante la timidez de estas disposiciones, la situación sigue empeorando y finalmente el Banco de España interviene Caja Castilla la Mancha. Se abre un panorama donde el miedo a la quiebra se instala en las instituciones financieras, sobre todo en las cajas.

Muchos analistas critican el papel de los políticos al frente de estas instituciones que cuentan con un 70% de sus créditos concentrados en la construcción.

La respuesta del Gobierno es la creación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), en esencia se ofrece dinero a las cajas a cambio de su reorganización.

En la actualidad todavía no ha concluido este proceso. Un desarrollo lento y engorroso donde han sido protagonistas las llamadas 'Fusiones Frías'.

Los dos casos más significativos son Bankia (Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Ahorros de Canarias, Caixa Laietana, Caja de La Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia) y Banca Cívica (Caja Navarra, Caja Canarias, Caja de Burgos y Caja Sol), ahora en Bolsa por imperativo legal.

Pedro, el lobo y la crisis de deuda

La crisis financiera ha evolucionado en toda la zona euro hacia una crisis de deuda donde ya no está sólo en cuestión la viabilidad de las entidades financieras sino que ha entrado en juego la propia solvencia de los países.

La situación financiera de las CCAA, con 35.997 millones de euros de déficit, ha influido de forma decisiva en la falta de confianza de los mercados. Tras la victoria del PP en las últimas elecciones autonómicas se ha visto multiplicada esta sensación al descubrirse deudas ocultas como en el caso de Castilla la Mancha.

Después de la intervención de Grecia, Irlanda y Portugal, la desconfianza de los mercados se ha centrado España e Italia. Como en el cuento, el lobo de la intervención económica cada vez parece más cerca. Dos claros síntomas tiene Pedro para gritar ¡qué viene el lobo! la prima de riesgo y el coste de financiación de la deuda soberana.

El diferencial o prima de riesgo es el sobreprecio que paga nuestro país para financiarse en comparación Alemania. En diciembre de 2007 el riesgo país español se encontraba en 14 puntos, en la actualidad se han alcanzados picos de hasta 420 puntos durante la sesión siendo el dato más alto de cierre 398 puntos básicos.

En referencia a los costes de financiación, el Estado ha tenido que pagar un interés cada vez mayor para poder financiarse superándose el umbral del 6%. Los expertos fijan el umbral para ser rescatados en los 400 puntos y el 7% de interés.

Pedro Solbes empezó asegurando que esta crisis no afectaría a España. Cuatro años después él no es ministro de Economía, su partido ha sufrido una escandalosa derrota en las elecciones municipales del 22 de mayo y Zapatero se ha visto obligado a adelantar las elecciones generales para final de año. A pesar de estas consecuencias y muchas otras que ha provocado esta crisis lo más inquietante es que nadie puede asegurar cuánto tiempo nos queda ni el momento en que saldremos.

[Fuente: Por Victor Rosa, El Mundo, Madrid, 10ago11]

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