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16ago12
Dos ciudadanos brasileños fueron quemados vivos en San Matías
Dos ciudadanos brasileños fueron quemados vivos por una turba enardecida en San Matías, poco después de que ambos fueran capturados por la Policía, tras haber victimado a bala a tres bolivianos con quienes departían junto a otras dos personas que resultaron heridas en la acción ocurrida en la población fronteriza, capital de la provincia Ángel Sandoval del departamento de Santa Cruz y librada, desde siempre, de la mano de Dios. Los escasos efectivos policiales nada pudieron hacer para contener la horda que les arrebató a los dos detenidos que luego fueron brutalmente golpeados y rociados con gasolina en plena vía pública. Tampoco atinó a intervenir la guarnición militar para evitar el linchamiento.
Y así, sin que nada ni nadie pudiera impedirlo, en medio de las llamas y de sus estremecedores gritos de dolor, los extranjeros tuvieron una muerte espantosa. En pleno Siglo XXI, en Bolivia se sigue haciendo 'justicia' por mano propia, ofreciendo al mundo la imagen de ser un país sin Dios ni ley.
Los informes preliminares indican que los ajusticiados bárbaramente estaban involucrados en el robo de motocicletas en el Brasil y que habían vendido en la capital matieña. Una discusión con el grupo de bolivianos terminó desencadenando la tragedia. Lo sucedido en San Matías ha dejado al descubierto, una vez más, el estado de abandono en que se debaten localidades que bordean las líneas fronterizas de la geografía nacional que están muy distantes de los centros gubernamentales. La extensa frontera con Brasil está débilmente resguardada por fuerzas bolivianas y en el otro lado de la línea acaba de registrarse una amplia movilización de tropas brasileñas para ponerle atajo al narcotráfico que desde Bolivia tiene 'inundado' con cocaína el mercado del país vecino.
La seguridad de más de 20.000 habitantes de San Matías depende de un puñado de policías mal pertrechados y en considerable desventaja frente a la delincuencia que en esta capital provincial tiene abiertas de par en par las puertas de entrada y salida. En más de una oportunidad se ha denunciado la atemorizante presencia de delincuentes y mafiosos brasileños en San Matías donde realizan diversas 'operaciones comerciales'. Como el intercambio de vehículos robados en Brasil por cocaína de manufactura boliviana.
La situación tiende a empeorar porque el gigante vecino se ha convertido en uno de los principales mercados para los cada vez más grandes volúmenes de cocaína que se fabrican en Bolivia, cuyas autoridades gubernamentales se contradicen ante la más que evidente presencia de organizaciones criminales de narcotraficantes que parecen estar operando a sus anchas en el país.
Lo sucedido en San Matías, además de un condenable acto de barbarie, representa otro campanazo de alerta sobre la ausencia del Estado en las fronteras y el estado de indefensión de muchos bolivianos.
[Fuente: El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 16ago12]
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